Tumgik
zonaetica · 2 years
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¿Es ético seguir usando uniforme escolar en pleno siglo XXI?
Nuestro mundo está cambiando. Los tiempos que vivimos hoy se caracterizan por movimientos que van en contra de muchos paradigmas que hasta no hace poco eran la base de nuestra sociedad. Si bien es cierto que el debate entre si es necesario o no usar uniformes en las escuelas no es algo nuevo, hoy, en medio de los cambios introducidos en los modelos educacionales producto del desarrollo tecnológico, como la educación a distancia, a raíz del Covid 19, traen a cuestionamiento algunos temas que, algunos consideran juegan un papel preponderante en el desarrollo de nuestra sociedad. Este es uno de ellos.
Para hablar de ello, es importante remontarnos un poco al pasado y considerar la historia de los uniformes en función del devenir de los tiempos. Históricamente hablando, se dice que los uniformes aparecieron en Inglaterra, más puntualmente en el siglo XVIII, pero que ya había presencia de los tales desde el siglo XVI. Sea como fuere, lo cierto es que estos surgieron como una forma de homogenizar y derribar un poco la barrera que generaba la diferencia de clases sociales para la época.
Algunos, lo relacionan también con los colegios de carácter religioso existentes tanto en Inglaterra como en Francia, hacia el siglo XVIII, los cuales buscaban la pulcritud y el recato entre los colegiados. A su vez, tenían como fin garantizar una mayor accesibilidad a los padres de escasos recursos, pues en algunas instituciones eran donados o vendidos a un costo sostenible, para ayudar a las familias más pobres. Pero hoy, en tiempos donde la pluralidad impera, ¿sigue siendo ético el uso de los uniformes, que buscan precisamente crear cierta homogeneidad entre el alumnado? En Zona Ética te compartimos algunas de las ventajas y desventajas que surgen en torno al tema.
Ventajas:
1. Promueve la igualdad. El usar uniformes evita las desigualdades en asunto de ropas más caras o de marca que puede generar el hecho natural de venir de estratos sociales.
2. Favorece la concentración. El hecho de que los estudiantes estén todos iguales, evita las distracciones en relación con la ropa que trae cada uno y todo lo que eso conlleva, como hablamos en el punto anterior.
3. Fomenta el sentido de pertenencia. El alumnado se identifica con su institución, lo que a su vez se convierte en un símbolo de seguridad, dado que al realizarse salidas o excursiones fuera, por ejemplo, se corre menos riesgo de que algún estudiante se pierda, pues se logra identificar con mayor facilidad.
4. Los hace sentir parte de un todo. La niñez y adolescencia, mayormente se caracterizan por la búsqueda de identidad y el sentido de pertenencia. Al estar todos vestidos iguales, es más fácil que se sientan parte de un todo, que se identifiquen, no solo con su institución, sino los unos con los otros.
Pero algunos también señalan ciertas desventajas, las cuales no queremos dejar de mencionar:
1. Suprime la personalidad. Algunos padres hacen la observación de que al tratar de hacerlos a todos iguales, se les impide a cada alumno desarrollar su personalidad y potencialidades como individuos.
2. Puede suponer un gasto innecesario. Los uniformes suelen incluir varias prendas, que a su vez se traduce en un gasto para los padres.
3. Promueven los estereotipos. Para algunas personas, el hecho de que las niñas usen falda y los niños pantalones, puede suponer un estereotipo dentro de la sociedad.
Lo cierto es que, la sociedad en general, independientemente de las instituciones educativas siempre ha buscado establecer ciertos rasgo distintivos entre los diferentes grupos dentro del colectivo, como es el caso del personal médico, policías, bomberos, entre otros, que durante años han optado por el uso de uniforme, como una forma de identificarse con mayor facilidad ante la sociedad a la que sirven, por supuesto, siempre acorde a las necesidades propias de sus respectivos oficios.
Pero lo cierto es que, la sociedad en general está cambiando. Hace 20 años no se contemplaba la idea de estudiar a distancia, mucho menos de estar del otro lado de la pantalla, a miles de kilómetros, inclusive, escuchando las orientaciones de un maestro en tiempo real, o realizando trabajos de forma asincrónica mediante una plataforma digital.
La permanencia o no de las históricas prendas, solo la decidirá el devenir del tiempo.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Sigue siendo útil el implemento de uniformes aún en nuestros días?
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zonaetica · 2 years
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En República Dominicana, ¿hay racismo o clasicismo?
República Dominicana y Haití son países que comparten, no solo una frontera geográfica, sino una frontera histórica, socio-política que matiza, a menudo, la perspectiva que tienen los unos de los otros. De esta manera, dado los conflictos que durante años han suscitado las diferencias culturales, y/o sociopolíticas entre uno y otro, es muy común que a los habitantes de la parte oriental de la isla, los dominicanos, se les catalogue de “racistas”. Y aunque este artículo no pretende, ni dar el término por cierto, ni, de serlo, generalizar, es de interés analizar casos puntuales por los que algunos entienden que, más que racismo, en el país lo que se vive es una auténtica manifestación clasista. Así, algunos nativos haitianos son tratados con mayor estima que otros, dependiendo de la clase social a la que pertenezcan.
"La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz" (Rigoberta Menchú)
En el año 2016 se llevó a cabo la sexagésima quinta (65ª) edición del certamen Miss Universo, en el país de Filipinas, resultando como primera finalista Raquel Pélissier, del vecino país de Haití.
A medida que transcurría el certamen la concursante se ubicaba más cerca del puesto ganador, lo cual generó, como es de esperarse, reacciones encontradas en las redes sociales. Algunos, al tratarse de un país hermano, también caribeño y más estrecho aún, con el que compartimos la otra mitad de la isla, expresaron su apoyo y solidaridad cuando la representante dominicana, Sal García no quedó entre las finalistas.
Pero, desde luego, no se hicieron esperar las reacciones despectivas que a manera de sarcasmo expresaban que, de ganar la representante haitiana, la corona era de ambos países, pues ellos, decían algunos refiriéndose a los haitianos, “viven más aquí que en su país”.
