clautorrescuevas
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Una mente con mal viaje
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No soy poeta, no soy escritora, ni cuenta cuentos, solo soy una cibernética profesional en ponerme de cabeza.
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clautorrescuevas · 6 years ago
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Ansiedad es
Nadie me enseñó o me habló de lo que era la ansiedad, desde pequeña padecí de migraña y gastritis. Simplemente me decían y siguen diciendo que fui “adulta” desde menor. Mis preocupaciones y ocupaciones eran aparentemente muy diferentes a la de niñxs de mi edad.
No sé aún identificar por qué me hacía sentir interesante  u orgullosa cuando podía presumir que siempre me estresaban cosas antes de que pasarán; lo que para algunos es que siempre fui precavida, para mi es un status de vida en la que aleatoriamente pienso en todas las posibilidades de situaciones antes de que sucedan. Es decir sufro de “futuro excesivo”.
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Cuando era pequeña me acuerdo que me rascaba mucho la frente cuando estaba nerviosa sin darme cuenta, tenía costras o la frente roja. Después empecé a notarlo y a cuestionarme sobre mi adolescencia , si esa era mi forma de querer “ llamar la atención”, por mi cuenta. Así que empecé a observarme y a intentar encontrarle un sentido a este acto repetitivo. Siempre estuve desde mi perspectiva generando estar rodeada de gente creativa en diferentes áreas, por eso de mi fascinación por la multidisciplina en mi vida. Para mi las clases de actuación o de música eran necesarias. Mi abuela que murió cuando tenía 10 años, era pastelera y le decía a un amigo que si mi vida infantil en recuerdas la contará de una forma cinematográfica tendría una pinta para mi muy a la “Amelie”. Podría estar horas alado de mi abuela estresada, con cara larga o cantando riendo, mientras ella hacia pasteles, me relajaba tanto ver como algo tan imperfecto como es un pan recién horneado terminaba siendo una obra de arte con el “ merengue” y claro comérmelo. Mi primer pastel lo hice cuando tenía como 8 años. Como es obvio al parecer, no me dejaban usar el horno,  para mi hacer un pastel era hacer algo con forma circular bonito, corté todas las frutas que estaban en la cocina y con forma circular por forma y color los ordené como si fuera un pay de frutas en un molde verde de plástico extendido. Me acuerdo perfecto de la cara de mi papá cuando fui a la sala donde estaba con mi hermano y le dije, papá hice pastel, obvio le puse azúcar y canela. Mi padre como hacen los padres que son super héroes, no le quedó más remedio que comerse toda la fruta .  A partir de eso descubrí por propia cuenta lo que me relajaba “ cocinar” y de a  poco fui entendiendo la importancia del ritual de hornear algo. Así que de adolescente ya pudiendo encender el horno, hacia galletas, cupcakes y horneaba todo lo que podía.
Es que a veces entender a dónde se van los sentimientos corporalmente y poder hablar de ellos es difícil, sobre todo si es desde el miedo, porque socialmente hemos reconstruido los sentimientos como algo que se deben ocultar o pensar demasiado, no hablar de ellos o hacer como que no existen o existieron. Pues eso al final resulta parecer “ ser cool”.  Vengo de una familia central que permanece unida con muchos años en la institución que mi madre y padre han decidido permanecer como es el matrimonio, aunque muy diferentes somos nosotros 4 conviviendo en una mesa, hay una cosa en común y es el amor que nos tenemos, así como al “buen comer”.  Resulta ser que yo soy demasiado emocional, pero poco callada y aunque a veces eso me ha traído más conflictos, al final creo que ha servido para mantener claro desde todas mis relaciones con vínculos afectivos, que no oculto nada. O Al menos eso creía,  hasta que empecé a notar que mi estrés aumentaba.
Para los que me conocen, saben que amo mucho mi trabajo, que me encanta y sobre todo desde el nombre como “ arte”, me parece fabuloso, ser dueña de mi tiempo, tomar proyectos, y con el tiempo aprender a decir “no”, para descansar porque este ritmo de vida es demasiado desgastante pero más que eso es adictivo.  En un momento de estrés antes simplemente solía fumar un cigarro,  tomar una copa de vino, salir con mis amigos o distraerme en internet.  Conforme pasaron los años, nada de esto me ayuda más, porque entonces un cigarro pasaba a ser una necesidad diaria. Así que con autocontrol renuncié a todo eso, pero las sensaciones internas de desgaste eran e iban creciendo.
