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Camuflaje

Vengo de la oscuridad, ni un rayo de luz puede iluminar mi sobria realidad, nací en la porquería, me alimento de la podredumbre de la humanidad, me hago evidente remotamente cuando hay baño de luna roja, en mi sólo puede existir dolor, frustración y desesperación, quisiera desaparecer, pero lamentablemente regrese para no irme, es tan fácil impregnarme en este sedentarismo popular. ¡qué miserable es mi existir sin poder cambiar mi destino! Nací para hundirme más y más, lo irónico es que me ven como el arcoíris, así de espectral puedo camuflar mi monstruosidad, tan es así, que a veces lo creo, pero nunca tarda demasiado tiempo en alcanzarme mi verdad, repentinamente soy la tormenta arrasando con todo lo que me podría salvar, soy la ignorancia.

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Cuando niñas mi madre trabajaba por las tardes siempre nos dejaba con la abuela, lo único que hacíamos era jugar, la casa es bastante oscura, tiene pocas ventanas así que los rayos de luz no entran lo suficiente para iluminar las recámaras del fondo, un día el juego tuvo una pequeña diferencia, no fue de dos. Dónde estábamos habia un espejo muy grande, se podía observar toda la recámara atravez de el, mientras cepillaba el cabello de mi hermana, la sombra de un hombre alto y muy delgado se vio reflejada en aquel espejo, estaba parado justo en la puerta de la recámara plasmado es el lapacho, cuando lo vi me asusté mucho y con una voz tímida dije

Hermana hay alguien ahí,

ella volteó y la sombra seguía inerte, cuando mi hermana vio la sombra se paró de la cama y caminó hacia la puerta, cuando estaba apunto de llegar la sombra desapareció.

Después de eso la miré extrañada y le dije

¿No te da miedo?

Ella respondió;

No, siempre me viene a cuidar cuando me dejan sola aquí.

No sé dijo nada más lo olvidamos por un largo rato.

Años después mi abuela aceptó adoptar a una perra que desde que la vimos, no dejó de seguirnos, cuando la llevamos a la casa todo parecía de maravilla, hasta que notamos que no quería entrar a la recámara donde se encontraba el espejo, por ratos ladraba hacia la puerta, corría en círculos muy anciosa, en una ocasión la perrita empezó a tener un ataque, empezó a temblar, le salía descontroladamente baba, se cago y se mío no podía contener nada en si misma, nunca habíamos visto tal cosa fue horrible,

mi abuela gritó -ya la envenenaron, metele un puño de sal-

Después de la sal, recurrimos rápido a un veterinario, fue diagnosticada epiléptica.

El veterinario dijo, que no nos preocuparnos que iba a estar bien solo que debíamos procurar que no se alterara, en esa casa jamás pudo estar tranquila, le dio vario sustos a mi abuela, ver como le daban ataques era muy horrible, así que decidimos llevarnosla, ese mismo día, cuando ya no había luz del sol, la perra desapareció, no la encontramos por ningún lado, fuimos a buscar a las recámaras, cuando mi hermana llegó a la suya, se quedó parada en la puerta un largo rato, así que le pregunté

-¿qué haces ya la encontraste?

No respondió, así que me pare junto a ella y al levantar la mirada hacia dentro del cuarto, lo vi, lo vimos era él, era la sombra del hombre alto y delgado, antes de poder encender la luz rápidamente la sombra se hizo pequeña y de repente salió la perra de la recámara.

Él sigue aquí.

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Él está tan loco como yo, eso no es fácil de asemejar. Estoy enamorada de mi cuando me veo reflejada en lo increíble que es, estoy enamorada de él también porque nadie me hace reír tanto con él.

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¿Un corazón destrosado puede seguir latiendo?

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Si se te fue la luz, enciende una vela pero no te apagues.

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Cuentos mega extraños camuflados de ansiedad

Usted señamelo

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Después de limpiar mi casita

Con todo el polvo se fue mi sentir

Aquel que me quita las ganas

A veces de vivir

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Mediocridad

La desgracia se mantiene latente, este 2020 más que otro año a nuestra realidad, haciendo referencia a nuestra inexperiencia, a nuestra corta vida, la desesperanza que el mundo puede lograr a crear no había sido más que historia descrita en libros que, leídos a nuestra corta edad, en los últimos años de educación básica no parecen más que sólo ficción. Ahora recurrentes a la nueva era en donde somos espectadores, algunos más cerca que otros, podemos percatarnos que la empatía se puede hacer presente ante la conmoción del contenido de la digitalizada vida que llevamos, somos absorbidos por sentimientos comunales, nos hacemos presentes, la adhesión al prójimo es el valor primordial. Envueltos ante el ardor, y al grito de una verdad, nos unimos abrumadoramente a la iniquidad de la humanidad, expresamos que estamos asaces ante la descomposición de la sociedad en la que solo hemos vivido veintitantos años, esto más allá de ser una revelación, es una pelea generacional en dónde debe existir necesariamente la brecha que divide el bien y el mal, para que podamos tomar la decisión de saltarla. Pero lo interesante es que aunque saltemos continuamente de un lado al otro, lo seguimos haciendo con los ojos vendados, porque más allá de la racionalidad profunda, existe la evidente superficie mental que como jóvenes estamos inmersos lo cuál, solo nos permite meter los pies al chapoteadero. Nadar implica entender una sola cosa, que hacer un cambio fuera de la quimera, perceptible y sincero se debe a las acciones hechas con amor puesto que;  "lo que se hace por amor, esta más allá del bien y del mal" (Nietzsche, 1886)

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Los días transcurren unos a uno como si todos fueran iguales, amanece a las siete con cinco minutos y el sol se oculta totalmente a las ocho, en ese periodo siento los rayos del sol en diferente partes de mi cuerpo empieza desde los pies y terminan hasta la nuca, después los rayos me abandonan y remotamente se siente una frescura, oscurece y escucho al grillo cantar posado en mi oído, a veces camina sobre mis ojos pero no tengo manos para quitarlo de la vista, así que lo dejo ahí ya que en muchas ocasines la ancina mira atravez del cristal. Mientras el día transcurre mi función es acobijar, a pesar de ser pequeña soy muy acobijadora, a veces pienso todo en mis entrañas es muy monótono, tal vez quienes me habitan se sienten como yo, pues llevan días sin abrir mi boca, creo que se perciben como una estructura algo decrépita, pero al menos nos tenemos, dentro de mi todo están bien, soy la casa.

