caladamarga

[caladamarga]

poema dadaísta, trabajo.

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pensamientos en el andén, 07/04/2025.

en el andén, en los vagones del tren de mi alma, en las vías que recorren desde mi caja torácica hasta mis costillas. cuando la civilización se olvida de sí misma y el metal chirría como una bestia cansada del peso constante, mi mente se desliza hacia ti. te doy forma con el delirio: una silueta frágil, hecha de carne blanda y huesos que imploran romperse. no te deseo, no. deseo el acto mismo de destruirte, de poseerte hasta que dejes de ser tú y te conviertas en lo que yo he decidido que seas.

las ganas de consumirte no me matan, me perfeccionan. quiero reducirte a instinto, hacer que tu hambre arda solo por mí. quiero que me devuelvas la mirada sabiendo que no escaparás, que naciste para ser devorado al igual que yo, al igual que mi devoción por tu carne no es algo tan solo primitivo.

anhelo ser tu cordero no por sumisión, sino por el goce perverso de ofrecerme. quiero que me muerdas el cuello no por pasión, sino por necesidad. arráncame la piel con lentitud, haz de mis vísceras un altar para ti. que mi corazón palpite fuera de mi pecho, un órgano inútil, aún leal. mi sangre escribirá tu nombre no por devoción, sino porque no me dejaste otra salida.

en una bocanada me quiero asfixiar, no por placer, sino por castigo. respirar el almizcle de tu colonia hasta que mi identidad se disuelva, hasta fundirme contigo como una plaga que no distingue huésped del invasor. no deseo ser parte de ti, deseo incrustarme. ser un tatuaje que se infecta, una marca que no puedas quitar sin arrancarte la carne.

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electrizante, magnético, envolvente, intimidante.

atractivo, porte, elegancia, seguridad.

movimiento, onda, fluir.

fuerza, delicadeza, gracia, clase.

suavidad, nerviosismo, persistencia, valentía, dulzura.

desmenuzado en mi propio cadáver exquisito,

construido con recortes y el atisbo claro

de una noche de resiliencia serena,

de aceptación sin rendición,

de una certeza callada que fluye en mis venas,

y que también fluirá en tu caja torácica.

voy a abrirte,

partiendo por la caja que protege tus latidos,

descendiendo hacia el fruto tibio de tus emociones,

recogiendo lo áspero, lo dulce, lo que duele.

porque sentir, incluso cuando quema,

es el último acto de rebeldía.

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en una prosa dolorosa intento buscar

aquello que no fuimos capaz de crear

la suavidad, el dolor y la fragilidad

esa que se rompe cuando te mueves con frialdad

olas del mar existen en nuestro latir

ese pequeño mártir, ese atisbe de siquiera vivir

existir, ¿es posible en un mundo donde careces de elixir?

guárdame, atesora el cachito de lo que alguna vez fui

entre dolor y pena, entre angustia y melancolía

no hay día que sueñe contigo, no hay día

no existe el hoy, no existe el mañana, no existe el amor

tal vez asimilaré que el cariño fue mi más grande error

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aún después de dos años, sigues habitando cada uno de mis sentidos.

pienso en tu sonrisa, en esa naturalidad con la que te desenvolvías entre los demás, como si captar su atención fuera un reflejo inconsciente, una tarea que llevabas a cabo sin esfuerzo. siempre amaste esa mirada sobre ti, la confirmación de un talento que todos aseguraban que heredaste sin siquiera buscarlo.

es curioso pensarte después de tanto tiempo, tú siguiendo tu camino y yo el mío. nunca hubo rencor, solo preguntas sin respuesta. espero que un día logres perdonar lo que dejé en ti, aunque nunca busqué culpables. solo intento comprender en qué momento se quebró aquello que nos unía.

veo tu mirada y es como un eco distante: aún brilla, pero con un cansancio que antes no tenía. duele saber que ya no te conozco, que aquella ternura en tu expresión se ha desvanecido hasta volverse apenas una sombra de lo que una vez me enamoró. duele verte desde la distancia y saber que tomaste caminos que jamás quise para ti.

el dolor es inherente a la existencia. venimos al mundo con el peso del desprendimiento, con la angustia de perder lo que creíamos nuestro. asimilar tu ausencia duele, pero está bien. no me duele esa ausencia en cuanto presencia; me duele tu ausencia en cuanto tu esencia.

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¿qué es lo que hace realmente una amistad valiosa o cercana? es una pregunta que me he planteado durante muchos meses de mi crecimiento. desde que tengo memoria, he intentado encontrar una respuesta en mis diversas experiencias al momento de haber hecho un/a/e amigo/a/e.

nunca le encuentro un sentido a dicha interrogante. jamás me planteo si mis amigos realmente lo son si hablamos desde la etimología de la palabra “amistad”. según una pequeña búsqueda, amistad es una palabra que proviene del latín amicĭtas, amicitātis, que a su vez deriva de amicus (amigo). el término amicus proviene de la raíz “am-”, relacionada con el verbo amare, que vendría siendo “amar”.

y el desglose quedaría en lo siguiente:

• amare: amor, el acto de amar o mostrar afecto.

• amicus: persona querida o cercana, un amigo.

• amicitia: relación amistosa, afecto entre amigos.

amistad proviene de palabras que, en su base, es “amor”, teniendo un desglose que me hace pensar sobre el hecho de que tener una amistad es, automáticamente, una relación amorosa. pero claro, cuando uno dice la palabra “relación” piensa en una pareja, en un/a/e novio/a/e.

pero con esto planteado, ¿alguien que no me ha dicho de forma implícita que me ama no es mi amigo? es decir, amigo proviene del latín amicus, como se mencionó anteriormente, y esto tiene raíz en el verbo “amar.” ahora que lo pienso incluso, está el dicho donde dicen que las acciones valen más que mil palabras, por ende, tal vez con una acción que mi amigo/a/e haga, me sentiré amado por él/ella/elle.

reflexionando y leyendo las palabras que he puesto por aquí, tal vez, y solo tal vez, no me sienta amado por algunas amistades que he tenido alrededor de mi mísera existencia. es decir, ¿es capaz uno de sentirse amado por alguien que ni siquiera piensa en cómo te sientes? en que si se van sin decirte nada, tú seguirás allí: callado, esperando a que vuelvan a escribirte o, en su defecto, volver al mismo círculo vicioso que es difícil de escapar.

mis conclusiones siempre nacen de emociones negativas, y siempre llego a la misma idea: soy la persona más permisiva en cuanto al amor. recuerden, el amor en esta ocasión es de un amigo a otro, pero también aplicaría hacia los otros tipos de amor que existen en esta vida. es gracioso y triste no sentirte amado, no sentir que alguien genuinamente pensará que eres la persona más increíble que ha podido llegar a conocer en su vida.

tal vez, solo tal vez, deba pedir que se vayan en silencio y que, si deciden regresar, lo hagan amándome y demostrándome que soy uno de sus amores más valiosos. no amándome como una pareja, sino como esa persona tan genial que dicen que soy. que si fuese tan talentoso como lo expresan, tal vez, solo tal vez, tendría el talento de hacer que no me corrompan y me dejen a un lado.

¿es posible ser un amigo sin tener amor? tal vez, porque siempre he sido el amigo que ama y he sido proclamado como amigo, pero no me siento amado en lo absoluto y siento que la etimología planteada es incorrecta.

¿o tal vez el verdadero defecto seré yo?