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[tocando-el-cieloo]

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Estás vivo, siéntete vivo.

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Vete despacio. Sal de mi vida haciendo desorden. En la mayor cantidad de movimientos. Por favor, te lo pido, márchate despacio; después de quinientas tazas de café y un millón de conversaciones.

Tarda muchos años yéndote.

Si es inevitable no verte, lo acepto, pero no desaparezcas a la primera, por favor. Ve perdiendo el color, de a poco, desvaneciéndote junto al recuerdo, prosigue hasta ser una transparencia; sin dar cuenta hasta mutar invisible. Dime muchas veces que te vas, diario, durante cuarenta años. Despídete tres veces al día. Termina nuestra relación seis veces por semana.

Cuando me dejes, espera un momento; cinco minutos y un beso, cinco minutos y adiós, cinco minutos y otros cinco minutos.

Toma cualquier pretexto; tu blusa, tus faldas. Regresa por tus cartas, de una en una, de letra en letra. Regresa por tus medias, por la taza, las sabanas. Déjame esconder algunos objetos; regresa por ellos y finge no encontrarlos. Como si no conocieras a la perfección mis lugares secretos. Regresa por mis cosas, toma cualquier circunstancia. Regresa por el polvo y los recuerdos.

No regreses por mí. Aléjate de mi vida, pero hazlo, por pura consideración, muy despacio. Dale tiempo al tiempo que separar un par de vidas no es cosa de días. Llama por teléfono y reduce las palabras, una por año. Deja que tu voz se esfume. Llama hasta que lo único por decir sea el timbre, tu nombre en la pantalla. Solo recuérdame que estás ahí, que aun existes, que no eres ficción en la memoria.

Recuerda que algún día hubo amor y la creencia de ser el uno para el otro.

No me malentiendas. Sí vete, lejos. También estoy harto de tu carácter y los problemas, los malentendidos, los engaños, las traiciones. Estoy harto que corriendo de tus brazos caiga en los de otras mujeres. Estoy cansado de quererte. Cansado de esta relación que daña sabroso, daña rico, lastima placentero. Fastidiado de los celos, las locuras, las drogas y los besos. Cansado de no saber qué cosa es el amor; que todo suene a pecado y condena.

No más.

Vete, largo de mi vida; pero hazlo, por pura consideración, a paso forzado, muy lento. Vete, pero tarda ochenta años.

- Véte. José de la Serna

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QUIERO que sepas

una cosa.

Tú sabes cómo es esto:

si miro

la luna de cristal, la rama roja

del lento otoño en mi ventana,

si toco

junto al fuego

la impalpable ceniza

o el arrugado cuerpo de la leña,

todo me lleva a ti,

como si todo lo que existe,

aromas, luz, metales,

fueran pequeños barcos que navegan

hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,

si poco a poco dejas de quererme

dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto

me olvidas

no me busques,

que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco

el viento de banderas

que pasa por mi vida

y te decides

a dejarme a la orilla

del corazón en que tengo raíces,

piensa

que en ese día,

a esa hora

levantaré los brazos

y saldrán mis raíces

a buscar otra tierra.

Pero

si cada día,

cada hora

sientes que a mí estás destinada

con dulzura implacable.

Si cada día sube

una flor a tus labios a buscarme,

ay amor mío, ay mía,

en mí todo ese fuego se repite,

en mí nada se apaga ni se olvida,

mi amor se nutre de tu amor, amada,

y mientras vivas estará en tus brazos

sin salir de los míos.

- Si tú me olvidas. Pablo Neruda

[tocando-el-cieloo]

Llénate de mí.

Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.

Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.

Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,

Soy el que pasó saltando sobre las cosas,

el fugante, el doliente.

Pero siento tu hora,

la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,

la hora de las ternuras que no derramé nunca,

la hora de los silencios que no tienen palabras,

tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,

tu hora, medianoche que me fue solitaria.

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.

Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.

No, no quiero ser esto.

Ayúdame a romper estas puertas inmensas.

Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.

Así crucificaron mi dolor una tarde.

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.

Mi corazón no debe callar hoy o mañana.

Debe participar de lo que toca,

debe ser de metales, de raíces, de alas.

No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,

no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.

No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.

Entonces gritaría, lloraría, gemiría.

No puede ser, no puede ser.

Quién iba a romper esta vibración de mis alas?

Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra?

No puede ser, no puede ser, no puede ser.

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.

De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.

Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada.

Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.

Vamos juntos. Rompamos este camino juntos.

Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.

Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.

Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.

Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,

inundando las tierras como un río terrible,

desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos,

destrozando,

quemando,

arrasando

como una lava loca lo que existe,

correr fuera de mi mismo, perdidamente,

libre de mí, Curiosamente libre.

¡Irme, Dios mío, irme!

- Llénate de mi. Pablo Neruda

[tocando-el-cieloo]

Hay besos que pronuncian por sí solos

la sentencia de amor condenatoria,

hay besos que se dan con la mirada

hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles

hay besos enigmáticos, sinceros

hay besos que se dan sólo las almas

hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,

hay besos que arrebatan los sentidos,

hay besos misteriosos que han dejado

mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran

una clave que nadie ha descifrado,

hay besos que engendran la tragedia

cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios

que palpitan en íntimos anhelos,

hay besos que en los labios dejan huellas

como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas

por sublimes, ingenuos y por puros,

hay besos traicioneros y cobardes,

hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa

en su rostro de Dios, la felonía,

mientras la Magdalena con sus besos

fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita

el amor, la traición y los dolores,

en las bodas humanas se parecen

a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos

de amorosa pasión ardiente y loca,

tú los conoces bien son besos míos

inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso

llevan los surcos de un amor vedado,

besos de tempestad, salvajes besos

que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;

cubrió tu faz de cárdenos sonrojos

y en los espasmos de emoción terrible,

llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso

te vi celoso imaginando agravios,

te suspendí en mis brazos... vibró un beso,

y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos

son de impasible corazón de roca,

yo te enseñé a besar con besos míos

inventados por mí, para tu boca.

- Besos. Gabriela Mistral

[tocando-el-cieloo]

¿Has conocido a una persona rota?

No de aquellas que fingen serlo, una persona rota de verdad, a la que ya no le entran personas y ya no le salen palabras. No le entran más personas porque no las quieren perder, prefieren evitar el gusto y el ecanto de conocer a alguien nuevo, porque en realidad no vale la pena el dolor, las lágrimas, el sufrimiento, prefieren aislarse y sentir a solas su dolor, han dejado de confiar en la gente; ¿Realmente alguien los escucha? ¿Los entiende?

Al final, nada vale la pena, bien dicen “polvo eres y en polvo de convertirás” que tontería que alguien pierda el tiempo con personas, con música, con arte, si al final no te llevas nada, pero eso en realidad no quiere decir ¿Qué todo vale la pena?

Archivo este recuerdo, no quiero ni parpadear porque quiero recordar de memoria el ritmo de tu respiración, los latidos de tu corazón, cuando me tocas se acelera, cuando está en calma parece que no latiera, deberías ver tus ojos, como tus pupilas se agrandan o se hacen pequeñas, como tus gestos delatan lo que sientes, archivo este momento contigo, solo contigo, no hay nadie más, ¿Sientes como mi corazón se acelera y desacelera? Oye la música, siéntela, recuérdala, no olvides el aroma, ese aroma tan definido que emana de tus poros, recuerda el sentimiento, recuerda lo que estás sintiendo, esta libertad tan peligrosa que me haces sentir, soy capaz de todo.

Solo por esto se que vale la pena todo.

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Todos buscamos quien nos salve de una mala hora, de un mal día... de una mala vida.

[tocando-el-cieloo]

Contigo compruebo que no es el tiempo, que es la persona.

