Artes visuales. Este es un espacio de mi mente. Bitácora. Estética. Ideas, sensaciones, lecturas, artículos, vídeos, fotografía. Nada demasiado serio. Muchas cosas personales . Not precisely talented. ♡ ♡ ♡ ♡
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¿Somos más libres que las mujeres de 1907? ¿O solo han cambiado las formas estéticas de la opresión?
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Una quitapenas en tu nombre. como se borra una foto, un juego, un perfil. una quitapenas en tu nombre. para apagar mi llama. una quitapenas en tu nombre. para olvidarme. Una quitapenas en tu nombre, para atar estas manos a la consciencia de ser irrelevante, para atar estas manos a mi orgullo, para atar estas manos al presente presente que son cuatrocientos días y que probablemente, sean cuatrocientos más.
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Lluvia en mi cara
Galope, galope, galope
Intensa, en mi mente
Galope, galope, galope
19, séptima región.
Galope, en mi alma, galope
Lluvia torrencial.
Galope, enladrillado, galope
Galope, mi vida, galope
Galope, te deseo, galope
19 años, mi vida, galope.
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La redefinición del concepto de autoría y la relación con el espectador en el arte digital y medial. Las obras de Christian Oyarzún y Hologr4m como propulsoras de cambio.
Una mirada al impacto de la tecnología en la autoría y la relación con los espectadores.
En la era digital, las nociones tradicionales de autoría se han visto profundamente cuestionadas. El acceso y la masificación de las herramientas de creación gracias a la tecnología, como por ejemplo lo son las cámaras, los computadores y la posibilidad de compartir contenidos en plataformas abiertas, como redes sociales, blogs (tumblr, vimeo) han permitido el surgimiento de prácticas artísticas colaborativas que redefinen el rol del creador y del espectador. Según Espinosa (2024) la democratización de la creación y edición de imágenes ha sido uno de los logros más destacados de la tecnología digital. Lo que antes estaba reservado para expertos y profesionales ahora está al alcance de cualquier persona con acceso a un ordenador y software adecuado. La irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y los algoritmos ha transformado la naturaleza del arte, su valor y el papel de los artistas. Actualmente, sistemas de IA y algoritmos pueden crear pinturas, componer música y escribir textos de forma “autónoma”, lo que plantea interrogantes sobre la creatividad, la originalidad, la autoría y la autenticidad en las obras de arte.
En este contexto, es fundamental analizar cómo las tecnologías digitales y las prácticas colectivas están redefiniendo la autoría en el arte, explorando las implicaciones éticas, estéticas y legales que surgen de estas nuevas formas de creación y distribución de obras artísticas. ¿Cómo cambia la autoría en un contexto digital y tecnológico? ¿Cómo cambia la relación con el espectador?
Para Astobiza (2022) la palabra tecnología y arte siempre han sido palabras que comparten significado, ya que ambas derivan de la palabra griega tékhne, y que arte luego sería, arte y ars. Pero que aún así, ambas serían “habilidad de algún tipo”. En la antigua Grecia, no había diferenciación para el arte como la conocemos hoy en día, por ende arte y técnica serían lo mismo. En ese sentido Astobiza (2022) nos plantea que la automatización del arte o la creatividad maquínica es quizás la materialización de la relación entre arte y técnica, dado que una máquina opera guiada por una serie de instrucciones que ejecuta de manera correcta e inequívoca para la producción de un artefacto, producto o resultado. Para esto nos plantea dos conceptos, las tecnologías de uso aumentativo, que serían todos aquellos recursos tecnológicos que nos permiten potenciar nuestra obra de arte, pasando por la mediación humana por ejemplo cámaras digitales, y por otro lado, las tecnologías de uso sustitutivo, que serían las que pueden crear arte sin la mediación humana, como la IA.
En este sentido, plantea que la tecnología o el uso de esta podría cambiar la percepción que existe en el espectador y por ende su relación con este. La principal resistencia para ver el arte creado por máquinas y algoritmos como genuinas instancias artísticas, es quizás la concepción del arte como proceso creativo mediado por la figura del artista, que tiene que ser un ser humano. También se señala que todas estas características del arte desarrollado por humanos, como la intencionalidad, esfuerzo y autenticidad, son factores que influyen en nuestro juicio para valorar el arte.
El sesgo que se produce con el arte generado por algoritmos u ordenadores puede ser un obstáculo para valorar las instancias artísticas digitales e incluso no reconocerlas como tal.
En el arte digital, la noción de autoría ha dejado de ser un concepto centrado y exclusivo del artista, como algo único, a uno más dinámico y colectivo, la co-creación. La introducción de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el uso de código abierto, han permitido que las obras sean producto de colaboraciones entre humanos y máquinas, o inclusive exclusivamente de algoritmos. Esto plantea interrogantes fundamentales sobre quién es el "autor" de una obra y cómo se valora su creatividad.
Según Lev Manovich (2001) , el arte digital no solo redefine la relación entre creador y obra, sino que también introduce una "cultura de la interactividad", donde el espectador desempeña un papel esencial en la co-creación. Este cambio no sólo desafía la idea tradicional de autoría, sino que también transforma la experiencia artística en un evento dinámico y participativo.
