Tumgik
#si alguien se siente mal por ésto. que me diga y lo saco
flores-encadenadas · 7 years
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CARTA A UN AÑO Empezar. Empezar es aceptar un final. Así fue como comenzó el 2017. Habían cambiado muchas cosas. El año anterior había sido crecer y crecer, y despertar; dejar atrás y ser dejada, comprender y emprender en la pérdida. Y me respaldé en personas, muy pocas a decir verdad. La verdad que fue una. Fuimos creando un mundo en el que podíamos decirnos toda la verdad, en el que todo era justo y no había razones para ir por caminos diferentes que no nos llevaran al mismo. No, la verdad que no se siente real ahora. Iniciar un año cansada del cansancio nunca es bueno; te dejas pisar con tal de no crear problemas, con tal de no luchar contigo y tu confianza en la gente una vez más. Al menos eso me sucedió. Pero no, no tengo que adelantarme. 2017 empezó como si todo fuera a ser bueno, como si todo fuera a cambiar drásticamente para bien; y yo claro que caí. En este año todo debía ser perfecto, todo debía ser unidad, amor, seguridad, debía ser el año que me sostendría cuando esté por caer los siguientes. Así que confié en ti y en darte una oportunidad, otra más, a decir verdad. Me armé de valor y tiré a la basura todos mis valores por ti y el momento. Te creí todo, cada palabra. Me hiciste creer que alguien podía parecer de una forma al principio y que todo fuera tan solo un muy mal escudo para protegerse de los demás; te creí sensibilidad que no buscaba, un cariño de sobra que no necesitaba, te creí perfecto para vivir cosas que nunca había hecho. No necesitabas decirme que todo había sido mentira si no te importaba, te hubieras ido y listo. Estábamos bien, no me iba a debatir si alguna vez me dijiste la verdad porque creo que te enteraste, las miles de veces que te lo dije, que nunca supe cuándo confiar y que dejaba ir gente solo por desconfianza. No. Necesitabas. Mentirme. ¿Quién te dijo que era así? Dejá, no respondas, ya lo sé. Te vi cambiar y quién te hizo cambiar. A todo esto, volví a estar lejos de la persona que me ayudaba a no caer, y ella también lo sintió porque cayó también. Decidí volver a conectar con personas que me entendían y, con todo lo que estaba pensando últimamente, compartir lo que entendía luego de mucho, me hubieras dicho que no te importaba y que querías estar lo más lejos posible de eso, no era necesario ilusionarme, de vuelta. Como hace dos años, cuando te creí y me envolviste en el silencio. Me encontré un montón de personas lindas, de esas que te gustaría tener cerca pero no te vuelves a encontrar seguido, aún no saben completamente lo agradecida que estoy de haberlos encontrado. A partir de vos, todo se complica y se mezcla. Pero antes, tengo que contar algo para que se entienda que no me hiciste completamente mal. Sí, te vi cambiar; retomemos el tema. Eras un chico callado y que me hubiera gustado poder sacar a flote sin que se hunda en el camino. Nadie te veía, y te ignoraban, porque tú no los mirabas a ellos. Te vi, no me viste, y escribí una nota que decía que algún día lo intentaría contigo. Luego, lo puse entre las esperanzas que me ayudaban a no querer terminar de caer. En el camino tú conociste a nuevas personas, es decir, no es que quisiera que no tengas nadie cerca, solo no hubiera preferido que sea esa. Te enseñaron a mostrar algo que siempre esperé que no fueras. Te enseñaron a pisar de una forma bruta y sin sutileza, y, con mi ejemplo cuando te dije lo que sentía, a aprovecharse de la gente. Vi como te mostraban lo que era usar cuerpos como si fueran mentes. Fueron personas que conocía. No voy a decir que fuiste víctima porque no estuvo bien que, a pesar de darte otra oportunidad, vengas y esperes reparar errores de otra persona, haciéndome creer que erra la misma, porque dejaron de ser la misma en ese entonces; y yo, con intención de no olvidar mis propias promesas que hice para mantenerme en pie, te creí. Avancemos; todo empieza bien hasta que