Hace unos meses tuve un episodio de depresión profunda en el que no le encontraba sentido a mi vida, a existir o a lo social, pese a que disfruto mucho de estar con mis amigxs, escuchando música o intentando torpemente hacerla.  Así que decidí hacer lo que mejor me hacía sentir, una nueva adicción “ el trabajo”, adicción que había superado hace 2 años y fue mucho peor. Ya no pude controlar la mente y entonces la mente empezó a controlarme desde la ansiedad y jamás había podido nombrar lo que tenía porque muy pocos hablan de esto, porque aparentemente todo lo relacionado a la mente pareciera “locura”, y sí, vivir un ataque de ansiedad te hace sentir que pierdes la tierra y la conexión con ella.
Para mi es como estar de pronto en un espacio habitual como tu casa, tu departamento ,en tu trabajo, rodeado de personas que sueles ver o al menos ambiente con el cual estás demasiado familiarizado y es como estando dentro del mismo ambiente , te sintieras flotando en el. Como si realmente no pudieras definir si estás o no estás, lo estás creando o estás existiendo en él, o cómo saber si existe.  Hay miedo y aunque físicamente no todos los cuerpos reaccionan igual ante una crisis de ansiedad el mío ya puedo detectar cuando empieza, empiezo a sentir mucho frío en la mano derecha, sentir ausencia, temblor en la mano, fatiga y que me falta la respiración. Normalmente la gente no sabe como actuar ante una crisis de ansiedad propia, menos en la ajena.  A mi por ejemplo me es difícil hablar o hilar ideas congruentes que puedan ser comunicadas a terceros, simplemente me siento en un hoyo en el que caigo como Alicia cayendo por un pozo infinito.  
Me recomendaron tener un contacto de soporte, pensé primero en mis amigos pero por más increíble que para mi parezca mi papá es la persona que me hace sentir paz, aún por teléfono y estando lejos, situación que me llena de ternura, porque siempre lo vi como una figura de autoridad, lejana a mi y a sentir empatía con mi vida porque para él,  soy demasiado “hippie” desde su modo de verme, “ hippie y rebelde”.  Pero es a la persona que puedo marcarle y aunque sé que se preocupa por mi, sabe como hacerme regresar a la tierra, con palabras que me dan paz y ayudando a concentrarme/ racional  la respiración. Porque aunque parezca obvio bajo esas situaciones de estrés no se sabe cómo respirar o al menos pierdes la conciencia de respirar correctamente para relajarte, a veces le digo “ es difícil en este momento que me suba agua al tinaco” y se ríe, yo me tiró al piso con las rodillas flexionadas, mi papá escucha mi respiración y me hace preguntas sobre mis sensaciones. Me dice “ piensa que es un juego de tu mente”. La sensación baja y de a poco más, al grado que ahora solo me siento agotada como si hubiera corrido una maratón.
Escribo todo esto, por muchas razones. Creo que para mi, la principal es decirle a todas las personas que se han sentido así, que no es locura, es ansiedad.  Probablemente si hacen terapia y los ataques no son recurrentes, les dirán que hagan yoga o ejercicios, actividades que los llenen de amor y de ser recurrentes ir al psiquiatra y resulta que el cerebro es un órgano que no a todos nos funciona igual y al secretar sustancias, todos lo hacemos a niveles diferentes, así que como el diabético , el hipertenso y demás, nuestro cuerpo  a veces necesita ayuda médica para hacernos sentir como merecemos, “ felices” y tranquilxs. A mi me sigue dando paz hornear, cocinar o hacer algo que requiera mi atención, que al final todo lo que hago concluye en una mesa de té, en una merienda o cualquier ocasión para compartir con los que quiero.
Por eso digo que para mi la ansiedad, es un pastel.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Crujir
La angustia es una cobija con agujeros o agujeros que cobijan en reflejo.
Compartir ha sido, la espera, el tiempo. 
Atentar y tambalear, ojalá no, ojalá el pecho pare. La empatía dejo de ser medicina. La boca se entume y tiembla.
