beautyandthecheese - Tumblr blog

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Comenzó por limpiar las heridas de sus rodillas, que eran un tanto considerables, antes de poder aplicar las pociones necesarias para que la piel expuesta comenzara a sanar.

— Ya veo...— Supuso que de eso se trataba. Creyó que el pasar tiempo juntos estaba yendo bien, pero algo definitivamente había cambiado.— ¿Estás queriendo decir que robó un huevo de la reserva? — Eso no podía ser bueno. Tendría que hablarlo con Lizzie para pensar en un plan para resolverlo.

— Me temo que aún no es el momento adecuado, panquecito. Sé que es difícil pero necesito que seas paciente.— No podía hablar abiertamente del tema, al menos no hasta que Lizzie pudiera asegurar que le devolvieran la custodia de Alice.— Nadie fue enviado a vigilarla, solo estamos preocupados por su seguridad... Cuando sea el momento entenderás el por qué.— Limpió sus manos una vez que terminó, desechando lo que había utilizado en un cesto de basura especial para esa clase de desperdicios.— Quiero suponer que fue ella quien ocasionó esto.— Sabía que seguramente era así, pero quería saber el por qué.

Tomó un poco de aire luego de rendirse y sentarse para dejar que su abuela curara sus rodillas. Enrolló su pantalón lo más alto que pudo, pues eso le facilitaría el trabajo. Definitivamente se había hecho daño, no pudo evitar una mueca de dolor al rozar la piel que sangraba.

— ¡De Potter! Es una malcriada. Si creyeron que lo peor que hizo fue pintar esa estatua, no están ni cerca de ver todo el panorama. Cuando fuimos a la reserva discutió con el guía y mientras eso ocurrió me separé del grupo y encontré un huevo. Me pareció buena idea mostrarle, pero no contaba con que ella fuera una ladrona… — una oleada de dolor por el tratamiento de las heridas lo obligó a tomar una pausa, un suspiro cansado escapó de sus labios.

— Quisiera no tener que verla otra vez, pero realmente quiero recuperar ese huevo. Es momento de que me digas por qué ella cree que una mujer envió a mi tía Lizz y a mi papá a vigilarla. No quiero que vuelva a usarme como escoba de jardín.

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No tenían problema en quedarse para cuidar a los bebés. En esas condiciones lo mejor que podían hacer era ayudar a Lizzie y los niños tanto como se los permitieran. Sería entendible si con lo que estaba pasando quisieran poner una distancia entre ambas familias. No podía culparlas si decidían algo así.

Que llamaran a la puerta tan temprano no podía ser bueno. Y tal como temió, Albus Potter era quien había llegado al lugar. Tan pronto entró se acercó a donde estaba Lizzie, en caso de que tuvieran que actuar.

— Me parece que el qué hacemos aquí no es de tu incumbencia, así que será mejor que te vayas.— El que Richard no estuviera no significaba que tuviera pase libre para tratar de meterse en la vida de Lizzie y de Alice.— ¿Justificar un traidor? Creo que nos estás confundiendo con tu familia.— No estaban en el lugar para justificar las acciones de Elijah sino para ayudar a Longbottom a manejar la situación de la forma en la que lo creyera más conveniente.— Y por eso será mejor que te vayas, a ella no va a gustarle verte aquí.— Lo último que Alice necesitaba era ver a Potter en el lugar.

— No sé, debe estar en la puerta.— Aunque ambos afirmaron que nadie estaba en peligro, su actitud tan misteriosa y que preguntaran por el diario no ayudaba a tranquilizarla.— ¿De qué están...?— Antes de que pudiera terminar con su pregunta le entregaron el profeta en donde se podía ver a Elijah con alguien que evidentemente no era su hija, y aquella mujer que estaba con él definitivamente no se comportaba como si fueran solamente amigos.

