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Diseño web y UX/UI
En esta guía te explicaré cómo puedes empezar a hacer la transición de diseño gráfico a UI/UX.
No es un listado genérico que puedas encontrar en cualquier artículo: lo he escrito tomando mi propia experiencia como referencia, porque yo también empecé en diseño gráfico.
Ah, y abajo de todo te doy 3 pasos que puedes tomar a partir de hoy para empezar a tirar del hilo y reencauzar tu camino hacia el sector tecnológico 😏
¡Empecemos!
Antes de nada: mi camino en formato breve
Permíteme que te ponga en un poco en contexto con mi historia: en 2008 empecé a estudiar diseño gráfico (después de hacer un año de la carrera de Turismo).
No te creas que tenía una visión súper clara de qué era el diseño: ni siquiera me había planteado que eso era una profesión como tal. Y de hecho me matriculé en esa escuela porque había una asignatura de marketing, no por las de retoque fotográfico o tipografía 😅
Cuando acabé en 2010 tenía muy claro que quería «hacer páginas web», que lo mío era pensar en pixeles, pantallas y resoluciones y no en milímetros, formatos de papel y tipos de impresión.
Pero claro, una cosa es decidirlo y la otra, encontrar el camino.
Similitudes entre diseño gráfico y UI/UX
Aunque es posible que ahora no lo veas muy claro, la verdad es que ya has recorriendo una buena parte del camino.
Conocimientos de diseño
Si previamente has estudiado diseño gráfico es muy probable que ya tengas muy integrados los conocimientos básicos en cuanto a tipografías, espaciados, teoría del color, uso de retículas, diferencias entre formatos, la importancia de la estética, la capacidad de solucionar problemas… así que por este lado no sufras.
Preparación de entregables
Aunque de otra manera que en el diseño UI/UX, también te habrás encargado en algún momento de preparar el diseño para «salir a producción». Esto es, preparar los artes finales, hacer las comprobaciones con el cliente u otros perfiles senior, enviarlos a la imprenta y ver y validar las pruebas de impresión, entre otras tareas.
Comunicación con otros perfiles
Y por extensión, también estarás acostumbrad@ a trabajar con perfiles distintos al tuyo: clientes, impresores, proveedores de papeles, tintas y acabados, etc.
Así que fíjate en lo que ya tienes: los conocimientos básicos, la costumbre de preparar el diseño para producir y la habilidad de comunicarte con perfiles ajenos al tuyo y al diseño.
No está tan mal, ¿no? 🙂
Diferencias entre diseño gráfico y UI/UX
Sin ningún orden en particular, estas son las diferencias más grandes que he encontrado al hacer el salto de una especialidad —no encuentro otra palabra mejor— a otra.
Herramientas del día a día
El conjunto de herramientas que utilizarás es bastante diferente: mientras que en el diseño gráfico se utiliza mayoritariamente Photoshop, Illustrator e InDesign, en UI/UX se suele utilizar Sketch, Figma, Framer, Invision y Zeplin, entre otras.
Flujo de trabajo
Aquí es donde encontré la diferencia principal. Mientras que en diseño gráfico invertía mi tiempo entre entender el brief y prácticamente diseñar directamente, en UI/UX el proceso de diseño es más extenso.
Según en qué empresa trabajes puede tener estos pasos o quizás solo te ocupas de una parte, pero a rasgos generales podríamos sintetizarlo en:
Entender (de verdad) el problema
Elaborar una hipótesis
Contenido, wireframes y prototipos
Diseñar
Acompañar al equipo de desarrollo
Validar —o no— la hipótesis, haciendo test
Entender al usuario
En general, en UI/UX se intenta comprender al usuario de forma más profunda que en el diseño gráfico. Esto es así porque en digital diseñamos para que algo sea utilizado e interactuable, mientras que en el diseño «tradicional» el diseño tiene una labora más estática, comunicativa y estética.
Ojo que no estoy diciendo que en UI/UX no se comunique o no se tenga en cuenta la estética, solo apunto que la mayor parte de los esfuerzos está en cómo se utiliza y funciona aquella página web o aplicación.
El diseño no es estático
Pienso que, con diferencia, este es el punto más crucial. Si antes te decía que tienes mucho ganado porque ya tienes los conocimientos de diseño, hay un aspecto en concreto que tendrás que olvidar: el diseño estático.
Personalmente me costó bastante dejar de pensar en páginas web como si fueran carteles. Me quedaba encallada en el «pixel perfect» y no me daba cuenta de que lo que importa es la experiencia (más sobre esto en este artículo).
