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Soy yo en palabras, soy yo en ideas.
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Poco de mí, poco de ti, poco del universo.
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czrolvera · 7 years ago
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‪Ya está el nuevo vídeo, vayan a verlo y disfrútenlo mucho. https://youtu.be/xjVRPs_JQzE #VamosADarle #AkasháCIEM #YoSoyAkashá #TodosSomosAkashá #EntrenandoTuMente ‬
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czrolvera · 8 years ago
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Corre por tu vida, corre por tu libertad, que la esclavitud de la zona de confort está alcanzándote.
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czrolvera · 8 years ago
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czrolvera · 8 years ago
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Y es que tu humedad es la única que puede calmar esta tempestad que hay en mi cuerpo.
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czrolvera · 9 years ago
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She.
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czrolvera · 9 years ago
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Pobre aquel que deja de disfrutarlo solo porque lo hace por dinero. Yo me enamoro de mi trabajo todos los días, siempre me brinda nuevas oportunidades de aprender, de conocer, de reflexionar, de ser mejor como persona. Mi motivación son todas las vidas que hemos tocado, que hemos ayudado a cambiar y que hemos ayudado a mejorar; y todas aquellas vidas que nos faltan por apoyar. El mundo no necesita más dinero, necesita de hombres capaces de crear magia. (en Acuatico GB)
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czrolvera · 9 years ago
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Ven y hagamos de esta libertad una experiencia de dos.
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czrolvera · 9 years ago
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No sé cómo es que se atreve hacerme eso.
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czrolvera · 9 years ago
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Por más fuerte que sea la tempestad.
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czrolvera · 9 years ago
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Su sonrisa. #torreonchido #vamonosadormir
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czrolvera · 9 years ago
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Él.
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czrolvera · 9 years ago
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Yo creo en la libertad.
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czrolvera · 9 years ago
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Ella es bella.
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czrolvera · 10 years ago
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Relato erótico #3: Desde la mente de una mujer.
Ella sale de la regadera, una toalla en la cabeza y la otra rodea su cuerpo. Se ve al espejo, deja la toalla del cuerpo caer sobre el piso y tiene un diálogo interno. - Hola, soy Sofía y estoy desnuda frente al espejo. ¡Ja! Qué babosa estoy. No mames este "bra" está horrible ¿en qué estaba pensando cuando lo agarré? Siento inflamadas mis "boobies", bueno las veo más grandes y eso que son demasiado pequeñas. Mejor debería de decir: "Hola, soy Sofía la pocaschichis." Pero vean mis pompis, wow, creo que el gimnasio ya está funcionando, agárrate Jennifer López, que estas sí enamoran. Hablando del gimnasio, hoy sentí un cosquilleo en mi pequeña, mientras hacía el ejercicio de levantar las piernas, la sentí muy sensible y estoy segura que en la próxima semana me baja. Pinches hormonas me traen como vaca en celo. Me choca andar así, los "bras" ni me quedan, me voy a ver muy ancha de arriba y no