x-midnightrain - Tumblr blog

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Las palabras de Nae lo hicieron sonreír, aunque no pudo evitar tampoco una mueca de sorpresa que se cruzó en su semblante, entre tiernos y apasionados besos, todo a la vez.

Alzó las cejas y se detuvo, entre sus pechos, mirándola desde esa postura cos sus grandes y muy abiertos ojos negros. ¿Así que de eso se trataba? La sonrisa que tenía en sus labios se volvió intencionada y, con un beso sobre la curva de sus pechos, se enderezó hasta la altura de su rostro, viéndola a los ojos.

― ¿Así que me quieres todo para ti?― Presionó mejor su cadera, rozando su entrepierna contra la de su novia... haciéndola notar que no hacía más que provocarlo y ponerlo de aquella manera. ― Eso te hace mala Nae... debes aprender a ser más compartida, preciosa.― Una de sus manos se estiró y , con cierto deje de maestría, extrajo algo del bolsillo trasero de su pantalón. Luego, con esa misma mano y con un simple click, Moosik soltó una de las manos de Nae... manteniendo la otra esposada.

―¿Quieres ayudarme con esto?― Guio la mano de la bailarina hacia su entrepierna, haciéndola sentir con la palma el resultado de sus acciones. De aquel vestido, de hacerlo quedarse, de sus besos, de su cuerpo. Todo. ― Tal vez quieras ayudarme a quitármelo....― Dijo, jugando con el botón de su propio pantalón.

Se sentía frustrada. Al menos un poco en ese momento ya que era incapaz de hacer algo más allá de soltar algunos suspiros de sus labios y estremecer su cuerpo con cada roce que le brindaba su pareja. No le gustaba no poder hacer nada, ni siquiera era capaz de quitarle alguna prenda de ropa pero…

Al mismo tiempo era tan abrumador cada toque. Estar restringida sin duda alguna brindaba una nueva perspectiva a ese encuentro. 

Un suspiro más claro, salió de la mordida y ligero jalón de sus labios. Tan pronto sus labios volvieron a unirse no dudó en danzar contra la lengua contraría, hasta el último segundo en el que se vieron obligados a separarse por la falta de aire en sus pulmones.

Podía ver el delgado hilo de saliva que los unió por unos breves segundos, antes de perder al pelinegro de vista en su cuello. 

― Moonsik ― Le llamó y movió sus brazos pero no pasó nada más allá del frió metal golpeando contra la cama.― Yo… Si se, puedo… Puedo sentirlo ― Claramente podía sentir su erección golpeando su cuerpo, cada vez más notoria con el paso de los segundos.― ¿Soy mala Moonsik? ― Preguntó. 

― Yo… No quería ir a la fiesta porque no quería compartirte; me gusta tenerte solo para mí… ¿Eso me hace mala? ― Preguntó apoyando sus botas sobre el colchón de la cama, ayudando a impulsar su cuerpo hacía arriba contra el contrario. 

Fue un movimiento brusco; así que el roce de ambos por un segundo, fue más intenso que antes. 

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Moonsik estaba volviéndose loco.

De verdad, de verdad, loco.

Ver a Nae bajo su cuerpo era suficiente para que el deseo se le desatara y dejara de pensar claro, dejándose llevar por el mero impulso de sentir su piel; saborear sus labios y derretirse en la exquisitez de su calor y su cuerpo. Inhaló profundo y lento, tomando su aroma a medida que las piernas que Nae lo apretaban por la cintura y eso generaba una fricción todavía más deliciosa.

De su garganta se escapó un gruñido y sus labios no perdieron el tiempo en ir a por los de ella, besándola una vez más con ímpetu y necesidad. Mordió su inferior y lo capturó con delicadeza, jalándolo un poquito hacia él en una invitación a seguirse besando de aquella manera; pasional y calurosa.

― No tienes una idea de como me pones...― Dijo, hundiendo su boca en el hueco de su cuello... repartiendo besos por aquí y para allá, en tanto movía suavemente su cadera para generar más fricción con el cuerpo de su novia.

Una pequeña duda pasó por su mente ¿Está siendo egoísta? Se habían saltado la fiesta por una actividad completamente diferente pero ¿Eso estaba bien? ¿No era malo que solo tuviese a Moonsik para ella?. 

