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“De boca a boca”: marketing viral
La publicidad conocida como “de boca a boca” se popularizó en las redes sociales. Las recomendaciones, los comentarios, las quejas y demás, nos han permitido generar juicios alrededor de un servicio o producto. Pueden influir en nuestra decisión de compra.
Un ejemplo de lo anterior lo observamos cuando en sitios como “Amazon” o “E-bay”, donde encontramos comentarios de usuarios sobre los productos que nos interesan comprar, incluso los califican. Estas calificaciones le crean popularidad positiva o negativa y le dan cierta “validez” a lo que deseamos adquirir.
Cabe resaltar que la viralización no se origina en la popularidad de la persona que habla o en el medio por el que se difunde el mensaje, de acuerdo con el profesor de marketing de la Universidad de Pennsylvania, Jonah Berger, en su libro “Contagio: el poder del boca a boca en la comunicación viral”, pues “el contenido viral comienza con el mismo mensaje”.
Entonces, se podría decir que se inicia en las redes sociales (difusión online) el fenómeno “de boca a boca”, pero no quiere decir que sucede todo ahí. Después de que los usuarios interactúan en la web 2.0, hacen lo propio en su grupo social fuera de la red (difusión offline) y propagan sus observaciones acerca de lo que leyeron y discutieron.
Aunque es una estrategia de marketing de bajo costo, también es cierto que captar la atención de las personas en redes sociales se ha vuelto cada vez más complicado, pues hay demasiada información que nos puede crear ruido.
Según Berger, las seis claves para generar marketing viral son:
Moneda social (Social Currency): La popularidad de la idea.
Disparadores (Triggers): Son recordatorios diarios de la idea del producto. Dan forma a las elecciones que hacemos, las cosas que hablamos, y los productos que compramos.
Emoción: El grado de la emoción (positiva o negativa) que se genera en las personas permite que sean más propensas a compartir información.
Público: El uso de logotipos, colores y otros elementos de diseño para hacer un producto más público facilita la adopción de productos y aumenta la probabilidad de que más gente se entere del producto o idea.
Valor práctico: La parte más valiosa de la información es la que más se va a compartir en las redes sociales.
Narración (Storytelling): Historia que rodea la idea o producto y proporciona viralidad. Las historias son las maneras de darle sentido a las cosas y a la mayoría de las personas les gusta contarlas.
Para más información se puede consultar la página de Jonah Berger.
También se puede ver este video (en inglés) donde él mismo explica las seis claves del marketing viral.
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wearablethink-blog · 9 years
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Sobre las ideologías...
BREVE REPASO AL CONCEPTO DE IDEOLOGÍA
La variedad de significados del término de Ideología es amplio. Son muchos los autores quienes han propuesto una definición. Sin embargo, “Nadie ha sugerido una adecuada definición de ideología”, según Terry Eagleton en su obra Ideología: una introducción[1].
En un principio, el concepto de ideología era para clasificar la “ciencia de las ideas” (Destutt de Tracy). Con el paso del tiempo, el término fue evolucionando de tal manera que su uso moderno continuaría en el espectro de la vaguedad.
Al azar distingo las siguientes definiciones de ideología:
-          Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc. RAE.[2]
-          Forma de conocimiento que construye una representación simplificada del mundo y de sus procesos, representación que parte de ciertos supuestos de la realidad, que no pueden ser demostrados…DICCIONARIO DE SOCIOLOGÍA.[3]
-          Un sistema de ideas, de representaciones, que dominan el espíritu de un hombre o de un grupo social. LOUIS ALTHUSSER.[4]
-          Un sistema cerrado de pensamientos y creencias que explican la actitud del hombre frente a la vida y su existencia en la sociedad, y propugnan una determinada forma de conducta y acción que corresponde a dichos pensamientos y creencias. KARL LOWENSTEIN.[5]
-          Es el fundamento de las representaciones sociales compartidas por un grupo social. TEUN VAN DIJK.[6]
-          La ideología como una doctrina, un conjunto de ideas, creencias, conceptos y demás, destinados a convencernos de su verdad, y sin embargo al servicio de un poder inconfeso. SLAVOJ ZIZEK.[7]
-          Una ideología puede definirse como un sistema de creencias, en particular juicios de valor y declaraciones de objetivos. MARIO BUNGE.[8]
Entre muchas otras.