Porque hay personas con las que pierdes el tiempo,

personas con las que el tiempo pasa volando,

y otras cuantas con las que sientes que recuperas el tiempo perdido,

Pero también compruebo que el azar y el amor, van tomados de la mano,

pero que pocas veces coinciden en tiempo y espacio,

porque el amor puede estar, pero el azar te hace fracasar,

o tal vez el azar está a tu favor,

pero en ese mismo momento el amor se vuelve en tu contra,

compruebo que si, que a veces si es la persona pero no el momento correcto,

y a veces es el momento correcto, pero no la persona.

[tocando-el-cieloo]

CIEN MIL ARMADURAS

Hola, solo quería decirte que hoy me falto tu risa, hoy me faltaron tus bromas, tus abrazos. Realmente no me había percatado que me acostumbré a ti, tanto que a veces siento que hablo como tu, que pienso como tu, me acostumbré a tus largas visitas y a los cortos silencios que hay entre tu y yo. A los largos besos, pero los cortos sentimientos revelados.

En realidad nunca se como te sientes, eres tan cambiante, justo como las estaciones, a veces eres tan fastidioso como el calor en verano, pero a aveces eres distante como el frío en invierno, resulta que no admites lo que sientes y que muy pocas veces realmente eres sincero, creo que ocultas todo detrás de esa coraza irrompible, impenetrable. Conozco cien mil versiones de ti, hay unas versiones que me encantan, que se dejan llevar, que son sinceras y hay otras que no quiero volver a ver, son egoístas, narcisistas, egocéntricas. Cada día me pregunto si alguna vez podrás admitir que me quieres, que te gusto, que te sientes enamorado, ni siquiera yo podría asegurar que te sientes así, porque demuestras tantas cosas y contradices muchas otras, me confundes,

¿Realmente seré yo quien te conoce mejor?

Creo que ni tu mismo te conoces, has creado tantas armaduras con personalidades distintas, que creo que perdiste la tuya, la real, la primera.

Si le pidieras que te definieran uno por uno a tus amigos, creo que dirían cosas tan distintas, completamente contrarias porque a cada uno le muestras la personalidad que ellos esperan ver en ti, pero no la tuya, la original. Una vez sentí que estuve cerca de conocerla, casi creí tocarla y en un instante se esfumó y se enterró detrás de las cien mil armaduras.

Creo que casi he besado a todas, he escuchado llorar a unas cuentas, he sentido el despotismo de otras, pero realmente me enamore de todas, imaginate conocer a cien mil personas en una sola, es una locura.

Pero de lo que si estoy segura es que las cien mil me aman y las cien mil temen perderme, ahora entiendo que no sólo es el miedo de una sola persona, es el miedo del déspota, del narcisista, del egoísta, del amoroso, del atento, del detallista, del caballero y el miedo más grande es el tuyo, el del tú real, de ese que se enterró ahí después de las heridas, después de las derrotas.

Me enamore de una sola persona que se encuentra escondida detrás de cien mil armaduras. Pero al final me enamore otras cien mil veces, porque me enamore de todas las demás.

[tocando-el-cieloo]

Desearía poder despedirme de ti, en un abrazo, en un beso, en una risa, tomandote de la mano aunque no te gusta para nada, apretando tu cara con mis manos, haciéndote piojito, peinandote las cejas, desearía poderme despedir de ti, pero no puedo, no puedo decirte adiós, no quiero decirte adiós. Pero bueno que mas nos queda, tal vez debí haberte querido mejor, de otra manera, desearía poder saber que fue lo que faltó, que es lo que siempre falta. Porque te juro que nos vi, cumpliendo muchos planes y llegando tan lejos. Te juro que nos vi agarrados de la mano mucho tiempo, me vi acompañándote en todos tus logros, te vi haciendome de comer, nos vi bailando.

Jamás me arrepentiré de algo como de no haber hecho las cosas bien, porque quería tenerte en mi vida, de verdad quería y al final solo me toca tenerte en mi corazón.

