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angmarym · 7 years ago
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PRESS START! OR DIE!
❝ IN MY DEFENSE, HE IS A CHEAT SON OF A B*TCH AND I'LL...
Noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve y...
—¡C-c-cien! —consiguió decir por fin. Le había tomado más de veinte minutos o, para ser exactos, veintiséis minutos con cuarenta y nueve segundos (¡ugh, cómo odiaba los números terminados en nueve!) poder contar hasta cien sin ser interrumpido por algún espasmo nervioso o algún golpe que lo hiciese saltar de susto. Ahora se sentía más calmado —al menos ya no le temblaba todo el cuerpo— para poder regresar a donde estaban todos los chicos jugando. La primera y segunda etapa de la competencia individidual ya habían acabado, habiéndole dado a los competidores un máximo de treinta minutos para descansar, comer, o lo que sea que quisiesen hacer antes de seguir con la tercera etapa y final. 
El buen Tweek, como no era de sorprenderse, había ocupado esos minutos de descanso para hundirse una y otra vez en las crisis de pánico, que a veces acababan dejándole en una leve fase de optimismo, pero siendo más habitual quedar sumergido en el más horrible pesimismo. Lo peor de todo había sido darse cuenta que incluso el haberse quedado toda la noche despierto, mentalizándose para no sufrir sus habituales ataques de ansiedad, ¡no le había servido de nada! Así que ahí estaba, encerrado en un cubículo de baño, intentando por todos los medios no acabar rindiéndose y huir de vuelta a casa. Que vamos, era una opción muy apetecible, ¡pero se trataba del “día más esperado de su vida”! Que entre nos, todos sabemos que es una exageración, pero para el pobre Tweek así se sentía: “su día soñado”, “el día para que el había nacido”. Y ese tipo de mierdas que dejaban al rubio como un friki melodramático. Así que, finalmente luego de llegar al número cien, se terminó el café de su vaso térmico y se dignó, por fin, a salir de su improvisado refugio. Todos ya habían vuelto a las mesas así que fue un enorme alivio descubrirse solo en los lavabos. Las horribles ojeras se le marcaban bajo los ojos con su expresión cansada pero forzada a mantenerse despierta y alerta debido a la cafeína. Traía su chaqueta favorita —la de la suerte, esa que siempre acababa abotonando mal—, una bufanda anticuada de blanco y verde que accidentalmente combinaba con el color de sus ojos y sus vaqueros claros con sus zapatillas de lona, mientras a su espalda cargaba la mochila con lo necesario para esos eventos. Ahora se había quedado sin café así que debía esforzarse de no morir hasta mínimo haber acabado esa competencia para la que se había preparado su vida entera. Ni el gobierno, ni los gnomos ni su ansiedad le arrebatarían uno de los momentos más importantes de su jodida existencia, ¡Jesucristo! ... «YOU LOST» decía en la pantalla cuando se dio cuenta, pero por varios segundos siquiera pensó en que de verdad estaba sucediendo. La pantalla parpadeaba y luego los puntajes aparecían y veía su seudónimo («CaffeineTweaker») en el segundo lugar. Y, como un efecto retardado, noventa segundos después reaccionó—: ¡No puede ser, gyah! —Sus manos enredándose en su cabello rubio mientras sus hombros temblaban sin parar—. ¡Tiene que ser una puta mentira! —Casi ni se dio cuenta cuando, de la histeria y la impresión, acabó arrancándose un par de mechones de cabello rubio mientras intentaba encontrar una razón lógica de por qué acababa de perder en el juego que él podría considerarse uno de los mejores. ¡Tenía que ser una maldita broma! ¡Una jodida cámara indiscreta! Pero no, ¡claro que no lo era! Porque el universo odiaba a Tweek y no podían hacerlo feliz ni por un mísero momento, ¡los hijos de puta! Cuando le tocó presenciar la entrega del premio al chico que le había ganado en su juego favorito, ni siquiera pudo contener su mirada de odio, intentando ocultarse tras su monitor. El premio no era la gran cosa, la verdad; una versión exclusiva de cierto juego que al pequeño hacker no le hubiese costado mucho esfuerzo conseguir por el otro medio, además de un teclado cuyo modelo resultaba uno de los favoritos para algunos gamers o codiciado por otros. Tweek no había estado compitiendo por ellos, sino más bien por su propio orgullo de jugador. Gigantesco a pesar de considerarse a sí mismo un microbio, pero cuando se trataba de los videojuegos, ¡simplemente meterse con Alex resultaría un error! Y ese susodicho chico de cabello negro se había metido con él, ¡seguro había hecho trampa! ¡¡O peor!! ¡El gobierno lo estaba controlando para perjudicarlo! ¡Para espiarlo! ¡Para... gaah! Justo en ese momento lo llamaron, al joven cuyo seudónimo fuese CaffeineTweaker, para recibir el premio del segundo lugar: una figura y una copia de uno de los juegos novedades de la convención. ¡Y joder!, tener que presentarse frente a muchas personas iba a provocar que el pobre rubiales se cagase encima de la ansiedad. Así que intento ocultarse en su asiento, como si así se pudiese volver más pequeño y de esa forma todos pasasen de su presencia. Pero el mestizo era de esas personas a las que la mala suerte siempre, ¡siempre!, le persiguen; y como se esperaba, uno de los miembros de su clan le llamó la atención palmeándole tan fuertemente la espalda que practicamente lo desarmó. De la sorpresa y el dolor el rubio acabó poniéndose en pie con un quejido un tanto humillante, captando la atención de todos y siendo forzado a admitir que él era el jodido jugador que había ganado el desdeñable segundo lugar. Fue, se acercó al presentador y, por ende, a su rival y recibió los premios con el nerviosismo latente en cada una de sus facciones, mientras de vez en cuando se le arrugaba el entrecejo o el puente de la nariz en una expresión confusa y, de algún modo, infantilmente hostil dirigida al moreno, como si intentase hacerle saber que lo odiaba desde el fondo de su corazón, pero de una manera tan inmadura que más parecía un crío berrinchudo de cinco años, pero uno muy malhablado definitivamente: —Hijodeputatramposotevasajoder —acabó soltando entre dientes de forma casi ininteligible, preparándose para huir si es que resultaba que el otro sí había entendido sus palabras, pero aferrando con fuerza la susodicha figura que se acababa de ganar por si es que tenía que acabar repartiendo golpes para salvar su vida.
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angmarym · 7 years ago
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BLOODY PARADISE
❝ SO YOU CAN DRAG ME THROUGH HELL IF IT MEANT I COULD ... 
 Si Tweek tuviese que hacer una lista de sus lugares favoritos en donde, a pesar de tener que permanecer en completa soledad, se sintiese casi totalmente seguro, no habría duda de que aquella lista la encabezaría la Tweakcave (así había llamado él a esa guarida de la pandilla, aunque era un secreto porque seguro que si los otros se enteraban lo llamaban infantil o friki ¡y tener que soportar burlas era demasiada presión!), o probablemente fuese aquel el único sitio que pudiese anotar; porque no había escondrijo más valioso para él que ese. No es que el piso que compartía con su genial mejor amigo le desagradase, ¡en absoluto! (¡de verdad que no, me gusta mucho, gah!), pero ahí se sentía más a salvo —entre comillas—, porque aquel lugar le parecía casi que una fortaleza. Nadie entraba ni salía sin que otro lo supiese, y obviamente, nadie que no fuese de la pandilla tenía acceso ahí (¡en sus putas caras, gnomos maricas!). Por lo tanto, podía relajarse igual o más que en su propio «lugar feliz» imaginario, y lo mejor de todo es que al menos ese sí era real. ¡Viva la pandilla y la Tweakcave! Y muerte a los servicios de espionaje súpersecretos del gobierno, a los gnomos virtuales y a las armas de destrucción masiva; únicas opciones que podrían meterse a ese lugar aún si Tweek no quisiese.
