#alec su
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有效摘面具;;
heart skipped a beat<3
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Alec Su takes the cover of ELLEMEN China - November 2024
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Grab a dictionary, flip to a random page and point, use that word to create a scene using Alec, Stormy Weather, Bee!Emilie, Dog!Nora, Miraculer, and Su Han
#Alec Cataldi#Aurore Beaureal#Emilie Agreste#Nora Cesaire#Sabrina Raincomprix#Su Han#Stormy Weather#Miraculer#fic prompt
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update: i am 2/3 of the way through and i am devastated. this book could destroy me
i haven't picked up a fiction book and finished it in literal years. yesterday i discovered swordspoint by ellen kushner and i haven't been able to put it down. i love these terrible gays with all my heart
#cc speaks#what do u mean they broke up?????#i swear to god if this book ends with richard or alec dying i am suing
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My old friend (and for almost thirty years my family's doctor) Dan Johnson has a charity he started in memory of his son, Alec, who was drowned in 2014. One of the projects they are supporting is helping a couple who work in Haiti with abandoned children (and aren't part of the Haitian "orphanage industry"). The couple are raising funds to buy the compound they and the children are in, and I'm helping Dan by linking to

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˚‧º·(˚ ˃̣̣̥᷄⌓˂̣̣̥᷅ )‧º·˚
#huan zhu ge ge#hzgg#princess pearl#returning pearl princess#cdrama#alec su#su you peng#zhao wei#vicki zhao#还珠格格#苏有朋#赵薇#my gif
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Shy Girl. Capítulo 29: I Can See You
¡Hola! voy a publicar el capítulo de mi fanfic sin censura. Tuve que censurarlo por las nuevas políticas de Wattpad. Espero que les guste <3
ミ★ '𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘸𝘢𝘪𝘵𝘪𝘯' 𝘥𝘰𝘸𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘮𝘦
𝘈𝘯𝘥 𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘶𝘱 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘭𝘭 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦★彡
—Reg... —susurró Reese para comprobar si su novia seguía despierta.
Luego de fallida fiesta en casa de Carly, Hal los había enviado a dormir. Una hora más tarde, Reese se encontraba recostado en su cama con la cabeza de su novia en su pecho mientras Malcolm y Dewey dormían en la cama de dos plazas junto a ellos.
Al oírlo llamarla, Regina movió la cabeza del pecho de Reese para colocarla en la almohada, lo que le permitió conectar sus ojos con los suyos.
—¿Qué pasa? —susurró Regina con algo de cansancio.
—Estaba pensando en lo que dijiste... —dijo Reese misteriosamente.
—¿Qué dije? —murmuró Regina, cerrando los ojos con demasiado sueño como para recordar cualquier cosa.
—Que también quieres que lleguemos hasta el final —le recordó Reese con una sonrisa, llevando su mano a su mejilla para acariciarla.
—¿Qué hay con eso? —preguntó Regina sonriendo con los ojos cerrados al sentir la caricia de Reese.
—Bueno... estamos en una cama... —insinuó Reese. Sorprendida, Regina volvió a abrir los ojos para encontrarse con la sonrisa traviesa de su novio.
—No vamos a hacer eso ahora —susurró escandalizada. Al instante, Reese quitó la mano de su mejilla y la miró como si le hubiera mentido.
—Dijiste que no me detendrías si lo intentaba —respondió Reese en otro susurro.
—Pero en la situación adecuada, no en la habitación con tus hermanos en la cama de al lado —replicó Regina mirándolo como si estuviera loco. —Duérmete —susurró volviendo a cerrar los ojos.
—¿Cuándo es la situación adecuada? —preguntó Reese con impaciencia, ignorando su pedido.
—No lo sé... —murmuró Regina abriendo los ojos con un pequeño bostezo. —Mañana mis padres no estarán en casa...
—Tus padres nunca están en casa en la tarde —respondió Reese sin ver la novedad.
—Sí, pero siempre tengo que cuidar a Alec. Mañana tiene práctica de futbol, así que... —dijo Regina esperando que él complete la frase.
—Tendremos la casa solo para nosotros —comprendió Reese con una sonrisa de emoción. —Pero, ¿Tenemos que esperar hasta mañana? —preguntó Reese con tono de queja. —No voy a poder dormir pensando en eso —agregó mirándola con cara de perrito mojado. Luego de un momento en el analizó la expresión de su rostro, Regina suspiró.
—Ten —murmuró Regina finalmente, tomando una de sus manos y pasándola por debajo de la remera que Reese le había prestado para dormir para colocarla sobre uno de sus pechos. Al tocarlo, el rostro de Reese se iluminó. —Diviértete con eso —dijo volviendo a cerrar los ojos con la intención de continuar durmiendo.
Sonriendo como un niño con un nuevo juguete, Reese acomodó la palma de su mano de modo que cubriera el pecho izquierdo de Regina por completo. Al inicio se conformó con mantenerla allí, observándola tratar de dormir. Luego, comenzó a acariciarlo con el pulgar en círculos, sonriendo aún más al verla amagar una sonrisa sin dientes varias veces por la sensación que le provocaba. Eventualmente, decidió que era momento de estrujar suavemente su pecho. Fascinado por la sensación, Reese rio tontamente y repitió la acción riendo luego de cada pequeño apretón.
Sin poder dormir al oír su risa, Regina abrió los ojos y lo observó reír con una sonrisa de diversión. —¿Qué es tan gracioso? —preguntó.
—Es muy suave, es divertido tocarlo —explicó Reese en un susurro, riendo tontamente sin dejar de masajear su pecho, lo que la hizo reír también.
—Lo sé —respondió Regina susurrando entre risas. —A veces lo hago también—admitió.
—No te preocupes, yo lo haré por ti —susurró Reese guiñándole un ojo con una media sonrisa, por lo que Regina tuvo que taparse la boca para no despertar a Malcolm y Dewey con su risa. —¿Puedo? —preguntó posando su mano libre en el borde de su remera mientras continuaba masajeando su pecho con la otra.
—Sí —accedió Regina, permitiendo que Reese pase su mano por debajo de su camiseta. Sin quitar una mano de su pecho izquierdo, emprendió un camino lento con la otra deslizando sus dedos desde su muslo hacia su seno derecho. Regina se estremeció al sentir las caricias de Reese subiendo lentamente. —Reese... —murmuró. Tal vez no había sido tan buena idea dejar que Reese juegue con sus pechos si quería dormir.
—¿Si? —preguntó Reese con una sonrisa burlona al verla estremecerse al tacto, deteniendo su mano en su abdomen para dibujar círculos con su dedo índice a la vez que hacía lo mismo con su otra mano en su pecho.
—Deja eso para mañana —susurro Regina con una sonrisa de disculpa, colocando su mano sobre la de él para detener las caricias en su abdomen.
—Está bien, si es lo que quieres me detendré —respondió Reese riendo, dejando su mano reposar sobre su abdomen. —¿Pero puedo seguir haciendo esto? —preguntó apretando suavemente su pecho con la otra mano, volviendo a reír tontamente al hacerlo. Contagiada por su risa, Regina trató de responder que sí podía si la dejaba dormir, pero ambos se quedaron helados al oír una voz en medio de la penumbra.
—¿Quieren dejar de reírse? —escucharon a Malcolm quejarse en un susurro para no despertar a Dewey. Rápidamente Reese quitó ambas manos de debajo de su remera y se giró con cara de pánico hacia su hermano apoyándose sobre su codo, mientras Regina se escondía detrás de su espalda entre las sábanas sintiendo sus mejillas arder. —Son las... —continuó quejándose Malcolm, sentándose contra el respaldo de su cama y echándole un vistazo al reloj. —...dos de la madrugada, duerman y dejen dormir.
—¿Qué escuchaste? —preguntó Reese alarmado, ignorando todas las quejas de Malcolm.
—Solo me despertaron con sus risas, no oí más n... —explicó exasperado, pero se interrumpió abruptamente al percatarse de la expresión de preocupación de su hermano y la timidez repentina de Regina. —¿Por qué? —preguntó Malcolm con los ojos muy abiertos.
—Por nada —respondieron rápidamente Reese y Regina.
—Voy a dormir, estoy muy cansado... —agregó Reese, levantando un poco la espalda para volver a acomodarse junto a Regina bajo la mirada perpleja de Malcolm. —Buenas noches —concluyó la conversación dándole la espalda a su hermano y pasando sus manos por la cintura de Regina para dormir por fin.
Aún sorprendido, Malcolm volvió a recostarse mirando hacia el techo. Retorciendo las sábanas entre sus puños, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir. —Ellos no estaban... —trató de hablar con el lector para eliminar la extraña presión que sentía en el pecho. —No creo que ellos... —murmuró, pero volvió a dejar la frase en el aire. —¿Saben qué? No me importa —dijo finalmente en un intento por quitarle importancia, volviendo a recostarse de lado para dormir.
•••
—No te limpies las manos en tu remera —reprendió Regina a Reese durante el desayuno, levantándose de su asiento para mojar una servilleta y limpiar la mancha de jarabe de su camiseta. Apenas se dio la vuelta, Reese volvió a hacerlo observando de reojo que no lo notara.
—Hazle caso a Regina, hijo —dijo Hal, mientras Regina se paraba junto a Malcolm, que buscaba jugo en la heladera, para mojar la servilleta en la pileta de la cocina. —Siempre tienes que usar una servilleta —dijo asintiendo con la cabeza mientras se limpiaba los dedos en la servilleta que llevaba colgada en el cuello de su camisa para no mancharse.
Girando nuevamente con la servilleta mojada, Regina observó asqueada como Malcolm bebía jugo del pico de la botella para luego pasárselo a Reese, que prácticamente eructó sobre la botella antes de pasársela a Dewey.
—¿Puedo usar un vaso? —preguntó Dewey igual de asqueado que Regina, sin aceptar el jugo.
—No, nada que requiera lavarse —respondió Hal con seriedad.
Entre tanto, Regina volvió a sentarse entre Reese y Dewey para poder frotar la servilleta humedecida sobre la mancha de jarabe en la remera de Reese. Al ver que había una mancha que no estaba antes de que se levantara, Regina lo miró con fastidio, pero él fingió no notarlo.
—¿Quieres jugo, linda? —preguntó Reese ofreciéndole la botella de jugo.
—Mmm... no, gracias —respondió Regina arrugando la nariz con asco mientras continuaba limpiando su camiseta.
—¿Por qué te da asco? Compartimos saliva todo el tiempo —la cuestionó Reese, insistiendo en entregarle la botella de jugo.
—Pero no comparte saliva conmigo —replicó Malcolm, sentado frente a ellos.
—Le eructaste al pico de la botella —replicó Regina a la vez, dejando la servilleta a un lado al ver que la mancha ya no estaba. Al levantar la vista se percató de que Reese se acercaba a ella peligrosamente con una sonrisa de picardía. —¡Que ni se te ocurra! —exclamó asqueada, posando una mano en su mejilla para alejarlo de su rostro. Estaba segura de que pretendía eructar cerca de ella.
—Basta, niños —los reprendió Hal, quitándose la servilleta del cuello de la camisa para limpiarse las manos. —Limpiemos la mesa —propuso tirando la servilleta sobre la mesa con todos los platos descartables.
Al instante, Dewey y Reese se levantaron para buscar una bolsa de basura de un cajón de la cocina, mientras que Hal y Malcolm comenzaron a juntar los platos descartables. Sin conocer la nueva dinámica, Regina se levantó de su asiento para facilitarles el paso, viendo como Reese y Dewey sostenían la bolsa abierta para que Malcolm y Hal pudieran tirar allí todo lo que usaron. Cuando terminaron, Regina se acercó a los chicos para quitar todas las migas de la mesa, limpiándola realmente.
—Ah, hablé con su madre anoche —comentó Hal abriendo la heladera mientras ellos terminaban de limpiar la mesa. — A todos los extraña mucho y volverá pronto —dijo con una sonrisa. Al oírlo, sus tres hijos voltearon a verlo con expresiones de pánico, por lo que Regina contuvo una carcajada.
—¿Cuándo? —preguntó Reese alarmado.
—Unas semanas —aclaró Hal, por lo que sus hijos suspiraron aliviados mientras Regina se reía de ellos. Sonriendo más relajado, Reese tomó la mano de Regina con la intensión de caminar juntos a la escuela. —¡Ah, Reese! —exclamó Hal, haciendo que se detengan para voltear a verlo con Malcolm junto a ellos. —Quiere que limpies las hojas del techo de la cochera cuando regreses de la escuela.
