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Sujetos de estudio
En mi diccionario personal la palabra experimentar está en mis favoritas desde hace tiempo cuando la escogí y la denominé como la razón de mi felicidad, experimentar crea reacciones y yo personalmente soy adicta a ellas, son mi razón de esperanza y confío en que me llenan el alma al igual que me la rompen para yo tomarme mi tiempo armándola de nuevo.
Mi experimento más retador ha sido y es las personas, podría tener un doctorado de que no hacer cuando vives con otros seres humanos, el método científico no ha sido mi mayor aliado y digamos que sin importar la prueba, el error normalmente me acompaña. Puede resultar una exageración para muchos, pero mi caso llega a no saber cómo armar una conversación con alguien más y mi futuro hasta ahora no se ve mucho mejor.
A veces, más de las que me gustaría admitir, me canso de intentar y los lugares de estudio se vuelven voces que me gritan mi fracaso, me roban el aire, me ahogan como si fuera una llama envolviéndome cada vez más pequeña hasta quedar paralizada y me abandonan con miedo a desaparecer sin que nadie se de cuenta.
Pero otras veces tengo a mi asistente fiel junto a mi, ese que escucha lo que siento cuándo están que me salen subtítulos y patrocina mi investigación con lealtad y paciencia dándome un soporte donde caer a salvo cuando vuelva a fallar; el que me apoya cuando debo despedir a un sujeto de prueba que casi acaba con el experimento por crueldad y que me obliga a dormir cuando mi entorno está lleno de libros y apuntes sin que haya un lugar por donde pasar. Honestamente merece un aumento por mantener la operación a flote.
Los experimentos para mi nunca se acaban, son diarios, no hay cómo evitarlos y debemos vivirlos incluso si no queremos; también es importante reconocer que no todo es malo, sus reacciones nos hacen quien somos, y nos llenan de conclusiones que transforman nuestra manera de ver el próximo problema que tendremos al frente.
Tal vez algún día, con la paciencia necesaria, logre fallar las veces requeridas para lograr mi sueño de poder armar una conversación sin ayuda.

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Me siento infinita cuando te escucho hablar sin filtro, cuando vemos películas con las que nos identificamos, cuando amamos juntas y cuando me alegras el día con solo estar ahí.
Somos infinitos parte 1
Me tengo prohibido sentirme feliz, tengo ese constante presentimiento que todo va a caer en algún momento, en pocas palabras me da miedo en tan siquiera pensar en la felicidad. Hasta que un día me llego la filosofía de “sentirse infinito”, todos lo que sentimos alguna vez, pero no de la misma forma.
Ahora, en los momentos más rebosantes donde me siento tan plena solo digo que me siento infinita, me siento infinita cuando camino por todas las calles de Medellín con un grupo de desconocidos amantes de la música, con sus guitarras afiladas entonando las canciones que a muchos nos salvaron la vida, me siento infinita, cuando a mi galaxia cósmica llegó la galaxia de venus donde habita la estrella 485, que viene acompañada de mucha sabiduría y, sobre todo amor a sus mascotas, el tiempo que he pasado en esta galaxia se colma de risas y comprensión. Me siento infinita, cuando un día un hada del bosque revoloteo en frente de mí para llenarme con su amor, para enseñarme a conectar con mis sentimientos, para recordarme todos los días que no estoy sola, y que cuando quiera huir de todo, su hogar el bosque me estará esperando. Me siento infinita cuando “El pesadumbre” cada que aparece vuelve todo color rosa, donde me pierdo un sus ojos, tanto así que algunas veces no entiendo cuando me habla con sarcasmos, aprovechó para responderle la pregunta que me hizo hace algunos días en un papel poco discreto, si, que vas a hacer con eso? . Me siento infinita cuando viajo con cleopatra, cuando el viento se lleva nuestra suerte en el amor, se esconde entre las brisas nuestras risas, donde un día saldré volando por un resalto.
