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“Una más, para el camino”
“¡Hola! Has llegado hasta aquí, no sabes lo feliz que eso me hace, ha llevado tiempo, pero por fin llegamos”
Tristemente, lectores y lectoras, no es una frase que escribo exclusivamente para ustedes, sino para mí. ¿Por qué? Verán, su humilde servido por fin consiguió terminar sus estudios universitarios y esta aventura literaria que empezamos casi 6 meses atrás llega a su fin; No os preocupéis, que aún tengo una aventura que contar, un relato que hacer, una anécdota que narrar…Una más, para el camino.
Hace poco me cayó enfrente la oportunidad de viajar a Tlalpujaua y al Oro, dos ciudades no tan cercanas a mi natal San Juan del Río que no había tenido el placer de añadir a mis memorias de viaje, por encima de todo, esa chance venía acompañada de la posibilidad de por fin viajar con alguien que quiero bastante. Ahora bien, ya habíamos viajado juntos antes, pero siempre en un ambiente académico, esta vez el viaje era organizado por una tour operadora novedosa de la zona, por ende, nada de vibra universitaria. Primer viaje, de muchos seguramente.
Ciertamente el destino no sonaba a la gran cosa en mi mente, es más, no tenía casi nada de contexto ni conocimiento real sobre la parte del país que iba a recorrer. ¿So, what? La vida es para aventurarse, así que me puse mi mejor espíritu navideño (visitaríamos una villa navideña, eso SÍ sabía), me levanté de madrugada después de dormir poco más de una hora, manejé con todo el frío del mundo acompañado por mi eternamente motivante papá hacia donde nos recogería la van de viaje y olvidé al mundo para partir.
A pesar de ir pegados y super abrigados, el frío nos azotaba a Scar y a mí, sin embargo, el sueño ganó y nos fuimos dormidos buen tramo del trayecto. Resumiendo “El Oro” (primer destino del día), es un pueblo mágico pequeño pero lleno de historia, tiene un socavón explorable que es bastante impresionante, aunque esté bloqueada después del primer nivel por los riesgos que representa, hay un elevador antiguo del OTRO lado de la mini metrópoli usado antiguamente para sacar plata de la mina y sí, te dejan escalar hasta la cima ya que ahora se usa como mirador, también hay un restaurante en un vagón de tren que se ve coqueto pero es bastante caro y suele estar repleto de gente, por último hay un edificio principal que parece un castillo de eras ya olvidadas. Scar y yo nos la pasamos deambulando hasta que se nos olvidó el frío. Lugar 8/10. Compañía 10/10.





De vuelta a la van, conteo de cabezas y vámonos a Tlalpujaua. Este sitio tiene una estructura bastante peculiar, construido en una parte empinada de un cerro, todas las calles tienen cierta inclinación y parece que te ladeas al caminar. Este sitio es famoso por tener una villa navideña y una cantidad aparentemente infinita de esferas, de todo diseño, forma, color y hasta sabor posible (Okay, puede que “sabor” sea una exageración, pero me entienden). Aquí nos adentramos en la vibra navideña, recorrimos todos los locales de esferas, comimos antojitos y coronamos la noche con un espectáculo de luces navideñas y nieve artificial, estaba rodeado de gente, pero Scar me calmó un poco y volvió aún más disfrutable todo. Lugar 8.5/10 Compañía 10/10.





Otra vez retornamos a nuestro transporte, pero ahora con mucha calma porque las energías estaban por los suelos, nos intentamos dormir en el regreso, pero el conductor puso una película mexicana algo entretenida (Vean “Lady Rancho”, es bastante entrañable para el concepto que tiene), llevó a una plática que volvió imposible e innecesario dormir. Llegando, se nos dio un recuerdito de la “Urbe Navideña” y lo puse inmediatamente en mis llaves. Fue un gran comienzo para futuras travesías y no podría tenerlo con alguien mejor.
Aquí es el punto donde me despido, donde les anuncio como dejaré de redactar estos blogs a las 4 o 6 personas que los leen y que dejarán de ver mis fotos de animalitos o de recorridos que hago… SIN EMBARGO, no soy bueno con los finales, no planeo aprender a serlo. Así que, es solo un hasta pronto, volveré quizá la siguiente semana, mes, bimestre, ni yo lo sé: sólo sepan que aprecio que me hayan seguido hasta aquí y que jamás olvidaré que esto permitió externar alegremente toda ocurrencia en mi cabeza. Auf widersehen. See you later. À bientôt. Nos vemos pronto.
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Más fotos, más historias.
¡Hola! Bienvenidos sean de vuelta a su diario matutino favorito… aunque no es exactamente diario, sino más bien semanal y tampoco matutino ya que suelo escribir a altas horas de la noche.
Okay, empecemos de nuevo: Bienvenidos una vez más a su semanal vespertino favorito. Efectivamente, después de un breve descanso del humor y vibra a la que ya están acostumbrados, he vuelto a la programación habitual y de la única forma que sé: Con más fotos de animales (y una flor, porque no vi razón para no incluirla).