quiero verme vestida como una vulgar con estas "chichotas". Qué fea palabra, CHICHOTAS, me da asco decirles así a mis pequeñas, esto es la culpa de mi ex novio, él le decía así. ¡No mames! Ya es la hora, van a pasar por mí en poco tiempo y ni siquiera me he cambiado; la cabezona de Ana se va encabronar conmigo, como siempre. No es mi culpa que ella sea como un hombre que se arregla en menos de media hora. Después de un rato llega Ana por Sofía, la hace esperar 20 minutos. Ya estaban afuera todas las amigas arriba del carro, solo faltaba ella. Ana les dice que un amigo las invitó a la casa de Pedro y les comenta que todos iban a estar ahí y que se iba a poner muy bien. A Sofía no le parece tan buena idea ese plan, no conoce a los amigos de Pedro y ella quería ir a cenar, un plan más tranquilo. Sofía piensa: - Qué hueva, tal vez ni se ponga tan bien ese plan. Pero ni modo, estas putas quieren ir, seguramente va Joaquín y dicen que es todo un bombón. Me da risa, todas se lo quieren comer, andan de "nalga pronta", pobre hombre no lo dejan ni respirar. El grupo de 5 amigas llegan a la fiesta, se bajan cantando una canción vieja de Timbiriche y haciendo un gran desmadre en toda la calle. Entran a la casa, ya estaban unas 20 personas, entre hombres y mujeres. Joaquín en un grupo con amigas, ve entrar a las 5 mujeres al patio. Ellas se acercan a Pedro para saludarlo y Joaquín decide rápido acercarse a saludarlas. Todas las amigas saludan a Joaquín y él se acerca con Sofía y se presenta. - Hola, soy Joaquín, mucho gusto (acerca su cabeza hacia ella para darle un beso en la mejilla). - Hola, soy Sofía. Mientras que Sofía piensa: - ¿Este es Joaquín? ¿Tanto pedo para esto? Bueno, al menos huele muy bien. Ya había olido esta lacio en alguna parte. Claro, es la nueva de Channel, mira, hasta eso tiene buenos gustos. Joaquín se da la media vuelta y se va caminando hacia el grupo de sus amigas para seguir platicando con ellas. - Qué sangrón, ¿por qué me deja aquí sola? Órale, está algo nalgón. Bueno, admito que tiene algo el tal Joaquín. Le calculo 1.80 mts, se viste muy bien y tiene barba cerrada. ¿Cómo besará? No mames, Sofía, ya estás como estas nalga pronta. Admito que tiene algo de atractivo, no sé, tal vez sea esa espalda y su cuerpo que se ve que está firme, ¡uff!, o esa sonrisa. Ya deja de sonreír, cabrón, no me dejas fingir que no me interesas. Mejor voy y me sirvo un vino, que ya parezco pendeja aquí fantaseando con él. Pensó Sofía. Ya después de unos cuantos vasos de Capitán Morgan y mucha plática, Sofía se da cuenta que Joaquín la estaba volteando a ver y mucho. - ¿Qué trae ese güey? Seguramente es gay, me voltea a ver mucho pero no se acerca a platicar conmigo y yo aquí de babosa viendo como le coquetean esas pinches zorras. Ni estando más peda me acerco a él, no quiero verme urgida por sus brazos por todo mi cuerpo. No mames, ¿qué le pasa? Ya sacó a bailar a una, yo debería de estar en ese lugar. Creo que estos 5 vasos de Capitán Morgan, ya me están poniendo peda. No entiendo porqué me dan celos, tal vez ni le gusto. Ya ni porque hoy traigo unas chichotas ¡ay, otra vez esa palabra! Méndigo Joaquinito, bailas bien y se ve que sabes lo que haces. Aparte me volteas a ver a mí y me sonríes, mientras bailas con esa zorra. Sea lo que estés haciendo, lo estás haciendo muy bien, ya llamaste mi atención. Ahora quiero darte un beso, pinches hormonas de vaca en celo. ¿Por qué hoy? Justamente cuando conozco a un güey que está delicioso. Tengo que dejar de pensar en esto, necesito otro vaso de Morgan, él sí me atiende como debería. Joaquín se da cuenta que Sofía se dirige a servirse otro vino, él se acerca por atrás de ella y le pregunta: - ¿Te ayudo? - ¡Ay, no te vi atrás de mí! Sí, gracias. Sofía se pone a pensar: - Cabrón, pinche susto que me sacaste, casi se me sale un pedo y qué pena si hubiera pasado eso. ¿Qué pedo con este güey? Así agachado agarrando los hielos se le ven más grandes sus