Text
It's tim's birthday, happy birthday to that nerd
also a bonus batfam doodle
13K notes
·
View notes
Text
para Itzel.
Si yo pudiera describir a Itzel en una palabra, me costaría mucho decidir cuál, porque siempre peleo entre nobleza, curiosidad y resilencia, porque todas son palabras muy de Itzel.
Itzel es tímida, pero no es introvertida, solo que al principio le puede dar pena hablar primero; es una persona sensible, altamente empática y con muchos deseos de cuidar y proteger a las personas que quiere. También es muy honesta, si algo no le gusta o le desagrada, te lo va a decir y si no te lo dice, sus ojos nunca mienten. Es muy risueña, eso sí. Pero algo que yo siempre he admirado de ella es su resilencia, su fortaleza; porque ella no lo alcanza a ver, pero nunca se ha dejado caer. A pesar de la tristeza y el cansancio, Itzel está ahí. A pesar de que el mundo se le caiga a cachitos y sienta que no tiene sentido lo que hace, jamás la he visto tirarse ni dejarse caer, al contrario, acepta el dolor y la tristeza y no deja que la tiren, los convierte en su fortaleza.
Y eso es algo que yo siempre he admirado de ella. Porque ella lo hace tan natural que no se da cuenta, jaja. Ay mi Itzel. ¿Yo qué puedo decir que ya no sepas? Siempre que te veo, aunque sea un minuto, te recuerdo que te amo y que eres lo máximo.
Pero hoy, mucho más, mereces que te diga que te amo y admiro profundamente, que eres una gran amiga, una gran mujer, una grandiosa actriz y sobre todo un gran ser humano. Eres la mujer más resiliente que conozco y eso merecía quedar escrito en el acta, pero también en tu corazón. Porque eso que piensas que es una debilidad, es precisamente lo que te hace ser tan fuerte, tu corazoncito y tu sensibilidad.
A mí eso me parece una cualidad maravillosa y toda la vida te lo voy a admirar. Porque no conozco ser en el planeta más lindo, más confiable y genuino que tú.
Estoy muy agradecida de haber coincidido contigo Itzel, porque siempre solemos ser cachitos rotos de muchas cosas, y tus desde el momento uno, me enseñaste que los cachitos rotos se podían pegar y re-encontrarse con uno mismo, volver a verse de manera diferente.
Y aunque sé que cargas con muchas cosas dentro de tu corazón, nunca has dejado de enseñarme el optimismo y la fortaleza de tu corazón. Eres increíble.
¡Y sigo sin saber que decirte por tu cumpleaños! Creo que te desglose por completo como te miro yo y lo mucho que te admiro, pero aún no te deseado un feliz cumpleaños.
Espero que este año sea mejor que el anterior, que los 20 sean un año lleno de cosas buenas, de proyectos, de personas, de momentos, de emociones. Porque mereces el mundo entero, Itzel. Mereces todo lo bueno. Gracias por ser quien eres, tan espontánea, tan honesta, tan tú.
Y gracias por ser mi amiga. Por dejarme estar en tu vida este tiempo y abrirme tu corazón, gracias. <3
Te amo, feliz cumpleaños.

1 note
·
View note
Text
Pasé de esperarte cada día, a desear que no regreses a mi vida.
2K notes
·
View notes
Text
Quisiera no recordarte más; pero es imposible: Porque me generaste un dolor que juraste no ocasionarme jamás. Y me lanzaste al vacío; para sentirte libre...
Mabel
67 notes
·
View notes
Text