Por un lado, lamentaba que el pelinegro se perdiera del evento pero por otro, era feliz de tener su atención sólo en ella. Era algo celosa, aun si su inseguridad no le permitía mostrarlo al mundo, realmente no le gustaba compartir a Moonsik. 

Era lo único bueno que tenía en su vida. 

― ¡Mmh! ― Un gemido salió de sus labios, podía sentir su erección más ahora que su pierna estaba rodeando el cuerpo ajeno; era más consciente de cómo estaba reaccionando el contrario aún y cuando ella, no estaba haciendo nada. 

― Sí quiero, aunque sea un poco ― Quería sentir su piel contra la suya; si la tela ya hacía el trabajo de erizar cada centímetro de su cuerpo, el calor ajeno la llevaría a la locura, estaba segura.― … ― Se quedó en silencio, viendo como los botones iban perdiendo fuerza y su piel quedaba expuesta. Sus músculos resaltaban contra la blanca tela, haciendo que el color de sus mejillas aumentara. 

¿Cómo no hacerlo? Ahí estaba él, entre sus piernas con la camisa desarreglada y parte de su bien trabajado cuerpo ante sus ojos; no dudó en morder su labio como respuesta ante tal imagen. 

― Mentiroso. Te gustan las esposas, no me las vas a quitar tan fácilmente ― No, el iba ha jugar con ellas un rato, antes de eso.― Pero no importa… Tenemos toda la noche ¿Cierto? Esta vez, voy a resistir toda Moonsik quiero ser envidiosa y solo tener tu atención para mi en este cuarto.

Un poco de valor se apoderó de ella, y ambas piernas sujetaron con fuerza al contrario para jalarlo hacia su cuerpo, trayendo un nuevo roce entre ambos. 

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main character vibes ✨

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𖦹 may is here, taehyung 'layover' pack! ☆

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‘GOLDEN’ jacket shoot sketch ♡

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jungkook being effortlessly handsome after workout 😩

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Las palabras de Naeun hacían magia en Moonsik, que parecía envolverse cada vez más en la situación tan calurosa que había empezado solo con intenciones de ponerla nerviosa.

Ahora ya ni siquiera iban a asistir a su fiesta, la tenía sobre su cama si su ropa y él estaba más que dispuesto a continuar así, toda la noche sin cansancio. Gruñó quedito sobre sus labios, entre besos, pues se sentía extasiado y con ganas de más conforme pasaban los minutos.

― No seas impaciente...― Tomó la pierna que rodeó su cadera, solo para afianzar el agarre de la misma... empujando su cuerpo hacia ella para que pudiera sentir como estaba y como lo tenía, gracias a ella, a su cuerpo y a sus besos. Al calor que encendía en él.

― Todavía tenemos toda la noche, Nae... ¿cual es la prisa?― Inquirió. No obstante, y por que él mismo estaba quemándose desde adentro, se enderezó sobre la cama... de rodillas ante Naeun. ― ¿Lo que quieres es que me desvista también?― Arqueó una ceja , a la par que iba retirado los botones blancos de su camisa. Los olanes de la misma hicieron cosquillas sobre su piel, y la de Nae.

Poco a poco la fue retirando, hasta dejarla abierta sobre sus hombros. Su abdomen al descubierto.― Si prometes que te portarás bien, tal vez te des espose.―

Escuchar “más seguido” de los labios contrarios, solo era una afirmación a algo que en definitiva haría, si tenía el humor para ello. Moonsik no era la clase de persona que soltaba palabras solo por decir. 

Naeun sabía que no sería el último día que estaría esposada. 

Su piel se quemaba. Cada toque que recibía erizaba su piel y sentía que perdía la razón gracias a ello. Solo quería que continuara y nunca parara de ser posible.― Si lo quiero ― Susurró en un suspiro por la mordida, antes de ser besada. Un beso profundo que no dudo en corresponder jugando con su lengua en una batalla contra la que ahora invadía su boca. Podía sentir su sabor erizando su piel por completo. 