Nunca vi a una ciudad entera mirar tanto para arriba, las grietas, las fracturas, el estupor de los rostros, el recuerdo,  algún juego de palabras que contengan, la banda anecdótica.
El merodeo del vértigo apuntalando de a puras intuiciones, una orquesta de lejanías intuitivas. Los lugares habituales.
Las manos de quien salva, las manos de quien sin querer aparece, la mano y los miembros que se llevan a donde sea con uno mismo.
 El peso del impacto atosiga el recuerdo de la palabra “ crujir·, crujen las paredes, los techos, crujen y caen antes y  al mismo tiempo que alguien repite la palabra “crujir” una sola vez.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Hay túneles en la luz, viajeras que anuncian. La línea h suena más melancólica, las cuerdas a paso firme sin titubear, tú y yo no decimos adiós, el tren se detiene y como la película de comedia que hemos estado sin querer escribiendo, se queda atorado, hablamos antes de no decir adiós, porque no queríamos y porque no sabemos. El próximo destino era mejor. Que los gatos negros, los ojitos pardos y los presentes ahora recuerdos era nuestro futuro. Había paz, saber que teníamos todo armado , sin liar. Teníamos futuro, el futuro más sustentable, sin dudas. Hay más días en la memoria que sólo con el mentón entumido de tantas horas sueño, de arrebatos y lo cura. Y aunque los psiquiátricos parecían solución, tú y yo en nuestro mundo , al menos a salvo donde no hay guerra sin medias lunas, cafés por la mañana y mis "sorpresitas". El amor nos funciona así, fragmentando en todos los otros, siempre esperando el antes de partir, estamos lejos de generar rutina, siempre encontramos, nos encuentran y nos vamos. Esto de irse cada vez se vuelve más pesado.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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No era yo
Ecos en la memoria, campos sin la mano suave y prodigiosa que permitiera su arar y los surcos de quién no se permite el amor, el amor que quedó por ahí, flotando y verdadero.
Volver a conocerse, coincidir en el temor, coincidir y otra vez perder.
Las armas que usaste en defensa propia, pensar en caridad y tiranía desde la oposición inventada para morir. Morir como cercanía, siempre quisiste fungir como héroe nacional, todas las épocas que vivimos, a un costado, esperando recibirte y curarte. 
Nunca se te concedió lo que dejaste de buscar, el amor es más simple pero siempre como tus llaves y todo lo que te permite entrar lo pierdes.
Y ahora, ni héroe nacional, ni surco, ni flores capitán, épocas, timones, mareas, guerras, vidas en lo atemporal. El suspiro que siempre pasó, cuando respirar no era suficiente, el otro lo sigue y ahí, donde duele el pecho y la espalda quema, donde tiemblan las manos al tocar, donde la boca no puede ser otra cosa que mojarse, decido soltar.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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sólido
Un cuerpo, un pedazo de masa, un espacio, un acantilado, un recipiente, una forma deforme con formas, conforme.
un miedo, vacío, inestable, revuelto, esparcido, escarchado, transparente.
Me lamento todas las veces que sin darme cuenta ocupé tu lugar en tesituras compuestas por el abrumo de ignorar todo lo del otro.  Desde acá hoy, percibo la sensación del hueco inducido por lo que nunca estuvo ahí. Dolor en el pecho,  taquicardias, mis manos y las suyas,temblorosas,. Reivindico con clemencia a los egos de aquellos que sintieron igual , con los que jamás tuve reparo alguno.Toca instruirme.
inseguridad, propia, mía, vacía, propicia, tiempo, espacios, compartir, la falta de, querer.
Tiempo, corto, largo, demasiado, espera, formas, sumergir,  erguir, sensaciones, locura, sobra, falta, movimiento.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Azul
El telar blanco desdoblándose con el aire, levantándose del polvo incipiente. 
Desnuda del vientre, luces moradas  en el  medio de montañas que para aquél que mira, eso que parecía un lago, también lo era. La tierra parecía crujir desde adentro mientras las pequeñas grietas se iban haciendo grandes zanjas y yo con los pies descalzos sintiendo calor en cada dedo, en cada profunda cavidad desde cualquier punto de cada falange. El calor, de forma sutil empezó a apoderarse mientras subía y de forma natural algo me enlazaba con amor.
