unlibroporcadaherida

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Adiós

Tomaste mi mano y mirándome a los ojos susurraste una promesa.

Las promesas de amor nunca se cumplen, y duelen.

Pero esta vez no quiero nada.

Ya no me dan ganas de esconderme entre tus brazos.

Cuando gritas ya no escucho, no hay sonido alguno.

Me miras con los mismos ojos de hace seis meses pero… ¿por qué ya no siento lo mismo?

Sigue besándome, que no voy a sentir nada.

Acabas de jurarme que te vas, has tomado tus cosas y salido por mi puerta, pero te has detenido ahí más tiempo de lo normal, esperas que vaya por ti, pero por primera vez no lo haré.

No lo había notado anteriormente, pero ya te solté y ni siquiera sentiste tu mano sin la mía.

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Flaco

Verte caminar por los pasillos con tus Vans negros me fascinaba.

Tus miradas de reojo significaban más que un signo de stop.

Cada que sonreías me daban ganas de comerte la sonrisa a besos.

Cada que te ibas prefería voltear hacia otro lado.

Han pasado 3 años. Crecí, maduré y tú también lo hiciste.

Cambiaste tus Vans negros por unos blancos.

Ya no miras de reojo, ahora miras fijamente sin apenarte.

Te guardas las sonrisas para no hacerme incomodar.

Y al despedirte me obligas a mirarte a los ojos.

3 largos años, y me sigues alegrando la existencia cuando dices "adiós, flaca."

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Winter

Ya es diciembre otra vez.

Vuelve a buscarme como hace un año.

Vuelve a tomar mi mano por primera vez y haz revolotear las mariposas en mi estómago.

Vuelve a mirarme con esos ojos asustados.

Cuéntame otra vez sobre tu familia y tus gatos.

Prometo contarte sobre mis libros y mis manías.

Déjame presentarte a mi madre nuevamente.

¿Aún te acuerdas de mi cuando visitas las librerías?

Hazme revisar el reloj mil veces tan solo para darme cuenta de que llegas en 5 minutos.

Volvamos a hacerle bromas a las personas en las calles.

Caminemos por la ciudad tomados de las manos y con los corazones entrelazados.

Perdona cada uno de mis errores.

Déjame enamorarte una vez más.

Quiéreme en invierno, otra vez, como antes.

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Changuito

Te quiero.

Me muero de amor cada que te miro a los ojos.

Me duele tenerte tan cerca y no poder abrazarte, justo cuando ayer eras mío y tenía la libertad de hacerlo.

Pero hoy ya no lo eres.

Ni siquiera sé lo que eres para mí, porque te juro que a un ex no lo vería con estos ojos.

Tampoco un amigo. En la amistad no caben los besos que quiero darte.

Nunca pude decirte lo mucho que tus abrazos me curaban.

Juro que una pequeña parte de mi revivió gracias a ti.

Pero todas mis ilusiones se quemaron cuando te vi partir.

Le pedí a mis pies que corrieran tras de ti y te hicieran volver, pero me congelé.

Y ese es el problema, que estoy tan congelada que tu calor me asustaba.

Aun cuando sabía que tus manos eran el lugar correcto para derretirme.

Ojalá pudiera decir que tú tuviste la culpa, que nos separamos gracias a ti.

Es mejor que decir que mi inseguridad me impidió seguir caminando de tu mano.

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 y es que si tú te llegas a ir, me muero

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stuck in the middle

Dañada.

Estoy dañada hasta los huesos.

Que gracioso que con quien más herida me mostré, fue el primero en enterrarme más dagas.

Tú mirada me cura, pero tu boca me destroza.

No sabes la cantidad de veces que he jurado que es la última que me haces llorar.

Pero siempre consigues nuevas estrategias para derramar mis lágrimas.

Y el ciclo continúa, sin éxito alguno.

Forzar la vista y apretar la mandíbula ya no me funciona como mecanismo de defensa.

Estoy jodida. Estamos jodidos.

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Desastrosa coincidencia.

Un día logré ser feliz.

Usaba brackets, tenía cabello bonito y la sonrisa más grande que ahora.

Y también te tenía a ti.

El primer y más grande amor de mi vida, apareciendo justo cuando no debía.

Eras lo que siempre negaba querer pero inconscientemente buscaba.

