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Dᴀᴍᴏɴ S. Rᴏᴡʟɪɴɢ
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𝑰'𝒎 𝒂𝒏 𝒊𝒎𝒎𝒐��𝒕𝒂𝒍 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒅𝒘𝒆𝒍𝒍𝒔 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒔𝒖𝒑𝒓𝒆𝒎𝒆 𝒑𝒐𝒘𝒆𝒓 𝒃𝒆𝒄𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑰 𝒉𝒐𝒍𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒌𝒆𝒚𝒔 𝒕𝒐 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Dᴀꜱꜱᴏɴ Sᴀʟᴠᴀᴛᴏʀᴇ Mᴀxᴡᴇʟʟ.
Whitmore. Unos meses atrás.
¿Qué tan egoístas podemos llegar a ser? Mucho. Consciente o inconscientemente, lo admitamos o no; no existe una persona que no sea capaz de pensar primero en sí mismo antes que en lo demás. Son encrucijadas con decisiones que pueden variar al beneficio mismo o a nuestra propia perdición.
Aún consciente de que siendo un vampiro no podía procrear, lo había arriesgado todo, ¿Qué tan mal sería hacer un trato con un ser más allá de su comprensión? Era exactamente eso lo que podía ponerlos en peligro. Pero el ya haber tratado con otras criaturas antes, le dio el valor suficiente para acudir a la muerte hacer su petición.
Era el sueño de Alisson, era su ilusión. Y aunque al principio le hizo saber que no lo quería, que no estaba listo para la responsabilidad que significaba, pronto, accedió a su petición. No podía negarle lo que anhelaba.
Un bebé, un ser combinación de ambos. Una responsabilidad de la que había huido en su vida pasada. Era bien sabido que Damon no tomó la cura. Su hermano seguía con vida y Katherine, solo estaba retenida en el infierno sin probabilidades de salir. Era una bomba que en cualquier momento estallaría, ¿estaba dispuesto arriesgar al amor de su vida y a un bebé? No. Pero el peligro que significaban demoraría en llegar, no vio nada malo llevar a cabo el deseo de su esposa.
La pregunta ahora era, ¿cómo podría ser posible? La respuesta era Dank Walker, la muerte. La muerte podía dar vida así como también arrebatarla, había escuchado con anterioridad, mitologías y leyendas. En un pasado sería algo lejano y poco creíble, pero después de incluso, conocer al diablo, ahora, no estaba del todo lejano. Pagan Moore fue un factor importante para localizarlo, la amiga de Alisson, antes de ser encerrada le había dado la respuesta a la incógnita que necesitaba para localizar a la muerte.
No fue fácil convencerlo, tuvo que dar algo de valor propio. Nunca le dijo a Alisson de aquella condición. Era un peligro del que no iba huir, pero  que lo alcanzaría en algún punto de su vida.
Un sacrificio, un secuestro, y un trato con la muerte fue todo lo que necesito para que nueve meses después, sangre de su sangre, él viniera a la vida; Dasson Rowling Maxwell. Un pequeño ser que había robado el corazón de su esposa, que era un motivo más para ella de luchar ¿Qué era para él? Un pequeño hijo, que protegería a costa de su vida… a menos hasta que la muerte reclamará el trato que había hecho.
¿Valió la pena? Si. Lo hacía.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Su naturaleza es lo que hace al vampiro; degollar, matar, beber sangre fresca de la vena. Sangre a la que se niega.
No hay redención para un vampiro ni mucho menos la posibilidad de una vida normal. Eso es algo que a mi hermanito le cuesta comprender. Siempre ve el lado bueno de la situación, de las personas incluso, olvidando lo diferente que es del resto. Lo imposible que es para él encajar. No lo niego, tiene buenas intenciones y esperanza en la humanidad, esperanza en él mismo. Pero a veces olvida que este mundo se necesitan más que comer animales del bosque para sobrevivir.
Y claro, más esfuerzo para librarse de un hermano que te prometió una eternidad de sufrimiento.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Oɴᴇ ʏᴇᴀʀ
Nunca he hecho esto antes, y lo digo de forma literal. Pero considerando la ocasión y la fecha. Lo mereces, eso y más. Te amo.
https://www.youtube.com/watch?v=deXPTRAvI2w
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Sᴘᴇᴀᴋ ᴏʀ ᴅɪᴇ | Aʟɪꜱꜱᴏɴ Mᴀxᴡᴇʟʟ. (Rol Dalisson)
            𝚆𝚑𝚒𝚝𝚖𝚘𝚛𝚎 -  𝚄𝚗 𝚊ñ𝚘 𝚊𝚝𝚛𝚊́𝚜.  | 𝚃𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚎𝚜𝚎𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎́𝚜 𝚍𝚎𝚕 𝚞́𝚕𝚝𝚒𝚖𝚘 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘.
Tres meses. Tenía tres meses siendo prisionero, tres meses bebiendo solo un vaso de sangre para no perder fuerza; tres meses sufriendo de diferentes procedimientos y experimentos que a la morena se le ocurrían. Aquello le recordaba la época en la mazmorra en la que Wes Maxfield lo tuvo prisionero durante mucho tiempo, y de la cual había escapado en un incendio con ayuda de Lorenzo.
A excepción de él, la chica era más moderna. Lo mantenía en una celda bastante espaciosa con su propio baño incluido para su higiene personal, una propia cama para él, y algunas cosas más, pero aún con todo ello no dejaba de tener pinta de cuarto de hospital.
Ahí mismo ingresaba para atarlo a la camilla y cuando tendía a sacarlo lo hacía poniendo una mezcla de verbena en su bebida. Era una chica inteligente; pues sabía a la perfección que Damon necesitaba esa sangre para sobrevivir así que siempre se tomaría ese vaso, sin excepciones, rogando que no tuviera verbena que lo dejará inconsciente. Pero, así como esa costumbre tenía ventajas, también tenía puntos clave que podría usar en su contra.
Aquella tarde había sido un poco diferente a las demás, Elena 2.0 — cómo había decidido llamarle—, ingreso a la celda después de que el ojiazul aparento tomarse el vaso; había pasado meses planeando su escape. Damon necesitaba respuestas y ella se los daría por las buenas o por las malas. Durante los tres meses no hizo más que un patrón de sus movimientos; midiendo las posibilidades que tendría de éxito, y aquellos riesgos que corría. También dedujo que evidentemente no era Elena, tenían hábitos distintos que destacaban con fuerza. Conocía lo suficiente a su ex para reconocerla.
Sin embargo, conocer a Alisson, fue demasiado fácil. Incluso tenía una rutina para experimentar con él, pensando que jamás se daría cuenta. Lo había subestimado mucho. Además, cuando la doctora ingresaba a la habitación nunca traía consigo algún objeto que pudiera defenderla. Primer error. La confianza que tenía respecto a que el vampiro tomaría el vaso no era bueno para ella, aunque para Damon suponía una ventaja.
La morena incluso dejaba sin seguro la puerta, dado que, al atarlo ella pensaba que no podría escapar y por puesto, no se tomaba la molestia de asegurar que no saliera. Quizás, era también por su propia seguridad, por si algo salía mal, ella podría salir corriendo. No se quedaría con Damon encerrada. Ese era otra cuestión que había analizado; no entendía porque, pero la morena tenía una especie de trauma, un miedo que reflejaba incluso cuando se acercaba muchas de esas veces a él.
Era por todo eso, que hoy sería el día perfecto para poner en marcha su plan. El cuerpo del vampiro yacía recostado en el suelo, manteniendo los ojos cerrados. Cuando estuvo seguro de que la contraria había ingresado, abrió los ojos de golpe. Uso su vampirismo para moverse lo más rápido que sus energías se lo permitían, sin titubear, acorralo a la contraria contra la pared tomándola del cuello con una de sus manos. Un jadeo de sorpresa escapó de los labios contrarios, podía sentir ese miedo hacerse presente y expandirse por su pequeño cuerpo.
Ese miedo que tenía cada que estaban cerca y que Damon usaría como arma.
                                         —                                           — Apuesto que no te esperabas eso. — Musitó con una sonrisa ladina formándose en su rostro. La diversión brillaba en su mirada; era evidente que su suposición había sido acertada. — — Musitó con una sonrisa ladina formándose en su rostro. La diversión brillaba en su mirada; era evidente que su suposición había sido acertada. — Creo que es mi turno de hacerte unas preguntas. Y por tu bien. —Mencionó, pausando sus palabras. Su rostro se deformó, revelando el monstruo que llegaba a ser; sus colmillos salieron a la luz, junto con esa mirada asesina— —Mencionó, pausando sus palabras. Su rostro se deformó, revelando el monstruo que llegaba a ser; sus colmillos salieron a la luz, junto con esa mirada asesina— Más vale que respondas.— Finalizó.
Alisson Maxwell
Todo se había convertido en una rutina para Alisson, ir a sus clases, visitar a su padre y después volver a Whitmore para continuar con su experimento: el ver cómo funcionaba el vampirismo. Sabía que estaba más que mal el mantener al vampiro en aquel lugar, pero ella necesitaba saberlo, necesitaba… Sentirse a salvo y sabía que sólo de aquel modo lo iba a conseguir, aunque también sabía que en el fondo se estaba mintiendo. Había hecho de todo para mantener lo más cómodo al vampiro pues sabía que aún había una parte de él que era humana, así que siempre pensaba en ello, porque ella era médico y su deber era ver por la salud humana y al tratar de cumplir con las necesidades básicas del vampiro, sentía que hacía lo correcto y lo apropiado para la situación. Incluso ya tenía una rutina básica para el momento de inicio, ella llegaba, preparaba la sangre del vampiro con la cantidad suficiente de verbena como para dormirlo y después proseguía a atarlo a la camilla, para después continuar con lo estipulado.
Y esta vez no sería diferente, había llegado a la hora de siempre, sólo que ese día había sido uno de los más complicados para Alisson, se había despertado con un mal presentimiento que la había acompañado por todo el día, más lo había olvidado y había seguido con su rutina, por lo que en cuanto entró a la habitación y miró de reojo cómo el pelinegro se encontraba sentado en la camilla, suspiró y se dispuso a preparar la sangre. La pasó con sumo cuidado por entre las rejas y se alejó rápidamente.