Y aunque la matriz de las redes sociales se presta para todo tipo de comentarios, dada la heterogeneidad de los internautas, esto da pie para un análisis serio acerca de la visión que existe en la sociedad dominicana con respecto a los nativos haitianos.
La pregunta que surge es, ¿recibiría la misma algarabía un ciudadano de a pie, también haitiano, entre el pueblo dominicano? Si el problema es de origen racial, ¿por qué no fue desdeñada la concursante en vista de su lugar de procedencia?
La República Dominicana se caracteriza por enarbolar su bandera tricolor, no solo en el asta físicamente hablando, sino en su cultura. Somos una raza en donde confluyeron a su vez múltiples etnias. Dando como resultado al blanco y al mestizo, al moreno y al rubio, por lo que, en cuanto a rasgos físicos, dada la influencia franco-africana, tenemos mucho en común con el otro país antillano.
"La diversidad étnica no debe convertirse en un peligro con el que perforar nuestros corazones" (Nelson Mandela).
De aquí que algunos sociólogos apuntan a que existe más que un problema meramente racial (sin dejar de mencionar la conflictiva historicidad que entrelaza a ambos países).
Se observa una distinción marcada entre el trato que se le brinda a un haitiano que trabaja en un batey de sol a sol, y el licenciado que, con saco y corbata es posicionado en los primeros lugares en las filas de un cajero, en busca de una cuantiosa suma de dinero. Los dos son haitianos, el trato es distinto. Entonces, volvemos a la pregunta inicial, ¿racismo o clasicismo?
El tema es más amplio de lo que se piensa, y hay que puntualizar que no se pretende generalizar, pues la acritud ante descrita, sin duda no es la que adoptan todos los dominicanos hacia los oriundos del vecino país de Haití.
Lo cierto es que intervienen factores que no solo se circunscriben a la realidad de la isla, sino que esta misma problemática existe entre otros países, también limítrofes, como es el caso de Colombia y Venezuela, El Salvador y Chile, Costa Rica y Nicaragua y, desde luego, Estados Unidos y México.
Para abarcar el tema habría que hablar entonces de problemas por divisiones políticas, del estigma social que se tiene del inmigrante y, sin duda, de las diferencias de clases bastante marcada que ya existe de por sí entre los habitantes de un mismo país, y los conflictos de estratos que esto acarrea consigo.
Podríamos mencionar muchos otros ejemplos donde la clase se ha impuesto por encima de la raza, evidenciando que el principal conflicto que existe entre ambos países, no es necesariamente de origen racial. Y aunque en varias ocasiones la prensa internacional ha arremetido duramente contra la República Dominicana, catalogándola de racista cuando por alguna razón u otra no asume el compromiso que se espera con la parte occidental de la isla, lo cierto es que el pueblo dominicano, pese a todas las diferencias culturales, históricas o políticas que pueda existir entre ambos países, nunca le ha negado la mano a los hermanos haitianos cuando más lo han necesitado.
Concluimos que, éticamente hablando se debe de abordar desde un enfoque más amplio las diferencias que sostienen ambos países y, por qué no, aprender a convivir en unidad sin que necesariamente haya uniformidad, pues la identidad cultural de cada nación no tiene por qué ser una barrera social, sino que, antes bien puede ser un puente en pro del crecimiento social, político y económico de toda la isla. . Todo esto, en tanto se abra paso al diálogo, la convivencia pacífica y el respeto de los acuerdos internacionales y la soberanía que le corresponde a cada nación como tal.
"Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas" (Martin Luther King Jr.).
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zonaetica · 2 years
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Periodismo ético en las redes sociales
Las redes sociales han llegado para revolucionarlo todo, y el Periodismo, siendo que es un oficio que se enfoca precisamente en investigar, analizar y divulgar información, no podía quedarse fuera de esta revolución. Esto se evidencia en la rapidez con que se esparce la información que, en otros tiempos, duraba días en la mesa de una editorial hasta ser confirmada, previo a su publicación. Y aunque esto supone un caso positivo para el alcance de una mayor audiencia, muchas veces es de cuestionar hasta donde la información busca informar y hasta qué punto se suma a una de las tantas páginas que se dedican solamente al morbo, a la farándula y, en el mejor de los casos, al entretenimiento, pero bajo el título de “un trabajo periodístico”.
A esto se le debe prestar cuidado, porque el problema no está en que se hable de farándulas en las redes, o que existan páginas que se dediquen exclusivamente al entretenimiento y al espectáculo, no. El problema radica en que la audiencia no accede a las páginas de carácter informativo o periodístico en busca de esto, sino de información veraz, y en tiempos como los que vive el mundo en la actualidad, el papel del periodismo crítico juega un papel más importante que nunca.
El mundo vive tiempos de crisis, las personas están en busca de orientación, educación y claridad con respecto a los temas que más les afectan. Innumerables estudios han revelado el impacto de los medios sobre las masas, pero ¿qué pasa si esos medios le fallan a las masas en el momento en que estas más le necesitan?
Aquí valdría preguntarse, ¿cómo le falla un medio a las audiencias? Le falla cuando en tiempos de ambivalencia no opera según la verdad. Le falla cuando en tiempo de incertidumbre no trae luz sino más confusión. Le falla cuando en tiempo de crisis deja a un lado la empatía. Y aunque si bien es cierto que los números importan, pues no podemos obviar que el periodismo es un oficio como cualquier otro, de dónde se sostienen cientos de personas, los números no pueden ser su razón de ser.
Es verdad que los medios necesitan ganar audiencia, pero hay algo que las audiencias también necesitan. Las audiencias necesitan un medio objetivo que en medio de una crisis de salud no infunda pavor a las vacunas posteando las caras más histriónicas de los que acudieron al proceso. Las audiencias necesitan un medio que sepa diferenciar entre lo sensacional y lo relevante y que siempre, siempre le dé prioridad a lo relevante. Un medio que priorice la salud, la educación y la seguridad antes que el morbo, el amarillismo y las tendencias.
Pero las audiencias también necesitan que se les hable con la verdad. Las audiencias necesitan que se les deje ver las dos caras de las monedas. Las audiencias necesitan todos los datos, todas las dichas, todas las versiones. Si no es así, no estamos hablando de periodismo.
