ceibo-y-jacaranda
ceibo-y-jacaranda
Ceibo y Jacarandá
2 posts
Don't wanna be here? Send us removal request.
ceibo-y-jacaranda · 1 year ago
Text
Cuando (casi) me quedé encerrada en un shopping
Trabajaba en el Kentucky Fried Chicken del shopping Alto Palermo, en la ciudad de Buenos Aires. Era la que hacía las papas. Mi puesto se llamaba "Sándwich y acompañamientos".
Me reí como esculapia la vez que nos entregaron una ficha con nuestros nombres y puestos asignados, y encontré el mío junto a la palabra mayúscula SANDWICH. Tan simple, tan confuso. Pero paso a explicar la jerga empleadoradecomidarápida: Yo estaría a cargo de hacer los "sandwiches" (hamburguesas) y también de preparar los acompañamientos para dichas hamburguesas en combo. Este restaurant en particular se destacaba por tener más de un acompañamiento a una hamburguesa: además de las papafritas, estaban las opciones de ensalada, puré con gravy, y choclo. Sí, un cacho de choclo. Al pasar los años, al día de hoy creo que sólo dan papas y sacaron los otros acompañamientos. El mercado argentino no estaba preparado para las hamburguesas con choclo. Pero esto no es un paper sobre las posibilidades de producción de acompañamientos de hamburguesas en el mercado argentino, esto es una anécdota sobre cómo me quedé encerrada con el gerente. Así que continuaré.
La historia sobre cómo conseguí este trabajo, y las muchas vivencias alocadas en el mismo (como cuando cortaba choclos o el día que metí el dedo en la freidora) serán protagonistas de otra entrada de blog. Las menciono porque es inevitable que vengan a mi cabeza, queriendo ser reproducidas. Esperen! Tendrán su turno. Quise contar esta primero, porque en estado catatónico de depresión, me hizo sentir invisible. Como algo pasable, olvidable, algo en lo que nadie repara nunca. Sí, estoy muy mal escribiendo esto. Por más que el recuerdo de los choclos se inmiscuye para sacarme sonrisas pasajeras. Tengo un autoestima empobrecida, y cuándo me pongo a reforzar el por qué de esa autoestima, miles de recuerdos al mismo tiempo giran en mi mente, y cortocircuito me causan. El de la luz poniéndome las zapatillas, me desespera como ese mismo día. Pero he aquí el contexto:
Cierre de local. El shopping ya está cerrado hace dos horas. Sólo quedábamos limpiando los pobres empleados de cocina, explotados hasta el último segundo del día. No sé si quien lea esto conozca el tamaño del local al que me refiero, pero sino, les invito a visitarlo. El KFC de Alto Palermo fue una de las primeras sucursales de esa franquicia en el país. Y supongo que por ello, una de las más grandes que vi. Incluso la cocina era enorme. Y no lo digo para halagar esos lugares del averno, lo digo para representar lo extenuante y odiosa que era la tarea de limpiar los pisos. Porque, inocente aquel que crea que un puesto de trabajo en cocina se refiere sólo a cortar verduras y mover sartenes al fuego (De hecho, estuve en tres trabajos de cocina y nunca toqué una sartén). No, ser empleado de cocina no sólo es cocinar, es ser un sirviente. Es limpiar todo un local, solo con tu fuerza de voluntad, tu autoestima cagada a gritos y una mopa que nunca limpia bien. Una vez limpié una baranda de exteriores con un trapito húmedo. Había que limpiar cada barra de hierro, cada esquinita. Nada de polvo. La baranda estaba detrás de una escalera mecánica, nadie la veía jamás. Pero bueno, si el lugar no explota de gente algo encontrarán para mandarte a limpiar. Cómo odio el mundo gastronómico. Pero, también, este no es el paper contra la gastronomía que escribiré algún día (but not this day!). Proseguiré.
Era el cierre del local, pura limpieza a dos manos, meticulosa y vigilada por el gerente de turno. A esa altura de la jornada, solo queda un empleado por cada sector, para limpiar y dejar todo perfecto a la apertura del día siguiente. Apagar máquinas, tirar sobras y horas y horas de ✨limpieza extrema✨. Suelen poner música con el celular de algún compañero, generalmente reggaeton, y hay un ambiente algo más distendido del que hay con la clientela presente. Pero, no lo suficientemente distendido, porque el gerente rodea las aguas como un tiburón, con su aura de vigilante capitalista sobre sí, llevando consigo el horror. Uno cree que ya está, y pasa a recordarte que le pases un trapo al horno. Al horno recién apagado. Y que metas mano entre los metales cortantes, para sacar esa miguita escondida que nunca nadie vio. Y qué es esa manchita en la pared?? Buscá un trapito y desinfectante, y metele hasta que tu estación quede impecable. Es lo mínimo que podés hacer por tu compañero de apertura mañana! (Nota: a tu compañero le va a chupar un huevo. Incluso si puede busca él alguna miguita para notificarle al gerente y serrucharte el piso. Pero ey, eso va en otra entrada sobre vicisitudes sobre tener compañeros de mierda, en otra entrada!)
