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-- Peligrosa... si éstas no lo eran para vos, lo que viene debe ser francamente truculento. Murmuró pensativo al mismo tiempo que caminaba al lado de la princesa, le sorprendió que la dirección a seguir fuera la del castillo, la criatura estaba dentro... o quizás debajo. -- ¿Hay algún procedimiento especial que deba seguir? No me gustaría perturbarlo.

Los pasillos estaban en constante murmullo, especialmente tras la primera prueba en la que la princesa se había robado todo el protagonismo. Tristan esperaba cerca de la entrada, apoyó su espalda en la pared con suavidad, sin dejarse caer, manteniendo el porte como hacían los hombres del sur. Bien perpetrado en su seria chaqueta y con mirada decidida, que buscaba a la princesa Ninette, con la que había concertado una cita a esa hora para ver a sus mascotas. @thequeennevercry

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El rubio dio un leve vistazo al rubio, la gente en lugar de vitorearlo parecía consternada por lo que acababan de ver, incluidos Ninette, el rey e incluso los otros dos príncipes. Él solo les devolvió una sonrisa a medida que el maestro de armas volvía dubitativo. "Eh... ¡El principe Kaiser Von Schwarz pasa la prueba!" Anunció con su potente torrente tras disipar sus propias dudas, por su parte Kaiser se había dirigido de vuelta a su baúl para guardar ese alma tan extraña que había perdido su brillo una vez extendió la putrefacción por el cuerpo de la hidra. "Esta vez no necesitaré a la princesa, pues solo nos queda el sello verde para el príncipe Tristan, bajad por favor." Llamó al moreno que bajó con pasos lentos mientras observaba a Kaiser, los dos se cruzaron un instante en el que murmuraron algo pero nadie pudo escucharlo, entonces Tristan se acercó a su propio baúl y comenzó a prepararse. "El sello verde, en este caso será..." Hizo memoria. "¡Los grifos!"

Las celdas se abrieron y los enemigos de Tristan pronto aparecieron: El sol abrasador caía a plomo sobre la arena dorada del coliseo. La multitud rogaba desde las gradas de piedra, ansiosa por el combate pero aún con esa sensación extraña que les había producido el encuentro anterior. En el centro, el joven príncipe del sur, con una armadura resplandeciente, un escudo redondo mellado y una larguísima e imponente lanza, frente a él tres imponentes grifos. Dos de ellos, majestuosos y aterradores, desplegaban sus alas doradas y emitían chillidos desgarradores. Sus garras curvadas raspaban el suelo lanzando polvo al aire. Son los padres, una pareja de bestias colosales con ojos de un brillo inteligente y feroz. Están dispuestos a luchar hasta la muerte para proteger a su hijo. Tras ellos este último, un poco más pequeño, con plumaje aún no del todo desarrollado y garras menos afiladas. Estaba atado con gruesas cadenas de hierro, temblando, lanzando chillidos lastimeros y furiosos. Su mirada alternaba entre miedo y rabia. Tristan parecía confundido ante la escena ante él, incluso mencionó algo dando un paso atrás. -- ¿Hoot?

Llegó la tercera prueba, un día retrasada debido a las condiciones de Jacob que gracias a Dios parecía recuperado para este momento tan crucial. Tal y como estaban las cosas, Kaiser tenía una victoria y la princesa otra. Si volvía a ganar el rubio sería el ganador definitivo y futuro marido de Ninette, si ganaba otra, forzaría un empate, aunque claro, no todas las pruebas tienen el mismo valor y esta... era sin duda la más dura. El lugar elegido era una antigua arena de gladiadores, rodeada por las altas gradas de un colosal estadio, los tres príncipes esperaban dentro de las cárceles, donde antes de que Alexander lo prohibiera, los gladiadores esperaban la muerte. La multitud rugía de emoción mientras los reyes y la princesa observaban desde sus tronos, con sus ojos fijos en aquel campo de batalla. Entonces el señor de las armas levantó la voz. "Los preparativos están listos. La prueba se desarrollará en tres rondas, cada una diseñada para poner a prueba las habilidades únicas de cada príncipe y enfrentarlo a un peligro distinto y mortal. Ahora debemos asignar un desafío para cada uno de los combatientes. Necesito la mano inocente de la princesa, por favor." La llamó desde la arena cuando un criado llegó con un plato tapado con diferentes bolas. @thequeennevercry

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-- En ese caso lo mantendré en el más absoluto de los secretos. El príncipe estaba feliz junto a esos animales, o si no lo estaba era la mejor actuación de todas. Dio un último vistazo a la majestuosa criatura antes de partir junto a Ninette. -- Nos vemos, Hoot. Se despidió agitando el brazo del ave, luego su curiosidad le hizo recuperar la atención en la princesa. -- ¿Por qué no lo haría? ¿Es aún más exótica que las otras dos? Eso me sorprendería y mucho.

