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Sobre el ciclismo urbano y los Pogachares dominicales.
Soy ciclista, manejo bici desde que era niño, y sólo por hacerlo soy ciclista, aunque a veces tengo la impresión de que para algunas personas o ciertos grupos no lo sea.
Aprendí con una antigua y pesada bici china de reparto a la que yo le quedaba chico y en la que debía tener cuidado para no lastimar mis jóvenes gónadas con el tubo horizontal. Tenía solo un piñón y frenaba contrapedal, muchos años antes de que se les aligerase el acero -ya las hay de aluminio o carbono, para los más flojitos-, las rebautizaran con el coqueto nombre de ‘Fixie’ y la convirtieran en parte fundamental de la iconografía de una tribu urbana, los hipsters. Pienso que si los hipsters de NY, Barcelona, Madrid, Munich, Tokio, Sao Paulo o cualquiera de esas megaciudades que son muy planas, viniesen a Caracas, con este solecito tropical que pica, eliminarían a las fixies de su repertorio so pena de vivir enchumbados de sudor -porque la ropita hipster también es algo especial- o con calambres, a menos, por supuesto, que se mantuviesen rodando en la línea baja del valle de la ciudad.

Lo de los bicimensajeros en esas mismas ciudades es otra cosa, no las utilizan por esnobismo ni por moda, sino por razones de pragmática economía; ellos no suelen ser adinerados y necesitan un vehículo confiable que requiera el mínimo mantenimiento.
Cuando tuve la primera bicicleta para mi talla, y además con cambios, ví el cielo abierto frente a mí y supuso mi divorcio definitivo del piñón fijo.
Era una Caloi amarilla con asiento tipo banana, manubrio estilo chopper y palanca de cambios de tres velocidades frente al asiento. Me sentía el amo del asfalto. Era un cambio sólo comparable a aquél en que a los once años tuve al comprar mi primer par de patines “Midonn” con ruedas de goma -era la primera vez que compraba algo con dinero ganado por mi trabajo- y dejé atrás los de ruedas de hierro que tenía desde los siete y que sacaban chispas cuando me lanzaba calle abajo desde los altos de Lídice hacia la avenida Sucre (sí, desde chico siempre le he dado trabajo con sobretiempo a mi ángel de la guarda). Con los nuevos patines, fuí aún más audaz, también recorrí toda Caracas en las noches decembrinas de principios de los 70’s, pero ésa es otra historia.

Cuando iba saliendo de la adolescencia, tuve una Miyata de ruta (biplato de seis cambios), era lo que podía comprar porque las Grand Master eran impagables. Hay que recordar que en los 70’s, teníamos el chip petrosaudita metido hasta los tuétanos, nada que no fuese un carro americano con ocho cilindros valía la pena, todo lo japonés era considerado de mala calidad, y las bicis no escapaban al estigma. Los productos japoneses se estaban empezando a abrir mercado con precios bajísimos. En ese momento no sabía que estaba adquiriendo una de las mejores máquinas que se han construido, además de cómoda, las palancas de cambio en las Miyata estaban en el cuello de la potencia en lugar del tubo diagonal.

A finales de esa década, tuve mi primera experiencia de viaje en bicicleta con un grupo de panas del barrio. Éramos casi todos Scouts desde niños y ya acumulábamos muchos campamentos de experiencia, quisimos combinar ambas vivencias: bicis y camping.
Montamos las bicicletas desarmadas en un autobús hasta Maturín y desde allí, comenzamos a pedalear. No existían las alforjas de cicloviaje como las conocemos hoy, llevábamos mochilas de lona tipo militar atadas a la parrilla y algún morralito como bolso de manillar, todos íbamos con gorras o sombreros, el casco ni se conocía, era realmente pesado. Pues mi adorada Miyata, con sus ruedas de 27” x 1, ¼”, me llevó hasta Boa Vista y de vuelta a Ciudad Bolívar sin un solo pinchazo, lo que me parece un logro impresionante si tenemos en cuenta que entonces no había un gramo de asfalto en la carretera de la Gran Sabana.
De pronto, empezando la década de los 80’s, Gary Fisher y Joe Breeze desarrollaron -para lanzarse desde las colinas del condado Marin, en California- los primeros prototipos de lo que en un futuro muy cercano serían las bicicletas de montaña.