El mundo está cambiando. Lo que hoy es noticia, mañana es historia. Y es comprensible el debate del profesional del periodismo entre informar bien o informar al momento. Pero quien busca generar un impacto no puede limitarse solo a seguir servilmente lo que está en la palestra, la opinión popular o los movimientos del momento. No. El compromiso ha de ser con la verdad, con la gente y con su futuro.
Cada día hay más información, el mundo está híper globalizado, pero también, está confundido. Sabe mucho de todo pero a profundidad no conoce nada. Conoce los hechos, pero no domina el contexto. Y es ahí donde entra el periodista, como un intermediario entre el mensaje y el receptor, pero nunca como una barrera. La información ha de llegar en el momento oportuno, pero también en la forma oportuna.
“…Y al final te encuentras con que tienes mucha información que no te dice nada, y entre más información recibes, menos entiendes…”. 1
-ICFJ
En la época de la postverdad, donde el relativismo engalana las primeras planas, la objetividad y el pensamiento crítico son los elementos que le devolverán a los medios la credibilidad que tanto necesitan, y a la audiencia la seguridad que tanto busca.
“El periodismo está rodeado de otros que los circuncidan como las aguas del mar a una isla. Son sus fuentes y sus receptores; trabaja con ellos y para ellos. Es imposible hacer periodismo sin ellos. El buen periodismo se hace con ellos y para ellos, por tanto, no se puede admitir que se los haga palidecer o desaparecer con lo virtual, ellos son lo real, la razón de ser de la profesión más bella del mundo”. 2
1 y 2: Restrepo, J. y Botello, L. (2018). Ética periodística en la era digital. Vera Naughton©2018, ICF. International Center For Journalists
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zonaetica · 2 years
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Preadolescentes y redes sociales, lo que todo padre debe tomar en cuenta
Las redes sociales sin lugar a dudas son un gran instrumento que ha revolucionado la forma en la que conectamos y nos comunicamos con los demás. Niño, joven o adulto se han dado presencia en estas plataformas que cada parecen crecer más.
De hecho las redes sociales y algunas aplicaciones han propiciado que se mejore la comunicación entre los jóvenes. Ahora bien, aunque la mayoría de las redes sociales en su política están diseñadas para mayores de 14 años, cada vez es más frecuente encontrar a adolescentes muy por debajo de esta edad presente en estas plataformas, lo que nos lleva a formularnos las siguientes inquietudes:
¿Cómo afectan negativamente las redes sociales a estos pre adolescentes? ¿Qué riesgos corren? Y ¿Que tan ético es que los padres le den permiso de usar las redes?
Lo primero que debemos reconocer es que las redes sociales pueden afectar negativamente en cualquier momento a todo grupo de persona, ya sea adulto, joven o niño debido a los eminentes riegos que conocemos sobre estas, pero nos gustaría detallar un poco más en este artículo en base a las características propias de los preadolescentes, que les hace más vulnerable todavía a dichos peligros. Algunos de ellos podrían ser:
1. Las estafas: Los adolescentes pueden ser un gran objetivo para los estafadores; les ofrecen artículos a bajo precio y ellos hacen la transferencia sin conocer a las personas o investigarlas previamente.
2. Falta de autoestima y narcisismo: Uno de los problemas más comunes en los adolescentes es la caída de la identidad, el carácter y la confianza: la falta de autoestima que puede generar una red social. Por lo tanto, un menor de 12, 13 años que apenas está construyendo y descubriendo su identidad, podría verse muy bombardeado por imágenes de figuras perfectas a envidiar, como las celebridades. O volverse muy arrogantes y narcisista debido a los comentarios muy buenos que puedan recibir en su búsqueda por hacerse notar.
3. El cyberbullying.
Son muchos los acosadores que se pueden esconder tras una pantalla para no solo golpear la autoestima de los preadolescentes con comentarios malos o acaso constante. Estos chicos pueden sentirse tan presionado y sin la madurez suficiente para enfrentar estos problemas, que podrían llegar hasta el suicidio. Y por último:
4. Falta la privacidad. Cada vez menos nuestras vidas privadas están a salvo cuando se trata de red social. Es común que desconocidos tengan acceso a tus datos personas, lugares a los que frecuentas, tu ubicación, amigos e intereses. Como lo expresó Pete Cashmore:
“La privacidad ha muerto y Social Media la mató.”
Ya hemos mencionado cuales son esos riesgos a los que se ven expuestos los menores en las redes sociales, lo cual nos da paso entonces a nuestra última pregunta:
¿Es ético que los menores de 14 usen las redes sociales?
En un mundo tan liberal como el que vivimos, es sabido que cada padre tiene todo el derecho de decidir cómo cría a sus hijos, las cosas que le permite y las que no.
Algunos padres le dan permiso a una muy corta edad, con la justificación de que sus hijos tienen límites.
Otros, no lo consideran ético y se abstienen de estas.
Pero en una sociedad cada vez más tecnológica, te invitamos a que seas tú mismo el que considere estos riegos comentados en relación con la necesidad de estar conectados últimamente, y que llegues a una conclusión de las siguientes preguntas:
¿Estás de acuerdo que los menores de 14 años usen las redes sociales? Justifica tu respuesta. Y ¿Que elegirías si se trata de tu hijo?
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zonaetica · 2 years
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El poder de un influencer
Si buscáramos una sola palabra para definir nuestra era, la era del influencer sería un título bastante adecuado. En otras épocas, la influencia era ejercida por aquellos que, necesariamente ostentaban una posición muy elevada en la sociedad, muchas veces considerada como un hito, como un estándar inalcanzable para el ciudadano común, este era el caso de los políticos, sacerdotes, personas que gozaban de una buena economía… Sin embargo, hoy día la mayor influencia no se mide por las buenas obras, las dádivas, o la posición económica. La mayor influencia se ejerce a través las redes sociales, y en esto los influencers llevan la delantera.
Sprout Social define a un influencer como alguien que en su nicho o industria con influencia sobre su público objetivo. Los influencers tienen conocimientos especializados, autoridad o comprensión de un tema específico. Su presencia preexistente en un nicho los convierte en una plataforma de lanzamiento útil para las marcas en busca de credibilidad.
