Tumgik
thetwodos-blog · 6 years
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       Día 13 mes quinto del año 782 nueva era.
      No soy un sujeto que cree en las casualidades o en aquellos sucesos aleatorios los cuales personas tratan de buscar sentido o mensajes ocultos, creo firmemente que vivimos en un mundo de lo absurdo y que en vez de perder tiempo en encontrar un significado místico de las cosas, debemos estar agradecidos de vivir el presente. 
Dime, a caso, ¿no estoy en lo cierto? Tu semblante refleja lo absurdo de lo que lees y tu mente no busca un significado místico de esto, al contrario, está tratando de explicarse por qué ha llegado a sus manos la carta de un desconocido. Pues bien, después de toda una introducción sobrada quiero explicarte la razón por la cual este trozo de papel ha llegado a ti en condiciones algo dignas y presentables, espero. 
  Hace dos días estaba explorando, junto a mi escuadrón, la zona Sur del sector A2 después de un bombardeo aliado, entramos a los vestigios de un edificio que se dedicaba al servicio postal, bueno eso dedujimos debido a que entre las ruinas y el fuego, encontramos partes de mapas de la zona conurbada, algunos timbres postales y sobres pálidos, de esos hechos a base de hojas, flores y tallos, de textura áspera con el olor característico a maderas, sobres clásicos de esta región. Ya en labores de identificación y búsqueda de sobrevivientes o evidencia de la raza enemiga, entré en una habitación mediana en donde el fuego se extendía rápidamente, fue mi sorpresa el encontrarme con cantidades de sacos y cartas que se incendiaban desprendiendo un humo denso y negro, me imaginaba que aquel humo, olor y movimiento voraz de las flamas se debía a todas las palabras y mensajes que se estaban perdiendo y extinguiendo, debo confesar que fue un poco triste el saber en que los destinatarios no iban a recibir respuestas, notificaciones o simplemente las confirmaciones de que amigos o familiares seguían con vida, tratando de rescatar la dignidad que esta guerra ha mutilado. 
Pensando en esto, agaché la mirada y fue mi sorpresa el encontrar un sobre a medio quemar a un lado de mi bota. Pisé repetidamente tratando de apagar el fuego y al levantar los restos chamuscados y cenizos, logré leer que la remitente del mensaje era Yej Susen y que había sido enviada de la zona norte sector G1, guardé el trozo pálido de papel como recuerdo de que al menos pude conocer el nombre de quien era la remitente y que este acto podía traerme buena suerte, sin embargo por otro par de días, el remordimiento de saber que una carta proveniente de muy lejos, no tendría respuesta y el hecho de tratar de adivinar las palabras exactas del contenido, me hicieron comenzar a escribirte para notificarte lo sucedido.
 Así que señorita Yej Susen (me convencí de poner señorita por el estilo de tu letra, de molde, muy redondeada y simétrica) espero dar un poco de certidumbre a su espera. También quiero que sepa que la zona está devastada, únicamente estamos en pie los soldados de las guardias reales y algunos miembros de los reinos y razas amigas, el fuego, las bombas y los enfrentamientos acabaron con la vida de estos pueblos rurales, es un poco deprimente el paisaje, pero espero que una vez más se restaure el orden y la paz.
Dirá, señorita, que soy un grosero por no haberme presentado, soy un aliado y soldado de tercera línea, un nivel no tan malo para mis 28 años, llevo 38 meses en servicio militar, por suerte hasta hoy con la victoria y orgullo de seguir en pie y completo. Nunca he recibido heridas mayores y trato de imaginarme el cómo se veían las ciudades y poblados que nos toca invadir o proteger. No he visto a mis amigos en más de un año, los escuadrones cambian constantemente debido a las necesidades de las misiones, soy hábil con los tiros a distancia y en espiar para conseguir información. Me despido por el momento, espero mis palabras le hayan ayudado en algo señorita, si en su deseo está el notificarme su acuse de recibo, le agradeceré mande el mismo por medio del servicio postal Aliado-Militar, mi código único de ubicación es el DL1303-P67. 
Sin más señorita Yej Susen , quedo a sus órdenes, esperando que el paso de la guerra y la restauración le pinten una sonrisa y esperanza.
Sinceramente:
Asid H. J.
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