A pesar de todo el tiempo, ella aún seguía temiendo de los vampiros, su cuerpo se congelaba si se acercaba más del límite que ella misma se había puesto. Así que sin más se giró a colocarse sus guantes y en cuanto volvió su atención al vampiro pudo verlo ya recostado, por lo que supo que era momento de entrar, así que abrió de nuevo la celda y entró. Se acercó a su mesa de instrumentos pero justo cuando estaba por tomar su bisturí, el aire corrió a su alrededor y se encontró acorralada contra la pared con el pelinegro frente a ella.
El miedo inundó sus venas y su mente se bloqueó por completo, llevándola a ese lugar años atrás, en el sótano en el que había sido torturada por horas. Un quejido escapó de sus labios y a lo lejos pudo escuchar una voz, por lo que se aferró a ella y al parpadear vio el rostro del pelinegro deformarse y dejando ver al monstruo que realmente era, aunque eso que algo en Alisson cambiara y que poco a poco una sonrisa se extendiera en su rostro.
— Bueno… Creo que entonces… Tendrás que esperar a las respuestas. — Murmuró con la voz entrecortada debido al modo en el que la tenía sujeta por el cuello, más en ningún momento dejó que la sonrisa desapareciera. Giró su rostro un poco y pudo ver que su mesa estaba cerca, “Es ahora o nunca, Alisson”, pensó y estiró la mano para poder tomar su bisturí. Ya había pasado por eso y no iba a repetirlo, prefería morir antes que ser torturada de nuevo.
Damon S. Rowling
La sonrisa que la contraria había formulado despertó la duda en su mente; sabia reconocer cuando el miedo era ocultado por una seguridad fingida y cuando algo era pensado antes de realizarlo. Alisson intentaba mantenerse serena y tranquila, pero el nerviosismo saltaba en sus ojos; el miedo que estos trasmitían a pesar de su sonrisa hablaba por su cuenta. Aun con todo, esto era diferente, algo le decía que la morena lo había pensado antes, quizás no calculado todo lo que le había llevado a encontrarse en manos del vampiro, pero, si, si alguna vez se enfrentaba la situación. El movimiento de reojo de la chica y su necesidad de alcanzar el bisturí fueron interrumpidos por otro suyo justo a tiempo.
Lo dedujo rápidamente cuando la contraria dirigió su vista hasta ahí; se había delatado sola. El vampirismo le permitió tomarlo antes que ella, encargándose de tirarlo lejos. Sin embargo, la mesa aún estaba demasiado cerca por lo que la empujo de una patada, sin soltarla del todo, evitando que pudiera usararla en su contra.
El ruido de los instrumentos al tocar el suelo no se hizo esperar, esta vez fue Damon el que formuló una sonrisa en sus labios. Estaba acorralada.
     — Me temo que no. La que tendrá que esperar para huir es otra. —Musitó, con voz dura.
Su rostro regreso a la normalidad de a poco en poco. Sus manos tomaron las muñecas de la contraria, esta vez, pegándola contra la pared mientras sostenía cada una al costado del cuerpo de ella.
     — Esta posición es demasiado comprometedora ¿no? Pero considerando que tienes manos inquietas, es una medida necesaria. —Mencionó ladeando la cabeza a un costado.
Su sonrisa no había desaparecido. El brillo en sus ojos dejaba en evidencia la diversión que estaba teniendo ante terror que sentía la contraria.
     — Soy un vampiro, querida. Podría destrozarte el cuello si así lo quisiera, pero relájate. —Dijo mientras sus labios se acercaron a su cuello, con intención de aclarar su punto. Se separo apenas vio un escalofrío recorrerla. —Tengo dudas que no pueden esperar y una de ellas es acerca de quien eres. No todos los días te secuestra una cara idéntica a la de tu ex, no lo tomes personal, pero he superado a dos de ellas en el pasado. Justo cuando pensé librarme de ese rostro, apareces tú. —Mencionó, buscando la mirada de ella. — Mala suerte para ti.
Alisson Maxwell
Una mueca de asco cruzo por el rostro de la morena, puesto que el tener al vampiro así de cerca de ella le causaba repulsión, lo cual hasta cierto grado era divertido puesto que en los meses pasados había creído que el mismo era atractivo, más sin embargo verlo ahora en esa faceta simplemente le traía recuerdos de lo que le había sucedido.
— “Me recuerdas tanto a mí ex”, ¿Por favor podrías dejar de llorar por eso? — Exclamó la joven doctora mientras se removía entre el cuerpo del vampiro y la pared, si bien el miedo no había desaparecido, su cordura tampoco había vuelto, lo único que estaba era su supervivencia. — Llevo meses escuchándote llorar por ella, simplemente supera que no soy Elina, Edna o Emma, como sea. — No tardó en poner los ojos en blanco y volver a forcejear.
Sabía que estaba tentando a su suerte al comportarse de aquel modo, pero Alisson necesitaba simplemente acabar con todo eso, estaba harta de estar luchando por sobrevivir, siempre caía en manos de vampiros. West la había arrojado y había dejado que acabaran con ella, incluso había sentido cómo su alma había sufrido en aquella noche. Había visto su muerte en los ojos del vampiro por horas y ella había resistido, por su padre y por sus ganas de vivir, pero ahora sabía que no había nada porque luchar.
Poco a poco fue dejando de luchar y simplemente se quedó completamente quieta. — Soy Alisson Rose Maxwell, hija del doctor Andrew Maxwell y de su mujer… Su mujer…— La voz de Alisson se quebró al hablar de su madre, Laurie Maxwell, aquella mujer que la había cuidado y se había enamorado de ella desde que la vio en aquel orfanato. Fue su salvación y la razón por la que ella había elegido ser doctora. “Necesitas luchar, Ali-Al, necesitas hacerlo por ella”, aquella voz en su mente la hizo reaccionar, cerró sus ojos por unos segundos y después supo que hacer.
Miró fijamente al vampiro y en un movimiento rápido, hizo su cabeza hacía atrás y después la regresó, dándole un fuerte cabezazo para después levantar con fuerza su rodilla y golpear así las partes nobles del vampiro, ya que sabía que siendo hombre o vampiro, aquel golpe dolía igual. Al verse liberada no tardo en correr y tomar el bisturí para después salir disparada hacía la puerta.
Damon S. Rowling
Había visto su reacción ante la cercanía que tenían, lo que hizo que, de manera descarada el vampiro la escaneara por completo para provocarle; manteniendo su sonrisa ladina y mirándole todo el cuerpo mientras escuchaba su hablar. La situación le parecía divertida, por lo ruda que se comportaba como si tuviera alguna posibilidad o estuviera considerando sus opciones. Tenía que admitir que era una chica muy valiente al hablarle de esa manera, considerando la desventaja que tenía. Pero entonces, la morena dejo de forcejarse entre el pequeño espacio en el que estaba atrapada. Alisson. Una de sus cejas se arqueo demostrando interés. Alisson Maxwell. Seguramente la siguiente doppelgänger, pensó. Considerando las fechas en la que el linaje Petrova se hizo presente, algo no encajaba en la situación.
Su voz había temblado al recordar a su madre, y justo estaba por hacer un comentario sarcástico cuando el golpe inesperado estampo contra su cabeza; el dolor se extendió no quedándose solo ahí, sino también por el golpe de su rodilla que lo tumbo en el suelo, quejándose del dolor. Había sido un golpe certero e inesperado. Visualizo como la contraria aprovecho la situación para moverse con rapidez e intentar salir. Le dio ventaja suficiente hasta que el dolor ceso y pudo sostenerse de pie.
No tardo en alcanzarla, ella solo había doblado unos cuantos pasillos dispuesta a salir del hospital cuando Damon se colocó justo enfrente suyo, impidiéndole el paso. La chica se estampo contra su pecho, causando que el bisturí le hiciera una herida en su propia mano por la forma en la que lo sostenía. El olor a sangre le removió en su interior. Había estado meses sobreviviendo de un vaso cada cierto día, tenía hambre.
        —Eso fue muy grosero. —Mencionó, formando una línea en sus labios. Su mirada se mantenía seria, esperando el próximo ataque de la morena. Seguía notando lo asustada que estaba, lo nerviosa que le ponía la situación.
Damon dio un paso hacia delante.
        —Esto podría haber sido diferente, solo quería unas respuestas, te dejaría libre, es el estilo de mi hermano, pero considerando que no soy Stefan, te daré ventaja sobre esto. —Mencionó, haciendo una pausa en sus palabras de unos segundos hasta que su rostro se deformo. El enojo y las ansias de sed hablaba por su cuenta, ahora solo la veía como una víctima más. — Corre. —Musitó.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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No había música y aún así nos movíamos a un compás más que perfecto. Era una conexión verdadera, con los pasos, con los movimientos, con nuestros corazones.
No existía nada más que nosotros. Alisson y Damon gozando de una eternidad juntos. Donde solo importamos los dos y nadie más.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Hɪs ɴᴀᴍᴇ ɪs Aʟɪssᴏɴ (Rol Dalisson)
             𝚆𝚑𝚒𝚝𝚖𝚘𝚛𝚎 -  𝚄𝚗 𝚊ñ𝚘 𝚊𝚝𝚛𝚊́𝚜.
Recordaba sentir el puño aterrizar sobre su mejilla, causándole un palpitar molesto al instante. Un golpe cerca de sus costillas que le hizo contener el aire, no tardo en seguirle. Podía saborear el sabor metálico de su propia sangre en sus labios. Y aún con toda desventaja en aquella pelea, intentaba defenderse sin tener la intención de rendirse, como si le fuera posible ganarle al original. Elijah mantenía sus golpes precisos y directos. Damon tomó una de las estacas que Jeremy le había dado en un intento de cambiar los roles, sin embargo, el original intuyo el movimiento por lo que agarró el brazo del vampiro girándolo y doblando el mismo contra su espalda, mientras con la otra le arrebataba el objeto de sus manos.
La pelea dio inicio ante la imprudencia que había tenido el vampiro por meterse de nuevo con la familia original. Intentar sacarle información, y usarlos para algún beneficio o incluso arrebatarles un objeto de su pertenencia podía ser peligroso si se cometía un error como el que Salvatore había cometido; el enojo del noble de la familia no se hizo esperar. Ellos defendían a los suyos sin pensarlo, y era por ello que se encontraban aquí, intentando sobrevivir ante los golpes de Mikaelson.
