cailenmaximo
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Crónicas de Cailén
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cailenmaximo · 8 years ago
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Día 315 - Camino a Surd
¡Que cambio rotundo en nuestro cantar! No se a quien darle las gracias, ¿a la suerte?¿a la alineación planetaria?¿a la casualidad de las cosas? Si existe un dios, de seguro estuvo presente a nuestro lado en lo que aconteció el día anterior y hoy.
Para contar bien la historia, voy a continuar desde donde quedé en mi registro previo. Estábamos en la nueva posada, mis compañeros buscando relajar sus instintos alquilando alguna compañía o bebiendo cervezas que ayude a pasar el mal trago de la agitada mañana.
Yo no podía sacar de mi cabeza al niño Kranut, mi cerebro mezclaba mis propias experiencias con una cara de un niño desconocido que podría estar pasando por el mismo maltrato. No podía soportarlo así que decidí salir de la posada a merodear y despejar mi mente, pero mis pasos me llevaron de nuevo a la central de la guardia, entre queriendo y sin querer. Tenía que sacar más información sobre el bandido que se nos había escapado, así que entré para hacer lo que mejor se hacer: Hablar y obtener información.
En la guardia ya habían logrado obtener un poco más de datos a fuerza de puños, pero los datos importantes todavía faltaban. ¿Quién era su compañero, dónde se encontraba y dónde estaba Kranut o su cuerpo?.
Por suerte el oficial al mando, el señor Uldrin, me permitió tener una palabras con el delincuente capturado. Juro que hasta dos segundos antes de entrar en la celda, el fuego y la ira recorrían mis venas, pero al ver a este hombre, molido a golpes, con pocas esperanzas de vivir un día más y lo peor de todo, SOLO, solo para enfrentar la condena que de seguro sería mortal, me hicieron cambiar de parecer. Decidí cambiar un poco su vida, darle un pequeño giro a su historia.
Melequía era su nombre, el nombre de un hombre que, afectado por la escasez y la pobreza decidió buscar el camino fácil, que al final terminó quitándole lo poco que tenía. Melequía accedió a contarme más detalles de sus secuestros si yo hablaba con los guardias para que lo dejaran de golpear, y por otro lado yo le dije que si él se arrepentía de lo que hacía y nos ayudaba a terminar con estos secuestros, yo lo haría figurar en la historia como “El redimido” (y así será). Melequía me contó que su compañero se llamaba Aldrid, y que se habían estado hospedando en la posada “Mesón Sádico”.Secuestraban niños para pedir rescate y sacar así un poco de dinero que les permitiera seguir viviendo. Simple, como decía mi Lord Mithril, las buenas actitudes y los buenos tratos obtienen mayores recompensas que la fuerza bruta (Estoy seguro que Riltar y Eralae no opinan lo mismo)
Por fin, un camino claro a seguir, el problema es que ni Uldrin ni Liandra nos aseguraban ninguna paga.Le pedí a Uldrin que no golpearan más a Melequía, que lo necesitábamos consciente para identificar a su compañero, y me fui a buscar a mis compañeros. Todavía bebiendo estaban Igor y Dael, quienes al contarles los datos que había recolectado, se unieron rápidos a seguir con la misión, incluso si no obteníamos recompensa por nuestro trabajo. Subimos a discutir más detalles de la misión a la habitación, y ahí estaba Daurant, que evidentemente no tenía dinero para alquilar ningún tipo de compañía y había decidido satisfacer sus instintos en soledad (ni siquiera se molestó limpiar el desastre que le había caído en la barba).
Daurant no tardó un segundo en vestirse y salir derecho a acabar con el trabajo. Me encanta esa actitud de Daurant cuando está bien enfocada. Lamentablemente no encontramos a Ryltar y a Eralae, por lo que hablaban antes de que me fuese a la central de la guardia, seguramente se habían ido a un burdel importante (pobre de la prostituta alquilada por cualquiera de ellos). Lo primero era saber dónde se encontraba la posada “El Mesón Sádico”, así que fuimos con el posadero para preguntarle. El hombre nos indicó la dirección peor quedó preocupado de que abandonemos su local. Ni se nos había ocurrido y ahora que sabemos cómo es “El Mesón Sádico”, mucho menos.