Cuando llegaron las primeras a Venezuela, fué para mí otra epifanía, puesto que solo las conocía por fotos. Comencé a reunir y me compré la primera montañera por cuotas (Miura de acero, horquilla rígida, triplato y seis piñones), nunca había sido más feliz sobre una bici, era el mejor invento posible. La fiebre era tal que antes de finalizar el segundo lustro de esos 80’s, ya había competido en algunas de las primeras carreras de ciclismo de montaña organizadas en el país. Iba a la universidad en ella, subía al embalse de La Mariposa todos los domingos con mi pala atada a la bici (formaba parte del club de rutas en kayak de la UCV y los domingos eran días de entreno - ¿saben que una vez remamos por el río Orinoco desde San Félix hasta Ciudad Bolívar?, parece fácil, pero es contra corriente y es una ruta reventadora, pero de nuevo, ésa es otra historia-).

Iba de campamentos de fin de semana en la bicicleta, aún se podían hacer cosas con cierta seguridad y sin saberlo, lo aproveché a tope.
Llegó la familia, las niñas, dejé los estudios porque tocaba trabajar más. También dejé de pedalear por un tiempo largo. Cuando las niñas tuvieron 7 y 9 años, les compré sendas bicis de montaña rin 20” y desempolvé la mía (mi tercera montañera) y fué como si se me descongestionase el cuerpo. Cuando no salía con mis hijas, comencé a pedalear de nuevo, hacía rutas relativamente largas, sobre todo hacia Los Teques.

Hoy, ya soy abuelo, mis hijas viven fuera de Venezuela y aunque debería estar jubilado, sigo en este país, donde tal consideración resulta imposible. Así que, mientras sigo trabajando, sigo pedaleando. Voy al trabajo en bici, salgo los fines de semana a pasear por muchas horas -nunca a entrenar-, me detengo, tomo fotografías, leo, llevo refrigerio y disfruto mucho.
Ahora han surgido nuevas disciplinas y corrientes asociadas a la bicicleta: el ultraciclismo, que me apasiona aunque no sé si pudiera ser capaz de completar -a tiempo- una de esas carreras, como la NorthCape400, por ejemplo, y que supone un tributo a las primeras carreras del Tour o el Giro, donde los ciclistas debían ser autogestionarios; tambien está el Bikepacking, como alternativa al cicloturismo de alforjas, las dos tendencias me llaman mucho la atención.
Desde hace pocos años, el ciclismo se ha vuelto repentinamente muy popular, lo que me contenta mucho.
Pero como todo tiene sus bemoles, veo que también ha surgido una especie de nueva tribu urbana que veo como unos ‘Pogachares endógenos’, tan esnobs como ciertos grupos de corredores. No conciben el ciclismo sino es para las carreras, el entrenamiento constante, la mejoría de los propios récords, el conteo de vatios (todavía no sé qué es eso), los que no salen sin los uniformes y zapatillas de rigor, los que se gastan $300 en una potencia porque pesa 50 gramos menos, los que glorifican las barritas, los geles y las bebidas isotónicas pero casi demonizan una buena pizza o un refigerio de choripán con cerveza en la ruta. Una nueva élite que no sólo no saluda a los demás ciclistas sino que les miran como gallina que mira sal.

En las mañanas dominicales de la Cota Mil, incluso alguna vez me han gritado que me quite cuando voy de paseo. ¡Vamos!, que no me le estoy atravesando a los competidores del Tour en la bajaíta de Le Mont Ventoux.
Para ellos, creo que los que van más o menos como yo, no somos ciclistas, a lo sumo, un estorbo que va en una baratija de dos ruedas, pero ¿ciclista?, naahh… si no se entra en el estereotipo, no.
Pero yo soy ciclista, porque tengo una bici y pedaleo.