Los pasillos estaban en constante murmullo, especialmente tras la primera prueba en la que la princesa se había robado todo el protagonismo. Tristan esperaba cerca de la entrada, apoyó su espalda en la pared con suavidad, sin dejarse caer, manteniendo el porte como hacían los hombres del sur. Bien perpetrado en su seria chaqueta y con mirada decidida, que buscaba a la princesa Ninette, con la que había concertado una cita a esa hora para ver a sus mascotas. @thequeennevercry

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Los ojos de todos los presentes ahora estaban puestos en ese chico rubio del que nadie esperaba nada y sorprendentemente, ¿Sobrevivía? No solo eso sino que se le veía especialmente tranquilo. En el palco reservado a su gente solo había una mujer mayor, una anciana ciega y de aspecto demacrado que poco podría ver, ¿Era la única persona que acompañó a Kaiser? O quizás su familia no había podido asistir a las pruebas, pues en ninguna de ellas tuvo a alguien viéndole. La hidra siseó con varias de sus cabezas enrabietada, despegó trozos de piedra del muro al retirar los colmillos pero ninguno tocó al joven príncipe que ahora si estaba buscando algo en el baúl... una espada bastarda.

Quizás era difícil de ver a simple vista pero esa espada bastarda estaba muy lejos de ser un arma normal. El pomo portaba un sello diminuto que en primera instancia parecía un ojo mirándote pero en realidad se trataba del sello de los Von Shwarz, el príncipe también lo portaba en su pecho.

La hoja por otra parte estaba tallada enteramente de hueso ennegrecido por fuego infernal, su superficie parecía viva, con venas rojizas que latían debilmente bajo la luz y que al tiempo que Kaiser la blandía parecían dejar un rastro de sombras viscosas. El príncipe la blandía en su mano izquierda, no la agitaba demasiado ni tomaba posición de pelea, por el contrario, solo caminaba hacia la hidra mientras la sostenía entre sus dedos. La criatura atacaba violentamente pero por alguna razón todos sus ataques fallaban con el rubio esquivándolos con un movimiento justo y simple mientras acortaba distancias con la bestia. Tristan y el lord del sur se miraron en el palco con una clara preocupación, no por el hombre sino por algo más, quizás es que veían sus posibilidades de victoria más alejadas tras esto. El príncipe rubio por su parte solo miraba hacia la bestia con una media sonrisa, como si no significara ninguna amenaza o como si todo esto fuera solo un juego y su vida no estuviera en peligro. La criatura volvió a atacar pero en esta ocasión ocurrió algo, justo en el momento que dos de las nueve cabezas acometieron contra Kaiser, los ojos de éste se afilaron de una forma que nunca antes lo habían hecho.

Como si se parara el tiempo, Kaiser eliminó la postura en que agarraba su espada por una sujeción hacia abajo de la mano. Como una sombra deslizándose entre el viento, su cuerpo giró sin esfuerzo alguno y tras esquivar el latigazo de la hidra ya no estaba ahí.

