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No elijas a la persona más bonita del mundo, elige a la persona que haga más bonito tu mundo.
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Hola, quiero dar la oportunidad a dar a conocer lo que viví y lo que estoy viviendo. Todo empezó aproximadamente un mes desde que nací, fue ahí cuando los doctores les noticiaron a mis padres que mis riñones no estaban funcionando como debían y me tenían que comenzar hacer diálisis. Esto a mis papás les preocupo ya que al ser muy pequeña, eran muy pocas las posibilidades de que pueda tener una vida normal ya que iba a tener que (prácticamente) vivir en el hospital. A todo esto, se le sumo la infección urinaria, por lo que mis padres tenían que estar muy pendientes. Pasaron pocos meses y mis padres me tenían de acá para allá con los médicos, a pesar de tener mucho miedo de lo que me podía pasar ellos contaban con Fé. Cansados de todo lo que decían los médicos, pidieron a el pastor de su iglesia que tuvieran en oración mi caso. Ese pastor, con varias personas cumplieron su palabra y un día antes de llevarme al medico para nuevos resultados, mis padres pasaron al altar a pedir que me impusieran manos y oraran por mi vida. Al terminas esos estudios y pasaron los días mis padres reciben los resultados con alegría ya que ese milagro que anhelaban que se cumpliera, se cumplió. Fui sanada por producto de la Fe de mis padres, se fueron los problemas en mis riñones y todas las consecuencias que eso causaba. Al pasar los años mi padres contaban esa anécdota diciéndome que mi vida era un milagro, que era un producto del poder de Dios. En la primaria solo tenia tres amigas, una de estas a lo largo del tiempo se convirtió en mi mejor amiga, ella vivía a cinco cuadras de casa y eso hizo que nos viéramos muy seguido. Llegaron las vacaciones (año 2007) y la madre de mi mejor amiga me invita a un lugar donde se iban a juntar sus familiares. Mis padres al tener confianza aceparon y me dejaron ir. Y al llegar el día me pasar a buscar temprano. Al llegar al lugar había muchas gente, era un lugar grande para jugar y correr. Se acercaba el horario del almuerzo un hombre grande, el tio de mi amiga, comienza a llamarnos a todos los niños que estábamos para ir sentándonos mesa. A los niños nos sentaron juntos, este tio de mi amiga que nos había llamado nos servir la comida, habían hecho asado por lo tanto los niños teníamos que elegir que pedazo de carne queríamos. Este hombre mayor, al llegar mi turno me sonríe y me dice “lo mejor para ella”, y yo al ser tímida solo sonreí y comencé a comer. Terminando ya de comer por un lado los adultos se juntaron de a grupos, habían un grupo de hombres mayores por un lado, otro de jóvenes, etc. En el grupo de hombres se encontraba es tio de mi amiga. Por el otro los chicos al terminar de comer nos fuimos de nuevo a jugar. En uno de esos juegos escucho una voz que me llama, era ese tio sentado con los demás hombres. Este hombre me llama y me hace señas para que me sentara a su lado, lo obedecí y comenzó a decirme muchas cosas, me decía cosas como “estas re linda”, también “sos la nena mas hermosa de este lugar”. Me sentía completamente incomoda con todo lo que me decía y me quise ir, este hombre me agarro y me dijo “veni, acompáñame al quiosco.”. Con tan solo 9 años, caí en la trampa de este pervertido. Lo acompañe y me compró un helado y un montón de golosinas. Al volver del quiosco el hombre me volvió a sentar a su lado, donde estaban los demás hombres. Todos hablaban de algo, estaban muy distraídos para ver lo que pasaba (o eso pienso yo). Estaba al lado de este hombre cuando se me cae una gota de helado en la pierna, al quererme limpiar este hombre pasa su dedo por mi pierna y me dice al oído “deja que chupo, te chupo toda”. Me quedé dura. No sabía que hacer. Este hombre comenzó a subir su mano hacia mis genitales y por encima de la ropa hacia movimientos. No se como, ni tampoco se porque el hombre me deja y volví con mi amiga. Estaba aterrada, no entendía nada de lo que había pasado. Decidí por quedarme callada, por miedo a que no me creyeran. Al pasar unos minutos este hombre vuelve a llamarme. Y yo con tan solo nueve años, sin entender que estaba pasando volví a ese hombre. Continuo dicendome esas cosas, también seguía tocándome. Pasaron muy pocos minutos y la madre de mi amiga me llama para ya volver a casa. Al llegar a casa, decido por contarles a mis padres. Comenzó un remolino de cosas. Iniciaron juicios, me mandaron a psicólogos, etc. Tiempo después notificaron que no