pompis. Qué no me vea viéndole esas nalgotas, ¿estarán duras? Ok, creo que ya es momento que deje de tomar, sino ahorita me lo llevo al baño y lo ataco a besos. Joaquín le empieza a sacar plática a Sofía por un buen rato. Los minutos pasaban y Sofía no podía evitar sonreír. Y ella se pone a pensar: - Creo que ya lo empecé a dejar de escuchar, me distraen mucho sus ojos y en esa mirada tan penetrante, todo lo que dice me da risa, ya parezco pendeja. Lo bueno es que ya se me quitó lo nerviosa que me puso cuando se acercó por atrás. Podría platicar toda la noche con él, hasta eso tiene buena plática, no solo unas deliciosas nalgas. También sabe coquetear muy bien, espero que no se me empiece a caer la baba o se dé cuenta que me tiene hipnotizada. No mames, tengo ganas de hacer del baño y no quiero dejarlo solo. Seguro alguna de esas viejas arpías que lo está viendo de lejos me quita la oportunidad. Ni modo, tengo que ir, ya no aguanto. - Oye, voy al baño, ¿sabes dónde está? - Claro, yo te acompaño. Le contestó Joaquín. -Yo ya sabía donde estaba el baño, pero ni de pendeja te dejo solo. Pensó Sofía. - Gracias, no tardo. - Yo aquí te espero afuera, Sofía. - En chinga que me lo bajan esas zorras. Espero que no escuche el ruido de la pipí al caer en el escusado, qué pena. Deja me doy una refrescada que ya tengo cara peda. - Listo, le dice Sofía mientras salía del baño. - Muy bien, ni te tardaste. Oye, hay algo que quiero decirte pero no me quiero ver muy abusón. -¿Qué me va a decir este güey? ¿Por qué me late tan rápido el corazón? Me vale madre, que solo me bese y ya. Pensó. - Es que desde que entraste por primera vez a esta casa no he podido dejar de verte, en verdad, estás muy bonita. - Dios mío, este corazón me va a explotar ¿qué le contesto? Me sonrojó el cabrón, ¿por qué se acerca tanto? No soy así de fácil. Por favor ya déjame de ver a los ojos y en lugar de usar tus labios para sonreír, bésame. No, no, no pongas tu mano en cabello que siento cosquillas entre las piernas. Pinches rodillas, por favor dejen de temblar, ¡ya! Bésame cabrón, ándale que me tienes como tu pend... Uff, que alguien me diga si estoy soñando, besa delicioso, sus manos traviesas y sentirlo cerca. Quiero esa lengua entre mis piernas. Ya me estoy mojando y con un beso. ¿Qué clase de brujería es esta? Juro que no soy así de fácil, pero este güey sabe lo que hace y me está encantando. Joaquín agarra a Sofía de la mano y le dice: - Ven, acompáñame. Sofía solo sonríe y piensa: - ¿A dónde me va a llevar este pinche príncipe azul? Yo quiero saber si sus pompis están duras. ¡Oh! Muy inteligente, la lavandería de la casa. Creo que me estoy viendo muy puta, mejor me hago la difícil y le digo que hay que regresar a la fiesta. No mames, Sofía, nunca me dejo disfrutar las cosas y ahora que tengo la oportunidad de estar con él, quiero cometer ese error una y otra vez. Hoy dejaré llevar, ya ando peda y es válido, un regalo de cumpleaños adelantado. Está algo oscuro y no se ve muy bien, creo que es un lugar perfecto. Hoy soy de él, que me haga lo que quiera. Se acerca a mí, no puedo ver su cara pero estoy segura que me está viendo. Esa mirada es tan penetrante que siento como me desnuda con los ojos, siento su aliento por mi cuello y mi piel se pone chinita. Creo que me estoy empezando a mojar otra vez. Tanta adrenalina y estas ganas que le tengo. Su boca me empieza a besar por una oreja y mi cuerpo tiembla, pasa sus labios por los míos, siento su lengua acariciar mis labios, me besa, me agarra las pompis, yo pongo mis manos en sus caderas. Me empuja contra la pared y agarra mis manos, las pone sobre mi cabeza. Me empieza a besar el pecho y yo empiezo a respirar muy rápido. - Hazme tuya, quiero sentir como me penetras. - Estoy tan mojada que mi tanga se ha humedecido toda. Me besa los brazos y yo me siento en el cielo, entre el placer y el orgasmo. Hazme lo que quieres, le dice Sofía al oído. Me lleva a la lavadora, pone mis