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Almas en un caparazón
La verdadera esencia de cada persona se encuentra en su Ser, en lo que tiene dentro, en su alma. El cuerpo que lo conforma es simplemente un caparazón y un préstamo de la vida para poder vivir experiencias increíbles.
Así que yo decido la edad que tenga en el momento que yo quiera, si estoy jugando con mi hermana tendré 10 años, si tengo que tomar una desicion importante tendré 25, si quiero cuidar a mis amigos o a mi pareja tendré 40 y si le tengo que dar un consejo de vida a alguien tendré 70, no hay límites.
No tienes que actuar siempre de la misma edad.
Disfruta, diviértete, experimenta y vive.
Pará eso es la vida.
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Dale una vuelta a tu publicidad
Las figuras retóricas pueden ayudarte a darle un contexto, una visión y un mensaje totalmente diferente a tu publicidad. Así como también demuestra originalidad, frescura e innovación.
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SOMOS COMO BORREGUITOS
Mi opinión no es objetiva ni ninguna la es, ya que nuestras opiniones se van transformando junto con más opiniones y se convierte en un loop.
Anteriormente, cuando todavía no existían las redes sociales las opiniones se iban formando por comentarios de las personas con las que vivíamos, personas del trabajo, de la escuela, etc. Sin embargo, aunque en la actualidad también sucede esto, existen las redes sociales. En donde las personas pueden hacer pública su opinión y cada persona van haciendo sus propios ideales sobre eso, ya sea a favor o en contra. A lo que me refiero con todo esto, es que en general siempre hemos sido como borreguitos siguiendo las opiniones de los demás sin siquiera cuestionarnos el por qué pensamos así.
Así que la próxima vez que des tu opinión sobre algo, piensa en si realmente es tuya o es un conjunto de opiniones sin argumento de más personas.
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ME ENCANTÓ CONOCERTE
Hace unos meses estaba llegando de mi casa, como siempre cansado, sin ganas de hacer nada. Hacía lo de siempre, calentarme esa sopa fría que hab��a hecho días antes, revisar mi correo, darle de comer a mi gato, entre otras cosas. Pero ese día fue diferente, en cuanto llegué, escuché que tenía un mensaje en la contestadora. Tomé el teléfono para escucharlo, cuál sería mi sorpresa, mi mamá tenía cáncer, se me llenaron los ojos de lágrimas. Hacía años que no hablaba con ella después de aquella discusión con mi padre. No supe como reaccionar, me sentía culpable, culpable por no haber pasado más tiempo con ella, culpable porque nunca le volví a llamar y culpable porque ahora ella iba a morir. Tenía que hacer algo, así que tomé el primer vuelo que salía de la Ciudad de México a Querétaro. Cuando por fin llegué a mi antigua casa, sentí mucha nostalgia, tenía mucho que no estaba ahí y prácticamente allí había crecido, solamente que la vibra era diferente, algo había cambiado. Todo se volvió un poco gris, se sentía la tristeza por todas partes. Cuando por fin me atreví a tocar la puerta principal, salió mi padre y no dudó en abrazarme, me dijo que me había echado de menos y que en verdad todo este tiempo me había necesitado como a nadie. No pude evitar llorar, me sentí feliz pero triste porque tuvo que haber pasado algo así para que por fin pudiéramos hablar con honestidad. Tras una larga escena sentimental le pregunté qué en dónde estaba mi madre, a lo que me respondió que estaba en el cuarto principal, acostada. Subo las escaleras de mi casa, empiezo a observar todas las fotografías familiares y me pongo más sentimental. Antes de abrir la puerta, tomo aire profundamente. Cuando me vio mi madre, no pudo evitar sonreír como siempre lo había hecho a lo largo de mi vida, cuando hacía alguna travesura, cuando llegaba tarde a mi casa, cuando llegué con mi primer tatuaje sin permiso, esa sonrisa de aceptación y de amor que siempre tenía. Me acerqué a ella y la tomé de la mano. Hablamos un rato tratando de evitar el tema del cáncer hasta que ella espontáneamente me dijo… “No es nada que pueda controlar, puedo hacer las paces con eso, es más fácil seguir la corriente de ese río en particular que tratar de luchar contra él, no existe esa posibilidad, vamos a morir todos.” Al escuchar esas palabras, me quedé paralizado, sin saber qué responder, por fin teníamos que afrontar lo que estaba sucediendo. En ese momento me acordé de una meditación muy sabia y le dije “Lo sé, y ese dicho, no sé de dónde viene pero habla sobre que la meditación es preparación