La pregunta que se han planteado muchos estudiosos en el tema de multimedia, marketing y redes sociales es: ¿dominan realmente los influencers los temas que comparten? ¿Qué tan positiva o negativa puede considerarse esta influencia y, en base a qué factores éticos?
Los influencers son personas que se caracterizan por un carisma capaz de hacer llegar su mensaje a grandes masas, y por esta misma razón a menudo son ubicados por las principales marcas comerciales cuyo fin es, precisamente, llegar a las masas.
Pero, ¿podríamos evaluar éticamente hablando el trabajo de un influencer? Ellos no son, como en el caso de los políticos, por ejemplo, servidores públicos. No fueron escogidos mediante un proceso colectivo y democrático, no están sujetos a unas leyes constitucionales ni tienen ninguna institución que rija su accionar, además de las políticas y los lineamientos de las comunidades y redes sociales en las que se desempeñan como tal.
Porque Twitter podrá limitar sus caracteres, pero no puede corregir las fallas de su carácter. Instagram podrá determinar qué nombres de usuarios están o no disponibles, pero no controla el uso que esos usuarios hacen con su nombre, con su reputación. Así con todas las demás plataformas. Ellas proponen lineamientos, en algunos casos, si se quiere, de carácter moral, que está ligado al qué, a las acciones como tal, pero que no cuestionan el por qué, que es el objeto de la ética.
Algunos expertos expresan cierta preocupación con el hecho de que los influencers hablen de temas para los que realmente, en muchos casos no están capacitados, o bien, aunque son poseedores de muchas capacidades, no están autorizados.
Muchas veces se hacen viral polémicas en torno al tema de salud mental, pero que, en su defecto, no están siendo abordadas por un profesional de la salud mental. Se promueven productos que tratan la salud física, sin estar avalados por un profesional de la salud física.
Con esto no queremos reducir el campo de acción de los influencers, ni se pretende establecer un estándar surrealista de lo que debe ser uno. Antes bien, se busca esclarecer algunos puntos a considerar para que el marco de influencia de quienes interactúan y muchas veces, coaccionan las masas, sea positivo.
“El que tiene un gran poder no debe usarlo a la ligera.” (Lucius Annaeus Seneca)
1. Todo experto es un influencer, pero no todo influencer es un experto. En los últimos años, afortunadamente muchos expertos en distintas áreas han llevado sus saberes al ecosistema digital. Tal es el caso de médicos, coaches, periodistas, líderes religiosos, educadores, entre otros, lo cual ha permitido un balance importante entre entretener y educar. Es importante entonces que los que tienen la pasión y el carisma que se necesita para llegar a las masas, cada día comprendan lo importante de prepararse en aquellas áreas en las que quieren influenciar, de manera que no se conviertan solo en una cuenta más que entretiene y factura, sino que logren calar y provocar un impacto real en sus audiencias. Esto nos lleva a un segundo punto:
2. Se necesita aprender para permanecer, pero todo esto es imposible sin la humildad para aprender.
El poder es peligroso a menos que tengas humildad. (Richard J. Daley)
Estamos en un tiempo cada vez más competitivo. En las épocas de crisis se necesita personas que porten las herramientas necesarias para producir el cambio. Es eminente que el influencer tiene poder sobre las masas, pero es éste quien deberá decidir qué hacer con ese poder. Si usarlo para atraer más personas hacia sí mismo, o si usarlo para verterse en favor de esas personas. Pero esto es casi imposible cuando se ignora el significado real de esa influencia. En nuestro punto 3 ampliamos esta idea.
3. Más que números, personas.
Hoy día vemos cuentas de personas con millones de suscriptores, pero es triste ver también como a menudo esas personas no consideran el poder que tienen sobre sus audiencias, que más que números son personas, en su mayoría adolescentes en busca de modelos a seguir, quienes le han llevado a la cima. Pero la cima puede ser un hoyo muy profundo que arrastre a muchos hacia el abismo si no se maneja sabiamente. No hay nada de malo en hacer contenido enfocado a entretener, pero esto no puede quedarse solo en entretenimiento, muchos menos cuando se es consciente del alcance que se tiene. Las redes sociales están abarrotadas de challenges (retos) sin sentido, y esto no cambiará hasta que quienes se dedican a crear contenido entiendan la importancia de sumar valor a las vidas de las personas. Finalmente, nuestra última consideración sería:
4. La publicidad engañosa, no funciona.
Los estudios de teóricos de la comunicación revelan que cada día las audiencias son más activas. Ya no solo se limitan a consumir contenido porque sí, sino que se han vuelto mucho más críticas. De manera que es de mucho más valor e impacto especificar, por respeto a las audiencias y al propio creador de contenido, cuando una publicación es una colaboración monetaria con una marca y cuando no. El receptor se sentirá respetado; comprende que se considera su capacidad de análisis, y que no se le está manipulando para comprar ningún producto o adquirir ningún servicio sin su previo consentimiento informado.
En conclusión, la ética no se ocupa de regular las políticas de los influencers dentro de su esfera de influencia digital, pero si propone criterios y principios sumamente asertivos para quien quiera revaluar y comprender realmente el poder que tiene sobre las masas y, desde luego, usar ese poder en beneficio de las audiencias que le han dado su voto de confianza.
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zonaetica · 2 years
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La ética en la música urbana
El género urbano es una de las tendencias musicales que más fuerza ha cobrado en los últimos años. Se trata de un fenómeno pegadizo y contagioso que mantiene, principalmente a los más jóvenes, como refiere la expresión popular, con la música por dentro. No obstante, en más de uno genera notables problemáticas, sobre todo en cuánto a sus letras se refiere.
Desde luego, cada género tiene su propia forma de hacer llegar un mensaje. La población más joven se identifica con este y algunos, inclusive, lo consideran una forma de expresión para alzar la voz en contra de las injusticias, las desigualdades y los males que nos afectan como sociedad. Y aunque, si bien es cierto que en un principio este fue la verdadera visión tras el género, es de mencionar que muchas veces se ha convertido en un impulsor de los mismos males que un principio pretendía erradicar.
Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa.–Demócrates
No es necesario hacer un análisis demasiado profundo para darnos cuenta de los principales ejes temáticos en torno al cual giran la mayoría de estas letras. Bastaría con encender la radio en alguna emisora de renombre, para concluir que, en realidad las armas, el alcohol, el uso de sustancias ilícitas y el sexo, sin ninguna mensura, son el pan de cada día que dispone en la mesa social la lírica urbana.
Ahora bien, no es un problema expresamente de un movimiento musical. Si bien es cierto que las manifestaciones artísticas no son más que un reflejo de la realidad social, política, económica y cultural en todos los sentidos, a este fenómeno hay que ponerle sumo cuidado. Es un problema de fondo que agravia las entrañas del colectivo social, y que no es propio ni de una generación ni de un género en particular.
El problema radica en que esos son los géneros que más consumen los jóvenes, y si ellos son el presente y el futuro de nuestra sociedad, valdría preguntarse ¿cuál es la generación que decidirá los destinos de nuestro país en el porvenir? Vivimos en una sociedad que a puertas abiertas y a plena luz del día le rinde culto al morbo. No estamos entonces, frente a un caso de doble moral, como algunos aseveran. No se cuestiona aquí la benignidad o maleza de la sexualidad como tal, sino más bien la forma más ética de expresar las líricas que componen dicho género.
La apología directa que se hace de la violencia, así como del uso de sustancias ilícitas no es tal vez la mejor referencia, así como no lo es tampoco el historial y la vida pública de muchos de sus exponentes. A menudo los representantes urbanos protagonizan controvertidos escándalos que llevan a cuestionarse si esos son los referentes que deberían seguir nuestros jóvenes.
Es de analizar también qué tanto de todo lo que se canta es verdad, y qué tanto es fantasía. Lo cierto es que muchos de los exponentes de este género, como la gran mayoría de la clase media-baja del país, proviene de un estrato social permeado por la desgarradora desigualdad que nos aborda, y muchas veces encuentra en la música, tanto el deseo de cumplir un sueño artístico como el de alcanzar un mejor estilo de vida así para ellos como para sus familias.
En entrevistas para diferentes programas muchos han confesado ser conscientes de la problemática social que detonan sus letras. Han expresado incluso el haber tratado en algún momento de limpiar sus letras, pero sostienen que esto los dejó en la sombra durante algún tiempo. Tal es el caso de la reconocida fémina Yameiry Infante Honoret, mejor conocida en el género como “La Materialista”, quien durante un tiempo estuvo en la línea de música cristiana, pero no contó con el mismo apoyo del público.
“Los valores morales se pierden sepultados por los económicos” –José L. Aranguren
A la luz de este panorama muchos infieren entonces que la música urbana no es más que una respuesta a los gustos del público que la consume, y aseguran que si las letras limpias tuvieran un mayor acogimiento por parte del público, no tendrían problema en irse por esa línea.
Pero el éxito del género urbano no es solo un resultado natural al talento de sus exponentes. Es todo un trabajo de equipo donde intervienen productores, las emisoras y programas de televisión que publicitan sus canciones y, finalmente, el público que, ciertamente, las prefiere.
“Predicar moral es más fácil; mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica”-Arthur Schopenhauer
De manera que, el tema es más complejo de lo que se piensa. Un cambio cultural es producto de los esfuerzos del seno de un hogar formado en valores, de una educación para la vida, de un sistema de oportunidades y de estructuras socio-culturales que favorezcan y apoyen el desarrollo juvenil en todos los ámbitos.
En este punto no se pretende justificar a los exponentes del género, pues la cuota de responsabilidad social debe pesar sobre los hombros de cada uno de manera individual. Tampoco se descarta el hecho de que cada joven, como ente crítico está en plena facultad de decidir por quién quiere ser influenciado, ahora, ¿qué de los niños y adolescentes, que se les vende a través de las ondas sonoras de un Smartphone el hacer dinero fácil, consumir sustancias psicoactivas, y que el poder se conquista pistola en mano?
Como sociedad, no es urge hacer un cambio de raíz, donde se integren la educación, el deporte, los valores, las bellas artes, los idiomas, donde se les brinde a los jóvenes la oportunidad de ser diferentes. Porque es difícil que un joven que se trasnoche estudiando tenga tiempo o ganas para pensar en delinquir; un joven inmerso en actividades que apoyen a su comunidad; un joven que practica deportes; un joven que es parte de una comunidad religiosa amplía su panorama, crece su visión, evolución su mundo. De igual forma, es importante legislar a favor de acuerdos que regulen el tipo de letras que se difunde a través de los medios de comunicación masiva son solo algunas de las formas a través de las cuales se puede empezar un cambio que va más allá de un género, y que se enfoca en una verdadera transformación social.
Finalmente, cito esta frase del renombrado autor canadiense, Robin S. Sharma:
“A más conciencia, mejores decisiones.”
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zonaetica · 2 years
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¿Ha muerto la ética laboral?
Cuando hablamos de ética laboral creo que podemos hacerlo basado en algunos principios fundamentales que deben tener todas las personas que están comprometidas en un trabajo o actividad en la cual se involucran otras personas. Considero que es muy difícil ver personas que trabajen independientes y que su trabajo sea para ellos mismos; aun así, deben ser guiados por algún principio que enmarque su trabajo.
Al hablar de ética laboral es importante saber que es una de las áreas en las que más debemos prestar atención en este tiempo ya que en algunas carreras enseñan esto incluso como una materia o parte del pensum, pero vemos que a pocos les interesa su contenido en realidad; esto se evidencia ya que a la hora de ejercer su profesión lo hacen faltando a los principios éticos que se esperan pueda mostrar dicha persona en su área laboral.