La posada de los malhechores era realmente desagradable, ubicada en los barrios bajos de la ciudad y con hedores rancios desde la puerta de entrada. Para Daurant eso no era ningún problema y entró a la posada con un paso firme. Su estrategia de gritarle a los cuatro vientos que veníamos buscando a un secuestrador de niños llamado Aldrid no fue, en mi opinión, la más acertada, especialmente en un lugar donde cada persona podría ser un delincuente. Como nadie nos dijo nada de Aldird, fuimos a hablarle al posadero quien nos dijo que no conocía a ningún Aldrid. Yo veía que el posadero hacía gestos raros pero no lo entendí hasta que Daurant, impaciente por mi ingenuidad, me gritó que el hombre me estaba pidiendo dinero por la información. Siempre olvido que el dinero consigue casi cualquier cosa. Para mi suerte, el posadero, entre cansado de que yo no le entienda sus señas y con ganas de que el grupo de raritos abandonaran el lugar, nos dijo cual era su habitación, así que fuimos.
intentamos ser sutiles y amables llamando a la puerta, pero ante la falta de respuesta, nos vimos obligados a forzar la puerta que ya de por sí estaba venida a menos. Lapuerta estaba trabada por cosas apiladas al otro lado, pero Daurant fue abriendo la puerta de a poco hasta que finalmente quedó abierta. Una flecha pasó rozando su oreja y por suerte no le pegó a ninguno de los cuatro. En la habitación arrinconado contra la pared frente a la puerta se encontraba Aldrid, paralizado por el miedo. Daurant, enfurecido por el inesperado ataque con la flecha, fue decidido a destrozarle la cara. Por suerte pude detenerlo a tiempo, sino probablemente tendríamos otro cadáver en lugar de una recompensa. La verdad que no se como no se orinó encima al estar rodeado por Igor y Daurant. Lo desarmamos y lo registramos inmediatamente. Yo le pregunté dónde habían enterrado el cuerpo del niño, pero su terror casi no lo dejaba articular palabra alguna. Nos dijo a duras penas que lo habían enterrado en las afueras de la ciudad, debajo de un árbol, pero no especificó mucho más. Sacamos lo que pudimos de aquella habitación (si no íbamos a tener una paga segura, teniamos que hacernos de lo que pudieramos). Daurant se quedó con con el arco y unas pocas flechas, Igor con 10 monedas de oro y yo encontré un par de hojas, pluma y tinta que a mi modo de ver son más valiosos que el oro que podemos obtener.
Desde ahí hasta la central de la guardia, Daurant llevó a Aldrid de la oreja. Debo decir que lo disfruté bastante, un castigo así es lo mínimo que se merece. Al llegar a la guardia, lo llevamos con Uldrin, y de ahí a la celda de Melequía quien lo reconoció de inmediato. Al parecer Aldrid no tuvo mejor idea que encabronarse con el ya maltratado compañero, lo cual ya era casi una confesión, pero para Uldrin no era suficiente, así que no nos quedó otra que buscar el cuerpo y traer a la madre para que corrobore las pruebas. Dael, Igor y Daurant fueron a buscar el cuerpo, mientras yo fui a buscar a Lindra. No me tardé en llegar, llamé a la puerta y luego de un rato ella abrió la puerta. Le conté lo que había pasado y accedió a acompañarme a la guardia.
Cómo explicarles el paso de caminata de Lindra… Estaba realmente debilitada por no comer y me imagino que por la situación de su hijo. El paso era sumamente lento. Desesperantemente lento. Llegaríamos a la guardia al día siguiente por la tarde. Mi mente se debatía entre mantenerme alejado de la mujer hedionda y mugrosa o cargarla en mi espalda y llevarla a un paso mucho más razonable. La visión de cargarla no era para nada grata, pero otra vez se me ganó el corazón y la compasión así que aguanté la respiración un momento, la cargué  y salí corriento como para que el aire en mi cara alejara el hedor que dejaba a mis espaldas.