cae. Aprendí a expresar lo que sentí a través de palabras frente a una pantalla, así que no,  no me digas que me quise alejar, que quise hablarle a alguien más. Todas las conversaciones fueron banales, ¿Te acuerdas cuando dijimos que no importaban las conversaciones banales? Pues sí, no importaban. Pero te alejaste igual porque sé que te dolió (porque me lo dijiste, realmente me resultó impensable) que ocupe tiempo en eso. Aprendí. A expresarme. En papel. Cuando no te tenía cerca. No me quise alejar y  no lo hice realmente; nunca dejaste de significar para mí la única persona con la que podía esperar confianza. Hasta que fuiste y decidiste que no me ibas a necesitar más, porque yo ya estaba cansada y no pensaba preocuparme más por problemas de otros, y tú te preocupabas mucho por el daño que se hacían las personas, tanto que te molestaba y podías no hablar con esas personas nunca más con tal de que no te siga preocupando ni te tientes con la idea de recurrir a sus consejos que estaban “contaminados” (Por así decirlo.) para ti con actitudes que nunca querrías tener. Claro que nunca  me lo dijiste con esas palabras, y solo fueron suposiciones mías. Y efectivamente, no era algo que no había hecho y de lo que me cansé de hacer el año anterior. El punto es que no te quería hacer el mal y mucho menos molestarte. Lo que quise todo el año fue estar en paz y solo me alejaron más. Me empecé a expresar por escrito y no con ustedes, “amigas”, que a veces estaban demasiado ocupadas para escuchar palabras que salían fuera de esos diez minutos por cada ochenta que pasábamos juntas en horario escolar (Estrictamente escolar, y fuera de eso silencio.), así que decidían no hablarme. Cada. Vez. Me. Sentí. Más. Lejos. No, la mayoría de las veces no me hacía gracia, y devolvía sus palabras con más dolor. No, no era porque tenía ganas de leer, tenía ganas de no molestar con mi cercanía. Tenía ganas de no tener que soportar que me alejen. Tenía ganas de llorar, tenía un eterno nudo en la garganta; grandes amigas no se ven a los ojos porque lo que hacen mal con su vida es más visible, ¿No? Necesitaba alguien cerca, no importa si realmente tuviera un problema; solo me sentía sola. Y les hubiera dicho que me molestaba, pero no me gustó la manera en la que reaccionaron una vez cuando dije que me hacía gracia, no importa que dijeran que podía decirlo, me miraron diferente. No era para ustedes la persona de siempre que hablaba de cosas inexistentes solo para provocarles risa. Había echado abajo mucho, y no se habían dado cuenta y menos hubieran notado que lo sabía. Me sentí sola. Ya entenderán porqué cada vez es diferente y cada año cambia todo. Así que si en algún momento creían que estaba buscando reemplazarlas, no lo hacía; solo buscaba calmar el vacío que ya tenía desde que todo empezó a ser diferente. Ahora, no solo me sentí desplazada, sino que a veces sentía que todos habían asumido una tarea más en esta “amistad” para cubrir lo que yo ocupaba. Ya no era de los que más resaltaban por ser graciosa, ya no era de los que más resaltaban por ser creativa, ya no era de los que más resaltaban por argumentos, resaltaba por mi ausencia. Me fueron quitando cada pedacito, pero no culpo a nadie, yo ya estaba más lejos y no por eso debía faltar algo en la diversidad del grupo. Claro que no. Estaba más lejos y perdí contacto con lo que tenía cerca. Por mera estupidez, realmente. Y me acerqué a ti, a quien desde antes tenía cerca. A quien desde antes tenía pero no dedicaba el tiempo suficiente como para saber quién es realmente. Hablábamos todos los días, al menos lo intentábamos. Eras tú, con lo alejada que había quedado, lo único que me mantenía soportando la soledad. Extrañaba hablarte cuando no podíamos. Eras la amistad que necesitaba. Espero que hayas sentido lo mismo. Fue curioso, porque en ese entonces decía que me gustaba la atmósfera, como sentía que podía hablar lo que sea contigo, y que no sería raro; que siempre volveríamos al mismo lugar y por eso las cosas