El dolor de su piel siendo atravesada por la estaca le recorrió por completo, obligándolo a quejarse ante la agonía que sentía al tener la madera tan cerca de su corazón. Un último golpe marcó el final de la pelea; todo lo demás fue oscuridad.
Sus ojos se abrieron poco a poco ante el conflicto que le causaba la luz del foco cerca de su rostro. La imagen borrosa que le proporcionaba su vista, pronto se aclaró, revelando una especie de cuarto de cirugía. Damon frunció el ceño cuando su mente se despejo y recordó la pelea que había librado con el original y como este le había clavado una estaca cerca de su pecho.
Aun mareado, intentó sentarse sobre la cama en la que se encontraba, pero las ataduras que tenía en las manos le impidieron siquiera moverse mucho. El vampiro no tardó mucho en darse cuenta en la posición que se encontraba; todo su cuerpo estaba literalmente amarrado a una camilla, sus muñecas se amarraban a la base de la misma, al igual que sus pies. Intento usar su fuerza a su beneficio para librarse del agarre, pero sus intentos fueron nulos.
La voz de una chica pronto captó su atención, estaba seguro que había un toque de familiaridad en ello, pero no lo reconoció en seguida. Dio un vistazo rápido a su alrededor dándose cuenta que en la habitación solo se encontraba él, quería saber si reconocía el lugar y que tan desventajosa era su situación . Sin embargo, escuchaba la voz seguir hablando por lo que agudizó su oído para entender que la voz se encontraba explicando el movimiento que él hacía.
       —        —“El sujeto ha despertado después de permanecer sedado durante una hora y tres más de inconsciencia. Su rostro revela sorpresa ante el lugar en el que se encuentra. No recuerda nada de lo acontecido. Sus heridas han desaparecido, no hay rastro de la estaca, lo que confirman la hipótesis de que es un vampiro.”  —
Musitó la voz de aquella mujer. El click que indicaba que la grabadora había parado de grabar fue lo último en escucharse.
       —       —       —“Alisson, vamos, solo ábrelo. Es un vampiro, no va sentirlo, así podrías estudiar más de cerca cómo se regenera” — Le oyó decir seguido de lo anterior.
La figura de una mujer se materializó cuando la puerta de la habitación fue abierta. La luz que entraba en ella lo dejó ciego por un instante, obligándole a cerrar sus ojos. Cuando la claridad le permitió ver a la castaña frente a él, la sorpresa se adueñó de su cuerpo; aquella chica que había escuchado con anterioridad era conocida para él, incluso ahora sabia el por que su voz se había hecho tan familiar.
       —¿Elena?—Preguntó con la confusión brillando en su mirada. Evidentemente, sin entender nada.
               ❝ Alisson Maxwell❞
Alisson dio un portazo conforme entraba a su consultorio y tomaba su bolso con brusquedad, tirando así la foto que tenía en su escritorio, junto con la placa con su nombre que su padre le había dado. Hizo una ligera mueca y se agachó para levantar la foto, la miró por unos segundos y no pudo evitar el pasar sus dedos por la misma. Ahí, la sonrisa de su madre la recibía tan cálida como siempre, lo que hizo que la castaña sonriera y volviese a colocar la foto en su escritorio junto con su placa.
       —         — Alisson, lo siento no debí decir eso. — La voz de Marvel hizo que saliera de su ensoñación y se girara para encararlo.
       —         — Sí, no debiste, así que ahora hazme el favor de hacerte a un lado y dejarme pasar, tengo cosas más importantes que hacer que escuchar tu cantaleta. — Exclamó Alisson volviendo a tomar su bolso para así pasar a un lado del pelinegro y darle un empujón para poder salir. No estaba siendo agradable, pero el contrario había tenido la culpa de que ahora la joven lo tratara con dureza. Suspiró mientras marcaba su salida con su tarjeta y se encaminó al estacionamiento, donde había aparcado su auto.
Iba caminando completamente distraída que el sonido de un golpe hizo que diera un brinco y las llaves cayeran de sus manos, por lo que se agacho a levantarlas pero al girar su rostro, no pudo evitar el gritar al ver el cuerpo de un hombre tirado justo a unos cuantos autos del suyo, por lo que se incorporó de inmediato y se acercó casi corriendo al hombre, pero su sorpresa fue más al ver que tenía una estaca clavada en su cuerpo, eso hizo que algo en el cerebro de la doctora hiciera click.
       —         — Vampiro. — Susurro más para ella misma, así que rebuscando en su bolso encontró un pequeño frasco con verbena que el doctor Scott le había dado. Tomó una jeringa y sacó un poco del líquido con la misma para después inyectarlo en el cuello del hombre.
Hizo una ligera mueca al pensar en lo que haría en ese momento más sin embargo sabía que era su deber hacerlo, puesto que aún era una novata en aquello de los experimentos, pero debía de asegurarse de que estaba vivo, así que sin más, sacó la estaca y fijó su mirada en la herida, al ver que nada ocurría golpeo su frente.
       —         — Eres una estúpida, Alisson, es obvio que no se regenera de un momento a otro. — Frunció el ceño e hizo lo que nunca creyó hacer de nuevo…. Llamar a Marvel para pedir su ayuda.  
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Pasó la mano por su cabello mientras escribía con rapidez en su cuaderno, habían pasado horas desde que entre ella y Marvel habían llevado al vampiro a los sótanos de Whitmore, las mismas horas que el sujeto no había movido ni un solo dedo y de no ser porque la herida había sanado, Alisson pensaría que estaba muerto, pero de igual modo agradeció que no despertara pues aún no estaba acostumbrada a herir personas. “Ellos no son personas, Ali, son monstruos que no durarían en matarte” se recordó mientras volvía a tomar la grabadora y se acercaba al vampiro.
Poco a poco pudo ver cómo abría sus ojos y no pudo evitar el maravillarse al ver lo azules que eran, más su atención cambió al escuchar su voz. Elena. ¿Quién era Elena y por qué fue lo primero que dijo? Aunque pudo escuchar la confusión en su rostro.
       —        — Despertaste…— Murmuró la morena mientras daba un paso algo dudoso hacía él. — — Murmuró la morena mientras daba un paso algo dudoso hacía él. — ¿Cuál es tú nombre? — Preguntó desviando la mirada hacía la mesa de operaciones en donde estabas todos sus instrumentos para operar.
               ❝ Damon S. Rowling❞
La confusión seguía reflejada en su mirada, no podía apartar la vista de la joven sin entender nada; la miraba a los ojos, intentaba encontrar alguna explicación lógica a todo esto. Era Elena, estaba completamente seguro, no podía confundirla, no había manera de hacerlo, aun cuando lo hubiera; Katherine estaba muerta. Quizás Stefan se encontraba buscándolo, considerando como era su hermano, no sería nada extraño. Eso explicaría por qué Gilbert estaba aquí, ella estaba ayudándole. Sin embargo, al escucharle preguntar su nombre nada cuadro, su hipótesis se fue al carajo. Frunció el ceño enseguida. Algo no estaba bien.
—Creo que te tomaste muy enserio eso de superar a tu ex y fingir no conocerlo. —Se atrevió a bromear, sonriendo de la manera ladina que siempre le caracterizo, solo que débilmente. Aún sentía la verbena corriendo por sus venas. Pronto recuperaría su fuerza, pero mientras eso pasaba no le quedaba de otra más que permanecer ahí atado. Esperaba que esto fue solo una broma de mal gusto por parte de la joven.
— No me puedo imaginar lo preocupada que te sentías por mí. —Dijo de manera irónica. —
Sus ojos se cerraron ante el dolor que sentía en su cuerpo, no estaba seguro si era por la verbena o por los golpes. De lo que sí estaba seguro era que algunos pedazos de la estaca, seguían en su pecho. Era capaz de sentir la madera picándole, casi punzándole cerca del corazón. Un gemido de dolor escapó de sus labios, si la madera se acercaba lo suficiente sería capaz de rasgarle el corazón.
—Algo me dice que no hiciste un buen trabajo retirando la estaca. —Musitó con voz ronca. —  —Musitó con voz ronca. — El hospital debe cuestionarse sobre la doctora que contrató. —Bromeo. — —Bromeo. — Elena, te agradecería si me ayudarás. Así podemos salir de esto cuanto antes. No lo tomes a mal, pero pensé que te volvería a ver en un contexto diferente. No lo sé, quizás con menos ropa. Siempre supe que tenías fetiches extraños sin embargo esto sobrepasa los límites. —Continúo diciendo.
Damon siempre seria así y nunca cambiaría. Un idiota por naturaleza, aún en los peores momentos.
               ❝ Alisson Maxwell❞
La morena volvió a enarcar su ceja ante las palabras dichas por el ajeno, no podía sacarse por qué demonios la estaba llamando Elena y porque le había dicho que había hecho un mal trabajo con la estaca. Además de que pudo sentir un poco de culpa golpearla al ver cómo le pedía que lo sacara de ahí, más la misma así como llegó se esfumó, pues Alisson sabía que era lo que estaba haciendo ahí: su trabajo.
— Escucha, el que me llames por otro nombre no te va a garantizar el que te saqué de aquí, lo siento, así que deja de hacerlo. — Exclamó mientras volvía a desviar la mirada y se alejaba hasta la mesa de operaciones para tomar su bisturí y la grabadora. — — Exclamó mientras volvía a desviar la mirada y se alejaba hasta la mesa de operaciones para tomar su bisturí y la grabadora. — El sujeto ha dicho que me he equivocado al sacar la estaca, así que abriré y revisaré que todo esté en orden. — Musitó como si el vampiro no estuviese ahí, escuchando cada palabra que salía de sus labios, lo que hizo que la culpa la golpeara de nuevo pues una cosa había sido el abrirlo estando él inconsciente y otra era abrirlo ahora, con el completamente despierto.
Se debatió por unos segundos en sí sedarlo o no, Alisson no era una sádica como sus demás compañeros ya que ella sabía en carne propia lo que era sufrir por cortadas o colmillos clavados en la piel de su cuello, así que tras pensarlo, se decidió a tomar otro frasco con verbena.
