Hello, I am a girl who is not at all what the world sees, whatever, just call me Ashy
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
Fragmento: El nacimiento
Yo sé que estas aquí, caminando trás de mi como una sombra que me recuerda lo que es estar viva. También sé que un día estarás solo de a ratos, largos, cortos, pero al final solo ratos siendo una extensión de mi. Eres el precio de los buenos momentos y quisiera creer que la cuota que cobras ahora es alta porque estoy llena de muchos.
Lo cierto es que nunca sanarás por completo ni abrirás tus alas, menos sin hablar de como te fui creando. Ahora sé claramente a partir de cuando me comenzaste a acompañar y no me había permitido hablarlo, y así de la misma manera como te cree he dicidido sanarte, desde lo hondo donde te alojaste.
Yo creí que aquello que no pude cosechar era una señal de la espera de algo aún mejor, que me faltaba preparación, lo cierto es que nunca tuve la oportunidad de comprobarlo y en cambio del nacimiento de una luz, naciste tú y me llenaste de rencor, de medio, de lo que tú eres, dolor.
El comunicarlo era apagar la felicidad del ser que amaba y aún amo, pero callando solo te alimente lo suficiente como para apagar la mía y apartarme de él. Empezaste a estar en cualquier momento del día, en mis recuerdos, en mis sueños, en comentarios, desde el día de mi cumpleaños.
No asimilaba lo que sentí al arrastrarme ese día pero esa no fue la peor parte, mi mente bloqueo lo que sintió y observó por 6 meses, pero no bloqueo el mayor estragó que me dejó, dolor.
Y hoy que estás presente, te reconozco y te agradezco la fortaleza que también nacerá apartir de ti.
3 notes
·
View notes
Text
¡Tierra sagrada!
Ahí, donde el silencio callaba y nuestras miradas conversaban, donde la soledad no alcanzaba y el miedo a través de la ventana se escapaba, justo ahí donde nada más importaba era tierra sagrada.
Ahí, donde la noche nos abrazaba y la luna nos iluminaba, donde no existía el mañana y las promesas no eran necesarias, justo ahí donde nada más importaba era tierra sagrada.
Ahí, donde la vestimenta sobraba y la pasión nos embriagaba, donde nuestros corazones se apapachaban y nuestras almas se compaginaban, justo ahí donde nada más importaba era tierra sagrada.
Ahí, donde el infierno abrasaba nuestras ganas y subíamos al cielo sin alas, donde nuestros demonios ganaban y nuestros ángeles pecaban, justo ahí donde nada más importaba era tierra sagrada.
Ahí, donde el pasado ya no lastimaba y las heridas del recuerdo no sangraban, donde tus besos me sanaban y tus versos me alimentaban, justo ahí donde nada más importaba era tierra sagrada.
Roberth Kingsman
Para Blog (siir-poesia)

320 notes
·
View notes
Text
“Love is a unique occasion to mature, to acquire form, to make us grow emotionally, to leave us more willing and ready to be loved.”
— siir-poesia ©
228 notes
·
View notes
Photo




Love is proved not by flowers and gifts, but by warmth, tenderness and respect.
5K notes
·
View notes
Text
El amor y el orgullo
Hace unos años me rompí el corazón, y digo me rompí porque tengo que aceptar mis culpas y delitos en esto. Y creo que muy a propósito del día del amor y la amistad, que se ve más bien como del amor, pero ese de novios/pareja y anexas, no de vínculos de amistad como ahora también quieren hacernos creer.
Tampoco pretendo venir a darles una especie de lección sobre cómo y no amar, amarse, amar al ser amado o dejar de amar. No, francamente he pasado un año aprendiendo sobre mis errores a la hora de conectar amorosamente o de generar mis vínculos amorosos correctamente y siempre y con el solo objetivo de, AMAR Y SER AMADO, así con mayúsculas.
Francamente pensé que, a esta edad, estaría con un esposo y algunos hijos, pero uno aprende a creer en ciertas cosas o tener ciertas ideas preconcebidas acerca de su propio futuro, incluso sobre el de los demás también. La matrix, le llaman, esa matriz que nos hace aprender, entender, no al cien, pero si a nuestra conveniencia, y después creer que una idea es cierta solo porque así la practican los demás. Así lo es, uno se apega a algo que vio-medio entendió-aprendió-repitió y pues ahora cree ciegamente en que es una verdad absoluta.
Entonces llega un día y te encuentras en uno de los puntos más vulnerables de tu vida, y ¡zaz! Te rompen y te rompes, porque como bien dije al inicio, también uno tiene que aceptar culpas, el amor es de dos, siempre, o de más para aquellos que ahora se declaran poliamorosos.