Ya siendo hartas horas de la madrugada, todos pudimos terminar con nuestros sectores y cerrarlos. Pim pam pum. Cada cual se va a cambiar y retirarse, aunque falta lo peor: el pobre esclavo que encima que limpió todo un sector de pe a pa, le toca como regalo hacer el piso !! Siii. Porque obvio que durante la limpieza de sectores todo el mundo va de un lado al otro, pasás para llevar cosas a 🔥la bacha🔥 (lugar terrorífico si los hay)... El piso es lo último que se hace. Y en este tipo de locales hipercapitalistas superexplotadores, no se las ingenian para repartir equitativamente las tareas. Acá todos harán todo. Y el piso era algo al azar, a ver qué le pintaba al gerente. Como boluda, fui a avisar que terminé mi sector y me iba, y ahí me dijo el hijo de re mil puta que me tocaba hacer el piso.
Se fueron todos mis compañeros juntos, y quedé yo mi gerente presunto cocainómano. Tengo un par de anécdotas con él, otro día las cuento. Cuestion que agarré la escoba, la pala y el lampazo (el león, la bruja y el ropero) mientras el presunto adicto de mi jefe iba a hacer cosas de jefe a la oficina (o aspirar cosas, qué sé yo).
Quedé sola frente al local vacío.
Primero la escoba, después el trapo. Por todo el piso. Me tomé el tiempo de barrer bien y despues pasé el trapo, que no era trapo sino lampazo, paso a paso por todos los sectores. Porque hay que pasarlo una vez, bien húmedo para aflojar manchas y cosas pegadas, y despues estrujarlo en el tacho y pasarlo para secar, volviendo a estrujarlo hasta que el piso quede seco. O así se hacía con los superiores vigilando y durante la jornada laboral. Cuando ya todos se van, y el piso tiene tiempo de secarse solo durante las horas que pasará cerrado el local, no había que hacerlo tan exhaustivamente. Pero yo, boluda, no pensé en eso. Sí tuve la intuición, la idea soberbia de la wachada, del "ya fue", del "no hay nadie, hacelo así nomás". Pero siempre batallé internamente con estas cuestiones de viveza criolla, porque siempre traté de actuar "bien". Al pedo, pero siempre me exigí hacer todo correcto. Lo cual estuvo mal, porque a veces hsta en lugares donde hay un "superior" cerca, si te dan la espalda medio~ te habilitan~, o hay un contrato tácito, a que hagas todo así nomás. Al menos durante los cierres. Todos se quieren ir lo más rápido posible. Y yo también quería, pero pensé que mi responsabilidad de limpieza de pisos era más importante que mi apuro. Yo era un Minion con una misión, no pensé como ser humano. Bueno, miento, sí pensaba en que me estaba costando mucho y la putamadreporqueyooo pero en ningún momento se me pasó decir "yafue, hasta acá". Solo hice todo el piso, como se me pidió, y tardé lo que tuve que tardar.
En ese momento, dejando utensilios de limpieza en un rincón, noto horririzada que el gerente no anda cerca. Por suerte mi horror dura unos segundos, porque el flaco aparece. Pero me mira extrañado, y pregunta "sigue aquí??". Le contesto que recién termino. "Pensé que ya se había ido". Me siento horrible (<<tan lenta soy 😭❓>>) y a su vez desconcertada (<<había que limpiar el piso, no era algo rápido 😬😶 o sí? Soy mala hasta para limpiar un piso?>>). Justo él se iba tmb (<<alguna vez alguien se quedó hasta cuando se va el gerente?? Debo ser la más lenta del mundo>>) asi que fui al vestuario con la peor de las ondas (<<el chabón se estaba yendo, de pedo lo encontré, me iba a dejar acá?? Paso TAN desapercibida?>>).
Aquí empieza lo peor. Contexto: Empleado de cocina es empleado con uniforme. Más los de comida rápida, con esos pantalones de tela horrible, cinturones, chombas feas feas. Uno se lleva ropa de civil para cambiarse, aparte de sus pertenencias. Y esas había que ir a buscarlas a los lockers del vestuario.