—¡¿Qué?! —exclamó Reese abriendo mucho los ojos, a la vez que Regina juntaba las cejas y tiraba la cabeza levemente hacia atrás. —¡Pero hoy es el único día que los padres de Reg no están en casa al mismo tiempo que Alec! —replicó Reese. Sintiendo que sus mejillas enrojecer por la vergüenza, Regina apretó su mano levemente para llamar su atención. Al conseguir conectar sus ojos con los suyos, le lanzó una mirada de pánico para que notara lo que acababa de decir. —N-no podremos hacer la tarea —agregó Reese girándose nuevamente hacia su padre en un intento por arreglarlo, pero hasta Dewey lo miraba con incredulidad.
—Reese, tu madre... —comenzó a sermonearlo Hal, haciendo la vista gorda ante lo evidente, pero fue interrumpido por las quejas de Reese.
—¡Esto no es justo! —gritó Reese. —¡Mamá no puede controlarnos si ni siquiera está aquí!
—Nadie está siendo "controlado" por tu madre —dijo Hal levantando las manos como si lo que acabara de oír fuera una ridiculez. —Por ejemplo, yo invité a un viejo amigo esta noche y aunque no le diremos nada a su madre, ¡No significa que nos controle! —aclaró Hal riendo nerviosamente. —Repito, su madre jamás debe saber esto y eso te incluye, Reg —dijo Hal con tono de advertencia. —Y a ustedes les caerá muy bien Larry, éramos inseparables en la preparatoria. Pero en serio, su madre no debe averiguar que estuvo en la casa —repitió con más enojo.
Sin responder, Reese abandonó la cocina con fastidio tirando de la mano de Regina a su paso. Aún desconcertada y avergonzada porque Reese prácticamente había gritado frente a la mitad de su familia que pretendían intimar esa tarde, ella dejó que la arrastre con él sin protestar con Malcolm a unos pasos por detrás.
Los tres salieron de la casa y caminaron en silencio por lo menos tres cuadras. Reese estaba demasiado irritado como para hablar. Había fantaseado con mantener relaciones sexuales con Regina desde antes de que iniciaran su noviazgo y su madre se las arreglaba para arruinarlo aún a la distancia. Caminando de la mano con él, Regina mantenía la vista fija en el piso mientras se carcomía internamente por la vergüenza que sentía. En cambio, Malcolm los observaba con diversión.
—Reg, pareces un tomate —se burló Malcolm, ganándose una mala mirada de la pareja.
—Cállate, Malcolm —dijeron ambos entre dientes.
•••
—Hola, tomatito —se burló Madison al ver a Regina entrar en la clase de Literatura junto a Reese con las mejillas coloradas.
—Cierra el pico, North —dijo Reese caminando hacia ella con enojo. Sabía que Regina empeoraría si seguían mencionándolo, solo quería que estuviera bien e iba a pelear con cualquiera que se lo impidiera. Pero Regina lo tomó de la muñeca para detenerlo.
—Está bien, amor, es un chiste —sonriendo levemente para que no le diera tanta importancia.
—Sí, Puercoespín, no saques las púas —se burló Madison para hacerlo enojar más, por lo que Regina le lanzó una mirada de fastidio.
—No ayudas, Maddie —se quejó Regina, empujando a Reese hacia el fondo del aula para que se siente en su lugar, muy alejado de Madison. —Volveré contigo en un momento —dijo besando su mejilla al llegar junto a sus asientos. —¿Si?
—Está bien... —respondió Reese a regañadientes, sentándose en su banco escolar. Seguía de muy mal humor luego del pedido de su madre, así que simplemente se quedó mirando hacia la ventana con el ceño fruncido mientras su novia se alejaba de él.
—¿Qué le pasa al Puercoespín? —preguntó Madison cuando Regina se sentó provisoriamente en el asiento detrás de ella. —No discutíamos desde esa vez que te tiró del cabello.
—Está enojado porque no podremos vernos en la tarde, su mamá le pidió que limpie el techo de la cochera —explicó Regina haciendo una mueca.
—¿Eso es todo? —preguntó Madison, inconforme con la respuesta. —Ayúdalo a limpiar, problema resuelto.
—Es que íbamos a ir a casa... —trató de que entendiera sin dar muchos detalles, pero Madison seguía mirándola como si ella y Reese hicieran un drama por nada.
—¿Y? Cambien el plan —respondió Madison como si fuera obvio.
—No estás entendiendo —dijo Regina negando con la cabeza suavemente antes de inclinarse hacia ella. Intrigada, Madison imitó la acción. —Mis padres y Alec no estarán en casa esta tarde, así que queríamos... —explicó bajando el tono de voz, pero dejó la frase en el aire asumiendo que su amiga entendería.
Al ver que el rubor volvía a aparecer en las mejillas de Regina, Madison la miró boquiabierta, acababa de comprender la situación. —¡Ah! ¡Hubieras empezado por ahí! —exclamó Maddie, riendo por lo mucho que le costaba a Regina hablar de eso. —O sea que les arruinaron el primer se...—comenzó a decir en un tono demasiado alto a criterio de Regina, por lo que la interrumpió rápidamente.
—¡Shhhh! —exclamó Regina moviendo sus manos delante de ella para que guardara silencio. Madison volvió a reír. —No quiero que todo el mundo se entere —susurró escandalizada, haciéndola reír aún más.
—¿De qué? —preguntó Carly, sentándose en su lugar habitual al entrar al aula, justo al lado del asiento que ocupaba Regina en ese momento.
—Luego te cuento —respondió Regina sin querer hacer tanto escándalo al respecto allí, pero ya era tarde.
—Reg y el Puercoespín quieren hacer ñiqui ñiqui —respondió Madison a la vez bajando el tono de voz para no se molestara, pero aún así recibió una mala mirada de Regina. —¿Qué?
—¿Tienes que decirlo así? —murmuró Regina jugando con el anillo de su mano sintiendo cada vez más calor en sus mejillas. Entre tanto, Carly soltó un suspiro de sorpresa y cubrió su boca para evitar gritar de emoción.
—¡Yo lo predije! —exclamó alegremente Carly, por lo que Regina y Madison la observaron confundidas. —Cuando Reese trataba de llamar tu atención tirando de tu cabello el año pasado. ¡Yo lo dije! ¡Sabía que cuando fueran novios no te quejarías cuando tirara de tu cabello!
—¿De qué estás hablando? Nadie dijo nada de eso —replicó Regina extrañada. —Ni siquiera lo hicimos aún, mucho menos tiró de mi cabello —agregó bajando el tono de voz nuevamente.
—Aún no, pero cuando lo haga, te gustará —respondió Carly guiñándole un ojo.
—Pero si tú no lo has hecho, no lo sabes —respondió Regina dejando salir una pequeña sonrisa.
—Pero yo sí y sí, te gustará —dijo Madison riendo al final.
—¿Anthony te...? No, espera, no quiero saberlo —dijo Regina arrugando la nariz y negando levemente con la cabeza, haciendo reír a sus amigas.
•••
—Pimpón es un muñeco muy ¡Au! —gritó Dewey cuando otra piedra cayó sobre su pie. Mientras era obligado a cantar y bailar vergonzosamente, Reese le lanzaba piedras a su hermanito con una resortera gracias a la falta de supervisión paterna. —... muy guapo y de cartón ¡Au! —continuó cantando, pero otra piedra impactó contra sus pies. —...se lava la ¡Au! ...la carita con ¡Au! ...con agua y con... —esta vez fue interrumpido por el sonido del teléfono sonando.
—Te toca —dijo Reese para que respondiera mientras él colocaba una piedra sobre la resortera.
—¿Hola? —dijo Dewey al responder el teléfono, pero su expresión se tornó preocupada al levantar la vista. Frente a él, Reese apuntaba con la resortera directo en su cara.
—¡Hola, Dewey! —dijo alegremente Regina del otro lado del teléfono. —Podrías decirle a Re...
—¡Mamá! —gritó Dewey, interrumpiendo a Regina. Al instante, Reese escondió la resortera detrás de su espalda, asustado como si su madre pudiera percibir a distancia lo que le hacía a su hermano.
—¿Me acabas de llamar "mamá"? —preguntó Regina confundida en el teléfono.
—Estamos bien. —dijo Dewey, fingiendo hablar con su madre ante la mirada preocupada de Reese.
—¿Qué? —preguntó Regina cada vez más confundida.
—Sí, le preguntaré —continuó fingiendo Dewey —Mamá quiere saber si ya barriste la cochera —preguntó a Reese.
—¡¿Me canceló por eso y no lo está haciendo?! —exclamó Regina indignada.
—¡Ya voy! —escuchó gritar a Reese del otro lado del teléfono mientras Dewey sonreía complacido, acababa de encontrar la forma de defenderse de su hermano mayor.
—¿Quieres decirme qué ocurre? —preguntó Regina a Dewey asumiendo que su novio había corrido a limpiar las hojas del techo de la cochera.
—Mamá no está y papá trabaja. La casa es una anarquía y soy el eslabón más débil, tengo que defenderme —respondió Dewey, observando a Reese salir corriendo de la casa para ir a la cochera.
—Entiendo... —dijo Regina con un pequeño suspiro. —¿Qué te hizo Reese?
—Me lanzó piedras con una resortera —explicó Dewey entre dientes.
—¡¿Qué?! —exclamó Regina entre sorprendida y enojada. —Lo voy a matar —murmuró para sí misma. Al oírla, Dewey abrió mucho los ojos asustado.
—¡No le digas nada! —dijo Dewey desesperado.
—¿No quieres que le diga que no te haga daño? —preguntó Regina sorprendida, eso no se lo esperaba.
—Si le dices sabrá que tú llamaste y perderé la única forma que tengo de defenderme. Por favor no le digas —insistió Dewey con tono de súplica. Regina lo pensó por un momento, pero finalmente cedió.
—Está bien, no te mencionaré. Dile que llamé luego de tu mamá y que iré en dos horas —pidió Regina
—¡Gracias, Reg! —dijo Dewey alegremente antes de colgar.
•••
—No olvides limpiar las hojas de mi techo sin importar los planes que tengas con tu novia porque soy una vieja mala —se quejaba Reese dos horas más tarde sentado en su cama, imitando a su madre con enojo mientras Regina limpiaba la herida de su codo conteniendo una pequeña risa. Acostado en su propia cama, Dewey observaba a Reese con una sonrisa regodeándose de su sufrimiento discretamente. —¿Qué importa si está mojado y resbaloso? El techo tiene que estar limpio porque soy mala...
—Reese, te resbalaste por pelear con un gato —dijo Regina sin poder evitar reír, ganándose una muy mala mirada de su novio.
—¿Te burlas de mí? —preguntó Reese alzando una ceja con una media sonrisa.
—¿Yo? ¡Jamás! —exclamó Regina fingiendo inocencia justo en el momento en el que oyeron el sonido del teléfono proveniente de la cocina. —Solo te estoy cuidando... —agregó levantando el codo de Reese y dejando un besito suave sobre la curita que le acababa de poner, para luego dedicarle una sonrisa de inocencia.
—¡Yo contesto! —gritó Dewey antes de salir corriendo hacia la cocina, entrecerrando la puerta a su paso. Apenas cruzó la puerta, Reese inclinó levemente su cuello para comprobar que Dewey no estuviera cerca. Luego de comprobarlo, tomó una de las piernas de Regina para atraerla más hacia él y la colocó sobre su regazo mientras que la otra se mantenía detrás de su espalda, por lo que sus piernas rodeaban la cadera de Reese.
—No... yo sí creo que te burlas de mí —dijo Reese con tono divertido, deslizando su mano derecha por la pierna de Regina que mantenía en su regazo desde la rodilla hasta el muslo.
—Mmm... no sé qué te hace pensar eso... —respondió Regina juguetonamente, pasando sus brazos alrededor de su cuello y cruzando sus piernas alrededor de su cadera. —Simplemente mencioné que el gatito parecía el chico malo entre los dos —agregó manteniendo su tono inocente, pero con una sonrisa burlona en su rostro.
—Ah, ¿Eso crees? —preguntó Reese con una sonrisa traviesa, lo había tomado como un desafío. —Veremos si sigues pensando que el gato es más malo que yo luego de que haga esto —en un instante, Reese hundió su rostro en el cuello de Regina para comenzar un camino de besos hasta su clavícula mientras continuaba acariciando el muslo de su pierna derecha. Sabía que sentía muchas cosquillas en esa zona y había conseguido el efecto deseado. Sin poder evitarlo, ella rio a carcajadas al sentir los labios de Reese recorrer su cuello.