Max Weber y Karl Manheim usaron la palabra ideología en sus obras de maneras distintas en periodos diferentes. Weber señaló que algunas estructuras económicas son productos de sistemas ideológicos (contrario a la teoría de Marx). Por ejemplo, el protestantismo generó capitalismo y no el capitalismo al protestantismo. Mannheim, por otro lado, propuso una forma más elaborada de la sugerencia de Marx mencionando que las ideologías son producto de la estructura social.[9]
Aun cuando parezca paradójico, la vaguedad del concepto se define de acuerdo con la persona y su disciplina.
Por lo tanto, las ideologías no pueden ser calificadas como falsas o verdaderas porque son dispersas: dentro de cada una de ellas existen significados flotantes o varios niveles de complejidad que se ven reflejados en la reproducción de algún discurso (político, religioso, y demás). Por ejemplo, varios tipos de feminismo: feminismo-marxista, feminismo-ecologista, feminismo-liberal; anarquismo: anarquismo-pacifista, anarquismo-cooperativista, anarquismo-comunista, entre otros.
ESTUDIOS SOBRE LAS IDEOLOGÍAS Y LA POLÍTICA
Es bien sabido que estos dos conceptos son áreas complejas del pensamiento humano. Las ciencias experimentales se han encargado de hacer algunos estudios al respecto.
En 1986, el equipo del genetista australiano Nicholas Martin publicó un trabajo sugiriendo a la herencia genética como posible condicionamiento ideológico. Su investigación se basó en el estudio de gemelos idénticos (los que comparten el 100 % de sus genes), quienes tenían opiniones políticas similares con más frecuencia que los gemelos fraternales (los que comparten el 50 % de genes). De acuerdo con Martin y su equipo, decidieron elaborar su estudio en gemelos puesto que suelen crecer en el mismo ambiente familiar y su herencia genética podría marcar cierta diferencia[10].
Un ejemplo de este estudio lo observamos en el ámbito de una familia conservadora, donde se genera el autoritarismo y la estructura del futuro rol pasivo del individuo reprimido.
En 2011, un grupo de investigadores del University College of London realizaron un trabajo experimental con neuroimágenes de resonancia magnética, acerca de las actitudes de liberales/conservadores. Este estudio arrojó el resultado de que los liberales tenían un mayor volumen de sustancia gris (neuronas), en la región cerebral conocida como cincunvolución cingulada anterior; mientras que los conservadores superaban a los liberales en el volumen de esa misma sustancia en la amígdala, estructura del cerebro emocional. Sin embargo, falta por concluir si estas diferencias son las que provocan la orientación política de las personas.[11]
En un artículo publicado por la British Broadcasting Corpotation (BBC) en 2014, mencionan que el neurólogo John Hibbling de la Universidad de Nebraska-Lincoln encabezó una investigación sobre la relación de las actitudes e ideas políticas con la actividad cerebral. Hibbling cree que “A las personas les gusta pensar que sus propias convicciones políticas son racionales, que son una respuesta sensible al mundo que los rodea”, debido a que los motores del subconsciente impulsan nuestras mentes políticas más de los que nos gustaría creer. Incluso, el científico compara nuestras tendencias ideológicas innatas con qué mano preferimos usar.[12]
Por supuesto, existen más factores como el lugar de nacimiento, la familia, la escuela, los amigos y más. Además, todos los estudios antes mencionados deberían ser considerados como una aproximación y no como algo definitivo.
IMPACTO DE LA IDEOLOGÍA POLÍTICA EN EL MÉXICO CONTEMPORÁNEO Y LA CRISIS DE CREDIBILIDAD POLÍTICA
Es común ver y escuchar comentarios en diferentes medios sobre si las ideologías han desaparecido en este último siglo, específicamente las de tipo políticas. El debate hace énfasis en los intereses de los individuos como punto clave.