El sonido del metal de las esposas, fue lo unico que acompañó sus suspiros había intentado mover sus manos sin éxito.― No es justo ― Agregó entre el beso, alzando una de su pierna izquierda cubierta por su bota contra la cadera del pelinegro en un intento de pegar más su cuerpo al contrario, sintiendo más claramente sus reacciones. 

― Estas vestido ― Se quejó, moviendo la pierna que lo envolvía. La piel de su calzado rozaba la tela del disfraz contrario con el objetivo de quitar algo, pero era inútil. 

Le hacían falta sus manos.

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― Hmm, tal vez deba esposarte más seguido... entonces.― Moonsik estaba envuelto en el deseo. Sus pensamientos nublando la poca cordura que le quedaba, llevándolo por el camino en el que actuaba por sus instintos e impulsos.

Detuvo sus besos por un instante, solo para tantear las reacciones de Nae y terminar por escuchar aquellas palabras mágicas. Claro iba a seguir tocándola, toda la noche si es que se lo permitía y lo aguantaba. Moonsik sentía la piel ardiéndole bajo el traje, pero no podía quitárselo por que estaba muy ocupado recorriendo el cuerpo desnudo de Naeun bajo él, y ella tenía las manos esposadas.

Sonrió de medio lado, asintiendo. ― Todo lo que tú me pidas, si así lo quieres.― Mordió su labio inferior, luego lo soltó y lo capturó para comenzar un beso profundo, húmedo por el roce de su lengua en la búsqueda de la impropia para saborearla.

Mientras, presionado a ella, no era para menos que entre los pantalones de Moonsik se avivara su erección... rozándola contra la cadera de Nae en cada movimiento que hacía.

Si había algo de lo que podía estar segura era su confianza en el contrario. Aún si era vergonzoso le podía decir lo que sentía sin problema alguno podía ser algo muy grave o una simple tontería pero él, la escucharía sin bromear o burlarse de sus palabras.― Es diferente, nunca había estado esposada en esto ― Explicó de forma entrecortada; sentir sus labios humedeciendo su piel y dientes dejando marcas en ella, le dificultaba hablar de forma fluida. 

Solo esperaba que las mordidas no fuesen profundas o sería un problema para su trabajo, pero en definitiva era una preocupación insignificante en ese momento. 

Las palabras contrarias llegaron a sus oídos, estaba avergonzada pero eso no evitó que mirara a su pareja y fuese honesta con él.― Porqué me pediste que me quedara quiera y si te veo, no seré capaz de hacerlo ― Susurró contra los labios ajenos, después del beso en su mejilla. Sentir el frió de la esposa junto al calor de la mano del pelinegro sobre su muñeca le hizo estremecerse.― Se siente extraño, me siento completamente expuesta ante ti ― Susurró desviando sutilmente su mirada a la izquierda cuando sintió la mano contraria contra su pecho. 

― Vas a seguir tocándome, ¿Cierto? ― Más que una pregunta, era un ruego.

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― ¿Por qué estas tan nerviosa...?― No era la primera vez que estaban en una situación y aunque podía entender que era así como iniciaban siempre, no quedaba de más en preguntar para asegurarse. Su voz fue un murmullo contra la delicada y suave piel de sus muslos, en donde los besos siguieron repartiéndose lentamente. Dejaba pequeñas mordidas en el proceso, lenguetazos y besos aquí y por alla... buscando provocarla, que se retorciera incluso aún con las manos esposadas a la cabera de su cama.

Sonrió y miró hacia arriba, encontrándose con la imagen de una Naeun ruborizada... huyendo de su mirada. ― Mírame, Nae...― Pidió quedito, enderezándose a penas. ― ¿No te gusta? ¿O por que no quieres verme?― La molestó, deslizándose por su cuerpo hacia arriba... buscando sus labios, besado su mejilla en el proceso. ― ¿Se siente bien estar así?― Una de sus manos le acarició la muñeca derecha, ahí donde las esposas le rozaban la piel. Arqueó una ceja, curioso, a medida su mano libre recorría su costado contorneado la forma de su cintura y cadera, cuesta arriba hacia sus pechos expuestos.

Se detuvo ahí, expectante.

