Tumgik
zeithm · 2 years
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Los perros, acostados juntos sobre las piedras de la cumbre, miran fijo el paisaje. Lo contemplan, pondría l amano en el fuego a que lo hacen. ¿Son "pobres en mundo", los perros, Herr Heidegger? No, pero sí limitados justo a lo que conocen, dándole una perfecta confianza al instante y desdeñando cualquier abstracción. El valor del perro: mira lo que surge ante él, sin preguntarse si las cosas podrían haber sido de otro modo. Pienso en los esfuerzos del hombre para negarles toda consciencia a los animales. Miles de años de pensamiento aristotélico, cristiano y cartesiano nos encadenan en la certeza de que un abismo infranqueable nos separa del animal. Éste carecería de moral: sus actos estarían desprovistos de intencionalidad inclusive en los gestos altruistas de los que se muestra capaz. Viviría sin sospechar su propia finitud. Adaptado a su medio, no podría abrirse a la totalidad de la realidad. Inepto para concebir el mundo, sería sólo una pobre voluntad sin representaciones. Encadenado a lo inmediato, no podría transmitir nada, se privaría de Historia y de cultura. Y los filósofos siguen sermoneando con que nunca se ha visto que un mono haga una lectura simbólica de una escena natural ni exprese un juicio estético. Sin embardo, en el fondo de los bosques, el espectáculo de los animales pone en duda esas aseveraciones. ¿Cómo asegurar que la danza de los moscardones en el rayo de sol no tiene un significado? ¿Qué sabemos de los pensamientos del oso? ¿Y si el crustáceo bendijera la frescura del agua sin medio alguno para hacérnoslo saber y sin ninguna esperanza para nosotros adivinarlo? ¿Y cómo medir la emoción de los pájaros cuando saludan a la aurora desde las ramas más altas? ¿Y por qué esas mariposas en la claridad del mediodía no habrían de conocer la intensidad estética de sus coreografías? "El pájaro no no tiene ninguna representación de los huevos para los que construye un nido, ni la araña de la presa para la que teje su tela..." (Schopenhauer en El mundo como voluntad y representación)... ¿Pero qué sabes tú, Arthur? ¿De dónde obtuviste ese saber? ¿De qué conversación con que pájaro sacaste los datos para hacer esa afirmación? Mis dos perros están frente al lago, entrecerrando los ojos. Saborean la paz del día, su baba es la acción de gracias. Son conscientes de la dicha de reposar ahí, en la cima, después de la larga escalada.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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El día tiene una sucesión de puntos fijos cuya recurrencia constituye un solfeo. La llegada del pájaro a las ocho, la iluminación del mantel por un rayo de sol a las nueve y media, el juego de los perritos a la caída de la tarde, la aparición de las focas al mediodía, el reflejo de la luna en el cubo: la mecánica es perfecta. Esas citas insignificantes son inmensos acontecimientos de la vida en los bosques. Los espero, los deseo. Cuando llegan, los reconozco y los saludo. Me confirman que el poema respeta la métrica. Los antiguos griegos avizoraban cambios parecidos de la atmósfera: de pronto, algo actuaba, el dios se manifestaba. Ese pasmo del ser ante la aparición de un rayo de luz: ¿chochez o sabiduría? La felicidad se vuelve esta cosa tan simple: esperar algo que se sabe que va a suceder. El tiempo se vuelve el maravilloso ordenador de esas emergencias. En la ciudad rige el principio contrario: se exige un florecer permanente de novedades imprevisibles. Los fuegos de artificio de lo nuevo deben interrumpir sin cesar el fluir de las horas, e iluminar la noche con sus ramilletes fugaces. En la cabaña, se vive el ritmo del metrónomo más que al resplandor de las luces de Bengala.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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La timidez de la naturaleza preludia su triunfo. Dos impulsos contradictorios fomentan el renacimiento. El surgimiento de lo que estaba hundido en el suelo y el derrame de lo que estaba contenido en las alturas. Lo que se derrama: el agua de las cumbres, los torrentes que lavan la cara de las laderas, las hormigas que se desbordan de sus moradas, la savia que perla la corteza de los pinos, las estalactitas estirándose hacia el suelo, los osos y los cérvidos que dejan las mesetas para buscar comida en las playas. Lo que brota: las larvas en el suelo eclosionando por miles de millones, los tallos, las flores en el extremo de los tallos, los bancos de peces que vuelven a la superficie después del invierno en el fondo.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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La fidelidad del perro no exige nada, ningún deber. Su amor se contenta con un hueso. ¿Los perros? Los hacemos dormir afuera, les hablamos sin modales, les gritamos, los alimentamos con restos y de vez en cuando, ¡pam! un puntapié. Lo que se les da en golpes lo devuelven en baba. Y comprendo de pronto por qué los hombres han hecho del perro su mejor amigo; es una pobre bestia cuya sumisión no necesita ser pagada. Una criatura que se corresponde perfectamente con lo que el hombre es capaz de dar.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Nada se compara con la soledad. Para ser perfectamente feliz, sólo me falta alguien a quien explicárselo.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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El aburrimiento es un compañero pasado de moda. Pero uno se acostumbra. Con él, el tiempo tiene un gusto a aceite de hígado de bacalao. De pronto el gusto se disipa y uno no se aburre más. El tiempo vuelve a ser esta procesión invisible y liviana que se abre camino a través del ser.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Las venas del hielo. Se dirían el hilo de un pensamiento. Si la naturaleza piensa, los paisajes son la expresión de sus ideas. Habría que estudiar una psicofisiología de los ecosistemas atribuyéndole a cada uno un sentimiento. Estarían la melancolía de los bosques, la alegría de los torrentes de montaña, la duda de los pantanos, la  implacable severidad de las cumbres, la livianidad aristocrática de los charcos... Una nueva disciplina: antropocentrismo del paisaje.