Y ahora, quiero volver a salir de campamento en bicicleta. Algunos fines de semana para empezar y luego planear viajes más largos.
Saludos y ¡buenas rodadas!
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La fila más triste de Berlín, 1926
Una fría mañana de otoño, la calle frente al centro municipal no olía ni a pólvora ni a pan. Olía a algo más denso. A desesperación.
No era una protesta, ni una marcha. Eran ciudadanos comunes... haciendo fila con sus perros.
No ladraban. No tiraban de las correas. Solo estaban ahí, tumbados junto a quienes amaban con devoción, creyendo que era otro paseo más.
La ciudad, asfixiada por impuestos, había impuesto una cuota para tener perros. Para muchos, era pagar o alimentar a sus hijos. Y eligieron... lo que no tenía vuelta atrás.
Con manos temblorosas y miradas vacías, decenas entregaron a sus compañeros más fieles. No por crueldad. Por necesidad. Por hambre.
Un anciano, casi sin fuerza, acariciaba a su perro por última vez.
—Perdóname, Max —susurró.
Max aún movía la cola. Sin entender. Confiando.
Lo que se sacrificó ese año no fue solo vida animal. Fue compañía. Fue alegría. Fue el último refugio de miles de corazones rotos.
Porque hay momentos en que la historia no se mide en guerras ni en tratados, sino en los ojos de un perro que nunca dejó de creer… aunque el mundo ya se hubiese rendido.
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¡ Feliç Sant Jordi !🌹📕 🐉
¡Hola, lectores!Celebremos el día del libro de la mejor manera posible, leyendo. Acá, con el mayor cariño, dejo una canastilla variada, esperando que encuentren muchas horas de solaz lector.¡ Feliç Sant Jordi !🌹📕 🐉
Palabras para un toro sin voz – VV.AA.
La Plataforma “Manos Rojas” fue creada en 2010 con la intención de expresar desde los ámbitos de la cultura, el arte y la ciencia, la repulsa…
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La cercanía a la vida cotidiana siempre ha sido una de las características esenciales más intrigantes de las carreras de ciclismo de ruta.
Desde el comienzo de los eventos ciclistas de varias etapas, los ciclistas solían organizarse para comer bien durante la carrera. No era tan difícil, ya que las cafeterías solían albergar los puntos de control a mitad de etapa.
Además, las estrellas de los equipos profesionales de alto presupuesto no deberían tener que preocuparse por esto, ya que cuentan con personal especializado para ello.
Sin embargo, durante las primeras décadas del ciclismo de ruta era común que los ciclistas comieran en un lugar lleno de espectadores entusiasmados que acudían a ver a los competidores.
La foto de Robert Jacquinot (1893-1980) comiendo en un café fue tomada en la quinta etapa del Tour de Francia de 1922.
Jacquinot compitió en el Tour de Francia siete veces entre 1919 y 1925, pero solo lo terminó una vez (1923). Sin embargo, tuvo algunos éxitos menores: logró vestir el maillot amarillo durante tres días en 1922 (perdió el liderato en la cuarta etapa) y durante un día en 1923. ____________________________
#tourdefrance #instacycling #instabike #retrocycling #retrobike #vintagecycling #vintagebike #cyclingimages #cyclingpics #cyclinglove #cyclinglife #cyclingfun #bicicleta #velo #ciclismo #cyclisme #cyclinglegends
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"HIPNOCRACIA", EL QUE IBA PARA LIBRO DEL AÑO, ESTÁ ESCRITO POR UNA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