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Tener la capacidad de razonar, para tomar decisiones es algo de humanos, tomar buenas o malas decisiones es una algo muy binario, al fin de cuentas es un si o un no, como el lenguaje de una maquina, entonces tal vez hay que pensar menos y sentir más, sin preocuparse si es uno o lo otro, es lo que es, no hay más.

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La irrealidad de tu perfección, la misteriosa mirada, así es como se sabe. Si lo puedes sentir sin cuestiones, es el sentimiento oportuno.

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Su mirada

He visto sus ojos, tiene una mirada dulce y pervertida al mismo tiempo, un color mieloso pero con un brillo único. Quizá sean los ojos más bellos que he visto y no miento, no puedo dejar de recordarlos, amo su mirada tan profunda y misteriosa.

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El Acompañante de la muerte

Desconcertada, con un gran vacío entre lo huesos más allá de lo literal, estaba la muerte. Era uno de esos días abrumadores, sin motivación, en busca de aquellos que la hora les había llegado, era tanto desasimiento a lo que un día fue la razón de su existir que por unos dias dejó de hacerlo, pero al tercer día la tierra tenía una gran pesadez, tanta que la calaca se empezó a encorvar, ya había demasiadas almas en el mundo incorrecto así que la sensatez la hizo volver, después de llevarse a más de ochenta y dos millones cinco mil doscientos cuarenta y nueve almas a su inframundo, volvió a sentirse desierta.

Esto no podía seguir, necesitaba recuperarse ¿Que necesitaba, la muerte?

Al siguiente día, el 9 de mayo de 1945 una tormenta derribó una embarcación con 3 tripulantes, 2 de ellos lograron tomar los salvavidas, pero el más joven, no lo logró y el profundo y nebuloso mar se lo llevó, en seguida llegó la muerte en espera que saliera el alma flotando del océano para poder llevársela, pero no pasó.

La muerte perpleja metio la cabeza al mar, ¡vaya sorpresa! El chico no estaba muerto, nadaba despreocupado, cual pez, sin duda desafiaba la muerte.

En esta vida existen cosas incomoprensibles incluso para la propia muerte, pero aquel hecho le hizo pensar que justo esa extraña diferencia, era lo que necesitaba en su inmortal existencia, un ser súper natural, que fuera capaz de retarla. Pensó entonces;

-Necesito un compañero -

La muerte se dirigió hacia el como "pez humanoide" y le propuso acompañarla a su inframundo, mencionó que en aquel podía gozar de una perspectiva de la humanidad más interesante, podía elegir y juzgar a quién lo mereciera y además decidir el tiempo de cada humano en la tierra viva. Le dijo que sería su acompañante y tendría la misma facultad de llevarse el espíritu de su víctima. Pero había una condición, tenía que dejar su nueva vida, que no hace más de unas horas había descubierto, debía dejar de ser un hombre pez.

Al principio el hombre pez pensó que sería una excitante experiencia, pero después de haber escuchado la condición, se tomó más tiempo para pensar la decisión y finalmente se rehusó.

Tan engreída era la muerte que pensó que era mera agudeza del joven, pero un instante más tarde al ver su semblante circunspecto sintió figurativamente retorcidas las entrañas de las que carecía, se quedó petrificada con muchas palabras atoradas en el gañote pero ninguna salió a oídos.

El pez humanoide, al ver el aspecto de la muerte, pensó que debía hacerle entender el porqué de su tan inesperada pero lógica respuesta y le dijo;

-Veras, ser un pez humanoide ha sido un gran reto en mi vida, he batallado con la gente para que me vean igual a ellos, si tengo que renunciar a mi forma, para ser tu "acompañante" No, no estoy dispuesto-

En ese momento la exhaustiva reacción de la reina del inframundo, se fue sosegando, porque sin más preámbulos entendió que más allá de necesitar un acompañante para cambiar su realidad, ella debía aceptar que sólo podía cambiar la falsedad que se había construido en su propia monótonia.

Y sin nada más que hacer se retiró, pero no sin antes agradecer al pez humanoide con con un acto que los mortales no pueden recibir sin quedarse sin aliento.

¡El beso de la muerte!

Fin.

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Estoy muy inundada, me siento sofocada, no puedo respirar, algo me comprime el pecho, mi ritmo cardíaco está acelerado, y no puedo dejar de pensar en que está experiencia, es la más abominable, pero también lo mejor que me puede pasar en este momento tan deprimente, atiborrada de pendientes. Simplemente este momento, este pequeño instante de un escrito sin sentido, es precioso. Todo esto porque no puedo contenerme, estoy flotando, se debe a una probabilidad muy escasa, uno en un millo, la aguja en el pajar, ¿De verdad me siento así?, se siente como si fuera al cielo.

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there's a lot of magic above me

i just feel the softly caress over my body

it's my soul, it wants leave my material essence.

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¿I'm in love?