[tocando-el-cieloo]

Como es posible tenerte tan lejos, estando tan cerca, hoy nuestras miradas chocan, pero el amor y el fuego en los ojos no están. Y es extraño amor, pensar que algún día iba a dejarte de amar.

Bosco

[tocando-el-cieloo]

Vuelvo

Volví a saber de ti, volví a hablar de ti y sentí como de nuevo se desprendía una parte de mi y se iba contigo, desearía tanto que mi corazón no te perteneciera de está manera, que llegara el momento en el que pudiera dejar de escribir sobre ti, que no sintiera como cada parte de mi cuerpo se estremece cuando escucha tu nombre, cuando recuerda tu tacto, pareciera que el tiempo no ha pasado y que estas estremeciendo mi piel, que estas tomando mi mano y no la de ella y me estas besando a mi. 

Vuelvo a sentir como me enfermo, como me hago pequeña, como vuelvo a sufrir. Vuelvo a ti.

Pero ya no quiero volver, me dificultas el paso, me pones obstáculos, pareciera que no quieres que me vaya, pero se que si, que tengo que irme. Se me complica encontrar el motivo por el cual la vida nos junto y ahora decide separarnos, no encuentro una razón lógica que me permita usarla de pretexto para aceptar que ya no estas. Pero ya no vuelvo.

Sentí un dolor, lo admito, pequeño, casi pasa desapercibido, pero no es lo suficientemente pequeño para no sentirlo, después de decirme que te vieron me preguntan que si volvería, pero ambos sabemos que yo no vuelvo.

[tocando-el-cieloo]

Quién diría.

Y empecé a hablar de ti, como si tus abrazos, tus besos y tu compañía hubieran sanado y borrado cada herida que tenía en el corazón, siento que mi tristeza se esfumó, tan rápido, tan fácil.

Me enamore del amigo que eres, del hermano, hijo y confidente, de la persona en la que sueñas convertirte, porque ni siquiera te das cuenta que estas tan cerca, que eres puro, que eres sencillo, que eres humilde, que agradeces cuando debes hacerlo y a veces también cuando no. Tu corazón está lleno de tanto amor para dar y lo das, lo das todo sin esperar nada. Procuras, prometes y cumples, tu palabra es real, no mientes, no ocultas.

Se que puedo confiar en ti, lo supe sin siquiera probarte.

Eres leal y transmites tanta paz, me encanta que me hables de tu gato, de tu familia, de tus amigos y de ti. Me encanta que me quieras tanto, que me ames tanto y que no temas demostrarlo, siempre, sin importar el lugar, la hora, con quien estemos.

Alguna vez te dije que el tiempo era relativo porque sin siquiera darme cuenta ya eras mi mejor amigo y ahora puedo confirmar que si, que el tiempo no importa y menos cuando empiezas a amar a alguien, de todas las formas posibles, sin pretextos, sin límites.

Y de repente, quien diría, la compatibilidad es innegable, la conexión, la química, parece que el camino estaba hecho para toparme contigo, para que en algún punto pudiéramos darnos cuenta que lo que tenemos es explosivo, ningún día es tranquilo, ninguna hora es aburrida, el tiempo vuela tan rápido, todo se vuelve inolvidable, como si cada día tocaras mi corazón de una forma distinta.

Quién diría, que estaríamos aquí, con miedo a lo que pueda pasar, con miedo a lo que no pueda pasar.

[tocando-el-cieloo]

No puedo decirte que te quiero, pero puedo escribirlo.

Te quiero porque siempre me das de tu comida y porque a veces hasta me compras algo para mi.

Te quiero porque me das los abrazos mas sinceros y me dices los te amos mas bonitos.

Te quiero porque me encanta que me digas bebecha.

Te quiero porque me consientes.

Te quiero porque siempre intentas tener contacto conmigo.

Te quiero porque nunca me dejas sola.

Te quiero porque siempre me prefieres a mi.

Te quiero porque tus ojos me ven de una manera en la que no me ve nadie mas.

Te quiero porque me haces cariñitos siempre.

Te quiero porque siempre me demuestras cuanto te importo.