Si pudiéramos dar tan solo algunos de estos ejemplos para que este mensaje pueda ser más claro y vívido en nosotros, podríamos hablar de un doctor que ve llegar a un paciente moribundo a su lugar de trabajo y en vez de cumplir con los principios éticos para buscar mantener la vida de dicha persona, se deja llevar por las reglas de una organización o departamento a los que poco les importa la vida de dicho paciente. Él comienza a indagar si dicha persona tiene o no un seguro o si es apta o no para ser atendida. Parece que este doctor está en un puesto en el que le enseñaron a valorar la vida de las personas por su condición social o económica. Creo que debemos ver más principios éticos en este tipo de profesiones; doctores que salten las reglas organizacionales no pensando en mantener su puesto de trabajo al preferir que una persona necesitada de sus conocimientos perezca por falta de principios éticos que deben estar arraigados en su corazón y entender saber que su trabajo debe tener unas bases éticas sólidas para poder desempeñar como un buen doctor.
Si habláramos por ejemplo del caso de muchos maestros que están en el aula de clases comprometidos con su comida y su familia al poder llevar un salario con el cual puedan sobrevivir; pero lejos de estos está el poder dejar huella a través de su enseñanza a los niños o jóvenes que están frente a él; él solo está a la espera de cumplir con su horario y llevar a cabo la misma rutina que ha seguido durante años, pero en la aula nunca se ha detenido para valorar si en verdad está rutina ha marcado una pauta profunda en la vida de aquellos que día a día van a escucharle, en muchos de los cuales ni siquiera existe motivación para oír una aburrida clase de una o dos horas, de un profesor que parece estar muerto frente a sus estudiantes.
Creo que solo son dos ejemplos de lo importante que es que las personas que laboran y sirven en nuestra sociedad lo hagan en base a unos principios éticos. La pregunta que podría hacerte a ti que lees este artículo es: ¿hasta qué punto estás tú dispuesto a que todo esto sea diferente? No podemos movernos en base a lo que nosotros simplemente vemos que otros se mueven aun sabiendo que no llegaremos a ningún destino.
Necesitamos políticos por ejemplo que se arraiguen a los principios éticos más importantes de su área. Muchos de estos hablan y dicen cosas que suenan muy bonitas; pero en la práctica suena muy mal. Su comportamiento es como cuando Jesús le recomendó al pueblo referente a lo que enseñaban los fariseos: “De modo que hagan y observen todo lo que ellos digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen”(Mt 23:3). Creo que esto no debería repetirse en aquellos que hoy dirigen nuestra sociedad; que como fariseos se dedique a servir en labores en las cueles van dando muerte a los principios éticos más importantes de dichas áreas. John F. K. dijo en una ocasión: “En la política es como en las matemáticas: todo lo que no está totalmente correcto está mal”. Creo que no se equivocó; pero aun así su punto de vista debe ampliarse más allá de la política. Todo lo que los hombres hagan en su labor debe ser completamente correcto. Todo debe estar basado en la ética y moral que se espera recibir de una persona que dice ejercer en algún ámbito laboral.
Tenemos servidores públicos a los cuales hay que servirles. ¿No te sorprendes de eso? Son servidores que no sirven. ¡Que contradictorio! Pero esa es la verdad en un mundo donde la ética laboral ha venido muriendo. Tenemos trabajadores que no trabajan; estudiantes que en verdad no estudian, etc… Podríamos continuar; pero creo que sería algo agotador y desilusionante, y no quisiera que ese fuera el fin de lo escrito en estos cortos párrafos.
“El que no vive para servir, no sirve para vivir” (Juan Bosch).
Asimismo, existen personas que han asumido su lugar y han hecho lo correcto, éticamente hablando, aunque esto les haya costado la vida misma. Todavía podemos ser una sociedad que mira al futuro y dice: Voy a hacerlo diferente. Qué bueno que todavía existen persona que tienen muy claros sus principios éticos y dirigen sus trabajos y sus vidas en base a estos principios. Lo que te pediría a ti que lees este breve artículo es que te unas a ese grupo, sin importar que tan pequeño sea y que puedas marcar una diferencia laborando de manera que tus principios éticos y los principios que tu labor misma exigen, se vean reflejados en todo aquello que hagas.
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zonaetica · 2 years
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Ética cristiana: un símbolo de verdadera revolución
Para algunos sonaría raro en nuestros días el poder hablar de ética cristiana; pero considero que podría impactarte en gran manera la forma en que se aborda la ética desde esta cosmovisión. En Zona Ética te invitamos a conocer un poco más de una ética que revolucionó y hoy día, todavía sigue revolucionando el mundo.
Es importante hablar de ética cristiana en un mundo donde el cristianismo ha tomado tanta fuerza, sobre todo en nuestros países. El cristianismo sigue creciendo en muchos lugares debido a que una de las cosas que más atrae a las personas a hacerse cristianas es precisamente los principios éticos que se encuentran dentro de esta religión. Jesucristo de Nazaret dividió la historia en dos, no solo porque dio grandes enseñanzas, sino porque vivió y murió demostrando la veracidad de ellas. Si bien es cierto que muchos plantean el cristianismo como una religión más dentro de la historia, te sorprenderá saber que tiene muchas cosas importantes que decir en el ámbito de la ética.
Si nos preguntáramos, ¿a qué hace referencia la ética cristiana? Creo que solo bastaría con leer uno de los sermones más importantes jamás enseñados por un predicador y allí entenderías en pocas palabras lo que es en realidad la ética cristiana. Este sermón es el más famoso de todos y ha sido llamado el Sermón del Monte o Sermón de la Montaña. Allí está Jesús con una multitud explicándoles qué es en realidad esto de ser cristiano.
Lo cierto es que vivimos en un medio donde muchos que se dicen ser cristianos en realidad no viven sus vidas bajo los parámetros éticos que tiene las Escrituras para ellos; sin embargo, quien dice ser cristiano y no vive bajo estos principios, se está perdiendo uno de los tesoros más grandiosos del cristianismo; está matando la ética que Cristo manifestó, debían tener sus seguidores, y que todavía hoy, puede revolucionar los paradigmas que rigen nuestra sociedad en todos sus ámbitos.
Citar algunos apartados de las enseñanzas de Jesús en este sermón, debería ser suficiente para que despertar un talante deseo de indagar un poco más en lo que a ética cristiana se refiere y como esta es realmente basta para transformar el mundo en el que vivimos. En base a sus propias enseñanzas registradas en la Biblia, podemos deducir que la ética propuesta por el cristianismo es tan sustanciosa en sí misma como para primar sobre cualquier otra ética que nos ocupe.