van a seguir con el juicio porque ni había suficiente pruebas. La psicóloga que me atendía les dijo a mis padres que no era necesario seguir tratándome ya que aparentemente no reflejaba algún trauma o algo por el estilo, pero que se mantuviera en contacto ya que puede ser que al comenzar con la adolescencia se despierte algo raro. Al cumplir los trece años en el año 2010, empezando ya la secundaria con un grupo de amigas comenzó haber pensamientos un tanto depresivos. Este pensamiento a lo lardo de dos años se intensifica al punto que a los 15 años, empiezo a cortarme y a provocarme vómitos. Y con todo ese odio cargado dentro mio, me encontré absolutamente enojada con Dios por haber permitido que me abusaran, por haber permitido dejar que me sintiera así, por nunca haberme ayudad. Mis amigas se alertaron por esto ya que salió a luz que no solo yo lo hacia sino también otra chica del grupo. Siguieron pasando los meses, y todo para mi iba peor. Cada vez me sentía mas un objeto para todos, a tal punto que las personas que me amaban siempre las alejaba porque creía que nadie podía amar esto en lo que me había convertido. Sentía que había decepcionado a mi grupo de amigas, y me ponía a pensar en lo que diría mi familia al enterarse entonces comencé a empeorar. Los pensamientos de rechazo aumentaban. No le contaba a nadie sobre mi situación. Y había comenzado a fumar mucho de golpe. Pasaron los años y en el 2016, intento dar un cambio en mi vida. Me había cansado de vivir en todo este pozo sentimental que no me permitía estar bien. Mis amigas, las mismas con las que empece el secundario, me invitaron a salir a los boliches. Al principio mis padres no me dejaban ya que ellos eran personas creyentes y no querían que su hija se viera involucrada con las cosas que conllevan salir a bailar. Con mi manipulación e insistencia logré que a los 17 me dejaran y comencé a salir y a tomar. A mis amigas se dieron cuenta de todo lo que me pasaba y no les agradaba, yo no era esa clase de chica que se comportara así. Se dieron cuenta que me estaba queriendo expresar de una forma incorrecta e intentaron correrse de un lado, ellas no permitían que fumara delante suyo, y a esto le sumaron a ya no querer ni sentarse conmigo. Esto me llevo a conocer gente nueva y que me acompañara en todo eso. Pero no había cosa que me hiciera sentir bien conmigo misma. Un día para sentirme mejor arme una juntada con unos amigos para que mis hermanos y mi amigos la podamos pasar bien. Sali junto con mi hermano a comprar bebidas alcohólicas y mi mejor amigo me avisa que iba y que llevaba flores de marihuana. Esa noche fue la peor de mi vida. Presencie todo lo que había generado. Vi a mi hermana completamente borracha y a mi hermano drogado junto con mi mejor amigo. Me sentí tan culpable de haber guiado a mis hermanos a que hicieran ese tipo de cosa me hizo sentir un pésimo ejemplo de persona. Me fui a mi habitación a meditar en sobre mi vida, nuevamente acompañada con la soledad comencé a ver todo lo que había hecho. No solo conmigo sino con la gente de mi alrededor, la gente que se había interesado por mi. Me dormí consumida por la culpa. Al pasar unas horas me despierto durante la noche porque sentía que alguien me estaba tocando. Era mi mejor amigo. Abusando de mi mientras dormía.
Nuevamente me encontraba con esa vergüenza, con ese miedo se abrir la boca, me sentí como esa niña de nueve años que no sabia que hacer. Nuevamente me quede callada y solo me fui del cuarto. Al pasar un mes de lo sucedido con mi mejor amigo, le cuento a mis padres lo ocurrido. Ellos fueron a hablar con su pastor de iglesia ya que mi mejor amigo iba a esa misma iglesia. Pero yo no tenia a nadie con quien desahogarme. Mi hermana, tres años menor que yo, al verme mal intenta invitarme a la iglesia, me convence de que ahí hay gente con un corazón hermoso, y al acercarme a ese grupo me enamore del amor que reinaba en ese lugar. Veía como todos habían pasado por muchas cosas y se ayudan. No buscaban distraerse de los problemas como yo había aprendido hacer, sino que se ayudaban a enfrentarlos. Comencé a ir a la iglesia y comience a maximizar esa Fe que alguna vez tuve. Dios me ayudó a cambiar mi forma de pensar y mi forma de actuar. Hoy en día ayudo a personas que pasan por lo mismo. Y pasando ya un año de comenzar a ir de nuevo a la iglesia me siento mucho mejor de lo que alguna vez me sentí.
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Si te muerdo cuando beso es una forma de decir que me encantas.
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