tuvozmedacalma - Tumblr blog

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Ojalá me dijeras lo que quiero escuchar: que ya no puedes esperar más, que no quieres vivir otro día sin mí, que no puedes pasar más noches pensando en mí, que estás cansado de recordarnos. Ojalá me dijeras que ya no soportas el peso del tiempo y el piso se rompe debajo de ti, que es ahora o nunca. Ojalá me dijeras lo que quiero escuchar, para no tener que decírtelo yo: que ya no esperes más, que es tiempo de dejarme ir.

—Denise Márquez

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Meli Cueto

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“No te escribo para recordarte que te extraño. Te escribo porque ya quiero que te me acabes.”

— Coos

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“Siempre creo que la gente llega a mi vida en el momento justo cuando mis manos comenzaban a cerrar, en la esquina oportuna cuando no sabía si a la derecha o a la izquierda. Llega esa gente que igual estaba perdida, pero te muestra el camino, te acompaña así sin más, y le da vuelta al reloj. Llegan siendo sol, o poesía, siendo noches, y a veces mar. A enseñarte de sus vaivenes, a mostrarte la vida desde sus abismos, a dejarte un poco de sí en tus pestañas. Llegan cuando más necesitabas un abrazo, o un espacio en blanco. A pintarte con sus colores, a enseñarte que la vida tiene matices, que no es tan malo el día gris, que por algo otros se fueron, para que ellos pudieran entrar.”

— M. Sierra Villanueva | La de antes

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“Aquí tuve un año y medio para vivir a mi gusto; y en ese año y medio no sentí de veras más que el duro vacío de su ausencia, y la esperanza de que alguna vez vendría.”

— Julio Cortázar. Cartas 1937-1954. (via el-jujeniodeletras)

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Si debes despedirte, no busques un reencuentro.

–Anillos de Saturno.

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Al final fue una asintóta, un idilio prohibido, podes creerlo, con el poderío que teníamos, con los momentos sufridos y anhelos hechos, con las ganas tantas que nos imploraban, que coincidamos; te miraba y me encontraba, no podía no reconocerme, me abrazaba el universo, con versos coloridos y poesías dedicadas, y con distancias agendadas; y si te perdí o me rompí en aquel septiembre no me di cuenta, por que fueron mas ilusiones a la vuelta, y todavía creo en tus promesas…

goonzarc

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“En ingles: I love you. En Sabines: No es que muera de amor, muero de ti. En Cortázar: Porque, sin buscarte te ando encontrando por todos lados, principalmente cuando cierro los ojos. En Austen: Mi corazón es y siempre será tuyo. En Benedetti: Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a amarme sin respuestas. En Lorca: Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero. En Sabina: Todos los días tienen un minuto en que cierro los ojos y disfruto echándote de menos.”

— Riki

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“A veces uno amanece con ganas de extinguirse…como si fuéramos velitas sobre un pastel de alguien inapetente. A veces nos arden terriblemente los labios y los ojos y nuestras narices se hinchan y somos horribles y lloramos y queremos extinguirnos. Así es la vida, un constante querer apagarse y encenderse.”

— Julio Cortázar.

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“Cuando se ha tenido la suerte de amar con fuerza, se pasa uno la vida buscando nuevamente ese ardor y esa luz.”

— Albert Camus. Retorno a Tipasa. El verano. (via el-jujeniodeletras)

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“Y hablamos de todo, de todo lo que había escrito, de mi deseo de abandonarlo. A medio terminar, ya me estaba besando, desabotonando mi vestido. Y nos perdimos el uno en el otro. Y olvidamos todo con el hambre que sentíamos por el otro. Felicidad.”

— Anaïs Nin. Diarios amorosos: Incesto. (via el-jujeniodeletras)

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Eran amantes de una noche. De auto hoteles de una carretera cualquiera, de un miércoles por la noche, tras haber pasado toda la cita bailando como dos personas que nunca se conocieron del todo cuando las probabilidades eran altas. Jamás decidieron dar un paso más. Por miedo de arruinar lo poco que habían construido.

Se desvestían y tenían sexo como si mañana les faltaría el amor que encontraban en el otro. Como si mañana aquella piel fuese de otro, donde ya no podrían besar ni tocar ni convertirla en poesía cada noche. Se arrancaban las cicatrices con la boca y las tiraban al suelo junto con la ropa. Y brillaban. Joder. Cómo brillaban aquellos que no eran nada, ni historia ni cuento, ni siquiera llegaban a microcuento, pero aquel pedazo de vida que compartían a escondidas del mundo se convertía en secreto. Lo declaraban inconfesable porque era suyo. Eran egoístas con aquel trozo de historia.

Luego se vestían y, mientras él la llevaba de camino a casa, ella se dedicaba a ver a través del retrovisor y ver cómo todo se resumía en un adiós, y que avanzar significaba dejar todo atrás, enterrado con las vivencias y risas, las lágrimas sobre la almohada y el sudor de las sábanas, los malos días confesados sobre un hombro que soportaba muchas tormentas caídas.

Y ahí, en aquel carro, iban dos. Dos que brillaban cuando la noche caía.

Benjamín Griss

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Mi mamá siempre me ha dicho que a fuerzas ni los zapatos entran, pero que difícil resulta renunciar a algo o a alguien que quieres mucho. A veces siento roto el corazón e inevitablemente me pongo a llorar, no es fácil entender que el amor no se obliga, es un sentimiento que requiere libertad, no lo podemos mezclar con otros, porque se altera y causa dolor. Recuerdo todas las veces que me he quedado queriendo en solitario, siempre enamorada de más, conformándome con migajas, atenta a cualquier esbozo de un cariño fugaz. Todo por no aprender a irme a tiempo, desde el primer indicio de cambio. La falta de interés que jamás pasa desapercibida, las nulas muestras de cariño, la poca complicidad, pienso en todo eso y me duele aquí, en medio del pecho, no sé si sea el alma, aún así prefiero el dolor a no sentir nada. Esto es estar viva, esto es tener un corazón.

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Ahora que ya te perdí, ¿Qué se supone que haga? Vuelvo a mi más fuerte, extiendo mis alas, y ya,  eso es todo. Quererme es lo mejor que puedo hacer.

yo escribo, m.c

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“Un día me dijiste que yo tenía cara de mujer a la que siempre se vuelve y yo te espero ahora o cuando sea y donde sea y como sea. Quiero que sepas.”

— Eduardo Galeano. La canción de nosotros.  (via el-jujeniodeletras)