Aunque sí, era cierto que de vez en cuando sentía un poco de culpa por ser incapaz de ayudar al resto de otra forma que no fuese sólo haciendo pequeñas cosas frente a la computadora. Jamás se metía mucho en el trabajo sucio y, por su ya bien conocida neurosis y esa extraña manía suya de hacer cosas sin sentido, nadie quería verlo metido en asuntos delicados que seguro, muy probable que pasase, acabarían siendo arruinados por el rubio. Porque era Tweek después de todo, él no servía para nada más que no fuesen los videojuegos y meter la pata en cada cosa que intentase hacer. Era experto en estropear todo y esparcir el caos allá donde fuese. Era un milagro, de hecho, que todavía lo mantuviesen en el equipo. Su líder de verdad que era una gran persona, por tener tal paciencia para aguantarlo. Pero seguro que si se ponía a pensar en ello acababa llorando de la emoción nuevamente. Maldita sea, Tweek, eres un marica, qué vergüenza das. En fin, que ahí estaba, con una taza humeante de café, sentado frente al escritorio y con las manos y los hombros temblorosos como siempre, mientras daba suaves giros con la silla. De vez en cuando bajaba la vista y revisaba la hora que se marcaba en el monitor de la computadora —once de la noche con cuarenta y dos minutos—, y entonces volvía a alzar la vista para inspeccionar el techo como si fuese la octava maravilla del mundo. Había ocupado su tiempo jugando, leyendo, pidiendo cosas estúpidas por internet... Hasta que su vejiga estuvo llena y tuvo que ir al baño. Se levantó con movimientos torpes y caminó arrastrando los pies, dejando antes la taza sobre el mesón. Era habitual que cuando a Tweek le tocaba orinar, evitase mirar hacia abajo. No es que hiciese siempre eso, sino más bien lo hacía cada que le venía a la mente la posibilidad de que su cerebro estuviese conectado a la matrix y que los dueños de ésta pudiesen estar viendo lo mismo que él veía y ¡oh Dios, moriría de vergüenza! ¡Cuánta presión!, porque— ¿qué si lo que veían no les gustaba y descubrían que Tweek no servía como posible sujeto para reproducirse y decidían que era mejor despacharlo y desconectarlo y entonces hasta la vista, Alexander Tweedy? ¡Demasiada presión! ¡Él no quería morir! Y menos por culpa de su pene posiblemente más pequeño del tamaño normal, ¡Jesucristo! Así que o cerraba los ojos o miraba hacia el techo, así ocultaba su pequeño desperfecto físico. Aunque claro, si cualquiera intentaba acusarlo de «pene pequeño», Tweek se encargaría de comprar una bazuca y aniquilar a ese hijo de puta. Actitudes típicas que el rubio siempre intentaba ocultar cuando había alguien alrededor, porque o sino seguro lo llamaban loco. ¡Bam! El estruendo de la puerta principal lo sacó de sus caóticos y extravagantes pensamientos, haciéndole soltar un abrupto quejido de espanto—: ¡Gyaah! —Y rápido sacudió a su pequeño amigo, se limpió, se subió la bragueta y lavó sus manos —siempre higiénico, el buen Tweek— para apurarse en ir a recibir a sus compañeros, fingiendo la poca normalidad que un rarito como él podría fingir. No podía evitar dibujar una atolondrada sonrisa, igual de temblorosa que todo su desmañado ser; después de todo, al fin habían llegado sus amigos a hacerle compañía. Estaba muriendo de aburrimiento y seguro que un minuto más a solas con sus pensamientos y la histeria innata de su mente lo acabarían devorando. Empero, en cuanto se puso a buscar a alguien en especial y finalmente consiguió cruzar miradas con él, la sonrisa desapareció y en reemplazo, un horrible espasmo sacudió su cuerpo, haciéndole arrugar sus facciones en un tic nervioso—. ¡Es-Estás herido! ¿¡Qué–¡ngh! pasó!? —inquirió, poniéndose ligeramente ansioso. No es que el chaval no supiese la clase de cosas que hacían los demás, pero eso no significaba que ver esa escena, con su amigo de la infancia cubierto de sangre, le resultase lo más tranquilizador del planeta. Por supuesto que no. Tuvo miedo de que esa sangre fuese de él, de que algo hubiese salido mal. Y pensó en la probabilidad de que quizás él la había cagado, quizás les había dado una información errónea, la cual los hubiese llevado irremediablemente a una emboscada de la que a duras penas habían conseguido salir vivos, ¡y todo por la ineptitud de Tweek, oh Dios! Sí, era su culpa, claro que era su culpa. Estaba un 94,75% seguro de que había metido la pata otra vez y ahora sí lo iban a expulsar de la pandilla; luego de darle su muy merecida paliza, claro.
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angmarym · 7 years ago
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▬ FATALISM.
❝ Oh man, that is way too much pressure!
ALEXANDER "TWEEK" TWEEDY | DIECISIETE | MESTIZO | ESTADOUNIDENSE | PANDILLERO | HACKER TWEEK TWEAK — SOUTH PARK
Alexander "Tweek" Tweedy era su nombre antes de escapar de casa, mas para sus actuales diecisiete años, este mestizo de sagi y amarti es conocido únicamente como Tweek Tweak. Siendo un huérfano de origen estadounidense con un talento innato para las computadoras, este pandillero gana dinero principalmente como hacker y vendedor de información, además de ser un adicto al café propenso a la paranoia.
Personalidad. 
La definición más simple y precisa para describir a Tweek sería llamarlo simplemente raro, pero uno inofensivo, ya que en general es un ingenuo y un idiota que confía demasiado rápido en la gente; por eso muchas veces acaban aprovechándose de él, después de todo, aunque sea malo casi en el 99% de las cosas —según él—, posee algún que otro don muy útil para algunos. Más allá de eso, hay que decir que Tweek en sí es más nervios que persona, y sumado a eso está su excesiva torpeza e introversión. Es un chaval que da la sensación de ser una ratita asustada, con esos ojos enormes que tiene mirando en todas direcciones mientras retuerce sus dedos los unos con los otros de manera constante y convulsa. Llega a ser exasperante sólo mirarlo y por eso a muchas personas les desagrada, porque simplemente no soportan que sea incapaz de quedarse quieto ni un-maldito-segundo. Aunque usualmente es un chico tímido, pero porque no es bueno expresándose u ocurriéndosele temas de conversación que no sea sobre alguna teoría conspirativa o que va a morir inevitablemente; resumiéndose todo a su ansiedad y su fobia a casi todo. Las multitudes le dan miedo, los insectos le dan miedo, que lo miren fijamente le da miedo... Y al final del día puede acabar creyendo que el gobierno le vigila o que nuevamente los gnomos han decidido robarse sus calzoncillos mientras él no estaba atento. Espera, ¿has dicho gnomos? ¡Sí, gnomos! Es que Tweek tiene una imaginación rimbombante o quizás esté loco de remate, eso queda a tu juicio. Aunque déjame advertirte que su timidez no le limita en nada la lengua una vez se le suelta, porque puede hablar hasta por los codos si no le paran a tiempo, con sus ¡ngh! y sus ¡aagh! entremedio, sus temblores constantes, su arritmia y sus tics nerviosos. Llega a ser un pesado, pero en serio, no lo hace adrede. Entiende que es impulsivo y tiene poco control sobre sí mismo. Según él, es un completo desastre, un decepcionante ente con una personalidad común y corriente que sólo es bueno para meter la pata y arruinar vidas ajenas, pero se esfuerza y hace lo que se puede para vivir, aunque lo haga pensando que sus días están contados. Es pesimista, aunque él usualmente vaya diciendo que no, que sólo es realista; pero qué coño, lo es. Es un pesimista de mierda. Siempre anda pensando en que sucederá lo peor y mientras algunos ven las soluciones de ciertas situaciones y las cosas buenas de la vida, Tweek es hábil imaginando mil maneras distintas en las que una situación lo llevará irremediablemente a la muerte. Más allá de eso y de los incontables defectos de este crío, se podría decir que Tweek no es una mala persona. Es fatalista, histérico, grosero, impaciente y un debilucho —porque según Tweek él es todo eso—, pero no es malo. Y aunque más del 95% del tiempo sea un auténtico desastre, no lo hace con mala intención. Sólo hay que tenerle un poco de paciencia y quizás una taza de café (aunque eso podría calmarlo o empeorarlo, quién sabe). Más allá de ese listado de defectos, este chico sí que posee una que otra virtud. Su ingenuidad no podría contar como tal, pero sí su lealtad. Él es una persona que siempre intentará defender a los suyos, aunque le tiemblen las piernas, se le quiebre la voz y se sienta el ser más chiquito e insignificante del planeta. Quizás no lo parezca, pero también es valiente cuando se trata de otros. Podría ser el típico chiquillo nervioso que se hace un ovillo y llora, y creedme que a veces se comporta como uno, pero por los que ama él está dispuesto a todo. A sacar coraje de donde no sabía que pudiese todavía guardar algo de fuerza y valor. Tal vez a veces peque de ser demasiado directo ya que tiende a decir las cosas antes de pensarlas, como si escupiese palabras al igual que lo hace con sus tics nerviosos, mientras que del otro extremo puede ser desesperantemente tímido y con la terrible facultad de menospreciarse cada vez que puede (pero siempre dentro de su cabeza). No es que sea humilde, en absoluto, simplemente es incapaz de ver las cosas buenas en él y es que, dentro de su propia cabeza, no hay nadie que pudiese ser peor que él. A fin de cuentas, tiene esa tergiversada versión suya en el que se representa a sí mismo casi como una monstruosidad, ya que no sabe qué es ni de dónde vino.
Historia. 
