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YANG YANG. Sleemon event (2024).
#visage.#he dejado el st de yunfeng abierto de nuevo ! por si desean responder#pensé que había recibido muchas respuestas y fue solo una ilusión
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Quizá si la interacción hubiera sido sólo lo que pintó en un inicio, una protesta y nada más, Yunfeng habría continuado con su recorrido dentro de la cueva. Pero como el final terminó por ser tan aparatoso y, tenía que admitir, triste, ni siquiera pudo contemplar la posibilidad real de irse. Al fin y al cabo, ¿no había tenido parte de la culpa por abordarle de aquel modo? No era tan desalmado como para reírse.
"Si de verdad pensara que lo mereces no te habría detenido en primer lugar," exhaló un suspiro cansado mientras se acercaba al borde del pozo. Seguro de que pisaba un espacio seguro, donde no corría peligro de sufrir el mismo destino de la mujer, dobló el cuerpo hacia adelante y estiró una de sus manos. "Vamos, agárrame, que lamento haberte incomodado y no quiero irme sintiéndome culpable," abrió y cerró los dedos, instándole a que se apurara pues no había tiempo que perder.
apenas sintió el agarre en su brazo lo rechazó de inmediato, quién osaba a tocarla y si hubiese sido un demonio lo hubiese incinerado en ese mismo instante. para fortuna ajena lo reconoció como uno de los magos antes que se desatara una tragedia 'tengo buenos reflejos puedes usar la voz' reclamó, como si aquello tuviese sentido ¿qué pretendía ella? estaba completamente perdida en aquel interior y no pudo soltar un simple gracias producto de todas las barreras que activó en aquel instante.
el karma pronto la saludó cuando desvió su andar hacia uno de los costados y un nuevo pozo parecía saludarla, como si el destino quisiera hundirla en su interior la arrastró al fondo del mismo. 'ah' se quejó 'déjame aquí, mejor morir que alguien me vea en este estado' dramatizó completamente resignada a su falta de buena fortuna 'puedes burlarte y decir que lo merezco' añadió desde el interior y agradeció que su profundidad fuese suficiente como para poder escapar.
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"Por supuesto," exhaló con un deje irónico en su respuesta. "Haz lo que se te de la gana," su diestra dibujó movimientos en el aire, desestimando tan ridícula conversación. Sin más, se giró para retroceder, pues su interés en echarle un vistazo en dicho pozo era tan nulo como mantener una conversación con alguien tan poco coherente como ella.
“ ¿por qué todo el mundo asume que todos menos ellos mismos son estúpidos? ” silke gruñe mientras se zafa de agarre ajeno con mala gana. no es la primera vez que la detienen de la nada misma y aunque alguien podría estar agradecido por la alerta, ella no. le exaspera. “ yo también tengo ojos, ¿sabes? joder, tal vez quiero ver de cerca ese pozo. ”
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Yunfeng le dedicó una larga y silenciosa mirada de absoluta sorpresa. ¿Había dicho cuatro metros? ¿¡Y no se había roto nada!? "De acuerdo..." Frunció el ceño de a poco. "¿Estás segura que no te golpeaste en esa caída?" Es decir, él mismo se sentía inseguro de sobrevivir porque sí. Mientras reanuda el caminar, rehaciendo los pasos que le habían llevado hasta ese punto, continúa la conversación. "Estoy sobreviviendo, y sin pozos peligrosos de por medio. Es lo único que he podido celebrar hasta ahora." Porque a los demonios sí se los había encontrado y las heridas como rasguños y moretones no eran del todo desestimables. En fin, problemas para más tarde. "¿Por qué lo preguntas? ¿Hablas también desdes experiencia?"
' ¡agh! ' se queja de inmediato, no por la acción foránea, sino por frustración consigo misma. ' joder, que me estoy tropezando todo el rato ' a ese paso, los espíritus, demonios, o vete tú a saber qué de la cueva iba a conseguir acabar con ella. ' venga, pues retrocedemos ' bufa mientras da unos pasos atrás. ' antes me caí de cuatro metros de altura, pero mírame ' ahora se gira, coloca las palmas de forma que enmarque sus propias facciones. ' divina y sin un rasguño ' eso, nada más por sus habilidades, ¡cada vez mejor! ' en fin, ¿estás sobreviviendo o ya se la tomaron contigo los demonios? '
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Sin poder evitarlo, Yunfeng se vio arrastrado a aquellos años donde le había tocado ser profesor de adolescentes de preparatoria. Nunca podía faltar los estudiantes que intentaron endulzarle los oídos para obtener ciertos favoritismos de su parte. Por supuesto, nunca lo consiguieron.
