Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
‹🖌️📐› Ficha de presentación.
FC: Boo Seungkwan; Seventeen.
OC: Williot Fletcher.
Edad: Dieciocho años.
Fecha de nacimiento: 23/01/02
Ocupación: Estudiante.
OS+EC: Homosexual; soltero.
Carrera: Diseño de interiores.
Club: Arte.
Número de casa: ——
Curiosidades:
⚘ Ama el chocolate con maní.
⚘ Es bastante impulsivo.
⚘ Tiene un perrito en casa de sus abuelos llamado Orion.
⚘ Le dan muchísimo miedo los aviones, barcos y el fondo del océano.
⚘ Es bastante llorón.
⚘ Es hijo único.
⚘ Suele enfermarse con frecuencia.
⚘ Dato curioso: las caricias en las manos le dan sueño.
⚘ No le gustan los halagos porque lo ponen sensible.
⚘ Le dan asco las pastillas.
⚘ Cree en los seres paranormales y no le gusta que bromeen con eso.
⚘ Tiene desórdenes alimenticios, pero hace lo posible para que nadie se entere y se preocupe.
⚘ Normalmente está de buen humor y es bastante positivo, pero como todos también tiene sus días. Incluso llega a parecer otra persona algunas veces.
⚘ La luna y las estrellas son su religión.
◦ • ︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿ •◦✿
Historia.
Académica.
Williot nació un veintitrés de enero, en el año dos mil dos, siendo así el único hijo Fletcher. A el matrimonio no le emocionó mucho la idea de tener un niño, pues la mujer no era muy fértil y fue prácticamente un milagro que consiguieran engendrar al pequeño, pero claro, esperaban con ansias a una princesita. No les quedó de otra que cuidar al bebé.
A sus cuatro años, Will ya sabía que no era deseado, pero eso no le impedía ser un chiquito feliz y que intentara a toda costa contentar a sus padres, al menos con las tareas del jardín de infantes. Lo que recibía era un "es lo mínimo que puedes hacer por nosotros", pero eso bastaba para celebrar, aunque después lo mandaran a callar.
En primaria fue más de lo mismo, sus padres no parecían cambiar de opinión al respecto, ni aunque fuera el mejor de la clase. Comenzaba a afectarle más que fueran tan distantes con él, sobretodo cuando veía a los demás niños saludándose con los adultos de una forma tan afectiva en la puerta del cole, y a él con suerte lo dejaban en la esquina con un empujón gratuito en la espalda. Los niños pueden llegar a ser bastante crueles, y eso lo comprobó en cuanto los demás se dieron cuenta de que sus papás no lo querían ver ni en una fotografía, o peor aún, cuando hacían comentarios con su físico. Durante esos años sólo se enfocó en los estudios, teniendo como objetivo llegar a hacer algo grande para enorgullecer a sus progenitores.
En la secundaria las cosas parecían ir mejor, había conseguido algunos amigos y mantenía sus buenas notas a pesar de distraerse en clases. Gracias a un chico que un día le mostró en su celular videos sobre un diseñador de interiores (por supuesto que él no tenía uno propio, le habían dejado claro que no iban a comprarle nada), quedó completamente fascinado y le pidió que al día siguiente le mostrara más.
Pasó varios recesos viendo los videos con aquél joven, incluso llegó a redecorar toda su casa cambiando los muebles de lugar, a pesar de los regaños que recibía. Su amor por el diseño comenzó a crecer, y su primera atracción romántica también. Se estaba enamorando de la persona con la cual compartía los mismos gustos y para su suerte era mutuo, o eso pensaba, ya que el muchacho sólo lo quería para experimentar su sexualidad con él y exponerlo frente a toda la escuela como si él fuese un acosador que lo obligó a estar con él. Toda la escuela sabía lo que supuestamente había pasado, y eso significaba que sus padres también se enterarían. Nadie quería escuchar su versión, y así se quedó sin amigos y sin casa, apenas teniendo quince años. Por suerte sus abuelos maternos no lo dejaron en la calle; si bien los había visto poco, al menos ellos sí lo querían y estaban dispuestos a oír todo lo que tuviera para decir.
Williot encerró su pasado con un candado, dispuesto a comenzar de cero en un nuevo instituto y haciendo lo que a él le hiciera feliz. Regresó a ser como aquél niño de cuatro años que era antes, irradiando alegría y positividad tanto como pudiera. Le compraron un celular y pudo volver a practicar por su cuenta, haciéndole shows a sus abuelos. También, recibió como "recompensa", por aún mantener sus calificaciones impecables, un perrito el cuál nombró Orion.
Finalmente se graduó, y no tenía intención alguna de quedarse sin hacer nada. Presentó un examen de ingreso por una beca en la universidad que ya venía observando desde sus dos últimos años, logrando quedar dentro.
Ahora, siendo estudiante de Jutech, dará lo mejor de sí para poder ser un muchacho exitoso y darle a sus abuelos todo lo que se merecen.
Por supuesto, también tiene que mantener a Orinnie.
1 note
·
View note