nunca cambiarían. Eso era lo que necesitaba y más. Por eso es que si en algún momento te preguntaste o te hubieras preguntado de no leer ésto, porqué nunca di señales, porqué no te tomaba en cuenta en otro sentido de la amistad desde antes, era porque siempre pude estar a un paso de hacerlo, era porque me bastaba con saber que siempre volveríamos a lo mismo para darte la oportunidad, así como nunca pensar en ti de tal manera. Sin embargo, te quedarás con la duda y hablaré de ti más delante. Y he de admitir, que a este punto de la escritura temo la manera en la podría expresar todo lo sucedido hasta el punto en el que me encuentro de este año. No tenía muchos (y mucho de) amigos que me apoyaran, así que me dediqué de cuidar de lo único que me podía socorrer cuando me caía abajo; mi blog. Entonces llegas tú, tenía escases de personas en mi vida y había pasado tiempo desde “Be”, a veces se necesita más que una buena amistad, a veces necesito que me quieran. Entonces te creí porque yo o no tomo las cosas en serio o lo hago, simple; porque hay ciertas cosas que no me las tomo en gracia. Me llenaste de halagos, y eran halagos que venían de lo que escribo, no venían de otras cosas, como la mayoría en ese tiempo. Y te dije que no podía parar de pensar en ti, porque en el silencio que tenía últimamente, resonaba tu cantar (Le llamo cantar porque era mucha arte, mucho sonido, mucha belleza que solo sonaba bien.) y a veces creía que era para otra persona, sonaba irrealista la forma en la que podemos idealizar a personas cuando te idealizan a ti; es decir, suponiendo que eran siempre para mi. Te digo que te di muchas oportunidades para demostrarme que era verdad, porque al principio y si te veía desde la distancia eras una persona preciosa, y era increíble lo que podías lograr cuando querías ser arte. No voy a decir que tuviste toda oportunidad, porque se convirtió en un mal momento y nos alejamos. Ahí es donde las oportunidades no valían mucho cuando no era lo mejor que podíamos sacar de nosotros. Decidí que en ese momento lo que menos necesitaba era no saber, así que te di una oportunidad más y eso fue todo. Al tiempo, sentí otra vez como si el “destino”, si es que existe, me hablara como había sentido al principio del año cuando creía que todo iba a cambiar, y me dijera “¡Vamos! El rostro que anhelas ver todas mañanas, y es tu mayor razón para despertar, es el suyo.” ¿Te acordás de los papelitos que pintábamos? Yo solo pensaba en lo lindo que sentía estar cerca de ti de una forma tan linda. ¿Te acordás cuando me olvidaba mi apunte y teníamos que leer juntos? Veía más tus labios que el apunte. ¿Te acuerdas de la chica de la que hablaba la profesora y decía que no te decidías entre ella y tu amiga con la que te besabas? Oops, quizás no era tan así, porque nunca te diste cuenta de que hablaba de mí. Sí, era así de obvio que me encantabas. Tan obvio que tu amiga, o lo que sea que fuera, no nos quería juntos de la mano por veinte minutos ¿O era porque no era lo suficiente linda para estar con alguien de su grupo? Realmente, no lo había pensado hasta ahora. En fin, nos dijeron que teníamos que asumir riesgos. Nos dijeron que nos educaban para un día salir y poner todo en riesgo para triunfar en el mundo y ser suficiente para poder controlar lo que hacíamos con las consecuencias de ese riesgo que tomamos. Nos dijeron que la única manera para conseguirlo era asumir el costo. Poco después de que se alejara de nosotros, para seguir su propio consejo, la persona que nos dijo eso, supe que tenía que hacer valer ahora lo que nos había dicho tantas veces de una forma en la que nadie nos lo había hecho. Te escribí una carta. La tuve una semana porque estaba esperando el momento para dártela, porque definitivamente ese no lo era; creía que tenías novia y por poco sabías que existía. Pero luego me enteré que realmente no eran novios y no lo serían pronto, porque ella tenía un novio que no era él. Te di la carta te dije algo como “Dime qué te parece cuando termines de leerla.”, lo estuve practicando dos días y olvidé decirte lo importante; “Léelo en tu casa, cuando estés solo.”