En el contexto chileno, Christian Oyarzún emerge como un referente clave en la exploración del arte digital y medial y de los cuestionamientos presentados anteriormente. Su obra incorpora tecnologías de código abierto que invitan a la participación activa del espectador. Proyectos como *bRGD4:sCR0LL ejemplifican cómo la colaboración entre artistas, programadores y público puede generar una sola obra. Este enfoque descentraliza la figura del autor y abre nuevas posibilidades para la creación artística. Ya que en palabras del mismo Oyarzún (2020), los objetivos de la obra eran producir una obra gráfica colectiva e interactiva que se aloje en el sitio web del MSSA. Desarrollar metodologías de trabajo colectivo, redefiniendo afectividades y colectividades. Redefinir y explorar los imaginarios que sostenemos ante las transformaciones sociales globales recientes e inminentes. Reactivar diálogos entre viejas prácticas de arte en red y los públicos y paradigmas actuales.
Otro artista chileno que pone en tensión el concepto de autoría y la relación con los espectadores es Gonzalo Vargas (@_Hologr4m_ en instagram) ya que la gran mayoría de su trabajo solo está disponible en una plataforma digital, pertenece al arte de uso sustitutivo, según el concepto señalado por Astobiza (2020), ya que crea imágenes y vídeos algorítmicos con inteligencia artificial. En ese sentido, él dirige la IA como si fuese un brazo con un pincel, pero el resultado, la obra, es totalmente inmaterial desde su concepción. Por otro lado, toda su obra es libre de uso, libre de ser modificada y publicada. En ese sentido ambas prácticas cambian el paradigma de cómo nos relacionamos con las obras y de cómo concebimos el arte en comparación al arte tradicional, el cual es meramente material y contemplativo, desde un yo (el artista) dirigido unidireccionalmente hacia el espectador pasivo.
Las obras de artistas como Hologr4m y Oyarzún, alojadas exclusivamente en plataformas digitales, en el caso de hologr4m y archivadas en el caso de oyarzún, borran las barreras entre lo físico y lo virtual. Este tipo de espacios expositivos, al ser accesibles desde cualquier parte del mundo, democratizan la experiencia artística y permiten nuevas formas de interacción. La noción de “museo digital” se transforma en un espacio de tránsito simbólico, donde el espectador no solo observa, sino que también interactúa y contribuye activamente, a través de la interacción en tiempo real o mediante la modificación posterior, lo que redefine el rol del público como co-creador. Este cambio tiene implicaciones estéticas importantes: la obra ya no es un producto finalizado, sino un proceso en constante evolución, moldeado por las interacciones colectivas.
El acceso abierto y la naturaleza colaborativa del arte digital plantean interrogantes éticas y legales. La práctica de liberar obras al dominio público, como lo hace Gonzalo Vargas y Christian Oyarzún, desafían los modelos tradicionales de propiedad intelectual. En este contexto, se cuestiona quién es el verdadero autor de una obra que puede ser constantemente modificada por múltiples usuarios y cómo deben gestionarse los derechos sobre estas creaciones colectivas. Estas cuestiones también ponen en tensión las leyes tradicionales de copyright, que no siempre están diseñadas para abordar las dinámicas del arte digital. Además de como habíamos mencionado, aún existe sesgo hacia las obras digitales por su inmaterialidad y por esta visión de que es menos auténtico o esforzado utilizar medios tecnológicos para la creación artística.
El arte digital, representado en Chile por artistas como Christian Oyarzún y Gonzalo Vargas, no solo desafía las nociones tradicionales de autoría y autenticidad, sino que también redefine las relaciones entre creador, espectador y espacio expositivo. A través del uso de tecnologías como la inteligencia artificial y las plataformas digitales, estos artistas proponen un modelo alternativo de creación artística, basado en la colaboración, la interactividad y la inmaterialidad.
Estas transformaciones invitan a reflexionar sobre el futuro del arte en un mundo cada vez más mediado por la tecnología. ¿Cómo debemos valorar el arte en un contexto donde las máquinas son co-creadoras? ¿Qué papel jugarán los espectadores en la configuración de estas nuevas formas de expresión artística? Estas preguntas no solo son fundamentales para entender el arte digital, sino también para replantear nuestra relación con la creatividad y el arte visual en la era tecnológica y qué papel queremos tomar como partícipes de la comunidad artística, si el de apertura hacia las nuevas tecnologías o el del sesgo hacia el arte producido con medios tecnológicos.
Bibliografía
Astobiza, Aníbal M.. (2022). Arte y algoritmos. Aisthesis, (72), 282-297. https://dx.doi.org/10.7764/aisth.72.15
Espinosa, H. (2024). Explorando la transformación digital en el arte: Pensamiento, estética e imagen. Visión Antataura, 8(1), 115–132. https://doi.org/10.48204/j.vian.v8n1.a5232
Manovich, L. (2001). El lenguaje de los nuevos medios. MIT Press.
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Me hubiese gustado regalarte uno desaparecer por completo... que la suerte siempre esté de tu lado Lo olvidé cuando tuve la oportunidad.si alguna vez te lo preguntas... soy ridícula.
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sumergimiento ¿virtud o defecto?
Yo quiero ir a lo más profundo.. dime tus secretos, allá donde no llega la luz, allá donde no hay oxígeno, allí donde te ahogas, donde los movimientos son involuntarios ¿Quién eres cuando pierdes el control?
mi corazón está abierto, mi razón para estar aquí.
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