Jesús, por ejemplo, dijo lo siguiente: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. (Mt 5:43-44). ¿Has visto actuar a un cristiano de esta manera? Él ha entendido lo que es la ética cristiana. Aunque este artículo, por la brevedad del mismo no pretende desglosar por completo tan amplio tema, solo al citar este pequeño fragmento del sermón de Jesús, podemos inferir cuán radical es esta ética y el cambio tan profundo que podría generar en las entrañas de nuestro colectivo social. Podemos aseverar que la ética cristiana podría ser suficiente para cambiar el mundo por completo.
A continuación, te presentamos algunos otros principios que podrás encontrar en este sermón y que deberán ser tenidos en cuenta por aquellos que deseen entender y vivir la ética cristiana.
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?” (Mt 6:25). Si prestáramos más atención a estas palabras dichas por Jesús, probablemente moriría la ansiedad que el mundo enfrenta a diario; se erradicarían los alarmantes males, producto de una sociedad que solo está viviendo en base al consumismo y que lo único que desea es tener y tener para poder estar satisfecha; esclava de hilarantes abruptos que, lejos de saciarla, parecen hundirla más en un profundo vacío existencial.
Si profundizamos en el tipo de ética que nos plantea este sermón (Mateo capítulos 5, 6 y 7), entenderíamos que ciertamente son tres capítulos que podrían encaminar nuestra sociedad hacia mejores designios.
No pretendemos ser nosotros quienes digamos bajo qué principio deberías vivir tu vida, pero lo cierto es que la ética social debe empezar primero por la ética personal. Si salimos a la calle a marchar en contra de las injusticias sociales, pero somos injustos con los que viven bajo nuestro mismo techo, cualquier cambio que logremos no será perdurable en el tiempo. Y es precisamente esto a lo que nos invita la ética cristiana, a ser para luego hacer. A vivir diferente, para poder construir un mundo diferente. Es nuestra manera de vivir la que puede hacer un cambio real y definitivo en la sociedad.
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zonaetica · 2 years
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¿Cualquiera puede ser periodista?
Los avances tecnológicos y, en especial el auge de las redes sociales como medio de comunicación masivo ha revolucionado la concepción que se tiene del periodista. En tiempos donde con un Smartphone cualquier ciudadano de a pie puede viralizar una información a través de una cuenta de Instagram, dónde los influencers abundan y cada día las audiencias se vuelven en difusores de información vale la pena preguntarse, ¿cualquiera puede ser periodista?
“…la simplificación de los pasos para generar un sitio web en internet, la explosión de los web blogs, ha instalado la creencia de que para difundir información no es necesario ser periodista, cualquiera puede hacerlo…”.
Este comentario salió a la luz en el sexagésimo aniversario (60º) del Periódico Clarín, de Buenos Aires. Lo cierto es que, ante el mundo híper globalizado que hoy nos apremia se entiende que cualquiera puede difundir información a través de una red social. Pero esto nos lleva a considerar el valor del verdadero periodismo.
“Los periodistas ciudadanos, hay que destacarlo, nos han hecho caer en cuenta de que lo se venía habiendo no era el periodismo que debe ser” (ICFJ).
El Manual de Ética Periodista desarrollado por el Centro Internacional para Periodistas, por sus siglas en inglés ICFJ, identifica algunas características puntuales que diferencian a un periodista ciudadano, de un periodista tradicional. A saber:
· Mientras el periodista ciudadano le dedica a la difusión de información el tiempo de un hobby, como aficionado, el periodista tradicional se consagra por completo a la labor de servir a las audiencias.
· El periodista ciudadano cuenta lo que pasa con imágenes visuales o sonoras que captan el hecho, el periodista ofrece una información completa, con antecedentes, contexto, proyecciones y análisis de la información.
· El periodista ciudadano no incorpora a sus prácticas el de confirmar los hechos; para él la única verdad es la que registra con el lente de su cámara. El periodista profesional sabe que es parte importante de su tarea la de garantizar la veracidad de la información.
· No es parte del trabajo del periodista ciudadano el hacerle seguimiento a la noticia, mientras que esto es parte elemental del oficio del periodista tradicional, el presentar la visión de los hechos como parte de un proceso.
Estas diferencias que, en medio de tanta información a veces parecen pasar un tanto desapercibida, son fundamentales al momento de revalorizar el rol tan importante que juega el periodista tradicional.
La historia, sobre todo en tiempos de crisis, cambios y transiciones importantes en el modelo social, como las que vive nuestro mundo hoy día, nos enseña que es justo en medio de estos escenarios movedizos donde se destaca más que nunca la labor periodística.
Gobiernos tiranos han caído, grandes escándalos de corrupción han sido expuestos a la luz y, entre muchas otras cosas las injusticias sociales se han desvanecido por la labor ardua y continua de un equipo periodístico. Pero esto solo se logra cuando el ejercicio profesional se lleva más allá que solo divulgar información que hoy es relevante y que mañana pasa a ser una más del montón que embarga el mundo digital.
En tiempos donde estamos sobreexpuestos a la información, que muchas veces, más que informar lo que se cae es en la desinformación, el trabajo del periodista que investiga, analiza, evalúa, interpreta y da seguimiento a la información es más necesario que nunca.
Sin duda alguna, las audiencias darán mayor prestigio a la información relevante, sustanciosa y bien fundamentada antes que a la información fragmentada y sin contexto que muchas veces engalana las primeras planas de los sitios webs. El periodista sigue siendo hoy tan útil como lo fue en sus inicios.
Los medios digitales más que una barrera se constituyen en un mundo de posibilidades para ampliar el nivel de alcance de una de las profesiones más bonita del mundo: el periodismo. Siempre y cuando el profesional en la materia aprenda a aprovechar estas oportunidades, sin perder la esencia de su oficio.
“El periodismo que sobrevivirá es el que, mediante una información completa, convierte al oyente, televidente o lector en conciencia de su historia” (ICFJ).