En un intento por evitar que continúe torturándola, Regina posó las manos sobre sus hombros y trató de alejarse de ��l tirando la espalda hacia atrás, pero no fue suficiente. Debido a la fuerza que Reese aplicó para mantener los labios en su cuello, Regina cayó de espaldas en la cama riendo cada vez más fuerte con su novio sobre ella dejando suaves besitos en su cuello y dibujando círculos en su muslo izquierdo.
Lentamente, Reese comenzó a llevar sus besos desde su cuello a su mandíbula, luego de su mandíbula a su mejilla y, finalmente, unió sus labios en un beso desesperado. Sin dudarlo, Regina correspondió el beso acercándolo más a ella por el cuello. En medio del beso, Reese deslizó su mano por su pierna hacia el borde de su blusa. Aún sobre la tela, Reese acarició su abdomen como pidiendo permiso en silencio para meter una mano debajo de su blusa, lo que la hizo volver a la realidad. Rápidamente, separó sus labios y colocó una mano sobre la de Reese, evitando que continuara su camino hacia sus senos.
—¡Espera, espera! —dijo Regina bajando el tono de voz a pesar de que no había nadie en la habitación. Sin comprender por qué lo detenía, Reese alejó un poco su rostro del de Regina esperando su explicación. —Dewey volverá en cualquier momento...
—¿Quieres que vayamos al armario? —preguntó Reese en broma, sonriendo burlonamente. Riendo, Regina le dio una pequeña palmadita en el hombro, lo que también lo hizo reír. Justo cuando Dewey entraba en la habitación, Reese se levantaba de encima de Regina para sentarse y le ofrecía una mano para que hiciera lo mismo.
—Sí, mamá, aquí está Reese —dijo Dewey parándose en la puerta de la habitación con el teléfono en la oreja. Al oírlo mencionar a su madre, Reese volteó a verlo preocupado y se levantó de la cama apenas Regina estuvo sentada. —Sí, se lo diré. ¿De verdad tiene que desvelarse toda la noche? ¿No puede reparar mi bici mañana? —preguntó Dewey al teléfono. Comprendiendo lo que hacía, Regina miró al niño con el ceño fruncido. —Bueno, tienes razón. El sábado en la mañana es el mejor día para salir —respondió al teléfono. Derrotado, Reese suspiró con fastidio antes de volver a girarse hacia Regina.
—Lo siento, amor, tengo que reparar la bici de Dewey —murmuró Reese, haciendo una mueca de fastidio.
—No es nada, entiendo —respondió Regina apretando los labios en una sonrisa sin dientes. —Voy a volver a casa, mis padres ya deben haber llegado —agregó, levantándose de la cama de su novio.
—Te acompaño —dijo Reese rápidamente. — Y prometo que iré a verte mañana por la tarde —agregó antes de colocar las manos en sus mejillas para volver a besar sus labios.
—Te estaré esperando entonces —respondió Regina con una sonrisa, dejando un último beso rápido en sus labios antes de separarse definitivamente.
Luego de mirarla embobado por unos segundos, Reese entrelazó sus manos para guiarla hacia la puerta con él. Antes de cruzar la puerta, Regina soltó su mano para darle a Dewey un abrazo de despedida mientras él la esperaba en el pasillo.
—Adiós, Dewey —dijo Regina, inclinándose para abrazar al niño que pasó sus brazos por detrás de su espalda en respuesta. —No dije nada porque lo merece por la resortera, pero no te pases con él —le advirtió en un susurro antes de soltarlo.
•••
—Gracias por acompañarme —dijo Regina con una sonrisa cuando estuvieron en la puerta de su casa, jugando con la mano de Reese.
—No iba a dejar que volvieras sola de noche —respondió Reese levantando sus manos unidas para dejar un besito en sus nudillos. Regina rió por el gesto y dejó un beso en su mejilla antes de soltar su mano para introducir la llave en la puerta. —Y mañana... —agregó Reese, posando una mano sobre la suya para evitar que girara la llave. —...podríamos terminar lo que empezamos —concluyó con picardía, por lo que Regina giró nuevamente hacia él sin soltar la llave.
—Claro, será muy divertido que mi mamá entre de golpe —respondió Regina ir��nicamente, sacándole una carcajada. —Creo que tendrá que ser el próximo viernes, cuando Alec vuelva a tener práctica de fútbol —dijo con una sonrisa de disculpa.
—¿El viernes? —dijo Reese como un quejido, quitando la mano para que pudiera hacer girar la llave. —¿No podemos encerrar a Alec en su cuarto el lunes hasta que lleguen tus padres? —preguntó tirando la cabeza hacia atrás. Regina rió creyendo que estaba bromeando, pero Reese hablaba muy en serio.
—No creo que se deje encerrar —respondió Regina riendo mientras giraba la llave por fin. —Aunque tal vez si tú lo convences... —dijo pensándolo mejor, sin llegar a abrir la puerta. Al oírla, a Reese se le iluminó el rostro.
—Cierto, soy su héroe. Me hará caso —dijo Reese con orgullo, haciéndola reír.
—Sí, lo eres —respondió Regina entre risas. —Y justamente por eso dudo que te haga caso —agregó abriendo la puerta por fin.
—No sé qué estás insinuando —respondió Reese, fingiendo no comprender con diversión mientras se acercaba a ella para recibir un beso de despedida. Regina volvió a reír y se acercó a él para rodear su cuello con las manos, de espaldas la puerta abierta de su casa, mientras Reese pasaba sus manos por su cintura. Poniéndose de puntitas de pie, Regina estaba a punto de cumplir su deseo cuando la voz de su madre detrás de ella la detuvo.
—¿Necesitas otra cosa para tu operación? —escucharon preguntar a Caroline. Confundida, Regina volvió a estabilizar sus pies en el suelo y soltó el cuello de su novio para dar unos pasos dentro de la casa, ignorando el quejido de Reese al darle la espalda. Justo frente a la puerta, Caroline y Phineas bajaban las escaleras lentamente conversando con la vista fija en los escalones, por lo que no notaron a su hija y su novio en la entrada.
—Mmm... creo que debo comer helado —respondió Phineas pisando el segundo escalón, lo que hizo su esposa se detuviera un escalón por debajo de él para observarlo confundida. Entre tanto, Regina escuchaba desde la puerta sin entender de qué operación hablaban con Reese tratando de llamar su atención.
—En realidad no creo que se coma helado para... —comenzó a decir Caroline arrugando la nariz, pero Phineas la interrumpió.
—Perdón, ¿Es una vasecto-tuya o una vasecto-mía? —preguntó Phineas posando una mano en su hombro e inclinando la cabeza. Desde la puerta, tanto Reese como Regina abrieron los ojos sorprendidos.
—...iré a pedir helado —respondió Caroline luego de un pequeño momento de silencio, a lo que Phineas sonrió complacido.
—¿Papá va a hacerse una vasectomía? —preguntó Regina sorprendida, logrando que sus padres levanten la vista hacia ellos.
—¿Le van a cortar su...? —preguntó Reese con expresión de horror, dejando la frase a la mitad.
—Ay por dios, mira la cara de horror del chico —susurró Phineas a su esposa, el terror que le generaba la operación comenzaba a reaparecer. A su lado, Caroline trataba de calmarlo haciéndole señas para que respire profundo. —Me arrepentí. No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, ¡No puedo hacerlo! —murmuró entrando en pánico antes de salir corriendo por las escaleras hacia su cuarto.
—¡Cariño...! —exclamó Caroline tratando de detenerlo, pero Phineas ya estaba en mitad del pasillo que daba a la habitación matrimonial. Al ver que tendría que calmar sus nervios otra vez, Caroline suspiró con cansancio antes de voltear nuevamente hacia los adolescentes. —No se asusten, solo es una pequeña intervención quirúrgica que tu padre se hará mañana... —dijo Caroline con tono tranquilizador, dando pequeños vistazos en la dirección en la que se había ido su esposo. —Tendrás que cuidar a Alec mañana por la tarde, me quedaré con él hasta que le den el alta —agregó sin prestarles mucha atención. Si lo hubiera hecho, probablemente habría notado las miradas cómplices compartieron Reese y Regina, pero estaba demasiado ocupada pensando en su esposo. —Reese, ¿Te quedas a cenar? —preguntó volviendo su atención hacia ellos justo cuando despegaban la mirada uno del otro.
—Gracias, señora Langdon, pero tengo que volver a arreglar la bicicleta de Dewey —respondió Reese, usando el tono educado que solo sacaba a relucir con la madre de su novia.
—Oh, será la próxima vez. ¡Envíale saludos a Hal! —exclamó Caroline mientras subía las escaleras para consolar a su esposo.
—Bueno... —dijo Reese con una sonrisa apenas Caroline desapareció por las escaleras, acercándose nuevamente hacia Regina para pasar sus manos por su cintura. — Tendremos que adelantar nuestros planes para el lunes...
—Sí, se te ve muy triste por eso —respondió Regina con una pequeña risa antes de dejar un beso rápido en sus labios como despedida. —Hasta mañana.
•••
—¡Hecho! Alec no saldrá del patio hasta que lleguen tus padres —dijo Reese muy orgulloso de sí mismo entrando por la puerta que conectaba el jardín a la sala de la casa de los Langdon el sábado en la tarde.
—¿En serio? ¿Cómo lo hiciste? —preguntó Regina sorprendida, observándolo caminar hacia ella desde el sofá.
—Le prometí un par de secretos de Dewey si se quedaba en el patio —respondió Reese mientras se sentaba a su lado.
—El mejor hermano del mundo —dijo Regina irónicamente, haciéndolo reír.
—No te vi muy en contra de la idea de encerrar a tu hermano con llave en una habitación—replicó Reese entre risas.
—Shhh —dijo Regina riendo a la vez que se deslizaba más cerca de él, pasando las piernas por encima de su regazo y abrazándolo por el cuello para acercar sus rostros. Con una gran sonrisa, Reese se dejó atraer pasando la vista embobado entre sus ojos y sus labios hasta Regina rompió por fin la distancia entre ellos.
El beso era lento y dulce en un inicio, incluso podían sentir la sonrisa del otro sobre sus labios. Mientras Regina acariciaba la parte baja de su nuca, Reese deslizó sus manos por su cintura y, a medida que los besos se hacían más intensos, comenzó a acercarla más hacia él al punto de sentir su pecho pegado a su torso.
Totalmente perdida entre sus besos, Regina ni siquiera notó que Reese colocaba una mano por debajo de sus rodillas y otra sobre su cintura para levantarla suavemente hasta que se vio a sí misma sentada por completo en su regazo. Lentamente, Regina acomodó sus piernas a cada lado de las de Reese tratando de separar sus labios la menor cantidad de tiempo posible.
Entre tanto, él deslizó una de las manos por debajo de su remera. Regina se estremeció ante el tacto frío recorrer su abdomen hasta llegar a su pecho derecho. Al sentir que comenzaba a masajear su seno, ella movió las manos de sus hombros a sus mejillas para profundizar los besos, volviéndolos más desesperados. Para Reese esto fue una súplica de atención al pecho izquierdo, por lo que repitió la acción con la otra mano.
Casi sin quererlo, Reese descubrió algo nuevo sobre los senos. Mientras jugaba con ellos, rozó por accidente el pezón derecho de su novia. Fascinado, rompió el beso para observarla con un brillo en los ojos. La había oído jadear sobre sobre sus labios.
Sin notar el motivo de la expresión de Reese, Regina aprovechó la oportunidad para recorrer el camino desde la comisura de sus labios hasta su cuello con pequeños besitos. A la vez, Reese continuó jugando con sus pechos, pero esta vez no solo los masajeaba. Con delicadeza, comenzó a apretarlos desde la base hasta los pezones, sorprendiéndose al sentir que se endurecían debajo de sus dedos. Pero lo que más le gustaba era oír a Regina soltar pequeños jadeos cada vez que los tocaba.
—¿Subimos... a mi cuarto? —murmuró Regina haciendo una pequeña pausa al estremecerse por la atención de Reese en sus pezones.
—Por supuesto —respondió Reese con una sonrisa de picardía, volviendo a conectar sus labios sin dejar de jugar con sus pechos. Entre besos y pequeños jadeos, Regina comenzó a incorporarse con la intención de caminar hacia las escaleras, pero Reese se lo impidió. Rápidamente, alejó las manos de sus senos para volver a colocarlas en su cintura, sentándola en su regazo a horcajadas de un tirón. Confundida, Regina detuvo los besos para esperar una explicación. —Así no —respondió simplemente.