En el camino tuve la sorpresa de encontrarme con Rytar. Me llamó y me detuve un momento a explicarle lo que estaba pasando.Su cara de asco de verme cargar a Lindra fue indescriptible, pero se unió a mi marcha y fuimos pronto a la guardia. Cuando llegamos, el resto del grupo ya se encontraba esperándonos, y habían encontrado la pieza faltante. Uldrin nos hizo pasar a Ryltar, Lindra y a mí. Habíamos completado el encargo, pero lejos de estar satisfecho con nuestra tarea cumplida, sentía una tristeza muy profunda. lo sentí como si hubiésemos fallado, como si hubiésemos llegado tarde. Una madre sosteniendo el cuerpo sin vida de su pequeño hijo que no tuvo ni la mínima oportunidad de conocer verdadera felicidad... En las reglas de la naturaleza debería figurar que está terminantemente prohibido que los padres vean morir a sus hijos.
No quise ni mirar a los captores del niño. El niño habría muerto por la enfermedad que portaba, no por mano de esos hombres, pero sentía otra vez mis venas arder y mirarlos podría haber desencadenado en mí la impotencia y el odi, y no es lo que se necesitaba en ese momento. Lindra necesitaba alguien que le hiciera compañía, hasta pensé en dale paso a Daurant para que le hiciera compañía esa noche en sus aposentos. El sexo siempre ayuda a despejar la mente por un momento al menos. Remedio felidae garantizado.
No había nada más que hacer, así que nos retiramos la posada. Igor, Daurant y yo nos bañamos para sacarnos la mugre, el hedor y el malestar del día. Es interesante la anatomía de mis compañeros. Quizá no sean exactamente lo que uno llama belleza, pero sus cuerpos al desnudos muestran músculos poderosos y cicatrices de batallas que sería interesante escuchar a la luz de una fogata. El baño me ayudó a relajarme y entender que habíamos hecho lo mejor que pudimos, así que concilié el sueño tranquilo.
En la mañana siguiente, despertamos temprano y nos alistamos para nuestro próximo trabajo, asegurar la caravana. Antes de irme sentí la necesidad de revisar cómo se encontraba Lindra, así que compré una ración extra de un buen desayuno y salí corriendo a su casa. Tenía el tiempo justo, así que ni un minuto podía desperdiciar. Llegué pronto y llamé a la puerta pero nadie respondía. Era temprano y debí esperarme que Lindra estuviese  durmiendo, pero me inquietó el silencio. Tanta tristeza junta podrían haberla llevado a tomar una decisión mortal, y la sola idea me heló los huesos. golpeé la puerta con más fuerza y la llamé por su nombre. Gracias al cielo y a la vida respondió y al rato apareció en el portal de la vivienda. Para mi sorpresa, ella me contó que había matado al pollo para brindarnos algo de comer como pago por la tarea. En su miseria, buscó lo que no tenía para pagarnos al menos algo. Me sentí tan pequeño y miserable, peor que una cucaracha, porque esa mujer era mucho más noble que cualquiera de nosotros. Logré contener el nudo en mi garganta y le entregué el desayuno que le había traído. Se vio emocionada y no me dio tiempo a continuar, entró a la vivienda y salió diciendo que tenía algo para mi. Extendió su débil mano y me entregó el oso Kranut. Estaba limpio y cargado de amor, el amor que solo una madre puede tener con su hijo. No hubo forma de contener mis lagrimas, asi que la abracé para esconder mis ojos. No será ninguna espada mágica, o la cabeza de una fiera expuesta en una pared, pero ese osito de peluche fue para mí el mayor trofeo conseguido desde la muerte de mi querido Lord Mithril. Luego le dí una moneda de oro para que pudiera comer mejor durante un tiempo. Que miserable fui… debería haberle dejado todo en ese instante. Espero que la suerte le sonría y le devuelva la felicidad pronto.