"No creo que sea tan sencillo como números pares o impares." Pero al mismo tiempo, dudaba que fuese mucho más complicado que eso. A esas alturas, y después de tanto ensayo y error, se había resignado a probar todos los caminos que se le abrieran por delante. "Pero considerando que yo venía del dos, me toca probar el uno." Sin esperar una aprobatoria por parte de su nuevo compañero, avanzó hasta la entrada de la cueva. Con un movimiento simple de sus manos, consiguió disipar la niebla con su aeroquinésis. "¿Has llegado hasta aquí tú sólo? ¿No te habías encontrado a nadie más en el camino con quien quisieras ser leal?"
¿podía confiar en un perfecto desconocido? no, pero si él iba en esa dirección, suponía que correría la misma suerte. dudaba que se pusiera en peligro sólo porque sí, aunque ahora que lo miraba. inclinó su cabeza un poco hacia la izquierda: tenía cara de idiota. ‘ ajá, soy la persona más leal que encontrarás en esta cueva ’ mintió con descaro ni siquiera se molestó en esconder el real sentido de sus palabras. caprichoso, traicionero y egoísta, vestía cada uno de sus defectos como si se tratara de una virtud.
lo siguió por el sendero, aún cuando la niebla era espesa, no le ponía tanta atención al cambio de escenario. hasta que se encontró de nuevo con los números pintados en la pared: ‘ entonces, el tres es pozo ’ golpeó con su índice su mentón y tomó su codo con su mano libre. ‘ ¿quizás los números impares son los que tienen trampas? ’ apuntó con su dedo los círculos rojos que los encerraban, aunque dudaba que hubieran más de una posibilidad de camino seguro. ‘ ¿por dónde venías tú? ’ podrían empezar a descartar. y si tenía que enterrarle un puñal para salvarse, lo haría sin dudarlo.
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Bufó con suavidad. "Creí haber visto algo... Pero cuando me acerqué lo suficiente para tocarlo, desapareció. No sé si se supone que todos los artículos que no sean el supuesto corazón harán eso." Y, hasta cierto punto, era algo que no tenía muchas ganas de comprobar. ¿Qué tal que en una oportunidad gatille alguna trampa? ¿Cómo lucía el supuesto objeto de la misión? "Por lo menos parece que tienes cabello abundante, un mechón menos o más no harían diferencia," bromea con una sonrisa pequeña, momentáneamente desenfocando su atención del camino.
* asiente comenzando a caminar primero, solo que esta vez si tiene ojos hasta en la espalda en caso de que hubiese algún foso o trampa que volviera a arreglarle el día. ‘ ¿y está bien? escuché que se caen en un pozo de agua, si me pasara a mi me iría inmediatamente ’ rasca su cien, imaginándose a más de uno saliendo de mal humor del lugar y además mojados como gatos. ‘ no, verás, creo que le tenían miedo a la laz y con lo que puedo manejar hice que la habitación se iluminara… solo me jalaron el cabello ’ señala a su cabeza, todavía debía tener mechones salvajes. ‘ ¿cómo te ha ido? ¿has visto esos artefactos malditos? si te soy honesto, no quisiera tocarlos. ’
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Yunfeng sólo supo hacerle frente a aquel potencial regaño como mejor sabía: abriendo los ojos ligeramente más de lo normal, con un mohín haciendo una protuberancia en su labio inferior. Pero muy poco fue lo que necesitó sostenerlo, pues la reprimenda nunca llegó.