El público miró a todos lados sin entender que acababa de pasar... el príncipe había desaparecido. Entonces uno de los guardias señaló en cierta dirección. "¡Ahí!" Y todos los demás espectadores miraron hacia el lomo de la hidra. Allí estaba Kaiser, sentado sobre ella como si no fuera la gran cosa mientras arrastraba su hoja por la carne de la bestia. Las nueve cabezas chillaron al mismo tiempo doloridas y atacaron hacia Kaiser pero este... simplemente las esquivó sin sacar la espada de su piel. Los propios colmillos de la hidra estaban destrozando su cuerpo junto a la extraña espada de hueso negro que tras hundirse un poco en la carne de la bestia comenzó a brillar. Ceniza oscura se liberaba de esa herida junto a un hedor sulfuroso que pronto se hizo palpable para todos en el coliseo. Tristan y el lord del sur intercambiaron unos susurros y el mayor de ellos abandonó a toda prisa del lugar, el rey seguía intrigado por lo sucedido, Aiden no estaba y Annemarie tampoco. De un momento a otro la hidra cayó y la putrefacción se hizo presente en su cuerpo como la peste negra que azotó al mundo siglos atrás, había muerto. El príncipe no se inmutó y limpió la empuñadura con una leve caricia. Luego, sin mirar atrás, caminó entre los restos desvanecidos de su enemigo, con una larga sombra alargándose bajo la luz del sol. Había sido un trámite. ⸺ Uh, supongo que he pasado la prueba, me pregunto que pasará ahora. Que divertido.

Llegó la tercera prueba, un día retrasada debido a las condiciones de Jacob que gracias a Dios parecía recuperado para este momento tan crucial. Tal y como estaban las cosas, Kaiser tenía una victoria y la princesa otra. Si volvía a ganar el rubio sería el ganador definitivo y futuro marido de Ninette, si ganaba otra, forzaría un empate, aunque claro, no todas las pruebas tienen el mismo valor y esta... era sin duda la más dura. El lugar elegido era una antigua arena de gladiadores, rodeada por las altas gradas de un colosal estadio, los tres príncipes esperaban dentro de las cárceles, donde antes de que Alexander lo prohibiera, los gladiadores esperaban la muerte. La multitud rugía de emoción mientras los reyes y la princesa observaban desde sus tronos, con sus ojos fijos en aquel campo de batalla. Entonces el señor de las armas levantó la voz. "Los preparativos están listos. La prueba se desarrollará en tres rondas, cada una diseñada para poner a prueba las habilidades únicas de cada príncipe y enfrentarlo a un peligro distinto y mortal. Ahora debemos asignar un desafío para cada uno de los combatientes. Necesito la mano inocente de la princesa, por favor." La llamó desde la arena cuando un criado llegó con un plato tapado con diferentes bolas. @thequeennevercry

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-- ¿Está celoso de mi? Dijo Tristan señalando dubitativamente con la mano al ave, entonces una risa descontrolada comenzó a escapar mientras su pecho se hinchaba una y otra vez. -- ¡Ha-ha-ha! No puedo creerlo, te adoro, Hoot. Dijo con aire divertido, estaba comenzando a soltarse delante de la princesa y de esas curiosas mascotas. -- ¿No cree que podamos pasearlo, alteza?

Los pasillos estaban en constante murmullo, especialmente tras la primera prueba en la que la princesa se había robado todo el protagonismo. Tristan esperaba cerca de la entrada, apoyó su espalda en la pared con suavidad, sin dejarse caer, manteniendo el porte como hacían los hombres del sur. Bien perpetrado en su seria chaqueta y con mirada decidida, que buscaba a la princesa Ninette, con la que había concertado una cita a esa hora para ver a sus mascotas. @thequeennevercry

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Con mucho cuidado fue que Tristan se acercó, midiendo sus pasos, su actitud pero con una sonrisa en el rostro que nadie podría borrar. Le hacían feliz esas criaturas, tan exóticas y distintivas, la forma en que se quitaba de encima a Ninette para verlo, le pareció tierno. -- Hoot, ¿Verdad? Podemos ser amigos. Dijo lentamente mientras acercaba su mano al lomo de Hoot para rozar sus plumas suavemente.

Los pasillos estaban en constante murmullo, especialmente tras la primera prueba en la que la princesa se había robado todo el protagonismo. Tristan esperaba cerca de la entrada, apoyó su espalda en la pared con suavidad, sin dejarse caer, manteniendo el porte como hacían los hombres del sur. Bien perpetrado en su seria chaqueta y con mirada decidida, que buscaba a la princesa Ninette, con la que había concertado una cita a esa hora para ver a sus mascotas. @thequeennevercry

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-- Sí, márchate, seguro que el sueño cambia nuestras perspectivas. Hizo un gesto de desprecio con la mano dejando que marchara, después de todo el encuentro había terminado. Se había llevado un beso y algunos intercambios de opiniones, no estaba tan desagradado.