La tierra ahora húmeda y cálida me sostenía y mis raíces continuaban, brotaban  diversas hojas, mis piernas parecían betas sin tallar y olían a lo que huele el bosque después de llover.
Tenías  los ojos grandes más verdes que amarillos, puntiagudos, pestañas que parecían podría escalar, cejas que eran montes. Vereda en medio, cabello grueso y fuerte que brillaba como henequén.
Llena de naturaleza y mujeres aceitando el cuerpo, encienden toda clase de sahumerios, colocando el fuego, un altar de flores, respirándole en los hombros cuentos,  una mano  en la frente curándome como se cura con equilibrio.
Todo se paraliza.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Suspender
Antes que el impacto hendiera la tierra, pasara por el medio y pertenecer fuera algo nuevo. Concernir al otro o que nuestras raíces logren trancar. Antes que el azul del agua desborde y sea el azul especulativo, ver los cuerpos yacentes flotar, los dedos gordos del pie apenas asomarse, las fosas nasales sepultadas en su lugar. Antes que despedirse sea abatirse o encasquetarse, sea una sobredosis o por debajo de ella, - lo manifestamos en arrogantes ocasiones-. Antes de permitir sentirme contenida por el vértigo, que ante la flaqueza me deje caer, antes de que un día te decidas y vengas a besarme, quiero ganarte vida y en días como hoy decido marcharme. .
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Verás flores y yo raíces, llegaremos en otros cuerpos donde nos encontraremos; nuevamente los silencios serán recuerdos. Admiraremos el agua, beberemos de ella y nos hundiremos en todas ellas. Cerraremos los ojos, encontrarás corales, yo intentaré encontrarte
 Kaindy. 42°59'05''N 78°27'56''E
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Sobre mi alimentación
Mi débil sangre,
se refugia por mar,
La anemia.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Tiene forma
La azotea parecía más un éxodo lóbrego, quizás podría compararla del otro lado con cualquier jungla vacía. Los pies me vacilaban de tanto caminar, algo volaba. Al menos el tabaco se esparcía en mi pelo, en mi abrigo y se escondía en el más recóndito ángulo.
Necesitaba hacer eco, así que subí con esa misión, tomarme la taza de café de número alguno, fumarme un tabaco y gritar. Lo hice, sólo para verificar cuestiones de acústica.  Era la segunda vez en la semana que sin pensar, sentía y tomaba acción, tomaba forma.
Lo que sentía era simple. Mi pecho se aceleraba, mi mente no tenía un orden y cada vez era más concurrente el volumen, su propio y peculiar volumen. Mis pómulos estaban fríos, duros y los sentía pesados, mis ojos tartamudeaban, mis dientes contraídos, mi pecho se aceleraba. Mis hombros eran el contrapeso que parecían mantenerme de pie, el pecho se me aceleraba, mis brazos exigían movimiento, mis dedos artríticos perecían estarse cerrando listos para el golpe, mi estomago vacío, mis piernas pesadas eran sostenidas por los pies que se mecían sólos. Mi sentimiento fue salir corriendo, con el pecho acelerado.
Unas 5 cuadras después el semáforo se puso  rojo, no tuve opción, tuve que caminar de regreso esa cuadra, notaba la mirada de la gente de reconocer que segundos antes había pasado  en dirección contraría. Llegue al final de la cuadra, di media vuelta y el semáforo estaba en blanco con el muñequito que en algunos lugares baila. Me puse tan contenta, que sin pensarlo esquive todo lo que venía a contraflujo, la gente me veía de nuevo, incluso al tipo que algo me había dicho sobre mis piernas y ser un producto comestible, lo pase de lado. Asustado porque regresaba con una velocidad que ni yo me conocía, me dijo alguna cosa en tono de arrepentimiento, yo no hice nada, sólo lo mire fijamente a los ojos, mientras pasaba con mi velocidad sin poder frenar.
Corriendo y caminando sobre la siguiente cuadra, me ofrecieron probar productos, papeles de publicidad, los tomé todos.  Mi velocidad no disminuía, pasaba caminando como si al final de todo me fuera a encontrar con algo, algo que necesitaba, que me urgía y algo a lo que incluso llegaba tarde . Mi corazón se aceleraba a la par que cualquier cosa que en el pecho sentía se me meneaba.
