#venicomosos

[quietoodisparo]

“¡Pero qué bucles más preciosos!” era la frase que más solía escuchar cuando era chica. Llevaba el pelo un poco más arriba de la cintura, y las ondas me caían sobre los hombros. Recuerdo las colitas y las trenzas cocidas que mi abuela me hacía, las cintas, el gel, los mil litros de spray y las hebillitas en la cabeza. A los seis años lo corté cortito, y a los quince empecé a teñirlo, pero siempre lo cuidé muchísimo: lo cepillé, le hice mil baños de crema y le apliqué productos y tratamientos para mantenerlo impecable: negro azabache, largo y ondulado, brilloso y abundante. Más adelante entendí que mi pelo me daba la seguridad y el amor propio que no tenía, y durante mucho tiempo creí que lo más importante era lo físico, la carta de presentación. A los 20 años me diagnosticaron Alopecia Areata, una enfermedad psicosomática que reconoce los folículos del pelo como algo malo, y los mata. El impacto que esta situación tuvo en mi vida fue tan fuerte que me sumió en una depresión absoluta, más otros problemas bastante graves de salud. Hoy, después de cinco años de idas y venidas y de muchísima lucha, sigo aprendiendo: soy hermosa, porque Cristo vive en mí, y eso me hace genial por dentro y por fuera. No importa cómo me vea en apariencia, Él me ama igual y quiere mi corazón. Y yo... Yo también me amo, aunque cueste. Si te sentís identificade con esto, tengo algo para decirte: dejá de castigarte, Dios te ama así como sos y quiere lo que hay adentro tuyo. Que tu belleza exterior sea un reflejo de tu corazón. QUE CRISTO CREZCA EN VOS💛 Pd: los pañuelos me quedan geniales. #alopeciaareata #alopeciaawareness #beautyontheinside #venicomosos https://www.instagram.com/p/B38itoAgPvM/?igshid=1kpqr054vb911