Y por extensión se me olvidaba —a quién quiero mentir, todavía me pasa— pensar en los distintos estados que tendrá un botón, un elemento del formulario, cómo se verá el aviso de confirmación o de error…
Lo que diseñamos en el entorno digital está vivo y existe en muchísimas plataformas, tamaños y resoluciones diferentes. Y además tiene que responder a las interacciones del usuario y a distintos flujos y objetivos.
Terminología de negocio
Desconozco si esto sucede de una forma tan acusada en general, pero lo cierto es que durante los últimos años he tenido que aprender muchos conceptos de negocio, como objetivos de empresa, números y métricas que se observan, disciplinas que se mezclan mucho más entre sí… y además, claro está, saber aplicarlos al diseño —que a su vez tiene el usuario como foco principal—.
Cuando trabajaba en el estudio de packaging prácticamente no pensaba en todo esto: el cliente venía porque tenía una necesidad concreta —por ejemplo, vender un nuevo producto— y planteábamos una propuesta en base a lo que ya habían hecho previamente y lo que había funcionado en anteriores ocasiones.
Tres pasos que puedes seguir para empezar
Familiarízate con los programas. Regístrate en Figma y empieza con el plan gratuito. Verás que no hay mucha diferencia con la suite de Adobe. Lo mismo con Invision, Zeplin… haz pruebas y aprende dónde está cada funcionalidad.
Copia. En este artículo escribí más en detalle sobre este punto, pero en resumen: fíjate en cómo se construyen las aplicaciones que más utilizas en tu día a día. Observa cómo son las pantallas, qué retícula hay detrás, cuando y como salen las alertas, cómo es el flujo que sigue el usuario… Eso sí: copia, pero no lo pongas en tu portfolio. Copia para practicar.
Si te llama más la parte de investigación, empieza a familarizarte con los básicos del UX Research. Prueba con amigos y familiares y experimenta cómo es el proceso.
Pensarás que estos tres pasos son sencillos, pero son los que te ayudarán a empezar a tirar del hilo. Son los que seguí yo en su momento, quizás porque no tenía muchos recursos económicos para apuntarme a mil cursos.
Si te preocupa el proceso de trabajo que se sigue en digital, lo irás descubriendo a medida que vayas realizando los pasos que te comentaba antes. Te darás cuenta de qué paso va primero y qué te funciona mejor a ti. Por si te sirve como referencia, este es mi proceso de diseño habitual 🙂
Apuntes finales
Esto que voy a escribir es posible que sea aquello que llaman unpopular opinion, pero te lo digo igual: de entrada no te recomendaría tirarte de cabeza a estudiar otra carrera, posgrado o máster. Lo más importante ya lo tienes, que son los conocimientos de diseño. Experimenta primero y cuando tengas una idea de hacia qué «lado» quieres enfocarte, busca los estudios que te ayuden.
Con este texto que acabas de leer no pretendo hacer una lista exhaustiva de los pasos a seguir, principalmente porque depende mucho de tus conocimientos previos y de dónde querrás trabajar… pero sí quiero que veas que hacer la transición de diseño gráfico a UI/UX no es tan complejo como pueda parecer: una vez tienes claro qué conocimientos ya tienes y cuáles te faltan, es cuestión de ir haciendo tu camino.
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San Simón da Costa







Brand identity for San Simón da Costa smoky cheese, a singular variety that's only produced nearby Vilalba, Lugo. One of Galicia's most typical gastronomic products under the D.O.P. regulation, which makes it outstand within the highest quality standards.
There are seven historical cheesemaker families, and each one owns its particular brand. This project was developed to represent the Council for San Simón da Costa Regulation, chasing the goal of achieving some unity with a global brand identity as the product becomes universally world-renown.
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Psicología del packaging: color
El diseño de packaging es mucho más que confeccionar un envase atractivo desde un punto de vista estético y funcional. A la hora de llevar a cabo una propuesta, es importante tener en cuenta toda una serie de elementos simbólicos que reafirman o disminuyen la potencia del mensaje que se quiere transmitir. Un packaging es, por lo tanto, el recipiente tangible del producto que se comercializa. Pero también es el recipiente intangible que contiene una serie de mensajes cifrados que, juntos, conforman parte de la personalidad de la marca.
El color es uno de los símbolos más significativos dentro del diseño de packaging, y uno de los elementos que ayudan a configurar la comunicación visual que se pretende mantener con los usuarios. Y es que los colores responden a características psicológicas concretas. Como tales, hay que prestarles una gran atención.