para la muerte”, mi madre pensativa me respondió “Creo que es verdad, la meditación es una práctica espiritual que nos prepara para la muerte, pero también sólo si miras al mundo las cosas aparecen y desaparecen y los humanos son parte fundamental de eso, los humanos aparecen y desaparecen fuera de la faz de la tierra, eso pasa ¿sabes? A nuestros egos los personalizan y nos consideramos casos especiales pero en realidad no lo sabemos. Somos parte del todo y todo en el todo se transforma todo el tiempo, cambia de forma, transfigura.” En ese momento me di cuenta que esto estaba en realidad pasando, siempre quise ver la muerte como algo muy lejano a mi, algo que solamente pasa en las películas y es ficticio pero, ahora mi madre estaba muriendo y tenía que afrontarlo, sabía que no iba a ser fácil. Ella se incorporó y me abrazó, ese abrazo se sentía diferente, como si fuera una despedida. Y desde el fondo de mi corazón le dije “Tu eres un caso especial”, ella comenzó a reírse y me dijo “Es porque soy tu mamá”. Los dos comenzamos a reírnos como en los viejos tiempos, tan sólo en ese momento era como si nada importara, sólo estábamos ella y yo viviendo el presente. Después de las risas le dije “No, sé que esto transfigura, lo sé pero no hay forma de detener un corazón roto, ¿qué haces al respecto?”. De repente empecé a sentir un nudo en mi garganta y un dolor muy fuerte en el pecho. Mi mamá se dio cuenta y me dijo “Pues lloras… lloras”. Esas fueron las palabras que necesitaba oír para soltarme en llanto, ella comenzó a llorar también y nos abrazamos muy fuerte. Nos quedamos ahí un buen rato hasta que de repente dejé de escucharla, cuando levanté la mirada, supe que ya no estaba con nosotros, le agarré la mano muy fuerte y le dije "Cualquier cosa que digas, la creeré".
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El viaje a la playa
Yo siempre he sido de la ideología que la mayoría de las personas, vive en esta mentira de que es feliz, de que está bien pero, ¿Acaso saben o han sentido la felicidad? ¿Realmente las personas se toman el tiempo de auto cuestionarse si son felices? Una cosa es que tengamos momentos, recuerdos, situaciones felices y otra cosa es que seas feliz todo el tiempo.
Yo me considero una persona muy simple, que no necesita de mucho o muchas personas para sentirse completa. Es por eso que al leer las palabras "Ahora, soy feliz" me acordé de un momento en que me sentí plena y completa con algo muy simple y genuino.
Es impresionante cómo llega un punto de tu vida en el que te das cuenta que todo lo que alguna vez viviste, ahora es solamente una bola de recuerdos que no puedes recuperar jamás, simplemente se queda en la memoria que alguna vez se desvanecerá. Tengo muy presente el recuerdo de cuando íbamos a Acapulco mi papá, mi mamá y mi hermana menor. Tal vez no éramos la familia perfecta, pero en ese momento desde mi perspectiva sí lo éramos. Recuerdo que mis papás tenían un costalito donde ponían el cambio que les sobró al final del día y cuando íbamos a Acapulco, pagaban las casetas con todo ese cambio. Cómo algo tan simple como guardar las monedas que te habían sobrado, se iba a convertir en un gran recuerdo. En ese momento no me daba cuenta de lo feliz que era, hasta este momento que lo estoy recordando es cuando puedo decir que cuando somos pequeños todo es muy simple. Tienes a tu mamá que todo te hace, tu papá que te lo pintan como si fuera perfecto porque es el que sale a trabajar para mantener a todos y a tu hermanita menor que es un simple bebé pero que no sabes que se va a convertir en tu compañera de vida.
Son los recuerdos momentos, los más simples los que realmente te dejan marcado y al recordarlos sabes que fuiste feliz.
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Todos somos un lienzo en blanco
A lo largo de los años, nos hemos olvidado de los tabús y hemos aprendido a abrir nuestra mentalidad de tal manera que ahora existen muchísimos géneros y eso no tiene nada de malo. Pero debido a las generaciones pasadas, todavía es muy difícil lograr la aceptación de la sociedad. Algo que personalmente creo es que la sociedad o quien sea, no debería de ponerle etiquetas a los demás, nosotros nacemos como un lienzo en blanco, y solamente nosotros podemos ir pintando en el lienzo. ¿Por qué a fuerza tienes que decirle a las personas tu género? Al final ellas te tienen que querer por tu persona y no por otra cosa. Sonará muy feo pero honestamente creo que todos vamos a poder vivir libres y sin estigmas hasta que las generaciones pasadas, ya no estén en este mundo.