― No, no es eso ― Susurró desviando su mirada.― No tengo miedo, solo estoy nerviosa… Esto es diferente ― Y no lo decía como si fuese algo malo o que se sintiera obligada a ceder por el contrario. Solo era diferente a las cosas que solían hacer como pareja; siempre eran encuentros intensos pero esta vez, lo sentía mucho más.

¿Sería por las esposas?.

Su pecho subía y bajaba por su respiración. Trataba de mantenerla relajada, lenta pero le resultaba imposible, definitivamente se podía ver algo de nerviosismo en ella con el cual estaba luchando no por miedo, sino por estar en algo completamente nuevo. 

Sus piernas fueron separadas, aun cuando trató de evitarlo, Moonsik tenía la ventaja sin ninguna duda.― No, lo estas haciendo sencillo ― La calidez de sus labios le hizo estremecerse y una de sus piernas lo mostró levemente al contraerse un poco. Se estaba esforzando por quedarse quieta en ese momento pero era difícil. Un largo suspiro salió de sus labios al sentir el juego de sus labios y lengua recorrer su piel.― Moonsik… ― Susurro, desviando su mirada, le avergonzaba verlo.

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his duality is actually so insane

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― Buena chica. ― Moonsik la celebró como si decirle que haría lo que él le dijera fuera de acorde al plan. Tal cual y si ese fuera el castigo que debía afrontar por haberse portado mal y provocarlo. Sonrió complacido, mirándola desde ahí. Admirando lo que era suyo y que ahora tenía a toda su merced.

― No tienes por que tener miedo… no voy a hacerte nada. ― Con lentitud Moonsik desató la capa que caía sobre su espalda. Era un accesorio que le daba un toque imponente, pero que en ese momento estaba haciéndole de estorbo para lo que quería. ―Si te portas bien, tal vez termines disfrutándolo. ― Advirtió, al mismo tiempo que poco a poco se arrodillaba sobre la cama y sus manos separaban lentamente las piernas de Nae. Sabía que iba a resistirse, pero su tacto fue tanto firme como cuidadoso. Tampoco quería lastimarla.

― Quédate quieta. ― dijo, inclinándose para dejar una serie de besos en el muslo derecho de la bailarina… poco a poco acariciando la cara interna de los mismos con una de sus manos libres, repartiendo besos, y humedad ahí donde su lengua se detenía por unos instantes. Quería provocarla, pero sobre todo escucharla.

El bailarín ahogó una risa. Estaba tan poseído por su deseo que ni siquiera se podía permitir el reírse abiertamente, al menos no cuando lo que más deseaba era mantener sus manos y sus labios ocupados sobre su cuerpo.

― ¿No dijiste que habías sido una chica mala? ― Arqueó una ceja y enderezó la cabeza para mirarla. El rostro de Nae no tenía precio pero eso solo lo hacía más interesante para él. ― Esto es lo que le pasa a las chicas malas cuando se portan mal… y mira que tú lo has estado haciendo. Provocándome, sabiendo que no podré contenerme. Ahora preguntarán por nosotros pero Nae tus nos pusiste aquí. ― Su voz era un gruñido suave, y no había que ser muy inteligente para saber qué Moonsik estaba extasiado. Entusiasmado por seguir con aquel momento que iba subiendo poco a poco de temperatura.

― Así que me veré en la necesidad de castigarte. No puedes moverte, haga lo que yo haga… ― Moonsik se enderezó y desde su postura deslizó un solo dedo por el cuerpo de Naeun, deteniéndose en el elástico de fino encaje que contorneaba sus caderas. ― ¿Lo harás Nae? ― Preguntó . ― ¿Te vas a quedar quieta sin importar lo que te haga? ¿Serás una chica buena para mi? ―

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El bailarín ahogó una risa. Estaba tan poseído por su deseo que ni siquiera se podía permitir el reírse abiertamente, al menos no cuando lo que más deseaba era mantener sus manos y sus labios ocupados sobre su cuerpo.

― ¿No dijiste que habías sido una chica mala? ― Arqueó una ceja y enderezó la cabeza para mirarla. El rostro de Nae no tenía precio pero eso solo lo hacía más interesante para él. ― Esto es lo que le pasa a las chicas malas cuando se portan mal… y mira que tú lo has estado haciendo. Provocándome, sabiendo que no podré contenerme. Ahora preguntarán por nosotros pero Nae tus nos pusiste aquí. ― Su voz era un gruñido suave, y no había que ser muy inteligente para saber qué Moonsik estaba extasiado. Entusiasmado por seguir con aquel momento que iba subiendo poco a poco de temperatura.