Inaugurando este post semanal, tenemos a un perro bastante especial para tu servidor, este pequeño fue traído a mi hace algunos años con la idea de que se quedara a vivir conmigo y nos volviéramos como uña y mugre. Lo segundo pasó, lo primero tristemente no duró pues estaba presupuestado tener en mi casa un perro grande, no uno enorme. Leo se fue a vivir con familia, lo dejé de ver seguido, sin embargo, me llena de paz y alegría ver la sonrisa que pinta cada que me vuelve a ver y paso algo de rato con él. Jamás me olvidó y yo a él tampoco.

Aquí se puede observa nuestro único ejemplar NO animal, una pequeña flor creciendo fuerte y singular alejada del resto de su especie (ubicada al fondo a la derecha de la imagen) a unos pocos metros de un restaurante en el municipio de Amealco. Su separación me llamó bastante la atención, además del como se situaba sobre una piedrita en un espacio perfectamente viable para tomar una fotografía de la montaña que se encontraba detrás de ella.
Por último, tenemos este diminuto y adorable animalito que cayó en mis piernas de la nada mientras me encontraba sentado en mi parque favorito de San Juan del Río. El pobre claramente sentía que ya había encontrado un hogar porque se estaba intentando aferrar con todo su ser a mi pantalón. Intenté con suavidad moverlo, pero parecía una labor imposible a menos que le hiciera daño a la criatura. Después de varios minutos en los que tuve que fingir que no estaba ahí para que no sintiera mi tensión y se espantara más, el bichito caminó un poco hasta caer al piso para así continuar con su camino en esta vida; como todos, que en algún momento nos aferramos a situaciones precarias cuando el dejar ir no era para nada una mala idea. Siempre es útil fijarse en los pequeños seres del mundo para entender mejor la vida.
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Incertidumbre creativa
Parafraseando una de mis películas favoritas “La vida de un bloguero es sencilla en muchos aspectos. Arriesgamos poco y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su likes y su atención a nuestros posts. Prosperamos con las ocurrencias semanales, divertidas de escribir y de leer.” Bueno, el día de hoy no hay muchas de esas ocurrencias, ha decir verdad la cantidad de ideas que les vengo manejando sobre viajes o vivencias viene siendo equivalente a la cantidad de días de universidad que me quedan: Prácticamente cero.
Un sentimiento de incertidumbre ronda mis pensamientos sobre el futuro, contemplando qué debe hacer uno cuando acaba esta etapa de su vida. El día de graduación llegó y se fue, quizá no conectó conmigo como me hubiera gustado. Uno pensaría que es sencillo distraerse de todo ello volviendo a escribir en este pequeño espacio en donde rondan libremente mis ideas, pero suena a que la incertidumbre se extendió hasta aquí… Y como ustedes ya sabrán, lo mío es encontrarles la vuelta a las cosas, así que por qué no escribir sobre no saber qué escribir añadiendo unas imágenes de animales para complementar.
“¿Animales?” Se preguntarán ustedes, a lo que yo les responderé que “CLARO QUE ANIMALES”, al fin y al cabo, son una constante en mi blog, además de que nada mejor para expresar nuestro sentir de estancamiento que llegamos a tener los seres humanos que a través de animales encerrados. Si alguien entiende el verse como caminando y volviendo al mismo lugar serían ellos. ¿No?