"Todo saldrá bien, no te preocupes. La clave está en escuchar al resto y hacia dónde se dirigen." O hacia donde no consiguen hacerlo. Los errores de los demás también podían ser sus enseñanzas. "Además, no es como si estuviera completamente perdido... ¿Acaso no se trata de conseguir un corazón y ya?" Eso y sortear pequeños demonios y pesadillas, nada con lo que no tuviera encuentros por las noches. "Si tanto deseas descansar, podemos tomarnos una pausa. Aunque preferiría continuar un poco más. Tengo la sospecha de cómo acercarme un poco más al este, quisiera descubrir si hay algo relevante o si deberíamos explorar hacia el norte."
Cogió la botella como por automático. Se sentía natural que su hermano menor la cuide, ¿y por qué era eso? Ni con su propio esposo alguna vez lo sintió. Debería ser al revés, pensó, todavía irritada. Pero no cedió la botella.
Lo cierto es que sí necesitaba hidratarse un poco, y se deshizo de la tapa con la torpeza y un suspiro que evidenciaban bien eso que ya le había admitido hasta en voz alta: estaba irritada. Visible e invisiblemente.
"Tengo pruebas fehacientes de que lo que dijiste está mal." O sea, habían mil cosas que el agua no podía solucionar. Una discusión que agarraba solo por su humor.
Pero no podía desquitarse con su hermanito. Al menos, eso se le ocurrió cuando volvió a mirarlo segundos después.
"¿De verdad quieres seguir? Quizás deberíamos devolvernos y ya. Encontrar nuestro... no sé, punto zen o algo por el estilo, y mañana volver renovados." Algo sobre mantener la calma no para de pasarse por su mente, y es justo lo que no puede lograr. ¿Adivinen qué? La irrita más. "¿De verdad solo te metiste a la cueva sin saber con qué motivo, así nada más?"
Eso rescató de su supuesto secreto.
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"¿Te confieso un secreto?" Esboza una sonrisa pequeña, de esas que nunca pueden significar nada bueno. "La mitad del tiempo que Milo nos está dando alguna charla, me disocio por completo." Al fin y al cabo, su motivación para hacerse un lugar dentro de su nuevo clan dista bastante al de la mayoría. "Ten, toma un poco de agua, es importante que te mantengas hidratada." Allí se sacó una botella de agua de su pequeña riñonera. "No hay nada que el agua no solucione," comentó con un positivismo que sólo podría reservar por su círculo familiar. "Cuando hayas acabado, reharemos algunos metros. Tómate tu tiempo para centrarte."
Yaning estaba absolutamente fuera de su elemento.
Soltó un gritito, quizás porque la tomó por sorpresa, pero recuperó pronto la compostura, y arreglándose un poco, finalmente lo miró.
"¿Me recuerdas por qué estamos haciendo esto?" preguntó, genuinamente perdida. Está segura que en algún momento lo tuvo bien presente, pero entre tanta criatura y ese espacio reducido, sucio y oscuro... ¿Si quiera valía la pena? Tenía qué, por algo se encontraba allí dentro. Soltó un suspiro, que era, mejor descrito, un gruñido. "Comienzo a irritarme. E irritada no puedo controlar bien mis poderes."
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"Será la derecha entonces," sin razonarlo más, deshizo los pasos hasta donde el camino se había bifurcado en varios. A partir de allí, siguió la dirección conversada. "Y no me caí. Vi a alguien caerse, eso fue suficiente para decidir que no quería lo mismo." Y, honestamente, allí le dejó. No tenía tiempo ni ánimos para lidiar con nadie más. Suficiente tenía con su propia lucha para atravesar aquel laberinto. "¿Esos demonios te mordieron? Luces completo."
* despreocupado, continúa su camino, ya se había conseguido dos demonios que lo habían perseguido, se había encontrado con dos trampas que lo hicieron dejar la motivación de terminar ese día y ahora su plan era continuar derecho sin pensar en nada más. sin embargo, planes se vieron arruinados (¿o salvados?) por ese agarre. ‘ ¿te caíste? ’ le pregunta, observándolo de arriba a abajo en busca de alguna señal de una caída. ‘ uh, bueno, pero si nos vamos por allá ’ señala a su izquierda, ‘ hay demonios de los que muerden ' baja su mano, buscando mirada opuesta, ' ¿vamos por la derecha? ’
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A pesar de que su advertencia fue recibida con rechazo, la expresión de Yunfeng se mantuvo impávida. Él simplemente había hecho lo que hubiera apreciado que hicieran por él, incluso si no había ninguna gratitud de por medio. "Escuché el grito de alguien caerse. Pero si mi palabra no es suficiente, adelante, compruébalo por ti mismo," hundió las manos en sus bolsillos. Al girar la cabeza por detrás, caviló si el mapa mental que se había esforzado en trazar sobre las curvas y rectas que ha tomado era lo suficientemente claro como para ayudarle a deshacer algunos cientos de metros sin perderse. Incluso si no se sentía seguro, no le quedaba de otra que comprobarlo. "¿Qué significa eso? ¿Irás hacia donde vaya?" Entonces se giró, retomando el camino que consideraba seguro. "Qué incondicional," se mofó.