El color del packaging: un mensaje cifrado
El mensaje que una marca quiere transmitir mediante la elección del color del packaging que comercializa en los estantes de los supermercados y comercios, en ocasiones es difícil de descifrar. No existe un único lenguaje cromático en el mundo, y por eso se pueden usar diferentes colores con diferentes finalidades. Aunque, eso sí, hay que estar muy atento a la cultura del usuario al que nos dirigimos y los factores psicológicos que caracterizan a ese target. Equivocarse en la elección del color puede ser el mayor error para un embalaje o packaging. Por eso, es crucial contar con una buena estrategia de branding corporativo que nos permita encauzar esa identidad en el camino correcto.
La razón de la última afirmación está relacionada estrechamente con la misión que deben tener los colores en el diseño de un packaging comercial. Es la siguiente:
Llamar la atención de los usuarios potenciales del producto, al presentar una forma de envase diferente, original y rompedora que se potencia con el color escogido
Crear un impacto visual mediante la psicología del color escogido
Atraer al consumidor para que compre el producto y se fidelice a la marca
Mantener su atención el mayor tiempo posible, de tal manera que la compra se materialice
El color es símbolo y emoción a la vez, y por eso hay que tener muy en cuenta su estudio antes de decantarse por una gama cromática u otra en el diseño de un packaging.

¿Qué significa cada color?
Existen muchos colores y cada uno de ellos tiene una significación distinta. Las emociones y sentimientos que desprenden son radicalmente opuestos dependiendo del contexto. En ocasiones, incluso, un mismo color puede reforzar o deprimir un mensaje solo por el tipo de producto con el que vaya acompañado.
Las connotaciones cromáticas de cada color, según los principales expertos en branding corporativo en la actualidad, son:
El color negro, dependiendo del contexto, puede significar muerte y mal. Pero también está perfectamente indicado para aquellos packagings que quieran transmitir elegancia y riqueza.
El blanco, en cambio, es un color que simboliza pureza y simplicidad. Se caracteriza por ser un color neutro, atemporal y que da la impresión de infinito.
El color gris, que es la mezcla de los dos anteriores, no resulta un color vivo pero tampoco es neutro en su totalidad. Es, como dicen los expertos en branding corporativo, un color pasivo que puede simbolizar incertidumbre, miedo o depresión. Desde luego, no es el mejor color para un packaging.
El color verde es uno de los más serenos emocionalmente hablando, ya que no es extremista ni en lo positivo ni en lo negativo. El verde puede estar influenciado directamente por otros colores, como el amarillo o el azul. Si la tonalidad que predomina en el color verde es el amarillo, se puede decir que tiene un carácter más soleado y alegre. En cambio, si predomina el azul – un color más adulto -, presenta un carácter tranquilo y sereno.
El color amarillo, en cambio, es el color más vivo y que aporta una mayor frescura a cualquier packaging. Su simple presencia llama la atención y provoca un magnetismo importante con el cliente.
El rojo, en cambio, denota calidez, pasión y energía. Aunque, eso sí, este color es peculiar debido a que cada tonalidad sugiere cosas distintas. El rojo claro, por ejemplo, se vincula con valores de éxito, energía y gozo; el rojo intermedio, con la fuerza y movimientos apasionados; el fuerte para mostrar calidez y eficiencia; el color cereza, en cambio, está más vinculado con la sensualidad.
En definitiva, la gama cromática es muy importante dentro del diseño de packaging. Es importante que se realice un estudio previo del target para escoger un determinado color. La comunicación del envase dependerá, en gran medida, de los factores psicológicos derivados de esta elección.
La presentación de un producto es crucial para captar la atención de los consumidores y generar una conexión emocional con la marca. En este sentido, el packaging, que es el diseño y la presentación del envase y etiqueta de un producto, desempeña un papel fundamental. Sin embargo, el packaging va más allá de su función estética, ya que los colores utilizados pueden tener un impacto significativo en la mente de los consumidores.
En este post hablamos de la importancia de los colores en el packaging y de cómo influyen en el cerebro de los consumidores, a través de la lente del neuromarketing.
Introducción al Neuromarketing y su relación con el Packaging
El neuromarketing es una disciplina que combina la neurociencia con el marketing para así comprender cómo funciona el cerebro de los consumidores y cómo se pueden utilizar esos conocimientos para influir en su comportamiento de compra. Uno de los elementos clave en esta área es el packaging de los productos, es decir, el diseño y presentación de los envases y etiquetas.
El cerebro humano es altamente susceptible a los estímulos visuales, y los colores juegan un papel fundamental en la forma en que percibimos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Cuando se trata de packaging, los colores no solo tienen una función estética, sino que también desempeñan un papel psicológico en la toma de decisiones de compra.