Los vestuarios del local KFC de Alto Palermo no quedan ni remotamente cerca del local en sí. O al menos mi recuerdo es que hay que meterse por un pasillo, y subir una escalera, que da a otro pasillo donde encontras el vestuario de chicas. Dato, el gerente si es que tenía que buscar algo iba al vestuario de chicos, no sé si él ya tenía sus cosas pero lo importante es que sea como sea no me vio más desde que di un paso al pasillo. Subí, apresurada por querer irme pero no a las corridas (pues precaución ante accidentes). Llegué al vestuario, y quise cambiarme. Hoy que lo pienso, grave error. Son casi las 3 am, salí así nomás a quién le importa?? Pero bueno, era rutina, no sé. Mínimo cambiarme el pantalón ese. Me saqué las zapatillas y el pantalón, cuando el vestuario de un golpe se quedó a oscuras. Agarré mis cosas y corrí al pasillo que tenía luz. <<El hijo de puta está apagando todo y yo sigo acá>>. Me senté en un escalón, a mínimo ponerme los pantalones y zapatillas devuelta, no podía correr en pelotas por el shopping. Sentada, apurada, con miedo a quedarme encerrada, me pongo las zapatillas y cuando trato de atarlas asi nomás, se apaga la luz de ese pasillo. El microsegundo viendo mis zapatillas iluminadas por un fragmento de luz de un pasillo lejano, pensando en que van a cerrar el shopping conmigo adentro, fue fatal. Y adrenalínico, pero más fatal que otra cosa. Pensé en gritar, pero como digo, lugar enorme, ni ahí me iba a escuchar. Ni siquiera sabía dónde estaba este forro, apagando una por una las luces sin chequear que yo me haya ido. Debería haber corrido apenas lo saludé para irme. Pero ni corriendo hubiese llegado a que no me apague las luces, qué le pasaba?? No todos íbamos a la velocidad merquera a la que él iba. En fin, puteando en voz alta (total, la adrenalina me llenaba de ira) me calcé como pude y salí a oscuras del local, con todo el shopping apagado, sin rastro de mi puto gerente. Las escaleras mecánicas estaban apagadas, corrí haciendo cardio tres pisos (datoo: El KFC está en el tercer piso, que en realidad es una escalerita eléctrica más, técnicamente cuarto piso. Ah y los vestuarios un piso MÁS arriba!).
Llegué a las puertas y para mi horror estaban CERRADAS. Se veía la calle afuera pero no tenía cómo salir. Fue un microinfierno, porque en menos de un segundo vi a mis compañeros afuera (me habían esperado 🥹🥹) y una chica, Julia, que era re capa, le hizo señas al guardia (yo ni había notado al guardia, que estaba ahí adentro del shopping) para que me abra. Le di gracias al guardia, gracias a mis compañeros y fuimos todos juntos a tomarnos el 152. Éramos todos de zona norte y nos habían contratado para un KFC nuevo en Unicenter (ya no es nuevo). Hasta la inauguración, íbamos a "entrenar" al Alto Palermo. El peor mes de mi vida. Igual los meses en Unicenter tampoco fueron distintos, pero bueno, era otro ambiente. Mucho más chico, entre empleados que ya nos conocíamos, y con unos lockers mucho más cercanos al local (arriba, apenas una escalerita). Nunca más volví a quedarme atrapada en un shopping.
Ah pero la sensación de correr a oscuras, de que todos se vayan y a nadie le importe ni note que yo sigo ahi... Fue feo. Aunque la contrapartida de que mis compas me esperasen es como la luz al final del túnel. Las soluciones siempre son colectivas. Sólo que en mi mente depresiva soy sólo una voz, sin escuchar a las demás. Y me encierro en mi pobre ser solitario, cuando en realidad no estoy sola. Pero no estarlo cuesta asimilarlo cuando en tu mente siempre lo estás.
Gracias Julia, gracias compañeros de la segunda tanda de empleados en entrenamiento para la inauguración del KFC de Unicenter. Julia era la más iconic, pero tmb estaban Dany de acompañamientos, Nico Sandwich (aunque se fue altoque porque sólo quería ahorrar para una cámara de fotos), y todos los demás que no recuerdo bien nombres pero sí caras, gestos e historias. Por ustedes fui Pau de papas, y tuve una etapa en mi vida bastante fructífera.
Pau de papas sería una de mis Eras, si tuviera un tour a lo Taylor Swift. Pau de papas tiene mucho que contar, pero hasta aquí llegó esta anécdota.
La empecé triste pero fui recordando el poder de la unión de los trabajadores (gracias Julia y demás por esperarme) y me consoló esa parte del recuerdo. Aunque cuando esté triste sólo me concentre en mi soledad y el sentirme invisible por un puto jefe que se fue sin mi. Que apaguen las luces cuando todavía no te fuiste no es algo lindo, menos para una teatrera (en todos los sentidos de esa expresión) como soy yo.
0 notes
ceibo-y-jacaranda · 2 years ago
Text
Tengo que permitirme vivir aunque me de vergüenza. Los árboles mueren de pie. Quiero ser uno.
De ahí el nombre de este blog: De una idea. Sobre compartir ideas. Que sean más largas que un tweet. Y más recónditas. En un tumblr secreto, e irónicamente público. Con un nombre inspirado en árboles. Un blog que quizás nunca sea leído, pero que morirá de pie (online).
Espero usarlo, y no colgar como con todos mis demás proyectos. Quiero escribir. Debo escribir. No decido si hacer ficción o usar esto de diario. O hacer ficción con mi vida. La pensé! Pero mmm... Y si lo ve alguien? Y así, con dudas, vuelvo al punto inicial.
0 notes