manos sobre ella. Él me levanta el vestido y empieza a besar mi espalda baja. Dios mío, qué rico se siente su barba por mis pompis. Su lengua es perfecta, lame todo y despacio. Se acerca a mi tanga, me la quita con las manos y la deja caer al suelo. Se agacha y con las dos manos separa mis pompis. Su lengua juguetona empieza a empaparme, es un delirio y mis piernas están perdiendo su fuerza. Baja un poco más y yo siento su lengua por mis labios. Es este calor profundo que empiezo a sentir, la piel chinita, mis piernas frágiles y mis ganas de sentirlo adentro de mí aumentan. - Ya, hazme tuya, quiero sentirte. Se pone de pie, se desabrocha el pantalón, se saca el pene, saca un condón, lo abre y se lo pone. Se chupa los dedos, los humedece con su baba y me toca. ¡Qué ricos dedos! Me penetra con ellos y yo suelto un sutil gemido. Se detiene, agarra su pene y me penetra lento, como queriendo que yo lo sintiera. Va tan despacio que logro sentir cada vena de él rozando mis labios. Quiero enterrar mis uñas en la lavadora, ahh, qué rico. Lo empieza hacer más rápido pero su penetración sigue siendo profunda. Estoy a punto de gritar, pero nos pueden cachar. Me jala ligeramente el cabello y después pone sus manos sobre mis cadera, con sus dedos me toca los huesos de la cadera. Cada vez me lo hace más rápido y yo estoy perdiendo la cabeza, estoy a punto de venirme de una manera explosiva. Me separo un poco de la lavadora para moverme un poco y sentirlo más adentro de mí. Oh, así es como quería sentir. Lo agarro de las pompis y le entierro las uñas, él empieza a gemir. Yo le digo que siga, que no se detenga. ¡Me estoy viniendo! ¡Qué rico! ¡Sigue, sigue! Mis piernas se ponen duras y mis rodillas se doblan, ya me voy a venir. ¡Ah, ah! Se me doblan las rodillas, no puedo sostenerme de pie, ¡oh, oh¡ ¡uff! Qué delicioso orgasmo acabo de tener. Se sale despacio y sigo sintiendo calambres en mis piernas. Me volteo, me subo la tanga, me acomodo el vestido, lo beso y le muerdo un labio. Qué delicioso fue todo esto.
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czrolvera · 11 years ago
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Relato erotico #2: La playa, un balcón y nosotros.
Te veo desde lejos, un bikini pequeño de rayas de colores con moños en los laterales de la parte de abajo. Piernas cortas, bronceadas y marcadas por las grandes friegas que te estuviste poniendo en el entrenamiento. La parte de arriba del bikini combina perfectamente con lo que cubre; un par de lunares en el pecho. Abdomen plano y marcado, grandes nalgas, cuello delicioso, lentes oscuros y una sonrisa perfecta. No se quién es el más radiante, si el sol que calienta mi cerveza o tu cuerpo que hace hervir mi sangre, con tan sólo verte. He estado tomando gran parte del día y las palabras no me fluyen de la misma manera, pero mis deseos se mantienen fieles, ellos hasta borracho se mantienen al filo de la acción.
Me imagino tantas cosas, ese bikini y la manera de quitártelo, tantas camas para asolearte deben de servir para optar una pose ideal para hacerte gemir con mis labios y mi lengua, hacerte divagar y puedas disfrutar el orgasmo más delicioso que hayas probado en tu vida. Observo esas camas y me doy cuenta que con el respaldo un poco inclinado, tus piernas abiertas y las rodillas dobladas. Vaya, eso sería cómodo, mi lengua penetraría deliciosamente y tocaría lugares tan sensibles que en segundos estarías escurriendo.
Dejo las puñetas mentales, te veo fijamente, volteas y me sonríes. Espero que no hayas podido escuchar todo lo que estaba pensando, sería bastante vergonzoso.
Me decido a acercarme a ti, al parecer ya me habías visto, fue muy amable tu manera de saludarme. Platicamos toda la tarde, fue bastante divertido. Te vi reír mucho y me encantó ese sonidito que haces cuando ríes a carcajadas, pero ahora me quedo con una duda, ¿cómo serán tus gemidos? ¿podrían ser igual de “sexies” como esa voz ronca que tienes?