— Tengo que ir por ella.— No importaba mucho si George y Sylvie iban a buscarla, no estaría tranquila hasta verla y llevarla a casa. Sabía cómo podía contenerla, necesitaba estar cerca de Alice si es que entraba en una crisis, lo cuál sería más que probable en esas circunstancias.— Los niños están dormidos, no deberían dar problemas...— Comenzó a explicar, mientras iba al armario de la entrada a buscar un par de zapatos que pudiera usar y un abrigo mientras pedía mentalmente que aún no estuviera despierta ni hubiera tenido oportunidad de ver las fotografías. No había mucho qué explicar, las imágenes eran más que suficientes. No había alguna clase de excusa que fuera válida en un caso así.

Estaba lista para irse cuando llamaron a la puerta. Era el peor momento, y ver quién se encontraba del otro lado volvía todo mucho más complicado.— ¿Qué haces aquí?— Tratar con Albus en ese momento era lo último que quería hacer.

@albus-potter

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— ¡Danny! Se parece a Danny...— Entendió el por qué le parecía tan familiar esa chica apenas le dijo su nombre. Cuando su esposo entró a su oficina caminaba en círculos detrás de su escritorio, doblando sus propios dedos tratando de calmarse, pero era imposible.

— Sabía que un día todas las cosas estúpidas que hice iban a volver para atormentarme.— Después del final de la guerra creyó que por fin sería un tema cerrado y jamás tendría que volver a pensar o preocuparse por eso. Ya había sido bastante malo la última vez y su prioridad siempre había sido mantener a Danny a salvo, cosa que habían logrado. Habían pasado más de veinte años desde entonces y creyó que todo estaría bien. Obviamente se equivocaba.

— Es una de ellos... Debe ser la nieta de Greengrass y... O algo así...— Por el nombre de la chica, lo más obvio era que ambas estuvieran relacionadas, por lo que el apellido no lo había heredado de Ophelia sino de él— Vino aquí buscando información sobre Elijah.

Sonrió al escuchar a la mujer hablar sobre una fiesta. Siendo así era imposible que Dawlish escapara o intentara escabullirse, además era la oportunidad de conocer a sus padres, algo que por alguna razón estando en Francia no había sido posible.

Tomó el pergamino con la dirección, dedicándole una rápida mirada. No tenía ni la menor idea de dónde era ese lugar, pero aún tenía un par de días para averiguarlo.

— Como dije, él no sabe que estoy en la ciudad. Me gustaría que se mantuviera así hasta el día de la fiesta si no es mucho pedir.— Para que su plan resultara necesitaba sí o sí del elemento sorpresa.— Y gracias por esto.— Dijo, levantando la mano con la que sujetaba el pergamino antes de guardarlo, lista para irse.— Oh, casi lo olvido.— Ya había llegado al marco de la puerta cuando se volvió sobre su hombro.— Soy Cassandra. Cassandra Mulciber.

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Caroline in 7x11 “Postcards from the Edge”

Apparently pregnancy eats at your brain.

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— Esperemos que continúe así y no se convierta después en una panquecita quisquillosa.— Toda la situación era demasiada extraña, lo suficiente como para no poder quedarse tranquila con la historia que George le había contado.

— Supongo que puedes, si no te importa dormir con sábanas de Batman.— Aunque los niños habían crecido conservaban sus habitaciones en perfectas condiciones para que ellos o sus nietos pudieran usarlas cuando fuera necesario. Tener a Elijah en casa le daría la oportunidad de hablar con él a solas. Antes de poder decir algo más, uno de los meseros se acercó, pues la necesitaban en la cocina.

— Tengo que irme pero pidan lo que quieran.— Dijo, pasando su mano por el cabello de la bebé.— Pórtate bien.— Agregó, mirando a Elijah.— Y supongo que te veré más tarde en casa.

Ahora sabía que no se equivocaba al pensar que había sido un completo error el que Elijah se fuera por tanto tiempo y sin decírselo a nadie.

— No lo creo, me hacía comer cualquier cosa y no pone resistencia cuando es su hora de comer.— Todos los días agradecía que Eliza fuera tan tranquila y no tuviera problemas para comer. La mayoría de las veces creía que la bebé debía saber que estaban solas y le evitaba problemas. Hasta ese momento no habían tenido ninguna clase de complicaciones y esperaba que las cosas continuaran así.