—¿Entonces cómo...? ¡Ay! —exclamó Regina riendo. En un segundo, Reese deslizó sus manos por debajo de sus piernas y se levantó del sofá con Regina aferrada a él. Para no caer, rodeo su cuello con los brazos y su cadera con las piernas mientras él subía las escaleras casi trotando.
En menos de un minuto llegaron a la habitación. Cerrando la puerta con el pie, Reese se arrojó sobre la cama con Regina riendo debajo de él. —¿Te parece divertido? —dijo Reese con una sonrisa burlona, quitando las manos de sus muslos para sostenerse sobre ella con los antebrazos apoyados a sus lados.
—Muy divertido —respondió Regina riendo antes de volver a dejar besitos cortos en sus labios. Colocando las manos detrás de su nuca para profundizar el beso, hizo caer su peso por completo sobre ella.
—A mí me parece divertido que no te hayas puesto sujetador —dijo Reese entre besos, aprovechando que ya no necesitaba sostenerse con sus brazos para volver a deslizar sus manos por debajo de su remera. —Aunque no puedo quitártelo si no lo llevas puesto...
—Oh, lo siento. ¿Quieres que me ponga uno? —preguntó Regina con diversión. —Porque están en ese cajón, podría... —dijo señalando hacia el armario, pero Reese la interrumpió.
—¡No! —exclamó Reese rápidamente antes de volver a unir sus labios, haciéndola reír en medio del beso. —Así estás perfecta... —agregó con una sonrisa traviesa mientras se alejaba unos centímetros para empezar a levantar su remera lentamente. Con una pequeña sonrisa, Regina permitió que quite la camiseta por completo mientras jugaba con el cinturón del pantalón de Reese.
Una vez que arrojó la remera de Regina en alguna parte de la habitación, Reese observó fascinado sus propias manos caer con delicadeza sobre los pechos desnudos de su novia. Riendo por su expresión de embobado, Regina bajó los besos hacia su cuello, viendo de reojo la sonrisa de disfrute de Reese. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo ya que él puso el rostro a la altura de su pecho izquierdo para poder dejar pequeños besitos sobre él a la vez que continuaba masajeando el otro con la mano. Luego de unos minutos, lo introdujo por completo en su boca. Regina contuvo la respiración por unos segundos sorprendida antes de las manos al cabello de Reese.
—Reese... —murmuró Regina, aunque sonó más bien como un jadeo al sentir la lengua de Reese hacer círculos sobre su pezón. Con una media sonrisa, Reese levantó la vista hacia ella mientras continuaba con su tarea, disfrutando hacerla retorcerse debajo de él. —Reese... —repitió tratando de calmar su respiración y deslizando sus manos a sus mejillas para apartar su boca de su pecho. A pesar de que lo estaba disfrutando, quería que le prestara atención antes de seguir. Suponiendo que tenía otra idea en mente, él se dejó guiar hasta que volvió a enfrentar sus rostros. —Trajiste protección, ¿Verdad? —preguntó Regina entre pequeños besos, mucho más cuerda al no tener la lengua de su novio sobre su pecho.
—¿De qué hablas? —preguntó Reese sin dejar de besarla, manteniendo sus ojos cerrados con una sonrisa placentera sin dientes.
—Ya sabes... un condón —respondió Regina rompiendo los besos y alejándose unos centímetros para verlo mejor. Como respuesta, Reese juntó sus cejas confundido. —¿Esa cosa que tienes que ponerte para no dejarme embarazada? —explicó, aunque sonó como una pregunta al ver que ni siquiera sabía qué era.
—Ah, sí, claro. Sé lo que es —respondió Reese asintiendo con la cabeza, cosa que era claramente una mentira.
—¿Entonces tienes uno? —preguntó Regina. Sabía que estaba mintiendo, pero a la vez se aferraba a la posibilidad de que en verdad tuviera uno para continuar. Al ver que Reese le dedicaba una sonrisa de disculpa, Regina suspiró frustrada.
—Relájate —dijo Reese sin darle importancia, volviendo a unir sus labios en pequeños besos para poder seguir hablando. —Podemos arriesgarnos —agregó, comenzando a bajar sus besos para volver a poner su atención en sus pechos.
—¿Arriesgarnos? —repitió Regina pestañeando varias veces mientras él continuaba con su camino de besos hacia sus senos.
—Ajá... —murmuró Reese llegando por fin a su pecho derecho para dejar pequeño besitos en él, repitiendo su accionar previo con el izquierdo. Antes de que pudiera meterlo en su boca, Regina salió de su estupefacción y lo alejó de un tirón, empujándolo a un lado de la cama para dejara de estar sobre ella. —¡Oye! ¿Cuál es el problema? Te gustó cuando lo hice en el otro—se quejó mirándola con el ceño fruncido.
—¿Arriesgarnos? ¡¿Arriesgarnos?! —repitió Regina indignada levantándose de su cama. Una vez de pie, comenzó a buscar su remera por el suelo mientras cubría sus senos con un brazo. —¡Ni loca me arriesgo a tener un bebé! ¡¿Estás demente?! —exclamó encontrando por fin la remera y volviendo a ponérsela.
—Pero nos estábamos divirtiendo —replicó Reese con tono de queja.
—Y nos seguiremos divirtiendo cuando consigas protección —respondió Regina tomando su mano y tirando de él para obligarlo a levantarse, ignorando sus quejas.
—Estás enojada, no vas a querer cuando vuelva —protestó Reese mientras era arrastrado por su novia fuera de la habitación.
—No estoy enojada, solo... ¡¿Arriesgarnos?! —repitió, aún sin poder creer que haya dicho eso.
—Eso solo prueba mi punto —dijo Reese bajando las escaleras detrás de ella.
—No porque mientras tú vas a una farmacia yo... —comenzó a hablar una vez que llegaron al final de las escaleras, pero se detuvo por unos segundos a pensar cómo seguiría la frase. —...voy a darme una ducha para relajarme —concluyó finalmente.
—Está bien... —respondió Reese haciendo una mueca. —Compraré condones —concluyó.
—Genial —dijo Regina dejando un beso en su mejilla antes de abrir la puerta, pero Reese no tuvo tiempo de salir de la casa.
—¡Ah! ¡Hola! Estábamos por tocar el timbre —exclamó Mitchell, el tío de Regina, terminando de cerrar la puerta de su auto mientras su esposo sacaba a Lily del asiento trasero.
Olvidando lo que acababa de ocurrir, Reese y Regina compartieron miradas de preocupación. Una de las cosas que dejó bien en claro Caroline cuando abandonó la casa esa mañana era que Reese no podía entrar. Aunque no era su madre, los habían descubierto.
—Hola... —dijo Regina volviendo su vista hacia sus tíos, tratando de mantener la calma con una sonrisa forzada. Entre tanto, Mitch y Cam se acercaron a ellos con Lily en brazos.
—Phineas nos dijo que Alec y tú estarían solos durante su operación. Así que pensamos que necesitarían compañía, pero veo que ya la consiguieron —comentó Cameron lanzándole una mirada cómplice a los adolescentes, por lo que Regina se ruborizó y Reese sonrió con incomodidad.
—¿Entonces van a quedarse? —preguntó Regina para cambiar casualmente el tema, aunque le interesaba mucho que se fueran.
—¡Ay, no! Lily es la compañía —respondió Mitch antes de volver al auto para sacar un bolso con algunas pertenencias de la bebé. Desde la entrada, Reese y Regina lo miraron con impotencia.
—No tenemos mucho tiempo, pero estará con ustedes por un par de horas —dijo Cam entregándole a la bebé a Regina.
—P-pero no podemos cuidar a Lily —respondió Regina con nerviosismo, aunque sostenía a su prima en brazos, observando a su tío Mitch dejar un bolso de bebé junto a ella.
—Sí, estamos haciendo tarea —concordó Reese tratando de sonar convincente, utilizando la misma excusa que le había dado a su padre.
—Sí, claro. Díselo a tu cabello despeinado y a sus pezones erectos —respondió Cam con una sonrisa que indicaba que no iban a engañarlo, haciendo que el rostro de Regina enrojeciera aún más y que Reese hiciera una mueca de fastidio.
—Cam, deja de molestarlos y vámonos, se hace tarde —dijo Mitchell haciéndole señas para que volviera al auto con él.
—Tienes razón vámonos. Recuerda que debe tomar una siesta en una hora, pero no más de media hora o no dormirá en la noche —advirtió Cam a Regina antes de seguir a su esposo hacia el auto.
—¡Y no le diremos a Caro que Reese estaba aquí! —agregó Mitchell abriendo la puerta del auto.
Resignados, Reese y Regina se despidieron de ellos desde la entrada, observando el auto alejarse. Cuando ya no pudieron ver el auto, Regina entró en la casa con la bebé en sus brazos mientras Reese cerraba la puerta detrás de ella.
—Genial, tenemos el bebé sin la diversión —dijo Reese con fastidio, observando a Lily jugar con el cabello de Regina.
—¿Ves por qué no hay que arriesgarse? —respondió Regina igual de fastidiada que él, entregándole a la bebé mientras él hacía una mueca. —Voy a ponerme un sostén, dile a Alec que ya puede entrar.
•••
—Creo que Reese y yo tenemos una maldición de celibato o algo así —dijo Regina con hartazgo, tapándose el rostro con las manos.
El lunes durante el almuerzo, se encontraba sentada en la mesa que siempre ocupaba con sus amigas quejándose de su mala suerte. Habían pasado días desde que había comenzado a tratar de tener más intimidad con Reese, pero aún no habían conseguido avanzar más allá de segunda base.
—No seas exagerada, no puede ser tan malo —dijo Danny riendo, logrando que Regina quite las manos de su rostro para mirarla.
—La última vez que lo intentamos terminamos cuidando un bebé. ¡Un bebé! —repitió como si hubiera un mensaje encriptado en ese suceso.
—Uy, sí. El universo te está diciendo que no lo hagas o quedarás embarazada —se burló Maddie en broma, pero Regina pareció tomarlo en serio.
—¿Tú crees? —preguntó con tono de preocupación.
—Reg, si tienes miedo no es necesario que lo hagas —dijo Lorelai riendo.
—No, no, no. Sí que quiero hacerlo —dijo Regina muy segura de lo que decía. —Tengo muchas ganas de hacerlo, en realidad —admitió jugando con sus manos algo avergonzada. —El sábado Reese estuvo tan bien que... me dejó... —dejó la frase a medias demasiado avergonzada como para continuar.
—¿Mojada y con ganas de más? —supuso Danny con diversión.
—Sí —confirmó Regina volviendo a cubrirse el rostro con las manos mientras sus amigas se reían de ella.
—Ya encontrarán un lugar en donde hacerlo —dijo Talía para tranquilizarla, pero no surtió efecto.
—Es imposible... —murmuró Regina quitando sus manos de su rostro, acababa de sonar el timbre que indicaba el inicio de la siguiente clase. —Mi papá estará en casa toda la semana por la operación y su casa siempre está llena de gente. Perdimos nuestra oportunidad el sábado —explicó mientras las siete se levantaban y comenzaban a caminar hacia el aula.
—Entonces háganlo en la escuela —sugirió Carly.
—¿En la escuela? —repitió Regina arrugando la nariz. A unos metros de ellas pudo ver a Reese caminar de frente directamente hacia ellas.
—¡Sí! Bueno, no en un lugar en qué puedan verlos. Tal vez el armario de limpieza... —se explicó mejor Carly.
—¡Uh! Pueden escabullirse de una clase, es excitante —agregó Melody con emoción mientras se acercaban más a la puerta del aula.
Regina no respondió durante unos segundos, estaba demasiado distraída observando a Reese acercarse a ella. Se veía tan lindo y lo necesitaba tanto que sentía su estómago estrujarse. Cuando llegaron por fin frente al aula, la cantidad de gente que se acumuló provocó que Reese y Regina cruzaran por la puerta uno al lado del otro. Al rozar su brazo con el suyo Regina sintió que se le erizaba la piel.
—No lo sé... —respondió finalmente a sus amigas.
•••
Reese y Regina no llegaron al final de la clase. Luego de una hora de pequeños coqueteos desde sus asientos, él le había susurrado que buscara una excusa para salir del salón antes de levantarse y, luego de pedir permiso a la profesora, salir él mismo del aula. Diez minutos más tarde, Regina siguió sus pasos.
No tardó mucho en encontrar a Reese. Aún desde la puerta del aula pudo verlo esperándola al final del pasillo, recostado en la pared sonriéndole desde la distancia. Comprobando que no había nadie que pudiera verlos, Regina caminó hacia él a paso rápido. Al llegar, descubrió que no era casualidad que la esperara al final del pasillo. Reese estaba recostado justo junto a la puerta del cuarto de limpieza.