"HIPNOCRACIA", EL QUE IBA PARA LIBRO DEL AÑO, ESTÁ ESCRITO POR UNA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
"Hipnocracy" era el título de un ensayo publicado originalmente en inglés, y cuya edición al español sale el 30 de abril. Su título hace referencia a la "dictadura digital" en la que estamos inmersos. La prensa italiana, francesa y suiza incluso se había atrevido a publicar reseñas muy positivas y supuestas entrevistas.
Pues bien. A todos los alabadores, críticos literarios y filósofos periodísticos se la metieron doblada. Tanto el libro como su autor son producto de la Inteligencia Artificial, hecho a propósito, para llamar la atención.
"No hay estadísticas fiables sobre cuántos libros se han publicado que hayan sido escritos total o parcialmente con IA, pero si hace un año Amazon limitó a tres los que un autor puede subir diariamente a la plataforma (más de 1000 al año) podemos deducir que se trata de cientos de miles, sino de millones. Hipnocracia tal vez haya sido el primero en conseguir influencia, en gran parte gracias a su existencia en papel, en librerías, y a su repercusión en prensa. Ha sido una performance elocuente.
"Como el propio título señala, el ensayo versa sobre cómo los gobiernos actuales operan a través de hipnosis colectivas. Su inesperado impacto nos ha recordado que el periodismo cultural, la academia, las bibliotecas, los lectores también participamos de esos trances. El nombre del autor nos sonaba a Byung-Chul Han o Yuk Hui. El título del libro era poderoso. Se podía acceder a algunos de sus pasajes a través de internet, sin necesidad de leer el ensayo completo. Todos esos elementos se inscribían en contextos de legitimación: página web personal, Academia.edu, una editorial, muchos medios de comunicación (sintomáticamente, no Wikipedia, porque sus editores la han blindado contra la posverdad). De modos parecidos se construye la arquitectura de los bulos"
Tomé los extractos del diario La Vanguardia, del cual no pongo enlaces porque la noticia solo es accesible para usuarios de pago.
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Mao’s Communist Revolution & the modern left! SAME tactics, different era:
Rewrite history to push victimhood
Indoctrinate youth & silence dissent
Weaponize identity politics & class warfare
Censor, shame, & cancel opposition
Attack faith, family, & tradition
Push socialism & government control
History will repeat if we don’t protect our young people from radical indoctrination.
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El 5 de Abril de 1917 nace Robert Albert Bloch en Chicago, Illinois, fue un novelista, cuentista y guionistaestadounidense de literatura fantástica y ciencia ficción.
Robert Bloch, de ascendencia judía, escribió cientos de cuentos y alrededor de 20 novelas, la mayor parte dentro del género negro, de terror y de ciencia ficción. Al principio de su carrera publicó ampliamente en las llamadas revistas pulp como Weird Tales. Escribió además numerosos guiones cinematográficos.
Recibió los premios Hugo, Bram Stoker y el Mundial de Fantasía. Durante un tiempo fue presidente de la asociación de escritores Mystery Writers of America.
Bloch asimismo elaboró fanzines de ciencia ficción, e incluso trabajó durante un tiempo en el teatro de variedades.
Una de sus primeras amistades literarias fue su maestro H. P. Lovecraft, con el que mantuvo una larga correspondencia.2 Bloch escribió gran número de relatos pertenecientes a los Mitos de Cthulhu. De hecho, se inventó dos libros frecuentemente citados en los relatos del ciclo de los Mitos: De Vermis Mysteriis y Cultes des Goules (Culto de los Guls).

Llegó a aparecer transfigurado en uno de los personajes (“Robert Blake”) del relato de Lovecraft "The Haunter of the Dark" (‘El morador de las tinieblas’), que está dedicado a Bloch. En esta historia, Lovecraft mata al personaje que representa a Bloch. Éste, como contrapartida, hizo lo propio en "The Shambler from the Stars" (‘El vampiro estelar’), en el que el personaje inspirado en Lovecraft tiene una muerte horrible. Bloch más tarde escribiría un tercer relato, "The Shadow From the Steeple" (‘La sombra que huyó del chapitel’, como continuación de "El morador de las tinieblas").
La celebridad de Robert Bloch se debe principalmente a su autoría de Psycho (Psicosis), novela adaptada fielmente por Joseph Stefano para el filme del mismo título dirigido por Alfred Hitchcock en 1960. Su guion propio más conocido es el que escribió para la película The Night Walker (‘Amor entre sombras’, 1964), del director William Castle. Bloch escribió asimismo guiones para la serie Star Trek, y trabajó para varias series de televisión, como la presentada por el actor de cine de terror Boris Karloff, titulada Thriller.

