akumadart

[akumadart]

Mystique and Destiny ready to stab!

(Hellfire Gala designs by Joshua Cassara)

[akumadart]

My part of the JeanPiku project, hosted by the lovely @mikesmatcha

[akumadart]

In a sleeping small town of the coast of Ireland people sings a lullaby that scares both their young and elderly inhabitants.

One that speaks of the Furtive Witch, a spirit that dwells among their forests, waiting for anyone fool enough who dares to make a pact under the Hollow Willow.

Kim would have never imagined that those legends were a reality until he met the mysterious Griselda while getting back to his hometown…

[akumadart]

Full version of "Knowledge is at the size of my Skull"

[akumadart]

Lately I felt like reading visual novels again, so I'm trying Ikemen Prince. Prince Clavis Lelouch and Ruth, my Belle in the game.

[akumadart]

Some sweet commissions from the past few rounds

[akumadart]

[OC] Some drawings of Diego + bonus the Arca crew all together because they're so pretty

Seren (tall one who looks annoyed) belongs to @lin-wyrt

Astra (tiny one with curly hair that looks baby) belongs to @evanseruart

Syl (smug looking elf) belongs to Ezra (EzrasLog on tw)

[akumadart]

sketched chicken based on a picture on my dash the other day

[akumadart]

Fearne Calloway

[akumadart]

—Ya estamos aquí. —Dijo el tahúr con un falso aire despreocupado. En el fondo de su corazón estaba temblando. Temía lo que pudiera pasar. Más de una vez había aceptado su enfermedad, que su fin llegaría tarde o temprano, o bien tumbado en una cama tosiendo sangre y recordando días felices fumando y riendo con sus seres queridos, o ser partido por la mitad por la calaña de Garland.

Y realmente había días en los que la esperanza de encontrar una cura se había esfumado como la ceniza al soplar el viento. Había probado todo. Los mejores sanadores, clérigos, las pociones más extrañas de cada rincón de Anthara. Absolutamente nada de eso había funcionado.

Hasta que llegó a los guardianes el conocimiento de la tierra de los serafines. Los únicos seres capaz de expulsar la malicia. Era la última carta. Sonrió nervioso ante su propia ocurrencia. Porque verdaderamente lo era. Miró un momento una carta de la baraja de los dragones.

—¿Vas a entrar? —La voz de la maga sonaba todo lo apaciguada que le era posible. Realmente estaba impaciente por ver entrar a su compañero y al fin acabar con esa enfermedad que tanto les angustiaba a todos.

—Si…solo estaba pensando…—Guardó la carta. —Bueno, no importa.

—¿Tienes miedo? —Dijo ella con semblante serio.

—¿Yo? Jeh, que va. Solo es que…

—Yo estoy aterrada. —Dijo la maga sin más. Miró hacia el agua con los ojos cristalinos mientras se desabrochaba la túnica. —Pero no hemos hecho todo este viaje para darnos la vuelta dominados por el miedo. Si no vas a entrar solo, entraré contigo, vamos.

El Tahúr simplemente se dejó guiar por los lentos pasos de Elisea hasta el interior de las aguas. Y finalmente el pulso vital de Assuria brilló como un fulgor blanquecino alrededor del cuerpo del tahúr. Introdujo su cuerpo completamente en el agua sintiendo cada gota de agua purificar su cuerpo. Aquel mal que tanto había azolado en su ser, el mal del plomo blanco, desapareció. El tahúr se miró expectante. Primero respiró con lentitud, después hacia los lados y finalmente su mirada se cruzó con ella. Sonrió como un niño, con una expresión entre inocencia y felicidad.

—Gracias.

—No, Gracias a ti.

[akumadart]

Ganondorf

[akumadart]

“Yae Miko”

[akumadart]

Autumn

[akumadart]

lothric and some other stuff

[akumadart]

The redheads in Elden Ring out there to make me horn destroy my feelings :__

[akumadart]

OtesàneK ~No necesito tu compasión, "cachocarne", lo único que quiero es tierra húmeda.~ 

[akumadart]

La Revolución de Las amapolas. Prólogo. (Fragmento)

Unos pasos metálicos procedentes de las espaldas de Odette, captaron su atención. Sin llegar a girarse aún, y por mero instinto, llevó la mano al mango de su envainada arma.

—Veo que sigues aquí. - Una voz femenina, joven, pero con una tonalidad ruda. — Como no. –

Aquella voz pertenecía a su prima, Rose Redflower. La hermana menos de la señora del feudo Ophelia Redflower. Rose era conocida en todo Targoviste por ser una luchadora prodigio. Con tan solo doce años, destacaba en su destreza con la espada y el control del escudo. Rápidamente fue adquiriendo la fuerza y presencia necesaria para guiar a sus compañeros, quienes, con el 18 cumpleaños de Rose, se convertirían en sus subordinados. Era conocida por ser de palabras recias, y extremadamente pragmática.

—Nuestra señora solicita una audiencia contigo.

Odette asintió ante las palabras de su prima, sin esperar que justo tras girar, se encontraría la espada de ella tendida apuntando directamente hacia su cuello. Desenvainó hasta la mitad su arma dando un ligero paso hacia atrás. El rostro de Rose estaba firmemente clavado en ella, sin un ápice de duda. No, ella jamás dudaba. Así como tampoco apuntaba a nadie de su propia familia.

—Rose, mi entrenamiento ha terminado. Guarda tu espada.

—Tus palabras rebosan el miedo y la duda, Odette. ¿Realmente eres merecedora del título de leviatana que nuestra señora te concedió? ¿O no es más que una herencia injusta?

Odette apretó los dientes. Su rostro intentaba luchar por mantener pasividad ante aquella circunstancia, pero en sus ojos celestes se apreciaba como si de un libro abierto, cada uno de sus pensamientos. Rose esbozó una media sonrisa, su cuerpo no había cambiado de posición siquiera un ápice, la espada seguía tendida hacia ella.

—Fui nombrada leviatana por la mismísima Ophelia Redflower. Dudar de su palabra, es dudar del feudo entero, Rose.

—Mi hermana, aunque justa y noble, aún es joven, y su amor por la familia le ciega. Yo no soy como ella. Veo más allá de la sangre y los lazos que unen a esta. En la batalla de nada sirve el amor a la familia. De nada sirve un título inmerecido. Pues cuando el enemigo ataca, solo queda la muerte. Ahora, Odette, termina de desenvainar tu arma y lucha contra mí.

Como si una llama se encendiera en lo más profundo del corazón de Odette, un impulso le hizo sacar su espada, sin un ápice de la duda anteriormente sentida, asestando un golpe directo contra la hoja del arma de Rose. Apenas haciendo un rápido giro sobre sí misma, desvió el arma, asestando un golpe con la parte roma de la hoja al lomo de Odette, con tal fuerza que la hizo desequilibrarse. Odette volvió a girar sobre sí misma, lanzando un golpe hacia las piernas de Rose, sin embargo, la velocidad de ella no había sido suficiente. Pasaron varios minutos enzarzadas en batalla hasta que finalmente, Rose asestó varios golpes en las piernas a Odette, dejándola tumbada en el suelo. Odette miraba hacia la techumbre la diáfana sala, mientras escuchaba los pasos de Rose alejarse de ella.

—Eres un fracaso. Una mentira. Ophelia no tardará en darse cuenta y elegir lo mejor para proteger a la familia. Recuérdalo.

Apretó los puños con tanta fuerza que casi clavaba las uñas en las palmas de sus propias manos. No dejó pasar demasiado tiempo para volver a ponerse erguida. Aún veía la espalda de su prima alejarse en dirección al centro de la ciudad.