Me acordé un momento. Vos durmiendo al lado mío, una luz tenue por la habitación,mejor dicho el sucucho, ese lugar del que nos apropiamos para inventarnos. sigo... desnudos después de hacernos y deshacernos, después de mil formas, mil gemidos, mil besos, mi lengua y tu lengua por nuestros cuerpos, después de ser uno entre los dos. Me acuerdo eso, el después. Cuando ya nos quedaba un hilo de suspiro y vos cerrabas tus ojos y dormitabas, yo no. Yo no cerraba los ojos, aprovechaba esa luz mínima de la linterna del celular, me acomodaba a tu costado, sostenía mi cabeza con mi mano y te miraba. No podía dejar de mirarte, eras hipnótico, descreia de ese momento. Muchas veces me repetía a mi misma que disfrute esos momentos efímeros y te disfrute, y de verdad que lo hice. Hoy después de un tiempo, recordé mi mano recorriendo tu cara, pasando suavemente por tus cejas, tu nariz, hasta llegar a tus labios. Fue inevitable que no se me caiga una lágrima. Me dió bronca saber que todo el tiempo juntos me preparé para este, para el momento en que tengas que ser un recuerdo. Me dió bronca saber que todo lo que dije que iba a pasar, pasó. Hoy con estas manos que alguna vez te tocaron, acaricio los ojos que te miraron.
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Yo creo que uno de los pensamientos más autodestructivos que uno puede tener es "¿Por qué con otros si y conmigo no?"
Me odio mucho cuando llego a eso.
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