       —         — Me agradecerás después de esto, créeme, mejor que fui yo a Marvel. — Dijo mientras sacaba el líquido y se acercaba para tocar su brazo y poder inyectar la verbena.
No le pasó desapercibido el cosquilleo que sintió en sus dedos al volver a rozar la piel del pelinegro y deseo golpear su cabeza en aquel momento, se estaba portando como una boba debilucha pero no le importaba pues sabía que en algún momento los vampiros habían sido humanos y esa parte de ellos era la que la castaña aún respetaba.
               ❝ Damon S. Rowling❞
Los puntos se unieron en su cabeza haciendo un clic, sus sospechas de una nueva doppelgänger se hicieron presentes. Pero más la posibilidad de que la morena hubiera sufrido alguna especie de pérdida de memoria y alguien más hubiese sacado ventaja de ello. No sería extraño, considerando que hacía más de un año que no tenía noticias de ella y lo mucho que con ayuda de su hermano constantemente tenían que sacarle de problemas mientras residía ahí. Incluso aquella vez que con ayuda de Alaric se había obligado a olvidar su relación con él le hicieron considerarlo, el vampiro había insistido mucho hasta que ella misma había cruzado la línea que restringia a Mystic Falls de los vampiros para intentar recordar. No era algo para descartar y era lo más lógico que se le ocurría.
—Llamarme sujeto tampoco borrará lo nuestro, Elena. —Insistió por última vez. Tenía que usar el plan B; hacerle recordar si es que la segunda opción era acertada. —  —Insistió por última vez. Tenía que usar el plan B; hacerle recordar si es que la segunda opción era acertada. — Tuvimos algo bueno, un amor que te consumía con frecuencia, la aventura y el peligro que siempre soñaste, sin contar que te volvía loca cada vez que mi boca recorría tu cuerpo. —Musitó esto último con una sonrisa descarada apareciendo en sus labios. Sin embargo, la aguja entró en su piel dándole molestia.
El líquido quemaba; sentía como este se extendía por todo su cuerpo, causándole un dolor intenso. Damon apretó los dientes, gruñendo ante la verbena que le inyectó. Este al instante comenzó a marearlo, sin embargo, él batallaba por no perder el conocimiento y averiguar más; necesitaba descifrar esa encrucijada.
Tenía que hacerla hablar o por lo menos recordar una parte de lo que vivieron.
       —        —Lo que me pregunto es a quien tuviste que recurrir esta vez para olvidarme. Entiendo que tengo un gran efecto en las mujeres. No puedes vivir sin mí, no lo pudiste hacer hasta que Alaric te hizo olvidarlo hace algunos años. —Musitó. — —Musitó. — Eso deja una gran incógnita. Tu desesperamiento habla por ti. Supongo que Marvel es colega con el que te acuestas para olvidarme, como el chico que usabas en la universidad. Al que por cierto ahora está muerto. —Gimió, cerrando los ojos un instante. — —Gimió, cerrando los ojos un instante. — Pero tienes que admitirlo, tengo un gran efecto en ti. Es por eso que sigues siendo considerada conmigo. Tienes esa debilidad por mí, no te culpo. —Dijo esto último con un tono de voz más bajo.
En cualquier momento perdería el conocimiento. Sin esperar respuesta, visualizo como la contraria fruncía el ceño, acercándose con el bisturí. El dolor del corte fue todo lo que necesito para que la oscuridad se adueñará de él.
               ❝ Alisson Maxwell❞
La confusión volvió a reflejarse en el rostro de Alisson y deseó no haberle inyectado la verbena al vampiro pues ahora la había dejado más que confundida. ¿Por qué la seguía llamando Elena?, ¿por qué le había insinuado que se acostaba con Marvel?, esa simple idea le asqueaba más que a nada, pero las preguntas inundaban su mente cómo si de una gran ola se tratase. Se perdió tanto que no notó que ya había hecho una larga cortada en el pecho del pelinegro, así que cuando volvió su atención, la herida ya se estaba curando.
       —         — Oh diablos…— Murmuró mientras negaba levemente con su cabeza, como si de aquel modo pudiese aclarar su mente.  
       —        — Venga, Al, recuerda lo que dijo. Algo hiciste mal. — Exclamó y sin esperar a más, volvió a abrirlo por el pecho, aunque esta vez buscando algo, aunque no sabía que, más su sorpresa aumentó al ver que por dentro, él no había sanado del todo y en efecto, ella había hecho algo mal al sacar la estaca, así que aguantando la respiración, metió su mano en el hoyo que había dejado la estaca y hurgó ahí hasta que sintió algo duro y rasposo con los dedos, frunció el ceño y lo tomó para después sacar su mano. — — Exclamó y sin esperar a más, volvió a abrirlo por el pecho, aunque esta vez buscando algo, aunque no sabía que, más su sorpresa aumentó al ver que por dentro, él no había sanado del todo y en efecto, ella había hecho algo mal al sacar la estaca, así que aguantando la respiración, metió su mano en el hoyo que había dejado la estaca y hurgó ahí hasta que sintió algo duro y rasposo con los dedos, frunció el ceño y lo tomó para después sacar su mano. — Vaya… Esto no me lo esperaba. — Dijo al ver el pequeño pedazo de madera, eso dio un click en su cerebro. Tal vez el sacar la estaca tan rápido había dejado residuos y su trabajo ahora era sacarlos y sabía que aquello podía tomarle tiempo, así que suspiró y continúo sacando cada uno de los trozos.  
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Alisson se quitó los guantes y se sentó, mirando fijamente el rostro del vampiro, en todo el tiempo que tardó en sacar los trozos de madera, no pudo evitar estar mirándolo y de igual modo se preguntaba el cómo había terminado así, siendo un vampiro. Suspiró y tiró los guantes al cesto de basura, para así volver y tomar de nuevo su grabadora. — Alisson se quitó los guantes y se sentó, mirando fijamente el rostro del vampiro, en todo el tiempo que tardó en sacar los trozos de madera, no pudo evitar estar mirándolo y de igual modo se preguntaba el cómo había terminado así, siendo un vampiro. Suspiró y tiró los guantes al cesto de basura, para así volver y tomar de nuevo su grabadora. — El sujeto continúa dormido después de inyectarle una dosis de verbena. He sacado el último trozo de madera de su pecho y él mismo comenzó a sanar, revisé sus pupilas y siguen dilatadas, ahora sólo espero a que despierte para continuar con el interrogatorio. — Exclamó y dio en stop a la grabadora. ¿Por qué había dicho interrogatorio si ella no había hecho pregunta alguna? No, pero ahora ella estaba curiosa por saber quiénes eran las personas que el vampiro le había nombrado: Elena y Alaric.  
Un movimiento hizo que su atención se dirigiera de nuevo al contrario, estaba despertando y era tiempo para continuar con su investigación. — Un movimiento hizo que su atención se dirigiera de nuevo al contrario, estaba despertando y era tiempo para continuar con su investigación. — Después de un rato, el sujeto comienza a despertar, se nota algo desorientado pero creo que es por la verbena. — Musitó y se acercó en dos pasos a la mesa de operaciones en la que habían puesto al vampiro. —— Musitó y se acercó en dos pasos a la mesa de operaciones en la que habían puesto al vampiro. — Necesito revisar tus pupilas. — Dijo y tomó su pequeña lámpara para poder ver sus ojos. Sus pupilas ya no se encontraban dilatadas en lo absoluto. —  — Dijo y tomó su pequeña lámpara para poder ver sus ojos. Sus pupilas ya no se encontraban dilatadas en lo absoluto. — Vaya… Es fascinante cómo trabaja tu cuerpo. — Soltó sin pensar y negó rápidamente con la cabeza. Sí, estaba jodida.
               ❝ Damon S. Rowling❞
En su oscuridad las pesadillas comenzaron a atormentarlo; siempre era lo mismo desde aquel día en que su hermano lo había exiliado y su relación con Elena término. Siempre había jodido todo, pero ese día había sobrepasado los límites. El vampiro estaba consciente de que no siempre podrían tolerar sus errores. Ese día lo confirmo y tampoco le sorprendió la reacción de ellos dos. De hecho, más le sorprendía lo mucho que habían tolerado su actitud. Aun podía recordar el rostro enojado de su hermano y la decepción en los ojos de Elena.
Era una de las grandes razones de porque había abandonado Mystic Falls, dedicándose a viajar en todo el mundo como antes de llegar ahí y conocer a Elena. Viviendo del descontrol, del alcohol, de las mujeres y las matanzas. Dejando rastros sin importar las consecuencias. Por ello no tenía contacto con ninguno de los dos, por ello su imprudencia con la doctora. Bueno, no, no podía justificar lo idiota que podría ser. Eso era parte de su naturaleza.
Siempre había sido un jodido imbécil cuando quería.
Cuando por fin la luz se hizo presente, la cercanía de este le incómodo, todo era blanco, no podía ver nada más. Era por la lámpara que la morena había colocado en sus ojos. Su vista tardo en acostumbrarse al consultorio al ella separar aquella luz. Su voz de nuevo grabando le hizo fruncir el ceño, era una maldita. Pero sus palabras le sirvieron para recordar las circunstancias en las que se encontraba.
La figura de la contraria se visualizó enfrente de él. Damon nuevamente intentó sentarse, pero las ataduras de sus muñecas se lo impidieron hacerlo, causándole un dolor intenso.
—Y yo que pensé que estaba teniendo una pesadilla. —Musitó al instante. La incomodidad de su pecho había desaparecido al menos; eso le hizo pensar que la operación o lo que sea que hubiera hecho había funcionado. Ninguna estaca amenazando su corazón.
—Tengo que admitir que has hecho un buen trabajo, ninguna astilla más. Por fin pudiste hacerlo de manera correcta. Solo espero que eso no te pase con los pacientes de verdad que mira, no todos pueden regenerarse como yo. No me sorprendería si tuvieras un largo historial de fracasos. —Dijo. Casi casi rentándola. ——Dijo. Casi casi rentándola. —En cuanto tu última pregunta, el vampirismo puede hacer maravillas. Nada puede matarnos excepto una estaca o que nos quiten el corazón. A menos que seas un original, ahí sería una estaca de roble blanco, pero mientras somos inmunes a todo. Sin embargo, eso ya lo sabías, ¿no, Elena? —Musito. —
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Relato Alisson
— ¿Así es como será esto? — Preguntó la castaña mientras se ponía de pie y miraba como Damon entraba por décima ocasión a la mansión oliendo a alcohol y con la ropa desarreglada. — Te pediré algo y como no quieres hacerlo, comenzarás a beber hasta desfallecer. — No pudo evitar rodar sus ojos mientras que suspiraba y pasaba sus manos por su rostro, en una clara señal de que estaba completamente estresada.