. Mi carta recorrió todo el curso, o al menos la mitad a la que le interesaba. Sí, te entiendo, me explicaste que nunca gustarías de mi porque estabas enamorado de esa chica; ok. Pero no tenías porqué mostrarle esa carta que estaba expresamente dirigida a vos a personas que sabías que iban a reírse de eso. Y te hubieras apurado, porque no fue lindo que pases un sobre por todo el curso y no digas a más que tus amigas de qué es. Sí, me ilusioné por algo tan pequeño, pero fue más que el hecho de que me llamaras para escuchar música, que me hayas dado dibujos tuyos, que me hayas mostrado cosas que haces que nadie más había visto. No ayudó para que no crea que te importaba algo. Y cuando sos una persona que trata de esa forma tan especial a todo el mundo, no podés simplemente esperar que alguien no se ilusione y menos que no le duela que le digan que simplemente no era así lo que creía. Un poco antes de entregar la carta, conocí a una persona. Conocí a una persona que era en ese entonces, y lo es ahora, hermosa. Fue la primer persona con la que conecté desde que, al fin, conseguí un celular nuevo y pude volver a hablar con algunas personas. Fue muy raro, pero hay veces (Pocas.) en las que los instintos no se equivocan. Pero, ¿Cómo la encuentro? Me volví a encontrar con todas estas personas que me acompañaron al principio, cuando no tenía nada cercano a un amigo, y sí, encontré las cosas diferentes, porque nada puede ser lo mismo siempre. Y me encontré gente nueva, he de lamentar mucho que las conversaciones cesan en algún momento, poco después de que llegue pasó eso. Ahora sí, volvemos a ella. Entre todas personas que me encontré estaba allí, y no realmente no recuerdo por qué ahora, pero lo supe (Tampoco pregunten qué, porque en este instante también lo desconozco.) desde que hablamos en ese grupo. Y (Cambio de punto vista.) me hablaste, no sé si lo fue para ti, pero para mí que sí que fue raro porque me dijiste algo como “Sigamos hablando por aquí”, honestamente no creí que lo harías nunca. Es gracioso, pero hay momentos en los que parece que todo va en un solo sentido, y al no ir todo a la misma velocidad, eventualmente todo lo que hacemos choca. Encontré un ask anónimo que preguntaba alguien que tú y yo seguíamos sobre una chica con que la persona del ask había empezado a hablar hace unos días (Habíamos empezado a hablar hace unos días.) y que le empezaba a gustar. Uní los puntos; chica me empieza a hablar de la nada, ask hablando de una chica a la que acaba de empezar a hablarle; empezamos a hablar hace unos días, ask hablando de que fue hace unos días… Es decir, nunca fui realmente buena en notar estas cosas, pero prácticamente el “destino” lo gritaba. Considerando mi suerte en estas cosas decidí no creer, aunque he de admitir que siempre sentí la curiosidad de preguntarte, pero no tenía pruebas concretas de que pudiera ser así y no había porqué volver las cosas raras. En fin, dije “No le dejaré de hablar por si es en serio, no me gustaría lastimarla.”; si has pensado en eso, y por si alguien más ha sentido eso cuando le hablaba al principio, dudé en contestarte. Me duele pensar en qué hubiera pasado si no te hubiera contestado nunca más, las posibilidades que se habrían desvanecido. El punto es que no fue así; ¿Te acuerdas de la vez en la que nos pusimos a hablar de regímenes sociales en nuestras escuelas por audios? No sé tú, pero sentía que podías sacar mi alma por esos mensajes si te atrevías. Quizás no lo consideraste importante, pero considero que la euforia de conversaciones como ésa me dio ganas de quedarme; de volver. Ahora, hablemos de lo que me hizo gustar de vos: Mira, hace mucho no tenía conversaciones reales con personas, hace mucho no hablaba con personas a las que le importara sobre lo que realmente me hacía daño. Y llegas tú. He de admitir que a veces añoro poder hablar esas cosas contigo sin que sintamos