― Así que me veré en la necesidad de castigarte. No puedes moverte, haga lo que yo haga… ― Moonsik se enderezó y desde su postura deslizó un solo dedo por el cuerpo de Naeun, deteniéndose en el elástico de fino encaje que contorneaba sus caderas. ― ¿Lo harás Nae? ― Preguntó . ― ¿Te vas a quedar quieta sin importar lo que te haga? ¿Serás una chica buena para mi? ―

― Tú realmente no tienes ganas de ir...― La conocía. Y si fuera así, ya estarían ahí. Por otro lado Moonsik había dejado de pensar en la maldita fiesta desde que todo aquello comenzó. Lo que tenía en mente ahora era solo el probar su piel. Fundirse sobre de ella y disfrutarla tanto la noche se lo permitiera.

Se detuvo cuando sus besos llegaron a la altura del cuello de la bailarina, ladeando poquito su cabeza para tener un mejor acceso a tan delicada zona. Sus labios se pasearon superficialmente sobre su piel, respirando su aroma profundamente. ― ¿No te gusta? No son ruidos raros... es por que lo estás disfrutado, ¿no es así? ― La mordió suavemente, en el hueco de su clavícula... aprovechando el acto para pasar su lengua por la zona, saboreando.

― Quiero escucharte, Nae... no te limites. Sabes que conmigo no tienes por que hacerlo. ― Una de sus manos contorneó su cuerpo, deteniéndose hasta llegar a la mano que mantenía esposada. La sostuvo y tomó el extremo libre, estirándolo hasta la cabecera de la cama donde no dudó ajustarla mientras la besaba.

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― Tú realmente no tienes ganas de ir...― La conocía. Y si fuera así, ya estarían ahí. Por otro lado Moonsik había dejado de pensar en la maldita fiesta desde que todo aquello comenzó. Lo que tenía en mente ahora era solo el probar su piel. Fundirse sobre de ella y disfrutarla tanto la noche se lo permitiera.

Se detuvo cuando sus besos llegaron a la altura del cuello de la bailarina, ladeando poquito su cabeza para tener un mejor acceso a tan delicada zona. Sus labios se pasearon superficialmente sobre su piel, respirando su aroma profundamente. ― ¿No te gusta? No son ruidos raros... es por que lo estás disfrutado, ¿no es así? ― La mordió suavemente, en el hueco de su clavícula... aprovechando el acto para pasar su lengua por la zona, saboreando.

― Quiero escucharte, Nae... no te limites. Sabes que conmigo no tienes por que hacerlo. ― Una de sus manos contorneó su cuerpo, deteniéndose hasta llegar a la mano que mantenía esposada. La sostuvo y tomó el extremo libre, estirándolo hasta la cabecera de la cama donde no dudó ajustarla mientras la besaba.

No negaría que a pesar de saber que amaba a Moonsik y era correspondida, seguía teniendo inseguridades en ella que intentaba trabajar con el paso de los días junto a su relación. Afortunadamente ambos estaban en un lugar donde se sentía muy feliz. 

Alzó su ceja levemente al escuchar sus palabras y no tardó en soltar una risa a causa de ellas.― Si dices así las cosas, parece que quieres corromperme Moonsik ― Y se suponía que ella, era la que estaba siendo arrestada por ser ‘mala’.― Sabes que si eres tu, estoy dispuesta a todo ― No mentía. Mientras fuese él quien se encontrara a su lado o le pidiera experimentar en alguna cosa, ella aceptaría. 

Confiaba ciegamente en él. 

El cambio de posición, le hizo soltar un pequeño grito de sorpresa. Ahora su espalda estaba contra el suave colchón que ambos compartían cada noche.― Mmm… ― Quiso hablar pero los besos contra su piel se lo dificultaron por un momento, estaba nerviosa con su avance.― Aún podemos ir, solo llegaremos un poco tarde. 