Me despedí y salí corriendo, mientras las lágrimas volvían a rodar por mis mejillas. Tenía que recomponerme antes de llegar a la guardia así que corrí para desahogarme. Al llegar al lugar, tomé aire, me limpie la cara y acomode mis pensamientos. Al entrar lo hice como siempre lo hago, anunciando los buenos días. Me costó más de la cuenta esta vez, pero así fui recuperando el Cailén de todos los días. El encargado me reconoció y me entregó una bolsa de monedas de oro, 30 monedas, de parte de Uldrin por nuestra tarea. De Melaquía y Aldrid me dijo que estaban sentenciados a muerte y que se lo habían llevado para que tuvieran su última comida antes de la ejecución. En el fondo albergaba una pequeña esperanza de que Melequía fuese perdonado y enviado a hacer labores sociales para enmendar el daño causado con los secuestros, pero la verdad que ellos mismos sabían cuál era el precio de sus crímenes…
Me fui al encuentro del grupo que ya se encontraban esperándome en la entrada del local que nos contrató. como. Mientras nos organizábamos y esperábamos a que llegase el otro grupo, Ryltar no perdió el tiempo y empezó a entablar relaciones comerciales con el vendedor. Ese sádico es buen negociador por lo visto y logró convencer al vendedor de posibles tratados posteriormente a finalizar el trabajo con la caravana.
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cailenmaximo · 8 years ago
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Dia 314 - Ordulin (segunda entrada)
Aun sigo un poco confundido con lo que aconteció hoy, yo esperaba tener un día tranquilo para relajarnos y prepararnos para el viaje con la caravana, pero ocurrió lo más insólito e inesperado.
Como ya les dije, el oro escasea así que decidimos no perder un segundo y salir en búsqueda de alguna otra oferta de trabajo que nos diera algunas monedas. La tarea que parecía relativamente simple era la de buscar a un niño perdido. Debí suponer antes de que la paga no sería buena inmediatamente cuando leí que nuestro contacto vivía en los barrios bajos, pero por algún motivo no lo pensé. quizá algo dentro de mí recordó a mi madre y la imaginó sufriendo porque yo estaba perdido... ¿Cómo estarán en casa?¿Cómo estará ella?¿Estará realmente sufriendo pensando que yo estoy perdido o muriendo de hambre?
Algunos de mala gana, otros un poco mas altruistas y animados, fuimos a encontrarnos con Lindra, la madre del niño. La miseria en la que vivía era indescriptible. En un momento esperamos que ella nos pudiera pagar el servicio con algo de comer y un techo para descansar, pero la pocilga apenas daba para alojar a la pobre mujer, a su hijo perdido y una sarta de basuras y porquería dentro de la casa.
Realmente no comprendo a la gente que me acompaña, para nada, ni un poco. Cuando llegamos y vimos a Lindra, Daurant clavó su mirada en ella y enseguida hizo notar que no era lo único que quería clavarle. La verdad no me sorprende demasiado, Daurant siempre sintió atracón por esa mujeres que es muy difícil creer que son mujeres, y Lindra es, a los estándares de belleza, todo lo contrario a atractiva. Lindra por supuesto, rodeada de un grupo tan variopinto y extraño, se sintió amenazada, lo cual entiendo perfectamente, yo me sentiría igual conociendo como está el mundo en estos días.
Si la reacción de Daurant fue rara, no fue nada comparada a la reacción de Dael. Mientras Lindra nos contaba datos sobre su hijo y la desaparición, Dael la empujó sin motivo. Así como lo leen. Está bien, admito que no fue un bruto empujón, mas bien un empujonsito leve, pero suficientemente fuerte para el estado de la mujer. Lindra, que además de estar mal vestida estaba débil por la hambruna evidente por la que pasaba, trastabilló y calló, lastimándose un poco. ¿Qué esperaba obtener de eso? realmente no lo sé, verificar que la mujer no estaba actuando supongo. No lo entiendo
En resumidas cuentas. Lindra nos contó que su hijo había desaparecido hace tres días, que era un niño pequeño, con una estatura de un niño de 5 años más o menos, que hace unos días había empezado a tener un problema en la piel de la cabeza y que el pelo se le caía (muy probablemente sea por alguna enfermedad mágica contagiada por un herido de guerra), nos contó que llevaba siempre un osito de peluche y que solía frecuentar la parte céntrica de la ciudad para conseguir algo de dinero y así ayudar a su madre a comprar comida. El nombre del niño es Cranut. Me pregunto si Lindra sabrá de la historia del famoso goliat Cranut que luchó para derrocar a un tirano y si habrá llamado a si hijo en honor a ese goliat.