Nos ahorraremos —un poco— la parte del abandono y el orfanato por ser nada de interesante. Sólo hay que decir que Tweek se crió rodeado de niños a los que no les simpatizaba por alguna razón que él asumió se debía a su personalidad pusilánime; pero nada muy terrible. Sólo era el niño con quien nadie quería jugar y punto. Cuando tuvo seis años un nuevo empleado llegó al orfanato, uno que presentó rápidamente una especie de favoritismo hacia el rubio ya que, según las propias palabras del adulto, Alex (porque sólo los niños le decían Tweek) era el niño más lindo del mundo. La fijación no llegó demasiado lejos, y aunque Tweek era feliz de tener la atención de alguien al fin, no pudo evitar sentir miedo cuando el hombre quiso sobrepasarse más de lo que al niño le parecía correcto y normal, y el llanto fue lo que acabó alertando a otros de la situación. No obstante, luego de aquel primer incidente, siguieron otros más con otros empleados que, de una u otra forma y según decían, acababan siendo seducidos por el crío. Obviamente eso no era cierto, o no del todo; porque Tweek no era consciente de su naturaleza amarti, la misma que inconscientemente afectaba a otros. Debido a los incesantes problemas que el muchacho causaba por su sola presencia en los adultos, Tweek fue finalmente entregado a una familia a los ocho años. Los primeros meses con esa familia fueron un paraíso, pensó Tweek. Tenía padres que parecían de verdad quererle, tenía una habitación propia, sus propios juguetes, su propia ropa; y había entrado a una escuela. Fue en este período en el que el rubio conocería al que sería su primer y mejor amigo, con quien formaría una estrecha relación, tanto como para poner a esa persona como el centro de su universo. Su ejemplo a seguir. Para él esta época fue perfecta, y tristemente, demasiado corta. Las semanas y meses transcurrieron de manera rápida hasta finalmente alcanzar el segundo año junto a sus padres adoptivos. Todo empezó a cambiar lentamente, lo suficiente como para que Tweek no pudiese darse cuenta de que lo hacía. La mirada que su padre le dirigía cambió, se retorció y, hasta cierto punto, se volvió perversa. Primero fue eso, las miradas fijas de su padre que se paseaban por su cuerpo hasta hacerlo sentir nervioso y asqueado al mismo tiempo, luego su forma de hablar, susurrante y álgida, y entonces los roces que poco a poco se volvieron más asiduos hasta transformarse en examinaciones. Tweek ya no era un chico tan inocentón gracias a la mala influencia de sus amigos y por tanto, desde el primer momento supo que aquello no estaba bien. Pero era confuso. Las palabras de su padre lo confundían, y su doble cara. Cuando estaban en público o con su madre, él volvía a ser ese hombre dulce y paternal al cual se había acostumbrado, pero cuando ambos estaban solos, se volvía un extraño cuya expresión hacía estremecer a Tweek. El muchacho al final siempre acababa diciéndose a sí mismo, para aliviar un poco aquella ansiedad, que mientras no hiciese lo que los sujetos del orfanato habían intentado hacerle, todo estaría bien. Sumado a eso, su mejor amigo dejó de ir a la escuela y para cuando intentó buscarlo, se encontró con una casa vacía y sin ningún rastro de esa persona. Sintiéndose solo y desorientado, pues había perdido la guía que significaba aquel niño para él, Tweek se halló sin una posible solución o alguna idea de qué hacer para poder sobrellevar su actual e incómoda situación. Comenzó a beber mucho café para mantenerse despierto, luego de descubrir a su padre viéndolo en medio de la noche, así como buscar distracción frente a la pantalla de su computadora. La fatiga y falta de sueño lo convirtieron en una especie de zombie ojeroso que apenas y podía prestar atención a lo que otros decían. Sin embargo, luego de dos años más en esa especie de rutina, su padre acabó convirtiéndose en uno de esos hombres del orfanato. Lo intentó forzar y lo golpeó para hacerlo ceder. Si no hubiese sido por la interrupción de su madre adoptiva, quizás qué hubiese sido del pobre Tweek. Y entre el miedo, la ansiedad, el asco y la culpa, en cuanto se vio libre de las manos de aquel hombre, no lo pensó ni dos veces antes de decidir huir de ahí; en el fondo, deseando escapar de todo. Porque no era normal. Él no era normal, de alguna forma volvía a los adultos unos dementes. Y al no ser esa la primera vez que sucedía, Tweek asumió que algo debía estar mal con él. Así que corrió, corrió para alejarse de todos. Resguardándose en el enorme anorak rojo y avanzando sobre sus desgastadas zapatillas, Tweek alcanzó Las Ruinas, y refugiándose en un improvisado escondite entre callejones, lloró como nunca había llorado. Porque tenía miedo, frío, estaba solo y no sabía qué hacer. Fue ahí cuando supo de su regalo divino cuando, debido a la posición, sus lágrimas cayeron desde su rostro hasta sus rodillas y comenzaron a sanar las raspaduras que habían sobre éstas. Boquiabierto por la impresión y una gigantesca interrogante anidando en su cabeza, Tweek comprendió que no era humano, sino que era algo más, algo que volvía dementes a las personas así como  hacer de sus lágrimas un brebaje sanador. Estuvo por tres días enteros en ese pequeño rincón del mundo, intentando ocultarse, comprender lo poco que llegaba a asimilar y llegando a la deprimente conclusión de que simplemente debía desaparecer, porque era un arruinador de vida y jamás nadie lo querría de verdad. Pensamientos miserables y desagradables echando raíces dentro de él, mientras lloraba. El hambre estrujaba sus entrañas, el frío atenazaba sus huesos, el incesante llanto habiendo hinchado sus cuencas verduscas. Cuando volvió a andar, sus piernas flaqueaban y lo hacían tropezar. Se las arregló como pudo durante un tiempo, mas pronto simplemente se caía debido al hambre y fue en una de esas circunstancias de urgencia, cuando había intentado robar algo de comida pero había fallado miserablemente, que alguien reapareció en su vida. Quizás fuese una coincidencia, o el destino intentando decirle algo, pero volver a cruzar su camino con el de su antiguo mejor amigo le sentó como un milagro, y por tanto, a partir de ese momento Tweek no volvió a separarse de él. Siguiéndolo es que acabó uniéndose a su pandilla, mientras una cosa llevaba a otra. En aquel período fue cuando Tweek redescubrió su amor por las computadoras (porque éstas siempre le habían servido como un excelente método de distracción), y a pesar de no tener mayor conocimiento más de los que él había aprendido por sí mismo cuando había tenido una familia, rápidamente fue aprendiendo más y familiarizándose con la informática y, en la actualidad, resulta una pieza clave para el grupo.
Extras. 
Descripción física: De apariencia escuálida y ligeramente andrógina y expresión cansada, Tweek destaca principalmente por no ser muy preocupado de su imagen personal. Despeinado y con la ropa mal puesta o que le queda demasiado grande es su forma de estar diariamente. Sería un chico atractivo si no estuviese tan delgado y durmiese bien, pero en vez de eso, Tweek presenta dos cuencas de color verde pardo que no destacan más que sus ojeras. Lampiño, su piel es pálida y está cubierta de pecas por los hombros y omóplatos, así como en su nariz y mejillas ligeramente. Por lo demás, posee un abdomen plano que, si bien no es blando al tocar, tampoco es fibroso ya que Tweek no se ejercita ni una vez. Asimismo, sus brazos y piernas son delgados (puro hueso) al igual que sus muslos, por lo que su trasero es prácticamente inexistente, aunque sus caderas son algo más anchas y de éstas destacan mucho sus huesos. Además de eso, su cabello rubio jamás lo peina y casi siempre está enmarañado. I — II — III.
»ㅤQue Tweek no tenga mucha consciencia de su apariencia física no significa que no posea higiene. Es bastante limpio y le gusta usar productos de bebé para cuando se ducha. »ㅤMide aproximadamente un metro y sesenta y seis centímetros, mientras que su peso bordea los cincuenta y dos kilogramos. »ㅤEs mestizo de sagi y amarti, pero Tweek en absoluto tiene consciencia de esto. Él lo único que sabe es que no es humano, nada más. Por lo tanto, no tiene ningún conocimiento de que puede liberar algún aroma afrodisíaco como se dice hacen los amarti (aunque esto no significa que no lo libere sin saberlo) como tampoco que posee la habilidad de transformarse en un ave por sus genes de sagi. »ㅤSu pandilla posee el nombre de «the tweekers». Coincidentemente, un nombre que se asemeja mucho a su apodo personal. Antes de llegar a la banda el rubio sólo se hacía llamar "Tweek", pero una vez llegó a la pandilla, los demás cambiaron el «Tweedy» de su apellido por "Tweak", ya que les hacía más gracia. Y, como es común en las pandillas, Tweek lleva la insignia de su banda tatuada en la muñeca: una jeringa psicodélica de colores como el rosa y plateado rodeada de lo que sería una burbuja. »ㅤTweek siempre fue un chico nervioso pero, para más remate, se volvió adicto a la cafeína, y debido a que la consume desde pequeño y en exceso, presenta hiperactividad, neurosis, así como tics nerviosos, ansiedad, insomnio y frecuentes temblores en su cuerpo. Cree fervientemente que el gobierno lo vigila y que en cualquier momento acabará muerto. Cede muy fácilmente a la presión y puede llegar a ser muy irascible. Además, tiene la costumbre de comerse las uñas y decir muchas palabrotas, así como soltar quejidos o tics verbales involuntarios tales como ¡nngh! o ¡gah!. Cuando se siente muy nervioso es cuando libera aquella esencia amarti que posee, asimismo, estando bajo mucha presión puede llegar a sacarse cabello a base de jalones o echarse a llorar. Y cuando quiere intentar calmarse, va a su «lugar feliz» en su mente. »ㅤEs de orejas y cuello sensibles, además de ser en extremo cosquilludo como también muy friolento, siendo habitual que siempre lleve los dedos de las manos, los pies, la nariz y las orejas heladas o enrojecidas. »ㅤNo le gustan las verduras. Prefiere los snacks tales como las patatas fritas o las hamburguesas de chocolate. »ㅤTiene pésima tolerancia al alcohol y se asfixia fácilmente con el humo de cigarrillos. »ㅤLe gusta mucho escuchar bandas screamo, lo cual resulta un poco fuera de lugar considerando la personalidad del rubio, el cual se estresa fácilmente con el bullicio de los autos o las multitudes. Pero le gusta, y él dice que funciona muy bien para no tener que escuchar sus pensamientos ansiosos. »ㅤLe cuesta dormir más de tres horas seguidas sin despertarse a mitad de la noche creyendo que alguien podría estar observándole. »ㅤLe gustan mucho (demasiado) los juegos shooter. Aunque por una parte le estresan, por otra le "distraen" de su neurosis. Puede pasarse muchas horas frente a la pantalla jugando en línea, olvidándose de comer o dormir (aunque tiende a olvidar eso con cualquier cosa que esté haciendo, de ahí que esté tan delgado o tan pálido, ¡porque jamás ve la luz del sol!). »ㅤDetesta cuando dejan las historias sin terminar. Suele volverse histérico cuando esto pasa. »ㅤEs habitual que pierda sus calzoncillos, aunque Tweek asegure que es por culpa de los gnomos. Debido a eso no es raro que a veces vaya sin ropa interior bajo los pantalones. »ㅤTiende a usar mucho los porcentajes en su día a día, como por ejemplo: "hay un 76,5% de probabilidades de que hoy ¡aagh! muera" o "estoy un ¡ngh! 99,9% seguro de que hoy traía mis calzoncillos puestos, pero los gnomos ¡gah! otra vez los robaron". »ㅤPuede que Tweek no se vea a sí mismo como un chico inteligente, pero eso no quita el hecho de que a la edad que tiene y que encima jamás terminó la secundaria, sabe un montón sobre informática. Tanto porque experimentaba e investigaba por sí solo antes de huir de su familia adoptiva, como también porque estar en la banda le ha ayudado a obtener más fuentes y herramientas para aprender. Según él, es "regular y medio decente" en lo que hace, pero la realidad es que Tweek es bastante habilidoso; aunque sea un manojo de nervios prácticamente las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. »ㅤA veces también le gusta desarmar y armar cosas, como computadoras, consolas, celulares, entre otros artefactos, pero debido a sus temblores frecuentes se le hace un tanto difícil, pero eso no significa que le sea imposible. Simplemente... le lleva más del tiempo debido. »ㅤUn dato curioso: sabe origami, aunque sea un lío con las manos. Lo aprendió de su madre adoptiva. »ㅤSu cumpleaños es el diecisiete de Agosto. »ㅤSu idioma habitual es el japonés, pero también sabe hablar fluidamente inglés ya que en el orfanato les enseñaban este idioma.