que estamos arruinando todo, pero no cambiaría nada de lo que estoy sintiendo ahora. Conversaciones interesantes me hicieron quedar, y esas que llegaban hasta el fondo de todos mis sentimientos me atraparon. Dudé un montón sentir por ti, porque fue todo nuevo; estar contigo era aceptar cosas que había negado desde años antes, estar contigo era tener todas las oportunidades para arruinarla. Siempre te vi como una persona hermosa, siempre amé como con cada mensaje en el que decías cosas que tiran abajo cada tanto, siempre encontrabas la forma de brillar. Aún no me explico porqué, y algo me dice que nunca lo entenderé. Solo sé que todo cerca de ti se sentía bien. Hubo un momento en el que acepté muy en el fondo que me gustabas, tanto que un día fui con una amiga y le dije “Creo que también me gustan las chicas.” (Ignoremos el hecho de que casi hui luego de decirlo.), mi amiga me preguntó porqué lo dije, y le respondí que simplemente siempre lo supe. Es verdad, siempre lo supe, pero decidía dejárselo al tiempo para que lo revelara solo. Pero claro que lo dije por ti. Hasta que, por un momento, decidí ser sensata y aceptarlo al fin. Fui y, bueno, le dije a la mitad de las personas que me rodeaban; (Sorry, mi culpa). Luego de aceptarlo tenía ganas de hacer cosas que he pensado y temido, supongo que fue un golpe de energía, de rebeldía, quizás valentía. La cosa es que le hablé a alguien con quien hace tiempo no hablaba. Él me dijo que le gustaba, luego me dijo que era broma, luego me dijo otra vez que le gustaba, y después me dijo que no. Creo que, si estás leyendo esto, a este punto ya te habrás dado cuenta que tu turno continúa; tú, quien estuviste cuando nadie más y, por pura coincidencia, te fuiste cuando lo había. He de admitir que tenía miedo de escribir sobre ti, que dejé mucho tiempo de diferencia entre las personas anteriores a las que les escribí y tú. Había hablado antes de ti, como la amistad contigo era tan única que sentía que nunca íbamos a dejar de hablar. Sé que quizás esto no te guste, porque te gusta no resaltar, pero le hablé a algunas amigas de ti porque no sabía si creerte; no sabía si solo era un juego. Todas dijeron que no debía escucharte, que siga con mi vida porque solo eras un idiota; y yo te creí porque quería hacerlo, te creí porque en algún momento me llegaste a gustar y me pareció tan imposible que no me molesté en pensarlo, te creí y te seguí creyendo porque sé que eres (O eras) la clase persona que se toma en serio cada palabra. Pero lo siento, no pude creerte por siempre; necesitaba saber y creer. Así que te di mil y una oportunidades de decirme que te importara. Me lo dijiste, sí, y supe que te importaba pero no en ese momento; lo supe tiempo después. En ese momento me alcanzó para creerte, pero llegó un momento que vinieron las preguntas, las dudas, y en serio necesitaba que me digas lo que significaba lo que me decías; que me aclares lo que valían tus palabras, si es que no estoy exagerando y no te importaba lo suficiente. No digo que no hayas dado lo suficiente, porque luego supe que lo hiciste; digo que, si creías que era una palabra segura y por eso te gustaba, estabas equivocado. Soy segura hasta que noto que las personas están a mi lado. Perdón por no creerte, perdón menospreciarte; perdón porque te quise mucho y fue mi error alejarme cuando te prometí no hacerlo, pero necesitaba estar segura y no podías hacer nada para cambiarlo porque era mi problema. Te quise mucho; te quise tanto que no puedo escribir esto sin llorar (Di lo que quieras, puedo tener sentimientos exagerados pero lo sentí así), te quise tanto que cuando pienso mínimamente en ti tengo que huir de mí misma para no sentir por mucho tiempo ese nudo en la garganta. Eras correr riesgos, eras la opción que parecía que me iba a destruir pero se sentía segura. Hubiera hecho contigo cosas que con nadie hubiera hecho. Lo nuestro era especial, se sentía especial; se sentía único. Me alejé porque me dolía pensar que no me querías y que yo era