Llegué a una plaza, me senté en el césped, me acosté en el césped y me morí de risa sola. Me levantaba para sentarme y  acostarme, repetí la acción unas 4 veces y en todas terminaba riendo. Bueno, la última no fue exclusividad de la risa. Respiré, me quité los zapatos, el césped estaba húmedo y frío. Sandra me había dicho que cuando tenga la necesidad de reafirmar mi soberanía en el cuerpo, me quite los zapatos sobre el césped, toque un árbol, tome agua helada, me lave la cara con agua helada y así repetidamente, hasta sentirme enraizada,  para empezar a practicar el reconocimiento de los pensamientos que no son precisamente míos.
El regreso fue más claro, al menos observador. Hay días o momentos en los días que me alegra un tanto la capacidad de observar, me hacen pensar en Ragel, en el juego de la metáfora, quizás necesite reafirmar que algo mágico pasa a mi alrededor donde yo ahora, no veo más.
“ Gracias por tu mensaje, hoy vi una paloma posando sobre un árbol sin hojas”.
Llegar al lugar que habito, subir las escaleras, abrir la puerta de cristal que todo el tiempo se queda atorada por el medio, me hace cuestionarme ¿ Cómo hago para arreglar algo?.  Pasar por el pasillo que conecta el baño principal, con la cocina, ahora me hace pensar en todas las veces que diferentes personas me hablaron sobre escribir algo en lo que huyo, sin pensarlo tanto, lo bueno de no dedicarme a la escritura es que la experimentación del vaciamiento mental es natural, pero no comprendo como escribir del momento en el que huyo.
Mientras lavo la prensa italiana para rellenar de nuevo con café y ponerla a calentar, pienso en el sueño que se me ha repetido las últimas noches en las que me despierto pensando que esta vez no quiero huir antes de tiempo, que no sé cuantas veces salí corriendo, que ni si quiera entiendo ¿cuándo es antes de tiempo, o tiempo de qué?.
Subo las escaleras y ahora sí, creo que llegué a mi éxodo favorito, con la luz de la media tarde, el frío y la laguna artificial que se forma con residuos de lluvias, hojas caídas, mugre de los días y el sonido de la calle, del tren pasando, el tren frenando, las rieles temblorosas. La gente que pasa de un lado al otro, el chico que se saca el pito para mear esperando que nadie lo vea y yo pensando con Marto en aplaudirle cuando termine o simplemente imaginarnos haciéndolo, intentando incomodar lo menos posible, pero es que desde arriba se ve tanto.
Detrás del espectacular para publicidad abandonado, vacío, sucio, parece haber algo donde el chino que vive ahí cuelga la ropa  recién lavada con algún producto que desde acá huele a barato.  Desde afuera parece ser una habitación pequeña y agobiante. Me perturba lo que significar ser “ el chino “ de tu cuadra, me da la impresión de que todas las cuadras tienen un chino en esta ciudad , cuando digo chino hablo del supermercado pequeño donde venden las cosas más caras, de dudosa calidad y procedencia, por ejemplo, el otro día compré chícharos, y venían  con frijoles.
Los chinos nunca me responden los buenos días, en cambio el Boliviano que me vende las verduras dentro del “ chino” siempre me responde y sonríe. Yo siempre repito mi saludo hasta que me respondan, y si no me responden, me alejo por el pasillo de en medio de los dos que siempre están cobrando y repito mi saludo más alto, me río, para que no les quede otra opción que responder; aunque bueno, en mi idílico no les quedaba otra opción. La realidad es que los chinos tienen la capacidad y facilidad de no expresarse e ignorarte, hablar en chino y que no les entiendas un carajo. Así que continúan ignorando mis saludos.
Marto que no aparece de la nada, decide bajar a cazar algo de la red, yo me quedo sentada de no poder sostener más mi cuerpo, si no hay movimiento me pesa todo. Estos meses en este país, fueron para recibir promesas que nunca se hicieron realidad, quizás es que yo me tomo como realidades o como promesas los planes de los demás, quizás debería saber  diferenciar ademas de mis pensamientos que no son míos, el poder de enunciar y no actuar.  Totó por ejemplo me dijo que izaría la bandera de Argentina que está en la plaza Caballito, casualmente como si algo me quisiera decirme el espacio, lleva el mismo tiempo que yo en este lugar cerrada la plaza, mis planes de izar la bandera se han paralizado, entre ellos muchos otros.