Mi opinión es que las ideologías no se han extinguido, sino que viven en un piso abajo en el edificio de la prioridad política, pues permanecen en un estado de reposo en la base de su retórica con el propósito de atraer simpatizantes a toda costa, acción que desemboca en el rompimiento de la cadena de prioridades para dar paso a la de los intereses personales de los actores políticos.
Este conjunto de elementos sobre ideologías e intereses ha provocado que la situación de la clase política mexicana esté hundida en una crisis de credibilidad, ya que ante la visión de una sociedad demandante, ha sido calificada como “grupo de amigos” o “compadrazgo”, debido a su prioridad de producir sólo dinero y, a la postre, acumular riqueza personal, olvidando así las promesas dadas a aquellos que votaron por ellos (interpretada como cinismo).
La famosa frase “Pan y circo” se ha visto reducida a una sola palabra “Circo”(espectáculo). Este circo impacta en la credibilidad del político. Por eso los mexicanos que han perdido la confianza en los partidos políticos optan por seguir a los candidatos sin partido (independientes). Probablemente veamos a más de estos últimos en futuras elecciones, pues algunos han tenido cierto éxito recientemente.
Otra válvula de escape para los partidos es buscar militantes jóvenes. Lo que tampoco es coincidencia ya que, comparados con los adultos, son los que más fácil pueden adoptar sus creencias; es decir, no cuesta trabajo instruirlos o manipularlos, y menos si se les promete un futuro empleo o lugar distinguido en el grupo. Concepto que en la jerga popular se conoce como “hueso”.
Las ideologías han sido adoptadas por los seguidores de la clase política sin importarles lo que éstas puedan aportar al desarrollo de México. Ya no importa si eres de izquierda o derecha –ambas corrientes pertenecen al mismo sistema-, pues terminarás cuadrándote a sus intereses.
No nos damos cuenta que no actuamos por nuestro deseo, sino por el de otros. No razonamos lo que se nos dice en el mensaje político, ni mucho menos lo cuestionamos. “Ilegal pero legítimo” en la concepción de Weber; las ideologías son un medio para legitimar el poder.
Vivimos en un país cada vez más contradictorio, donde los políticos estructuran (distorsionan) nuestra realidad en base a sus convicciones, y dictando la manera en la que se supone debemos actuar y pensar. La capacidad de discernir la estamos perdiendo, la visión de la realidad no nos pertenece. Incluso eres visto como rechazado o inadaptado si no coincides con las creencias de algún grupo social.
Al final, me parece sensato lo que dice José Ortega y Gasset al respecto: “Ser de izquierda es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras en las que el hombre puede elegir ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de hemiplejía moral”.
¿Se puede estar influenciado por una ideología y ser libre al mismo tiempo? Quizás no. Pero una posible solución estaría en la subversión o en el equilibrio entre autonomía y heteronomía.
NOTAS:
[1] Eagleton Terry, Ideología: una introducción, Barcelona, Paidós Ibérica, 1997, pág. 19.
[2] Según la Real Academia Española.
[3] De los Campos H. Diccionario de Sociología en línea. 2007. http://www.5campus.com/leccion/sociodic. Consultado el 6 de enero 2016.
[4] Althusser L., Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado: Freud y Lacan, Buenos Aires, Nueva Visión Argentina, 2005.
[5] Lowenstein Karl, Teoría de la Constitución, Ariel, Madrid, 1979.
[6] Política, ideología y discurso. Teun A. van Dijk. Quorum Académico, Vol. 2 núm. Julio-diciembre 2005. Pp. 15-47. Universidad del Zulia.
[7] Ideología: Un mapa de la cuestión. Slavoj Zizek, p. 2. http://documents.mx/documents/zizek-ideologia-un-mapa-de-la-cuestion.html
[8] Bunge M., Pseudociencia e ideología, Madrid, Alianza Editorial, 1985, p. 126.