Te quiero porque aun sin haberte besado, he tenido la misma sensación con tan solo tomar tu mano.

Te quiero porque me haces mas fuerte.

Te quiero porque todo el día pienso en ti.

Te quiero porque fuiste a conseguir mi corazón con Dios.

Te quiero porque vamos a la iglesia.

Te quiero porque me dejas cantar en el carro.

Te quiero porque me procuras.

Te quiero porque me defiendes.

Te quiero porque siempre me sacas a bailar primero a mi.

Te quiero porque me siento como tu prioridad.

Te quiero porque me haces sentir mucho amor.

Te quiero y no sabes que te quiero.

[tocando-el-cieloo]

Durante mucho tiempo te llame mi hogar, estuve dispuesta a todo, hasta a esperar, esperar que tomarás una decisión o que finalmente te dieras cuenta que SI ME QUERÍAS. 

Me duele el saber que ahora estas sufriendo, porque a pesar de todo lo malo, jamás te deseare sufrimiento, quisiera estar ahí para consolarte, para aconsejarte. Pero no puedo aconsejarte sobre como olvidarme, como dejarme ir. 

No me parece justo el que ahora estes pagando todo lo que yo alguna vez hice por ti, porque lo hice sin esperar nada a cambio, no deseo cobrarte nada y menos si eso conlleva a hacerte sufrir. Quería ocultar que había conocido a alguien, porque aunque no es mi deber, sentía que debía cuidar tu corazón, pero al final te enteraste y te dolió, lamento decirte que ya es muy tarde y no por el hecho de que ya no quiera regresar, porque a pesar de todo regresaría a ti mil veces mas, pero ya no es bueno para mi.

Jamás me había demostrado tanto amor propio, hasta que te deje ir, hasta que deje ir algo que quería para siempre, pero que ahora me hace daño.

Estuve a tu lado por mucho tiempo, intentando que te dieras cuenta que tal vez si eramos el uno para el otro, pero jamás quisiste darte cuenta. Estuve ahí a pesar de que tu estabas con alguien más, y aun así no lo valoraste, y ahora parece que todo ese tiempo que invertí en ti y en quererte no vale la pena, porque me haces ver como si ahora por mi culpa estuvieras sufriendo y lo entiendo, te duele el corazón como alguna vez me dolió a mi.

Jamás olvides que algún día hubo alguien que te quería de verdad, con todo su corazón, y que dio TODO por verte feliz, nunca aceptes menos.

Ese amor regresará algún día, solo si es verdadero. 

[tocando-el-cieloo]

Siempre tu casa.

Nuestra casa se ha ido deteriorando con el tiempo, creo que porque han salido problemas que no hemos solucionado a tiempo, tiene goteras, las puertas rechinan, y poco a poco hemos destruido lo que solíamos llamar hogar, un hogar al que los dos estábamos acostumbrados a volver cuando había tormentas, cuando estabamos cansados, cuando necesitabamos compañía, esta casa que llamamos hogar nos ha brindado tanto y le hemos devuelto tan poco.

Nuestra casa ya no tiene solución, no podemos reparar cada pequeño detalle porque nos llevaría años, la descuidamos y estas son las consecuencias, dejamos que poco a poco los problemas se hicieran más y más grandes hasta que nuestra casa dejó de ser nuestro hogar y se convirtió solo en eso, en una casa. Descuidada, vieja y olvidada.

Ya no podemos volver a casa.

Esta casa necesita ser derrumbada, junto con los problemas y junto con los recuerdos y se que es difícil para ambos, pero jamás podremos reconstruir nuestro hogar, sin derrumbar la casa que quedó.

Con los años nos daremos cuenta si podemos volver a crear los cimientos y pilares que alguna vez formaron parte de nuestro hogar, porque nuestra casa se fue cayendo a pedazos.

Y si al final, encontramos nuestro hogar en una casa distinta, esta bien, siempre tendré los recuerdos de nuestra casa que se cayó a pedazos.