Me doy cuenta que tienes dos lunares muy cerca de tu boca, creo que estoy empezando a divagar de nuevo. Me urge tenerte envuelta entre mis sábanas y muy despacio ir descubriendo todas estas dudas que voy teniendo sobre ti. Te pido el número de tu teléfono celular, muero por volverte a ver y no me quedaré con las ganas.
Esta noche al parecer será imposible coincidir, puta madre, tendré que esperar un día más. Pero ahorita por mensajes dejo el camino listo, para cuando nos veamos sea algo para recordar para toda la vida. ¡Perfecto! Ya tenemos plan para mañana vernos en la alberca desde temprano, hoy soñaré como te desabrocho ese bikini de rayas de colores con mi boca.
Hoy amanecí con unas inmensas ganas de tenerte y mi cuerpo no miente. Tienes la habilidad de sin tocarme lograr que tenga una gran erección. Me acaba de llegar un mensaje que dice: “ya baja, estoy esperándote en la alberca”. ¿Qué es esta emoción? Me tiemblan las manos y siento una efervescencia en mi estómago, maldita sea, siento que voy a explotar. Por favor deja de bailar desnuda en mi cabeza, haces las cosas más difíciles.
Bajo a la alberca y ahí te veo entre tanta gente, con una sonrisa que te destaca entre cientos de personas. Me acerco, te saludo y siento otra vez la efervescencia en la boca de mi estómago. Ese bikini verde diminuto hace que en cuestión de segundos pierda la cabeza y mi mayor preocupación es tener una erección en frente de ti, no quiero verme tan desesperado de quererme comer tu cuerpo.
Hablamos toda la tarde, compartimos muchas risas y no sé si sea el alcohol o tus lunares, pero ya me siento algo tomado.  Más al rato vamos a salir juntos a un bar que está de moda, por eso subo a mi cuarto para irme bañando y les cuento a mis amigos para tenerlos al tanto de todo lo que ha pasado.
Te espero abajo en el lobby, te veo salir del elevador (¡PUTA MADRE!), ese vestido blanco te hace ver como un ángel y con todo el respeto que te debiera tener, pero lo quiero ver tirado en el piso del balcón de mi cuarto.
El alcohol fluye,  aún así es más fuerte la sangre y mis latidos, hoy mi corazón manda. No es por presumir pero baila es lo mío y hoy te enseñaré algunos pasos para ir rompiendo el hielo. Ya pusieron algo de salsa, este es mi momento para tenerte muy cerca. Bailamos, te agarro de la cadera y te jalo hacia mí. Siento tu aliento en mi cuello, te doy un beso y ese momento es mágico. Acercas tus caderas y sientes mi erección, me sonríes de una manera descarada. Es temprano y quiero aprovechar todo el tiempo para estar a solas contigo. Te susurro al oído algo divertido, me sonríes y cínicamente te invito a seguirla en el cuarto del hotel donde me estoy hospedando. Llegamos al hotel, agarramos el elevador y con mi mano temblorosa le pico al botón que dice número 7. Vamos solo en el elevador y por eso aprovecho para decirte lo hermosa que te ves, me sonríes, nos besamos, se detiene el elevador un piso antes. Mi corazón empieza a latir más fuerte, sé que estamos a unos segundos de estar solo, de quitarte ese vestido y conocer a detalle todo lo que escondes detrás de esa sonrisa traviesa. Llegamos al piso 7, me agarras de la mano, me jalas, se cierran las puertas del elevador y me besas de una manera muy deliciosa. Ahora sí, no hay vuelta atrás, se nota tus ganas de estar conmigo y yo estoy abriendo la puerta del cuarto. Nos seguimos besando, te invito algo de tomar y nos vamos al balcón para poder disfrutar del clima y fumarnos un cigarro. Continúas con esa sonrisa traviesa, como queriéndome decir algo pero el que debe de tomar la iniciativa soy yo. Nos ponemos cómodos, escuchamos algo de música, se terminan nuestros cigarros, me acerco a ti y te empiezo a besar el cuello. Me quitas la camisa, pasas tus manos por mi cara, las bajas hasta mi pecho, inclinas tu cabeza y me besas el cuello.