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angmarym · 7 years ago
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lookin’ at you like a star; id.
MILOSLSV CVETKOV: 36 AÑOS. BÚLGARO. ALFA. LYCAN. HABITANTE. ESCRITOR.
Yeah I'm living far away, on the face of the moon I've buried my love to give the world to you
Nacido en República Checa para posteriormente crecer como un niño búlgaro, Milo posee sangre romaní corriendo por sus venas, mezclada con los genes de un lycan de origen taiwanés. A sus 36 años, es un talentoso y afamado escritor, además de dueño de una tienda de antigüedades, residiendo actualmente como un habitante más de la isla de xxxxxx.
PAST.
Dado a luz por una nómada, Milo nació en República Checa, dentro de una caravana gitana. Su madre, una simple humana pero de extremada belleza, fue incapaz de sentir amor hacia su propio hijo luego de darse cuenta de los ojos rojos que el infante poseía. Muchos simplemente le llamaron 'el niño maldito', ya que para la gente de la caravana, personas sumamente supersticiosas, esos ojos pertenecían a los demonios, y por tanto, significaban malos augurios. Por lo mismo, su madre jamás lo bautizó, por lo que fue apodado simplemente como Melalo, nombre de algún demonio checo típico de las leyendas gitanas. A pesar del rechazo de su gente, el pequeño jamás fue abandonado por la caravana y durante siete años acompañó a la misma en sus idas constantes de una nación a otra; hasta finalmente llegar a Bulgaria, en donde terminaría por ser vendido como mano de obra por unas cuantas monedas. Milo, en esos días conocido como nada más que Melalo, pasó los siguientes años de su niñez trabajando como obrero y repartidor en una fábrica de pieles; hasta conocer a Pascal, un hombre de unos sesenta años aproximadamente, en cuyo primer encuentro, abrupto y confuso, el cual le susurraría una única advertencia antes de perderse entre la multitud: «Aléjate de todos, hijo, y cuidado con la luna llena de esta noche.»
Como si hubiese sido un presagio, o un maleficio, esa noche fue la primera luna llena (de muchas) en la que Milo se enfrentó a la ferocidad monstruosa de su naturaleza. El incipiente dolor intenso y tórrido y una furia incontrolable expandiéndose como lava a través de su sangre mientras, en aquella espantosa metamorfosis, la luna cantaba a sus oídos. O eso pensó oír el muchacho de doce años entre su lacerante delirio. Esa noche hubo tres muertos, siendo su amo uno de los cadáveres, cuya yugular había sido abierta de un mortal mordisco. El joven romané, demasiado horrorizado y aturdido, sólo pudo atinar a huir ante aquel espantoso escenario, echando a correr por las calles de Rila sin un rumbo fijo; simplemente pensando en alejarse lo más que pudiese de aquella situación de pesadilla. Sabía que le inculparían, viéndose incapaz de explicar lo sucedido; después de todo, ni siquiera él sabía qué es lo que había sucedido. Y oculto entre callejones sucios y oscuros, esperó a que todos olvidasen su repugnante existencia maldita. Ahí, recordó a su madre, a su gente gitana, y las palabras que siempre solían decirle: que era un monstruo, hijo de algún demonio que, encaprichado de su joven y hermosa madre, le había engañado para engendrarlo a él, y que por eso le venderían, para librarse de cualquier desgracia que pudiese traerles simplemente por existir. ¿Y si ellos siempre habían tenido razón? ¿Qué tal si Melalo de verdad era un ser malvado? ¿Un monstruo, como ellos decían? Gracias al cielo, apareció Pascal en su vida para ayudarlo y guiarlo, para hacerle entender que no había nada malo dentro de él. Y es que, desde un principio, Pascal estaba destinado a ser su padre y su guardián. Él, al igual que el niño, era un licántropo con un corazón enorme. No sólo recogió al muchacho, sino que lo adoptó y le otorgó un nombre digno: Miloslsv. Para el joven lycan, acostumbrado a sólo servir y ser tratado como una herramienta, fue difícil adaptarse a ese nuevo entorno en donde no sólo era respetado, sino que también valorado y querido. Pascal lo trataba como sangre de su sangre, al igual que Sayuki, también hija adoptiva del anciano y su nueva hermana mayor. Con ellos se convirtió en un muchacho normal, aprendiendo y siendo educativo para, en el futuro, volverse un adulto listo para salir al mundo sin miedo. También aprendió sobre su raza y sus capacidades, volviéndose capaz de controlar al animal dentro de él que despertaba e intentaba dominarle cada luna llena. Se volvió un lector ávido, convirtiéndose rápidamente en un fanático de las novelas. Junto con Pascal y/o Sayuki, pasaban largas horas hablando de mundos fantásticos y criaturas únicas, y de cómo a Milo le gustaría ser como los protagonistas de aquellas historias y viajar por todo el mundo en busca de infinidad de aventuras que sólo los más valientes se atreverían a experimentar, pero al mismo tiempo admitía que le asustaba enfrentarse a ese mundo inconmensurable tan repleto de posibilidades como de decepciones. «Escucha, mi niño, —le dijo una vez Pascal—, no debes temerle a lo desconocido, más bien debes sentir curiosidad por aquello que no conoces.» Gracias a ello y otro montón de enseñanzas más, Milo aprendió a aceptarse, a tener confianza en sí mismo y a ser una persona sin rencores. Cuando acababa de cumplir los dieciséis años, Pascal falleció, dejándole una sustancial herencia a sus dos hijos adoptivos. Milo quedó a cargo de su hermana, quien era tres años mayor que él, y ambos velaron a su padre para, luego de unos meses, vender la antigua casa y mudarse temporalmente a Japón, ya que Sayuki ansiaba volver a su tierra natal. Ella era una persona sumamente inteligente, culta y valiente, y una maestra excepcional. De ella aprendió artes marciales tales como el kenjutsu y el judo, entre otras. Durante ese tiempo, y hasta que su hermana se casase y se decidiese a quedarse permanentemente en tierras niponas y Milo cumpliese los dieciocho años, él aprendió sobre la cultura del país, enamorándose del mismo y de su gente. Sin embargo, para ese entonces ya él había tomado la decisión de irse. Al principio, sólo con la intención de buscar a su progenitora, sin embargo, luego se le fue imposible dejar de moverse de un lugar a otro, descubriendo lo mucho que le encantaba viajar para conocer lugares únicos y variados, a otras personas y sus propios mundos particulares, y aprendiendo de los mismos. De esa forma, comenzó a plasmar todo lo que veía en libretas, creando sus propias bitácoras. Transcurrieron unos meses hasta finalmente dar con la caravana que le había visto nacer, sólo para enterarse de que su madre había fallecido hace muchos años atrás. Nadie sabía la razón exacta, pero algunos creían que la mujer había muerto de tristeza, agobiada por la culpa de haber vendido a su hijo. Milo se despidió de ella, perdonándole por todo para, posteriormente, seguir acompañando a la caravana por varias semanas más, reencontrándose con sus raíces romané y reaprendiendo sobre la cultura de la que venía. Y aunque intentó averiguar sobre su padre, jamás llegó a saber quién era, sólo supo que los pocos que le vieron lo describían como un extranjero proveniente probablemente de Asia del Este, debido a sus rasgos, y que poseía el cabello completamente blanco, al igual que el propio Milo. Luego de esa temporada, siguió viajando: Europa, África o América, cualquier lugar que despertase su curiosidad y le invitase a aventurarse. Para ese entonces sus bitácoras contaban historias propias, como las que a él tanto le había gustado leer de más joven, pero aún no había dado el paso para mostrarlas al mundo, pues todavía faltaba para poder saciar su curiosidad, y sus viajes eran lo único que le interesaba en ese entonces. A los veintidós años, se enteró que Sayuki se había mudado a la isla de Eleftheria debido al trabajo de Tsukuru, su esposo. Y fue en una de sus visitas que conoció a Nadia, una mujer cuatro años menor que él de la que se enamoró profundamente. Al principio, vio en ella una razón para dejar de lado sus constantes aventuras por el mundo y quedarse, finalmente, en un único lugar; haciendo de esa mujer su hogar. Por esa misma razón es que le propuso matrimonio. Se casaron y al poco tiempo concibieron a la pequeña Beverly, su primera hija, una hermosa niña de cabello como el fuego igual que el de su madre y ojos rasgados de color carmesí iguales a los de su padre. Probablemente fue gracias a ella que el matrimonio entre Milo y su mujer durase más de lo necesario, ya que ambos