la única sintiendo cosas tan fuertes. Y sí, contigo tuve miles de primeras veces; porque cada día sentía que hacía algo que nunca había hecho, era imposible que me aburra de una persona como vos; pero me cansé. Siento que perdí a una persona que nunca podré tener cerca nunca más, ahora lo único que quiero es volver a esa amistad; solo quiero volver a hablar de cualquier cosa contigo, quiero escuchar de tus cosas porque sé que no las dices a las personas seguido; quiero escuchar tu voz, quiero saber que al menos un segundo al día soy algo para ti, alguien que pueda estar para ti. Porque eres una persona increíble, eres una persona de esas que vale demasiado, de esas personas que se hace valer sin quererlo; de esas personas que cualquiera debería querer cerca, y a las chicas (Que igual probablemente no sepan que hablo de ti) nunca lo pierdan como yo lo perdí y los dos nos perdimos. Estoy agradecida de haber estado un poquito en tu vida y tú hayas estado en la mía. Pero espero que algún día podamos volver al inicio, pero no eso que hizo que todo se vaya de curso y nos quedemos sin nada. Lo siento tanto. En algún momento en el que estaba ocupada en pensar en él, dejé de hablarle a ella. ¿Sabes? Soy una persona que no puede hablar todo lo que hablaba contigo y con él con más de una persona, así que me alejé de ti; debo parecer disco rayado, pero también lo siento. Quizás no se me ocurrió que pasabas mal rato mientras que yo estaba en otra, quizás no creía que te importaba demasiado como para que notes que no estaba. Realmente, creí que no había solución, creí que si no me hablabas era porque no te importaba, y todo lo que había creído ver que te importaba había sido solo me imaginación. Así que, muy estúpidamente, te dije cuando estabas mal “Me gustabas”, porque si había sentido algo por ti al menos iba a servir al menos un poco a que te sientas mejor. Te dije que era pasado porque quería convencerme de que ya no sentía nada por ti y de que tampoco habías sentido nada tú por mí; realmente no esperaba que me dijeras que sí lo hacías. No sabes la calma que me da leer que me quieres, la calma que me da hablar contigo, el hormigueo que me da solo de pensar en ti. Porque tú eres todo lo que necesito, exactamente eso. Tú eres todo lo que se siente bien, como si siempre debió ser así, y te quiero. Te quiero porque eres la clase de persona que siempre quise ser y de las personas que sé que hacen bien cerca. Te quiero porque siempre eres dulce hasta cuando dices cosas que no lo son, te quiero porque brillas de tal manera que me ciega, te quiero porque contigo puedo pensar en tener cosas buenas, cosas lindas; en hacer las cosas bien. Hermosa, me haces mucho bien y solo me dan ganas de abrazarte (Y te digo que es bastante porque no me suelen gustar los abrazos), me haces dejar de pensar en cosas que me hacen mal y dejar atrás todas las cosas negativas que pienso. Ya no sé qué más decirte, así que por favor, recuerda que te quiero y que yo sé que a veces no te ves tan bien como lo hace el resto, que a veces estás mal y no puedes alumbrar con tu brillo todo, pero tienes que saberlo que aun así puedo verlo, y que no dejaré de verlo porque me demuestres que te sientes mal; porque para mí, cerca de ti todo se siente increíblemente bien, y quiero que también tú te veas así. Y, por último, quiero terminar con la persona con la que empezó el año. A mediados de noviembre, dijiste que aún te gustaba. También se lo dijiste a mi amiga pocos meses antes, quería que lo sepas aunque no vayas a ver esto. -•- Creo que le debo a todas las personas que formaron parte importante este 2017 de mi vida, aunque se hayan alejado, al menos formar parte de este recuento. Si no han aparecido, es porque hace muy poco han empezado a formar parte de mi vida, o no hablamos lo suficiente para poder escribir mucho de ustedes. Con esto espero dejar todo atrás y seguir adelante donde deba y se pueda.
Euge Lew, Referents; or whatever.
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