andrewjb23 - Tumblr blog

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Era 2019, cerca de el mes de junio. Yo asistía a clases de natación cerca de mi casa, asistía con una actitud osada y de inconformidad, prefería quedarme en la casa acostado con mis pensamientos y penas, la carga que llevaba me tenía agotado, solo podía pensar en dejar que el mundo siguiera adelante quedándome inmóvil en mi cama, mientras que todos avanzaban junto al tiempo, yo me quedaba aferrado a la tristeza, a la única amiga confiable que tenía.

Mi amiga me hacía vivir momentos duros, me susurraba al oído que estos momentos eran una lección, algo que merecía por algo que hacia.

Pero nunca me decía que era lo que había hecho, me decía "Mereces esto, hiciste algo malo y debes pagar por ello".

Yo solo podía agachar la cabeza y castigarme por ello, por algo que no tenía idea que era.

Un día decidí seguir esa voz, a mi amiga, decidí quedarme dormido, un día que tenía natación.

Al despertar me di cuenta de lo que hice.

Se sintió bien quedarme en la cama dormido, mire a la ventana con el agrado de ver el mismo paisaje urbano de siempre, sentía calma.

Pero a lo lejos ví a mi madre, ella me vio a los ojos, y su expresión neutral cambio, su expresión irradiaba enojo.

Ella entro de manera apurada, llegó al apartamento a gritarme "Porque está aquí, ¿A caso no ve lo que hago por usted?¿No ve el esfuerzo que hago por usted?".

En ese momento, sentí como mi corazón se partía en mil pedazos y mis lágrimas desbordaban mis ojos.

Ahí fue cuando la mano fría de la tristeza tomo mi hombro y me señaló la cara de enojo de mi madre junto a su llanto, y me di cuenta que esa era la respuesta.

Me di de cuenta que era la carga de ella, que su lomo no soportaba lo que era, y que ella no merecía ese peso.

Fui corriendo a mi cuarto, y tome una cuchilla.

Fui al baño, y llore teniendo la cuchilla rozando mi piel, culpandome por ser la molestia de ella.

Sali, ella noto la cuchilla y me hizo jurarle que no me hice nada, lo jure, pero mi brazo ardía por por la apertura que había en mi piel.

Después solo me recosté, con mis ojos ardiendo, deseando que el día pasará de una vez por todas.