Sin perder el tiempo, Reese se abalanzó sobre sus labios apenas la tuvo enfrente, haciéndola chocar contra la pared. Mientras él sostenía sus mejillas con las manos para inclinar su rostro unos centímetros hacia arriba y así profundizar el beso, Regina tanteó la pared detrás de su espalda en busca de la manija de la puerta. Cuando la encontró, la abrió rápidamente y caminó de espaldas con Reese aún sobre sus labios. Dejando un último beso, Reese se separó para girarse a cerrar la puerta.
—Mira... —dijo Reese luego de cerrar la puerta con una sonrisa triunfante, sacando del bolsillo de su pantalón una tira de preservativos para enseñársela. Regina observó la tira de preservativos conteniendo una pequeña risa, había al menos cinco allí.
—Creo que solo necesitaremos uno —dijo Regina con diversión, tomando la tira de su mano para desprender uno.
—Eso ya lo veremos, nunca se sabe —respondió Reese encogiéndose de hombros con picardía, haciéndola reír, a la vez que dejaba la tira sobre la estantería que se encontraba detrás de su novia.
Siguiendo sus movimientos con los ojos, Regina no pudo contenerse más. Dando un pequeño saltito, volvió a unir sus labios en un beso desesperado mientras se sostenía de sus hombros para mantenerse a su altura. Rápidamente Reese llevó las manos a sus muslos, levantándolos levemente para que rodeara su cadera con sus piernas, cosa que Regina hizo al instante. Entre besos, Reese dio un par de pasos hacia delante, haciéndola chocar contra la estantería llena de artículos de limpieza para sentarla en el borde de uno de los estantes. Al hacerlo, la estantería de metal se movió tanto que hizo un gran estruendo. Rompieron el beso del susto, pero al instante comenzaron a reír.
—Tenemos que ser silenciosos —susurró Regina tratando de mantener su risa en un tono bajo.
—Lo sé, lo siento —respondió Reese entre risas en otro susurro.
Cuando ambos se calmaron, Reese volvió a besarla suavemente, pero de a poco comenzó a volverse más intenso. Abandonando sus muslos al ver que podía sostenerse por su cuenta, deslizó las manos por debajo de su blusa para jugar con las tiras de su sujetador, moviendo nuevamente la estantería por accidente, pero esta vez no le dio importancia. Entre tanto, Regina rompió el beso para mirar hacia arriba, se había percatado de que una caja se balanceaba peligrosamente sobre sus cabezas con el movimiento de la estantería metálica. Por su parte, Reese ni siquiera lo notó, estaba demasiado ocupado llevando los besos a su cuello y buscando el broche de su sujetador. Normalmente eso le hubiera causado cosquillas, pero estaba tan distraída con el ruido de la estantería y el movimiento de la caja sobre ellos que apenas sintió un cosquilleo.
—¿Me ayudas? No encuentro el broche —susurró Reese, despegando los labios de su cuello para volver a dejar pequeños besitos sobre sus labios.
—¿Ah? —preguntó Regina confundida, bajando la vista para prestarle atención. Había estado demasiado inmersa en los ruidos que podrían hacer que los descubrieran.
—El broche del sujetador —repitió Reese entre besos.
—Ah, sí —respondió ladeando un poco la cabeza. Al oír su tono de voz, Reese detuvo sus besos. La conocía lo suficientemente bien como para saber que algo no iba bien. —Es que este es distinto, no está ahí —explicó colocando sus manos encima de las de él detrás de su espalda para guiarlas hacia el espacio entre sus senos, dejándolas justo encima del broche.
—¿Qué pasa? —preguntó Reese un poco preocupado, quitan las manos de debajo de su blusa para colocarlas en su cintura. Imitando el gesto, Regina volvió a dejar las suyas sobre sus hombros.
—Nada, solo me distrae un poco el ruido. Siento que nos van a encontrar aquí y... —explicó apenada, pero dejó la frase en el aire.
—...y no quieres hacerlo aquí —concluyó Reese.
—No... lo siento —respondió Regina abrazándolo por el cuello apenada.
—No tienes que disculparte —respondió Reese dando unos pasos hacia atrás dentro de lo que podía en ese pequeño cuarto, permitiendo que Regina vuelva a colocar los pies en el piso. —Quiero que te sientas cómoda y que ambos lo disfrutemos —agregó, haciéndola sonreír enternecida y abrazarlo con más fuerza. En respuesta, Reese la abrazó por la cintura y dejó un beso en su frente antes de que Regina apoyara su cabeza en su hombro. Se mantuvieron en esa posición por varios minutos hasta que Regina rompió el silencio.
—Aunque admito que hubiera sido un poco romántico que nuestra primera vez fuera aquí —dijo Regina con una pequeña risa. Sin comprender a qué se refería, Reese la miró extrañado.
—¿Romántico? —repitió alzando las cejas.
—Sí... bueno... aquí fue donde nos escondimos del prefecto el año pasado, ¿Recuerdas? El día que me prestaste tu remera —explicó Regina, separándose de su hombro para mirarlo a los ojos.
—Es verdad —confirmó Reese dejando ver una sonrisa al recordarlo. —Estabas llorando —agregó deslizando un mechón de su cabello por detrás de su oreja.
—Sí, estaba llorando —recordó Regina con leve sonrisa. —Y tú fuiste muy dulce conmigo ese día...
—Ah, por eso sería romántico —comprendió Reese, acercándola más hacia él.
—Bueno, mas bien porque... creo que ese fue el momento en el que empecé a enamorarme de ti —explicó Regina sintiendo una timidez repentina, por lo que bajó la vista mordiéndose el labio inferior al terminar de hablar. Al volver a mirarlo a los ojos, se encontró con la gran sonrisa de alegría de Reese justo antes de que volviera a inclinarse para besarla con ternura, quitándole la timidez por completo.
•••
—Sí, mamá. Mi cama ya está donde da el sol y la cama de Reese está en el armario como querías —dijo Dewey entrando en su habitación con el teléfono en su oreja, mirando con una sonrisa sin dientes a Reese empujando su cama en el armario.
—¡Esto es ridículo! —exclamó Regina con hartazgo, parada detrás de Reese con los brazos cruzados. —Los padres de Talía llegarán en una hora y ya no podrá prestarnos su casa para... —comenzó a quejarse, pero se detuvo con nerviosismo al recordar que Dewey seguía ahí. —...hacer la tarea —agregó, maldiciéndose mentalmente por usar la misma excusa tonta de Reese.
—¡Voy tan rápido como puedo! —respondió Reese terminando de poner la cama en el armario y pasando junto a ella para agacharse a mover la cama grande.
—Lo está haciendo muy bien mamá, deberías dejarlo descansar —dijo Dewey al teléfono, sentándose en la cama grande mientras Reese la movía hacia la ventana.
—Gracias, Dewey. Eres un buen hermano —dijo Reese con una sonrisa. A su lado, Regina miró al niño con el ceño fruncido.
—Dijo que no —respondió Dewey.
—Amor, ¿No te parece un poco extraño que tu mamá solo llama para que arregles la bici de Dewey, que cambies los muebles de lugar de Dewey...? —trató de hacerlo razonar por cuarta vez en el día para que se diera cuenta por sí mismo de lo que ocurría, pero Reese solo la miró confundido desde el suelo.
—¿Qué insinúas? —preguntó Reese pasando la vista entre Dewey y ella.
—No lo sé, ¿Tú qué crees? —replicó Regina mirándolo como si fuera obvio.
—Oye, si quieres habla tú con ella —intervino Dewey al ver que estaba a punto de lograr hacer que Reese lo descubra, tendiéndole el teléfono.
—¡Ah! ¿Vas a desafiarme, duende maligno? —exclamó Regina indignada, colocando sus manos en su cintura. —Por supuesto que hablaré con ella —dijo con una sonrisa desafiante, por lo que Dewey abrió mucho los ojos. Sabía que estaba tirando demasiado de la paciencia de Regina para mantener su defensa contra Reese. De mala gana, dejó que Regina le quitara el teléfono de las manos. —Hola, señora Wilkerson —dijo Regina mirando fijamente a Dewey, mientras Reese escuchaba con preocupado detrás de ella. Por supuesto, no era Lois, solo era la contestadora. —Reese prometió que saldría conmigo esta tarde... Sí, ¡Gracias! —exclamó fingiendo que Lois le permitía llevarse a Reese, quien alzó los puños a modo de festejo a la vez que Dewey apretaba los labios. —Ah, ¿Quiere que Dewey regrese la cama de Reese a su lugar? Sí, le diré. Adiós —agregó Regina antes de colgar el teléfono y devolvérselo, por lo que el niño la miró con los ojos entrecerrados.
—¡Genial! —exclamó Reese, caminando hacia ella para tomar su mano. —No olvides poner las sábanas —advirtió a Dewey con tono amenazante antes de tirar de la mano de su novia para salir de la casa.
•••
Zafarse del engaño de Dewey no sirvió de mucho. Ni siquiera llegaron a entrar en casa de Talía, desde la ventana pudieron ver a sus padres mirando la televisión en el sofá.
Cinco horas más tarde, Regina leía en su habitación cuando oyó el sonido ya familiar de unos pequeños golpes en su ventana. Rápidamente dejó el libro a un lado de su cama y corrió a abrir la ventana, permitiendo que Reese entre en su habitación.
—Pudiste habérmelo dicho —dijo Reese apenas entró, parándose detrás de ella con el ceño fruncido mientras Regina cerraba la ventana.
—Ya sabes que Dewey mentía sobre las llamadas de tu mamá —supuso Regina volteando a verlo. A modo de respuesta, Reese emitió un pequeño gruñido. —Lo siento, pero le lanzaste piedras con una resortera y era la única forma de la que podía defenderse. Aunque se haya aprovechado de eso —dijo un poco apenada, pero a la vez convencida de lo que decía.
Sin poder pasar mucho tiempo enojado con ella, Reese asintió haciendo una mueca mientras pasaba sus manos por su cintura. Al instante, Regina correspondió el abrazo pasando sus brazos por detrás de su cuello, pegándose a su cuerpo.
—Lo siento —repitió Regina, abrazándolo con fuerza y apoyando la mejilla en su hombro.
—Está bien, me lo merecía —admitió Reese reforzando el agarre en su cintura y ladeando la cabeza para apoyarla sobre la suya. —Y ya me encargué de él —agregó con una media sonrisa.
—No quiero saber que hiciste, pero también se lo merecía —dijo Regina apretando los labios.
—¡Por supuesto! Intentó cortarme el cabello —comenzó Reese volviendo a fruncir el ceño. Al oírlo, Regina levantó la cabeza para verlo con los ojos muy abiertos.
—Nooo —dijo juntando las cejas y ladeando la cabeza mientras llevaba las manos al cabello de Reese para acariciarlo. Entre tanto, él cerró los ojos con una sonrisa sin dientes, disfrutando las caricias. —Me encanta tu cabello de puercoespín —agreg�� jugando con su cabello, haciendo que Reese abriera los ojos para lanzarle una mirada de fastidio.
—Vas a pagar por eso —dijo Reese con una sonrisa traviesa, empujándola suavemente hacia la cama hasta hacerla caer debajo de él. Tomándola desprevenida, comenzó a besar su cuello a sabiendas de que la haría reír a carcajadas por las cosquillas que le daba.
—Lo siento, pero no puedo hacerlo por ahora—dijo Regina entre risas, tratando de alejarlo de su cuello.
—¿Cómo que no puedes? —preguntó Reese con tono de queja, permitiéndole apartarlo de su cuello para poder mirarla a los ojos. —Son las dos de la madrugada, nadie nos molestará y estamos en un lugar cómodo...
—No es eso... —lo interrumpió Regina, mirándolo apenada con una sonrisa de disculpa. —Estoy menstruando, no podremos intentarlo por una semana —explicó haciendo una mueca con los labios. Apenas la oyó, Reese dejó caer la cabeza sobre su pecho casi como si se hubiera desmayado. Al instante, Regina colocó una mano en su cabello para acariciarlo, tampoco estaba muy feliz con eso.
—Voy a matar a Dewey... —murmuró Reese entre dientes.
#imagine reese wilkerson#malcolm in the middle#malcolm wilkerson#reese wilkerson#reese wilkerson x reader#wattpad#fanfic#wilkerson#francis wilkerson#imagine
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The first time I listened to Nai He in context I bawled and that was the start of an existential crisis.
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I have no idea whether this is a unpopular opinion or not (well, HZGG III wasn't that popular), but HZGG 3 IMO has the best OST. I think between 2 & 3, it feels like cdrama OST styles changed to the style more consistent with the current trend of cdramas (which I love), so that might be part of it.