añoraban una familia para la pequeña. Sin embargo, el amor que ambos se habían tenido se había esfumado casi por completo después de un tiempo. Milo fue incapaz de abandonar sus viajes, y aunque lo había intentado dedicándose esta vez a la escritura, todavía ansiaba esa libertad de ir de un lado a otro, como el mismo viento. Al final acabó divorciándose, y a pesar de su amor hacia su hija, se vio incapaz de cumplir con la responsabilidad de volverse un buen padre. Prácticamente huyó, disculpándose con la mujer que alguna vez había amado con todo su corazón, con la niña de sus ojos y con su difunto padre por tomar aquella actitud tan cobarde. Continuó sus viajes mientras escribía sus libros, los cuales posteriormente eran publicados. La mayoría eran historias de aventuras que acontecían en mundos fantásticos, con protagonistas fuertes y valientes que debían ir contra viento y marea para cumplir sus metas, pero que jamás se daban por vencidos. Sus protagonistas sufrían y amaban por siempre, a diferencia de él ya que, luego de unos años, fue incapaz de seguir dándole su amor a Nadia, o a su propia hija incluso. De esa forma, y durante muchos años, se perdió en alguna parte del mundo. Hasta cierta noche en la que recibió una llamada que le obligaría a volver a Eleftheria y a quedarse ahí definitivamente: el fallecimiento de su hermana. Sayuki había muerto, dejándole una carta en la cual le daba el valor a aquello que no se atrevía a enfrentar e instándole a recuperar el tiempo perdido con su hija. Dejó a su cuidado a su esposo e hijo, y también su posesión material más preciada: su tienda de antigüedades; exigiéndole que se encargase de la misma. De esa forma es que Milo comenzó a residir indefinidamente en la isla, cumpliendo con el legado de su hermana.
PSYCHOLOGY.
Más allá del hecho de que Milo posee cierto carisma que lo hace encantador y cautivador por naturaleza, lozano y bohemio deberían ser las palabras precisas para poder describirle. Quizás sea producto de su origen misterioso, su descendencia gitana o tal vez aquel mestizaje tan peculiar con el que nació, pero es claro que Milo posee algo inexplicable y atrapante dentro de él. Su forma de comportarse o la manera en la que ve la vida, probablemente debido a su multitud de aventuras que lo llevaron a diferentes partes del mundo, le podrían definir como un alguien excéntrico, tendiendo a formar la idea de un sujeto volátil que aún no ha encontrado su lugar en el mundo, pero que continua buscando; tal como un nómada, incapaz de pertenecer a un único sitio. Es descarado y desenfadado, con muy poco interés en seguir normas de comportamiento o formalidades y tal vez pecando un poco de infantil. Le gusta hacer y decir como quiere, ir a su propio ritmo y disfrutar de todo tanto como pueda. Detesta las presiones u obligaciones, ya que le sientan como si lo encerrasen en una jaula, y por lo mismo se desliga constantemente de las mismas gracias su temple despreocupado y sereno. Por lo que sí, resulta bastante difícil sacarlo de quicio, ya que el hombre tiene una paciencia enorme. Posee la característica de ser un excelente oyente, no obstante, los consejos no son lo suyo. Podría ser la persona que te preste su hombro desinteresadamente, obsequiando nada más que su compañía silente y su profundo afecto, comprensión y respeto. Le gusta ser fiel a sí mismo, como también con aquellos a los que estima, llegando a adoptar una faceta de un hombre responsable y preocupado por su gente, como un auténtico líder que hará cualquier cosa para proteger a su manada; aunque no lo parezca debido a su carácter típicamente desastroso y taimado. Y aunque no destaque por ser alguien territorial, mucho menos agresivo, es cierto que es sumamente sobreprotector. Seguramente su confianza en sí mismo sea excesiva, pero es cierto que es un sinvergüenza que, a veces, peca de presumido. Por lo mismo, podríamos definirlo como un donjuán, aunque  sería más acertado decir que es un viejo pervertido, atrevido y desinhibido. Pero más allá de eso, es cierto que Milo posee un lado sensible, así como uno inseguro. Le asusta asumir responsabilidades y no cumplir con las expectativas y, de paso, acabar decepcionando a aquellos que le importan.
EXTRAS.
ㅤ» Descripción física: I, II, III, IV. ㅤ» En su forma de lobo posee un cuerpo bastante macizo cubierto de espeso pelaje blanco, además de unos ojos de un rojo escarlata. ㅤ» Tiene una hija de quince años llamada Beverly, la cual vive con su ex mujer. Ambas residen en Eleftheria. ㅤ» Puede hablar fluidamente el romané y el búlgaro, además del japonés y el inglés. ㅤ» 'Seiryuu' es el nombre de la tienda de antigüedades que heredó de su hermana mayor (la cual también le sirve de residencia), cuyo estilo se caracteriza por ser similar a una casa tradicional japonesa.. Paneles de arroz, el tatami, una entrada genkan, incluyendo pequeño pero mágico jardín. Eso incluye, también a los artefactos que ahí se venden: katanas, kimonos y yukatas, armaduras, juegos de té, libros o tallados en bronce, entre otras muchas variedades de objetos. El lugar suele oler a incienso y, la primera vez que Milo lo visitó, le pareció que el mismo poseía cierto aire de misticismo. A veces, con su imaginación inquieta, le gusta pensar que el lugar está encantado y que en cualquier momento será transportado al antiguo Edo, dando con un mundo repleto de criaturas míticas y hermosas sacerdotisas. ㅤ» Desde la muerte de su hermana, ha aprendido a valorar más a su familia. Mantiene contacto con su cuñado Tsukuru y su sobrino Kai, quién va a la preparatoria y del cual se ha hecho cargo después de que su padre tuviese que viajar por asuntos de trabajo. El muchacho actualmente vive con Milo. le ayuda en la tienda, y su relación es más que buena. No así la relación con su hija, Beverly, con la cual las cosas están más tensas. ㅤ» En casa tiene una vasta colección de novelas, así como libros de referencias, de historia, bloc de notas, bitácoras, copia de sus propios libros y también manuscritos. Tiene tantas cosas que ha llegado al punto de ya no tener lugar en las estanterías, acabando por tener un montón de libros apilados en el suelo, los cuales prácticamente llenan la habitación donde duerme y trabaja. Multitud de veces él y su sobrino han intentado limpiar ese desastre, pero al final de la semana todo vuelve a estar patas arriba. ㅤ» Escribe bajo el pseudónimo de Pascal Buranek. El nombre por su padre adoptivo y el apellido por su madre gitana. Kai es el único, además de su editor, que sabe que Milo escribe bajo otro nombre.
GUSTOS.
ㅤ» Tiene un gusto gigantesco por la cerveza y el sake. Su tipo de cerveza favorita son las de alta fermentación y de un sabor más amargo. Y aunque es bastante bueno tolerando el alcohol, tiende a excederse. ㅤ» Es un fumador empedernido. Le gusta fumar desde simples cigarrillos repletos de nicotina con algún otro nocivo ingrediente, hasta el tabaco natural en el precioso kiseru que su hermana le regaló cuando era más joven. ㅤ» Además de amar los libros, su género literario favorito son las novelas (aunque lee de todo tipo) y, en específico, las de fantasía y aventura. Cuando joven solía leer montón de ellas, pero ahora en la actualidad escribe sobre ese género. ㅤ» Por supuesto, está el hecho de que le encanta viajar. Gracias a la herencia de su padre adoptivo, fue capaz de recorrer el mundo durante su juventud. A veces le resulta difícil aguantar quedarse en la isla y no ir y tomar sus maletas para irse de nuevo a cualquier lugar, pero le hizo una promesa a su hermana. ㅤ» Le gusta vestir yukatas y getas cuando anda en casa, incapaz de resistirse a recordar los viejos tiempos en los que vivió en Japón. Y gracias a su herencia asiática que le han otorgado unas facciones finas y rasgadas, cuando las viste se ve bastante natural. Su hermana tendía a decirle que lucía igual a un espíritu kitsune en su forma humana, llamándolo 'Kogi' por la palabra 'kogitsune'. Posteriormente el hijo de ésta heredaría el gusto por llamarlo de la misma forma. ㅤ» También le encanta el shōgi, pero no es particularmente bueno. De hecho es bastante malo, pero le relaja. ㅤ» Si bien de día puede vestirse igual a un anciano de sesenta años (así lo define su sobrino), de noche pareciese rejuvenecer. Le gusta salir de juerga y ligar. Embotarse la mente con un poco de alcohol y ligarse a la belleza que pueda encontrarse en esa noche para luego, al otro día, despertar en una cama que no sea la suya para así despedirse de su conquista para siempre.