En este contexto, los colores desempeñan un papel crucial, ya que tienen la capacidad de evocar emociones, generar asociaciones y despertar recuerdos en nuestro cerebro. Al comprender la psicología del color, las marcas pueden utilizar estratégicamente los colores en el packaging para influir en las percepciones y preferencias de los consumidores, creando así una conexión emocional más profunda con la marca.
El impacto de los colores del Packaging
Los colores tienen la capacidad de evocar emociones, asociaciones y recuerdos en nuestro cerebro. Diferentes tonalidades pueden transmitir diferentes mensajes y generar distintas respuestas en los consumidores. Al comprender la psicología del color, las marcas pueden utilizar estratégicamente los colores en el packaging para influir en las percepciones y preferencias de los consumidores.
Rojo: este color evoca emociones intensas y puede crear una sensación de urgencia y excitación. Es utilizado por marcas como Coca-Cola para transmitir energía y pasión.
Azul: se asocia con la confianza, la calma y la serenidad. Es utilizado por marcas como Facebook para transmitir estabilidad y confiabilidad.
Verde: este color está relacionado con la naturaleza, la salud y la frescura. Es utilizado por marcas como Whole Foods Market para comunicar su compromiso con la sostenibilidad y los alimentos orgánicos.
Amarillo: un color vibrante que evoca felicidad y optimismo. Es utilizado por marcas como McDonald’s para generar una sensación de alegría y diversión.
Negro: se asocia con la elegancia, el lujo y la sofisticación. Es utilizado por marcas como Chanel para transmitir exclusividad y distinción.
Estos son solo algunos ejemplos, pero cada color tiene su propio significado y puede tener un impacto único en la mente de los consumidores.
Además, la combinación de diferentes colores provocan experiencias diferentes. Por ejemplo, en el packaging de productos alimenticios, los colores vivos están relacionados con alimentos «prohibidos», menos saludables pero más apetecibles. Así, aumentan nuestro sentimiento de culpa al consumirlos. Por el contrario, las tonalidades pastel son asociadas a alimentos más saludables, pues en nuestro cerebro disminuyen ese sentimiento de culpa.
El impacto del Packaging en la experiencia del producto
Además de su influencia en las decisiones de compra, el packaging también puede tener un impacto en la experiencia del producto. Un diseño atractivo y funcional puede mejorar la percepción de calidad y generar una sensación de satisfacción en los consumidores.
Por ejemplo, el packaging de productos electrónicos como los teléfonos inteligentes no solo se enfoca en la presentación visual, sino también en la protección y facilidad de uso. Un buen diseño de packaging puede incluir compartimentos ajustados para los accesorios, instrucciones claras y una apertura fácil, lo que mejora la experiencia del cliente y facilita el uso del producto.
Conclusión
El packaging de los productos desempeña un papel fundamental en el éxito de una marca. Los colores utilizados en el diseño de los envases y etiquetas pueden tener un impacto significativo en la forma en que los consumidores perciben y eligen un producto. Comprender la psicología del color y utilizar estratégicamente los colores en el packaging puede permitir a las marcas crear conexiones emocionales más fuertes con los consumidores y diferenciarse de la competencia.
En última instancia, el objetivo del packaging no solo es atraer la atención de los consumidores, sino también transmitir los valores y la personalidad de la marca. Al utilizar el neuromarketing y comprender cómo los colores influyen en el cerebro de los consumidores, las marcas pueden aprovechar el poder del packaging para crear una experiencia de marca impactante y memorable. Además, el packaging bien diseñado puede mejorar la experiencia del producto y generar una mayor satisfacción en los consumidores.
El etiquetado y el packaging son una extensión de marca y el primer encuentro del consumidor con el producto. Asegurarse de que el esfuerzo de decoración y etiquetado de un producto atraiga la atención del cliente, de una manera que influya en el proceso mental necesario para impulsar la intención de compra, nunca ha sido más imperativo.
El marketing sensorial es una técnica que tiene como objetivo seducir al consumidor activando sus sentidos para influir en las emociones y el comportamiento. Es por eso que el diseño de la etiqueta es uno de los factores clave tanto si un consumidor decide realizar una compra como si no.
En primer lugar, debes tener una visión clara de lo que quieres que exprese la etiqueta de tu producto. De esa manera, un comprador potencial que explore tus opciones puede categorizar tu producto rápidamente.
¿Es un producto exclusivo o de un tipo más asequible?
¿El packaging contiene algo industrial o debe concebirse como algo orgánico?
¿Es vintage o nuevo?