levantó una de sus cejas al sentir el agarré sobre su brazo y lo miró: ¿por qué lo tocaba? repulsivo. ‘ ¿eh? ’ volvió su rostro a una inexpresión prácticamente pétrea. ‘ si vas a tocarme, invítame un trago primero ’ serpenteó, y le quitó su brazo. no pudo evitar pasar su mano sobre la prenda, en un intento de quitarse los vestigios de su tacto. ‘ ¿cómo sabes que hay un pozo? ’ lo miró de arriba a abajo, no lo veía mojado, al menos a simple vista. ‘ el acertijo de atrás decía que era por aquí ’ o quizás lo resolvió mal, lo que era altamente probable, ¿lo diría en voz alta? pff, por supuesto que no. ‘ pero va — no me caeré solo ’ movió su mentón para indicarle que él caminara primero, al menos tendría un escudo personal de regreso.
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Asumirlo como uno de los demonios era la respuesta más atrevida que había escuchado en toda la mañana. "Todavía podría serlo, quizá sólo intento confundirte," exhala lo que parece el deje de una risita a través de un resoplido suave. Es decir, no creía que se hayan topado todavía. "No, ese no. Advertí que podría haber un poso detrás de este camino porque escuché el grito de alguien." Desvió su mirada hacia la tercera de las opciones. Sin pensarlo mucho, se encaminó hacia él. "¿Tienes alguna habilidad que nos sea de utilidad si encontramos algo divertido aquí dentro?"
primeros días en aquella cueva habían resultado esenciales para ejercitar la frustración y la paciencia, abismos que creyó dejar atrás hace años, pero en los que tan fácil se le hacía caer con tantas criaturas parlanchinas y gente perdiendo la cabeza alrededor. llegando al sitio con un enfoque diferente esa mañana, es el jadeo asustado que emerge ante tacto desconocido el primer ruido que hace en el día. creyó que manteniendo el silencio podría concentrarse más, pero luego de un segundo decide dejar idea atrás. ' creí que eras uno de esos demonios por un segundo — gracias. ¿ya probaste aquel camino? ' señala el tercer túnel de entre varias salidas.
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SEGUNDA FASE. No notó el movimiento de una tercera persona, a su costado, sino hasta que lo sintió casi demasiado tarde. Entonces se adelantó estirando una de sus manos, un movimiento por inercia que sujetó al desconocide del antebrazo. "No tan rápido." Sus dedos deshacen el agarre. "Hay un pozo más adelante. Hay que retroceder y buscar otro camino."
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Yunfeng frunce el ceño. Era demasiado orgulloso y terco como para sentirse cómodo con la idea de mostrarse inútil y mediocre frente a un desconocido, incluso si hay una vocecilla en el interior de su cabeza que le recuerda que no le debe importar.
"Aeroquinésis," termina por confesar después de pasados una cantidad innecesaria de segundos, justo cuando parecía que no volvería a hablar. Con los dedos peina las hebras húmedas de su frente hacia atrás. "¿Y tú? ¿Has venido a romper las reglas también?"
es como si llegada fuese en el momento justo, lista en primera fila para poder presenciar aquel espectáculo. se pregunta si de haber sido un poco más grande aquella burbuja de agua también hubiera podido salpicarle. ' pero lo vi. ' ¿por qué hacerse de oidos sordos? su mirada entonces se posa en los vestigios de agua ahora en las prendas ajenas. sus pasos no se frenan ahí, siguen hasta el borde de la fuente donde decide descansar, estirando sus piernas con los brazos estirados a sus costados. ' ¿hidroquinesis, aeroquinésis? ' mera curiosidad.
