trecedenero

[trecedenero]

Siendo sincero, no planeaba algo tan simple para ti. Realmente me esforcé y quise que esto éste al nivel de lo que mereces, mis horarios me sofocan y no he podido encontrar tiempo para sentarme a escribirte y me duele porque esto no es lo que tenía en mente darte. Lamento que sea tan poco y sencillo, pero aún así escribiré sinceramente mis sentimientos hacia ti.

En mi cabeza aún se reproduce el día que te conocí, que te vi por primera vez y caí embobado a tu belleza, al principio fue únicamente eso, tu aspecto físico. Te pedí que vinieras a casa para luego salir por unos tacos, que claramente nunca pasó. Nos quedamos en casa, tomando chocolate caliente y conociéndonos, mirando It, que al final nos quedamos somnolentos por el sueño, te rogué que te quedarás a dormir en mi cama y al día siguiente te encontré hecho una bolita entre mis sábanas, esperando a que despertarás para desayunar y dejarte en casa luego, siendo tan tierno al negarte y amanenazar con aferrarte a mis piernas y no soltarme. Desde ese entonces puedo decir que fui cayendo cada vez más, mis brazos querían atraparte en ellos y tus labios eran tan deseables en besar y morder pero nada de eso podía hacer por miedo a que pensarás que era un pervertido o quería aprovecharme de la situación que estés en casa de un desconocido, no tan desconocido en esos momentos. Fuiste tan dulce y amable, ayudándome a cocinar, aferrándote a mi espalda y observandome atento, tus halagos constantes que era bueno en la cocina, y depositando besitos tímidos en mi cuello. Agarramos confianza en un instante, tanto que nuestro contacto físico fue subiendo en cuestión de horas, como jugábamos en darnos caricias, como me coqueteabas diciéndome que era atractivo mientras yo sólo me avergonzaba, siempre fuiste el más directo entre los dos, no tenías vergüenza de sentarte en mi regazo y moverte sutilmente mientras tus brazos reposaban en mi nuca y me besabas en el cuello, estábamos jodidos desde que conectamos nuestra mirada y no nos percatamos si no hasta la noche de ese día. ¿Recuerdas la primera vez que hicimos el amor? Subimos a mi habitación para distraernos con otra película, pero fue lo que menos hicimos, halage tu belleza de bebé y te sonrojaste tanto que no pude evitar mencionarlo, escondiste tu rostro con tus manos negando lo que había dicho, besé completamente tu rostro y no paré hasta que me dijeras que eras bonito, y lo hiciste pero para eso ya estaba encima tuyo mirando perdido tus labios, los míos picaban del deseo por estar unidos a los tuyos y te miré esperando ver tu aprobación o que sencillamente me alejarás, pero no hiciste nada, solo me mirabas los labios impaciente y entendí que deseabas esto tanto como yo.

Sólo paso, uní nuestros labios y no quise dejar de hacerlo, era una adicción más allá que sabías a vainilla y por consecuencia amará ese sabor. Fue un beso demasiado lento, quería sentir tus movimientos correspondiendome, tu lengua luchando con la mía por ver quien ganaba y todo desde ese preciso momento cambió.

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La letra de la canción habla por sí sola. No tengo nada que agregar.

