apie-adedo

[apie-adedo]

Cabras en la Maliciosa (2225 m.s.n.m), Guadarrama. Acostumbradas al contacto humano y un poco suyas para la comida.

La subida de los últimos 300 metros la hice a oscuras, buscando como buenamente podía el camino en el pedregal.

Una vez arriba, con la tienda puesta y mi vaso de vino, mientras observaba toda la meseta, llegaron unas 6 personas haciendo ruta nocturna y pegando gritos como solo se puede hacer en el sur de Europa. Sufro vergüenza ajena, es algo normal.

Por el efecto del vino, caigo rendido y me despierto ya amaneciendo en un paisaje magnífico y bien acompañado de esta familia de bestias montesas.

[apie-adedo]

Luck favours the bold. And so the gods will always bacch'us up.

24 horas en Vilna. Llámemoslo una escala larga puesto que para nada mis planes me acercaban a Lituania. Pero así se dió y bien que se aprovechó.

Tomando unas cervezas

[apie-adedo]

Y llegó Minsk. Y mi mundo paró de girar por un instante.

[apie-adedo]

Funkturn en Jena, Alemania. Vista a través de la lente, puede que de la marca Carl Zeiss, desde uno de esos prismáticos en los que hay que meter una moneda y que de pequeño nunca llegabas a usar.

Después de 8 años sin pisar la ciudad donde viví casi un año, experimenté la ciudad de una manera mucho más positiva. Lo que entonces me parecía provincial y deprimente, me reconfortó por su naturalidad y calma.

La propia ciudad tenía la solución. Todo es cuestión de la lente con la que se mira.

[apie-adedo]

<<El éxtasis es la cosa más bonita del mundo>>

A, policía nacional belga.

Bélgica y eso que en los círculos modernos progresistas se da a llamar cultura de club.

Con 13 millones de habitantes y un tamaño algo menor que Cataluña, uno puede atender a más de 40 festivales cada verano en este país. El festival más grande del mundo, Tomorrowland, Meca de todo aficionado al EDM tiene lugar en Boom. Dour, cinco días de rave multidisciplinar que cuenta hasta con una cueva oscura (me han contado de todo sobre lo que pasa ahí dentro), reúne a unos 225.000 asistentes.

El ambiente es de fiesta grande, relajado y sin altercados violentos. La música tecno predomina y la gente tiene una energía brutal. Y sí, hay muchas drogas.

De hecho están normalizadas y se ve un uso público que yo jamás he visto antes. En la pista de baile se mueven pastillas, llaves de coches sumergidas en bolsitas de plástico que van a la nariz, botellitas de plástico de las que se esnifa alguna sustancia. Un tal Fabian me confiesa con inquietud que está pensando en inyectarse adrenalina. Le digo que no haga gilipolleces y me da la razón agradecido de tener a alguien que le diga lo que quiere oír.

Entrada la madrugada en el camping una chica se me acerca a dar charleta muy animada. En seguida me pregunta que si tengo drogas, que ella tiene ketamina. Un tío raro que ha debido tomar este tranquilizante para caballos pega saltos y no liga cuatro palabras seguidas. Se encabrona endemoniadamente cuando un walón finge no entender que le está pidiendo un cigarro usando la palabra "cleb". Los efectos de la química no acaba ahí. Intento ligar con una chica atractiva y juro que no registra ni la mínima intención sexual por mi parte, está a otra película.

Todos disasociados de sus lenguas, de sus cuerpos, de sus acciones. No se lo puede uno tomar en serio. Nadie lo hace, nadie juzga a nadie.

Dos días después en Bruselas cruzo andando un semáforo en rojo. La masa de la acera de enfrente me mira con notable desaprobación. Joder, qué país más extraño, pienso, el orden cívico se sustenta sobre unos pilares inanes.

[apie-adedo]

Oda a los caídos en Flandes

Por J. L.

Y los Campos de Flandes;

una amapola por cada soldado obrero y cada campesino asesinado vil y absurdamente por unas testas coronadas decadentes que se dejaron arrastrar por los industriales fabricantes de acero y armas.

Un beso de amor para todos ellos.

[apie-adedo]

Por 20 céntimos en el Booze 'n Blues de Sant Gery, Bruselas, el sobrio Fakir se aventura a dictar tu fortuna.

Pocos minutos antes, una chica con el pelo rapado me había hecho un calzanazo como rompehielos de la conversación que mantendríamos un rato largo. Tatuadora de profesión, con un diablo en tinta que le llegaba desde el bajo vientre a algún sitio al sur de Marte.

La Bruselas canalla se desvela en pequeños flashes. Unas horas antes en el Le Petit Lion de Morelles, la bohemia, un grupo de amigos mal entrados en los 40, bebiendo cerveza sin parar, me preguntaron por la gorra de ciclismo que llevaba (las distribuían gratis por la salida del Tour de Francia desde la capi belga) con la clara intención de que se la regalara. Accedí predispuesto y la cara del que la recibió tornó regordeta y juguetona.