Por otro lado, esperaba que las palabras de su abuela fueran suficientes para convencerlo de que no debía irse de nuevo. Ella podía mantenerse al margen para evitar causarle aún más problemas con sus respectivas familias.

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No entendía el por qué estaba tan alterado y sucio, al grado de que intentaba sacudirse con las manos, aunque no estaba siendo de mucha ayuda.

— Panquecito, no estoy entendiendo nada.— Tenía toda su atención puesta en él, pero hablaba demasiado rápido.— Trata de calmarte, respira y explícame qué es lo que pasó, no estoy entendiendo nada. ¿Quién se robó qué cosa?— Intentó seguir su hilo de pensamiento, sin éxito.— Ven, vamos. No puedes ir por ahí con las rodillas raspadas.— Le hizo una seña para que la siguiera a su oficina, donde tenía un botiquín para pequeñas emergencias.

— Comienza desde el inicio: ¿De quién estamos hablando? — Preguntó, mientras tomaba las pociones necesarias para limpiar y cerrar las heridas de sus rodillas.

Ni siquiera estaba seguro de por qué se apareció en una de las cafeterías de su abuela en lugar de ir a casa. Lo único en su mente era una taza enorme de reconfortante café, aunque quizá le vendría mejor uno descafeinado pues su mente ya estaba a mil por el extraño intercambio con Potter.

Era consciente de los raspones en las rodillas, pero no de su aspecto. Por instinto empezó a sacudirse con las manos, al escuchar la voz de su abuela.

—Je te faisais confiance!— murmuró sin levantar la cara todavía, después de sacudirse sobre el abdomen, la miró—. Confié en papá y en el proceso ¡y ella me robó el huevo y me acusó de una conspiración! No entiendo nada, mamie. Por favor, dime de quién habla ella. Dijo que mis padres la conocen. Me pareció que hablaba de una mujer.

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— Tranquila, lo siento.— Debió suponer que llegar de esa forma asustaría a Longbottom, considerando el historial que tenían.— Nadie está en peligro, no exactamente.— Lo primero era asegurarle que nadie estaba en riesgo, aunque lo que tenían para decirle no era algo fácil de explicar.

— Sé que no hay excusas para algo así... Vinimos tan pronto lo vimos. George y Sylvie fueron a buscar a Alice.— Esperó a que su esposo le diera el periódico a Lizzie para comenzar a explicarle la situación.— Van a asegurarse que no esté sola si es que lo ve y seguramente la traerán aquí. Creo que no podemos hacer mucho para ocultárselo, pero sí podemos asegurar que no esté sola, aunque seguramente no querrá vernos aquí.

Desde que se había quedado sola, su rutina de las mañanas había cambiado. Aunque seguía levantándose temprano, ahora ella misma bajaba a la cocina a buscar su taza de té. Eran las clases de cosas que Dick solía hacer por ella.

Era la única despierta. Phanie no estaba en casa y los bebés aún dormía. No esperaba que los niños llegaran hasta más tarde, por lo que le extraño escuchar a alguien en el recibidor, llegando por la chimenea.

— En la cocina.— Respondió, aunque ya se encontraba en la puerta y en camino hacia el pasillo.— ¿Qué pasa?— Comenzó a preocuparse. Era muy temprano para que llegaran de esa forma, y que dijeran que había un problema no ayudaba.— Están asustándome.

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Le gustaba mucho más involucrarse en el trabajo en la cocina, pero había ocasiones, como esa, en la que debía encargarse de algunas cosas en la oficina. No le gustaba cerrar la puerta a menos que fuera completamente necesario, así que cuando escuchó que alguien tocaba, creyó que se trataba de alguno de los chicos de la cafetería.

—No, está bien. Pasa por favor.— No era del todo extraño que fueran a buscarla, pero había algo en esa chica que le era vagamente familiar.— Oh, ya veo...— Si era amiga de su nieto, seguramente debió haberla vista en fotografías y de ahí que le fuera un poco conocida.

