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xbdcssfighter · 5 years

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𝐋𝑜𝑢𝑖𝑠𝑎 𝐂𝑙𝑎𝑦𝑡𝑜𝑛.

❰ 𝐷𝑎𝑡𝑜𝑠 𝐵𝑎́𝑠𝑖𝑐𝑜𝑠. ❱

❒⋮ Nombre: Louisa Clayton. ❒⋮ Edad: Treinta y siete años. ❒⋮ Nacionalidad: Francesa. ❒⋮ Estatus de sangre: Mestiza. ❒⋮ Estudios: Gryffindor — Hogwarts. ❒⋮ Ocupación: Auror. Jefa de la oficina de Entrenamiento y Defensa Personal.

❰ 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎. ❱

❒⋮ No hace mucho tiempo estuve de visita en aquella ciudad que me vio nacer y crecer. Caminando por aquellas calles históricas y pintorescas, mezclándome entre los turistas y los pueblerinos. Visitando las catedrales más importantes de la región. Admirando la belleza de aquellos canales, donde el agua sigue su transcurso y a cada segundo cambia, muta. Aspirando los aromas de los mercadillos, entre pan fresco, manzanas, e incluso, hasta flores de todos los colores.

Y de repente, puedo sentir la conocida nostalgia invadiéndome el cuerpo. Así, sin permiso. Ella arrasa como el viento, y se lleva la calma. Es entonces cuando puedo verme reflejada en cada esquina de aquella ciudad, que conozco como a la palma de mi mano. Jugando en la vereda con los vecinos. Comprando macarones de todos los sabores. Tomada de la mano de mi madre, admirando los bellos paisajes que nuestro país nos regalaba todos los días.

Las mañanas cálidas de repente se volvieron frías y oscuras. Las catedrales antiguas con cientos de años de historia y de espiritualismo se vieron cambiadas por grandes edificios. Grises, tristes, casi que parecían no tener vida. La paleta de colores, brillante y llamativa, pasó a ser acromática, distante.

Una nueva vida empezó en Londres una semana después de haber cumplido los nueve años. El cambio no fue para nada fácil; o al menos, personalmente, fue difícil dejar atrás todo aquello que uno conoce, que uno vive de cierta manera el día a día. Las caminatas hacía casa ya no eran por los parques. Ahora era por calles de adoquines, donde la gente empujaba sin pedir perdón, y las bocinas de los automóviles resonaban en toda la ciudad.

Y allí comenzó el caos. El caos de no entender los verdaderos motivos de una mudanza. El caos de la gente. El ruido y el griterío constante. El idioma, que por más que lo supiera hablar, no era fácil. Las nuevas amistades. Las nuevas caras de la vida cotidiana. Los nuevos hábitos. Nuevas costumbres. Nueva ropa. Nueva casa. Nueva cama. Nueva vida. Era todo nuevo. Lo que cualquiera pudiera desear si quería empezar una nueva vida. Y es por eso que hoy me encuentro aquí de nuevo.

En esta ciudad preciosa que me vió nacer y crecer. En esta ciudad que dejó los mejores recuerdos de mi niñez. En esta ciudad donde era feliz. Donde podía quedarme por horas mirando el atardecer en el canal, y notar el color del agua cambiar a medida que el sol se iba escondiendo. Allí, por el horizonte.

Mi madre me ha dado una buena vida. Me ha enseñado de aquellos valores que nunca pueden faltar. Me ha enseñado a luchar por lo que quiero. Me ha mimado y ha salido de la mano conmigo aún a tomar helados y hablar de la vida. Mi madre, ha sido una mujer bastante fuerte y aun así, era muy débil. Ella era reservada, no hablaba mucho, no contaba su pasado. Y mucho menos iba a contarme el pasado del cual yo provenía. Cada vez que se tocaba el tema, parecía asustarse. Parecía querer olvidarlo todo. Y el caos de Londres le vino como anillo al dedo. La excusa perfecta para escapar y dejarlo todo atrás.

Y uno termina adaptándose. Porque así somos los seres humanos. Si necesitamos sobrevivir, nos adaptamos a aquello que nos rodea. Está en nuestra sangre, en nuestra historia de la humanidad. ¿Y por qué no iba a estar conmigo también? A pesar de tener un carácter sereno, también me he adaptado a la locura de Londres.

Al caos constante. A la decepción. A dar lucha. A tener un lugar en mi mundo. Aunque costara horrores. Aunque se hiciera difícil. Aunque fuera diferente. Al menos, a lo largo de toda mi vida me he formado como la persona que, quizás, no deseaba ser, pero que hoy en día, acepta cada error y aprende. Toma riesgos, se atreve, es valiente. De corazón puro y noble, que no se rinde.

Al menos esa enseñanza me ha dejado la ciudad actual.

Y la enseñanza de mi madre, es a no darme por vencida jamás. Por eso estoy nuevamente en las calles de Estraburgo. Porque sé que hay mucha más historia de la que alguna vez me contó. Porque sé que sus secretos están bajo llaves, y aun así, tengo la fuerza suficiente para poder encontrar y desenterrar cada uno de ellos.

Porque no podría ser Louisa Clayton sin conocer mi vida. O al menos, aquella parte de la que nunca conocí. Porque no podría ser Louisa Clayton si no me meto en problemas. Si no doy pelea. Si me rindo. Porque sé que no pararé hasta encontrar al asesino de mi madre. Porque sé que hoy su memoria está conmigo, donde sea que vaya. Y sé que por ella, y por su memoria, y por todo lo que me ha dado, no pararé hasta encontrar la verdad.

Así que aquí me encuentro. En Francia. Buscando. Buscando. Y no pararé hasta encontrarlo.

❰ 𝑅𝑒𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎𝑟𝑒𝑠. ❱

❒⋮ Madre: Flora Clayton. ❒⋮ Sesenta y dos años. ❒⋮ Mestiza. ❒⋮ Vendedora y socia en una joyería. ❒⋮ Fallecida. ❒⋮ Padre: Bertram Leblanc Identidad desconocida. ❒⋮ Sesenta y cuatro años Edad desconocida. ❒⋮ Sangre pura. ❒⋮ Director del Departamento de Misterios Francés.

❰ 𝐸𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠. ❱ ❒⋮ Nació en Estrasburgo. ❒⋮ Su patronus es un ciervo. ❒⋮ Sabe hablar francés con fluidez. ❒⋮ Le gusta el bóxeo y lo practica a menudo. ❒⋮ El vino es algo que no puede faltarle. ❒⋮ Debido a una misión fallida, dejó las misiones a exteriores de lado, y se dedicó a enseñar defensa a los nobatos en el Ministerio. Al día de hoy, es la Jefa del piso y ella misma se encarga de instruir mejor a los alumnos.

❰ 𝑃𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑. ❱

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