Entre algunas de las cosas que nos contó, mencionó que dos hombres rondaban los alrededores y que los seguían. Un hombre calvo y otro con una aureola pelada y barba larga. Ryltar recordó haber visto a dos hombres así en la posada y que además cree haber escuchado que hablaban de justamente la nota que había dejado Lindra en la posada.
Hasta acá es donde llega la poca cordura de esta historia.
Fuimos a buscar a los mencionados hombres a la posada. Obviamente el posadero ya no quería vernos, así que teníamos que entrar de alguna otra forma. Yo pensaba hablar directamente con el posadero, ya que no había pasado nada malo por la mañana, solo un pequeño pleito y además así podía ofrecerle mis disculpas por la tensión que generamos al medirnos con el grupo de Remial.
Pensaba... verbo pasado. Ryltar escuchó algo y decidió actuar de inmediato, trepándose por los techo y entrando por una ventana del segundo piso. Daurant, Dael, Igor y yo, no nos podíamos quedar atrás. Daurant fue el primero en moverse. Yo esperaba que Igor se quedara vigilando, su tamaño no es para nada discreto, y menos si además lleva arrastrando a Tamara, su espada gigante. Otra vez supuse mal, se sumó a Dael y a mí a la caraba que seguía a Daurant para ir al encuentro de Ryltar. Por suerte la posada estaba atestada de gente y el posadero no tuvo oportunidad ni de mirar al frente, así que pasamos desapercibidos.Cuando llegamos con Ryltar, él ya había estado escuchando algunas de las habitaciones y ninguna parecía dar indicios de los sospechosos. Quedaban unas pocas por revisar, así que nos las repartimos.
La habitación a la que a mi me tocó llamar, pertenecía a un noble. Ni bien me abrió pude notar las buenas vestiduras, las sábanas de seda y algunos otros detalles que solo veía cuando vivía en la mención de Lord Mithril. En mi descuido por observar la habitación y perderme en mis recuerdos, el noble tuvo la no mi brillante idea de intentar “adoptarme” como su mascota, poniéndome un cinturón en el cuello. A mi espalda estaba Igor, que al ver la escena actuó de inmediato reventándole la cara con un puñetazo. Literalmente se la reventó, la boca le sangraba mucho y los dientes habían desaparecido, los pocos que le quedaban pendían de un hilillo de carne. Igor intentaba seguir golpeándolo y yo hice lo que pude para frenarlo. Una lástima, el noble no era de mis preferencias, pero tampoco estaba mal, en una de esas podría haber pasado un buen momento juntos y después sacarle información o incluso algunas monedas o joyas si lograba encantarlo con mis dotes felinas.
Igor se quedó revisando el cuarto y yo, en mi estupor, no tuve mejor idea que ir a golpear la puerta de enfrente. Era otro noble, y otro estúpido que quiso tenerme como mascota, esta vez encaró a Ryltar con una bolsita  de monedas de oro. Ryltar y Erale aún creen que soy propiedad de ellos, y les olesta que alguien más quiera quedarse con sus posesiones. Además se sumó Daurant, tan sutil como pisadas de una manada de elefantes. Creyendo que intentaban esclavizarme, no dudó en atacar al noble, y Ryltar no desperdició la oportunidad para desenvainar su daga. Ahí quedó otro noble.
