Estás rota, lo vi mientras me contabas de tus penas y creías que no valías porque todos tus ex novios te habían engañado.
Cuando me contaste que habías caído en la anorexia ya que siempre fuiste gorda y nadie te quería.
Estás rota, cristales te rodean, no importa si me corto, si sangro sabré que estoy vivo.
Cuando me dijiste 'nunca tuve el valor para suicidarme, ni para cortarme, tomaba pastillas pero solo para dormirme. Odiaba mi vida, ya no, aunque aún le sigo temiendo a la muerte".
Estás rota y de los pocos, eres una por quienes pondría las manos al fuego.
Te vi cantar, te vi renegar, te vi reír, te vi apagar la mirada cuando me contaste que abusaron de ti.
Comienza, mayormente, con una sonrisa,
donde se ven envueltos doce músculos
de un rostro
lleno de alegría.
Una mano, acariciando el rostro de la amada,
pegada a un antebrazo,
pegado a un brazo,
pegado a un ser de sueños.
La otra mano en una cintura huesuda,
Flexionando braquiales y
braquioradiales,
acercando hacia su pecho a su universo hecho carne.
Y llegamos a lo más importante:
Los labios;
donde trabajan en conjunto el orbicular,
el superior y los cigomáticos: mayor y menor.
La sonrisa de ella lo contagia a él,
Quien se atreve a acariciar el rostro de la amada
mientras la toma de la cintura acercándola delicadamente
Para simplemente amar.
¿Quien eres? ¿Un fin de semana y ya quieres quedarte?
No me sorprendería si te vas, a decir verdad, solo espero eso al final de cada cierto tiempo con cada diferente persona.
Me sorprendería que te quedaras.
Sin embargo, dame tiempo para procesar, no me digas “ich liebe dich” y sonrías. No me digas que me quieres antes de ir a dormir, porque creeré que soñarás conmigo y se que no es así.
Cuéntame más de ti. Comamos más Mc Donalds. Juguemos más Fruit Ninja.
Caminemos y tomemos Smirnoffs saborizados un viernes bajo la lluvia, te puedo esperar en el paradero 18, 19, 20, 25, 30 minutos y hacer que parezca un accidente encontrarnos.
Pero dame tiempo y si quieres acabar con mi tiempo, no huyas con él.
Si te ibas o te quedabas llegó hasta darme igual por momentos. Sin embargo, solamente bastaba que sonrieses, rosaces mi mano, mi mejilla con tus labios.
Que me dieras una palabra y el alma volvía. Todo se calma, todo en orden, control del caos. ¿Amor? Quizás. ¿Te importa? Quizás.
Y es ese quizás que preferiría fuese un "sí" o un, somero parco y soso, "yo también", pero no va a suceder.
Te seguiré queriendo, podré demostrártelo a veces, quizás, al verme viéndote, entiendas mis silencios, mis risas lejanas, mis momentos silenciosos.
Quizás entiendas como, sin saber y sin querer, terminé enamorándome de ti.