Oh vaya, 3 seres vivos completamente ajenos unos a otros y si bien es cierto que el último ni siquiera se encuentra encerrado per se, la ilusión de encierro es lo que más nos importa aquí.
El búfalo que vemos se encuentra adentro de un restaurant que no recuerdo bien en qué parte está localizado entre Ezequiel Montes en Cadereyta, no puedo ni imaginar quién tuvo la brillante idea de situar a un búfalo a la mitad de Querétaro y como atracción para un restaurante. Eso sí, se nota que también tuvo sus momentos de bloqueo creativo que ciertamente lo llevaron al juicio de que un animal exótico era la mejor manera de atraer gente a su local.
La araña se puede hallar si uno visita el Museo de Insectos que está en el centro histórico de la ciudad de Querétaro, este pequeño ser es parte de los 4 ejemplares vivos que hay en el museo, efectivamente, ninguno de ellos son siquiera insectos. Todas son arácnidos. Eso sí, uno piensa en “experiencia turística con insectos” (que de por sí es un pensamiento bastante bizarro, pero la creatividad durante tiempos inciertos es impredecible) y razona que debe haber al menos unos cuantos escorpiones y alguna araña por ahí. El ser en la foto se usa para caminar sobre las manos de turísticas atrevidos… ese día no fui atrevido.
Por último, tenemos uno de los seres más interesantes que he fotografiado, tanto por su especie como por su ubicación. Una polilla leopardo decidió postrarse sobre la puerta del portón de mi casa para refugiarse de la lluvia, se quedó ahí por 3 días enteros, se podría especular que la desorientó la lluvia o simplemente se atoró en la puerta. ¿Quién de nosotros puede decir que no ha estado ahí?
Así que ahí lo tienen, mi intento de exprimir agua de las piedras. Creo que, si hay una lección sobre todo esto, además de que discretamente les metí otro post sobre cosas bonitas que encuentro en el mundo (solamente que con tono melancólico), es que no siempre es necesario el sentir esta falta de acción o creatividad solos en nuestras vidas, siempre hay algo a la vuelta de la esquina que nos hace sentir que el mundo no nos está aislando, sino brindando la oportunidad de ver la realidad desde otra perSpectiva. ¡Vaya que la mía ha cambiado últimamente!
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“Adentrándose en lo desconocido”
Mi lado de la familia que corresponde a las primas de mi mamá nunca ha sido sumamente cercano a mí. No es algo que sea enteramente su culpa, de pequeño me cerré bastante a socializar con ellos y nunca se formó una conexión real. Por esto fue de gran sorpresa cuando un tío le dijo a mi mamá que le encantaría que asistiera a su boda… él, que me había hablado un máximo de 5 veces en su vida.
En fin, a pesar de que ese mismo fin de semana que tomó lugar la vida había conseguido un trabajo para un festival en Querétaro, decidí ir a la boda. Ayudó que mi mamá apeló a mi sentimiento de deber y a que ya había confirmado en mi nombre, así que me aventuré con mis papás y hermana a San Miguel de Allende… bueno casi.
Verán, hay información importante que debería compartir respecto a la boda, aunque en el momento no la supiera, como por ejemplo qué tan lejos del centro del municipio se encontraba el hotel donde sería la boda. Demasiado, esa era la respuesta y me enteré justo cuando abrí los ojos en el carro y vi que ya no había civilización cerca. Era un hotel que se encontraba a la mitad de un bosque en donde había casi nula cobertura de red y al cual tardamos casi una hora en llegar después de perdernos un poco.
La información que sí sabía e igual debo compartirles es que mi tío se casaría… con su novio de ya 6 años. ¡Yay! Viva el amor. Es la primera boda a la que asisto entre personas del mismo género y me daba un nivel altísimo de curiosidad ver cómo funcionaría todo. No porque me cuestionara su amor o si debían casarse o no, el amor es universal y el peor error que podemos cometer como seres humanos es querer evitar sentirlo. Mi duda radicaba en la logística de todo, hasta donde yo me quedé, la iglesia aun no es tan progresiva en el estado de Guanajuato y no sonaba a que tendrían un juez presente, así que espero entiendan mi perplejidad cuando me di cuenta que un equivalente a una “guía espiritual” realizaría la ceremonia. Fue bastante hermoso, me llevó a considerar tener una ceremonia similar si es que me llega el día tan ansiado.
La recepción estuvo decente, salvada de sobremanera por la cantidad exorbitante de botanas que había. SIRVIERON NUECES GARAPIÑADAS. Déjenme decirles que es mi botana favorita y puede que me haya agotado el suministro que había para todos los invitados.
Les resumiré la fiesta en sí en pocas palabras ya que no fue la cosa que más recuerdo de este mundo. Comida de 4 tiempos, delicioso corte de carne sobre una cama de puré (creo que, de papa, ni cuenta me di), me confirmé a mi mismo que las bocinas gigantes a todo volumen no son mi estilo y me dieron chance de compartirle de mi “cuba” a mi hermana para que pudiera irse familiarizando con cosas así y no me la “agarren de bajada” en el futuro. JA JA.