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Después de eso recuerdo aferrarme más a ti y prácticamente comer tu boquita, separandonos solamente por el aire y volver a unirnos, mis manos fueron a tus piernas y las apretaba ansioso junto con las marcas que empezaban a tomar su color en tu cuello, mi boca lamiendo y mordiendo uno de sus dulces favoritos, y no me detenía hasta verlos lo suficientemente hinchados y rojizos, extrañandome por la linda cicatriz en tu abdomen plano y dejándolo pasar para no hacerte sentir incómodo. Vagamente recuerdo lo que te decía, halagaba tu cuerpo, tus curvas, tus gemidos suaves que hasta ese momento lo eran, nuestras ropas desaparecieron, me abracé a tu pequeño pecho y hicimos el amor. Me da ternura como al inicio estábamos tan tímidos que no intentábamos otra posición, después nos cegó el placer que terminamos haciéndolo hasta encima del pasa manos, en la ducha y al día siguiente temprano en la mañana, permaneciamos pegados con mucha necesidad del otro, descubrí ahí que nunca tendría suficiente de ti. Podremos hacer el amor durante toda la noche y madrugada, y aún así despertaré con más ganas de hundirme en ti otra vez, y nunca te negarías porque de no hacerlo yo, lo harías tú de todas formas. Como si estuviéramos conectados, y te lo he dicho, siento que nos conocemos de otra vida porque no era posible que me sienta en casa cuando estamos juntos siendo poco el tiempo que nos conocíamos, me veo reflejado en ti en un mundo paralelo, te siento tan mío que llena mi necesidad de poseerte y mi corazón se mantiene relajado. Luego de ese día, hacíamos el amor todos los días ¿Recuerdas lo agotados que terminabamos? Nada de eso impidió que siguiéramos uniendo nuestros cuerpos y siendo uno miles de veces, tu voz necesitada de atención me la sé de memoria, cuando quieres cambiar de posición y no te animas a decirlo también lo sé, tus gemidos son la mejor música que escuché en mi vida, lograste que amará mi nombre por el hecho de oírte gritarlo y rogar por él, tu sonrisa de satisfacción cuando te recuperas del orgasmo, absolutamente todo de ti me sé de memoria y lo digo con orgullo. Estoy enamorado hasta límite de ti, no puedo más con tanto amor que me haces sentir, quiero entregarte todo lo que me sea posible y consentirte tanto que seas mi niño caprichoso. Me tienes loco, estoy en tus manos, soy capaz de hacer lo que quieras con tal de que me ames siempre, sin importar lo que sea, voy a hacerlo porque se trata de ti, del niño que logró enamorar a un hombre que estaba dispuesto a no apostar más al amor. Apareciste y mejoraste el rumbo de mi vida.

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Nunca olvides este día.

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Eres más que la persona que estoy enamorado, mi confianza descansa plenamente en ti, ya no es como antes, ahora veo más allá que una relación y un compromiso en ti. Quiero hacerte saber que además de ser tu compañero, soy tu amigo y puedes encontrar apoyo en mi, somos más que una simple pareja. Estaré aquí para escucharte o simplemente quedarme callado y abrazarte fuertemente, no busques a nadie más cuando me tienes a mi ahora. Me siento dueño de ti cuando hablo así, siento que eres tan mío que podría llegar y hacer lo que quisiera contigo, me lo has dicho tantas veces como para que quedará grabado en mi mente, y se siente tan malditamente bien, Kaoru. No puedo amarte tanto, maldición.

Sé la clase de persona que soy, soy consciente de los errores que cometí y seguramente seguiré haciendo porque soy humano y aprendo de ellos cada día, pero no voy a arrastrarte a ellos nunca más, no lo mereces. No mereces nada malo, Dios, eres un angelito, si tan sólo te vieras en mis ojos... Entenderás por completo, y llorarás al saber de que manera eres amado y deseado, y te sorprenderá de la locura que soy capaz de hacer por ti. No merezco tu amor, créeme que lo sé desde que te conocí, pero no me interesa ser merecedor de ti porque haré lo que sea para ganarme ese puesto, y será mío. Ganaré, te lo aseguro.

¿Podrías dar una oportunidad a este hombre que está loco por ti?

¿Volverías conmigo, Kaoru?

¿Aceptas ser mi novio una vez más?

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Nervioso. Es poco para definir como se encontraba él en esa situación, llevaba meses imaginando este día, nunca creyó estar tan ansioso como lo estaba ahora, sus piernas no dejaban de moverse de la ansiedad, y no se percató de ello hasta que su madre se lo dijo.

Ella lucía tan radiante como siempre, con ese pelo negro hasta los hombros y su elegancia intacta como de costumbre, acompañada de su padre, un hombre de alto porte y serio, vestido nuevamente de negro como solía ser su estilo, elegante como si fuera a una reunión de trabajo. Se acercó lo suficientemente cerca a ellos y los apartó antes de que Kaoru los viera y burl��. 《Les dije que era una cena, no un velorio. ¿Por qué vienen así?》 Estos solo optaron por reírse y relajarlo al decirle que no lo avergonzarian ante el menor. E hicieron todo lo contrario. Mamá apenas vio a Kaoru salir de la habitación y soltó un grito, ni siquiera apresuró en ir hasta ellos, y cuando lo hizo, Kaoru era abrazado, o asfixiado por la misma, apretó sus mejillas y mencionó lo bonito que era repetidas veces, sonrió divertido junto a su padre, Kaoru solo era la víctima de su madre pero no interrumpió al verlo feliz y seguirle la corriente, luego antes de que su padre decidiera saludarlo, agarró su brazo decidido para que lo mirará, habló. 《No olvides que soy tu hijo, y por lo tanto tengo el mismo carácter que tú, soy capaz de hacer un escándalo si intentas incomodarlo o lastimarlo con tus palabras. Sé amable.》 No le dio tiempo a hablar y tomó distancia, guiándose hacia su menor y su madre, tratando de alejarla pero está se negaba, escuchando la risa del contrario por semejante espectáculo que hacían al intentar interferir entre ellos.