Antes me paralizaba la idea de tener planes, ahora me paraliza creativamente, la anulación de ellos, después de haberlos procesados con la cabeza, ¿será que algo tendría que ver mi profesión con la obsesión de conseguirlo “todo” en tiempos inverosímiles?, ¿ será que he adoptado el tiempo como instrumento?. No sé, pero bueno, ahora pensaba en las zapatillas, también pensaba en como he ido adoptando palabras de este país para que se me entienda más fácil al hablar, si hay algo que me encanta es la economía de la comunicación.
Llevo semanas de encierro, por el miedo y el pánico que me da conocer más, me aterra la superficie. Después de haber pensado que sentía o sentido que pensaba con grande vehemencia el compartir, todo me resulta vacío y no quiero más falsos caminos para lograr lo mismo. Me veo a mi y sigo siendo la isla que cava en si misma, que no quiere sólo ver o admirar al mar y cavar es estar en el.
Cuando alguien está lejos de su país es lo que realmente quiere ser, a mi me pesa, me pesa por ejemplo, pensar que quizás me considero mi país, me considero un país incómodo que llevo a todos lados puesto. Por eso siempre intenté encontrarme “lejos”, antes de concluir momentáneamente que “lejos” es un sentimiento.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Me da miedo que hierva el agua
Hasta la torpeza pasa de mi hoy, se avergüenza de mis reacciones a los actos que enternecidamente tientan a encrucijadas que superan lo mental.
Tomo distancia inmediata y lo notas, en mis ojos volteando al costado, en mis comentarios que hacen elocuencia a pájaros que se sienten hojas sobre ramas de árboles otoñales. Me dices que los árboles no te dan paz y a mí me confunde eso.
Te acercas más, yo me alejo, enciendo un “pucho”, mientras forjo el que sigue, te propongo de tomar un té, balanceas preguntas e intentas medir mis reacciones bajo parámetros de “inmediato”. Yo con el “pucho” en la boca apagado, el fuego en la mano y buscando saquitos de té, te sigo intentando alejar cada vez que inhalo del tabaco amortiguado, mis intenciones son para que algo denso se sienta en el ambiente, algo más denso que todos mis pensamientos que toleraste durante horas en la plaza, horas caminando y hablando de “ frustración”.
Me hablas sin temor de verme a los ojos, me retas haciéndolo, y yo te respondo que tengo miedo de que hierva el agua. Te sirvo la primer taza de té, “ earl grey” dices y no sabes cómo me pesa escucharte decir eso. Porque las dimensiones son distintas.
La primer taza de té poco caliente.
Enciendo el segundo “pucho”, forjo el tercero y te hablo de lo que significan los cuerpos para mí, que mi cama es un lugar sagrado que compartirla no es opción porque solo pensaría en él. Que quizás es tonto, demasiado romántico o torpe como toda yo, te digo que por el momento está clausurada, y tiene exclusividad aunque esté ausente, que lo añoro, por más que a él no le interese y te rías. Ahora me retas y me dices que me convertí en un juego, que consiste que con el tiempo sea yo la que pide o ruega y tú me menciones al que desapareció y lo digas como opción y me niegues todo. Nos reímos por y de la situación.
El agua está calentándose, a ti te menciono por tercera vez en menos de 3 oraciones , para que desista, el té lo sirvo más caliente y haciendo burla respecto a tener miedo de que hierva el agua.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Cuchara
Suavemente humedecerte, desde la punta de la lengua y con ella escarbar, moverla circularmente , como si de tanto acariciar me hiciera quedarme más que con tu sabor.
De punta a punta, de espacio a espacio, despacio, perder la noción de ir para arriba o para abajo, nunca saber por dónde empezamos.
Siento diseminar, la densidad de lo que contiene parece rebosante, mi lengua y tu forma, tu espesor, el olor que me hace recordar a las meriendas en tu ausencia. Nuestras meriendas.