Also, HZGG 3 relied less on the cast to sing (and when it did, the cast actually sang well!). Zhao Wei and Ruby Lin, bless them, aren't great singers.
Anyways, I just find hilarious that apparently zoomers are cutting the OST for reuter clips of other dramas now. Listen, for a generation of millenials, this OST is .. mildly traumatic.
#tsrj#so apparently alec su listened to zhao wei's first album#and basically said#you're not great 😂#not sure how true this is 🤣🤣
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Take ML and the last book you read and smash them together to make an AU with Su Han and Alec as the primary members of the cast
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Getaway
Summary - Azriel decides to take you on a getaway
Warnings - SMUT in this oneshot, NO MINORS ALLOWED! You have been warned!
A/N - This is part of my Ocean Eyes Series, but no Alec in this one. Just some cute and spice between Azriel and the Reader

Your POV
"Cousin, may I have a word?"
"You can always have a word with me, Rhys,"
Your Cousin, High Lord Rhysand, chuckled as he walked over to where you were perched in your chair, outside in the garden at the Townhouse. The sun was shining down, not blazing hot but still brought some warmth with the first signs of spring around the corner in Velaris. You wanted to have some time out of the cottage, it felt like you were cooped up there for days on end with the constant rain and cold winds from the mountains. But with the first signs of warmth and the sun peeking through the dark clouds, you flew to the Townhouse to get some fresh air and help tend to the garden since Elain was too busy planning her wedding and finding a second residential home in Autumn Court.
Alec was with his father for the day, Azriel knowing you needed some solo time and he wished to have some father-son time. You were glad to see the pair of them off, Azriel taking him to the beach and along the bay, Mor tagging along as an excuse to buy Alec presents and spend time with him.
"Are you well?" He asked you, almost nonchalantly as you eyed him from your chair. He sat opposite of you, across from the small patio table while you folded your hands in your lap.
"As well as I should be," You answered, then eyeing him with a hint of suspicion as he merely smiled, "Something you wish to ask me, Rhys?"
"Only if you're well," he replied in a shrug, then pausing for a moment as you saw some softness in his eyes and in how he shifted in his chair, "You've been through plenty these past months: tending to Alec, dealing with Eris in Autumn Court—"
"Rhysand," You gently said his name, wanting to reach over and take his hand in yours own to give him a sense of comfort, "Everything is okay, alright? I promise you, I am well."
You adored Rhysand tending to you to make sure you were well and safe, long before Alec came around. Rhysand took you under his wing when you two were young, learning well from his mother and sister, and was the first real "family" member you ever had. No matter if you ran Night Court without him for those 50 years he was held Under the Mountain, he still wished to protect you. And now that you had your own family, you had your own little life that was growing by the day, Rhysand never once forgot his promise to his mother, your aunt, to keep you safe.
"You may be well, but I still worry for you because I love you," he reminded you, making you grin as he shrugged, "You're my blood, and because of that I want you to be more than well. As a father and as someone who knows how exhausting it is with a little one, I have a proposition for you,"
You raised an eyebrow at him as he rubbed his fingers together on the table, "For me?"
Rhysand rolled his eyes, "For you and your lovely Spymaster of a mate. You two are incredible parents, and your son is an exceptional boy because of you two…but when was the last time you and Azriel had time together,"
"Time together?" You questioned him again, hearing him clear his throat a bit uncomfortably.
"…Alone time?" He asked, then ducking suddenly as you threw your gardening gloves right at him. He laughed and saw you were blushing like mad.
"Rhysand, if you even think about talking to me about my personal and intimate life with Azriel, I swear to The Cauldron—" You were about to scold him when he threw up his hands in surrender.
"Believe me, I know for a fact you two are healthy in that department," He replied cooly, you then threw a towel which landed right on his head. He tossed the towel down as he spoke again, "I am simply saying, and suggesting that you two go away for the weekend."
Though you were still blushing, you were then eyeing him in suspicion again as he simply smiled and folded his hands in his lap again, his ink hair almost highlighted in the sunlight as you cocked your head at him.
"Are You suggesting Azriel and I go away for a weekend?" You asked, almost in disbelief yourself since this would be the last thing Rhysand would ever ask of the pair of you. Not that he kept you from having your own family time when you needed it, but that was when Alec was involved. Azriel would still be on call if Rhysand needed him, so to hear this from your cousin, you were a bit surprised and almost challenged.
"I only say this from experience: when Nyx was born, Feyre and I hardly had any time to ourselves. As much I loved, and still do, having my son with us…I missed that time with Feyre."
"With all due respect for you and my High Lady, I would rather not hear the details," You teased, seeing a flash of blush on your cousin's cheeks. You had to giggle, seeing the High Lord of Night Court and one of the most powerful beings blush like mad at the thought of his mate made your own heart tug a little bit.
"You should have that time again with Azriel," Rhysand urged you, his voice sounded calm and sincere as you thought about it. You knew he made a good point: your personal time with Azriel has been severely limited. Although you both loved being parents and tending to Alec, you did miss having that solo time with your mate. No matter if you two have been together for centuries since you were teenagers, having time with only Azriel was something you craved. He was your better half, not because you two were mates, but because of how long you two have known and grown to love one another.
So maybe…maybe it wasn't a bad idea.
"As it happens, I know the perfect place for you two to have your weekend together," Rhsyand hummed, sounding like his causal self once again as he flicked off some of the petals that were falling from the cherry blossom tree looming over the pair of you.
The front door opened into the cabin, and the swift scent of pine and open mountain air filled your lungs as you both walked into the foyer and drank in the silence. You could faintly hear the water on the lakeshore, along with the swaying of the trees that were towering high above and the winds echoing along the mountain walls. It was a contrast to the bustling city, but you didn't mind it one bit.
This modern cabin you have used in the past with Azriel and Alec, perhaps a handful of times when the three of you wanted to get away from Velaris for a night or two. You knew the layout of this cabin well by now: the foyer that was made of magnificent wood and pine with stairs on the right hadn't side leading to the second floor that held the master's suite and bathroom. In front of you past the foyer was the living room, one massive plush couch with two armchairs in front of a massive fireplace made of stone and marble, and a gorgeous view of the lake and mountain range beyond.
To the left of the foyer was a guest room attached to a powder room, and a sunroom tucked next to the kitchen and dining room that was towards the back of the cabin. Although it was cozy and rustic in aesthetic, it had all the modern finishes that made it desirable all the more. Some of Feyre's paintings were hung on the wall, along with wall decor and pictures of the Inner Circle. Feyre’s eye for interior design made the cabin look enchanting for any of its inhabitants or guests.
After handing Alec off to Feyre and Rhysand earlier that afternoon at the River House, you watched with wide eyes and a hint of worry as Feyre took your son inside to find Nyx waiting for him. Feyre and Rhysand has watched Alec over a dozen times, mostly to have Nyx and Alec play together and to spend time with their nephew. Deep down you knew your son was safe with them, he would be safe with anyone in the Inner Circle for that matter. But it was still hard not to have Alec on your hip or strapped to you, to not hear his babbling constantly throughout the day or see his smile. But Azriel simply took your hand, you both taking to the sky together with the bag Azriel packed for the pair of you, and you finally made it to the cabin.
"I already have a dinner planned for tonight," Azriel said to you as he held your bag in his hand, you looked over at him as he smiled warmly at you. His smile, no matter how many years and moments you've seen it, always gave you butterflies like the first time you saw his smile. It brightened his face, his mood, and even his soul too, making you smile in return as he leaned over to kiss your cheek to let the kiss linger, "Why don't you get settled, my love,"
You felt the kiss like liquid fire along your cheek as you smiled at your mate, feeling him nuzzle his nose against yours before swirly moving away and over to the kitchen area, leaving you out of breath from the small gesture. Azriel had that kind of power over you, from a simple smile to a kiss on your cheek. You would still find yourself out of breath with him, and it was something you never wanted to lose.
Making it to the Master Bedroom, you saw the massive windows that were showing the breathtaking views of the mountains. The tint of orange and purple from the setting sun made it seem like a painting that Feyre would make instead of the real thing, you touching the top of the lush covers of the bed. You loved your little cottage that was a bit too cramped, it was your home and the first home you built with Azriel.
But you were beyond excited to sleep in this lush and comfortable bed.
Something moved in your vision, outside the cabin and over by the little pier of the lake. You walked over to the big window that was above the bed, looking out to see your mate walking along the dirt path and onto the pier. His wings were relaxed against his back, and his hair that has grown a bit was flowing in the wind as he approached the end of the pier. As he walked, you saw him strip his shirt, tossing it on the pier, and then toeing off his boots. His tan skin glistened in the sunlight, his muscles were evident along his backside and arms as he stood at the end of the pier, looking out at the water in his jeans.
What you didn't expect to see was your mate, stripping down naked, and dipping into the lake.
Your heart was pounding in your chest, your breath lost on your lips from seeing Azriel duck his head under the water and then back out again. The water rolled down his muscular backside and off his wings, his hair stuck against his neck and glistening in the sun with shine. He seemed so free out in the lake, away from prying eyes and judgment that you knew he had to endure for years on end. Always under the microscope, always needing to look over his shoulder or for others. Yet there, out in the lake bare for all to see, he seemed free.
Or perhaps, only for you to see, which made your heart quicken all the more.
Still to this day he made your heart race and gave you butterflies from his unique and rare beauty. You saw him as beautiful, from his tan skin and his ink hair to his bright hazel eyes and sensational smile. But beyond the persona that he had to show in front of others, Azriel was so calm and kind. You saw the softer side of him, a side he never showed to others and wouldn't dare to expose to anyone but you. His heart was always tender, even beyond the scars and callouses that were there from past tragedies and heartbreaks. With you, Azriel was willing to give you his heart, his tender and fragile heart that he's protected all of his life and with all his energy.
You took it, knowing it was the most precious thing he could ever give you.
Your feet took you out of the cabin, across the small garden that was already growing thanks to Elain, and onto the little pier that was leading you to your mate. The warm air hit your skin as you stripped off your sweater, letting it hit the floor and then towing off your shoes. Azriel heard your feet, turning around and looking at you slowly stripping off your clothes. His eyes were on yours, a smile on his face while you were taking off each piece of clothing. Not in an alluring way, though it felt like it because of how he was gazing at you. He stared at you as if you were the only being that would catch his eye, that would distract him, and that would bring him joy.
You were all of those things to your mate, and he was those things to you.
Finally, being bare in front of him and almost shivering from the wind, you watched in anticipation as his smile never faltered. He drank in the sight of you, the curves along your hips and thighs, the freckles etched along your arms and cheeks from being in the sun. In any other circumstance, you would wish to shield yourself and hide away. But not with Azriel, the love of your life.
He held out a hand to you, the scars along his skin and knuckles shined in the sun as he finally spoke with one single word on his lips:
"Divine"
You took his hand willingly, Azriel's voice was a siren call for you as walked to the edge of the pier. His fingers laced with yours, his eyes never leaving your own while he helped you into the water with ease. The water was cool to the touch, far too inviting thanks to the sun beating down on the water as Azriel wrapped you in his arms and kissed your soundly. You hummed, your fingers sinking into his ink-black hair while his fingers were pressing into your waist and hips. Being bare in the water, pressed up against Azriel, and feeling him hold you against him in such an intimate manner, you could have sworn you had tears in your eyes.
Your emotions got the best of you, all from being in this space with him and the rest of the world melting away. At the core of it all, you've missed this: having Azriel to yourself and pouring your love into him. With every kiss he gave you, his fingers brushing against your skin and one hand curving up to cup one of your breasts in his calloused palm to make you moan against his mouth, you were tumbling for him.
It was not a rushed process, it flowed naturally and organically as Azriel's lips moved to trace your jawline and then to your neck, hitting your pulse point since he knew it was a sensitive spot for you. Recently you two would have to improvise, so to speak, when it came to being intimate together and having time together alone. You both were busy with his Spymaster duties and your duties to Rhysand, along with having an infant to look after, it barely left any time to be intimate in the way you wanted. With quick kisses and lingering touches, Azriel quickly fucking you in the shower after Alec was put down for a nap for the night, even the heavy petting in bed together seemed to work at the time.
But this, this was the slow build-up you both craved and ached for.
His hands were roaming all over you, making your inside feel so warm and your mind going blank. You loved it when his hands were on your skin, almost like he was mapping your body to memory. Azriel knew your body so well: every dip and curve, every freckle and mole, he knew where to touch and kiss, where to trace his tongue and fingers. You were putty to him when you two were like this, even in that lake and Azriel lightly pressing you against the pier and you molding into him as he kissed and touched.