Con la excusa de que necesitaba tomar un baño, decidió visitar a Jacob, sabiendo que esta vez Aiden no estaría a su lado. A pesar de la incomodidad que le provocaba, no tuvo otra opción que dirigirse a la alcoba de Jacob vistiendo prendas ligeras, pues la urgencia de hablar con él no le dejaba lugar para titubeos. Antes de avanzar, se aseguró de que el pasillo estuviera vacío y, con pasos firmes, llegó a la puerta de la habitación donde el hombre había sido trasladado tras su estancia en la enfermería. Tocó un par de veces, preparándose para el encuentro.

⸺ Mi príncipe ¿Se encuentra disponible? Es Ninette.

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⸺ Quien sabe. Sobre el juego, es bastante sencillo, primero debéis- Pero las palabras del hombre dejaron de salir cuando apareció cierta figura, una mujer anciana que había caminado muy lentamente hacia ellos. Solo había que mirar sus ojos para ver que era ciega, aún así apuntó su rostro demacrado hacia la princesa primero, luego hacia el príncipe al que habló.

"Príncipe, en la sala familiar requerimos su presencia." Kaiser no respondió, se enfocó en Ninette a la que hizo una reverencia baja. ⸺ Parece que nuestra cita ha terminado, mi princesa. Os mostraré sobre ese juego en otra ocasión, si me lo permitís.

Ninette dio las instrucciones precisas a los guardias para que informaran a Kaiser sobre el encuentro planeado en la cocina. También dispuso que los cocineros tuvieran el resto del día libre hasta el momento de la cena, asegurándose de que el lugar estuviera despejado y en completa privacidad para la reunión. Era un gesto cuidadoso y deliberado, característico de su forma de actuar.

A pesar de los contratiempos que enfrentó tras su tenso encuentro con Jacob, finalmente llegó al lugar acordado, aunque con un ligero retraso. Al abrir la puerta de la cocina, esperaba encontrar a Kaiser aguardándola.

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-- Estoy muy de acuerdo, princesa, mis caimanes me dan más cariño del que jamás habría esperado de unas criaturas como ellas, la mayoría de las personas no son capaces de entender estos lazos. Siguió caminando, sus pasos se sincronizaron con los de la princesa, era algo común cuando dos personas andaban cerca. Apartó algunas ramas y matojos para continuar el camino que comenzaba a accidentarse, ¿Dónde guardaba a esa criatura? Tristan alzó las cejas al escucharla, no entendió ese lenguaje y eso que había leído mucho y en diferentes idiomas, casi se sentía tonto por no comprenderlo... pero esos aullidos de águila se robaron su atención haciéndole levantar la cabeza. El moreno se frotó los ojos, incrédulo ante la imagen que se presentaba ante él, eso sí que era una criatura majestuosa y señorial. -- Un grifo... Murmuró, solo vio uno en toda su vida, cuando era pequeño. Sus ojos se movían con cada aleteo de las enormes alas hasta que se posó junto a Ninette. Tristan estaba ensimismado, por eso tardó en reaccionar a la mirada del grifo y agacharse para darle una larga reverencia, siempre supo que esa era la forma de encarar a seres tan orgullosos.

Los pasillos estaban en constante murmullo, especialmente tras la primera prueba en la que la princesa se había robado todo el protagonismo. Tristan esperaba cerca de la entrada, apoyó su espalda en la pared con suavidad, sin dejarse caer, manteniendo el porte como hacían los hombres del sur. Bien perpetrado en su seria chaqueta y con mirada decidida, que buscaba a la princesa Ninette, con la que había concertado una cita a esa hora para ver a sus mascotas. @thequeennevercry

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⸺ A mis ojos sois un encanto, sin duda. Aunque a veces el arcoiris viene precedido de la tormenta, siempre de hecho. Se llevó el dedo índice al mentón con un aire de meditación, entonces algo pareció ocurrírsele al príncipe que se giró hacia ella rápidamente. ⸺ ¿Qué tal si jugamos al juego de dos verdades y una mentira?

Ninette dio las instrucciones precisas a los guardias para que informaran a Kaiser sobre el encuentro planeado en la cocina. También dispuso que los cocineros tuvieran el resto del día libre hasta el momento de la cena, asegurándose de que el lugar estuviera despejado y en completa privacidad para la reunión. Era un gesto cuidadoso y deliberado, característico de su forma de actuar.