Todas estas son impresiones que tienes la oportunidad de controlar a través de la etiqueta utilizando los principios del marketing sensorial.

Cómo influye el etiquetado en los procesos cognitivos
“Correlaciones neuronales de las tendencias de compra impulsivas durante la percepción del packaging del producto” es un estudio interesante que muestra con precisión cómo la decoración del producto activa el centro de recompensa del cerebro o sus regiones asociadas con las emociones negativas. Los resultados muestran que la decoración del producto puede generar compras impulsivas, incluso si el cliente no tenía la intención de comprar nada en absoluto.
El diseño de tu producto, packaging y etiquetado afecta procesos cognitivos tales como:
Reconocimiento
Percepción
Atención
Aprendiendo
Razonamiento superior
Dos elementos de diseño de etiquetas funcionan particularmente bien en términos de controlar estos procesos:
Esquema de color
Textura
Lo hacen porque afectan los sentidos de la vista y el tacto.
Los colores evocan una reacción inmediata
Los colores tienen un impacto significativo en el comportamiento y los procesos cognitivos, pero el efecto va más allá. Las investigaciones muestran que aproximadamente del 62 al 90 por ciento del proceso de toma de decisiones del comprador se basa únicamente en el color.
Hasta la fecha, no hay estudios sobre las emociones exactas que tienden a evocar los diferentes colores.
Sin embargo, la industria del marketing y el diseño reconoce ciertas teorías sobre lo que los diferentes colores expresan al comprador sobre el producto y la marca, y cómo se puede sentir el comprador al usar el producto:
¿Quieres que tu producto se asocie con frescura, energía, juventud o nuevos comienzos? Usa amarillo. ¿Quieres que tu producto se asocie con pasión, cuidado, fuerza o madurez? Usa rojo. ¿Quieres que tu producto se asocie con calidez, entusiasmo, motivación o juventud? Usa naranja. ¿Deseas que tu producto se asocie con algo divertido, femenino, fascinante o enriquecedor? Usa rosa. ¿Quieres que tu producto se asocie con algo limpio, responsable, financiero o clínico? Usa azul. ¿Quieres que tu producto se asocie con algo saludable, en crecimiento, revitalizante u orgánico? Usa verde. ¿Quieres que tu producto se asocie a la calidad, la exclusividad, la creatividad o la ética? Usa morado.
Texturas en el etiquetado que conducen a las decisiones de compra
Las dos élites del marketing, Lawrence Williams y Joshua Ackerman, lo dijeron bien en su artículo de Harvard Business Review “Por favor, toque la mercancía”: “Tener productos físicamente puede crear una sensación de propiedad psicológica, impulsando decisiones de compra imprescindibles”.
Entonces, ¿qué se necesita para que un consumidor quiera levantar y tocar tu producto? La elección del color, la comunicación y el precio pueden ser suficientes, pero ¿y si la textura de la etiqueta en sí misma pudiera fomentar el contacto físico?
Si deseas mejorar un material de etiqueta estándar, existen varias formas estratégicas de tentar a tu cliente, sí, a través de sus etiquetas:
Con un barniz táctil, puedes crear una sensación 3D realista, por ejemplo, la ilusión de una gota de lluvia o un grano de arena en tu etiqueta.
Con un barniz texturizado, puedes hacer que la etiqueta se vea y se sienta como, por ejemplo, cuero, piel de serpiente o piña. ¡Agrega un aroma a la etiqueta y la experiencia de la marca estará completa!
El mayor enfoque en el aspecto psicológico detrás del diseño de etiquetas y packaging es un tema creciente y emocionante, además indudablemente redituable.

El chocolate siempre sabe bien, aunque algunos saben mejor y otros peor. Si se le preguntase a los consumidores por qué uno es mejor que otro y por qué uno tiene un sabor mucho más positivo, posiblemente darían muchas razones. Uno sabe más a leche, otro no; uno tiene añadidos como almendras, otro no; uno es cacao de tal lugar, el otro no. Posiblemente nadie mencionaría el packaging del chocolate que se está comiendo y, sin embargo, el impacto que ha tenido en su experiencia de consumo es clave. Las cosas entran por los ojos, especialmente en el terreno del consumo, pero en realidad también saben ‘por los ojos’.
«Existe una diferencia en cómo los consumidores perciben elementos intrínsecos del producto – como el sabor, el aroma o la textura – que están asociados con los sistemas sensoriales y perceptuales, y cómo perciben los elementos externos – como los materiales del packaging, la información, el nombre de la marca o el precio – que están asociados con los mecanismos cognitivos y psicológicos», explica Frank R. Dunshea, uno de los responsables del estudio. «La información que se ofrece vía packaging puede influir en las expectativas de los consumidores y afectar su respuesta emocional cuando la experiencia sensorial confirma o no su impresión inicial», añade.