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Yunfeng frunció el ceño, contrariado ante la comparación. Por un lado, no le extrañaba, había vivido toda la vida con reproches similares. ¡Pero sus gustos eran sus gustos! No le gustaba mascar monte.
"¿Y la abuela Kim eres tú?" Llevó la espalda hacia atrás, contra el respaldar del asiento, mientras le daba espacio para tomar una porción de lo que había separado. "Gracias por tu ¿preocupación?, pero he sobrevivido más de treinta años sin vegetales, creo que puedo seguir haciéndolo por otros treinta más." Él, en cambio, usó la salsa de la carne para mezclarla con más arroz. Tras tomarlo con el tenedor, dirigió el bocado a su boca. "Además, sería incapaz de privarte de tanta dicha. Se nota que lo estás disfrutando mucho más de lo que yo podría."
durante parte de la velada, estuvo observando de soslayo la selectiva preferencia de su compañero de puesto. en su lugar, ella se encargó de cortar vegetales y meterlos en su boca, uno tras otro, junto a ese pedazo de carne. ‘ tenía un primo que hacia lo mismo que tú ’ asintió, dejó sus cubiertos apoyados a los lados de su plato, y estiró su brazo para tomar su vaso con agua. ‘ terminó enfermo por no comerse sus vegetales ’ se inventó, casi podía escuchar el discurso de su abuela cada que se negaba a continuar con su brocoli.
‘ al menos come uno, por la abuela kim, no seas desconsiderado ’ lo molestó y estiró su tenedor hacia su plato, de donde sacó un pedazo de zanahoria y le dio una mascada. ‘ si lo sumerges en el jugo de la carne, sabe mejor, te lo prometo ’ aunque era una cosa de gustos, ¿no? aún así, como quien le enseñaba a alguien más, pasó la comida por la poza de carne y la comió.
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Eventualmente, sus manos caen a los costados, desprovisto por completo de la fuerza para interrumpir aquel trabajo. En el fondo, es capaz de admitir el efecto positivo que dejan aquellas notas de esencia incluso si nunca se había considerado fanático de los aromas intensos. O quizá es que nunca ha sabido cómo emplearlos de manera útil. Regular la respiración, piensa, es algo que, por cuenta propia, le habría costado. Pero el estado al que se le estaba induciendo le facilita el proceso. Entonces, pasados algunos segundos, Yunfeng puedo inhalar profundo, más tarde exhalar también. El efecto de las corrientes de viento agitando la vegetación cercana va cediendo paulatinamente hasta que se vuelve una fresca brisa nada más. Como llegó la migraña, también se fue.
"No te gruñí," rezongó entre dientes y sin abrir los ojos todavía. No a consciencia, al menos. "Estás pidiendo demasiado considerando que nadie te pidió ayuda," aunque la protesta esta vez es mucho más suave, su diestra vuelve a tomarle de una de las muñecas. El agarre, aunque firme, sólo es una advertencia para guiarle fuera de sus sienes, un silente ya estoy bien. Porque era demasiado orgulloso para agradecer de maneras más simples, cedió a la pregunta: "Xu Yunfeng, de todos modos. Ex-veselý."
Pestañea lento, adaptando de nuevo su vista a la claridad del día. Mira su alrededor, mira sus manos, ¡qué frustrante! Cada que se extralimitaba con la aeroquinésis pasaba aquello.
"¿De dónde obtuviste ese ungüento? Si tienes más, puedo comprártelo." Porque tenía la impresión que lo necesitaría y, ¿quién sabe? Quizá su hermana también.