[9] Ideology. (2015). Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica Ultimate Reference Suite.  Chicago: Encyclopædia Britannica.
[10] Ver la investigación en: http://www.procon.org/sourcefiles/genetic-and-environmental-transmission-of-political-attitudes-over-a-life-time.pdf.
[11] Consultar el artículo “Qué nos hace ser de derechas o de izquierdas”, de Ignacio Morgado en el diario El País http://elpais.com/elpais/2015/12/15/ciencia/1450192747_482629.html
[12] Ver “¿De izquierda o de derecha? Un escáner de su cerebro  puede tener la respuesta”, de Timandra Harkness http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/05/140520_ciencia_cerebro_conexiones_ideas_politicas_innatas_np#
FUENTES
      i.        Semántica del discurso e ideología. Teun A. van Dijk. Universidad Pompeu Fabra.
     ii.        ¿El Fin de la Historia? Francis Fukuyama. Artículo publicado originalmente en la revista The National Interest (verano 1988), basado en una conferencia que el autor dictara en el John M. Olin Center for Inquiry into the Theory and Practice of Democracy de la Universidad de Chicago, Estados Unidos.
    iii.        La Ideología Alemana (1846) del libro Ideología Alemana, México, Ediciones de Cultura Popular, 1972, pp. 34-79.
    iv.        Dörner A., El lenguaje político- Instrumento e institución de la política, publicado en el libro Medio de Comunicación, democracia y poder, editores Josef Thesing y Wilhelm, Buenos Aires, Konrad-Adenaver, 1995, pp. 125-139.
     v.        Slavoj Zizek y la Teoría Materialista del Acto Político, Artículo publicado en Revista de Ciencia Política, vol. 31, núm. 1, 2011, pp. 3-27. Pontificia Universidad de Chile.
    vi.        Thompson B. J., Ideología y cultura moderna. Teoría social en la era de la comunicación de masas. México, UAM, 1993.
   vii.        Castoriadis C., Un mundo fragmentado, Buenos Aires, Altamira, 1997.
  viii.        Baudrillard J., La izquierda divina, Barcelona, Anagrama, 1985.
    ix.        Bunge M., Pseudociencia e ideología, Madrid, Alianza Editorial, 1985.
     x.        Lowenstein Karl, Teoría de la Constitución, Ariel, Madrid, 1979.
    xi.        Eagleton Terry, Ideología: una introducción, Barcelona, Paidós Ibérica, 1997.
   xii.        Althusser L., Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado: Freud y Lacan, Buenos Aires, Nueva Visión Argentina, 2005.
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wearablethink-blog · 9 years
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Los sistemas cerrados de comunicación de Luhmann aplicados a “Twitter”
La comunicación es un proceso inherente en el ser humano. Desde la antigüedad, este fenómeno ha permitido el intercambio de información a través del lenguaje, verbal o no verbal, alcanzando niveles de influencia (1) en el medio que lo rodea. Aristóteles, por ejemplo, definía la (comunicación) retórica como la búsqueda de “todos los medios de persuasión”(2), según W. Rhys Roberts.
¿Es entonces el proceso de comunicación persuasivo?
La comunicación es genuinamente un proceso colectivo. El lenguaje o código, entendido como sistema de signos, permite que exista cierto entendimiento entre los actores del proceso, independientemente de los factores que la obstaculicen. Debido a esto, el proceso de comunicación es considerado como un sistema operacionalmente(3) cerrado debido a que genera su propia estructura comunicativa respondiendo a ciertos criterios de autonomía. Por ejemplo, una revista que se dedica a publicar contenido sobre automóviles. Los reporteros generan contenido sugiriendo notas, reportajes, artículos y más, todo relacionado sobre el mundo automovilístico. El mismo grupo que elabora la revista, crea una especie de “jerga periodística” generada por ellos y para ellos. Lo que resulta en que algún agente externo a la revista quizás no entendería los términos con los que comunican. En este sentido es operacionalmente cerrado.