Esto es, igual que juzgamos un libro por su tapa (o a una persona por su nombre, como han demostrado varios estudios), también lo hacemos con el chocolate y su packaging. Los investigadores demostraron que de entrada las asociaciones emocionales del consumidor son mayores con el packaging que con el proceso de prueba del chocolate. Luego establecieron que entre uno y otro se establecen vínculos.
De hecho, y este es uno de los elementos más impactantes de sus conclusiones, el cómo sabe el chocolate es lo que hace que sigamos comprando un chocolate, pero esa percepción de cómo sabe se ve afectada por las emociones que el packaging genera en el consumidor (y no hay que olvidar: el packaging es el que hace que nos fijemos en los productos por vez primera, según los investigadores el 60% del peso de la primera decisión de compra está en el packaging).
Los investigadores demostraron estos datos haciendo que el grupo de participantes en el estudio tuviese que valorar varios tipos de chocolate en tres rondas. Primero hacían una cata ciega, luego solo juzgaban el packaging y después tenían que analizar chocolate y packaging de forma conjunta. Los investigadores manejaron seis packaging diferentes con valores distintos (desde el chocolate premium al de todos los días pasando por el sano). Lo que los consumidores no sabían era que en realidad estaban viendo el mismo chocolate, pero que en realidad lo que cambiaba era el exterior.
Los niños y la comida
Este no es el primer estudio que analiza la relación entre el packaging y cómo se perciben los sabores de las cosas. La relación entre cómo nos venden algo y cómo nos sabe ha sido ya ampliamente analizada en relación con el público infantil. Los estudios han ido demostrando que la percepción que los niños tienen de los alimentos cambia por completo según cómo se los presenten.
Un estudio, por ejemplo, apuntaba hace unos años que si tenían dibujos animados dibujados en el packaging las cosas les sabían mejor. Otro llegó a cambiar cómo se ‘vendían’ las zanahorias en un comedor infantil: con una presentación nueva las zanahorias de repente se volvían atractivas.
Fuente: https://www.puromarketing.com/
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Historia del packaging
Como nos dice la historia del packaging, los envases han ido sufriendo cambios y evolucionando a lo largo del tiempo según las necesidades de la sociedad y las demandas de los consumidores. Actualmente, las empresas dedican mucho tiempo y presupuesto al desarrollo de un buen diseño de packaging que muestre el producto de la mejor manera posible, añadiendo detalles que hagan única a la marca.
La historia del packaging va desde una simple arandela de plástico que se engancha en las botellas de plástico para poder llevarlas funcionalmente con los dedos de la mano hasta la manera de presentar y organizar los elementos de tu teléfono móvil en su caja. Además, no hay que olvidarse de la funcionalidad del propio empaque, que lo convierte en útil y fácil de usar. Hoy en día, el packaging está tan arraigado en nuestra sociedad que ni siquiera nos enteramos con nuestros propios ojos.
Historia del packaging y evolución de los envases
El packaging se define como «la ciencia, tecnología y arte de inclusión o protección de productos para su almacenaje, distribución, venta y uso». Se puede considerar que el envase es la primera impresión que llega a la atención del consumidor y, por lo tanto, la principal ventana de comunicación con el producto. A lo largo de la historia del packaging, los envases han ido evolucionando desde un simple concepto que mejorará el día a día del consumidor hasta el uso de la inteligencia artificial.
Desde la Edad antigua hasta la Edad Media
En el Paleolítico, el hombre usaba envases naturales para sus alimentos, como troncos de árbol, conchas marinas, rocas con huecos y, posteriormente, pieles de animales. Más tarde, llegaron las vajillas de recipientes de metal, cerámica y vidrio. A partir de entonces, comenzaron a usarse los canastos, próximos a las cestas que usamos en la actualidad. Más adelante fue el vino, considerado la bebida de los dioses, el que determino el uso del primer packaging.
En la época de los romanos y griegos apareció una variante de la caja de cartón: el ánfora de arcilla. También apareció el barril de madera para almacenar sólidos y líquidos. No obstante, la gran revolución fue en el siglo XVII con la fabricación del vidrio. Fue el momento en el que los compradores podían adquirir el tamaño perfecto, sin tener que comprar barricas enteras de vino. De esta manera, se dejó de desperdiciar el vino oxidado por exposición al aire.