no creía terminar de conectar los hilos, o porqué corría por sus venas aquel tedioso instinto. sus protestas casualmente caerían por oídos sordos, adoptando indescifrable curvatura de carmines sellados. ¿acabó de gruñir? — excelente, el dolor lo volvió loco. le recordó un poco a su carácter de adolescencia. ‘ oat a secas, sólo relájate. ’ y gracias al flojo agarre sobre sus muñecas, pudo esparcir esencia por sienes e iniciar masajes, concentrado en el movimiento circular de sus yemas. no provocó ninguna reacción mención de antiguo clan, modulando volumen de voz. ‘ ¿es tan obvio? ’ vociferó con sutil chasquido, omitiendo cualquier comentario al respecto. se desvinculó de los jintranka por completo, aunque viejas costumbres tardarán en morir. ‘ es menta con lavanda. cuando la medicina tradicional no funciona, la naturaleza nos salva. ’ como paramédico conviviendo con humanos aprendió unas cuantas cosillas que incluso funcionaba con los brujos, manteniendo su vista en el contrario. ‘ regula tu respiración, inhala y exhala— te ayudará a ser menos consciente de tu entorno y los sonidos molestos. ’ susurró, casi monótono. ‘ ¿cómo se llama? no olvidaré que me gruñó. ’ sí, un ardido de lo peor y qué. ‘ mientras más frunces el ceño, peor será. ’
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"Eso es porque son dieciséis años. Dieciséis años que no pasan en vano. Desde que llegamos, dos o tres personas ya me han preguntado por qué volver, si prácticamente debía ser un auténtico humano." Comentó con una sonrisa que sólo aflora en ese momento, con su hermana, un humor bastante diferente al que había mostrado cuando fueron formuladas las preguntas originalmente. A Yunfeng no le hacía gracia que los demás se metieran en sus asuntos; volver o no, es una decisión que no discutiría con nadie. "He encontrado algunos ungüentos que calman las migrañas. Es lo único que lo hace llevadero, por si quieres probarlos."
Para cuando Yaning se remueve en su lugar y hace la demostración, el hombre deja su atención absoluta en ella. Aunque sean pasos pequeños, en su fuero interno celebra el ser testigo de nuevos motivos para verla brillar.
"Todavía eres una genia mágica, sólo que estabas dormida y te estás despertando. Tiempo al tiempo." Se pregunta entonces si una metáfora adecuada sería aquellas personas que pasan años en coma antes de despertar. Pero pensarlo le hace sentir que su vida como humano sólo ha sido un entretanto que no ha servido para nada y... no le agrada. Al fin y al cabo, los demás tenían razón. Era humano. "Me alegra estar contigo." Porque no le puede mentir es que opta por una respuesta más cómoda, la única verdad que es capaz de ofrecer. "Me pregunto más habrán quienes estén felices de vernos volver." Lleva la cabeza hacia atrás, contra la pared, ambos ojos cerrados. Estaban arriesgando demasiado, ¿no?
Qué gracioso que justo estaba pensando con qué podría sobornarlo para que sí le hiciera la demostración de sus poderes. Se rió, mirando a su hermano con calidez. Le gustaba tenerlo con ella, aunque hubiera deseado que fuera en diferentes condiciones. Durante esa reflexión, bebió un poco más de su té.
"El primer día pensé que me iba a morir," admitió, queriendo decir: pensé lo mismo, estamos en sintonía. ¿Sí lo estaban, no? "Todavía siento que me estoy recuperando de una muy mala resaca, aunque no puedo echarle toda la culpa a esto de la magia. Seguro que la menopausia tiene que ver, también." La culpable de todos sus males, decía ella. Con una mueca le restó importancia. "¿Tus síntomas han estado muy mal? ¿Has tomado algo? Bueno, no sé si los medicamentos normales funcionen para estas cosas."
Fijó la mirada, entonces, en su hermano, meditanto entre si hacer la demostración o no. Se acomodó para encararlo a él, despegando su espalda de la pared, e inhaló. Su diestra procedió a desaparecer en el material de la pared, y no se detuvo hasta que llegó al codo. Pero dudó, y antes de decir nada, lo recogió, mirando su propia mano como si hubiera estado a punto de ser cortada.
"¿Sabes? Voy a sonar como una total anciana, pero —quizás te acuerdes— en mis días yo era una genia mágica." Estiraba los dedos, estudiándolos, con la nostalgia de alguien que no se reconoce como antaño, necesariamente. Lo de genia mágica, sin embargo, debía reconocerlo como una exageración. "Me pregunto si esa seguridad alguna vez volverá," cuestionó al aire, apoyando el costado ahora sobre esa pared que atravesó. "¿Te alegra volver a este mundo, hermanito?"
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YANG YANG for Harper’s Bazaar China, August 2023
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