Los sistemas cerrados de comunicación fueron propuestos por Niklas Luhmann (4). Este autor afirmaba que el elemento de lo social es la comunicación, ya que en el individuo aislado no es observable ningún rasgo social y en la comunicación, en cambio, el lenguaje implica siempre la sociedad. Desde su punto de vista, esta teoría lleva hacia una perspectiva funcional de la sociedad que se concentra en el sistema como forma operacionalmente cerrada puesto que produce comunicación mediante comunicación; dicho de otra manera, la sociedad nace a partir de comunicaciones que generan sus propias operaciones internas. En los sistemas cerrados, Luhmann resalta dos características: la autorreferencialidad y la autopoiesis. La primera expresa, como el término indica, que cada operación de sentidos es referida al propio sistema. La segunda implica que cada elemento que reproduce el sistema, lo hace con ayuda del mismo sistema. La característica “operacionalmente cerrado”, mencionada anteriormente, es propia de las redes sociales (término popularizado en la era de las plataformas digitales). Por un lado, la digitalización de nuestras vidas puede resultar un tanto peligrosa debido a que las redes sociales funcionan como bancos de datos personales, y existe poca y nula regulación al respecto. Por otro, es innegable la agilidad y la inmediatez con la que se comparte información a través de ellas.
Tomemos un caso en concreto: Twitter. Herramienta social que permite enviar mensajes de 140 caracteres y compartir imágenes y video, donde te puedes hacer seguidor de otros usuarios y que ellos hagan lo propio. A manera de agrupar o filtrar los mensajes sobre un tema determinado, se utiliza como etiqueta (“hashtag”) una palabra o varias precedidas del símbolo “#” o no que, posteriormente, se convierten en vínculos en los que los usuarios puede dar “click” y tener acceso directo al tema. Estas etiquetas están ligadas al interés del usuario. Por ejemplo, una persona que quiera hablar sobre las próximas elecciones presidenciales en México puede utilizar la etiqueta #eleccionespresidenciales2018 (así, todo junto). O alguien que quiera hablar sobre su deporte favorito puede crear una etiqueta como #megustaelfutbol, según sea el caso. Como función adicional, en Twitter existe lo que llaman “Trending Topics”, que permiten destacar o resaltar “todas aquellas cosas importantes que están ocurriendo en ese momento”, de acuerdo con las palabras de su cofundador Jack Dorsey. Un algoritmo(5) se encarga de clasificar y destacar aquellos temas que los usuarios comentan en el momento, en tiempo real, y en una región específica. Ésta es una de las razones por la que sus usuarios hacen uso de esta red social, en parte, gracias a que les permite difundir “noticias de último momento”.
En un sistema operacionalmente cerrado como Twitter, y atendiendo los dos preceptos de Luhmann, se cumplen tanto la autorrefencialidad como la autopoiesis.
Un ejemplo de la primera sucede cuando Pepe lee los tuits (discurso) de un diputado “x” y reflexiona sobre los mismos. Los valora de acuerdo a su criterio. Sus consideraciones son personales y suelen diferir de las que tienen otros usuarios, que también pudieron haber leído los mismos mensajes. De esta manera, “Pepe” genera su propio pensamiento de lo que leyó; lo mismo pasa con las demás personas que leyeron los mismos tuits del mismo diputado. Ambos casos aluden a los mismos tuits y al propio sistema social, independientemente de las reflexiones de cada persona.
Para el proceso autopoiético, tomando el ejemplo anterior, podría observarse cuando “Pepe” expresa su opinión sobre los tuits del diputado escribiendo su mensaje de 140 caracteres con la etiqueta #diputadoxmiente, y los seguidores tanto de “Pepe” como del diputado comentan usando la misma etiqueta. El tema se hace de conocimiento general (se viraliza). La repetición de la etiqueta resultará en un alto número de menciones que la convertirán en tendencia o en “el tema del momento”, y colocarse en el colectivo gracias a la opinión que genera la misma gente.
Como nos damos cuenta, dentro de los usuarios de “Twitter” se encuentran los partidos políticos y varios servidores públicos, quienes publicamente envían mensajes para mantener comunicación con los ciudadanos.