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Mis comidas del Baikal contienen una débil irradiación de energía gris. La energía gris sube en la medida en que el valor calorífico de los alimentos es inferior al gasto energético necesario para us producción y distribución. La naranja que antaño se regalaba en Navidad era un tesoro. Se la sabía hinchada de energía gris y se apreciaba el precio del viaje. Un pez gato pescado en un meandro del Mekong por un pescador laosiano y asado a la orilla del río irradia una energía gris nula. Mis salmones cocidos a pocos metros del agujero de pesca también. Pero el steak argentino, proveniente de un rebaño alimentado a soja en las estancias de la pampa y transportado a través del Atlántico hasta Europa, está marcado por la infamia. La energía gris es la sombra del karma: la cuenta de nuestros pecados. Algún día nos obligarán a pagarlos.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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En la ciudad, el liberal, el izquierdista, el revolucionario y el gran burgués pagan su pan, su gasolina y sus impuestos. El ermitaño, en cambio, no pide ni da nada al Estado. Se hunde en los bosques, y de ellos saca su subsistencia. Su retiro constituye un lucro cesante para el gobierno. Llegar a ser un lucro cesante debería constituir el objetivo de los revolucionarios. Una cena de pescado asado o de bayas recogidas en el bosque es más antiestatal que una manifestación erizada de banderas negras.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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¿Qué es la soledad? Una compañera para todo momento. Es un bálsamo aplicado sobre las heridas. Hace caja de resonancia: las impresiones multiplican su intensidad cuando se está solo. Impone una responsabilidad: soy el embajador del género humano en el bosque vacío de hombres. Debo gozar de este espectáculo por todos los que no lo ven. Genera pensamientos dado que la única conversación posible es con uno mismo. Lava toda la charla, permite echar una sonda con uno mismo. Convoca a la memoria el recuerdo de los seres amados. Liga al ermitaño en amistad con las plantas y los animales y a veces con algún pequeño dios que puede pasar por ahí.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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La soledad de la naturaleza se encuentra con la mía. Y nuestras dos soledades confirman su existencia. Caminando esforzadamente en la nieve, vuelvo a pensar en la meditación de Michel Tournier sobre la dicha de tener junto a él a un semejante para convencerse de la existencia del mundo. Estoy solo mirando estos fresnos de corteza recorrida de estrías verticales. Los arbustos tienen estopas de nieve como bolas de navidad. Los alerces de formas torturadas le dan un aire de estampa al valle (en los dibujos chinos siempre las montañas y los ríos parecen sufrir). La mirada es un bautismo pero en la situación presente, nadie asiste a mi mirada para darle vida a estas formas. No tengo más que el rayo de la vista para hacer surgir el mundo. Entre dos, haríamos brotar más cosas.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Al mediodía, miro con mucha atención la nieve que cae sobre los cedros. Trato de penetrarme del espectáculo y seguir la trayectoria de la mayor cantidad posible de copos. Ejercicio agotador. ¡Y hay gente que a eso lo llama ocio! A la noche, sigue nevando. Frente a un espectáculo semejante, el budista se dice: “No esperemos nada distinto”, el cristiano: “Mañana estará mejor”, el pagano: “¿Qué significa todo esto?”, el estoico: “Ya veremos qué pasa”; el nihilista: “Que se entierre todo”, Yo: “Tendré que cortar la leña antes de que la tape la nieve”. Lo hago, y después me acuesto.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Nuestros semejantes confirman la realidad del mundo. Si se cierran los ojos en la ciudad, qué alivio que la realidad no se anule: algún otro sigue percibiéndola. El ermitaño está solo frente a la naturaleza. Es el único contemplador de de lo real, carga el peso de la representación del mundo, de su revelación a la mirada humana.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Para llegar al sentimiento de libertad interior, se necesita espacio en abundancia y soledad. Hay que agregar el dominio del tiempo, el silencio total, la sobriedad de la vida y la cercanía del esplendor geográfico. La ecuación de esas conquistas lleva a la cabaña.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Los hombres de los bosques son muy escépticos respecto de los proyectos de las ciudades utópicas, autogobernadas, sin cárceles ni policía, donde la libertad triunfante reinaría de pronto en las masas vueltas responsables. Ven ahí una antinomia grotesca. La ciudad es una inscripción en el espacio de la cultura, dle orden y de su hija natural, la coerción.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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El sentimiento del paso del tiempo no es el mismo dentro y fuera de la cabaña. Adentro, un encadenamiento de horas mullidas, Afuera, con treinta grados bajo cero, la bofetada de cada segundo. Sobre el hielo, las horas se arrastran. El frío embota el flujo. El umbral de mi puerta no es entonces una tabla que separa el calor del frío, lo amable de lo hostil. sino una válvula que comunica los dos globos de un reloj de arena en el que la duración no correría a la misma velocidad.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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zeithm · 2 years
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Conocía el vértigo vertical del escalador aferrado al mundo: la visión del abismo lo espanta. Recordaba el vértigo horizontal del viajero en la estepa: las líneas de fuga lo aturden. Sabía del vértigo del ebrio que cree haber tenido una idea genial: su cerebro se niega a formularla con precisión mientras la siente crecer en él. Descubro el vértigo del ermitaño, el temor del vacío temporal. El mismo estrujamiento del pecho que se siente sobre el farallón, esta vez no por lo que hay abajo sino por lo que hay delante.
Sylvain Tesson - “La vida simple”
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