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Do it or don't but DON'T TRY IT
Los seres humanos tenemos esa costumbre de decir que lo vamos a intentar, que "ahorita" hacemos equis cosa y terminamos procrastinando. Esto nos impide disfrutar los momentos. Lo que tenemos que hacer es dejar de pensar en el que dirán, en qué pasará y simplemente HACERLO.
Si hay algo que genuinamente no queremos hacer, sentiremos paz cuando decidamos no hacerlo. Si por el contrario sentimos culpa o ansiedad al evitar esa actividad, estamos perdiendo el tiempo.
Lo más importante y lo que tenemos que hacer es ir a la raíz del miedo, y esto implica sentir nuestras emociones y explorar lo que sentimos en relación con esas tareas que no queremos realizar.
Mirar de frente esas cosas que no tenemos ganas de hacer y mirar qué emociones y pensamientos tenemos asociadas con ellas es una gran práctica espiritual.
Al mirar nuestra resistencia, podremos ver nuestros miedos e inseguridades que se esconden debajo.
A veces veremos miedo al fracaso, a veces encontraremos patrones de autosabotaje basados en la idea de que no merecemos. A veces veremos miedo a no ser lo suficientemente buenos. Otras veces, simplemente encontraremos que lo que estamos haciendo realmente no está alineado con nuestro propósito de vida y que hemos adquirido compromisos que en fondo no queremos cumplir.
Sea como sea, ver estos miedos de frente es un gran paso para conocernos y crecer internamente.
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Viendo las cosas por primera vez
Hay días que me despierto sin ganas de nada y hay días que me despierto con ganas de todo. Hay días que me despierto con ganas de derramar amor, pero hay otros en los que soy la persona más apática de la vida. Hay días que me despierto con ganas de ver a mis amigos pero hay días que quiero estar sola. Hay días que me despierto con ganas de hacer ejercicio, otros que solamente quiero quedarme todo el día en mi cama. Hay días en los que extraño a las personas que se fueron de mi vida pero hay días que agradezco que se fueran. Así soy yo, a veces ni yo me entiendo.
Me he puesto a pensar que la mayoría de las personas que mueren, unos minutos antes empiezan a ver las cosas de manera diferente. Como si realmente abrieran los ojos después de tanto tiempo y por fin pudieran estar realmente presentes. Empiezan a contemplar las cosas como si las estuvieran viendo por primera vez. Las personas necesitan aprender a vivir sus días, como si fuera el último. Así disfrutarían cada minuto de su vida y dejarían de preocuparse por cosas que realmente son inútiles.
Por eso es que mi último día de vida, realmente son todos mis días. Tener la capacidad de despertarme todos los días y ver mi cuarto, el cielo, mis gatos como si fuera la primera vez que los viera. Apapachar a mi familia y a todas las personas que amo sin miedo. Ser totalmente yo sin importarme qué es lo que dirán, que llegue la noche y saber que aunque no despierte al otro día, estoy en paz y satisfecha por cómo es que viví ese día.
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Psicología de la publicidad
¡Hola bebés!
¿Alguna vez has sentido alguna emoción o sentimiento por alguna campaña publicitaria? Normalmente, todo lo que vemos los seres humanos, siempre nos evoca alguna reacción, ya sea felicidad, enojo, tristeza, rechazo o algún otro. Esto es porque la publicidad tiene la capacidad de adentrarse en nuestra mente al hacernos recordar momentos que nos hicieron sentir algo en nuestro pasado, y de esta manera llegar a sentirnos identificados con lo que estamos viendo.
Mucho amor y paz para todos.
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Tabúes
¡Hola bebés!
Existen cientos de tabúes en nuestra sociedad, muchos de ellos están desapareciendo pero otros persisten. La publicidad ha influenciado de una manera significativa para que los tabúes que existen, puedan desaparecer informando a las personas y provocando un impacto social muy fuerte. Ésto debido a que la publicidad, logra darle un enfoque diferente a las ideas. Actualmente, algunos tabúes que han ido desapareciendo gracias a la publicidad que se les da al hablar de ellos son la comunidad LGBTI+, Feminismo, Menstruación, Relaciones Sexuales, Salud mental, entre otros.
Mucho amor y paz para todos.
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