Los expertos en marketing político usan las redes sociales como una de sus principales herramientas para impulsar la imagen y los “intereses legítimos”, generar una interacción y acercar a los usuarios con su “cliente/producto”. Estos expertos, como parte de su estrategia en Twitter, pretenden lograr un número significativo de menciones de las etiquetas que crean para que los usuarios se encarguen de popularizarlas (efecto). No importando si los mensajes son negativos o positivos, la repetición de cierta etiqueta o palabra puede crear tendencias y estar en boca de todos, claro está, aprovechando las ventajas que puede ofrecer un medio de comunicación masiva como “Twitter”, y al mismo tiempo, repercutir en la opinión pública como consecuencia (efectividad).
Denis McQuail define los conceptos de efectos y efectividad: “Denotando los primeros como todas las consecuencias de la actuación de los medios masivos, deliberadas o no, y la segunda la capacidad de alcanzar unos objetivos dados, trátese de atraer vastos auditorios como de influir en las opiniones y el comportamiento”(6).
La interacción en las plataformas sociales ha generado un impacto significativo en los movimientos sociales y políticos en varios países alrededor del mundo como en México.
“Nos comprometemos a mover a México”, “México se consolida como una voz positiva”, “Como lo manda nuestra Constitución”,“México actuó de forma responsable”, “En este partido queremos lo mejor para México”, “Gracias a los ciudadanos libres, conscientes e incorruptibles” (7), son algunos de los mensajes que destacan en “Twitter”. Algo contrastante se lee en otro tipo de usuarios, donde la noción de credibilidad y confianza en los políticos parecería ser un tanto pesimista, debido a los casos de impunidad y corrupción que se han presentado en nuestro país, agudizados en el último año.
Slavoj Zizek, en su libro El Sublime objeto de la ideología, explica que el cinismo es en sí una forma de ideología ya que “La forma más notable de mentir ‘con el ropaje de la verdad’ hoy es este concepto. La forma del cinismo ya no es la marxiana clásica ‘ellos no lo saben, pero lo están haciendo’; es, en cambio, ‘ellos saben muy bien lo que están haciendo, y lo hacen de todos modos (Sic)”.
Sin embargo, relacionar el fenómeno de la comunicación con la problemática social de las ideologías “es un camino doblemente peligroso”, según el semiólogo argentino Eliseo Verón, puesto que “no puede reducirse a que las ideologías son un grupo particular de mensajes o de discursos sociales, sino más bien son varios niveles de organización de mensajes desde el punto de vista de sus propiedades semánticas. La ideología es entonces un nivel de significación, por lo que denota, que puede estar presente en cualquier tipo de mensajes, aun en el discurso científico. Cualquier material de la comunicación social es susceptible de una lectura ideológica. No debe pensarse, entonces, que las declaraciones de un funcionario del gobierno, por ejemplo, constituyen un material ‘más ideológico’ que una revista de modas”(8).
FUENTES: (1) Poder o autoridad con cuya intervención se puede obtener una ventaja, favor o beneficio,RAE
(2) W. Rhys Roberts “Rethorica”, The Works of Aristotle, Oxford University Press, pág. 6.
(3) Entendida la operación como “Ejecución de algo”, y la función como “Tarea que corresponde realizar a una institución o entidad, o a sus órganos o personas”, de acuerdo con la RAE
(4) En su obra, Luhmann Niklas, Sistemas Sociales. Lineamientos para una teoría general, México D.F., Universidad Iberoamericana, Pontificia Universidad Javeriana, 2012.
(5) Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema, RAE.
(6)McQuail D., Organización y ocupación de los medios, Influencia y efectos de los medios masivos, p. 85.
(7) Frases tomadas al azar directamente de “Twitter” de diferentes usuarios políticos.
(8) Verón, Eliseo, Ideología y comunicación de masas: La semantización de la violencia política. Publicado en Lenguaje y Comunicación Social, Nueva Visión, Buenos Aires, 1971.