Este autor intervino en la antología de ciencia ficción del escritor Harlan Ellison titulada Dangerous Visions ('Visiones peligrosas'). Su relato A Toy for Juliette (‘Un juguete para Juliette’) evocaba conjuntamente al Marqués de Sade y a Jack el Destripador. El citado autor dedicó su novela 'The Night of the Ripper' ("La noche del Destripador") también al caso de Jack the Ripper, en donde se destacan las descripciones que internan al lector en las brumas victorianas del antiguo Londres.
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Novedades 2025
¡Hola, Lectores!Hoy va de novedades con algo de lo más nuevo en 2025, he seleccionado algunos de los lanzamientos más destacados de enero y febrero, y alguna sorpresilla de marzo. Espero que los disfruten un montón. Victorian psycho – Virginia Feito El señor y la señora Pounds han contratado a Winifred Notty para que cumpla el rol de la perfecta institutriz victoriana: dará clases a sus…
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Filippo Saglimbeni El primer perrocalentero de Caracas.
Plaza Francia de Altamira (1952)
Un perro caliente puede ser muchas cosas, desde ese brochecito de oro que todos necesitan al terminar una dura jornada de trabajo o estudio, o simplemente se el mejor plan B de un almuerzo, lo cierto es que aunque parezca no tener gran ciencia esta particular pieza de la comida informal forma parte del día a día del caraqueño y ocupa un gran lugar en su corazón
¿Pero cómo llegó el perro caliente a Caracas? Como podrás saber se trata de un plato popular nacido en la cultura americana, pero su presencia en Caracas data de 1952 con la llegada de un inmigrante italiano que huía de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el siglo pasado, Caracas fue el refugio de inmigrantes que escapaban de situaciones de guerra o crisis económicas en el continente europeo, y así, parte del presente y de la cultura que vivimos tuvo una cargada influencia del extranjero construyendo una capital dinámica y la vanguardia para su época.
Filippo Saglimbeni abrió el primer puesto de perros calientes en 1952 en la Plaza Francia de Altamira, pensar que iba a convertirse en el perrocalentero más famoso de Caracas.
En ese tiempo, esta no era una comida apetecida por los caraqueños así que el escenario inicial no fue muy alentador para Saglimbeni, quien con su carrito en esta popular plaza de la clase alta caraqueña se las ingenió para comenzar a vender su nueva comida que era un tanto misteriosa para los venezolanos.
En un principio el gancho de Saglimbeni fue vender los perros calientes para que las personas comieran los panes y diesen las salchichas a sus mascotas. que solían pasear por la plaza Altamira. Pero, poco a poco la receta de Filippo se ganó el corazón y el estómago de los caraqueños para perpetuarse hasta medio siglo después.
Filippo Saglimbeni falleció el 18 de abril de 2014 tras convertirse en un personaje ícono de Caracas.
Fuente: http://laguiadecaracas.net/.../filippo-saglimbeni-el.../
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"Los perros son nuestro enlace con el paraíso.
No conocen el mal, los celos o el descontento. Sentarse con un perro en una colina en una tarde gloriosa es estar de vuelta en el Edén, donde no hacer nada no era aburrido - era paz... ”
~ Milán Kundera.
Arte: Briton Riviere (su único amigo)
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Hoy hace 15 años que llegué a Tumblr. 🥳
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En enero de 1958, el KKK quemó una cruz en el jardín de una mujer Lumbee en Carolina del Norte como "advertencia" por salir con un hombre blanco.
El Klan anunció entonces una manifestación para "poner a los indios en su lugar".
Esa noche, 500 hombres Lumbee armados rodearon la reunión del KKK, abrieron fuego al aire y cargaron contra el campo. Los miembros del Klan soltaron sus armas, abandonaron su equipo y huyeron a los pantanos.
Los Lumbee recogieron la pancarta abandonada del KKK como trofeo y celebraron su victoria bailando alrededor de la cruz en llamas del Klan. El incidente, conocido como la "Batalla de Hayes Pond", puso fin a la actividad del KKK en el condado durante décadas.
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The Origins And Formula of Palestinian Propaganda
In the 1980s, Mahmoud Abbas spent three years in Soviet Russia, where he studied, wrote his dissertation and maintained close ties with Soviet officials. During this time, he was taught firsthand the Soviet Union's sophisticated propaganda strategies, particularly those aimed at undermining Western societies and vilifying Jews. His primary objective was to master these techniques and apply them to delegitimize Israel.
The strategy he learned and follows to this day followed a simple yet effective formula:
Compare – Associate Israel with universally condemned groups and ideologies, such as Nazis, colonialists, and white imperialists.
Blame – Accuse Israel of various crimes without evidence, including genocide, apartheid, occupation and ethnic cleansing.
Repeat – Reinforce these false claims relentlessly, on every international stage possible, including the UN, making them appear credible over time.
This Soviet-inspired propaganda playbook remains at the core of anti-Israel narratives today. By distorting historical facts and fabricating accusations, it seeks to manipulate public perception and turn global opinion against Israel.
Compare. Blame. Repeat.
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