A mí me gustaba tener el control, hacerme de mis relaciones para mí, y claro que todos esperamos tener el control sobre algo, decidir qué si va y qué no, como si se tratara de ir a comer a un restaurante, o comprarse unos zapatos, ¿no?
Cuando nos reconocemos en otro, es decir, cuando nos damos cuenta que otro nos ve, o nos presta atención, más de la debida, entonces empezamos a crear ese vínculo, porque nos vemos reflejados en los ojos literalmente de otra persona. Y cuando nos notamos en la mirada del otro, empezamos a buscar en qué nos parecemos, porque para poder estar juntos debemos tener cosas en común. Pero la puerca tuerce el rabo en el mismísimo momento en que nos damos cuenta que el otro, piensa distinto, que son independientes de uno.
¿Cómo así? Dirían mis amigos los colombianos, qué es eso de que estamos juntos, pero somos diferentes, ¿acaso no vas a terminar todas mis frases? Se dice que, para que el otro exista, necesito aceptar que es independiente a mí.
¡Mierda! O sea que, si eres diferente, si piensas diferente, haces cosas diferentes, ¿no estamos destinados a estar juntos? Es que, qué tal que, si te sientes y piensas diferente, te da por quererme menos o me dejas de amar.
Respuesta incorrecta, amar implica libertad, por muy utópico que se lea, suene, o parezca, y amar, tampoco es obligar. ¡Mierda y más mierda! Cuántas veces me sentí obligada a ser de cierta forma con mi galán en turno, porque creí que se lo merecía después de todo lo que habíamos pasado. Mi mamá me lo dijo muy claramente a mis dieciséis, cuando uno de mis galancitos de secundaria, lloraba por los rincones pidiéndome una oportunidad:
Y que, ¿por lástima vas a ser su novia? Escúchame bien, por lástima, a nadie.
El Concejo había hablado, y lo entendí perfecto, no me pueden obligar a sentir algo que no me nace, que no está ahí, ni se ha alimentado de emociones positivas. Tenemos que asumir que el otro es diferente, sí, que cuando el otro es libre, se puede ir, también, pero entonces tenemos que cuidar de nuestro vínculo para que eso no suceda. Y lean bien, dije cuidar, atentos no obligar o convencer.
Me encontré también con que, a veces, uno quiere tener más que nada, diría doña Lucha, la razón, y no ser feliz. Como cuando tu mamá te obligaba a comerte todas las verduras,o hacer algo que no entendías porqué deberías de, siempre que preguntabas que, ¿por qué? Pues fácil porque soy tu madre y yo tengo la razón en todo lo que respecta a ti. ¡Zaz! Traten de recordar la pelea más memorable con su galán o pareja en turno, discutían por tener la razón, o porque realmente estaban tratando de salvar el vínculo, de apagar el fuego, pues.
Ahora, les dije que cuando me rompí el corazón fue porque me tomaron en el momento más vulnerable, ¿cierto? Y qué pasaría si les contara, que es cuando más debemos enamorarnos y entregarnos al otro. Que tenemos que ser vulnerables y estar vulnerables para sentir el maldito zoológico en la panza. Porque ahí, cuando dejo que el otro me vea con todas mis heridas, abiertas o cicatrizando, es cuando de verdad creamos el vínculo, porque no estamos pensando en el famoso, qué dirán de mí sí me muestro así. Pero nos prohibimos muchas cosas, porque el otro, nuestro amor del alma, no debe, no puede vernos así. Sí, el amor se piensa, pero también se siente. ¿Me permito mostrarme como soy? O me pongo una máscara, que por momentos me quito, y entonces sin ella, ahí, a ratos, le dejo ver a mi amor, qué es lo que tiene que amar o para amar.
Las emociones que nos provoca el otro, son como pequeñas migajas que dejamos para reconocernos y conocernos, son mensajeros que nos tratan de decir por dónde va la cosa. Así como el caminito que se dejan Hansel y Gretel cuando van a la casa de la bruja, saben hacia dónde se dirigen, pero no permiten perderse.
Vamos entendiendo cómo me rompí el corazón, ¿no? Bueno, pues hay otro elemento que aparentemente siempre está vinculado con nosotros, nuestro personaje central, se llama: el orgullo.
Amigo engañoso a veces, porque nos provoca satisfacción, nos da placer, un sentimiento meritorio, gané el premio porque me lo merezco, el aumento, lo merezco, el amor, ¿lo merezco?