— En ese caso me parece que es tu día de suerte. Su madre planeó una fiesta para este fin de semana.— Mientras le explicaba, buscó un pedazo de pergamino para escribir la dirección y la hora de la reunión.— Si no sabe que estás en la ciudad seguramente le gustará verte llegar.— Por lo que su nieto le había dicho, planeaba quedarse en Londres, pero seguramente extrañaría a los amigos que había hecho en el colegio.— Será la única caza decorada en el vecindario, no será difícil reconocerla.— Le entregó el pedazo de papel con las instrucciones. Si se trataba de una sorpresa, no iba a mencionarle nada a Elijah.

—Pues creo que me vería genial con eso... —dijo sin poder evitar reírse de nuevo.

Así podría resumir ese picnic: risas, delicioso café y excelentes bocadillos. Todavía sonreía al recordar ese almuerzo y aunque se vieron brevemente para compartir el almuerzo los siguientes días, ese momento en particular lo acompañó hasta la mañana de la fiesta.

Su madre había insistido en que usara una camisa y pantalón formal, pero tal y como le había dicho a Ally, se puso una camiseta divertida debajo, en particular una que tenía el logotipo de Batman.

No estaba seguro de si podía bajar ya a saludar a quien sea que hubiera invitado su madre, pero en verdad se alegró que la primera persona que miró al bajar la escalera, fue a Alice. La saludó con un beso en la mejilla y aprovechó la cercanía para susurrarle.

—Ya se lo que piensas, luzco como un anciano pero... ¿Un anciano usaría una camiseta de Batman?— preguntó desabotonando un par de botones para dejarla mirar el logotipo.

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Al ser la hora del almuerzo el lugar estaba completamente abarrotado. Aunque contaban con suficiente personal le gusta involucrarse lo más posible cuando podía ir a los diferentes locales que habían construido a lo largo de los años.

Se encontraba en la parte de atrás, ayudando con la preparación de algunos sándwiches, cuando escuchó la puerta del personal abrirse. Era normal que Elijah llegara por ahí para visitarla, pero su aspecto la preocupó.

— Merlín, ¿Pero qué te pasó, panquecito? — Se acercó para mirarlo mejor. Toda su ropa estaba completamente sucia. Parecía como si lo hubieran arrastrado por el césped.

—Mi papá nunca intervendría en las decisiones que toman tus padres. Él no juzgaría a nadie y mi abuela me pidió que confiara en el proceso— dijo lo último más para si mismo. Comenzaba a unir algunos puntos y conversaciones escuchadas a lo largo de los años.

—Por lo que recuerdo, mi tía Lizz y tu padre solían cuidar de mi en el verano, hasta ese antes de que Lucy naciera— dijo extendiendo la palma de la mano para que le devolviera la fotografía—. Si los cuatro eran amigos, a mi me parece que es lógico que se preocupen por que estás subiendo estatuas en tus ratos libres. Y se agrega a tus crímenes robar huevos de dragón.

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Hasta cierto punto podía entender que George tuviera problemas para creer que Elijah pudiera hacer algo así. Ella misma no podía creerlo, pero era difícil de ignorar lo clara que eran las fotografías en el diario.

— Andando.— Esperaba que todo fuera un enorme malentendido, aunque no podía pensar en una forma en la que eso fuera posible. Regresaron a la chimenea para aparecerse en casa de Longbottom. Parecía no haber nadie en la sala, pero por la hora era bastante probable que ya estuviera despierta.

— ¿Lizzie estás ahí? Tenemos un problema.— Llamó, asomándose por el pasillo para ver si es que se encontraba cerca. Trataba de pensar en una forma de suavizar la noticia para ella, aunque parecía que lo mejor era ir directamente al grano.

@lizzie-longbottom

Podía entender que George se negara a creer lo que no se podía interpretar como algo más considerando las fotografías. Él mismo no podía entenderlo. No había una razón para ello. Alice era hermosa e inteligente y Elijah parecía completamente enamorado de ella. Ni siquiera habían pasado seis meses desde la boda.