Hablábamos por horas durante todo el día, incluso había noches en que no dormíamos, solo nos escribíamos mutuamente por mensajes de texto.

Y al siguiente día me contabas de cómo te habías quedado dormido en tu clase de Urbanismo.

Siempre peleábamos porque te mandaba a dormir muy temprano, y tú gritabas que “no te corriera, que ya eras grande y sabías lo que hacías”.

Pero me gustaba.

Me gustaba que defendieras lo que sentías y lo que querías.

Nunca bailabas conmigo en las fiestas, te hacías el duro diciendo que “los rockeros no bailan cumbias”, pero cuando estábamos solos bastaba con que escucharas cualquier melodía para bailar a mi lado.

Odiabas leer, pero por mi leías uno que otro libro, y al terminarlo me decías “Estuvo buenísimo, pero éste si fue el último”, y al siguiente mes empezabas otro.

Jugábamos como niños en cualquier lugar, sin importar quién estuviera presente.

Leías mis gestos y sabías el dolor detrás de un “estoy bien”.

Nunca te ponías celoso, a pesar de que yo te daba muchas razones para estarlo, estabas demasiado confiado en que me quedaría contigo, y así lo hice.

Me gustaba que estuvieras tan dañado como yo, así nos entendíamos mejor.

Pero también nos lastimábamos.

Ojalá me alcanzaran los dedos de la mano para contar las veces que nos gritamos en la calle, las veces que te empujé para que desaparecieras de mi vista.

Desearía que esa noche no hubieras tomado tanto, que yo estuviera más tranquila y que ella no se hubiera aparecido para hacerte encabronar.

Lloré más veces gracias a ti, que las veces que me llevaste al cine.

Pero yo también te grité, te mentí y me desaparecía cuando más me necesitabas, incluso esa pequeña cicatriz que te adorna en el pómulo es obra mía.

Cuando estás roto lo único que puedes llegar a hacer es cortar con una de esas piezas a alguien más. Y nos herimos, nos herimos bastante.

Mis heridas siguen llevando tu nombre. Pero serán las cicatrices más hermosas que tenga.

De hecho, aún tengo espacio para algunas otras, por si decides regresar.

Seguiría siendo tu lienzo en blanco para cuando quieras pintar.

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Summer love

Cuando me preguntaban por el momento más romántico de mi vida, jamás tenía una anécdota para contar. Porque no la había vivido.

Hasta que de un momento a otro me encontraba en tus brazos, mientras tú estabas ebrio y disfrutabas de la vida.

Acababas de fumar un marlboro blanco y olías a pecado. Si nos hubieran visto juntos, todos dirían que sí, que lo nuestro era eso: pecado.

Pero querer a otra persona no puede ser tan malo, incluso es lo más cerca que he estado del paraíso.

Tú te reías de los chistes de tus amigos y yo observaba esa sonrisa a centímetros de mi boca.

Y entonces, cuando menos lo pensaba, pasó el momento más romántico de mi vida: me sujetaste en tus brazos fuertemente y me cantaste al oído.

Al diablo con Steven Tyler, tú voz sonaba mil veces mejor en mis oídos enamorados.

Mi corazón latía a mil por hora y el mundo se detuvo en ese pequeño momento.

Estoy segura que jamás volveré a sentir algo así.

Gracias a ti conocí lo que el amor causaba en los humanos. Así que no me queda nada más que decir, que gracias. Por todo.

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Curly eyes.

Todo comenzó cuando tenía 17 años.

Me gustaba mucho un chico.

Solía mirarlo por horas mientras él no lo notaba.

Visitaba ciertos lugares tan solo porque sabía que él estaría ahí.

Escuchaba las mismas canciones, porque eran sus favoritas.

Simplemente me encantaba; en todo el sentido de la palabra.

Hasta que un día los planetas se alinearon y pasó lo que debía pasar.

Él también me veía mientras yo no lo notaba.

Y escuchaba las mismas canciones mientras pensaba en mí.

Era increíble poder juntar sus manos con las mías.

Y sentirme completamente unida a él.

Cada que lo abrazaba sentía latir su corazón.

Me impresionaba saber que yo era capaz de provocar eso.

Ver su sonrisa a centímetros de la mía me confirmaba que sí, el amor se construye.

Pero yo era demasiado torpe.

Y terminé alejándolo de mí, cuando realmente lo quería a mi lado.