DISGUSTOS.
ㅤ» Debido a su profesión de escritor, a veces es invitado a fiestas que él define como 'de élite', las cuales le disgustan por completo, pero de vez en cuando se ve forzado a ir por insistencia de su editor. En éstas reuniones “de la clase alta”es obligado a vestirse de traje (lo cual detesta) y peinarse correctamente para luego ser presentado como Pascal. ㅤ» Los gatos. Y no porque sea un lobo, eso no tiene nada que ver; no les gustan simplemente porque le causan alergia. Se le irritan los ojos y empieza a estornudar sin parar. ㅤ» Desde su prematuro matrimonio y posterior divorcio, Milo comenzó a evitar los compromisos, así como también se desencantó de lo que era el amor. No cree en que éste sea eterno, mucho menos en el mito de las almas gemelas. Le gusta ligar siempre que puede, pero huye de cualquier compromiso o formalidad. ㅤ» A pesar de eso, en sus libros casi siempre suele describir relaciones profundas de amor eterno, y debido a que no acepta la discriminación de ninguna clase, éstas suelen abarcar a personas del colectivo LGBT+, así como de distintas etnias o especies. Asimismo, el asunto de las jerarquías de alfas y omegas le parece absurdo. ㅤ» Se siente ofendido que lo llamen 'viejo', porque simplemente no lo es. Está cerca de los cuarenta, pero sigue en la flor de su juventud. Además, tampoco muestra sus treinta y seis años. De ninguna manera.
PROCEDENCIA. Kogitsunemaru — Touken Ranbu.
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angmarym · 7 years ago
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a little death; id.
DARLING, YOUR LOOKS CAN KILL, SO NOW YOU’RE DEAD.
Bautizado como Lyosha Mikhail por su madre, cuyos apellidos paterno y materno respectivamente corresponderían a Korsakov Vosloo, este niño nacería un catorce de noviembre a las tres con veintidós de la madrugada en un pequeño pueblo de la provincia de Mpumalanga, en Sudáfrica. Gracias a su madre heredaría su condición de cambiaforma, además del leucismo, convirtiéndose así en un espécimen poco común en la naturaleza: un león blanco. Mientras que de su padre, un doctor de nacionalidad rusa, heredaría sus enigmáticos ojos rojos iguales a rubíes, además del gen que lo marcaría como un omega. Todo ese conjunto que lo definirían más adelante como un producto único y especial, es lo que torcería su vida hasta un punto en donde su futuro sería degenerado hasta lo más bajo, siendo forzado a convertirse, desde una edad temprana hasta sus actuales quince años, en una exótica mascota de alto valor dentro del viciado y sórdido mundo de la prostitución.
HISTORIA SEED AND FLOWERING.
El primer capítulo para comenzar a contar la vida de una persona ha de ser, se supone, desde su nacimiento. Ha de comprender una tormenta similar al diluvio universal, repleto de luces y en donde los profetas vean a través de sus ojos cerrados la señal que indica que el Elegido finalmente ha sido pujado al mundo. Sin embargo, nuestro muchacho no es el Mesías ni tampoco un futuro Dictador, su nacimiento no significa ningún cambio en el mundo en ningún trozo del tiempo futuro. Por lo tanto, no es necesario abarcar cada detalle para contar la historia del chico con el Sol en los ojos. Él fue deseado y amado antes de su primer latido, y de igual forma llegó al mundo. Su padre era un doctor que, con la resolución de hacer del mundo un lugar mejor, viajó a los pueblos más necesitados para prestar su servicio sin desear nada a cambio, y así sanar a personas a las cuales se les habían privado hasta los derechos más básicos de cualquier ser humano. Por azares del destino, fue en un pequeño pueblo sudafricano el lugar en donde conocería al amor de su vida: a Reva, su alma gemela. La conexión fue inmediata. Ella era una leona alfa, él, un omega humano. La certeza de que cada uno era el predestinado del otro era indudable. De ahí que su vida como pareja iniciase hasta concebir a este precioso muchacho que pasaría a llamarse Lyosha Mikhail. El primer nombre por su significado: "aquel que ayuda a otros", pues sus padres esperaban que el niño creciese vinculado a él y se convirtiese en alguien que pudiese tender su mano a todo aquel que lo necesitase. Mientras que el segundo, Mikhail, porque así se llamaba su padre. 
YOUNG, WILD AND FREE.
La niñez de un animal salvaje siempre comprende el juego y el descubrimiento. La curiosidad insaciable conduciéndolo por lugares desconocidos, alimentando su mente y madurando su instinto. De igual forma era para Mikhail quien, igual a su bestia interior, jamás se cansaba de buscar nuevos descubrimientos y superar más obstáculos. Valiente y aventurero, disfrutaba de vagar por las reservas repletas de animales salvajes, parado en cuatro patas con su pelaje níveo y sus ojos de fuego furioso. Ese era su día a día cuando no estaba en casa estudiando, no se encontraba de cacería con su madre o no andaba de paseo por el pueblo ayudando a su padre. Sin embargo, hay que ser francos. El pequeño Mischa (así lo llamaba su madre de vez en cuando), era más animal que persona. Incluso cuando andaba sobre sus dos piernas, seguía siendo un indomable cachorro león. Esa actitud no mermó ni un poco cuando aparecieron los traficantes con sus jaulas y sus armas de fuego en el pueblo, dispuestos a quemar todo si no conseguían lo que habían ido a buscar a ese lugar: los especímenes de leones blancos, a Reva y Mikhail. Despiadados y sin ni una pizca de humanidad, tomaron al menor frente a los ojos horrorizados de su madre, quien luchó con dientes y garras para recuperar a su hijo, mas tal resistencia acabaría con su vida al recibir un disparo, compartiendo de esa forma el mismo destino que su esposo, quien había sido la primera víctima debido a su inexistente valor para los criminales.
Para Mikhail era así como terminaba la única vida que había conocido hasta ese momento, con sus progenitores siendo asesinados brutalmente y él siendo puesto tras barrotes a sus diez años, para no volver a saborear la libertad nunca más.
BLOOD, SEX AND HELL.
La primera vez que lo exhibieron y le pusieron un precio, estaba completamente dopado —ya que ese era el único método que tenían para tenerlo controlado—, y así mismo se encontraba la primera vez que abusaron sexualmente de él. Aquella vez ocasionaría su primer celo, de forma prematura, a sus once años; alcanzando así un nuevo valor en el mercado de la trata infantil. Su vida diaria, que tiempo atrás había sido páramos infinitos de naturaleza salvaje, ahora se habían convertido en sonidos incesantes de cadenas y una realidad difuminada por las drogas, el dolor y el asco de haber sido reducido a un mero objeto de un repugnante placer. Día tras días él luchaba, se resistía a la degeneración y peleaba por su libertad; pero era un niño, a fin de cuentas, solo en ese mundo de perdición. Tanto más combatía, peor se volvían los castigos. Y, de esa forma, sólo fue cuestión de tiempo antes de alcanzar el punto máximo de su resistencia. Después de pasar por diversas manos, de ser vendido una y otra vez, a la edad de quince años llegó a Eleftheria para ser encerrado en un prostíbulo de alguna mafia. Y aunque el lugar no es precisamente un lupanar de lujo, a Mikhail se le exhibe como una especie exótica muy costosa.
PSICOLOGÍA SOUL, MIND AND FLESH.
Bajo el pretexto de haber sido, alguna vez, una existencia completamente libre, Mikhail aún guarda dentro de él algún vestigio de su antiguo Ser. A pesar de haber sido despojado de todo orgullo, de haberle sido pisoteado cualquier atisbo de dignidad, él todavía guarda una pequeña parte de un alma guerrera. Mas, es difícil mantener aquella llama encendida cuando se es forzado a ser débil y obediente, y cuando ya se ha tocado fondo y jamás se ha hallado salida alguna. Lamentablemente, las crueles circunstancias acabaron con su voluntad, convirtiéndolo en una persona miserable que se detesta a sí mismo. Es de aquellos que son incapaces de soportar su mirada frente al espejo, como también de creerse merecedor de cualquier elogio. Se siente culpable por no haber conseguido controlar su propio destino, viéndose como un completo inútil al no haber escapado de su actual realidad. Se percibe como un ser inmundo, ruin y despreciable, que no tuvo la fuerza para soportar el infierno y sucumbió ante la lujuria y la degeneración de su decadente prisión. Es un muchacho torturado de múltiples maneras, con un millar de fantasmas en cada esquina en la que mire. Sus miedos son palpables, tienen nombres y caras, son heridas que jamás cierran y que laten y gritan con voz propia. Los horrores vividos antes son los hilos que controlan cada movimiento y pensamiento suyo, pues no quiere volver a experimentarlos; lo cual lo hace definirse a sí mismo como un cobarde. Mas, es necesario re-afirmarlo: no lo es. Comprende cada consecuencia de sus actos y, sin embargo, si es necesario, se enfrentará a ellas a pesar de que el terror le esté carcomiendo por dentro. 