Al final, su padre terminó por separarlos, al decir que él también tenía el derecho de conocerlo, levantó su mano y espero estrecharla con la suave mano del menor, en los ojos de Kaoru reflejaba miedo y conectaron sus miradas, asintió con su cabeza intentando traquilizarlo y funciono, le mostró una sonrisa a su padre y se inclinó hacia él en forma de respeto. Su padre solo pudo sonreirle de igual manera y decirle algo que no logró oír, aumentando su ansiedad que buscó la mirada de su niño para ver si todo se encontraba bien. Y éste en respuesta camino hacia él, hizo puntillas para alcanzar su altura (que no lo logró) y jalar su camisa buscando sus labios, estaban delante de sus padres y con más ganas lo alzó a su cintura besando sus labios desesperado. En medio del beso, olvidó la presencia de su familia que se encaminó a la habitación, lo hubiera hecho de no ser que su madre aplaudió fuertemente para llamar su atención y Kaoru se reirá entre su boca.

Quedaron conversando entre que esperaban a la familia de Kaoru, su madre buscaba cada oportunidad para halagarlo, su padre buscaba información de su relación, sumergidos en la conversación, que a lo lejos se escuchó un llanto proveniente de su hija, giró su cabeza en dirección al menor, hablándole 《Iré por ella, amor.》 y volvió a dirigir su atención hacia sus padres informándoles 《Conocerán a nuestra bebé, no sean escandalosos al verla.》 Se adentró al cuarto de Ari, y la vio moverse desesperada por ser cargada y consiguiéndolo, se abrazó a él descansando su pequeña cabecita en su hombro y buscar con su mirada a su progenitor. Cerró su habitación y se dirigió hacia la sala, con Ari en brazos, como debió suponer a penas puso en pie en aquel lugar, su madre corrió para verla y admirarla, temía que su niña se asustara y llorará pero tal vez entendía que se trataba de su abuela, sonrió contenta y se movió inquieta al ver al menor, alzando sus manos esperando ser cargada por él. La tarde se resumió en risas, conversaciones largas, halagos a Kaoru y alguno que otro llanto por parte de la más chiquita de la familia, así trascurrio durante esas horas, llegando la noche y con ello la llegada de la familia restante. Prometió contenerse y portarse adecuadamente con ellos, más allá de deberse una conversación muy larga, no quería arruinar esa cena, todo tenía que salir perfecto, y si eso conllevaba quedarse callado sobre ese tema, lo haría por él. Se inclinó con respeto ante ellos, y se presentó, Kaoru a lo lejos se veía nervioso ante la presencia de sus padres pero supo disimularlo para los demás, una vez todos se sentaron en sus respectivos asientos, creyó que habría un silencio incómodo pero no fue así, las madres de ambos quedaron charlando animadamente, su padre cada vez se les unía y el padre de Kaoru cada tanto hablaba, lo miraba serio y buscando algo que decir, él solo optó por ser respetuoso, que antes de levantarse de la mesa, una vez terminada la cena, acarició las mejillas de su ajeno y besó con ternura sus labios, llamando la atención de todos.

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Tosio falsamente antes de comenzar, sus manos sudaban y su respiración se agitó, miró a su madre sabiendo lo que iba a decir, ella le sonrió plácidamente y apoyó sus manos en su cara esperando oír lo que tenía por decir. Y respirando hondo, suspirando tranquilo, comenzó a hablar. 《Creo que todos aquí saben que esto nunca se trató de una simple cena, los reuní para contarles algo y esperar su aprobación. Hace aproximadamente dos años conocí a Kaoru, realmente no fue un encuentro casual, quedamos en vernos y puedo hablar por los dos que ahí empezó nuestra historia, caí embobado por su belleza, en ese tiempo él era más chiquito que apenas lo vi cruzar mi puerta quise protegerlo, él da esa sentimiento de buscar protección y querer dársela, nunca más volvió a casa, siempre buscando excusas para que se quedará y cuando se fue, terminé yendo yo y así ninguno de los dos se separó. Me enamoré de él, como nunca lo hice por nadie, aprendí a amar y a valorarlo, esforzarme por cumplir sus gustos y expectativas, quería gustarle, anhelaba ser correspondido, y lo fuí. La primera vez que besé sus labios supe que ese era mi hogar, me sentía en casa, como si hubiera estado lejos tanto tiempo, y cuando estas tan cansado vuelves y te transmite paz. No pude ni quería alejarme, yo pertenecía al lado suyo, es ahí donde debía quedarme y cumplir con él.