Había tratado de ignorar el comportamiento del vampiro, pero cada día el mismo comenzaba a molestarla aún más, a tal punto en el que Alisson simplemente había terminado por doblar turnos en el hospital para no tener que llegar a casa, pero el cansancio había hecho mella en ella y en su última jornada había terminado de cara contra el suelo debido a que llevaba algunos días sin dormir, por lo que le habían enviado de regreso a su casa.
— Estoy hartándome de esto, Damon. — Susurró mientras bajaba la mirada y negaba levemente con su cabeza mientras hacía puños sus manos. — Si no lo querías hacer, un simple no me bastaba. — La voz de Alisson se quebró, así que tuvo que callarse y desviar la mirada hacia la pared. Lo había pensado por días y ahora que tenía al pelinegro enfrente era hora de decirlo.  — Volveré a Whitmore, a la casa de mis padres. — Murmuró y sintió como las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas, más lo ignoró y simplemente pasó a un lado del vampiro. Necesitaba hacer sus maletas y huir de aquel lugar antes de que todo empeorara más.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Te amo, pero no puedo acceder a tu petición. Esta vez seré lo suficientemente egoísta para pensar en que quiero. Lo lamento. No estoy dispuesto a ceder. — Musitó Damon.
El tenerla enfrente le permitió ver como las lágrimas se deslizaban por su rostro, ante las palabras del pelinegro. Odiaba ser el causante de aquella tristeza en sus ojos. Sabia que ello era su mayor deseo, el serle negado le dolería. Pero Damon no estaba preparado para esa vida; no quería limitarse a que lo que tenían cambiará. Después de darle muchas vueltas a la situación por fin había reunido el valor para decírselo a la cara. El futuro de ambos era incierto pero era mejor arriesgarse a acceder a algo que él no deseaba.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Rol Dalisson
Alisson Maxwell
Alisson miraba fijamente la chimenea de la mansión Salvatore, preguntándose más de una vez si lo que estaba a punto de hacer sería lo correcto, es decir, ella nunca en su vida se hubiese planteado lo que ahora estaba pensando, pero ahora tenía otra perspectiva acerca del mundo y de lo que ella quería hacer con su futuro. Así que ahí estaba, sentada envuelta en una frazada mientras esperaba a que Damon regresara.
“¿Cómo crees que lo tome?” Su subconsciente estaba ahí, agraviando más la inseguridad en la castaña, esa inseguridad que tanto odiaba tener pero que en estos momentos la estaba invadiendo por completo. Simplemente deseaba que Damon no enloqueciera o que la mirase como si estuviera loca. — Te ama, no creerá  que estás loca. — Musitó para sí misma mientras que se aferraba a la frazada con algo de fuerza.
No tardó en escuchar algunos pasos acercarse a la sala de estar, por lo que tomó aire y se puso de pie para enfrentar a Damon, era mejor iniciar ahora antes de dejar pasar más tiempo. — Damon… Necesitamos hablar. — Murmuró mientras quitaba la frazada de sus hombros y la dejaba caer en el sofá. Podía ver como sus manos temblaban y suspiró tratando de calmarse, pero parecía algo imposible. — He estado dándole vueltas al asunto y… El ser niñera… Me ha dado una nueva perspectiva acerca de lo que quiero. — Pasó saliva de manera ruidosa y comenzó a sentir como sus manos sudaban debido a su nerviosismo. — Quiero tener una familia, Damon, con todo lo que ello implica y quiero que tú seas parte de ello. — Alisson terminó de hablar y pudo notar que en sus labios se había extendido una gran sonrisa, por lo que simplemente esperó a ver que tenía Damon para decir.
Damon S. Salvatore
Algo había de diferente en su mujer el día de hoy; se notaba ausente, como si algo le agobiara. Quizás solo eran uno de esos momentos en los cuales la melancolía le entraban, cuando solía recordar su vida pasaba y esos fantasmas que le atormentaban. Ahora que vivían juntos aprendía un poco más a reconocer los momentos en los que ella necesitaba su propio espacio. Al principio había intentado ayudarla, pero después de la evitación por parte de ella, cedió. Las heridas tenían que tomarse su propio tiempo para sanar.
Aquella tarde el vampiro encargo amablemente a una florería mandarle un ramo de rosas a su mujer; y cuando digo encargo, hablo de hipnotizo. Sin embargo, la actitud de Alisson nunca cambio. Su última opción había sido preparar dos bebidas, por lo que fue a la cocina mientras ella tomaba calor de la chimenea.
Entrando en la habitación escuchó la necesidad por tocar un tema lo que en primera instancia le hizo fruncir el ceño. A medida que la morena explicaba, el vampiro cambiaba su expresión por una preocupante. Al finalizar ella, no pudo evitar soltar los vasos por la impresión. Seguramente su esposa esperaba que el pelinegro corriera hacia ella abrazándola para decirle que sí, pero la respuesta del vampiro no lo fue. Guardó silencio durante un buen rato, mirando como la sonrisa de su mujer desaparecía.
No era algo que esperará, y aunque la amaba; no era algo que deseará. Ellos estaban bien solos, sin nadie más que los perros a su alrededor, un hijo implicaba más cosas; limitaciones. No, definitivamente no. Pensó, pero no lo dijo, no tenía el valor.
Alisson Maxwell
Alisson esperaba pacientemente a que el pelinegro le contestará, pero conforme el tiempo pasaba y el silencio continuaba por parte del vampiro, su sonrisa fue desapareciendo, dejando tras ella un semblante serio.
— ¿Damon? ¿Dirás algo o seguirás siendo una estatua?— La voz de la castaña sonó dura, pero es que algo que no caracterizaba a la mujer era la paciencia, Alisson era todo menos paciente y Damon lo sabía. — No es como si te propusiera el matar a mil vírgenes para un pacto con el diablo. — Se notaba que estaba perdiendo la compostura pero es que no podía estar tranquila sabiendo que el vampiro simplemente no había dicho palabra alguna.
Al ver que Damon no se movía ni emitía palabra alguna, tomó la frazada y negó mientras salía de la sala de estar y se dirigía a la habitación que compartía con el mayor. Se había esperado un millón de reacciones pero ninguna como la que Damon había tenido: el no hacer nada.
Damon S. Rowling
En cuanto su esposa abandono la habitación reacciono de forma instantánea, el vampiro la siguió deteniéndola en el camino mientras la tomaba del brazo para hacerla girar sobre sus talones y así poder quedar cara a cara. Aún no encontraba las palabras adecuadas para decirlo lo que en su mente rondaba, sin embargo, esta vez no tardo tanto en hablar como antes.
— Estoy sorprendido por tu propuesta. — Fue lo primero que balbuceo — Es decir, me has tomado en un momento desprevenido. No era mi intención quedarme callado, pero ponte en mi lugar. — Musitó el vampiro.
Sin perder tiempo, rodeo con su esposa en brazos para evitar que se fuera.
— Eso es una maravillosa noticia. — Dijo aún un poco impresionado ante su petición. Mientras su cara se escondía en su pecho, el moreno aprovecho que ella no lo mirará; en su rostro se reflejaba cierto disgusto y preocupación. Tenía que encontrar la manera de decirle que no accedería a ello, pero por mientras, una mentirilla no afectaría.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Las estrellas brillaban en lo alto. No había música, tampoco la necesitábamos. El silencio dominaba el momento. El ritmo estaba en nuestra mente, en nuestros pasos, nuestros movimientos. La forma en la que mis brazos la tomaban y se sincronizaban con su cuerpo y nuestros corazones se unían; lo único que podía pensar era en lo hermosa que estaba y lo feliz que era a su lado.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Wᴇᴅᴅɪɴɢ Dᴀʟɪssᴏɴ (Respuestas)
Alisson Maxwell
Los pequeños rayos de sol habían entrado en la habitación, haciendo que poco a poco Alisson fuese abriendo sus ojos y se encontrara con la mejor vista del mundo, Damon mirándola con aquellos ojos azules que la volvían loca por completo. Había estado cerca de besar los labios del pelinegro hasta que escuchó los golpes en la puerta de su habitación, fue ahí cuando supo que estaba en problemas pues en la madrugada había escapado con Damon para poder pasar la noche con él, por lo que después de decirle a su prometido que Jane la mataría, se cambió de una manera completamente rápida y salió de la habitación, en donde se pudo encontrar cara a cara con la morena.
— Antes de que grites, lo siento, sé que estuvo mal pero no pude resistirme ante su mirada. — Exclamó antes de que Jane le gritará y al ver que su amiga simplemente negó con la cabeza, supo que en ese momento había ganado el round, aunque sabía que vendrían más cosas, pero se preocuparía por eso después, ahora sólo se tenía que dejar llevar por la castaña hacía la habitación en donde sabía que estaba todo para que se arreglara-
— ¡Vamos atrasadas! Sé que lo sientes, pero nos pudimos haber evitado estar a las prisas. — Jane hablaba mientras sacaba el vestido de Alisson del armario y lo colocaba con delicadeza en uno de los sofás que ahí había, por lo que la doctora simplemente soltó una risa y se sentó frente al tocador, más la risa se esfumó cuando vió que tenía unas enormes ojeras debajo de sus ojos. Sí, ahora notaba que había sido una locura el haberse escapado con Damon en la madrugada.
Suspiró pesadamente y se dispuso a tomar el maquillaje para comenzar a ponerlo en su rostro. Estaba tan concentrada en su tarea que no escuchó el momento en que la puerta se abrió y por la misma entraban tanto Regina cómo Aimée, eso hizo que se pusiera de pie y corriera a abrazar a las recién llegadas. — Estoy tan feliz de que hayan llegado. Jane está por matarme, así que será bueno el que hayas testigos para ir a testificar ante el juez. — Murmuró en un tono de broma mientras abrazaba a la pelinegra y después a la rubia.