Eso sí, noté que tiraron la casa por la ventana cuando a altas horas de la noche llegó a la fiesta UN CARRITO DE ELOTES Y UNO DE CHURROS. Aunque me tuve que formar por casi 45 minutos para conseguir algo, ya que acababa de regresar de mi 3er break de socializar de 5 min, le pude conseguir su “maruchelote” a mi hermana. Comimos ya exhaustos en nuestro cuarto de hostal y dimos por concluida la noche.
Moraleja: Ocupo muchísimo ahorro de dinero antes de siquiera contemplar casarme.
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NUEVOS COMIENZOS, MISMAS COMPAÑIAS
Señoras, Señores y todo lo que se encuentre de por medio, el día de hoy les vengo ofreciendo la maravillosa y buena nueva de que su bloguero animalero de confianza encontró trabajo al fin (Imagínense aplausos de fondo cuando digo eso).
¿Por qué es importante todo esto? ¿En qué concierne a un blog sobre turismo y animales? ¿Algún día dejaré de divagar en mis escritos y les daré contenido atrapante y congruente? Las respuestas para estas preguntas son simples de dar:
1- Porque conseguir trabajo en una agencia de viajes puede ser importante al tener un blog sobre turismo
2- AH… Supongo que la primera respuesta podría volverse a poner aquí; AUNQUE APARTE DE TODO HICE UN AMIGO INSECTO
3- No, aún así prometo mantenerlos entretenid@s con mis sinsentidos.
Llevo ya una semana dándole con todo a esto de armar paquetes de viajes y he de decir que no se parece en lo más mínimo a lo que me dieron de preparación en la universidad (Perdóname UAQ, no eres tú, soy yo), poco a poco he cachado la idea de que el turismo es un universo de variables y conocimientos sobre hoteles, transporte, gente, cotizaciones, temporadas altas/bajas, climas, touroperadores, horarios de tren, salidas de aviones, “bloques” (resulta que no son los de construcción), entre otras BASTANTES cosas.
Ligeramente cargado de información andaba mi cerebro (siendo apenas mi 2do día) cuando me contaron que haríamos un altar de muertos y que a mi me había tocado la enorme y maravillosa labor de manejar todo lo que tuviera que ver con flores de cempasúchil y su acomodo. Fue bastante terapéutico el estar arreglando y limpiando flores por alrededor de hora y media, claro que la cereza del pastel fue hacer un nuevo amigüito con exoesqueleto que se encontraba algo perdido, quizá cuestionando cómo hace poco andaba en un campo y ahora en un edificio rodeado de vidrios
Me parece interesante como el universo pone un cachito de esfuerzo para darme cierto sentido de familiaridad y calma (en forma de un pequeño ser) cuando estoy entrando en un totalmente nuevo y desconocido.
Eso sumado al constante ánimo que mi perSona suele darme, puedo pensar que finalmente me estoy encaminando a donde debo estar en mi vida. Todo esto a escasos días de graduarme, me hace ver que todo puede salir realmente bien en mi futuro
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Hola hola querid@s lector@s, esta semana le voy a meter un pequeño twist a las cosas. Como quizá ya no recuerden, estudio Gestión del turismo, en donde llevamos materias sobre redacción y marketing, un buen día tuvimos la tarea de escribir una historia que nos ayudara a explorar nuestra narrativa y mejorar el uso de nuestro entendimiento del branding. Esto fue lo que escribir yo:
"Juan, soltero, jubilado,veterano de guerra, el viejo amargado del pueblo:
Abre los ojos, pasivamente y por última vez en su vida, son las 8:00 a.m. y no tiene nada que hacer hasta dentro de al menos 2 horas.
El mundo a su alrededor parece estático, incapaz de reconciliar de forma natural con sus emociones.
La rutina de sus días se había vuelto incolora a sus 70 años de edad, la falta de empleo o calidez al llegar a su hogar había vuelto cascarrabias a un antes colorido ser
'Primero, desayuno a las 10 con los otros ancianos, nada más desmotivante.
Después, Bridge y más juegos banales con los mismos.
A las 2, baile de salón. A las 4 comer esa tan desabrida comida que me recomendó mi doctor más el idilio que son 70 pastillas que me prescribió..
Todo para volver a mí lúgubre morada en un camión lleno de personas que no dejan a uno ni respirar a las 6. Y finalmente ver mis series hasta lograr conciliar el sueño en mi silla. ¡Vaya dicha!'
Y así lo hizo, fue insufrible en el desayuno. Perdió todos sus juegos de mesa que veía sin chiste. Nadie bailó con el, voluntariamente no al menos, en el baile de salón. La comida fue irrelevante.
Así llegó la hora de su regreso en un camión repleto. Para arruinar aún más el día, una Madre batallando con todas las responsabilidades que conlleva serlo, decide sentar a su pequeño junto a Juan..
Después de un tiempo, las risas y gritos del niño estaban a punto de consumir a Juan, sin embargo este punto de ebullición no llegaría. Un perro cruzando el camino generó que una conductora compasiva evitara a toda costa golpearlo.
El camión gira en el aire.
Juan no piensa. Juan actúa..
Juan abraza al niño, el movimiento tira todos sus útiles encima de ambos.
El camión aterriza. Milagrosamente pocas almas dejaron sus hogares mortales.
Juan yace en el piso, inerte, cubierto de pintura, aferrado al niño que verá un día más este planeta pero sobre todas las cosas, con una sonrisa en su rostro, porque lo último que vió fue el color volver a su vida."
Ahora, es claro que este relato es meramente para pasar el rato, también admiré que turísticamente es algo falto pero para entretener quizá es grato.
Espero le den un buen trato y que con sus opiniones no se "hagan pato", que para jalar gente y vender es útil hacerlos sentir grato o mínimo decir "De risa, yo lo mato".
¡Nos vemos la siguiente semana! Con menos rimas pero más viajes jaja.
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Entre cascadas y bambú.
Pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de encontrar un lugar que genera tanta fascinación como lo hace Cuetzalan, Puebla. Tuve la oportunidad de visitar este lugar hace pocos meses, una experiencia que compartí con mis compañeros de salón de clases la cual parece ser la última que tendremos de ese estilo y que me dejó con recuerdos que están bastante presentes en mi día a día.
Ahora bien, podría redactar una crónica para contarles de todas las actividades de dicho viaje en forma de narración día por día, pero el formato de fotito con detalles descriptivos debajo de la misma se me hace mucho más original e interesante. Así que aquí vamos:
Aquí hay algo de bambú, la ciudad está REPLETA del mismo, es impresionante porque lo usan para una buena cantidad de estructuras en sus complejos turísticos. Viendo esto uno puede pensar que no le envidiamos nada a China… al menos en cuestión de este tipo de planta. Sorprendente saber que tenemos este tipo de paisaje dentro de nuestro país.
Ahora una insecto. Cumpliendo con la tradición de que tomo fotos de este tipo de ser vivo en cada lugar que voy, a este lindo espécimen lo encontré en un huerto gigantesco plagado de más especies de plantas y animales de las que podía contar. Se encontraba caminando sobre el barandal que marcaba la ruta a seguir para no perderse en la inmensidad de la zona, lo vimos a tiempo y evitamos molestarlo para que pudiera seguir con sus actividades diarias.
Nos aventamos a ir a la zona Arqueológica Yohualichan, ubicada en la orilla de la ciudad, un complejo piramidal poco comparable con lugares como Teotihuacán en cuestión de tamaño, pero que cuenta con una mística intrigante y una acústica que nunca había encontrado en mi vida. ¿Qué fue lo mejor que se nos ocurrió a Aarón y a mi para demostrar esta emoción y respeto por la zona? Posar como los muñequitos del Santo y Blue Demon que venden en los mercados. Iconic.
El complejo en el que nos hospedamos y que tan lindo trato nos dio, contaba con una cafetería afiliada a ellos (además de una escuela, plantación de herbolaria medicinal, bambú, venta de café por grano, vaya, tenían de todo en “Tosepan Kali”). La cafería, llamada “Tosepan Kajfen” como se podrá apreciar en los vasos, contaba con diversas selecciones de bebidas, pero mi eterna acompañante y yo escogimos el frappé más dulce que encontramos para degustar. Café: 9/10. Experiencia general: 9.5/10.