― No… No vayas a morderme fuerte; hace que haga ruidos raros. 

Esa era una forma de describirlos. 

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¿La única que volteara a ver? Naeun estaba muy equivocada si pensaba que Moonsik podía poner su atención en alguien más que no fuera ella. Hacía un tiempo que en su mundo parecía girar entorno a ella, dentro y fuera de la habitación.

No obstante, en ese momento Moonsik no pudo maquinar una respuesta a sus palabras. Lo único que podía pensar era lo que haría para demostrárselo en su lugar. ― Mhm, puedo enseñarte todo lo que quieras.― Murmuró contra su piel, mirándola hacia arriba cuando Naeun lo tomó del rostro. ― Pero tienes que estar dispuesta a ello...― Su sonrisa mutó a una llena de intenciones y, sin decirle nada, la tomó de la cintura con ambas manos... manipulando su cuerpo hasta que la posicionó suavemente sobre la cama y él, girándose, sobre ella.

― ¿Segura que no querías ir a la fiesta...? El disfraz te ha quedado muy bien...― Dijo entre risas suaves, a la vez que se acomodaba a la altura de sus caderas y comenzaba a besar su piel... desde el contorno de aquella linda ropa interior que era lo único que llevaba, hasta su ombligo y cuesta arriba entre sus pechos. Mordió un poquito, suspirando calor y excitación.

El corazón de Moonsik se alborotó. Así como el resto de su cuerpo y su respiración. Permaneció sentado en la cama observando, mas al descubrir las intenciones de Naeu no pudo evitar sentir la necesidad de ser él mismo quien la despojara de aquel sensual vestido.

No obstante fue paciente, comiéndosela con la mirada ante la tentativa manera en que poco a poco la tela fue desprendiéndose de su sitio y dejado a la vista pedazos de piel que hasta entonces se habían mantenido escondidos. Su pecho subía y bajada, en apariencia tranquila, pero por dentro Moonsik era fuego; su labio capturado por sus dientes , saboreando lo que sería poder besar toda su piel.

Y entonces, si más, el vestido cayó hasta el suelo. Liberando no solo su desnudez, sino su perfecta y hermosa silueta. ― Nae...― Moonsik la miró de arriba abajo, deteniéndose en cada una de sus curvas... desde sus pechos hasta su cintura, bajando a sus caderas y a sus piernas que lucían condenadamente sexys con lo largo de sus botas. ― Joder...― Su cuerpo sintió un pinchazo, en su entrepierna... la sangre comezaba a acumularse.

― ¿Así es como vas a ser una buena chica para mi?― Arqueó una ceja y se estiró, tomándola por la cintura con una mano para posicionarla entre sus piernas abiertas. Con la otra cogió la esposa que quedaba libre y sonrió de medio lado, acercando el frío del metal hacia la piel de su abdomen en toque jugetón. ― Tal vez debería enseñarte como ser de verdad una chica buena, ¿no crees?― Relamió su labio e incapaz de contenerse le besó el abdomen, arriba del ombligo. ― ¿Te gustaría eso,Nae?―

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El corazón de Moonsik se alborotó. Así como el resto de su cuerpo y su respiración. Permaneció sentado en la cama observando, mas al descubrir las intenciones de Naeu no pudo evitar sentir la necesidad de ser él mismo quien la despojara de aquel sensual vestido.

No obstante fue paciente, comiéndosela con la mirada ante la tentativa manera en que poco a poco la tela fue desprendiéndose de su sitio y dejado a la vista pedazos de piel que hasta entonces se habían mantenido escondidos. Su pecho subía y bajada, en apariencia tranquila, pero por dentro Moonsik era fuego; su labio capturado por sus dientes , saboreando lo que sería poder besar toda su piel.

Y entonces, si más, el vestido cayó hasta el suelo. Liberando no solo su desnudez, sino su perfecta y hermosa silueta. ― Nae...― Moonsik la miró de arriba abajo, deteniéndose en cada una de sus curvas... desde sus pechos hasta su cintura, bajando a sus caderas y a sus piernas que lucían condenadamente sexys con lo largo de sus botas. ― Joder...― Su cuerpo sintió un pinchazo, en su entrepierna... la sangre comezaba a acumularse.