Cuando yo me siento infinita veo todo en tercera persona, mi alma sale de mi cuerpo miro cada rostro risueño, diciendo cosas que nos den más risas, los miro y piensos que este momento quedara en sus buenas memorias de juventud. Pero luego me miró a mí, y pienso, estoy viva, a pesar de todo estoy aquí, disfrutando de mi juventud, no puedo pedir algo mejor que esto, me siento infinita, el momento es infinito, mis amigos se sienten infinitos, somos infinitos.
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Somos infinitos parte 1
Me tengo prohibido sentirme feliz, tengo ese constante presentimiento que todo va a caer en algún momento, en pocas palabras me da miedo en tan siquiera pensar en la felicidad. Hasta que un día me llego la filosofía de “sentirse infinito”, todos lo que sentimos alguna vez, pero no de la misma forma.
Ahora, en los momentos más rebosantes donde me siento tan plena solo digo que me siento infinita, me siento infinita cuando camino por todas las calles de Medellín con un grupo de desconocidos amantes de la música, con sus guitarras afiladas entonando las canciones que a muchos nos salvaron la vida, me siento infinita, cuando a mi galaxia cósmica llegó la galaxia de venus donde habita la estrella 485, que viene acompañada de mucha sabiduría y, sobre todo amor a sus mascotas, el tiempo que he pasado en esta galaxia se colma de risas y comprensión. Me siento infinita, cuando un día un hada del bosque revoloteo en frente de mí para llenarme con su amor, para enseñarme a conectar con mis sentimientos, para recordarme todos los días que no estoy sola, y que cuando quiera huir de todo, su hogar el bosque me estará esperando. Me siento infinita cuando “El pesadumbre” cada que aparece vuelve todo color rosa, donde me pierdo un sus ojos, tanto así que algunas veces no entiendo cuando me habla con sarcasmos, aprovechó para responderle la pregunta que me hizo hace algunos días en un papel poco discreto, si, que vas a hacer con eso? . Me siento infinita cuando viajo con cleopatra, cuando el viento se lleva nuestra suerte en el amor, se esconde entre las brisas nuestras risas, donde un día saldré volando por un resalto.
Cuando yo me siento infinita veo todo en tercera persona, mi alma sale de mi cuerpo miro cada rostro risueño, diciendo cosas que nos den más risas, los miro y piensos que este momento quedara en sus buenas memorias de juventud. Pero luego me miró a mí, y pienso, estoy viva, a pesar de todo estoy aquí, disfrutando de mi juventud, no puedo pedir algo mejor que esto, me siento infinita, el momento es infinito, mis amigos se sienten infinitos, somos infinitos.
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Me siento infinita cuando te escucho hablar sin filtro, cuando vemos películas con las que nos identificamos, cuando amamos juntas y cuando me alegras el día con solo estar ahí.
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Más estrés que alegría.
Llevo horas queriendo escribir algo alegre, odio ese adjetivo, siento que me ahoga, compadezco a las personas que se aferran a ese sentimiento como si significara algo, estar alegre es algo frenético, instantáneo y no tiene control, si lo analizamos suena como algo peligroso, pero se supone que esto debe ser alegre y tocara escribir algo cursi que no me guste. Incluso con este sentimiento negación a hablar de la alegría, me siento como alguien alegre, la risa es absolutamente normal en mi vida, es lo más común que tengo y nunca he sido una persona demasiado triste o negativa, para mi lo alegre lo definiría mas como felicidad, ese estado que afortunadamente ha estado constante en mi vida. La felicidad es mantenerse enfocada, la perfección de los arpegios del piano, la compañía de mi mamá y familia, la posibilidad de crear y verme crecer en todas las maneras posibles, en eso lo puedo resumir de una manera muy precisa, pero podría seguir mucho más allá. La verdad no estoy acostumbrada a hablarle, primero por que no soy la persona más comunicativa del mundo, segundo por que la siento y eso me mantiene satisfecha, pero siempre sigue conmigo, es parte de mi personalidad y espero compartirla con las personas de mi alrededor.
Perdón pero tengo un bloqueo creativo gigante.