Desde la Edad Moderna hasta la actualidad
Tras la Revolución Industrial, se produjo un cambio en el pensamiento y las necesidades del ser humano y se comercializaron por primera vez tarros de cristal anchos y los primeros alimentos en hojalata. Además, apareció el primer jabón con un diseño innovador que lo diferenciaba del resto del mercado. No obstante, el momento crucial de la historia del packaging fue la invención de la primera caja de cartón en el año 1980 para una marca de cereales.
El cartón ondulado es uno de los embalajes y cartones más utilizados actualmente en el mundo para agrupar, transportar, almacenar, exponer y vender productos al consumidor. Se trata de un material más barato que la madera, y fue evolucionando para ganar resistencia y mayor calidad con los años. Además, ocupa menos espacio y permite ser reciclado. En los años 20, la mitad de las tiendas de Estados Unidos, Alemania e Inglaterra vendía sus productos envasados.
Desde entonces hasta la actualidad, han ido surgiendo avances tecnológicos, nuevas técnicas de impresión y diseño de identidad que han revolucionado el consumo de muchos productos. Cada vez son mayores las exigencias en cuanto a calidad, aspecto y funcionalidad. Actualmente, con la desaparición de la figura del vendedor en los grandes comercios y el surgimiento del autoservicio, el packaging ha ido creciendo aún con más fuerza. El envase es el que invita al consumidor a la compra del producto y le da toda la información que necesita, por lo que es una de las mejores herramientas de marketing: aporta información de un simple vistazo sobre qué precio ronda el producto, el tipo de público al que va dirigido y miles de connotaciones como si es saludable, joven, clásico, de oferta, tradicional, deportivo, etc.
Soluciones de embalaje: sostenibilidad y diseño
En los últimos años, la conciencia social acerca de la fabricación y la acumulación de envases plásticos y otros materiales nocivos ha ido creciendo exponencialmente. Actualmente, el material preferido es el envase de papel y cartón, gracias a su sostenibilidad, imagen y funcionalidad. Asimismo, los estilos de vida tan acelerados están forzando a las empresas a una evolución de los envases para ofrecer soluciones de envasado ligeras, sostenibles y estéticamente perfectas. Además, no solo ejerce presión a los fabricantes de envases, sino también a los que lo almacenan. Esta continua innovación fomenta a su vez la reciclabilidad y la reutilización de los materiales para el packaging.
Los packs de productos -conocidos como packs ahorro- son la mejor manera de economizar costes del producto. Están dirigidos tanto para empresas como para particulares. De esta manera, se adquieren más productos a menor coste unitario, ya que el gasto del envasado es menor en producción. Actualmente, son las opciones más utilizadas en los supermercados para envases y embalajes para aquellos que cuidan sus compras y su monedero.
Inteligencia artificial y el embalaje
La inteligencia artificial en el packaging está cada vez está más instaurada en un gran número de sectores por su carácter innovador y las mejoras en la presentación del producto. Además, los dispositivos inteligentes potencian el esfuerzo de los trabajadores en lugar de sustituirlos. No son capaces todavía de realizar tareas complejas, pero sí de mejorar el trabajo general. La inteligencia artificial funciona con los envases introduciendo datos de los sensores, posteriormente analizándolos y, por último, modificando la operación según los datos obtenidos.
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Tema 1: Concepto de Diseño
1.1. Concepto general de diseño: El diseño es un proceso creativo que busca resolver problemas y crear soluciones funcionales, estéticas y significativas. Se basa en la planificación, desarrollo y materialización de ideas mediante la combinación de elementos visuales, técnicos y conceptuales. El diseño abarca diferentes disciplinas y áreas, como el diseño gráfico, diseño industrial, diseño de interiores, diseño de moda, entre otros.
En cuanto a los tipos de diseño, existen varias categorías que pueden incluirse, como el diseño de producto, diseño de comunicación, diseño de experiencia de usuario, diseño de servicios, diseño arquitectónico, diseño de moda, diseño de interacción, entre otros. Cada tipo de diseño tiene sus propias características y enfoques específicos, pero todos comparten la premisa de resolver problemas y mejorar la calidad de vida de las personas.
1.2. Diseño, arte y tecnología: El diseño, el arte y la tecnología son campos interrelacionados pero distintos. Mientras que el arte se centra principalmente en la expresión creativa y la exploración personal, el diseño se enfoca en la creación de soluciones prácticas y funcionales. La tecnología, por su parte, proporciona las herramientas y los medios para materializar las ideas de diseño.
Sin embargo, es importante destacar que el diseño también puede tener una dimensión estética y expresiva. Muchos diseñadores buscan equilibrar la funcionalidad con la belleza y la expresión artística en sus creaciones. Además, la tecnología ha influido en la evolución del diseño, permitiendo la incorporación de nuevos materiales, técnicas de producción y herramientas digitales que han ampliado las posibilidades creativas.