Cierro los ojos, los abro, parece que nos miramos, estamos en cualquier parte, no quiero sentir que te retiras, te derrites a lengüetazos.
Siento tu sabor en cada papila gustativa, llegas porque puedes a mis amígdalas, sientes el abrazo, húmedo hasta en el encuentro, tu espesor se disipa, pronto tendré que bajar las escaleras por otra cucharada de dulce de leche.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Los sábados, vamos a la plaza.
Caminando sobre Campichuelo
-Me hacen sentir invencible las botas que me regaló papá.
-Me hacen sentir imbécil mis decisiones. No puedo hacerme la superada, hacer como que si no me importará sería mentirme a mi misma, nunca antes me pasó  de querer hacerme una paja y ponerme a llorar.
-Siempre hay una primera vez.
-Una vez de tantas donde nos rompen algo más profundo que nuestra madre.Es triste rogar por sentir que das amor ¿no?. Es lo más triste que sentí, querer darse y que no te sostengan.
-A mi también me pasó, por eso cuesta hablar de sentimientos. Además hablar del futuro es fuerte, lo sabremos nosotras que nunca quisimos o lo hicimos.
Plaza centenario
-¡Quiero un perrito también!.
-Un día cuando decidamos en qué país vivir, en el futuro, bueno mejor no te digo nada porque siempre cambiamos de parecer o nos cambia la vida.
-¿Viste?, es jodido.
-¿ Te puedo decir algo hippie?
-Es hermoso que existas, ambas sabemos que como siempre y en nuestras relaciones sentimentales, amorosas, siempre estás cerca para estar lejos inevitablemente, y yo te voy a extrañar cuando eso pase. Me gustas en mi vida, pero me gustas mucho más cuando estás en el presente.
Tomando mate
-¿Pan relleno para el mate?
-Uyyy.. relléname ésta. Estaba “re-caliente”, tanto que te iba a decir “ mi amor”.
-jajajajaja.
-Sí, es cualquiera.
-¡Qué bonito que es estar vivas bajo árboles, sobre el césped verde, tomando mate y hablando poco!.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Voces
¡Hey!, dejen de rondar por ahí, nada de lo que pretenden habitar les pertenece, ustedes deben salir de aquí.
Si al gritar no hacen eco, sus palabras parecen inmovilizarse al tiempo, no podrán mucho menos habitar,
Esto que rodea tiene una forma, acartonada o no, es una forma. Suave o rugosa, contiene.
La automatización debe  parar, el vértigo debe ser predilecto, sin vaciamientos a la nada.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Lunes de otoño
Qué hermoso que es ver al aire revoloteando aplicando su fuerza sobre las hojitas verdes, casi amarillas, cayendo. Un viraje que remite a la solemnidad con la que desde acá te miro - a falta de recuerdos- desapareciendo.
Algo palpable con formitas de frío pa’ apapachar algo, lo que me mantenga calientita pa’presagiar. Algunas veces como hoy, me gustaría decir que lo único que me pasa por encima  son los encuentros para volatilizarme en ellos.
Decidí, escribir desde lo más bonito, quizás una trampa que delinee sobre flores, plantitas y árboles de raíces profundas, gordinflonas, muchas. Te dije, que hablo en diminutivo cuando recién despierto, no tengo pista de lo que pretendo, pero hoy desperté de mucho y con muchas ganas de minimizar hasta tus actos “Houdinescos"
Nos miran desde la izquierda, desde la derechas, arriba, abajo, los de atrás, nos miran los que van por delante nuestro y no tienen más que decir. Ambos sabemos quiénes somos, nos reconocimos de inmediato, pero es que en este lugar padecemos sobrepoblación del mismo  hartazgo, harto de si mismo.
Tomo el arado como decisión de hundirme en lo más profundo de cualquier surco, limpio mis tierras, consciente de lo que no le corresponde a ellas, están listas para florecer, están húmedas, están fértiles para explotar en flores, rodeadas por hectáreas de árboles. No hay espacio en lo temporal para barbechos.
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clautorrescuevas · 8 years ago
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Lo más difícil de la asociación entre el “significado” y la “palabra”, es la asociación de la “palabra” con las personas, yo por ejemplo, veía árboles y lloraba.
Me voy al bosque.
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