― ¿Así es como vas a ser una buena chica para mi?― Arqueó una ceja y se estiró, tomándola por la cintura con una mano para posicionarla entre sus piernas abiertas. Con la otra cogió la esposa que quedaba libre y sonrió de medio lado, acercando el frío del metal hacia la piel de su abdomen en toque jugetón. ― Tal vez debería enseñarte como ser de verdad una chica buena, ¿no crees?― Relamió su labio e incapaz de contenerse le besó el abdomen, arriba del ombligo. ― ¿Te gustaría eso,Nae?―

Sentir el firme agarre de sus glúteos, la sonrojo e inconscientemente se sujetó más al contrario por el “susto” que el contrario le dio. Su respiración estaba acelerándose cada segundo, aun si solo eran caricias sutiles, sus nervios iban subiendo. 

Ese era el impacto de Moonsik en ella, siempre.

Quedó en silencio con sus ojos cerrados, leyendo sus labios contra los suyos con cada palabra que decía. Lo sabía, sabía lo que estaba provocando y lo que había hecho con sus palabras. Algo tarde por su torpeza pero finalmente, todo estaba claro en su mente.― … ― Dejó una mordida en el labio inferior del pelinegro, antes de mover sus manos hasta las contrarias y librando su cuerpo del agarre contrario.

Soltó un largo suspiro que le brindó el valor suficiente para seguir. Subió sus manos nuevamente a los brazos del contrario y siguió su camino hasta sus hombros. Las esposas hacían un breve sonido cada que golpeaban algún accesorio del disfraz pero no se detuvo hasta que llegó a su objetivo.― Siéntate… ― Pidió cambiando de lugar y empujándolo hasta la cama para que se sentara en el borde de la misma. 

― Si yo lo muestro ¿Eso me hará una chica buena? ― Susurró, llevando su mano hasta el pequeño abrigo que estaba en su cuello y jalando el listón que lo sostenía sobre sus hombros que fueron descubiertos al poco tiempo.―No me pierdas de vista ― Agregó, llevando sus manos a la espalda y bajando el cierre suavemente. 

La tensión de la tela fue disminuyendo sobre su cuerpo, escondiendo su figura por un breve momento pero aun así, la tensión no era suficiente para liberar por completo su cuerpo de la prenda. 

Paso lentamente, su brazo izquierdo por el pequeño tirante que era lo único que sostenía la tela contra su cuerpo, escondiéndolo de la intensa mirada que estaba delante suyo. Lentamente ambos brazos fueron liberados de los tirantes y solo quedaba la presión que estos hacían sobre su cuerpo, en el pequeño abrazo que se brindó a sí misma para ocultar su cuerpo un poco más. Tomó aire y lo soltó. 

El vestido no tardó en caer al piso en poco tiempo. 

Y ahí estaba. Naeun, solo vestía una prenda inferior muy delgada que pasaba desapercibida en un ajustado vestido y sus largas botas.―  Te dije que parecía que no llevaba nada. 

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Moonsik sonrió de lado tras escuchar las palabras de Naeun, pues en efecto para él siempre sería una chica mala. Sobre todo cuando lo provocaba y sabía bien lo que hacía, siendo que él también era demasiado obvio respecto a cómo los encantos de Nae lo afectaban.

Mordió su labio inferior y la miró, deslizando su mirada por su fisionomía tan cerca de la suya. Podía sentir perfectamente el frío de las esposas rozándole la nuca, así como escuchar el titileo de las mismas y el latido de su acelerado corazón. Quería más, no solo ver y juguetear sin que sus deseos se vieran satisfechos de Naeun y todo lo que ella significaba.

Abrió los labios para decir algo más pero entonces el beso lo agarró en curva y Moonsik no hizo más que dejarse llevar. Sus labios encontraron el ritmo y la besaron de la misma forma, en tanto sus manos se apoderaban de su estrecha cintura y poco a poco trazaban un camino hacia sus glúteos… donde se posaron firmes, apretando la piel entre sus dedos.