A pesar de los contratiempos que enfrentó tras su tenso encuentro con Jacob, finalmente llegó al lugar acordado, aunque con un ligero retraso. Al abrir la puerta de la cocina, esperaba encontrar a Kaiser aguardándola.

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Ante esa acusación Jacob alzó la ceja un segundo, como si esas palabras hubieran faltado a su honor como hombre, o algo así. -- ¿Te parece mal que estudie sobre ti e intente conquistarte en base a ello? Cuando apliqué para este matrimonio tenía decidido que quería tenerte y también que haría cualquier cosa para conseguirlo. ¿Te disgusta mi determinación? Lo siento, pero no pienso parar aquí. Con una sonrisa ladina se dio un pequeño paso por la habitación hasta una de las ventanas donde miró a través de ella. -- Ganaré la prueba, seré elegido como el más digno de ti de entre los tres y me ganaré un espacio en tu lecho.

Con la excusa de que necesitaba tomar un baño, decidió visitar a Jacob, sabiendo que esta vez Aiden no estaría a su lado. A pesar de la incomodidad que le provocaba, no tuvo otra opción que dirigirse a la alcoba de Jacob vistiendo prendas ligeras, pues la urgencia de hablar con él no le dejaba lugar para titubeos. Antes de avanzar, se aseguró de que el pasillo estuviera vacío y, con pasos firmes, llegó a la puerta de la habitación donde el hombre había sido trasladado tras su estancia en la enfermería. Tocó un par de veces, preparándose para el encuentro.

⸺ Mi príncipe ¿Se encuentra disponible? Es Ninette.

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No esperaba que accediera tan fácilmente pero ¿Quién podría resistirse a sus encantos? Cerró los ojos y recibió el contacto. Solo pudo disfrutar de la suavidad de aquellos labios perfectos por un instante, pero fue suficiente para captar su esencia y luego relamerse súbitamente tratando de prolongar su sabor en el tiempo.

⸺ Merci. Entonces se precipitó hacia la mesa y abrió el cajón donde tenía un par de páginas escritas, agarró la correspondiente a la princesa y se la extendió. En ella estaba escrito sobre sus escapadas, sobre su guardia personal que nunca desaparecía y sobre ciertas opiniones de guardias y gente del servicio, nada reseñable pero en conjunto conseguían formar una imagen mental de la princesa.

Con la excusa de que necesitaba tomar un baño, decidió visitar a Jacob, sabiendo que esta vez Aiden no estaría a su lado. A pesar de la incomodidad que le provocaba, no tuvo otra opción que dirigirse a la alcoba de Jacob vistiendo prendas ligeras, pues la urgencia de hablar con él no le dejaba lugar para titubeos. Antes de avanzar, se aseguró de que el pasillo estuviera vacío y, con pasos firmes, llegó a la puerta de la habitación donde el hombre había sido trasladado tras su estancia en la enfermería. Tocó un par de veces, preparándose para el encuentro.

⸺ Mi príncipe ¿Se encuentra disponible? Es Ninette.

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⸺ ¿Os gusto? Pobre de los que no le gustan entonces. Bromista, hizo un gesto como si le acabaran de cortar la cabeza y puso los ojos en blanco antes de volver a abrirlos y sonreír. Ahora ella estaba más cerca pero Kaiser no se veía afectado por ello, ni mucho menos. ⸺ Para nada, mis únicos asuntos en este lugar son los vuestros, es solo que no me gustaría haceros sentir incómoda. ¿Deseáis que intimemos de otra manera?

Ninette dio las instrucciones precisas a los guardias para que informaran a Kaiser sobre el encuentro planeado en la cocina. También dispuso que los cocineros tuvieran el resto del día libre hasta el momento de la cena, asegurándose de que el lugar estuviera despejado y en completa privacidad para la reunión. Era un gesto cuidadoso y deliberado, característico de su forma de actuar.

A pesar de los contratiempos que enfrentó tras su tenso encuentro con Jacob, finalmente llegó al lugar acordado, aunque con un ligero retraso. Al abrir la puerta de la cocina, esperaba encontrar a Kaiser aguardándola.