En este mágico lugar, encontramos una zona acuática llamada “Pata de perro”, donde hay unas formaciones rocosas en forma de huella de este animal. Ese mismo día recorrimos cavernas llenas de estalactitas. Fue una experiencia irrepetible y que puso a prueba al máximo mi habilidad de manejar la claustrofobia. Eso sí, el llegar al atractivo principal volvió mucho más linda toda la experiencia.
En nuestro último día en el lugar, tocó hacer aún más senderismo para poder apreciar las cascadas que ofrecía la zona, era una vista irrepetible que siento las fotografías no le harán justicia, sin embargo, se hace lo que se puede y dejaré dos ejemplos al respecto.
Ya para cerrar esta aventura, nos tomamos foto frente las letras de la zona, después de varios intentos, esto porque la gente de la zona seguía pasando detrás de nosotros; entendible considerando que era el mero centro de Cuetzalan y mis colegas y yo nos encontrábamos metidos directamente en la plaza principal… puede que estorbando el flujo de los locales. La foto, como todo el viaje en sí, valió la pena.
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Encontrando AÚN MÁS paz en el mundo
Así es, porque un tomo de fotitos de momentos lindos que he observado en mi vida diaria no fue suficiente… Les traigo UN POST MÁS.
Claro que mentiría si dijera que no me encanta hablar de los momentos que he capturado en fotografía, por ende espero se disfrute el blog semanal tanto como lo voy a disfrutar yo.

Para nuestra primera imagen tenemos a este lindo ejemplar de iguana encontrado en proximidades de las costas de Ixtapa, Guerrero. Este ser de luz se encontraba, como pueden observar, postrado entre las ramas de un árbol. Precariamente reposando al filo del abismo sin el atisbo más mínimo de preocupación observable; me hace pensar que en situaciones en las que parece que no tenemos a dónde movernos, siempre es posible tomarnos un momento “lagartija” en el cual estar inertes y sólo disfrutar el momento.

Siguiendo con nuestro trend de animales desafiando la normativa, les presento a mi pequeño pug de 8 años. El condenado nos acompañó de forma inesperada en una tradicional visita a la casa de mis abuelos en Chilpancingo, Guerrero a partir del hecho de que no había quien nos lo cuidara en nuestra casa. Podrán observar que el enano decidió acostarse a dormir sobre una maleta, pero no cualquier maleta: MÍ MALETA. Después de varios intentos de hablarle para moverlo de la zona decidí que no había otra más que darme por vencido ya que entendí que el pobre podía sentirse fuera de su ambiente y mí maleta al tener toda mi fragancia y feromona, quizá le daba cierta familiaridad y paz. Durmió ahí toda la noche y mi ropa olía a perro, pero valió la pena