—¿Debería indagar qué tan mala chica estás siendo hoy? — Habló contra su boca, dejando escapar un suspiro largo y es que los roces entre sus cuerpos estaban provocando lo peor de él. — ¿O tal vez quieras mostrarme por tu cuenta? —

Sus dedos se enredaban suavemente contra el cabello ajeno y no dudaba en jalarlo un poco para liberarlos, repitiendo esa acción varias veces sin hacerle daño, de hecho, sabía que le gustaba. Lo sentía en su cuerpo y sonidos, adoraba ser capaz de ver como algo que ella le daba, le provocaba alguna reacción, acelerando su corazón sin descanso. 

Era malo que ¿Moonsik fuese su mundo? Que solo pocas cosas además de él, ¿Le dieran alegría? No tenía respuesta alguna y no deseaba tenerla. 

― No… Quiero decir, es difícil de explicar ― Si comparaba la ropa que solía usar, definitivamente no llevaba nada encima. Quiso mantener su mirada contra la ajena pero le fue imposible, era demasiado intensa para competir.― No es justo ― Sintió el dedo contrario recorrer su piel, hasta su pecho y el borde de la tela de su vestido, sino fuese porque tenía los brazos alzados seguramente la tela hubiese llegado más lejos con el juego del contrario.― Cualquier cosa que diga o haga, hace que pierdas el control. Todo lo que hago, hace que sea una chica mala. 

Se quejó con un pequeño puchero en sus labios pero no dudó en mover una de sus manos, hasta el cuello contrario hasta el pequeño nudo que sostenía su capa, la cual fácilmente cayó con un simple tirón.― Provocar también hace que sea mala ¿No? ― Susurró uniendo sus labios al contrario en un profundo beso, mientras pegaba su cuerpo al contrario inconscientemente.

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Moon casi se derritió al sentir los dedos de la bailarina en su cabello. La sensación era tan familiar como excitante que no pudo contener el pequeño gruñido que retumbó dentro de su pecho. Estaba deseoso y quería continuar el giro que había tomado la noche, sobre todo ahora que la fiesta había quedado por completo en el olvido.

Los echarían de menos. Pero ya vería como arreglárselas para justificar su falta al evento.

Mientras tanto, quería aprovechar el tenerla para él. Y no fue para menos que su declaración hiciera que la mente maquinara mil ideas y cosas que quería hacerle. La miró a los ojos, con estos más oscuros de lo normal... pero grandes y brillantes como los de un gato. ― ¿Ah, no?― Cuestionó, pasando saliva. Se lo imaginó y algo en él pareció hacer click, encendiendo una llama que dificilmente apagaría a partir de ese momento.

Los dedos de Moon le acariciaron el antebrazo a su novia, en un camino cuesta arriba hacia su cuello y después, con lentitud, su dedo índice bajó por el trazo de su piel hasta sus pechos... ahí donde el vestido se ajustaba. Enganchó su dedo ahí y tiró de la tela suavemente, aunque sin llegar a dejar en descubierto su piel. ― Y así no quieres provocarme, ¿uh?― Sonrió ladino, con ese toque seductor en su gesto. ― Ya te lo dije, no tengo autocontrol.―

No exstía forma alguna para esconder su piel sin importar cuanto buscará estirar el vestido, este rápidamente se acortaba del lado opuesto. No había forma, solo pocas partes de su cuerpo estaban cubierta y aun así, se sentía desnuda frente a los ojos del contrario.― ¡…! ― Un pequeño chillido salió de sus labios al sentir el beso en su oído. Estaba segura de que fue capaz de sentir el sutil temblor que pasó por su cuerpo por ese acto. 

No tenía espacio para escapar, era presa de los brazos ajenos y su cuerpo. Su piel expuesta era rozada por el disfraz del pelinegro, dándole un escalofrío al sentir la tela contra su piel. 

― Eres la única persona que le creo eso ― Ya había recibido elogios por su cuerpo en el pasado pero jamás le importaron. Incluso, le hacían sentir desprecio por su figura más que nada. Ambos brazos terminaron en los hombros contrarios y no dudó en enredar los dedos de su mano esposada entre la oscura cabellera del contrario.― ¡No! No tengo nada más oculto ― Respondió, aunque no tardó en recordar que su ropa era la razón por la que estaba esposada; quizás debería ser más honesta.

― Porque no… No traigo nada.