Aunque sólo sea consciente de sus defectos, posee más de una virtud. Pretende que nada le importa, cuando en realidad cada vez que puede intenta proteger a quienes son más débiles que él; sin darse cuenta que siempre antepone a otros antes que a sí mismo. Pero todas sus acciones que puedan considerarse como buenas las disfraza con su actitud antipática y expresión malhumorada, ya que nunca desea un "gracias" de vuelta. Prefiere mantener las distancias y observar desde lejos, sin que nadie sepa que él está vigilando, como todo un perro guardián. Pero no hay duda de que una de sus mayores debilidades es lo mucho que le importan las personas, como si el nombre que sus padres le dieron se hubiese hecho parte de su personalidad a pesar de todo. Hay cosas que le asustan menos que otras. Los insultos o las golpizas son soportables, y ninguna de ellas ha subyugado su fuerte carácter. Es grosero a propósito, pero también porque no es de características cínicas. No finge que le gusta lo que hace, tampoco finge respeto hacia aquellos que sólo le ven como un trozo de carne; a él o a cualquier otro. Sabe muy bien cuándo callarse pero también cuándo abrir su gran bocota o dar una mordida. Porque día a día intenta enfrentar sus miedos y superarlos, y aunque a veces parezca derrotado, no significa que se haya rendido por completo. Porque, a pesar de todos los años que lleva encadenado, alguna vez fue un alma libre; y eso jamás lo olvidará.
EXTRAS PIECES AND BONES.
— Es sabido que los leones blancos son una especie protegida debido a su particular color. Esto es producido por un gen que ocasiona el leucismo, que muchas veces es heredado directamente desde un progenitor, abuelo, entre otros. Los traficantes que se llevaron a Mikhail llegaron al lugar creyendo que tanto él como su madre compartían el gen, sin embargo, su madre no era una leona blanca, pero sí lo era su abuela. Por lo tanto, Mikhail en su forma animal es igual a un león normal, sólo que de pelaje blanco ceniza y ojos rojos. Asimismo, en su forma humana su mirada es de igual color, pero su cabello es rubio ceniza. 
— Mikhail puede transformar a voluntad zonas de su cuerpo a su forma animal, como por ejemplo orejas, cola o garras. No obstante, jamás lo hace. Salvo cuando está en su celo, el cual causa que no tenga control sobre la transformación, exhibiendo involuntariamente rasgos animales. — Debido a su condición de omega, en el prostíbulo se controla su celo en base a drogas en forma de píldoras. Éstas inducen el celo en Mikhail, ya que es en este estado en el que la mayoría de clientes prefiere tenerlo, debido a sus rasgos animales, y que de esa forma es más dócil. Debido al constante uso de estas drogas, su época de celo se volvió irregular, llegando a suceder más de dos veces cada mes. Otro efecto secundario fue que sus celos se volviesen dolorosos, lo que lo ha obligado a consumir otra clase de drogas que menguan el dolor. — Además de píldoras para inducir el celo, a Mikhail se le obliga periódicamente a ingerir anticonceptivos así como usar un collar de seguridad día y noche, el mismo que cubre varias marcas de mordidas de sus antiguos dueños. — Todo este consumo excesivo de medicamentos ilegales lo ha vuelto sumamente dependiente a los mismos. — Sabe hablar fluidamente afrikaans ya que es su lengua natal, y también inglés, aunque éste último con acento. Su ruso es muy precario, por no decir inexistente. — En el prostíbulo tienen prohibido usar sus nombres reales, por lo que a él al llegar ahí lo re-nombraron como Mischa. Irónicamente, así era como su madre solía llamarlo cuando pequeño. — Está próximo a cumplir dieciséis años. Apariencia: i, ii, iii.
GUSTOS.
❖ Dormir al aire libre, sobretodo en días soleados. Recuerda siestas de largas horas en donde, bajo su forma animal, se recostaba sobre rocas enormes mientras el sol calentaba su lomo blanquecino. Por ende, los lugares en donde disfrutaría dormir deberían de ser sitios rurales, sin el bullicio propio de las ciudades. ❖ Las aves son animales que le fascinan. Le encanta observarlas u oírlas cantar. Le gusta cualquier tipo de ave, siendo su preferida el colibrí. El cuervo, no obstante, le disgusta por su apariencia sombría y el sonido desgarrador que produce. ❖ Es un ávido lector, siendo los libros sobre historia y mitología sus preferidos. La mitología sumeria es, sin duda, su favorita. ❖ Aunque es un chico que prefiere los ambientes cálidos, es curioso descubrir lo mucho que le gustan los días lluviosos, como las gotas golpeando su piel o el olor de la tierra mojada. Por lo mismo, siempre que se encuentra libre, se pega a la ventana a ver la lluvia caer, o también saca un brazo al exterior para sentirla.
DISGUSTOS.
❖ La oscuridad, debido a que un sinfín de castigos se realizaron con el propósito de crear este temor. Y aunque Mikhail comprende muy bien la diferencia entre la realidad y la imaginación, se le hace imposible soportar unas cuantas horas a solas en un cuarto completamente oscuro, pudiendo sufrir ataques de pánico si se encontrase en tal situación. ❖ Tampoco soporta estar encerrado en lugares pequeños. Sin embargo, esto se reduce a lugares excesivamente diminutos como un armario o un cubículo de baño. Otros sitios, además de los anteriores nombrados, serían lugares subterráneos o habitaciones completamente oscuras. ❖ El sexo oral más que cualquier otro acto relacionado al sexo. Esto debido a que, cuando era más joven, siempre cometía errores al hacerlo, lo que ocasionaba quejas o malos tratos de parte de sus clientes que derivaban en castigos. Asimismo, a él jamás se lo han practicado. ❖ Tiene una lengua muy sensible, por lo que es malo para las comidas picantes y las bebidas calientes.
PROCEDENCIA. KATSUKI BAKUGOU — MY HERO ACADEMIA.
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angmarym · 7 years ago
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busted and blue; id.
THE RABID DOG: KYŌTANI:
O Mikaj Kyōtani Yuu, así fue como sus padres lo llamaron, mas la parte rusa de su herencia quedó casi en el olvido, sino fuese por el color azul cristalino de sus ojos rasgados. Aunque tiene unos cortísimos diecisiete años, su mirada expresa una dureza e implacabilidad estremecedoras poco comunes en alguien tan joven, juntando además el salvajismo innato de su naturaleza que lo vuelven alguien cuya presencia puede llegar a percibirse imponente y peligrosa. Es un lobo híbrido, un lycan de sangre sucia en cuyas venas corre la herencia de un licántropo japonés y una cambiaforma de husky siberiano.
17 años ✘ híbrido ✘ xxxxxx ✘ detractor ✘ delincuente ✘ beta
MORE BEAST THAN HUMAN:
No hay que ser un genio de la psicología para entender de buenas a primeras que Yuu es un maldito problema, no sólo por esa característica suya de no pensar más de dos veces las cosas antes de decirlas, sino porque el tío es prácticamente un campo minado; siempre hay que ir con extremo cuidado para no hacerlo estallar. Es un sujeto temperamental, impulsivo e incontrolable que carece del sentido de la precaución. Y vale, que el crío es todo un sobreviviente, pero eso es simplemente porque es un tipo difícil de roer. Muy cierta es la frase que dice mala hierba nunca muere, ya que aunque Yuu es un busca-pleitos de primera, todavía nada lo ha matado.
Ciertamente es un chico apasionado y emocional en cuanto a cosas de su interés se trata (y no es que hayan demasiadas, de cualquier forma), pero la mayor parte del tiempo lo cubre un halo de indiferencia que en conjunto con su carácter directo y antipático, sumado a su eterna expresión de mala hostia, llega a ser todo un dolor en el culo. No le importa el resto, lo cual lo vuelve en exceso solitario. Siempre prefiere ir por su lado, sin que nadie le estorbe. Y aunque no está familiarizado con el honor o la ética o los principios, ya que por dinero él sería capaz de hacer cualquier cosa, tiene sus propios parámetros. También puede llegar a ser bastante orgulloso y un pésimo perdedor, odiando que le corrijan o le den órdenes; y cuando algo no le gusta, Yuu lo soluciona de la única forma que sabe: con violencia desmesurada. Asimismo, con lo que cree suyo es sumamente posesivo y celoso, volviéndose incapaz de controlar sus ansias de monopolizar aquello que declara de su propiedad.