Fue ahí cuando la realidad le cayó de golpe, estaba a unas cuantas horas de casarse y ella estaba hecha un completo desastre, además de que sus nervios salieron a flote y la hicieron sentarse casi de golpe en el sofá en el que se encontraba su vestido.
— Oh por dios... Estoy por casarme, chicas. — Soltó una risa llena de nervios y negó mientras se ponía de pie y sacudía sus manos para después pasearlas por su rostro. — Venga, que debo de controlarme. — Exclamó y volvió a sentarse frente el tocador. — Jane, Regina y Aimée... Por favor hagan su magia y traten de que me vea hermosa. — Susurró tomando las manos de sus tres amigas a las cuales les dedicó una pequeña sonrisa para después dejarse hacer por ellas.
Aimée E. Krossman
Emma despertó aquel día muy a la fuerza y un poco confundida del lugar donde se encontraba, esa no era su casa, aquello no estaba bien o al menos eso llegó a pensar hasta que sobre el sofá de la habitación encontró la ropa que utilizaría para la boda de Alisson, por supuesto, desde un día antes la rubia había viajado desde Storybrooke hasta Mystic Falls con una compañera de viaje bastante peculiar, por supuesto estaba hablando de Regina, quien desde que salieron del pueblo había hecho sus típicos comentarios sobre el escarabajo amarillo de la rubia, después de varias horas de viaje, llegaron a un hotel del pueblo donde se hospedarían en una habitación doble hasta el día siguiente del matrimonio para volver a casa.
Se levantó de la cama y estiró queriendo alejar el sueño que aún tenía, caminó hasta la habitación de al lado donde tocó un par de veces. — ¡Arriba, su majestad! Tardas bastante en arreglarte y llegaremos tarde. — Comentó la rubia con diversión yendo hasta su baño donde se quitó el pijama y se dispuso a dar una ducha, al salir, se fue directamente a la cama para comenzar a vestirse con calma, aun no era tan tarde pero tampoco le gustaba andar a las carreras. Terminó de ponerse el vestido y se acercó al espejo para arreglar su cabello, su maquillaje tampoco fue tan excesivo pues Emma prefería un look natural por lo cual, solo utilizo mascara para pestañas y un brillo sutil en los labios. —Gina ¿Ya estás lista? Recuerda que aun llegaremos a ayudar a Alisson— Volvió a insistir Emma agarrando su bolso para salir de su habitación.
Fueron casi unos veinte minutos más los que tuvo que esperar a Regina para poder salir ambas de ahí, subieron al escarabajo y la rubia comenzó el camino hacia la recepción, tuvo que preguntar por supuesto un par de veces para no perderse pero en menos de lo que esperaba por fin se encontraron ambas en la casa donde estaría Alisson.
Bajó del escarabajo y tras esperar a Gina, ambas entraron a la casa quedando magnificada con la grandeza de esta, subió los escalones detrás de la reina y una mujer indicó la habitación donde estaba su amiga, al entrar, la salvadora no pudo evitar abrazar a la novia con emoción. Más sus siguientes palabras la hicieron reír. —Yo soy sheriff así que mi testimonio vale un poco más. — La rubia observó a la novia y negó divertida. —Aquí no tenemos magia pero con o sin ella, yo sé que te verás hermosa… ¡Te vas a casar! — Dio un brinco de la emoción y volvió a abrazar a Alisson para así comenzar a ayudarla.
 Regina M. Gardiner
Las bodas no eran eventos que Regina Mills frecuentara en los últimos treinta años, mucho menos fuera de su mundo.
Nunca le había dado real importancia a tales acontecimientos, o al menos no lo había hecho desde que la habían obligado a aceptar la propuesta de matrimonio del rey Leopold y posteriormente casarse con aquel hombre que podría haber sido su abuelo más que su esposo.
Sin embargo, esa ocasión era especial, ya que se trataba de uno de los días más memorables en la vida de Alisson y no estaba dispuesta a perderselo por nada del mundo.
Además, no era sólo aquel el motivo que la había impulsado a dejar Storybrooke un día antes en compañía de la rubia; también era por lo que simbolizaba esa unión. Eran dos personas que se amaban y se habían elegido, y aunque aún no había tenido la oportunidad de conocer al afortunado novio, sabía que si la morena llegó hasta esas instancias entonces significaba que era el indicado.
Despertarse en la mañana no era una tarea complicada para la alcaldesa pero hacerlo sin sentir la calidez de los brazos de Robin alrededor de su cintura o los gritos de su hija era sumamente extraño, así que solamente abrió sus ojos cuando la luz se filtró a través de sus cortinas, obligándola a apretarlos antes de levantarse de la cama finalmente.
Acto seguido, se metió al baño para una ducha y se preparó, ignorando los gritos de Swan tras la puerta de la habitación que le habían asignado, pues aún era temprano, por lo que consideraba que era capaz de seguir arreglándose sin presiones.
Decidió adornar su cabellera con rizos en un peinado bastante sencillo, acompañando su maquillaje de acuerdo al atuendo que había decidido llevar.
— ¡Ya casi estoy! — Comentó unos minutos antes mientras se miraba al espejo al aplicarse labial y posteriormente tomó su bolso de mano para caminar rumbo a la salida del hotel.
En el camino a la mansión Salvatore, la morena emitió sus típicos comentarios criticando el vehículo que las había transportado allí mientras observaba las calles del lugar que no había tenido oportunidad de recorrer el día anterior, pues la rubia y la morena habían llegado por la noche.
Era un lugar pintoresco, aunque también tenía matices oscuras, nada comparado al suburbio que era la ciudad que ella misma había montado en Maine.
Cuando arribaron a su destino, la mujer examinó la residencia mientras sus tacones resonaban contra el suelo.
No estaba tan sorprendida como Swan, ya que antes había vivido en un lugar así, pero aún así le gustaba la manera en como habían logrado decorar un sitio que parecía siniestro a simple vista.
Inició su camino por las escaleras hasta dar con la habitación que tanto esperaban, donde tras ella se encontraba una Alisson completamente nerviosa.
— ¿Creías que nos perderíamos de tu funeral? — Bromeó al escucharla antes corresponder el abrazo de la novia, acariciando por un momento su espalda.
Regina no pudo evitar rodar sus ojos cuando la rubia le recordó aquel pequeño detalle. Podía vivir sin magia, sin embargo, la idea de estar en una celebración donde habían vampiros y que estos creyeran que no podía defenderse porque sus poderes no funcionaban allí, no era de su agrado.
— No me recuerdes que no tengo magia aquí, Swan. — Dijo mientras fulminaba a la sheriff con la mirada antes de suavizar su expresión para enfocar su mirada en Alisson. — De todas formas, estoy segura de que serás la novia más hermosa de todos los reinos. — Pronunció la pelinegra, completamente convencida, antes de ponerse manos a la obra.
 Alisson Maxwell
La sonrisa de la morena se fu ensanchando conforme sus amigas iban llegando, si bien aquel día no podía parar de mejorar, por lo que simplemente cerró sus ojos mientras las demás hacían su trabajo.
Sintió cómo la maquillaban y jugaban con su cabello, lo que la hizo soltar algunas risas, más se dejó peinar. No supo cuanto tiempo fue el que pasó, sino que escuchó a voz de Jane pedirle que abriera sus ojos y así lo hizo, fijó su mirada en el espejo y soltó un jadeo de sorpresa al ver a la mujer que le regresaba la mirada en el espejo. Esa no podía ser ella, la mujer del espejo se veía completamente hermosa, su cabello color chocolate caía en suaves rulos, los cuales resaltaban demasiado junto con el tocado de flores que había en su cabeza y sus ojos, estaban maquillados de una forma bastante sencilla, del mismo modo al que a ella le gustaba.
— Oh por dios... Esa de ahí no so yo. — Exclamó con la voz un poco entrecortada y parpadeó rápidamente para así evitar que las lágrimas salieran, en definitiva estaba más que emocional en aquel día. — Dios, arruinaré el maquillaje. — Murmuró mientras se ponía de pie y agradecía a los que la habían arreglado, pues habían hecho un enorme trabajo por ella.
Se dirigió al sofá y tomó el vestido entre sus manos, las cuales aún temblaban debido a sus nervios, más sabía que debía de calmarse, así que tomó su móvil y se encerró en el baño. Cerró sus ojos por unos segundos y llamó a Alexander, — Por favor dime que ya estás aquí...— Murmuró mientras tiraba con suavidad del nudo de su bata de baño, escuchó atentamente las palabras del mayor y suspiró con alivio mientras colgaba y salía del baño.
— Bueno, estoy lista para ponerme ese lindo y hermoso vestido.— Dijo conforme tomaba el vestido y se lo colocaba, sonrió al ver que entraba como guante en su cuerpo y miró en dirección de sus amigas. Elizabeth avanzó y le ayudo a subir el cierre del vestido. — ¿Y bien? ¿Me veo bien? — Les preguntó mientras daba una vuelta tratando de lucir un poco su vestido.
Sonrió y se dispuso a colocarse sus zapatillas, para después incorporarse y tomar algo de aire. — Bueno, creo que es hora. — Dijo y escuchó cómo tocaban la puerta de la habitación, pero no tuvo que voltear para saber quién era, ya que minutos atrás había hablado con Alexander y él le había informado que ya estaba en la sala de la mansión, ya sólo era cuestión de salir y dirigirse a donde sabía que Damon ya la estaría esperando.
 Damon S. Rowling
Había transcurrido una media hora más del planificado. Los invitados estaban posicionados, algunos se habían acercado hasta él para felicitarlo por su matrimonio. Damon se limitó a asentar con la cabeza, pues no podía articular nada más. No era grosero pero tenían que entender como se sentía el hombre en ese momento, no era cualquier cosa lo que celebraban este día.
Los nervios del vampiro destacaron hasta que Alisson comenzó a demorarse más de lo que comúnmente se debía, aunque sabía que de cierta forma era su culpa el retrasarlo. Era simplemente que no podía resistirse a los encantos de su futura esposa. No era capaz de mantenerse demasiado tiempo lejos de ella, se había vuelto indispensable en su vida. Anoche había ido a buscarla para poder pasar el ultimo día de la soltería de ambos, juntos. Las cosas habían llegado más lejos por la intensidad del sentimiento que tenían en común; esa necesidad de consumarse en uno solo.