Por supuesto estaba al tanto que por algunos meses en años anteriores se le vio saliendo con varias chicas a la vez e incluso volviendo con alguna a casa. Ser parte de su familia incluía que un auror certificado estuviera al pendiente de cada uno de su hijos y nietos. Aunque él no se involucraba en sus vidas a menos que se pusieran en peligro. Invitar a una persona diferente cada dos otres días a su propia casa, no era una conducta poco riesgosa. Pero por lo que sabía, había pasado más de un año desde la última vez. Muchas semanas antes de que Alice empezara a pasar tiempo con él.

—Descuida, nos haremos cargo. Si necesitan interrogarlo formalmente, tengo algo de veritaserum en casa. Vamos, amor. Lizz si que es una persona matutina— dijo tomando la mano de Greta, sin poder hacer mucho por cambiar la expresión de su rostro.

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— Pues no es como si una chica cualquiera fuera a parecerse a ella.— Lo que había dicho del parecido de la chica de la fotografía la tenía completamente alterada. Ya era una situación terrible y si sus sospechas eran ciertas no quería ni pensar en todo lo que podría desencadenar.

— Me temo que hoy no, cielo.— Se sentía incluso culpable de tener que cortar de esa manera el evidente buen humor de George en ese momento, pero era algo demasiado serio como para si quiera intentar aligerar el ambiente con alguna clase de broma.— Según esto las fotografías son de ayer por la tarde. No sabemos dónde está Alice, apenas lo vimos vinimos para acá...— Una noticia de ese tipo sin duda llegaría rápidamente hasta a personas que no solían leer el diario en la mañana.

— Nosotros nos encargamos de Lizzie, ustedes busquen a Alice.— En ese momento lo único en que podía pensar era que debían mantener a la pequeña Kyle lejos de Elijah y del ojo público. Esperaba que pudieran dar con ella antes de que viera las fotografías.

—¡No soy Georgie, soy Thor!— dijo respondiendo como cuando era un niño y su madre lo llamaba así cariñosamente. En su opinión, el diminutivo de su nombre no le quedaba tan bien como algún otro, de preferencia el de cualquiera de sus héroes favoritos—. Pero hoy si quieren puedo ser Batman. Hola mami, hola señor Dawlish ¿a qué debemos el honor?

Se dirigía siempre de esa manera a sus padres, era una broma entre los tres que sin falla los hacía reír, porque desconcertaba a la gente alrededor pero no ésta vez. El rostro de los dos estaba extrañamente ensombrecido y él no sabía que decir. Comenzó a notar un aura de preocupación en ambos.

—¿Qué sucede? Ustedes nunca se preocupan por nada, siempre encuentran una solución para todo. Es lo que dice Danny. El lema Dawlish. ¿De qué problema hablan?

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"Samantha's fashion is all about being flamboyant. Sometimes it's a little trashy, and fun. Doesn't take herself too seriously, and she's not interested in the status quo."—Kim Cattrall (Sex and the City featurette)

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No le puso mucha atención a la mujer de las fotografías. No necesitaba hacerlo, con saber que no se trataba de Alice era más que suficiente. Pero lo que dijo sobre Evans la alrmó.

— No estarás queriendo decir que es una de ellos...— No conocía a todos los Potter y a los Weasley, pero sí sabía que eran muchísimos y si la chica de las fotografías se trataba de alguna de ellas, volvería la situación mucho peor. Alice no había tomado bien el saber la verdad, por supuesto había decidido no tener ninguna clase de cercanía con ellos y que Elijah pudiera hacer algo así iba a terminar muy, muy mal.

Los pasos en la escalera la hicieron salir de sus pensamientos.— Tenemos un problema.— Dijo apenas George apareció en la habitación.

@georgelouisthefirst

Siguió a Greta con el periódico en la mano a la chimenea. La casa de su hijo menor siempre se veía impecable desde que sus nietos crecieron. Extrañaba verlos correr hacia ellos apenas llegaban para que los levantaran en brazos. Pensar en el pasado le recordó el primer pensamiento que tuvo al ver esas imágenes que los alteraron tanto.