En las tiendas de segunda mano de Zudmidi, podríamos decir tiendas simplemente ya que todas venden objetos usados, los dependientes discuten con soltura en 4 o 5 lenguas con los clientes, leen más libros de los que venden y no les importa demasiado que estés vagando media hora sin la intención de llevarte nada.

Anda un par de kilómetros desde ahí en dirección Plaza de Luxemburgo y todo ese aire despreocupado y acogedor desaparece bajo el manto de estrellas de la bandera de la UE. Las diferencias se difuminan, todo el mundo lleva la chapita de su agencia al cuello y se manejan como gente con encargos importantes. Uno no puede evitar pensar en los efectos reductores que la macro organización supra nacional tiene en la diversidad de cosmovisiones continentales. Trabajar juntos significa amalgamarse, se pierde chicha.

[apie-adedo]

Capa d'honras. Capa usada por los pastores en el altiplano mirandés para soportar las inclemencias del tiempo. Su importancia cultural transcendía el uso pastoril siendo también vestida como traje de gala en ocasiones insignes.

En la vecina comarca de Aliste (Zamora) se encuentra otra capa muy similar a la de d'honras, aunque sin el precioso caperuz de la portuguesa.

[apie-adedo]

No es una moda todavía pero tiempo al tiempo. Turismo hidroeléctrico. Lo tiene todo. Monumentalidad, historia, naturaleza, la eterna lucha del ser humano contra los elementos, progreso y energía, las leyendas e hipótesis de las vidas y el paisaje presente.

Embalse de la Almendra. Salamanca/Zamora. La presa más alta de España con 200 metros de caída. Por el subsuelo hay 15 kilómetros de túneles por los que circula el agua para generar energía. Al final, las aguas del Tormes se descargan sin pena ni gloria a través de un desagüe oculto en el Duero. Algo me dice que estas no son maneras de hacer desembocar a un río.

La grandeza de la naturaleza sustituida por la faraónica ingeniería. Ambas dejan pasmado. Y sin querer elegir una por encima de la otra, escucho que alguien se refiere al embalse como el mar de Castilla y León. En ese momento, capto que hay una intención detrás del pseudónimo, hay que tapar cicatrices.

Para la realización del embalse, pueblos como Argusino de Sayago fueron anegados, sus vecinos desahuciados con indemnizaciones paupérrimas y sus cementerios sellados con hormigón para evitar reflotes de los restos humanos.

En Fermoselle (topónimo testigo de una variedad lingüística hoy casi extinta) un señor se besa las yemas de los dedos cuando habla del Tormes antes de las obras. "Se lo han cargado" dice como si la construcción hubiese sido hace unos meses y no en 1968.

Al pasar por segunda vez por los 4 kilómetros de presa, oteo el horizonte bañado por las aguas apresadas para ver si con la caída del sol experimento el efecto fata Morgana y las colinas arenosas se alargan o levitan. No es el caso, claro, es que esto no es un mar, se pongan cómo se pongan.

[apie-adedo]

A finales de los años 50, mientras se planeaba y construía la presa de Picote, se desarrollaba el proyecto urbanístico de Barrocal do Douro, el pequeño poblado para los trabajadores de la presa.

Se eligió afrontar el proyecto con un aire vanguardista y se contó con el trabajo de varios arquitectos jóvenes.

El resultado es sorprendente incluso hoy en día. Líneas rectas, simplicidad conceptual y construcción en materiales comunes (hormigón, ladrillo, madera...) en mitad de un medio ambiente granítico y agreste que se alza en precipicio sobre el Duero. El encaje es total, armonioso.

Las fotos son de la posada de empleados y la iglesia. Hoy en día en semi desuso, aunque en mucho mejor estado que otras edificaciones vecinas.

[apie-adedo]

Continuum de las lenguas romances en el norte de la Península Ibérica. En ese pequeño bolsillo de tierra en la esquina superior derecha de Portugal se mantiene el mirandés, una lengua de la rama astur-leonesa que no deriva del gallego-portugués.

En una legislación portuguesa de 1999 se la reconoce como lengua autóctona en la comarca de Miranda do Douro. Su enseñanza no es obligatoria en la escuelas, eso sí.

Aunque es cierto que una parte destacable de la cartelería pública (paneles de información, letreros con los nombres de las localidades y calles, cartas en los restaurantes...) se encuentra en portugués y mirandés, no parece que sea la lengua vehicular en la zona.

Pregunto a varias personas mayores de 50 años y todas afirman hablar mirandés, en diferente grado, pero sobre todo con algún miembro de la familia.

Es totalmente razonable que el uso del código quede relegado al ámbito más íntimo. Con no más de 10.000 hablantes, es una elección lógica echar mano de una de las otras lenguas que la totalidad de los mirandeses maneja con fluidez para comunicarse con los desconocidos que parecen ajenos a los pocos municipios donde se habla el idioma.

Qué futuro le espera al mirandés? No tuve la oportunidad de hablar con muchas personas de menos de 35 años. Al fin y al cabo, son estas, tierras aquejadas de un éxodo rural especialmente predominante entre los jóvenes. Aunque aquellas con las que lo hice confesaron no saber hablarlo, clara indicación de una deriva no muy halagüeña para la lengua de la Tierra de Miranda.