Por último pero no menos importante, tenemos al perrito aislado contemplando el amanecer alejado del resto de sus hermanitos. Tomada en Amealco, Querétaro, este perrito estaba en “La palizada” que es uno de los establecimientos para hospedaje y alimentación más populares de la zona. El día que tomé la fotografía me encontraba con frío a tope así que salí del restaurante para postrarme frente al sol saliente, en ese preciso instante pude observar al tierno cachorrito buscando tener un momento de paz y calor similar al mío. Alejado de su camada y lleno de paz me ayudó a tener un bonito inicio de día además de una fotografía para incluir en nuestro proyecto que habíamos ido a realizar ese día.
Como verán, nuevamente les traigo un post medio cortito, quizá tendrán que ver que uno se atarea al máximo de trabajo y no redacta con todo el tiempo del mundo jaja.
Sin embargo son cortos pero sabrosos, espero yo.
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Encontrando la paz en el mundo.
Hola de nuevo, gente bonita que se da la vuelta por mi blog y se avientan a leer algo de mis desvarios mentales y mis pensamientos ligados a mis experiencias de vida. El día de hoy traigo un texto corto, una narración miniatura sobre encontrar su paz a través de figuras que he hayado en el mundo aún cuando sus cabezas se encuentran nubladas por ideas turbias o sofocadas por lo que nos rodea diariamente.
Empecemos por un corazón apagado. Encontrado afuera del museo regional en la ciudad de Querétaro, dicho tierno ser de tan clara tristeza se veía resignado a una existencia tan cercana al una gran exhibición artística pero imposibilitada de poder entrar. Para mí esto lo vuelve único en su tipo, arte alterno al cotidiano; lleva a pensar en todas aquellas piezas que no radican en museo y pasan desapercibidas

Otra de las apariciones pacíficas que se aparecieron frente a mis hojas fue la de una linda florecita que cayó en mis manos mientras recibía una explicación bastante tediosa en uno de los hoteles principales de Huatulco. Bloqueó los sentimientos de mundanidad y desinterés que me abrumaban. Espero recuerden mi blog anterior y mi gran amor por las flores.

De lo último que quiero hablar en esta ocasión es de mi pasión por caminar y los bonitos momentos que me ha traído.Durante la pandemia agarré ese deporte como el único ejercicio que era viable realizar a partir de las circunstancias, usualmente salía alrededor de las 6 de la tarde para poder observar el atardecer posándose sobre unos árboles localizados al fondo de un baldío cercano a mi hogar.

En una de esas ocasiones no salí a tiempo para mi ya acostumbrada admiración de la puesta del sol, sin embargo la naturaleza decidió ponerse de mi lado y postrar un particular pájaro azul en un pastizal que quedaba pegado a la banqueta. Alcancé a tomarle foto antes de que emprendiera vuelo

Al final, si con algo quisiera cerrar esta entrada es con la idea de que estamos rodeados de belleza en el planeta; nunca es un error detenerse un poco a observarla y tomarse un respiro de existir.
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Un viaje floral
Un buen 19 de octubre del 2021, un amigo cercano llamado Héctor tuvo la idea de sugerir que lo acompañara a comprar flores al estado de México. El tenía un negocio en donde compraba barato y vendía "a precios razonables" según él.
Cuando me invitó a hacerle compañía, tenía la impresión de que iríamos solamente él y yo. Me equivoqué y me enteré el mismo día de partir, uno después de la invitación
Su novia y una conocida de su familia vendrían a la aventura. Me agarró de sorpresa pues contemplaba un viaje a solas con uno de mis amigos más cercanos, no ocurrió pero pronto descubriría que no afectaría en lo más mínimo la experiencia.
El trayecto a Atlacomulco fue entretenido, su novia de mi amigo (Dariana) denotó ser una persona bastante sociable y simpática a pesar de apenas conocernos y para añadir a la repartición de anécdotas que estábamos teniendo, el que nos detuvieran en un retén policiaco por 40 minutos se convirtió en una historia más, pero ahora compartida por todos.
Antes de llegar a "Atlaco", nos detuvimos el seco para comprar algunas flores de cempasúchil, en un pequeño lugar que tenía una cantidad inmensa de la plantita (adjunto evidencia abajo de este párrafo) seguramente por estar tan cerca del Día de muertos.