Ryltar de a ratos lo detesto y de a ratos lo aprecio. Cuando registró el cuarto y encontró algunas pertenencias valiosas del noble, las repartió y me dio un anillo a mí. Son esos actos los que me confunden, porque cree que soy propiedad de él, un esclavo, pero a la vez me regala algo como al resto del equipo, haciéndome sentir como uno más, no como una propiedad. Actos como ese me recuerdan mucho a Lord Mithril.
Entre cosas y cosas, encontramos 3 gemas y el anillo que me dio Ryl. Los nobles estaban moribundos, así que algo teníamos que hacer para esconderlos. Para colmo, con tanto alboroto, no faltó la vieja chusma que quería investigar qué andaba pasando en las habitaciones vecinas. no se a quien se le ocurrió la genial idea de juntar a los dos nobles y hacerlos parecer que se habían matado mutuamente después de tener unas violentas relaciones sexuales. Como no había mejores ideas, eso hicimos. Daurant trajo al otro noble de la habitación de enfrente y los acomodamos juntos. ¿Que clase de seres pueden tener relaciones en la que terminan muertos, golpeados y desangrados? ¿Los ogros quizá, con mucha suerte? no escuché nada en las canciones de otros bardo sobre tales relaciones.
Durant no se quedó a ver la escena mórbida que estábamos preparando, fue a buscar a los sospechosos, cual gorila que busca a su rival de apareamiento. Yo estaba como anonadado, sorprendido, superado por tanta violencia gratuita. No me gusta le conflicto, Lord Mithril me enseño que las sutilezas, las palabras con encanto, una sonoriza y la seducción abren más puertas y posibilidades que las que abren el puño o una espada.
no recuerdo con exactitud que pasó, pero Daurant pareció dar con la habitación de los sospechosos. La puerta estaba trabada, así que Ryltar se movió ágilmente para entrar por la ventana. Los sospechosos se habían escapado. Ryltar salió corriendo en búsqueda de los malhechores, yo me quedé buscando algún indicio de quiénes eran, pero solo encontré un anota en la que se leía “Esto es lo que pasa por no haber pagado”. Sin mucho mas que hacer, salí corriendo detrás de Ryl. Cuando lo vi, Ryl ya había cazado a uno de los hombres y lo amenazaba para que hablara. Al poco tiempo se sumaron los restantes miembros del equipo.
El malviviente mencionó que Cranut no era el único niño que habían secuestrado, y que además el pequeño había muerto. Llevava con él un osito de peluche que imaginé era el de Cranut. Fue un golpe bajo para mi desestabilizada mente. Tomé el oso y me invadió la ira. ¿Qué atrocidades le habrían hecho al niño?¿Y a los otros niños?¿Los venderían como esclavos como hicieron conmigo?¿Los abusarían hasta el agotamiento? La ira me consumía, me hervía la sangre y en mi cabeza las imágenes de mi horrible pasado no paraban de fluir. “Déjalo morir” fue lo que dije cuando intentaban estabilizarlo. “Que se muera por escoria”... tardé 2 minutos en darme cuenta de lo que decía, de ver que la maldad de estos días ya hizo estragos en mi ser. Yo no soy así...o no lo era...
Daurant llamó a un guardia y tuvimos que volver a la posada a buscar la bendita nota que había encontrado en la habitación de los secuestradores de niños. El posadero no estuvo para nada feliz de vernos ahí. Si había alguna posibilidad de restablecer un buen trato con el posadero, desapareció en ese instante. La posada había sufrido muchos daños gracias a nosotros, así que nos echó de nuevo tan pronto como pudo. El guardia nos llevó al cuartel de la milicia donde con encerraron como a bandidos, y la verdadero mafioso lo curaron con clérigos y sanadores, de seguro lo vana  dejar irse tan pronto como despierte de su inconsciencia. El mundo patas para arriba.
