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Arte florar de películas de estudio Ghibli

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{La mañana del 5 de Octubre}

La mañana del 5 de octubre ella me dejó. Muchas personas pensaban que se había tomado un tiempo o que simplemente regresaría en unas horas, pero yo sabía perfectamente que me había dejado, se llevó lo indispensable para ella y solo eso: una cadena de oro que le dio su abuela y esa horrible muñeca la cual nunca supe su historia. La verdad nunca supe muchas cosas acerca de ella, ni siquiera sé porque me dejó. Durante años he pasado largas noches donde la oscuridad es mi compañía y la luna mi único consuelo preguntándome ¿Qué hice mal? La traté como cualquier mujer exige ser tratada, nunca le faltó nada ni si quiera libertad, ella era libre de alejarse cuando quisiera y regresar un par de semanas después, no le pedía explicaciones porque sabía que no me las iba a dar y no me importaba donde estuviera mientras regresara, eso, para mí, significaba que era mía. Mi más grande error. Nunca fue de nadie y a ella le gustaba ser así, de alguna manera era como un juego de atrapadas interminable, cuando sentía que ya la tenía, que era solo para mí, que me amaba tanto como yo a ella… se volvía a ir. Ella era un gato. Lo que no entiendo y no puede entrar en la cabeza es que fue lo que pasó para que ese 5 de Octubre se despertara en la mañana antes que yo, tomara las dos únicas cosas que le importaban en el mundo y se fuera para siempre. ¿Dije algo esa noche? ¿Tenía meses planeándolo? ¿Simplemente despertó esa mañana y descubrió que ya no me amaba? ¿Alguna vez me amó? Si de algo estoy seguro es que fue mi culpa, no sé qué hice, pero sé que fui yo porque ella era simplemente perfecta. Sabía cómo hablar, hablaba con la delicadeza de un ángel, como si pensara cada una de las palabras que decía específicamente para hacerte sentir bien contigo mismo, no importaba que dijera hacía que te enamoraras de ella con cada palabra. Era magnifica, simplemente preciosa, y fue mía.   ¿Cómo logré eso? ¿Cómo es que yo, un simple mortal, logró que una diosa como ella, más hermosa que Afrodita y más inteligente que Thot se fijara en mí? ¿No fui suficiente para ella? No, no lo fui, si lo hubiera sido nunca se hubiera ido. Una amiga alguna vez me preguntó si me arrepentía de haberla amado, y la verdad es que no. Ella me enseñó cosas que desconocía de mí y del mundo, abrió puertas que yo cerré con tres candados y esperaba olvidar, se adentró en mi mente y mi corazón sin permiso de nadie e hizo y deshizo lo que le dio la gana, porque yo la dejé hacerlo, porque yo quería que lo hiciera. La amé con locura, como un hombre solo puede amar una vez, porque el corazón solo le puede pertenecer a un individuo. Jamás podría arrepentirme de eso, es más, tengo que agradecerle permitirme amarla, porque es un privilegio que solo a mí me permitió. Después me pregunto si preferiría verla muerta y saber con certeza el lugar donde estaba a tenerla viva quien sabe dónde, con quien sabe quién. Solo tuve una respuesta para eso… Yo nunca he tenido nada.