—¿Sabes, amor? No sé quién sea la mujer de las fotos, pero cuando la vi me recordó a Lily Evans... El mismo color de cabello y todo. No suelo pensar en ellos, pero es lo que vino a mi mente de inmediato.

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— ¿No quieres que se vaya de nuevo?— Preguntó a la bebé, acariciando su mejilla, después de ver cómo se aferraba a Elijah. Desde que fue informada de la situación sabía que algo extraño estaba pasando, y esperaba poder convencer a su nieto de decirle la verdadera historia.

— Bueno, entonces ya somos dos. Quizá esta vez decida quedarse por más tiempo o por lo menos despedirse antes de irse.— Prácticamente había salido huyendo de la ciudad. Nada de lo que pasó seis meses atrás tenía sentido ante sus ojos. — Aunque por el momento me conformaré con que quiera algo más que café y un croissant sin relleno. Esperemos esas malas mañas no te las haya heredado, panquecita.— La bebé se veía más tranquila que unos momentos atrás, lo cuál le alegraba.

Casi sonrió por el recuerdo de la boda, pero pensar en ese día siempre la llevaba al mismo tema que había intentado evitar por los últimos meses. Estaba convencida que fue ese día cuando las cosas comenzaron a salirse de control y la habían llevado a ese momento.

— No tenías por qué quedarte. No tenías por qué hacer nada realmente.— Había firmado los documentos antes de que ella pudiera hacer algo. Estaba asustada por el artículo que había visto en la revista, mismo miedo que la orilló a llevar los documentos al Ministerio. Eliza estaba a salvo, pero metió a Dawlish en muchísimos problemas y se arrepentía de ello.

— No creo que ella vaya a dejarte ir de todos modos.— Eliza se veía muy cómoda con él, lo suficiente como para no querer alejarse de él desde que lo vio llegar.— Aunque creo que es mejor que no sea en casa. No quisiera que se repitiera lo de hoy.— Seguramente ni a su madre ni a sus hermanos les gustaría verlo en casa. Era mejor evitar una confrontación.

Llevó su mano libre sobre la de Eliza, acariciándola con su pulgar. Parecía que creía que se trataba de un juego, aunque ese momento no duró mucho. Se tensó de inmediato al escuchar que ya no estaban solos. Los padres de Dawlish habían tomado todo de muy mala manera. Solo podía pensar en que había sido así por toda su familia.

Asintió con la cabeza, dejándole saber que estaba bien que cargara a Eliza, quien no dejaba de mirarla desde que apareció en su campo visual.

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Aunque su entrevista no era hasta después de medio día, había algunas cosas que quería dejar listas antes de ir. A pesar de que era temprano ya estaba sola en su habitación, pero el ruido proveniente de la cocina le dejó saber en dónde podía encontrar a su esposo.

— ¡Escuché un ding!— El olor llegó hasta ella mientras bajaba la escalera, y lo que fuera que estuviera horneando ya estaba listo.— Creo que comeré un poco de eso antes de envolver los regalos de los bebés.— Era lo primero en su lista de pendientes para ese día. Quería que ambos estuvieran listos así podrían llevarlos con ellos en el auto desde temprano. Tomó su taza de una repisa cercana antes de acercarse a besar su mejilla, pero entonces se dio cuenta que algo pasaba.

— ¿Qué pasó...?— Verlo así de serio tan temprano no podía ser bueno. Muchísimas cosas comenzaron a pasar por su mente en ese momento, pero nada que se acercara ni un poco a lo que tenía para enseñarle en El Profeta de esa mañana.— Mientras más tiempo pase será peor, tenemos que ir.— Cuando las cosas comenzaron a cambiar con Elijah, ella había sido de las pocas personas que le habían dado el beneficio de la duda, y desde que había comenzado a pasar más tiempo con Alice parecía que al fin todo cambiaría para mejor y al menos así lo parecía, pero no había forma de justificar aquellas fotografías y pretender que era algo sacado de contexto. Dejó su taza sobre la isla de la cocina. Llevar el diario con ellos sería necesario. Le hizo una seña con la cabeza para que la siguiera a la chimenea. Era la manera más rápida de llegar.