"Mother I missed this," He said with a groan, his fingers under the water were now touching your folds and making you whimper as he ran his fingers along your folds slowly and with precision. You felt him tremble while you clung onto him with your back against the wood of the pier, "I missed being able to do this with you."
"Me too," You said as you kissed him hard while he slipped a finger inside of you, you moaning against his mouth as he slowly started pumping his finger in and out of you in a steady rhythm, "It's been too..too long—fuck Az!"
He curled his finger, hitting that spot deep inside of you that made you see stars as he mouth against your neck and his other hand reached behind you to brace the pair, gripping it tightly and in a death grip as a second finger slipped inside of you and made your head fall back against the wood. He took that as a sign for him to leave love bites on your neck, your pulse quickening and your pleasure was getting higher by the second.
"You look gorgeous like this," He hummed against your skin, his fingers still going in and out of you but going a pinch faster as he watched you come undone. You had no care that you both were out in the open for anyone to see, but that would be nearly impossible since both and cabin and the lake were enchanted to be undetected by anyone or any being. Knowing it was just the two of you, your guards were down and that sensation alone was memorable as Azriel gulped and spoke again in a growl, "Nothing else will satisfy me more than doing this to you,"
"Az…don't stop please," You moaned as his finger that were still moving inside your aching pussy were going faster now under the water, your pleasure is getting higher and more recent by the second. You were thinking of nothing else but him making you reach your peak, his hard body in front of you, and how you could feel his cock harden and be pressed against your thigh, his breath along your neck and his teeth nipping at you to bring you closer to the edge. But it was when you hooked your arms around his neck just as his hand on the wood by your head moved to run his finger along one of your wings to bring you white-binding pleasure.
Your moan was so loud it echoed off the top of the lake.
"Let go for me, sweetheart," he begged, his fingers tracing your wing again to make you shutter and let out another gut-wrenching moan from the tingling sensation of your wing being caressed, one of the most sensitive parts of your body. Azriel was clearly using it against you and for himself, you've done it to him in the past as well since it was such a pleasure point for Illryians. Now you were literally melting in his hold, about to fall over the edge into pure bliss.
"I wanna see you cum on my fingers," he whispered against your cheek as his fingers were now pumping rapidly, his other hand moving from your wing to sink into your hair and kept you in one spot, "Watching you cum is one of the most…fuck…most beautiful things I have ever seen in my life. Please, baby. Please cum for me—"
You screamed, your orgasm washing over you like a massive title wave.
The rest of your senses were white hot, nothing else was running through your brain but pleasure that was going on for what seemed like long minutes, not seconds. All you could do was feel, from the top of your head to your toes and even along the membrane in your wings. It even felt like you were flying, soaring over the clouds and amongst the stars.
You wanted and chased that feeling, and now feeling again thanks to Azriel.
Azriel watched you unravel, his eyes wide in amazement and filled with pure genuine love as he watched you ride out the pleasure that was now seeping into your bones. To him, you were the true rare form of beauty that brightened his darkest days and warmed the coldest of nights he would have. He would give you any treasure or trinket that would bring you joy, move mountains for you if you asked him to, and kill any being that would threaten your life. You were everything to him, from the moment you two met in your youth with no hope for a bright future.
You were in fact a shooting star that soared into his vision.
After you finally calmed down, you slowly blinked at Azriel as he reached to cup your face cradling you close in his hold. Although you were barely shaking, you hummed as your forehead touched and Azriel softly smiled while you were nestled against him.
"Hi," You breathed, a grin on your blissed-out face as Azriel chuckled and nuzzled your nose against his.
"Hi," He repeated, then pressing a soothing kiss against your lips.
"We should do this more,"
"What? Have a proper getaway just the two of us?"
"Why not?"
You giggled, the fingers that were in Azriel's hair still making a soothing rhythm against his scalp as his head was on your bare belly, his fingers tracing along your hips and the soft skin near your bellybutton while the rest of his body was nestled between your parted legs. The soft sounds of the nightlife in the mountains came through the open window of the master bedroom, both you and Azriel were simply drinking in the silence while tangled in each other arms.
Morning was not too far away, the twilight stars were especially bright in the mountains as some birds were starting to sing. You looked out at the dark blue sky, the smallest hints of the morning coming over the mountaintops as your fingers were still raking Azriel's locks with ease.
The last several hours were filled with pleasurable bliss, starting of course in the lake against the pier and then ending up tangled in the master suite on the king-sized bed. Every moment you shared was spell-bounding, Azriel taking you on the couch as he ate you out to make you see stars, then carrying you bridal style into the master tub amongst the warm water doused in oils and scented bubbles as you rode him and made him come apart. In the end, he held you in his arms as he pounded into you repeatedly to cum at least two more times.
Although you both had a healthy sex life, it felt ten times better. Almost like you two were truthfully reuniting as lovers again after being away in such an intimate way for so long. You loved your life, you lived in the small little cottage you had and the two-year-old son that you both were parenting together.
This life you had was a pure blessing, but you did miss this. Having your mate all yourself at this level and this deeply. It wasn't just about sex with Azriel, it was sharing your body and your life with him and having no walls up because of that. You both worked hard on each other to break down those walls you had around one another, through plenty of fights and arguments along with long talks and confessions. In the end, this beautiful relationship you two had nurtured and helped flourish over centuries was better than ever.
"I've missed this," Azriel hummed, his head along your belly as his fingers were running up and down your thighs as you watched him with a smile, "Just having this time with you and not worrying about anything else. This just feels..."
"Happy?" You suggested, your fingers massaging his scalp as he grinned.
"Feels like home." He mumbled, you paused with your fingers as he wrapped his arms around your hips and snuck a kiss along your belly, "You were always home to me: no matter how far I went, I always would come back to you."
"You're my home too," you replied softly, Azriel blinking slowly as he held you a pinch tighter and you grinned, "You and Alec are my home, and even before we had him you were my home and center."
"But still….I have missed this," Azriel confessed, then looked up at you with his hazel eyes making your heart skip a beat. His ruffled hair from your fingers, the flushness in his cheeks that made his eyes bright, even the way he parted his lips and his skin was glowing from the soft light that was lit in the bedroom.
He looked beyond heavenly, he always did.
"Me too," You admitted, Azriel cracking a smile as he then moved up the bed to be face to face with you, almost nose to nose as his arms and fingers were around your bare back. His body heat made you barely shiver as he searched your eyes.
"Maybe we can try this again every once in a while," Azriel suggested while he pushed some of your hair out of your eyes, "Have it be something we can look forward to: A mini honeymoon,"
"You can't call it a honeymoon if we're already married, baby," You reminded him as he chuckled.
"I think we can, and if I could I would marry you as many times as I could," He admitted to you, having you look at him with a hint of shock. Perhaps it was the post-coital bliss and high you were feeling, or how Azriel was looking at you with so much love in his eyes, but you were speechless.
"You would?" You asked sheepishly, seeing his smile widened slightly as he nodded his head.
"I would marry you every day," He vowed, you taking in a short breath as he reached up to cup your jaw lovingly with one hand, "I know I have told you this thousands of times, but I do mean it: You have changed me in the best way and I don't ever wish to not have you in my life. I consider you my better half, and I will do anything, be anything, to keep what we have for the rest of my life,"
"Az," You cooed, leaning in to nuzzle his nose and feel some tears escaping your eyes. You loved and craved it when Azriel was soft and soothing in both his tone and in his gestures, no need to be harsh and hard when he was the Spymaster. This side of him, the side he only wants to show to you behind closed doors, was the side you would take for the rest of your life.
He loved you, cherished you, and made you his priority before anything and anyone else.
"Let me marry you again," He said almost in a plea, tracing the tears away with his thumb, "One time Is not enough for us, I think. At least not for me,"
"Just to keep me to yourself?" You teased wetly as you cried some more, grinning like mad as Azriel's smile never wavered, "What a selfish fool you must be,"
"I've been called worse," he replied smoothly and with no hesitation, "But I'm willing to be a fool for you. As long as I can marry you again and call you mine,"
"I am yours, Azriel," You reassured him, "And you are mine. And if you want to marry me again, then let's do it,"
Azriel peppered you with kisses as you giggled and squealed, yet when you tried to push him away he held you close with an arm around you and his hand still tracing your jaw. It was still fresh and new with him as if you two fell into bed for the first time so long ago. Back then, it felt like the future was bright and thriving in front of both of you as your paths were now molding into one amazing path. That path never broke apart, it moved and swerved as time went on, maybe a crack or two here and there along with hills and valleys to conquer.
But the path was still there and still moving forward, a pinch bigger thanks to the birth of Alec.
The End

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#azriel shadowsinger#azriel x reader#azriel x you#Azriel#acotar fanfiction#acotar#a court of thorns and roses#a court of mist and fury#a court of silver flames#azriel spymaster#azriel x oc#azriel fanfic#azriel acotar#fanfiction#writing#daddyazriel#daddyazrielandalec#azriel x female reader#acomar#acowar#azriel smut
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"nor did i. i'm not afraid of what i am, what we are. i have no reason to pretend to fit in with these humans, and you shouldn't either." she rolled her eyes as he grabbed a glass, knowing it wasn't as if any of them could enjoy what was being offered here. "it could have been fun, you're right. perhaps if we can ever make it back home, we can convince aro to throw one." it would be nice, if nothing else. "that was your job, alec. if you were unhappy though, could you not just express that to aro? you and jane are some of his favorites, i'm sure he would've listened."
❝ i did not mean literally hiding behind a mask ❞ he mumbled, small fake smile on his lips. turned towards the person who walked around with champagne glasses on a tray, grabbed one ❝ no, we did not, which is a shame. it could have been fun ❞ it was a dull life in volterra. a little party now and then couldn't have hurt, right? no, or maybe. he turned to face her again ❝ yeah, probably the only one. i barely talked either, only followed orders ❞
#misteriios#su. interactions#sulpicia || alec volturi#su. event#hwevent19#event || cupid's playground
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i keep having thoughts about bridges
if alec is supposed to stay with magnis for a year then that means he will have a birthday and i just picture it like this
*on alecs birthday*
alec doesent really care about his birthday (bc of maryse and robert ofc, he used to think he would get something fun for his birthday bc mayrese always made sure jace got a good gift and robert always did that for isabelle (he used to think maybe only girls got gift bc izzy always got something but never him, but then jace got adopted and he got something too so maybe things changed...but no) ) anyways alec learned not to care about his birthday as to not be dissapointed and he generaly doesent wanna be the center of attention ayways so he and izzy and jace (and later max) made a made it a small tradition that he will accept a "happy birthday" and a gift only from them and it being a lowkey thing. Later on the trainees insist on making him a birthday card and drawing him pictures as a gift.
So when hes with magnus he doesent even think to mentionits his birthday to anyone bc it doesent matter anyways and why would thay care? he does smile when his box is stuffed full pf birthday cards from the trainees tho.
one day he and magnus are bantering and magnus goes something like "wise words froma 20 year old"
"21 actually- anyways--"
"what!?"
"what?"
"it was your birthday?"
"yeah a few weeks back but it doesent matter"
magnus is---sad? shoked bc all warlocks do something big for their birthdays, shadowhunters are so weird? idk but he doesent like it
the rookies, cat and the wearwolfs are also not happy they missed his birthday also wouldent magnus his husband know when alecs birthday is??? especally since its his first birthday after getting married... sus 🤔😒
Nonnie you have no idea how delightful I find that scenario. And how sad I am that I am not going to be able to include it in the fic in that shape because of spoilers. (Am I now wondering if I should retroactively make Alec nineteen at the start of the fic to have his birthday happen during the story to include this as a one-shot? Maybeeee) But yes, Magnus would be sad and the werewolves will be devastated bevause they’re friends Alec! Sven and Anita even have a kiddo on the way to make sure they’re the favourite! This is bettayal of the highest degree!
The rookies will take a page out of the trainee playbook and stage a secret surprise belated party because no party for Alec is not allowed. They all decide to make a mix of handmade or magicmade presents and baby Max puts or draws at least two bandaids on his present.💜
#Foodsies rambles#foodsies writes#I have been trying to include a Alec birthday mention#In the fic#Although my initial idea wasn’t half as adorable#However it doesn’t work with the timeline#Which I am sad about#I want some ridiculous « it was your birthday and tou didn’t tell us???? » shenanigans
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∘

「Sky T., instead of safeguarding what the guardians entrusted to her, took it for herself and even learned the unforgivable curses, which she used without any remorse. These curses are strictly forbidden, especially when the intent is to cause harm—something Alec is fully aware of.