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El moreno continuaba la caminata pensativo, era agradable tener esa conversación con ella y sacar sus propias teorías. -- Mmmm, teniendo en cuenta que vuestra anterior mascota no era precisamente un animal de compañía me inclino por algo peligroso. ¿Quizá un centauro? Hah, puede que esté yendo demasiado lejos.

Los pasillos estaban en constante murmullo, especialmente tras la primera prueba en la que la princesa se había robado todo el protagonismo. Tristan esperaba cerca de la entrada, apoyó su espalda en la pared con suavidad, sin dejarse caer, manteniendo el porte como hacían los hombres del sur. Bien perpetrado en su seria chaqueta y con mirada decidida, que buscaba a la princesa Ninette, con la que había concertado una cita a esa hora para ver a sus mascotas. @thequeennevercry

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Jacob sonrió, hay que decir que con cierta complicidad, pues le gustó la respuesta de la princesa, era una buena señal que se tuviera a sí misma en alta estima, sobre todo si iba a convertirse en su esposa. ⸺ Por supuesto, está mal que entregues eso así como así... pero yo seré tú esposo. Ahora fue Jacob quien se separó de ella poniendo distancia con un toque orgulloso. ⸺ Más que entregar algo codiciado a alguien estarías dando un adelanto al futuro rey, ¿Te parece mal? Entonces la información que conseguí tendrá que esperar hasta que yo sea el elegido.

Con la excusa de que necesitaba tomar un baño, decidió visitar a Jacob, sabiendo que esta vez Aiden no estaría a su lado. A pesar de la incomodidad que le provocaba, no tuvo otra opción que dirigirse a la alcoba de Jacob vistiendo prendas ligeras, pues la urgencia de hablar con él no le dejaba lugar para titubeos. Antes de avanzar, se aseguró de que el pasillo estuviera vacío y, con pasos firmes, llegó a la puerta de la habitación donde el hombre había sido trasladado tras su estancia en la enfermería. Tocó un par de veces, preparándose para el encuentro.

⸺ Mi príncipe ¿Se encuentra disponible? Es Ninette.

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⸺ ¿Qué puedo decir? Están arraigados en mi desde que nací, las circunstancias no son las mismas para todos. Alegre, fuera de cualquier perturbación fue que volvió a poner las manos en su lugar. Dio un leve vistazo a la mujer y luego al guardián que no había abierto la boca en toda la cita, su presencia y sus ojos le resultaron curiosos. ⸺ ¿Doy por hecho que el desagrado que sentís por mi está poniendo fin a esta cita?

Ninette dio las instrucciones precisas a los guardias para que informaran a Kaiser sobre el encuentro planeado en la cocina. También dispuso que los cocineros tuvieran el resto del día libre hasta el momento de la cena, asegurándose de que el lugar estuviera despejado y en completa privacidad para la reunión. Era un gesto cuidadoso y deliberado, característico de su forma de actuar.

A pesar de los contratiempos que enfrentó tras su tenso encuentro con Jacob, finalmente llegó al lugar acordado, aunque con un ligero retraso. Al abrir la puerta de la cocina, esperaba encontrar a Kaiser aguardándola.

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La mano de la princesa sobre él le causó cierto gusto, tenerla tan cerca era agradable y tenso a la vez. Su olor impregnó las fosas nasales del príncipe que a cada segundo de tenerla cerca quería más. ** Soy el mejor. Musitó con orgullo, bajando el tono y cambiándolo por un leve susurro, coqueto y tenaz. ** Investigué sobre el reino, sobre todos, sobre ti... y las conclusiones que saqué fueron satisfactorias. ¿Quieres saber lo que descubrí sobre ti, Ninette? Te lo cambiaré... por un beso.

Con la excusa de que necesitaba tomar un baño, decidió visitar a Jacob, sabiendo que esta vez Aiden no estaría a su lado. A pesar de la incomodidad que le provocaba, no tuvo otra opción que dirigirse a la alcoba de Jacob vistiendo prendas ligeras, pues la urgencia de hablar con él no le dejaba lugar para titubeos. Antes de avanzar, se aseguró de que el pasillo estuviera vacío y, con pasos firmes, llegó a la puerta de la habitación donde el hombre había sido trasladado tras su estancia en la enfermería. Tocó un par de veces, preparándose para el encuentro.

⸺ Mi príncipe ¿Se encuentra disponible? Es Ninette.

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