— ¿Georgie? — Le llamó, pues no parecía haber nadie en la planta baja de la casa.

Después de pagar volvió a ponerse la gorra que había tomado del armario de Elijah esa mañana. Quería mantener esa sorpresa tanto como fuera posible y ocultarse de esa forma parecía la mejor idea. Le hubiera gustado abrazarlo por el cuello con ambos brazos mientras la besaba, pero aún tenía una de sus manos ocupadas con su comida.

— No creo que signifique mucho el que la lleves aquí.— Llevó su mano al mismo sitio donde él había señalado.— Si es que de todas formas vas a llevarme a tu casa.— Respondió, guiñándole el ojo.

Aunque le gustaba conducir, en esa ocasión tomó el lugar del copiloto pues quería terminar su comida durante el trayecto a casa, que tampoco era más largo, lo que les daba más tiempo a solas antes de que tuvieran que ir a casa de su madre. — ¿Me vas a enseñar el interior de la casa o el garaje es todo lo que veré hoy?

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Cuando Robbie le dijo lo que estaba pasando con Elijah y Alice simplemente no lo podía creer. Toda la historia resultaba un poco extraña, más aún el que al parecer su nieto no quería tener nada que ver con Alice y la bebé que esperaba, pero comenzó a involucrarse de nuevo solo para irse por varios meses y firmar para renunciar a todos sus derechos sobre la pequeña.

En ese momento decidió que lo mejor era mantenerse al margen para no convertirse en una molestia para Lizzie, aunque seguía de cerca cualquier clase de noticia.

Y como si el destino quisiera que estuviera al tanto de todo lo que sucedía, uno de los elfos le dejó saber que precisamente Elijah, acompañado de Alice y la bebé acababan de llegar a la cafetería. Era algo que tenía que ver por sí misma.

— ¿Aquí? ¿En mi propio lugar? Debió ser una gran sorpresa, panquecito.— Respondió, acercándose a la mesa, aunque sí había sido una gran coincidencia que ese día en específico se encontrara ahí. — Lo que sí es raro es que no vengas aquí sólo y solo para llevarte algo para comer en el camino.— No solo estaba en el lugar con ambas, también tenía en sus brazos a la pequeña.— Y esta panquecita debe ser Eliza.— Se acercó lo suficiente para poder acariciar su mejilla.— ¿Puedo?— Preguntó a su madre, antes de tomar a la bebé en sus brazos.

@ally-potters

Miraba a Eliza durante el camino cada vez que el semáforo se lo permitía, atenta por si comenzaba a inquietarse o a quedarse dormida, pero lucía bastante tranquila aunque no fuera en su silla.

Al llegar el lugar y estacionar el auto, tomó de nuevo la pañalera de la bebé en caso de necesitarla. Era prácticamente imposible saber cuándo sería necesario un cambio de pañal o de ropa.

Al entrar al establecimiento, rápidamente los llevaron a una mesa lo suficientemente alejada de los demás para tener un poco de privacidad. Agradeció eso mentalmente. No le gustaba sentirse tan expuesta cuando la bebé estaba con ella.

No pudo evitar sonreír al ver a Eliza estirar los brazos hacia los elfos. Parecía que no se había dado cuenta de nada de lo que pasó con Fabian, cosa que agradecía, aunque ella aún se sentía un tanto angustiada.

—Para mí las crepas con fresa y crema y una limonada por favor.— En ese estado prefería pedir algo más ligero que de costumbre. Ni siquiera podía asegurar que terminaría su plato.— Siento lo de hace rato, nada de eso debió haber pasado.— Se sentía terriblemente mal por toda la situación. Además de haber pasado meses fuera de casa, su familia no lo estaba haciendo nada fácil por algo de lo que él ni siquiera era culpable.

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CANDICE KING in Christmas in Tune (2021)