- Nos empezamos a besar de una manera más intensa, nuestras lenguas están en un duelo de espadas, rozándose, humedeciéndose; este balcón empieza a dar vueltas de una manera vertiginosa. Te desabrocho el vestido y lo dejo caer al suelo. La intensidad de nuestros besos cambian y también el ritmo, ahora lo hago suave para poder disfrutar un rato más de tus labios. Mis manos deseosas por tocarte toca, como las manos de un invidente que quieren explorar cada textura y surco de toda superficie con la que se topa. Es por eso que le hago caso a sus deseos y te empiezo a recorrer toda, de arriba hacia abajo, de un lado a otro, cada poro, cada pedazo sensible de tu suave piel. Después de un detallado recorrido, una de mis manos llega hasta abajo y empieza a tocar tus labios, ya no sé cual de todos de tus labios se me antojan más. Mis dedos te empiezan a acariciar suavemente toda tu área vaginal. Sientes que tus rodillas se debilitan un poco, te volteo para que me des la espalda, te desabrocho el brasier y con una mano toco tus senos. La otra mano la meto por debajo de tu tanga y humedezco mis dedos contigo, te beso el cuello y tú me empiezas a acariciar el pene por encima de mi pantalón. Bendita coincidencia, hay un camastro en mi balcón, como que está abajo en la alberca. Te acuesto sobre ella, te beso y me bajo para quitarte ese pedazo de algodón fino, que me impide besarte esos labios húmedos. Desde que me imaginé esta escena aquella vez en la alberca, sabía que esta posición iba a ser cómoda. Te beso el vientre y veo una desesperación tuya, quieres que mi lengua pase por tu área vaginal, quieres sentir mi aliento y mi barba entre tus piernas. Pero decido postergar ese deseo y me voy a recorrer tus piernas, las beso, lamo y con mi barba las acaricio suavemente. Veo que te gusta el área de atrás de las rodillas y me quedo un rato ahí, explorando y escuchando tu respiración. Bajo un poco más, esos chamorros son la gloria y mi lengua disfruta cada instante. Me subo y me doy cuento que estás tan húmeda con el clima que esa noche se sentía. Empiezo a lamerte tus labios de afuera hacia adentro, descubro tu clítoris  con mis dedos, lo siento ya hinchado y algo duro. Le soplo y con la punta de mi lengua lo acaricio muy suave, al parecer estás muy sensible y te estremeces con cada lengüetazo. Vuelvo a humedecer mis dedos contigo, mientras mi boca sigue en tu clítoris. Meto primero un dedo a tu vagina y dibujo pequeños círculos, gimes y me pides que meta otro dedo. Sin dudarlo ni un segundo, meto el segundo muy despacio, ya con los dos dedos adentro, empiezo a girar mi muñeca, después los saco y los meto, hasta sentir que mis dedos resbalan perfectamente por ese hermoso tejido que forma tu vagina. Empiezas a gritar, tus piernas tiemblan y aprietas mis dedos con tus labios. Estás teniendo un orgasmo y me pides que vaya más rápido, mientras mi lengua sigue lamiendo tu clítoris. Todo aquello se vuelve una escena de placer con gritos, gemidos, uñas enterrándose en las sábanas, caderas moviéndose de arriba abajo y rodillas retorciéndose. Me quitas la cabeza pero mis dedos siguen penetrándote, tú te empiezas a tocar y yo me excito al verte tan excitada; siento un deseo grande de estar adentro de ti y sentir el roce de tus labios con mi pene. Te vienes con un explosivo orgasmo. Me besas, me acuestas sobre cama y me quitas el pantalón. Bajas mis boxers un poco, sacas mi pene con tu mano y con tu lengua empiezas a acariciar la cabeza de mi pene. Estoy muy duro y húmedo, juegas conmigo. Dejas caer sobre mi pene una ligera capa de baba que lo cubre. Con una mano me masturbas y con tu boca rozas sutilmente  la cabeza de mi pene. Te digo que ya no aguanto más, te quito, me pongo el condón, nos ponemos de pie y te empujo a la pared. Abro tus piernas, doblo un poco mis rodillas para bajarme, te penetro un poco y después acomodo tus piernas para que abracen mis caderas. Te penetro más profundo; te levanto y camino hacia