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wearablethink-blog · 9 years
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Algunas definiciones de “Felicidad”
Una de las preguntas características del ser humano desde la antigüedad ha sido, ¿cómo encontrar la felicidad?
La respuesta a esta pregunta ha sido presentada por la ética: por medio de la virtud (1).
En la filosofía griega, la noción de felicidad se aplica a la mayoría de los seres vivos por medio de la “virtud” o “excelencia”. Cualquiera que tenga una característica de uso, función o actividad tiene una virtud o excelencia, que es cualquier disposición que permite un buen desempeño.
Contrastando con la anterior filosofía, el concepto romano de felicidad tiene un significado que incluye los placeres y poderes mundanos y vanos –en su mitología, la diosa de la suerte se llamaba Felicitas-.
Para Aristóteles, “la felicidad y el bien supremo constituyen el verdadero fin de la vida”. Este filósofo definió la felicidad como la actitud del alma de acuerdo con la virtud. Según él, todas las cosas están encaminadas a un propósito, ya que todo lo que hacemos persigue el bien y el bien supremo es la felicidad (2).
En la Edad Media, San Buenaventura, para quien la felicidad es el punto final y la consumación del trayecto que lleva el alma de Dios, creía que ésta era conocimiento, amor y posesión de Dios. Otro teólogo, Santo Tomás, usó el término” beatitud” como “un bien perfecto, de naturaleza intelectual”(3).
En siglo XIX, el filósofo y economista británico John Stuart Mill, definió la felicidad llamándola “…la búsqueda del placer y la ausencia de dolor”(4).
Recientemente, Martin Seligman, psicólogo positivista estadounidense, en una conferencia llamada “La nueva era de la psicología positiva”, mencionó que la única diferencia de las personas felices de las que no lo son, es que simplemente son más sociales(5).
Otro psicólogo de la misma corriente, Tal Ben-Shahar, menciona que “Vivir feliz no significa no vivir con problemas. Puede haber crisis económica, problemas de pareja, haber perdido el empleo; siempre hay dificultades, el asunto es cómo responder a ellas”. Para él, la clave está en la resiliencia, que es la capacidad de sobreponerse a periodos de crisis emocional(6).
En un estudio realizado en 2014 en la Universidad del Colegio de Londres, encabezado por el Doctor en Neurociencia Robb Rutledge, se llegó a la conclusión a través de una ecuación, de que para lograr la felicidad, lo más importante son las expectativas y los pequeños detalles en la determinación de la felicidad. Si por ejemplo, tenemos planes de reunirnos con un amigo en nuestro restaurante favorito o citamos a la novia para una cita romántica, esas expectativas positivas pueden aumentar nuestra felicidad tan pronto como hagamos el plan.
Sin duda, los diferentes campos disciplinares tienen su propia noción de felicidad, sin embargo, cuentan con un común denominador: la felicidad es un objetivo humano fundamental. Dicho de otra manera, depende de nosotros iniciar el proceso que nos lleve a la felicidad, con lo que sea que nos permita vivir una vida llena de plenitud –romper la rutina es un buen inicio-.
O como dice el Dalai Lama: “La felicidad no es algo que ya está hecho,viene de tus propias acciones”.
FUENTES: (1) Plato. (2014). Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopædia Britannica. (2) Aristóteles. Ética nicomaquea, Losada, Buenos Aires, 2003, p. 52.Ferrater Mora J. Diccionario de filosofía.Sudamericana. Buenos Aires. 1965. (3)Eudaemonism. (2014). Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopædia Britannica. (4) Martin Seligman habla sobre la Psicología Positiva. TED Talkings. 2004.http://www.ted.com/talks/martin_seligman_on_the_state_of_psychology/transcript (5) “Elevan la felicidad a materia universitaria”. Excélsior. Alejandra Martínez. 20 de octubre de 2012. (6) Artículo tomado del periódico El Economista. Predicen la felicidad con ecuación. Nelly Toche. 8 Agosto de 2014. Aristotle. (2014). Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica Ultimate Reference Suite. Chicago:Encyclopædia Britannica.
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