Pasión, aventura y peligro. Justo lo que siempre tenían.
Cuando Jane salió nuevamente, el pelinegro suspiró aliviado, sentía una carga menos en los hombros. La música de fondo comenzó a sonar, tocado por la banda que estaba ahí, y pronto saldría la tan esperada novia; la mujer de su vida. Por fin estaba pasando, después de meses de planificar todo, hoy era el día en el que Alisson oficialmente se convertiría en su esposa.
Aimée E. Krossman
Después de ver a su amiga tan hermosa con ese vestido de novia, Emma se dispuso a salir de habitación en dirección al lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, muchos de los invitados a los cuales no conocía ya se encontraban ahí y la verdad, la rubia le prestó mucho más su atención a los hermosos detalles que adornaban en lugar, un acontecimiento muy romántico estaba por darse. Pasó justo al lado del novio, se notaba bastante lo nervioso que este se encontraba, tanto que hasta la misma salvadora comenzó a sentir como sus manos sudaban por los nervios, la música comenzó a sonar avisando la llegada de la novia, Emma se acomodó en su lugar esperando que los novios se acomodaran y con una amplia sonrisa los recibió, aclaró un poco su voz para observar hacía la multitud y dar inicio.
—Queridos amigos e inclusive familia presente, nos encontramos hoy reunidos para presenciar la unión entre Alisson y Damon. —Después de una ligera pausa continuó —El amor es capaz de cualquier cosa, te hace cambiar y cambiar para mejor. Hace que sea feliz, vence barreras, distancia, superar las peleas. En el amor todo es posible, te hace ver la vida diferente, el amor te hace sonreír, incluso cuando piensas que todo está perdido, escuchar un "yo te amo” lo cambia todo, todo parece volver a tu alma, el amor tiene el poder de hacer que todo sea posible. Y hoy, ellos dos nos están demostrando que es verdad, hoy ellos, gracias a su amor, darán este importante paso. Por ello, pido por favor que pase el o la encargada de los anillos. —Mencionó otorgando su mirada hasta los novios. —Es hora de decir sus votos, mientras ponen sus respectivos anillos. —Terminó ampliando mucho más su sonrisa.
 Regina M. Gardiner
La sorpresa de la morena era visible en su semblante. Si bien Alisson le había comentado de la posibilidad de ser dama de honor, la verdad es que no sabía que efectivamente así sería hasta ese momento.
Cerró sus ojos por un instante, solamente pensando en que podría manejar cualquier color menos rosado y amarillo, antes de dirigirse hasta el armario donde estaban los vestidos y le indicaron cual era el suyo.
Era precioso. Se trataba de un azul grisáceo con algunas tonalidades en color plata, que tenía una caída desde la cintura hasta los tobillos y no traía tirantes.
Particularmente no era la clase de diseño que ella elegiría para ponerse, pues era amante de los vestidos al cuerpo que resaltaban su figura, pero le parecía una buena elección así que pronto fue hasta el vestidor, donde se cambió.
Unos minutos más tarde, la alcaldesa de Storybrooke aún permanecía en el recinto modificando su maquillaje al añadirle unos tonos grises a su sombra de ojos para que combinara mejor y luego de cambiar sus zapatos dorados por unos grises, se miró por última vez frente al espejo.
Había decidido conservar el peinado con el que había llegado inicialmente, ya que creía que quedaba con el atuendo que estaba utilizando y por un momento, sin darse cuenta, se había perdido en sus pensamientos.
Escuchar la voz de Alisson la devolvió a la realidad, por lo que sacudió con sutileza su cabeza antes de dirigir su vista hacia ella.
Para Regina no era una sorpresa que la novia poseía una belleza singular, pero aquellos retoques resaltaban la profundidad de sus ojos e incluso la hacían ver aún más radiante de lo que mostraba a pesar de los nervios que parecían amenazar con colapsarla.
— Te ves radiante. — Dijo la mujer de ojos marrones para tranquilizarla mientras esbozaba una pequeña sonrisa, antes de salir de la habitación para conducirse al lugar indicado.
Debía aguardar a que la música comenzara a sonar para hacer su entrada junto a las demás damas de honor y así lo hizo, en cuestión de minutos se encontraba desfilando por el pasillo mientras sostenía unas flores hermosas hasta colocarse en uno de los costados del altar.
En aquel momento fue cuando pudo por fin tuvo la oportunidad de obtener un panorama general de la situación.
El lugar era hermoso, más de lo que había podido divisar con rapidez, e incluso le recordaba a su antiguo hogar. Los adornos que decoraban también debían ser elogiados, pues parecía que todo en aquel recinto había sido añadido para que combinara no sólo con el ambiente sino también para el resto de las cosas que habían allí. 
Una vez más la sonrisa de la ex reina malvada volvió a hacerse presente en sus labios por el simple hecho de ver a Alisson caminando hacia el altar. Era la primera vez que tenía la oportunidad de ver a una amiga en esas circunstancias.
Luego, su mirada fue a parar a Swan, quién estaba en el altar para dirigir la ceremonia, mientras veía como la escena se desenvolvía.
Alisson Maxwell
Poco a poco fue viendo como la habitación se iba vaciando, a tal punto en el que sólo quedó ella en la misma. Suspiró y caminó hasta una de las ventanas y sonrió con algo de tristeza, pues le hubiese encantado que sus padres estuviesen ahí, pero no había sido posible ya que su padre estaba de viaje y su madre ya no estaba con ellos, pero sabía que dónde fuese que estuviera, estaría feliz por ella.
Una lágrima recorrió su mejilla y se apresuró a limpiarla para que su maquillaje no se viese dañado en lo absoluto. La música sonó y supo que era hora de salir para encontrarse finalmente con Damon, así que alzando su vestido para no caerse, la morena salió de la habitación y bajo cuidadosamente las escaleras y se dirigió al exterior en donde sabía que la boda se efectuaría.
— Es tiempo. — Murmuró más para ella y comenzó a caminar con pasos firmes. Pudo ver cómo sus damas de honor entraban, dando así a entender que en segundos sería su momento de entrar, por lo que cerró sus ojos un momento para después sonreír y comenzar a caminar hasta que estuvo en el inicio de la alfombra.
Alzó la mirada y de inmediato sus ojos se encontraron con los de Damon lo que logró que una enorme sonrisa se formara en sus labios y los nervios desaparecieran. Comenzó a caminar hasta él, aunque tuvo que controlarse para no correr y así arruinar su vestido.
En cuanto estuvo a su lado, simplemente le regaló una mirada cargada de amor pues fue cuando Emma comenzó con la boda.
 Damon S. Rowling
El mar de sentimientos que se adueñaban del cuerpo de vampiro era inexplicable. No existían las palabras adecuadas que podría usar para describir la sensación que invadía su cuerpo. Esa felicidad y nerviosismo por unir su vida de una vez por toda a la mujer que había robado su corazón. Cuando la música comenzó a tocar anunciando el comienzo de la ceremonia, Damon cruzó sus manos por detrás de su espalda, parándose rectamente. Las damas de honor, comenzaron a avanzar por la alfombra, cada una luciendo espectacular con aquel vestido color pastel, con cada sus diversas personalidades resaltándose en su caminar y en las sonrisas que le dedicaban.
La gente aguardaba en silencio, todos de pie con la mirada hacia el inicio de la alfombra. Alisson no demoró tanto en salir, luciendo ese vestido blanco, segura en su caminar. El vampiro contuvo el aliento, simplemente hermosa. Sentía que todo nerviosismo se esfumaba al verla caminar con dirección a él. Sus ojos se encontraron con los suyos, formulando una sonrisa en su rostro. Ella lucía bella con ese vestido, más que eso. Era la mujer más hermosa de todo el mundo, y sin duda él era un afortunado.
Alisson camino sin apartar su vista en ningún momento de la del ojiazul, fue hasta que estuvo a su lado, que tomó su mano para ayudarla a colocarse en su lugar.
— Estas hermosa — Alcanzó a decir antes de escuchar a la que oficiaría la ceremonia. Todos los demás se posicionaron en sus lugares. En cuanto hablo, pidiendo los anillos, Damon aguardo que les fueran entregados.
Ambos tomaron los suyos, su turno era el primer. Debía decir sus votos.
— Llevó una eternidad sin necesidad de tener alguien a mi lado. Siempre he creído que el amor puede llegar a ser una debilidad que un ser inmortal como yo no debe darse el lujo de tener. Pensaba que estaba destinado a estar así, y de cierta forma nunca me importo. Pero tú, has cambiado mi perspectiva en todos los sentidos desde que llegaste a mi vida, Alisson Maxwell. Te has convertido en un ser necesario e indispensable. Eres la mujer que me ha demostrado que un amor puede cruzar más allá de los límites, tener esa aventura, esa pasión e incluso un poco de peligro que nos impulse día a día a seguir adelante. Antes de ti, no había nada más que oscuridad. Un abismo que pensaba que no tenía salida. Tú me devolviste a la vida, me enseñaste a vivirla, me impulsaste a ser mejor por y para ti. Te has convertido en la mujer con la que deseo unirme por completo. Es por eso, que hoy, te desposo. Prometiéndote ser fiel, en la salud y en la enfermedad, en las buenas y las malas. Cuidar de ti, como el tesoro valioso que eres, amarte y respetarte siempre. Sin importar las circunstancias, ni los obstáculos que se nos presenten en el camino.— Mencionó deslizando el anillo en el dedo de la morena, sin dejar de mirarla en ningún momento.
 Alisson Maxwell
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al escuchar cada una de las palabras que iban saliendo de los labios del pelinegro y que las mismas estaban causando que las lágrimas volvieran a caer por las mejillas de la castaña.
Se hizo un poco de aire con su mano y después se dispuso a tomar ella el anillo que estaba destinado para Damon, suspiró por unos segundos y fijó de nuevo su mirada en el rostro del vampiro.