el barandal para que puedas recargar tus manos ahí. Voy aumentando el ritmo, todo es demasiado húmedo y perfecto. Los dos envueltos entre gemidos, el calor aumenta y nuestra respiración se acelera. Mis caderas haciendo un juego rítmico con tus gemidos, van y vienen. Te recorro toda por dentro con mi pene y tú sientes cada vena de él rozándote los labios. Me salgo de ti, nos separamos, te volteo para que veas hacia fuera del balcón. Te agachas un poco y yo por atrás te penetro muy fuerte. Mis manos te agarran la cadera y se empieza a escuchar un golpeteo de tus glúteos con mi vientre. Siento como tus rodillas van perdiendo fuerza y yo empiezo a aumentar mi ritmo y la fuerza con la que te penetro. Agachas tu cabeza y me pides que no me detenga. Aumentan los gemidos, nuestros cuerpos se a quebrantan en la introducción al orgasmo. Te entierro mis dedos, mis piernas se endurecen y mi abdomen me empieza a arder. Ando muy sensible y siento cada fricción de tus labios, cada vez que tienes un espasmo y tu vagina aprieta fuerte a mi pene. Te empiezas a venir, gritas, nos perdemos, deja de existir el balcón; el hotel; la playa; el océano, solo estamos nosotros dos. El orgasmo es tan intenso y perfecto que nos venimos al mismo tiempo. Saco mi pene, te volteas, nos besamos y abrazamos. Nos recostamos en un camastro, nos tapamos con una toalla que estaba ahí y nos quedamos viendo hacia el océano, viendo como las olas se empezaban a iluminar con un hermoso amanecer.
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czrolvera · 12 years ago
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Esta es una carta para la víctima, alguien que ya sufrió bastante y hoy pide clemencia. Se levanta todos los días viviendo con el temor de ser lastimando. Tal vez fue su necedad que lo trajo a este punto; su lucha incansable por querer conquistar lo que a simple vista era imposible. Creyendo que en el fondo de la situación, lo imposible solo era mental; mero concepto; mito; escalofriante palabra que lo limitaba. Es por eso que se lanzó con valor, luchó y nunca se rindió. Los resultados no fueron los esperados. Un corazón no se cansa de latir, pero sí de amar a la persona equivocada. Hoy que te veo en esa esquina derrotado, te digo con mucho orgullo: eres de admirar, porque a pesar de todo tuviste la fuerza de luchar y no darte por vencido. No importa que hayamos tenido problemas y al final nos haya dolido, este dolor será un recuerdo de ser más inteligentes a la próxima. Así que no te desanimes corazón, gracias a ti hoy aprendimos algo muy valioso; no importa que tan difícil se vea el camino, nunca sabremos si valdrá la pena intentarlo sino nos damos la oportunidad de vivirlo. Gracias por ser la parte que se anima a aventurarse, de la parte de convertirlo en aprendizaje, yo me encargo.
Atte.
La razón.
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czrolvera · 12 years ago
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Empezaré con estas palabras: "Me encantas". Aquí tomo el riesgo de nunca lograrte conocer o de que te atrevas a vivir una aventura con alguien directo como yo. No te estoy pidiendo matrimonio, ni estoy diciendo algo fuera de contexto, solo escribo lo que veo. ¿Por qué tengo esa apreciación hacia ti? Es como preguntar porque respiramos o porque sonreír nos hace sentir bien. Tal vez me encantas por el simple hecho de que eres tú o porque cierro los ojos y lo primero que veo es a ti. No sé, tal vez me encantas porque aprendí que en una sonrisa y en una mirada se puede conocer mejor a una persona. Me encantas y eso es lo bello de todo esto, porque es simple y espontáneo. No lo estoy pensando, solo lo estoy sintiendo. Es como la primera impresión de un bello amanecer; encantadora. Eso logras en mí, una primera impresión espontánea y segura. No sé, me encantas. @CzrOlvera.
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