"El sentido de la poesía no consiste en deslumbrarnos con una idea sorprendente, sino en hacer que un instante del ser sea inolvidable y digno de una nostalgia insoportable.
— Milan Kundera |La inmortalidad
9 notes
·
View notes
Text
Your secret is safe with me (i dissociated mid sentence and didn’t hear a thing you said)
40K notes
·
View notes
Text
Una fogata, un recuerdo y un corazón.
Haru miraba la fogata delante de sí con nostalgia. Siempre se había preguntado cuál era el motivo de amar la nostalgia, pues era algo que naturalmente amaba y apreciaba. Pero ese día, particularmente estaba agradecido de hacerlo, de poder recordar.
Los papeles se quemaban y el ruido del fuego consumiendo todo a lo que alguna vez se aferró hizo que su corazón doliera un poco, pues una parte de él estaba siendo consumida por aquella fogata, que sin percatarse de su punzante dolor en el pecho, destruía todo lo que alguna vez fué y sintió.
Aún así se sentía agradecido. De no ser por aquella noche, no sería el mismo. La nostalgia era un arma de doble filo. Algunas veces le recordaba ser agradecido y otras, lo lastimaba. Pero ¿Qué sería de la vida sin ser contradictoria?
"¿A qué le llamas amor, Haru?" —recordó la mirada que su ex pareja le había dado en ese entonces y su corazón tembló.
"No lo sé. Amor es sentir." —repitió su respuesta entre susurros y una sonrisa leve apareció en sus labios—. "Amar es entregarte lo que soy, no solo físicamente, porque eso puedo dártelo sin amarte. Supongo que amar es enseñarte mi parte más vulnerable, porque para mí amar significa confiar."
Está vez, su mirada estaba puesta en el cielo. Ahí donde todos miran cuando extrañan a alguien, a ese cielo que escucha los susurros más bajos y es cómplice de tantas palabras. Sí, a ese que se llevó sus suspiros y sus lágrimas cuando estaba deshecho. A ese que le consoló sin palabras y lo acogió en su existencia. Solo a ese podría hablarle en ese instante.
"Te amo" —le dijo el otro de la nada y Haru se quedó perplejo en su lugar—. "Y soy consciente que puedo vivir sin tí y tu sin mí. Pero después de conocer tu existencia no quiero seguir viviendo sin ella."
Una sonrisa salió de sus labios y negó con la cabeza en desaprobación. Aún recordaba con claridad como los nervios habían aparecido en su estómago y como sus manos habían empezado a sudar.
No pudo evitar reír entre intrusas lágrimas al mirar a su alrededor y recordar aquel momento en el que sintió que el corazón iba a salirse de su pecho y sus piernas comenzaban a temblar.
"¿Estás practicando para declararte a alguien?" —fue lo único que pudo decir después de mirarle brevemente y sonreírle con picardía.
Había sido tan tonto en ese entonces... Quería pegarse en la frente y hacer que su 'yo' pasado recapacitara.
Un suspiro salió de los labios de su acompañante y sonrió. "Sí. Pero el idiota es más idiota de lo que creía."
"¿Ah sí?" —le preguntó de vuelta mientras metía una rama seca al fuego y suspiraba. "Debe ser más idiota que yo."
"Ni te imaginas..." —dijo con una sonrisa divertida y miró al cielo.
Ese mismo cielo que miraba Haru tres años después con nostalgia. El mismo que había sido su cómplice de sollozos y suspiros, que había sido fuente de inspiración y de nostalgia, ese que le había consolado en la oscuridad y en el día le había dado esperanza.
"¿Has leído a Benedetti?"
"Claro que he leído a Benedetti." —murmuró mientras jugaba con las piedras alrededor de la fogata—. "Pero hace tiempo que no leo poesía, Kenji"
"No deberías alejarte de tus raíces, imbécil." —regañó y el otro asintió unas cuantas veces con un un suspiro—. "Y mucho menos pensar que vas a estar bien estudiando otra carrera."
Haru suspiro y miró a Kenji con súplica. Sabía que quería evadir el tema, pero el silencio no era la forma de salir de la incomodidad y mucho menos un sermón.
"Deberías apostar por el teatro." —le miró y cuando Haru conectó su mirada con la suya, se acercó a dejar un suave beso en sus labios—. "Te gusta tanto como te gusto yo"
"Mhmm, en realidad..."
Su hombro recibió un fuerte golpe del contrario y una risa genuina salió de sus labios mientras el contrario protestaba.
Todavía recuerda mirar aquella escena y sentir que pasaba en cámara lenta, que podía recordar ese momento por siempre y sentir la misma plenitud que sintió en ese momento...
Las lágrimas volvieron a asomarse en sus ojos, pero esta vez las dejo salir. Dejó que terminarán su camino, soltando con ello todo el peso que su corazón cargaba, dejándose sentir y liberar aquel dolor que había estado guardando por meses. Él también estaba cansado de sentir miedo y estar agobiado. Ya no quería guardarlo más.
Siempre iba a estar agradecido con él. Y esperaba que el cielo le llevará sus palabras dónde quiera que estuviera, pues siempre iba a desear que se encontrara bien. Era extraño, la sensación que sentía en su pecho, era extraño.
Y cuándo el fuego acabó y el papel quedó deshecho, Haru miró las cenizas con nostalgia y un fuerte suspiro salió de sus labios, liberando así el peso de sus hombros.
"Vive. " —susurró antes de apagar el fuego y darle fin a su recuerdo, al pasado y a la nostalgia.
También era su momento de partir.

0 notes
Text
Te vi y descubrí que ya no te quiero. Y que tampoco te extraño. Extrañaba tu recuerdo y bastó verte para saber que ya no te quiero en mi vida. Solo extrañaba una ilusión que ya no existe.
0 notes