Por alguna razón, las plantas siempre me han generado mucha paz a pesar de que el polen me genera ataques de estornudos. Siento que el estar junto a las mismas le hacen bien a las personas, es más sencillo apreciar el mundo a través de la flora de nuestro mundo y ese viaje logré ver cientos de ejemplares. Siento que algún día me encantaría que me regalaran flores a decir verdad
Ahora bien, fue algo desgastante el día ya que recorrimos bastantes lugares en Atlacomulco mientras Héctor encontraba las mejores plantas y ofertas, el sol era un martirio constante que disminuía mis fervientes deseos de estar ahí, sin embargo el tiempo con mi amigo y su novia mejoraron mucho el día. El plus de la experiencia fue mi compa invitándome a elegir algo para llevar a casa, yo decidí llevarme una "cuna de Moisés" que es la planta favorita de mi mamá.
Regresamos cansadísimos a casa, pero con camioneta llena y el corazón contento. Lo que no repetiría sería la parte de subir y bajar toda la mercancía no sólo por el esfuerzo que conllevó sino por los estornudos que me generaron...
Igual siempre es bonito recordar cuando prácticamente nadé entre un mar de flores. Me sentía una abejita.
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Una probadita del futuro... y de vino
Viajar con mi salón, una experiencia que evité por un tiempo. Puede que, por mis problemas para socializar, a partir de mi falta de motivación para embarcarme en aventuras con ellos o porque sencillamente soy una persona bastante apática generalmente.
Un buen 22 de abril del 2021, tras meses de encierro por la pandemia y a escasos 3 días de mi cumpleaños llegó la oportunidad de tomar un tour a través de viñedos del municipio de Tequisquiapan. Okay, no tenía la pinta de ser el viaje más extraordinario del mundo y menos porque era bajo el cargo de una profesora con la que había tenido problemas por mi actitud en el pasado; digamos que una “rebanada” de Jeremy pre-pandemia sabía a pastel que se había caído al piso, el sabor estaba ahí pero mientras más se fijaba uno más detalles se podrían encontrar para amargar la experiencia del pastel y más se perderían las ganas de continuar comiendo. Sin embargo, me decidí a afrontar el viaje con toda la motivación del mundo y ver qué tenía preparado para mí la vida.
Observar Tequisquiapan por la mañana siempre sube el ánimo, es un lugar cuyo camino a él tiene una mística bastante notoria. El sol del amanecer estampándose de lleno con el cerro que se encuentra entre Bordo Blanco y la parte central del municipio es algo que les recomiendo checar al menos una vez en sus vidas, por encima del resto de atractivos que quieran visitar en la zona, ese siempre es el tope para mí. Me tocó ver esto cuando iba entrando a la ciudad para unirme a mi grupo en el jardín principal en dónde nos dieron una explicación sobre el origen de la ciudad. Recuerdo con bastante claridad… como me distraje viendo hormigas siguiendo su caminito para poder llegar a su casa en la jardinera desde donde nos estaban dando la plática y esto no es culpa del guía ni nada, la información está clara en mi cabeza, es sólo que a veces divago un poco.
Posteriormente recorrimos un poco el centro, no sin antes tomarme alguna foto con mis compañeros de clase. No tenía muchas fotos con ellos, así que me alegró tomarlas. Me gustan mucho las fotografías y los recuerdos que estas mismas evocan, además siempre sube el ánimo el ver que alguien se quiere tomar una foto contigo.
Una vagoneta pasó a recogernos para llevarnos a los viñedos, no recuerdo en absoluto el nombre del primero, pero pudimos pasar entre sus arcos de vid (la planta de la uva para el vino) y justo me tomaron foto perdiéndome en lo verde del lugar. La naturaleza siempre me ha dado cierto sentido de maravilla y paz, por si para esta altura no se ha notado. Entramos a una cava luego probamos vino que no era nada del otro mundo, aunque sigue siendo parte de la experiencia.
De ahí, empezó lo interesante. Visita rápida a San Patricio donde empecé a sentirme más suelto y cómodo con todo el ambiente de andar de pata de perro con mi salón, posteriormente brincamos hasta Los Rosales (casi hasta el otro extremo de Tequisquiapan) en donde me la pasé bomba compartiendo chistes, ideas para fotos y tonterías con quien tomaría una insospechada importancia en mi futuro. Tomamos AÚN más pruebas de vino y aquí su servidor empezaba a sentir que en esta ocasión si alguien probaba una rebanada de él, se marearía un poco. Quizá la falta de un desayuno fuerte contribuyó a ello.

De volada nos movimos a OTRO extremo del municipio, esta vez: San Juanito. Una explicación de su embotellamiento más tarde, me encontraba en su mesa de pruebas observando el lugar y agitando mi copa de cortesía al punto que cierta persona comentó, como si me conociera de toda la vida en tan poco tiempo: “¡Vas a tirar tu copa! ¡Aguas!”. Le atinó. El ruido de la copa azotar no hizo más que generar una sonrisa de pena en mi rostro y un aire de adivina alrededor de dicha personita.
Nadie en el lugar pareció molestarse conmigo, así que sólo fue una anécdota más del día. Posteriormente me tomarían una foto con una copa (prestada, claramente) en donde a pesar de cubrebocas, se nota con claridad como no puedo ocultar la alegría que me dio toda la experiencia. Al final me di cuenta que dejarme llevar, aunque algo tarde, jamás será inoportuno. Menos sabiendo que siempre está la posibilidad de encontrar en dónde encajo con naturalidad.