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zonaetica · 2 years
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25 frases célebres sobre ética
La ética es uno de los fundamentos que mayor trascendencia ha tenido a lo largo de la historia. Son pues aquellos que la viven y la enseñan quiénes, nos enseña la historia, dejan una huella en el mundo. Por eso, en Zona Ética hicimos una recopilación de 25 frases éticas que no puedes dejar de conocer.
1. “Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor, los errores de nuestra moral”.-José Ortega
La moral es un bien mayor que el instinto, y el amor es un don que trasciende la moral.
2. “El primer paso en la evolución de la ética es un sentido de solidaridad con otros seres humanos”. –Albert Schweitzer
La ética no solo debe de basarse en unas normas para un buen proceder individual, sino que también debe movernos en beneficio de todos los que nos rodean.
3. “Trabaja para mantener viva en tu pecho esa pequeña chispa de fuego celeste, la conciencia”. -George Washington
La conciencia es nuestra brújula para decidir entre el bien y el mal, es por esto que debemos velar por mantenerla limpia, y no apagarla yendo en contravía de lo que ella nos dice.
4. “Predicar moral es cosa fácil; mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica”. –Arthur Schopenhauer
Predicar mucho acerca de la moral nos convertirá en buenos expositores; pero para ser personas moral y éticamente correcta, necesariamente tenemos que empezar a vivir lo que se predica.
5. “La conciencia es la brújula del hombre”. –Vincent Van Gogh
La vida a menudo nos lleva por senderos desconocidos; así como el viajero, por más que transite siempre necesita la brújula para orientarse en medio de lo desconocido, nosotros necesitamos una buena conciencia para saber cómo actuar ante todos los imprevistos y desafíos que la vida nos presente.
6. “A los puros todas las cosas les parecen puras”. –Apóstol Pablo
Una conciencia limpia es lo primero que se requiere para vivir limpiamente. Si pensamos con pureza, veremos que el mundo no es tan vil como se piensa; en realidad los viles somos nosotros.
7. “La integridad es la base sobre la que todos los otros valores están construidos”. –Brian Tracy
La integridad es lo que hace la gran diferencia entre hacer cosas buenas, y ser personas de bien. Cualquier otro valor nos puede enfocar en el hacer, pero solo la integridad y coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos es lo que nos convertirá en personas bien fundamentadas.
8. “De que nos vale tener inteligencia si no aprendemos a usar la conciencia”. –Rubén Blades
La inteligencia nos puede hacer capaces de hacer cosas grandes, pero solo la conciencia nos guiará para ser personas grandes.
9. “Los valores morales se pierden sepultados por los económicos”. –José Luis López
Muchas veces nos preocupamos tanto por tener, que se nos olvida que lo más importante es ser, y que de ahí proceden todas las demás cosas.
10. “Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo”. –Cicerón
La opinión de los demás está basada en sus propias experiencias, y no siempre es objetiva, pero nosotros siempre debemos velar por estar en paz con nuestra propia conciencia, antes que queda bien con la gente.
11. “Aquel que no usa su moralidad como si fuera su mejor ropaje, estaría mejor desnudo”.-Khalil Gibran
La ropa puede cubrirnos del clima externo, pero una vida in moral no podrá cubrirnos de nada.
12. “La herramienta de persuasión más importante que tienes en todo tu arsenal es la integridad”. –Zig Ziglar
Cualquiera puede resistirte a las palabras, pero es difícil no ser persuadidos cuando alguien vive lo que dice, cuando alguien es íntegro.
13. “A más conciencia, mejores decisiones”. –Robin Sharma
Cuando somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos, aprendemos a tomar mejores decisiones.
14. “Moral y luz son nuestras primeras necesidades”. –Simón Bolívar
La luz física guía nuestros ojos para que nuestros pies no tropiecen, la luz de la conciencia guía nuestras decisiones para que nuestras vidas no fracasen.
15. “La buena conciencia es la mejor almohada para dormir”. –Sócrates
La mejor forma de descansar es poder cerrar los ojos y estar libres ante nuestra conciencia.
16. “La ética o la moral deben de entenderse no solo como la realización de unas cuantas acciones buenas, sino como la formación de un alma sensible. -Victoria Camps”.
Lo importante en la vida no es solo aprender qué hacer y que no, sino desarrollar una conciencia capaz de enseñarnos por qué sí y por qué no.
17. “En la vida civilizada, la ley flota en un mar de ética”. -Earl Warren.
La verdadera civilización es poder vivir bajo normas regidas por la ética.
18. “Las acciones son, ciertamente, la única manera de expresar la ética”. -Jane Addams
La ética siempre empieza como un valor interno, pero quien lo ha construido no puede dejarlo solo para sus adentros. Quien piensa éticamente, no puede vivir de otra manera.
19. “Las personas excelentes tienen excelentes valores y una excelente ética”. -Jeffrey Gitomer.
La excelencia en todo lo que hacemos debe de ser consecuente con la excelencia en todo lo que somos.
20. “La ética es conocer la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto”. -Potter Stewart
Muchas veces nos tocará elegir entre lo que puedo hacer y lo que debo hacer. Cada vez que tengas que elegir, elige lo segundo.
21. “La relatividad aplica para la física, no para la ética.” -Albert Einstein.
La ética ha de ser constante, o no podría ser ética. Si lo correcto es cambiante, ¿cómo estaríamos seguros de cuando lo estamos haciendo, y cuando no?
22. “La ética, la igualdad y los principios de la justicia no cambian con el calendario”. -D. H. Lawrence.
Estos tres fundamentos no pueden ser removidos. Deben permanecer en el tiempo, y pese al tiempo.
23. “La libertad no puede ser establecida sin moralidad, y la moralidad no puede ser establecida sin fe”. -Alexis de Tocqueville.
Para ser libres, hay que ser íntegros, y no se puede ser íntegro completamente hasta tanto no entendamos que fuimos creados para serlo.
24. “La moralidad es un lujo privado y costoso”. -Henry Adams.
En tiempos donde los valores están en decadencia, tenerlos es todo un lujo.
25. “La integridad es decirme la verdad a mí mismo. Y la honestidad es decirle la verdad a los demás”. -Spencer Johnson.
Ser íntegro es ser sincero con uno mismo, y esa sinceridad siempre nos lleva a ser transparentes para con los que nos rodean.
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