Y hoy vuelvo a ser la misma rara.

Tal vez verlo sonriendo en las fotografías de chicas desconocidas sea mi condena.

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Remény

He estado pensando en ti últimamente.

Y en lo mucho que tu adiós hizo un cambio en mí.

No me lo tomes a mal, pero crecí al verte partir.

Claro que te extraño, lo hago todos los días.

Cuando me levanto y lo primero que hago es mirar tu fotografía en mi buro.

O cuando veo a mi mamá y en sus ojos te veo reflejada.

Si siguieras aquí, aun sería la niña infantil que era.

Con miedo de crecer y ser independiente.

Con la angustia de saber que pensarías si vieras lo que hacía.

Asustada detrás del sillón con miedo de salir a la vida.

En cambio, tras tu partida no tuve opciones, sólo impulsos.

Y descubrí que sí, que puedo tomar más de 3 cervezas y aún reconocer el camino a casa.

Que puedo tener mil accidentes y al final del día serán experiencias de las que me reiré en el futuro.

Que puedo progresar en mi carrera tan sólo con mi inteligencia.

Y que al final de todo, siempre necesitaré tu sonrisa.

Ojalá estuvieras aquí acompañándome.

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Ésta fue la última vez que me tiemblan las piernas al verte.

Que mi sonrisa crece al cruzar mis ojos con los tuyos.

La última que mi cuerpo se colapsa y mi mente se queda en blanco.

Incluso, puedo jurar que mis amigos no volverán a patear mis pies por debajo de la mesa o tocarme el brazo al verte llegar.

Voy a madurar y entender que todo lo que prometías no eran más que mentiras.

La próxima vez que te vea, ya no causarás nada en mi.

Y finalmente estaré haciendo algo bien.

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¿COLOR?

Algunas personas afirman que cada color tiene un significado en nuestra vida.

Que si el amarillo corresponde al exito, el blanco a la paz, el rojo para el amor, entre otros colores más.

¿Han estado en algún punto de la vida, en el que nada de lo que planean, les funciona?

Ésta pintura es prácticamente la represantación de ese sentimiento de impotencia.

Cuando ni el éxito, ni el amor, ni ningún otro aspecto tiene un orden en tu vida.

Pero estar así de mal puede ser de utilidad.

El arte nace de los sentimientos, e incluso los negativos son capaces de crear magia por medio del arte.

Así que rómpete. Llora. Destrúyete a ti mismo. Pero haz algo bueno de ello.

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loVe shark

Hola, cariño.

Hace mucho que no te veo, estoy segura de que estoy a nada de olvidar tus gestos.

Y eso me aterra.

¿Sigues fumando Marlboros blancos?

Debo confesar que nunca me gustó el cigarro, hasta que lo probé de tus labios.

Y desde entonces fumó un cigarrillo cada que te recuerdo, o al menos eso intento.

Sabes que nunca he aprendido a fumar, pero si sólo a través del humo puedo sentirte cerca, créeme que aprenderé muy pronto.

¿Aún quieres irte a estudiar a Europa?

Porque ya tengo la canción perfecta para cantarte cuanto te vayas.

También tenía una para cantarte cuando usaras esas botas que tanto te gustaban.

Lástima que ya no te veré usarlas.

O al menos no en poco tiempo, aunque ya sabes, la vida gira y ojalá nos vuelva a cruzar.

Como las miradas que cruzábamos al vernos de lejos.

Esperaba que te acercarás pero nunca lo hiciste.

Y agradezco que no lo hayas hecho, con lo enojada que estaba, probablemente te habría golpeado.

Y eso no me lo habría perdonado.

Aunque sé que tú a mi si, porque entendías quién era.

¿Aún crees que podremos cumplir nuestro sueño de viajar a Alaska juntas?

Y caminar por las calles tomadas de las manos, sin importarnos las miradas ajenas, porque...

¿Qué carajos nos importan si no los conocemos?

Aprovechar el frío para no alejarnos la una de la otra.

Y dormir abrazadas, sólo porque sí.

¿Tú también crees que necesito soltarte y dejarte ir?

Porque tal vez si tú me lo dices no me quede de otra y lo termine haciendo...

Mientras sigas visitando nuestros lugares, usando mi chamarra y llamándome por accidente en las madrugadas...

Aquí voy a seguir.