THE WAY OF THE WOLF:
El pasado de Yuu es de esas historias típicas y repetitivas que hablan sobre infancias terribles y padres ausentes, sobre malas decisiones y hórridas consecuencias. Así fue incluso desde antes que él naciese, ya que a sus progenitores poco les importó dejar desamparado a su único hijo que, además, fue condenado a la marginación por su sangre mestiza. Lo justificaron con el típico “amor verdadero” que no fueron más que palabras vacías que perdieron su sentido más temprano que tarde. La familia de su madre era demasiado conservadora y estaban en contra de que su sangre se mezclase con la de un vulgar licántropo, llegando a tal extremo de que creyeron que el niño saldría deforme —o tal vez lo decían esperando que así fuese—, sin embargo, Yuu llegó al mundo fuerte y sano un 22 de octubre en un hospital de Eleftheria, isla a la que sus padres se habían mudado luego del casamiento. Mas la llegada de ese bebé, en vez de teñir a la pareja con colores de felicidad, ennegreció todo. No era culpa de Yuu, él sólo era un bebé inocente, sino de la ignorancia e ingenuidad de sus padres que decidieron amarrarse el uno al otro muy rápido. Sólo bastaron que transcurriesen un par de semanas para exhibir los verdaderos colores de los que estaba teñido el padre de Yuu, quien hasta ese momento se había presentado como un hombre ejemplar, educado, dulce y cariñoso. Al principio fueron discusiones excusadas con la falta de sueño a causa del bebé, pero paulatinamente lo que parecían riñas fugaces se convirtieron en discusiones frecuentes y más intensas. Para cuando Yuu contaba con tres años, la escena de su padre golpeándolo a él o a su madre por cualquier insignificante razón era bastante habitual. Así fue su modo de vida hasta aproximadamente los diez años de edad, año en la que la situación en su familia alcanzó un punto crítico y fatal en el cual Yuu tuvo que correr por su vida luego de que su padre intentase asesinarlo moliéndolo a golpes. Y aunque su madre había intentado interferir, ella no pudo salvarse a sí misma.
Huyendo de la violencia demente de su padre fue como acabó viviendo en las calles, no obstante, Yuu se encontró pensando que cualquier lugar era mejor que el infierno del cual acababa de escapar. La crudeza de los callejones y los sitios más pobres de la isla se convirtieron en su nueva realidad, y de ésta aprendió a sobrevivir y fortalecerse, pero también conoció un sinfín de males. Cosas como la injusticia, el ser despreciado o el estar al borde de la muerte ya las había experimentado por sí mismo dentro de su propia familia, pero en la calle además conoció lo que era estar en la más absoluta necesidad y completamente solo, pero también logró saborear el gusto de conseguir recompensas gracias a su propio esfuerzo. Los años le otorgaron experiencia y habilidades para desempeñarse en diversos negocios, por lo que en la actualidad ejerce en diferentes tipos de trabajos, los cuales la mayoría se inclinan hacia asuntos ilícitos del bajo mundo, como por ejemplo ser el matón para algún mafioso, ayudando con negocios de tráfico de drogas o siendo el guardaespaldas de algún capo cuyo nombre difícilmente se esforzaría en memorizar.
THE SHAPE OF WRATH:
1. 2. 3. 4.
LIKES AND DISLIKES:
ㅤ✓ㅤEs un carnívoro maniático que no puede comer nada que no contenga carne. No importa qué clase de animal sea, con que sea algo para Yuu es suficiente. Asimismo, prefiere la carne semicruda ya que es más jugosa. ㅤ✓ㅤSin embargo, es un fanático de la leche y los jugos en caja también, aunque éstos últimos son sus predilectos. Siempre que puede está bebiendo alguno de sabor manzana o naranja, por lo que se le podría considerar a éste su pequeño vicio. ㅤ✓ㅤEs un chico muy habilidoso en combate cuerpo a cuerpo pero también muy violento, por lo que le encanta agarrarse a puñetazos con quien sea y probar su fuerza machando a sus oponentes. ㅤ✓ㅤPrefiere los ambientes fríos antes que los normales o calurosos (véase como normal un día ni frío ni caluroso, sino más bien fresco), debido a su alta temperatura corporal. ㅤ✓ㅤSe dice que para un husky es malo vivir en soledad y que lo natural es que vivan acompañados por jaurías de su misma especie o humanos. Y aunque Yuu parece no cumplir esa regla, secretamente es una persona que le encanta recibir cariño de aquel en quien haya depositado su confianza. ㅤ✓ㅤLos animales pequeños son su debilidad. Cachorros, aves, gatos, incluso los bebés; cualquier especie cuyos rasgos sean ojos redondos y enormes, cuyo tamaño sea más pequeño que su pie, o que en resumidas cuentas sea una ternura para la vista, será la perdición de Yuu, quien va a querer tomarlo y acariciarlo y estrujarlo (aunque éste mismo intente reprimir todos esos deseos). ㅤ✓ ㅤUna de sus más valiosas pertenencias es el medallón de su madre, éste fue el único objeto de valor que consiguió rescatar antes de escapar de su padre, y a pesar de que años atrás tuvo la tentación de venderlo, no lo hizo y en la actualidad lo atesora con su vida. ㅤ✖ㅤComo ya se mencionó antes, le disgusta el calor y, por ende, el verano. Todo a causa de que es una persona de sangre muy caliente. ㅤ✖ㅤEl estar rodeado de gente o las multitudes le impacienta, tanto por la sensación de calor que le asfixia como también el ruido que una multitud hace al hablar todos al mismo tiempo. ㅤ✖ㅤA veces padece insomnio o tiene pesadillas con su padre, por lo mismo odia que le interrumpan mientras duerme. Los sueños muchas veces tienen que ver con su madre o él en el cuerpo de su padre, encarnando de esa forma uno de sus mayores temores: que pueda estar pareciéndose cada vez más a su padre. ㅤ✖ㅤEstos mismos temores vuelven cuando se percata que es incapaz de controlarse a sí mismo cuando tiene los episodios, deprimiéndose y ocasionando que se aísle por días. Mas cuando tiene los ataques con personas que le importan, la sensación es mucho peor, pudiendo causar la desaparición de Yuu por semanas enteras sin que se sepa de él, en donde Yuu prefiere alejarse de la ciudad (o de todos) y vagar en su forma animal. ㅤ✖ㅤNunca fue malo con los estudios, pero sí era fácil de aburrir y los libros le producen un aburrimiento y sopor inmediatos; pero sólo los libros con muchas letras, aquí no entran cómics o revistas. ㅤ✖ㅤOdia cualquier cosa que sea verde. No hay ninguna razón detrás, simplemente no soporta ese color.
A LITTLE MORE ABOUT:
ㅤ▬ㅤSu padre era japonés y su madre rusa, por lo que Yuu ha heredado rasgos característicos de ambos, como por ejemplo sus ojos azules, los cuales son grandes pero rasgados, resultando en una mezcla bastante atractiva y llamativa. Además de eso, es capaz de hablar ambos idiomas, aunque la falta de práctica ha arruinado su pronunciación, así como también que haya olvidado un montón de palabras. ㅤ▬ㅤSu altura es de 182 centímetros aproximadamente. ㅤ▬ㅤSu temperatura corporal es alta en comparación a la de un ser humano, llegando a alcanzar los 38 o 39°C cuando está agitado e inestable, sin embargo, en condiciones estables su temperatura puede mantenerse entre los 32° y 33°C; esto debido a pertenecer a una raza hecha para soportar ambientes fríos y nevados. ㅤ▬ㅤEs bastante hambriento y dormilón, tal y como lo sería un perro normal. Pero también cumple con las habilidades características de los de su especie, a pesar de ser un híbrido, las cuales tienen que ver con su gran fuerza, excelente agilidad y sentidos agudizados. ㅤ▬ㅤSufre de trastorno explosivo intermitente (TEI). Los síntomas comenzaron a presentarse alrededor de sus trece años de edad, ocasionando episodios violentos con meses de diferencia, sin embargo, estos se hicieron más frecuentes y evidentes pasando sus quince años. ㅤ▬ㅤEs habitual que Yuu siempre traiga algún moretón más una curita en la cara, sin falta, resultado de alguna pelea. Después de todo, Yuu se la vive buscándolas y, en consecuencia, siempre se la pasa con los nudillos amoratados. ㅤ▬ㅤYa se dijo que es un chico directo y antipático, sin embargo, cuando no esta de malas o intentando meterse en problemas, resulta ser bastante malo expresando sus ideas, llegando a ser demasiado literal o torpe, o hasta inadaptado. ㅤ▬ㅤNo estudia ni nada parecido, por lo que su conocimiento sobre las cosas es un tanto básico, no obstante, tiene una excelente memoria y aprende rápido. ㅤ▬ㅤA pesar de su buena memoria, no se molesta en aprender el nombre de otros, siendo usual que use apelativos (que casi siempre son recibidos de mala manera) para referirse a las demás personas. ㅤ▬ㅤSe hospeda en un cuarto de motel de mala muerte. ㅤ▬ㅤDesde que huyó, Yuu no ha vuelto a saber de su padre. No sabe si está vivo, muerto, tal vez en prisión; nada en absoluto. Sin embargo, la imagen del mismo le sigue causando terror y frecuentes pesadillas, aunque también un odio incontrolable traducido en su propia fantasía de asesinarlo con sus propias manos si es que vuelve a verlo alguna vez. ㅤ▬ㅤEn su forma animal, Yuu es un lobo robusto y de gran tamaño, de pelaje negro azulado cuya herencia materna se refleja en la forma de su cuerpo como por ejemplo el hocico y los ojos, mas el color de su pelaje es herencia pura de su padre. En pocas palabras, tiene la forma de un husky siberiano pero completamente negro, con unos ojos azules brillantes. Además de ello, el ser una mezcla entre un lobo y un perro lo hace menos susceptible a la luna, pero no del todo ya que de igual manera las noches de luna llena le ocasionan la famosa transformación involuntaria, acompañada de insoportables dolores y una fiebre altísima.
Kageyama Tobio — Haikyuu!!
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angmarym · 7 years ago
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Allen Walker || Edited & Scanned
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