He knows how much effort and pride Sky T. puts into dealing with those poachers, yet her actions should have consequences. But Alec is blind to her faults; she could commit a thousand and one crimes, and he would still cover for her, pretending nothing happened. They asked him if he’d seen anyone break the rules. What’s his answer? —'Everyone at Hogwarts follows the rules to the letter; there’s been no rule-breaking.'」
⬤
◇These are variations of the first illustration I made of both, making it clear that Sky T. isn’t as innocent as she seems—after all, she literally took what the guardians were protecting and entrusted to her. On the other hand, Alec is completely blinded by her and would never accuse her of anything. I love the lighting effect of Avada Kedavra, but personally, if we’re talking about the thrill of casting a curse, my favorite is Crucio ( ˙꒳˙ )
■
「Sky T., en lugar de salvaguardar lo que los guardianes le confiaron, lo ha tomado para sí misma e incluso, aprendió las maldiciones imperdonables, que usó sin ningún remordimiento.
Estas maldiciones están estrictamente prohibidas, especialmente cuando la intención es causar daño, algo de lo que Alec es plenamente consciente.
Él sabe cuánto esfuerzo y orgullo pone Sky T. en lidiar con esos cazadores furtivos, pero sus acciones deberían tener consecuencias.
Pero Alec es ciego a sus faltas; ella podría cometer mil y un crímenes, y él aún así la encubriría, fingiendo que no pasó nada. Le preguntaron si había visto a alguien romper las reglas. ¿Cuál es su respuesta? —'Todos en Hogwarts siguen las reglas al pie de la letra; no ha habido ningún incumplimiento de las reglas'」
⬤
◇Estas son variaciones de la primera ilustración que hice de ambos, dejando en claro que Sky T. no es tan inocente ya que, tomó literalmente lo que los guardianes vigilaban y le confiaron, siendo que por otro lado Alec, esta totalmente cegado por ella y nunca le acusaría por nada.
Me encanta la iluminación de Avada Kedavra, pero en lo personal, pero si hablamos de disfrutar el lanzar una maldición mi favorita es Crucio ( ˙꒳˙ )
#artists on tumblr#digital drawing#digital illustration#hogwarts legacy#hogwarts school of witchcraft and wizardry#hogwarts oc#hogwarts legacy mc#hogwarts legacy fandom#gryffindor#slytherin#gryffindor oc#slytherin oc#ocs#oc art#mc art
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Introduzione

(both are 100% real pictures of me trust)
Hello queers and freaks, I've seen a lot of profiles do introductions and I wanna sooo:
plz be my moot if you share interests :3
Feel free to DM and tag me whenever :)
Some days I'm a lot more active here than other days, please forgive me if it takes me a few days to reply to you ^^'
My name is Ro
Pronouns: Short ver: she/they, she/her. Long ver: pronouns.page
Birthday: April 11th ;D
Pansexual / afab Demigirl / Quoisexual+Quoiromantic
Spanish and English, learning Italian :0
Mexican
INFP, Aries, 9w1
No religion, just gay
A Tism™
My AO3
My writing blog @eatin-bread-n-writin
My Spotify playlist ^^
Interests and fandoms
This list is in no particular order rn
Yapping
I play the kalimba :D
AO3
Writing
Art, drawing
I really like going to cafés and museums with my friends ( ◜‿◝ )♡
🫶 Cats, raccoons, crows and owls 🫶
Greek mythology (Icarus my beloved)
Alien Stage
Sanrio
Snoopy
SFW furry :3
Comics/Manhwa/Manga/Webtoons (naming titles and artists in this hehe) (Imma be so honest some of these have smut, you've been warned ig lol)
- Batman/Batfamily (Tim Drake my fav idc)
- DC in general lol (the Absolute Universe is my fav run rn hshs)
- Spiderman and Deadpool
- Shencomix (everything he does fr)
-hakeism (obsessed with Your Wings and Mine)
- Idolomantises
- Bongchon Bride
- Humor Me
- The Summer Hikaru Died
- Xiyuer
- Pengki
- I Love Amy
- Mr. Circus Papa ( Ghost Eyes>)
- Merryweather
- Jackson's Diary
- Livys
- Duncan and Eddie
- Heartstopper (used to be obsessed, now I'm a casual fan)
- Cursed Princess Club
- The Fake Moon
- Guro Gyaru ni natta Kara Shinyuu to Yatte mita
- Villian to the Rescue
- Red Candy
-So Not My Type
- The Umbrella Academy
Shows
- South Park
- The Amazing Digital Circus
- Don't Hug Me I'm Scared
- Moral Orel
- Smiling Friends
- Bob's Burgers
- Cartoon Network (mostly TAWOG, SU and Adventure Time)
- Gravity Falls
- FNAFHS (unfortunately)
- Spooky Month
Anime
- Studio Ghibli
- Black Butler
- Death Note
- Another
- Asobi Asobase
- Danganronpa (Despair arc sucked ass tho, give me real motives you fcking cowards)
- Erased
- Komi-san can't comunicate
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YouTube
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- Ricardo Alcaraz
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• If it counts EPIC the musical
• If it counts² Evelyn Evelyn
Music (I like lots of genres idk)
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• Will Wood
• VOCALOID (and utau and allthat)
• Crusher-P, Ghost and Pals, KIRA, maretu
• Jack Stauber
• cavetown
• Alec Benjamin
• Mother Mother
• Cuarteto de Nos
• Alan Sutton y las Criaturitas de la Ansiedad
• TV Girl
• Måneskin
• Chappell Roan
• The Living Tombstone
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There's more but I think I've over shared enough
Auto imposed wall of shame
I've been / I am a
Wattpad crackfic writer
Tiktok brain rot user
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Roblox kid
Minecraft kid
Gacha kid
Edgy teen
YouTube animatics fan
and more
I'm not saying which ones I still am (that's a lie I probably will if you ask 😔)
Tags I use (I forget often tho lol)
#eatin bread and reblogging (for reblogs)
#eatin bread and yapping (for original posts)
#eatin bread and writin (for my writing, mostly reblogs of my writing blog lol)
#eatin bread and drawing (for my art)
#introduction#hello :3#eatin bread and reblogging#eatin bread and yapping#eatin bread and writin#eatin bread and drawing
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Ignore them Alec, they're just trying to stir shit up. You're a wonderful writer and I don't personally think anything you do is fetishised.
Also that fucking part with "if the reader's ftm then cool", when they say you write ftm like women but with masc pronouns, makes me think the anon's the one who fetishises it, or just wants to read charxfem reader fics so goes into ftm fics. Big "lesbian sex hot, gay sex gross" vibes from the anon
Because what the fuck does that even mean???
Lowkey feel like your feticizing FTM. I've read a lot of your writing and I've seen mostly ftm characters, mainly smut, and I don't know if I looked hard enough but like no actual ftm problems. I've only seen it being sexualised. And your pretty much only using masculine pronouns, you write the characters as if they were women, only masc pronouns. I understand if it is the reader who is ftm, like cool. Or maybe your not and I'm reading to far into it, cause this is basically what every writer does.
Sugar I don’t really think I understand what you’re saying.
1. I’ve never counted the amount of ftm pieces I’ve done but Im 100% sure they’re not the majority of my work. I looked through my writing tag and the most recent ftm piece i did was my price piece
2. This is a smut account. I do not depict issues and struggles in what’s supposed to be a smut piece. I have nothing else to say to this. I apologize.
3. I don’t really understand the “you write the characters as if they’re women” part because I do not feel that I do so nor has anyone told me this before and I’ve written for a year now. So I don’t really know how to respond to this part 😭
4. I also don’t understand “if the reader is ftm cool”. Do you mean it’d be okay if I wrote trans reader but not trans characters? To that i say, I see nothing wrong with writing trans characters. I think there are more trans characters pieces out here than trans reader pieces.
5. Lastly, if it can bring you some comfort I am a trans dude, my intentions with my writing is not to cause harm and I’m really sorry you got the wrong impression of my account
#gnome's tea break#Im probably off base with this#but that part is certainly sus to me#either way Alec you responded far more politely than I would've lol
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First, your list is IMPRESSIVE. Now pretty please Raising Alec, Chimera!Liam and First Beta!Theo and False confidence (please tell me this has something to do with the song)
I know I'm just a simple girl with too much time on my hands (I made sure to have too much time so I could dedicate myself to higher purposes (fanfictions)) 😂🙏
Raising Alec
Omg yay I get to talk more about this!! Okay so I explained the premise here but here's a few fun facts about this fic:
- Theo is deeply sleep deprived (even more so now that he gets woken up by Alec's screams in the middle of the night every day) so he takes dad naps all the time and yet denies ever taking them. Alec thinks it's funny and, so, when Liam can tell his dreams are starting to turn into nightmares (his heartbeat spiking and slight movements), he gently wakes him up in a way that doesn't alert Alec that anything was ever wrong.
- Theo reads children books in this fic coz Liam learned that all he read were theory books with the DD so he made it his mission to give the chimera children books recs all the time. They go to the library together :3
- Corey visits one day and realizes that Theo and Liam are very much Alec's Parents and he's like 😶👀 and he immediately texts Mason: what the fuck????!!! babe!!! i’m in a sitcom!!! a STRAIGHT sitcom!!! what happened to them??
Chimera!Liam/FirstBeta!Theo
Okay so I really like this fic! I just find it super cool to see all the ways that Liam and Theo differ in their switched roles :)) Also Theo and Liam actually know each other from before Liam left BH. They spent a night being interrogated by the police for a petty crime when they were 8-9 yo. So anyway, I'll just fire at you a couple of my facts about this fic!
-Theo is held back a year coz he spent too much time at the hospital before Scott finally gave him the bite so he's in the same year as Mason, Liam, Hayden,... And he's basically bff with Hayden.
-Theo is *simping*!! Hard!! Andddd he's completely love-struck so he's like "No, Stiles, this guy who I'd find super sus any other day is sooooooo good and sooooo nice! How dare you say anything bad about my husband? I mean, Liam."
-Theo is a nerd and an insect nerd at that!! He loves bugs and learns all the different latin names for each species. Liam thinks it's cute. 🥰
-Liam doesn't have much of a plan (nothing like Theo seemed to have in canon), he just tries to get the pack's trust in case he needs to make them look away some point later. He's also not a soldier or spy for the DD but more of a cleaning person. He does all the small things they can't be bothered to do like clean the blood, retranscript some notes in the test subjects' files or run some small errands. That's how he made sure they'd want to keep him around.
-Liam knows that Mason would be the perfect test subject to be a chimera so he burns his hospital file before the DD can see it. He's also very excited to see his best friend again even if it means he needs to hide everything that he's become.
-Theo holds resentment towards Scott (even if he's one of his closest friends) because he let him rot in his hospital bed for almost a year before he finally decided that maybe seeing his friends die wasn't a good idea. In many ways, Theo owes Allison a debt of gratitude because her death made Scott come to his senses and bite Theo before it was too late. He just thinks that maybe, if Scott had bit him earlier, then he could've been there to protect Allison instead of lying in a bed, struggling to catch his breath.
False confidence
Theo is now 15, he's a complete soldier, merciless and obedient. He's not just some toy the dread doctors use, he's part of the team… or so he thought. But all his confidence shatters when they bring a new specimen to experiment on. (👀👀 Moi? Writing a half!werewolf half!werebear Liam chimera??? Maybe so😏)
“They won't keep you here long. They just want to know if you'd be a good fit for their research.”
Experiment might be too scary a word.
“What?” His voice cracks. “What research?”
Theo pauses to think but there’s really no way to nicely spin this. “They need a certain body to complete it. It probably won't be you.”
Liam frowns at the insane talk. Still, he is who he is and he can’t help but feel insulted by Theo’s obvious disregard. There’s an air of superiority in Theo's voice and body that ticks Liam the wrong way. He looks back at him with an angry tear-filled stare and a scoff.
“Well, I bet it wasn't you either.”
+++(if we're talking of Noah Kahan's song... Then yes, the song inspired the title!! Plus it could very much be applicable to this freaking angsty fic 😂. Theo thinks he's a stone cold killer but like... the first chapter is titled "Welcome to Stockholm. Population: 1")
...from this post...
#lol i swear i dont write angst (me lying)#but also the first and second one ARE funny or at least a good time 😂#thank you for the ask and the kind words!! i hope you enjoy this glimpse into my fics#teen wolf#thiam#theo raeken#liam dunbar#raising alec#false confidence#chimera!liam#firstbeta!theo#my stuff
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