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Instrucciones para mirarse en el espejo
En primer instante vaya a la zona de ropas, coja el balde más limpio que vea, y llénelo de agua hasta el tope mientras meditas sobre lo que vas a hacer a continuación, después llénelo de hielo helado, camine a su habitación más íntima. Una vez en su habitación frente a un espejo que refleje su cara, siéntese con el balde a su lado izquierdo y meta su cara en el balde en un movimiento instantáneo; sienta como se queda sin aire, sus órganos pararán su maquinar por un segundo y le recordarán a la muerte, inhibirá sus sentidos y su renacer será más fuerte que nunca.
Después de 20 segundos puede retirar su cara de nuevo, no utilice toallas, son inútiles en este ejercicio y el agua bajando por su cuello acunará al recién nacido, luego sigue el grito mudo de una bocanada fuerte de aire que sacudirá su diafragma, y sea consciente de su alrededor de nuevo. Ahora sí, observe sus temblorosos iris, sus manos servirán para recuperar sensibilidad, juegue con los lóbulos de sus orejas y a continuación jálelos con fuerza en un intento de dividirse en dos, por razones obvias esto no sucederá, será su primera decepción y el dolor le mostrará su libertad.
Ya acostumbrada a su reflejo, puede empezar por observar el contorno de su cara, como se vería usted si fuera una figura plana, con qué forma relaciona su rostro y que sensaciones aluce, puede seguir por sus órganos de los sentidos, uno a uno, pensando en su construcción, como hace posible sus funciones o también piense en su estética, como encaja en su piel, que lo hace único, y que destaca; Es muy importante que no se apresure, piense con calma, a su ritmo y orden.
Le pido no olvide los interiores, con sus dedos sepárese los labios, mire sus dientes castañeantes, fuerce su mandíbula y mire sus muelas más lejanas, las escondidas entre las sombras que contienen dulces mezclados con cigarrillos; Sus ojos, la piel que los cubre y los pliegues que contienen sal de lágrimas detrás de los escudos de la mirada; Sus labios, que pudieron estar sellados por años, pero ahora llaman clemencia desesperados.
Continue así y deténgase cuando considere necesario, pero no lo olvide, absolutamente todo debe ser examinado porque solo así lograra reconocerse como individuo y dejar la comunidad a un lado.

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Mereces recibir.
Riosa, sabes cómo te ves para los demás?
Creo que es una pregunta que todos nos hacemos alguna vez en la vida, la expectativa de como nos ven los otros y que emociones transmitimos es una duda que no tiene una respuesta correcta, tal vez por eso es tan difícil, tal vez por eso me causa tanta curiosidad; y aunque no sepa la verdad absoluta de esta pregunta, si puedo darte mi verdad.
Personalmente, a primera vista te veo como alguien fuerte, puede que sea una fachada pero no lo creo, y es que no me refiero a fuerza como la ausencia de sentimientos negativos, sino como alguien que los supera, que resuelve sus problemas de manera lógica y estable, porque eso es otra cosa que noto de ti, también te veo como la palabra “estable”, no dejas que el exterior te altere y continuas con tu manera de pensar, hablar y actuar, dándote un carácter fuerte y bien construido que es lo que más admiro de tí y lo que más resalta, siempre eres tú, incluso si no se que significa eso con certeza puedo verlo, constantemente nos haces reír con tu personalidad, con tu verdad, tu forma de ver la vida; y eso me parece hermoso.
Riosa, quiero que sepas que alegras personas, las acompañas, aconsejas y lo más importante, he podido ver que enseñas a ellas también, les enseñas fuerza, determinación e incluso me podría atrever a decir que eres imprescindible para algunas de estas personas; Eso es importante, das de ti constantemente, y espero que sepas que mereces recibir de vuelta.

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David Jagger (1891-1958, British) ~ An Elegant Lady, n/d
[Source: Christie’s]
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Tomory Dodge (American, b. 1974), Upon a Sea of Objects, 2015. Oil on canvas, 84 x 100 in.
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Man Ray (American, 1890-1976), Composition, 1940-45. Oil on canvas, 51.5 x 40.5 cm.
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Detail of The Delphic Sibyl, 1509, by Michelangelo (1475-1564)
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Girl with a Book, by Pietro Antonio Rotari, (18th century.
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