Voy a esperar porque sé que volverás.

Por ahora mantente lejos hasta que decidas que quieres de la vida, te veo pronto.

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Te observo de cerca mientras fumas. Yo, que toda la vida he jurado que el cigarro es la peor invención del hombre, disfruto de verte haciéndolo. Es que…luces tan distraída, luces tan despreocupada, tan relajada, que sólo puedo sentarme ante ti y observar como inhalas de ese pequeño cigarro y exhalas con tanta sensualidad y estilo. Me encantaría ser ese humo, ser una pequeña parte de ti.

3 de Agosto. 1:00 pm.

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Día 4

Hoy te voy a ver.

Digo, lo hago de lunes a viernes desde hace 5 meses, pero ésta vez tú ya sabes quién soy y por primera vez en la vida vas a voltear a verme.

Hay una escena en un libro que me gusta mucho, el amor platónico del protagonista dice que "de lejos todo se ve mejor, se ve perfecto, pero de cerca todo es más feo"; y el protagonista le contesta que "no todo es así, que de cerca ella es más guapa.

La primera vez que leí esto me pareció lo más ridículo del mundo la peor forma de tratar de ligar a alguien, pero después de llevar menos de 5 minutos platicando contigo y no dejar de verte a la cara estuve totalmente de acuerdo con ese personaje.

Tú de cerca eres preciosa.

No podía dejar de mirarte a la cara, tus cejas estaban un poco desordenadas pero te quedan bien.

No tienes una sola imperfección en el rostro.

Tus ojos me inspiraron la mayor confianza que hubiera podido tener en alguien.

Tienes las pestañas tan largas que por un momento deseé contar cada una de ellas, y tú sonrisa.

Jamás te había visto sonreír y verte hacerlo tan cerquita de mí fue casi como encontrar el paraíso.

Maldita sea con tus labios.

Ojalá pudiera dejar de mirarlos.

Ojalá pudiera dejar de pensar en lo bonito que sería juntarlos con los míos.

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Destiempo

Tengo la firme idea de que todos estamos destinados a conocernos, de una u otra manera la vida ya había programado que te toparás con ese chico que te rompió el corazón. O con la chica que ahora es tu mejor amiga.

La mayoría de las veces las cosas suceden tal cual deben de ser y se crea magia de ellas.

Una amistad. Una relación. Un negocio.

Pero, ¿el destino puede tener errores?

¿Qué pasa si por alguna razón ese encuentro no se logra como lo planeado?

Quizá nos conocimos demasiado tarde, cuando yo ya no podía curarte el alma y cuando tú ya te habías cansado de ir por la vida rompiendo corazones.

Me tarde demasiado en empezar a vivir la vida y cuando llegue a ti, ya tenías la sonrisa reparada, y yo ni siquiera me enteré que necesitabas mi ayuda.

Tal vez las noches que pasaste llorando yo las disfrutaba saliendo de fiesta, y por eso me apartaba de todos para mirar la luna por la ventana.

Quizá cuando el mundo se me venía encima, tú reías con otras chicas sin saber que alguien allá afuera te necesitaba.

O simplemente, lloramos juntas en diferentes partes de la ciudad por cualquier estupidez, sin saber que sólo necesitábamos vernos a los ojos para saber que no estábamos solas, que en alguna parte de la ciudad había alguien buscándonos.

O tal vez, sólo tal vez, realmente no estábamos destinadas a conocernos y fue un error que nos cruzáramos en ese pasillo.

Al carajo con esa suposición, por supuesto que tenías que estar en mi vida. Tus ojos me lo decían a gritos cuando me veían. Y nuestras enormes sonrisas al pasar tiempo juntas lo comprobaban.

Culpemos al transporte público. Al haberte olvidado las llaves y salir tarde de casa. Al haberme atrasado en la universidad y perderme tres semestres sin verte.

Culpemos al mundo entero, menos a nosotras.

Y entonces sí, el destino se equivoca y te pone en situaciones donde decides erróneamente, sin saber, que estás perdiéndote la oportunidad de conocer al amor de tu vida.

Y justo llegue tarde para que mi próxima herida tuviera tu nombre.

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Me gustas como para sentarnos en las escaleras de mi departamento y observar el atardecer mientras nos llenamos de besos.

-Daniela Ruiz, 23 de agosto de 2017, 8:10 pm.