Por qué pregunto si nos merecemos el amor, la neta, la neta…
Fácil, porque pensamos, sentimos que lo merecemos porque hemos sacrificado tanto, hecho tanto, sufrido tanto, que automáticamente decimos: dámelo, es mío, lo merezco después de todo lo que he pasado.
Toda mi vida adulta, me han dicho que no tengo novio porque no doy mi brazo a torcer, porque mis estándares están tan altos, la lista de requisitos es interminable, y bla bla bla. Y puede que un tiempo si pensara que tal vez tenía una especie de maldición, o que de fábrica estaba defectuosa. No, la verdad es que no tengo nada malo, solo que me la pasé amando desde el orgullo, queriendo merecer amor por los actos y hechos que tenía con algunos de mis pseudo galanes.
Me creía merecedora de su compañía, de sus pocos besos, de su nula atención, ¡cómo coño no me ves, si otros lo hacen a la primera provocación!
Ven, yo quería el amor a las patadas, no porque verdaderamente quisiera que me amarán, o que sintieran algo profundo por mí. Quería que me vieran, y si me veían, entonces podrían llegar a merecer mi amor/atención.
¡Terrible! O ¿no? Amar con orgullo, es no reconocer que el otro es distinto y piensa distinto, es dar pedacitos de amor creyendo que regalamos pasteles completos. No estamos reconociendo al otro, el vínculo, queremos acercarnos, pero lo hacemos tratándolo como transacción entre particulares, dirían mis amigos los abogados.
Amar no es para cobardes, y yo era toda una gallina, sin huevos de oro, siempre temiendo lo peor, el engaño, el dar todo a cambio de nada, y pueden adivinar el resultado de todas esas relaciones, fallidas, claro.
Por eso les digo que me rompí el corazón, porque por primera vez logré que alguien me viera en mis peores puntos, en los más vulnerables, que mirara de cerca las heridas, que las tocara y me curara poco a poco, diciendo que, con él, jamás iba a volver a estar triste, que todo iba a ser una sonrisa siempre. Y si lo fue, durante un tiempo, porque yo no tenía el control sobre nada, me dejé ser por primera vez desde hacía tiempo.
¿Dónde estuvo el error? Que realmente no conectamos en todas las dimensiones.
Podemos conectar con la gente en tres dimensiones:
Biológica, llámese sexo, muy básico y heredado desde la época de las cavernas, perpetuar la raza, el linaje.
Psicológica, cuando logramos entender y tener ese vínculo de enamoramiento, y
Existencial, reconocernos a nivel espiritual como dos enamorados, aunque esto último suene muy Luis Miguel.
Entonces, toda la vida en nuestras relaciones, a veces conectamos con una o dos dimensiones cuando mucho, ejemplo, tuve una relación en la que, malo en la cama, pero buen amigo, no conectamos biológico, pero si psicológico y existencial. Y viceversa, puede ser no psique y espiritual, pero si on da sex. ¿Me explico?
La verdadera conexión nace cuando podemos movernos en la misma dimensión, conectar con las tres y lograr ese verdadero vínculo. Pero es trabajo de dos, y a veces eso se vuelve realmente el de uno solo, y amando el otro desde el orgullo. Desde la meritocracia por quién dio el primer paso, hablo primero, o se decidió a jugársela como se dice localmente.
Bueno, pero tampoco es que el orgullo sea siempre el malo del cuento, porque guardadas las proporciones, debemos tener un poquito de eso en todas nuestras relaciones, reconociendo siempre al otro como independiente, como otro ser que no va a depender de nosotros, reconociéndolo como alguien que nos ve y que juntos nos reconocemos como dos personas que tienen muchas diferencias y que está bien tenerlas, pero que podemos hacer cosas juntos porque así lo queremos, deseamos, y así nos amamos. Jugártela hasta donde el otro esté presente.
Una de las cosas que aprendí cuando me rompí el corazón, fue que está bien que te suceda de vez en cuando, que no es tan malo, que crea cicatrices, pero que eventualmente sanarán, que uno sale siendo mejor persona porque entiende lo que ya no quiere repetir, y que sabe finalmente que todo pasa y que nada pesa.
Y tú, ¿amas desde el corazón, o desde el orgullo?
65 notes
·
View notes
Text
I never tried to trick you babe, I just tried to work it out but I was swallowed up by doubt.
1 note
·
View note
Photo
犬夜叉 pt. 2
“Fool! You may hate me…But I…I haven’t stopped thinking of you for a single day.”
6K notes
·
View notes