1.3. Teoría y metodología del diseño: La teoría del diseño comprende un conjunto de principios, conceptos y enfoques que guían el proceso de diseño. Estos fundamentos teóricos ayudan a los diseñadores a comprender los elementos visuales, las relaciones espaciales, la percepción humana y otros aspectos que influyen en la efectividad del diseño.
Dentro de la teoría del diseño, se pueden abordar diferentes aspectos, como la psicología del color, que estudia cómo los colores influyen en las emociones y percepciones de las personas; la ergonomía, que busca adaptar el diseño a las necesidades y características físicas y cognitivas de los usuarios; y la semiótica, que analiza los signos y símbolos utilizados en el diseño y su significado cultural.
Además, la metodología del diseño se refiere a los procesos y técnicas utilizados para abordar un proyecto de diseño. Puede incluir etapas como la investigación, la conceptualización, el desarrollo de prototipos, las pruebas y la evaluación. La metodología del diseño proporciona un marco estructurado para la resolución de problemas y la toma de decisiones durante el proceso creativo.
1.4. Diseño, ideología y sociedad industrial: El diseño no solo es una actividad técnica y estética, sino que también está influenciado por factores ideológicos y sociales. En el contexto de la sociedad industrial, el diseño se ha convertido en una herramienta estratégica para la producción en masa, la comunicación comercial y la configuración de la identidad de las marcas.
El diseño puede reflejar y transmitir ideologías, valores culturales y mensajes políticos. Además, el diseño tiene el poder de influir en el comportamiento y las decisiones de las personas. Por ejemplo, a través del diseño de productos, se pueden fomentar ciertos estilos de vida o promover la sostenibilidad.
Es importante que los diseñadores sean conscientes de las implicaciones ideológicas y sociales de su trabajo y que consideren el impacto que pueden tener en la sociedad. Esto implica reflexionar sobre la ética del diseño, la responsabilidad social y el respeto por la diversidad cultural.
1.5. Las áreas del diseño: El diseño abarca una amplia gama de áreas y disciplinas. Algunas de las principales áreas del diseño incluyen:
Diseño gráfico: se ocupa de la comunicación visual a través de la creación de elementos gráficos como logotipos, carteles, folletos, diseño editorial, diseño web, entre otros.
Diseño industrial: se centra en el desarrollo de productos físicos, desde electrodomésticos hasta mobiliario, considerando aspectos como la funcionalidad, la estética y la fabricación.
Diseño de interiores: se dedica a la planificación y diseño de espacios interiores, teniendo en cuenta aspectos como la distribución, la iluminación, los materiales y el mobiliario.
Diseño de moda: se enfoca en la creación de prendas de vestir y accesorios, considerando las tendencias, los materiales y la estética.
Diseño de experiencia de usuario: se ocupa de mejorar la interacción y la experiencia de los usuarios con productos o servicios, centrándose en la usabilidad, la accesibilidad y la satisfacción del usuario.
Diseño arquitectónico: se dedica a la planificación y diseño de edificios y estructuras, considerando aspectos funcionales, estéticos y ambientales.
Estas son solo algunas áreas del diseño, pero existen muchas otras especializaciones y enfoques dentro de este campo dinámico y en constante evolución.
1.6. La actividad profesional: La actividad profesional del diseñador abarca diferentes aspectos relacionados con el ejercicio de su trabajo. Incluye la comprensión de las necesidades del cliente, la investigación y análisis del contexto, la generación de ideas y conceptos, la creación de propuestas visuales, la comunicación con el cliente y otros profesionales, y la materialización de los diseños.
Además, los diseñadores deben tener habilidades técnicas y conocimientos en áreas como la tipografía, el color, la composición, la tecnología y las herramientas de diseño. También deben estar actualizados sobre las últimas tendencias y avances en el campo del diseño.
La actividad profesional del diseñador puede desarrollarse de diferentes formas, ya sea trabajando de manera independiente, en estudios de diseño, en agencias de publicidad, en empresas de productos o servicios, o incluso en el sector público. La colaboración con otros profesionales, como arquitectos, ingenieros, publicistas y programadores, también es común en muchos proyectos de diseño.
Es importante destacar que la ética profesional y el respeto a los derechos de autor y la propiedad intelectual son aspectos fundamentales en la actividad del diseñador. La honestidad, la transparencia y el cumplimiento de los compromisos adquiridos son valores esenciales para el desarrollo exitoso de una carrera en el diseño.
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