Fotos por su servidor y @touriscar
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Navidad Burbujeante
Uno siempre vuelve a donde fue feliz y ningún lugar me ha hecho más feliz que San Miguel de Allende, Guanajuato. Mi mamá es originaria de ahí, por ende, tenemos bastante familia en el municipio el cual he visitado en promedio dos veces al mes durante 23 años de vida.
Corría el año 2021 y ya como era tradición, por las fiestas decembrinas, fuimos a la casa de la hermana mayor de mi mamá, me encontraba muy emocionado porque son mi lado de la familia favorito a pesar de que no vivo con ellos.
Las navidades en “Sanmi” tenían cierto ritmo para funcionar, llegar desde el 24 de diciembre con serios problemas para salir porque mi mamá se tensa cada vez que vamos a visitar a la familia, quizá por el deseo de que todas las cosas salgan pulcras y perfectas, aunque suele resultarle difícil porque mi papá, hermana y yo no somos las personas más hábiles ni responsables del mundo. Posteriormente, es aguantar el sol en el camino porque mi hermana siempre me gana el lado del carro en el que no da el sol durante el viaje, luego el trayecto de una hora y media (idóneamente, hay días que el tráfico vuelve todo un martirio, el 25 del que trata esta historia fue la excepción. Yay). La llegada y los abrazos de bienvenida en estas fechas son cortas porque medio mundo anda todo alborotado viendo como hacer que todo quede en orden.
En esta ocasión, la dinámica era la de todos los años; sin embargo, esta vez habría invitados para la cena. Esto no me emocionaba porque soy algo huraño con la gente nueva y las cenas familiares suelen ser, eso, “familiares”.
Llegó la velada, la cena servida y los invitados presentes, yo tardé bastante en salir pues después de ayudar con la cena procedí a hacerme bolita un rato en el cuarto que nos dieron nuestros tíos a mi hermana y a mí.
Para sorpresa mía, el ambiente fue genial. Pude participar en el brindis por primera vez (mi mamá siempre ha sido algo cerrada en la idea de que yo consuma la más mínima gota de alcohol), mis leves conocimientos de turismólogo rindieron bomba para descorchar vino y ayudar con el maridaje. La cena estaba algo pesada, pero todo parecía embonar perfecto. Aunque mi idea de primero tomar refresco luego vino, posteriormente refresco de nuevo para rebajar tan grasosa cena sería desastrosa a la mañana siguiente.
Amanecí, mi estómago me había traicionado de nuevo. Esta vez tocó una sensación constantemente burbujeante y quemante cada que ingería algún alimento. Dicha sensación me duraría aproximadamente mes y medio… maldigo todo mi sistema digestivo.
Pero esa mañana del 25 no estuvo exageradamente mal, fuimos al bello centro de la ciudad y de camino me ocurrió algo que siempre me genera alegría: Me encontré un animal interesante.

El insecto hoja más grande que había visto en mi vida pegado a una simple pared.
Esto, más lo grata e inesperada que fue la plática en la cena fueron de esas pequeñas cosas que hacen que San Miguel siempre esté clavado en mi corazón.
En fin, aquí lo dejaré por el momento, vuelvo pronto con nuevas historia, intentaré no mencionar de nuevo mis problemas estomacales, ahorita parece que es lo que más destaca de mi.
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Primeros pasos
¡Alto ahí, desconocido! Noto que se encuentra mal, parece que sufre un agudo caso de aburrimiento con secuelas de insatisfacción y pequeñas muestras de pérdida de interés en su día a día. No, esto NO es otro de esos anuncios sobre pastillas o productos mágicos que supuestamente le cambiarán su vida en un chasquido de dedos. Ésta es sólo una pequeña “promo” para invitarlo a inyectarse una sola dosis de los desvaríos de este humilde bloguero o, en otras palabras, invitarlo a probar “a slice of me” (una rebanada de mí).
Pero bueno, ¿A qué lo estoy invitando realmente? A una aventura viajera y gastronómica con su autor anónimo en turno que semanalmente los dejará pidiendo más y más hasta reventar de originalidad… o al menos eso espero.
Antes de adentrarnos en la nebulosa que llamo “cerebro”, permítanme explicarles la razón detrás de que los plague de mis experiencias turísticas: ¡Una tarea!
No les mentiré, el deseo de escribir y hablar sobre comida me ha llamado la atención toda la vida, principalmente porque desde que era pequeño tenía viajes constantes con mi mamá. Papá vivía lejos de nosotros así que mi infancia me la pasé mayormente en terminales de autobuses, comiendo lo que sea que podían ofrecerme, desde un sándwich en bolsita que incluía mi boleto de camión hasta pizza toda mal preparada por la prisa con la que se hizo. Es curioso, de niño tenía muchos problemas gástricos, el reflujo y mi píloro subdesarrollado no me dejaba conservar una gran cantidad de alimentos dentro de mi ser, pero la comida “viajera” jamás me hizo el daño que uno esperaría.

De ahí mi idea de hablarles sobre viajes y alimentos, porque para mí siempre han ido de la mano, ahora bien, el hecho de que me dejaran una tarea que me permitiera expresarme bastante al respecto lo veo como el destino diciéndome: “Órale pues, ya no tienes excusas. Escribe algo bonito”. Así que este soy yo escuchando al destino, al fin y al cabo, no hay nada más bello que hablar sobre “vómito” en mi primera entrada de este difuso blog, ¿cierto?
Entonces estén al pendiente, pronto volveré a llenar su vida de color. ¿Qué color? Aún está por verse queridos lectores y lectoras. Disfruten su semana, aliméntense bien, pero no demasiado, dejen un espacio para…“a slice of me”.
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