Don't wanna be here? Send us removal request.
Link
Nota para la sección de destinos.
Cliente: Royal Holiday
Año: 2020
0 notes
Link
Nota para la sección Destinos
Cliente: Royal Holiday
Año: 2020
0 notes
Text
El hombre que convirtió su sueño en ferrocarril
Albert Kimsey Owen y el ferrocarril Chihuahua-Pacífico
Joshua Kimsey Owen fue jefe de cirujanos durante la guerra civil, amigo de Abraham Lincoln y del Gral. Ulises S. Grant –mandatario de los Estados Unidos- y junto con Harriet Moffit, el 20 de mayo de 1847 en Chester, Delaware Country, Pennsilvania se dijeron padres de un niño al que llamaron Albert Kimsey Owen. El pequeño fue criado en el seno de un hogar en donde siempre se habló de fraternidad humana y de desprecio a los valores materiales frente a los espirituales.
A los 10 años Albert ya iba con su padre a los combates, ya que se había incorporado al ejército del Potomac. En sus andanzas militares participó en la ofensiva del Gral. Grant sobre Richmond y en la captura del ejército rebelde del Gral. Robert E Lee.
La convivencia diaria con los soldados de su regimiento le permitió conocer sobre las tribus norteamericanas -las crueldades de los indios sioux, kiowas, navajos y comanches, coleccionadores de cabelleras rubias- y también sobre las arduas jornadas en el desierto, de las noches frías cobijado solo por la sombra de las cactáceas, y de los cientos de insectos que intentaban alumbrar la noche.
Todas estas enseñanzas se deben a la educación que recibió en casa; Joshua, el padre de Albert, fue el responsable de su educación en sus primeros años de formación. Después de la guerra lo enviaron a realizar estudios de ingeniería civil a Pennsylvania; tenía 19 años cuando inició como Jefe de Planeación del ferrocarril de Chester Creek, su trabajo era tan admirable que al poco tiempo realizó el Plano Regulador de la ciudad de Chester, punta de lanza para demostrar sus habilidades en la solución de problemas de urbanización.
Su capacidad, talento y su magnética personalidad atrajeron la atención de los magnates ferrocarrileros que lo incorporaron a la expedición organizada para abrir rutas en México, esto luego de conocer el trabajo que había realizado en Colorado al encargarse del trazo del ferrocarril Clear Creck Canyon.
Cliente: revista Expedición
Año: 2015
Medio: revista impresa
K. Owen vino a México por ofrecimiento de William F. Palmer, presidente de Denver and Rio Grande Railway; el objetivo era hacer estudios técnicos para la construcción de un ferrocarril que partiría de El Paso, Texas, y terminaría en la ciudad de México. Al término del estudio decidió conocer la región para ofrecerle a Palmer la construcción de un ferrocarril que uniera Colorado Springs con el desierto de Sonora y los puertos mexicanos del Pacífico. Recorrió cinco mil millas, 3,400 de ellas a caballo, en once meses. Esta ruta férrea, en ese tiempo en estudio, con el tiempo se convertiría en Ferrocarril Central.
Dentro su estadía en México, viajó a Mazatlán, donde conoció al doctor Benjamín G. Carman, cónsul de los Estados Unidos, quien le hablo del puerto de Topolobampo y de su prodigiosa bahía de Ohuria capaz de albergar las flotas de guerra de varios países juntas. Luego de visitar aquel puerto, Albert estuvo convencido de que este sería el sitio ideal para su proyecto: comenzar en Topolobampo, donde se podría disponer de un suelo virgen cruzando por el poderoso Río Fuerte; el clima sería su aliado y la lejanía de los grandes centros comerciales y políticos del mundo lo ayudarían a construir tal empresa. Estaba convencido de que ahí podría unir todas las zonas marítimas y férreas de América del Norte, de Australia y Asia, creando una ciudad semejante a Nueva York.
Este sueño lo llevó a modificar su idea de ferrocarril de Colorado Springs por uno que partiría de Kansas City, franquearía Missouri y Texas, atravesaría la Sierra Madre Occidental hasta llegar a Topolobampo, acortando 600 millas la distancia de un gigantesco mercado agrícola en Estados Unidos y abriendo una puerta, la más directa, hacia el efervescente mercado de Oceanía y Asia.
Con esta idea en mente, el sueño comenzaba a tomar tintes reales para convertirse en lo que hoy es el ferrocarril Chihuahua al Pacífico. Pasarían 100 años para ver este majestuoso sueño consolidado. Para darle rienda suelta a tan imperial construcción, Albert se asoció con todo aquel que creía en su plan.
Owen inició la construcción del ferrocarril en el año de 1884, pero la empresa estadunidense que la llevaba a cabo no pudo concluirla. Entre 1900 y 1929 operó otra empresa ferroviaria, la Kansas City Mexico and Oriente Company, que sólo logró construir la parte sinaloense de la vía, entre Topolobampo y San Felipe, más dos secciones discontinuas en el altiplano chihuahuense.
La empresa ferroviaria de Owen se conjugó con el proyecto de establecer en Topolobampo una colonia agrícola con inmigrantes estadunidenses, aprovechando las grandes facilidades que el gobierno federal otorgaba para la colonización. Entre 1886 y 1896 funcionó la empresa colonizadora The Credit Foncier Company, organizada por el mismo Owen como sociedad cooperativa y con ciertas características del socialismo utópico. Gracias a esta ideología, muchos estadounidenses llegaron al Valle del Fuerte para instalarse en las tierras conocidas como Los Mochis.