Convencimos al guardia de que nos dejara en libertad, de que no eramos los malos de la historia ,aunque Dauran no dejaba de declararse culpable por los daños de la posada, por lo quebrarle una pierna horriblemente al secuestrador capturad y por saber algo sobre la muerte de los dos nobles de la posada, lo cual no ayudaba a convencer a los guardias de que nos dejaran ir. Conseguimos salir cuando llegó Lindra y pudo testificar que nosotros estábamos ayudándola a buscar a su hijo. Fue muy triste contarle las noticias que teníamos y sobre todo entregarle el oso y confirmar que pertenecía a Carnut. Mis ojos se llenaron de lagrimas y la abracé para compartir el dolor de su pérdida.
Cuando salimos, el grupo decidió ir a cambiar sus gemas por algo de oro, pero los mercaderes se abusan de los precios en estos días. Yo seguía con la mente nublada por la ira, por mis reacciones, por la tristeza de Lindra... Solo quería ir comer algo y despejar mi mente. Así que fuimos en búsqueda de otra posada y comimos. Espero poder enfocarme de nuevo pronto en los trabajos que agarremos, a esta altura de mi vida ya debería tener más que claro que el mundo es injusto y sádico, pero aun guardo esa pequeña esperanza de que esto sea solo momentáneo, que la guerra termine pronto y todo vuelva a la normalidad y a la belleza que era antes, como lo recitaba Rénulo Rustoff
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cailenmaximo · 8 years ago
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Día 314  - Ordulin
Hoy comenzamos el día como cualquier otro día en Ordulin, escuchando la pobreza y la miseria que estos días de guerra traen a los ciudadanos. En el grupo el dinero escasea y las pagas por los servicios que prestamos son bajas en general. Para colmo de males, el grupo no termina de coordinarse, parecería como si nos hubiésemos conocido ayer.
Como de costumbre, el día tenía que arrancar con agravios. No lo comprendo, al menos no todavía. Dael y Daurant por atrás casi provocan una pelea con el grupo de Remial. Erelae y Ryltar ya estaban preparan doce para el asecho panteras entre las sombras, pero por suerte Remial se contuvo y el posadero también actuó para calmar las aguas. Lamentablemente este... roce con los de Remial nos costó la confianza del posadero y por ende la posibilidad de hospedarnos en ese lugar. Lástima, el posadero me caía bien a pesar de ser tan osco de vez en cuando.
Debo admitir que cuando vi al niño gnomo con el labio partido por el golpe que Remial le dió, se me erizó la la piel recordando con furia mis días como mercancía de Yugo. Se nota que es nuevo y torpe en la tarea, y no se merecía ese golpe por volcar la comida sobre Remial por un traspiés,  pero esta sociedad esta podrida y es mejor que el niño aprenda así desde temprano y no tenga que aprender como yo.
Como necesitamos dinero, salimos en búsqueda de alguna tarea que nos pueda dejar una buena paga. Igor me acompañó a buscar ofertas en el tablero de la posada, aunque solo sirvió de compañía, siempre tengo que leerle los carteles (Nota aparte: Igor es un misterio, despierta mucha curiosidad en mi instinto felino). El tablero de anuncios estaba cargado de tareas menores y en general muy aburridas, pero no hay de otra, necesitamos el dinero.
La primer tarea a revisar que parecía prometedora fue visitar el negocio de los Armin, quienes necesitan seguridad. Pagan bien, pero el trabajo es para 2 personas, no más. Si queríamos mantener el grupo (lo cual en estos días es muy conveniente) no iba a ser suficiente, así que salimos rápido en búsqueda de la segunda misión prometedora: Ser equipo de guardia de una caravana. La paga es bastante buena, 60 monedas de oro para todo el equipo, y lo mejor es que podré viajar un poco y quizás con suerte encontrarme con alguna de esas fantásticas aventuras que recitaba Rénulo Rustoff aunque ciertamente ya pocas esperanzas me quedan de encontrar esas bellezas o maravillas. Nuestro mundo a cambiado tanto tan abruptamente...
Por le momento no tenemos otra cosa, prepararnos para el viaje y nada más. Quizá aproveche de buscar algo de información sobre los posibles peligro que vayamos a tener en el camino (la información es muy valiosa, ya lo decía el gran Lord Mithril)
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