Sé lo que piensan, terminé alejándome igual, pero déjenme aclararles algo... No me fuí porque no lo amaba, nunca jugué con él, nunca lo ilusione, estaba más que comprometido con esto pero mi mente me jugó en contra y no quise seguir. Kaoru lo sabe, sabe porque lo dejé y el porque decidí no continuar con lo nuestro, debía sanar, debía hacerlo si quería estar bien y quiera o no era mi debe hacerlo por mi mismo, sin tener ayuda de nadie. Pueden creer que es una excusa, está bien, pero primero escuchen y después juzguen como quieran.》Su garganta estaba seca, sus lágrimas querían salir y mostrarlo débil pero no lo permitió, y se dirigió hacia los padres de Kaoru, mirándolos y confesarse. 《Amo a su hijo, lo amo demasiado, estoy enamorado de él, completamente, aún si huyera de nuevo, créanme que el más afectado de los dos sería yo, no me alejare de su hijo aún si ustedes se interponen. Lo amo, lo amo más que nada en el vida, y quiero hacer mi vida junto a él, quiero casarme, quiero una familia más grande, quiero darle todo lo que me pida, quiero cumplir años y años a su lado... Y será así, porque logré enamorar a su hijo, logré que tenga ojos para mi y no voy a desaprovechar esto, no otra vez, él será mi compañero para toda la vida, estoy orgulloso y satisfecho de poner decírselos de frente. Haré feliz a su hijo, tanto como él me hace a mi. Por favor, denme su aprobación. Déjenme demostrarles que puedo hacerlo, que puedo darle la vida que merece. Permitanme mostrarles que soy merecedor de su hijo. Por favor.》 Lo último sonó como un ruego, pero no aguantó más ocultar su lado débil, lo dejó salir y por sus expresiones pensativas supo que valió la pena. Vio a Kaoru, estaba sollozando como un bebé, si no fuera porque aún no era todo, se lanzaría a él y besaria sus ojitos cristalizados para calmar su llanto. Creyó que era el momento y se acercó a él, se agachó para mirarlo luego de pasar las yemas de sus dedos en su rostro y mover su mentón para que lo mirará, éste se encontraba sentado por lo que le resultaba más fácil ocultar su rostro en lágrimas, mordió su labio, iba a comerlo a besos si no se detenía. 《Amor, mírame...》Susurró bajo. Iba a hacerlo, después de tanto tiempo iba a decirlo. 《Eres la persona que me ha salvado de todo lo que viví antes de conocerte, eres esa luz que necesito para poder ver y seguir adelante. Eres todo lo que necesito en esta vida, la única persona que se ha quedado a mi lado conociendome en todas mis facetas, cuantas veces tuviste oportunidades de irte y no lo hiciste, te quedaste. Te quedaste conmigo, todo este tiempo pensaste en mi como yo en ti, nos alejamos en cuerpo pero nunca en corazón. Siempre estuviste ahí, nunca te fuiste, sigue perteneciendote y nadie puede cambiar eso, ni yo mismo. Todos somos esclavos de nuestros sentimientos y nosotros no somos la excepción. Quiero que seas consciente que una vez me aceptes en tu vida, delante de todos, no te será fácil librarte de mi.》 Sujetó su mano delicadamente, trayéndolo hasta su cuerpo y cuando el menor quiso abrazarlo, se alejó y se arrodilló ante él, sorprendiendo a todos por los murmullos de cada uno. Lo miró, éste estaba expectante y asombrado, siguió observándolo mientras sacaba de su bolsillo una caja cubierta de terciopelo color negro, abriendo dejando ver un pequeño anillo de compromiso, grisáceo brillante por los diamantes cubriendo cada centímetro y fijó sus ojos a los contrarios.

《Kaoru, te casarías conmigo?》