Owen no pudo ver concretado su sueño de aquella extraordinaria línea ferroviaria llegando a un puerto de talla mundial. Y pasarían muchas otras empresas invirtiendo fortunas enteras tratando de alcanzar el sueño que no sería sino hasta que el gobierno mexicano tomara cartas en el asunto y terminara la obra en 1961.
Sin embargo, la visión de aquel joven ingeniero llevó a crear una de las obras de ingeniería ferroviaria más sofisticadas en el continente americano y ayudar a la fundación de la actual ciudad de Los Mochis.
0 notes
Text
Bella Nonna
De la cochera de una casa a Italia y de regreso a México
Luis es veterinario y Carlos ingeniero, son hermanos y son los responsables de que en México exista helado artesanal italiano. Los helados Bella Nonna.
“Todo comenzó en la casa de nuestros padres, en la cochera, y se fue extendiendo”, cuenta Luis, ahora tienen su propio espacio con área de laboratorio, máquina de helado, congeladores, oficina y los carritos distintivos que utilizan para vender helado, los cuales son de diseño propio y lo mejor es que no requieren electricidad para mantener fríos los helados.
La historia da inicio hace 5 años, cuando Carlos emprende, junto con un familiar, un negocio de helados italianos. Viaja a Guadalajara para capacitarse y logra abrir 5 tiendas, sin embrago, decide dejar este proyecto y emprender uno nuevo, pero ahora de la mano de su hermano. “Tomamos unos cursos de emprendimiento y empezamos a desarrollar el proyecto entre los dos, a meter ideas. Mi hermano fue el que decidió entrar por los carritos, no por el local. En enero empezamos a desarrollar el proyecto y en mayo de 2014 arrancamos producción, nos empezaron a salir pedidos y desde el 10 de mayo no hemos descansado”, nos dice Carlos.
“El concepto de los carritos es algo que no ves en un centro comercial y con eso estamos cubriendo un mercado que no existe todavía”, afirman los dos.
Y más que el concepto de los carritos heladeros, el helado artesanal italiano que fabrican los hermanos Franco es más que un gusto: es la sorpresa dulce más impresionante con la que podrás encontrarte.
Cliente: revista Gusta!
Medio: revista impresa
Año: 2015
Dentro de los sabores que ofrece Bella Nonna se encuentra el Mamba negra, que es el más solicitado por chicos y grandes. “El típico que se conoce es el selva negra, nosotros lo rebautizamos como Mamba negra porque le agregamos la nuez tostada, cereza, además trae dos tipos de chocolate italiano. Es el más padre para nosotros porque la gente da buenos comentarios de él”, dice Carlos.
“La selección de sabores ha sido en base a la demanda de la gente. Los sabores como avellanas, frutos del bosque, chocolate y pistache son italianos. Hemos modificado un poco los sabores para que se adapten al paladar mexicano, tenemos plátano con nuez tostada, mango, guanábana que es 100% mexicano. Somos una heladería italiana pero somos una fusión de la heladería mexicana porque usamos la fruta mexicana pero sin perder el concepto de que somos helado italiano”, comparte Luis.
Estos hermanos han sabido mezclar con destreza imperial los sabores y texturas de cada helado, dejando en cada persona que los conoce la felicidad en cada probada. “Algo que respetamos mucho son las texturas; el secreto del helado italiano es saber manejar las frutas para alcanzar el sabor y textura ideales, ya que el helado italiano tiene una fórmula diferente para cada fruta o sabor”.
Aprovechan la temporada para ofrecer el mejor sabor de cada fruta, y tienen mucho más para dar. El sabor típico de Bella Nonna es de Mandarina mexicana con italiana, que ha causado mucho furor debido al sabor que tiene. Otra enorme sorpresa es el helado de cacahuate; no hay palabras que alcancen a describir su sabor.
También hacen helados deslactosados, endulzados con stevia y hasta con alcohol, pero esos solo sobre pedido.
Los Bella Nonna son tan buenos que en enero de este año estuvieron en la feria de Rímini en Italia, la cual es la más importante de helado artesanal en el mundo; sólo invitan a los mejores, además cuentan con la felicitación del chef Salvatore Tassa, quien desde hace 20 años cuenta con una estrella Michelin.
El nombre viene de nuestras raíces familiares, de nuestros abuelos, que siempre nos han acompañado en todo lo que hemos hecho.
Si quieres probar los mejores helados de México, que además solo cuesta 35 pesos la bola, búscalos de lunes a domingo en Coyoacán en plaza Frida, en Allende y Cuauhtémoc.
3 fines de semana al mes los encuentras junto al Sanborns de los azulejos en el Pasaje América y en Casa Fusión en Londres 37 colonia Juárez.
También puedes ver todas las locaciones en las que están en su Facebook https://www.facebook.com/bellanonna.gelato
0 notes
Photo
Cliente: Pall Mall Curaçao
Medio: MG primer cigarro con cápsula
Año: 2017
0 notes
Photo
Cliente: Pall Mall México
Medio: MG del primer cigarro blanco con sabor
Año: 2016
0 notes
Photo
Cliente: Lucky Strike México
Medio: celebración de los 145 años de la marca
Año: 2016
0 notes
Photo

Cliente: Funerarias J. García López
Medio: póster
Año: 2014
0 notes