— Bueno... No sé ni por dónde empezar... Yo odiaba a los vampiros, tú sabes el porqué. Había sido atacada por uno a tal punto en que estuve a punto de amor, apartir de ese momento mi vida se vio llena de estudios y ganas de acabar con la especie de aquel que me atacó. — Bajó la mirada algo nerviosa y jugó un momento con el anillo. — Todo fue así hasta que te conocí, cambiaste mi vida por completo. Me llevaste a lugares que nunca creía llegar a conocer y te fuiste metiendo en mi corazón a tal punto en el que no me veo teniendo una vida sin ti, por eso es que hoy frente a nuestros amigos y familia yo deseo unir mi vida a la tuya. Cuidarte en la salud y la enfermedad, apoyarte en todo momento y estar contigo en las buenas y en las malas. — Tomó la mano del pelinegro y deslizó el anillo en su dedo anular. — Te amo, Damon. Y lo haré hasta mi último aliento.
 Aimée E. Krossman
Emma escuchó bastante emocionada las palabras de los novios, eran tan hermosas, cuando terminaron y tras dar un suspiro, continuó. -Bien, Damon, ¿Aceptas como esposa a Alisson Rose Maxwell? para amarla y respetarla, serle fiel, estar a su lado en salud y enfermedad todos los días de su vida hasta que la muerte los separe. - Esperó a que el novio confirmará para dirigirse ahora a la novia. - Alisson, ¿Aceptas a Damon Salvatore Rowling como tu esposo? Para amarlo y respetarlo, serle fiel, estar a su lado en salud y enfermedad todos los días de su vida hasta que la muerte los separe. -
Ante la respuesta positiva de ambos, la rubia paseó su mirada por los invitados. -Si alguien desea oponerse a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre. - Observó con atención esperando escuchar algún comentario más sólo el silencio se hizo presente. -¿No? ¿Nadie? Muy bien. - Volvió su atención a los novios con alegría. -Por el poder que se me ha otorgado hoy, yo los declaro marido y mujer. Lo que yo he unido, que no lo separe el hombre ni la mujer o quien sea. - Dio un paso hacia ellos para terminar. - Damon, puedes besar a la novia. –
 Damon S. Rowling
Escuchar la famosa pregunta, le hizo sonreír. Después de tanta espera finalmente estaba a unos segundos de ser su esposa. Fue entonces cuando la rubia le pregunto a Damon, a lo que él, respondió con un “Acepto”. La pregunta nuevamente fue formulada, pero en esta ocasión para la contraria. Sentía el nerviosismo cuando demoró unos segundos, pero finalmente ella misma también había aceptado.
Ante la posibilidad de una oposición el vampiro arqueó una ceja. Era evidente que nadie sería lo suficientemente inteligente para oponerse. No a menos que quisieran terminar con un corazón menos y quizás algún bisturí enterrado. Los novios podían ser un poco agresivos cuando querían. Nadie lo hizo. El silencio fue rey de la ceremonia por unos segundos. Al escuchar el finalmente “Los declaro marido y mujer, y puedes besar a la novia” El vampiro se acercó hasta el cuerpo de la morena, su mano se posicionó sobre su cintura, atrayéndola contra su cuerpo. Su otra mano libre fue hasta su rostro, con sus diestras acaricio su mejilla mientras la miraba a los ojos, fue entonces cuando finalmente habló.
— Te amo — Dijo, antes de unir sus labios para sellar la unión, finalmente.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Wᴇᴅᴅɪɴɢ Dᴀʟɪssᴏɴ
         「Aɢoѕтo 02, 2017 」                      Rᴇsɪᴅᴇɴᴄɪᴀ Sᴀʟᴠᴀᴛᴏʀᴇ.
“Si alguien me contará, meses atrás, que dentro de poco estaría contrayendo matrimonio. Probablemente soltaría una carcajada ante aquella broma y probablemente le quitaría el corazón a la persona responsable por decir semejante idiotez. Hablar de un vampiro caminando hacia al altar es algo irónico considerando nuestra naturaleza. Los vampiros no suelen perder el tiempo en unir sus vidas para toda la eternidad. Porque el “hasta que la muerte nos separe” pierde su verdadero significado.
La vida inmortal ha sido creada para disfrutarse, para vivirla día a día; sin límites ni barreras. Y, aun así, ahí estaba yo, apunto de unir mi vida con la mujer que se había vuelto parte de mí. Apunto de casarme con una mortal que me hacía sentir con vida.”
La puerta de la habitación fue tocada por quinta vez consecutiva, pero esta vez con más fuerza que anteriormente, un poco más y la morena podría tirar la puerta. Bueno sin exagerar, ella no era tan fuerte. La voz de Jane se escuchaba del lado contrario exigiendo que abriera la puerta, estaba enojada.
Las cortinas aún cubrían parte de la luz del sol, aunque eso no evitaba que algunos rayos de luz se colaran por la habitación. Todavía era muy temprano para comenzar el día. No entendía la exasperación de la joven.
El cuerpo del vampiro estaba únicamente cubierto con una sábana blanca. Inconscientemente y por costumbre, estiro su mano a su costado hasta que este topo con algo. Frunció el ceño. Sentándose en la cama mientras se recargaba con sus codos, pudo visualizar el cuerpo de una mujer a su lado. La reconoció al instante. Su prometida yacía dormida plácidamente junto a él. Ahora entendía por que tanto alboroto.
Dejando a un lado lo que pasaba fuera del cuarto no pudo evitar enfocar su atención en aquella imagen. Eso le arrebato una sonrisa de sus labios. Con las yemas de sus dedos, acaricio la piel de la persona que tanto amaba, delineando cada curva de su cuerpo. Una obra maestra sin duda. Se disponía a depositar un beso en sus labios cuando nuevamente la puerta fue golpeada y la voz de Jane se alcanzó a escuchar.
— Damon Salvatore. Si no me entregas a Alisson en este momento estarás en serios problemas. — Amenazó la chica desde el otro lado de la puerta.
El cuerpo de Alisson se movió al instante, estaba despertando y seguramente por tanto ruido que la contraria hacía. Fragmentos de la noche anterior regresaron a su cabeza; la había secuestrado sin el consentimiento de nadie después de su “despedida de soltera” sin duda no iba dejar que hicieran que durmiera lejos de él. Era egoísta, no le importaba ningún plan que hubieran hecho y al final había conseguido su objetivo. Ella estaba aquí.
No tardó mucho cuando sus ojos se abrieron, revelando aquel color miel en ellos, al ver al pelinegro sonrió al instante, pero rápidamente su atención se vio acaparada por las exigencias de la joven del otro lado. Alisson frunció el ceño al igual que él lo había hecho en un principio. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa de caer en cuenta sobre lo sucedido.
— Oh por dios ¿Qué hora es? — Preguntó. Damon se encogió de hombros envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de la morena para atraerla a su lado.
— Seguramente más de las ocho. — Respondió besando su hombro desnudo. Ella lo aparto de golpe, colocándose de pie.
—  Jane va matarme. — Dijo, buscando con la mirada sus prendas. En cuanto las fue encontrando comenzó a vestirse.
— No puede hacerlo. — Musitó el vampiro con tranquilidad, acomodándose en la cama, cruzo sus brazos detrás de su cabeza disfrutando de la imagen que su prometida le daba. Ella lo miró seriamente esperando que continuara. Damon sonrió y después de ese silencio creado entre ambos dijo.  Musitó el vampiro con tranquilidad, acomodándose en la cama, cruzo sus brazos detrás de su cabeza disfrutando de la imagen que su prometida le daba. Ella lo miró seriamente esperando que continuara. Damon sonrió y después de ese silencio creado entre ambos dijo. — Eres la novia. Quizás te mate después, pero dudo que tome ese riesgo hoy.
Su prometida le lanzo una mirada fulminante antes de salir y él no pudo evitar reírse.
El resto del día transcurrió de forma tranquila, por lo menos para él. Jane se paseaba de aquí para allá inspeccionando que todo saliera a la perfección. Seguramente Alisson le había puesto a cargo, aunque sabía que de todos modos ella tomaría el mando. Fuera como fuera. Resultaba gracioso ver a la morena estresada, más considerando que era una de las damas de honor que su pareja había elegido. Debía ser agobiante para ella.
— Si no tomas un descanso, vas a terminar explotando. — Bromeo.
Jane lo miro mal.
— Solo intento que todo salga bien, considerando el retraso que nos hiciste tener. — Respondió. Damon alzó sus brazos en señal de paz, ella se limitó a rodear los ojos y salir de la habitación.
Faltaba muy poco para que la ceremonia diera inicio y aunque no lo aparentara sentía un pequeño nerviosismo. Contraer matrimonio no era cosa de nada. Hace tiempo pensó que había encontrado el amor, pero no fue hasta Alisson cuando descubrió que realmente lo había hecho; ella había tomado un significado importante en su vida. Era lo más valioso que tenía. Podría ser un idiota con todos menos con ella. Le hacía ser una mejor persona. Y era por eso que ahora estaba aquí, apunto de contraer matrimonio con ella.
Alexander Maccwley lo acompañó en cada momento. Era pareja de Jane y Damon confiaba en él para pasar el día. Además de que ella lo había dejado vigilándolo para que no hiciera alguna tontería. Fueron poco más de las 5:45 p.m. cuando Jane volvió asomarse musitando un Alexander Maccwley lo acompañó en cada momento. Era pareja de Jane y Damon confiaba en él para pasar el día. Además de que ella lo había dejado vigilándolo para que no hiciera alguna tontería. Fueron poco más de las 5:45 p.m. cuando Jane volvió asomarse musitando un “Es hora”. El vampiro salió del cuarto en el que había sido aprisionado, recorrió la sala de estar de su propia casa hasta llegar a la puerta que daba al jardín; todo era magnifico. Una decoración sencilla pero elegante que habían escogido su prometida y su amiga. Rosas de color rosa pastel en pequeños floreros que formaban caminos y otros tipos de decoración, pequeñas luces y una alfombra en medio de una serie de sillas decoradas para la ocasión, incluso había un pequeño arco con flores donde estaría él, ella y el encargado de casarlos.  El evento no era grande, a decir verdad, en la ceremonia solo estarían unos cuantos conocidos y amigos cercanos que el vampiro y su mujer apreciaban, nadie más. No los necesitaban, esto era algo para ambos y las personas que realmente tenían importante. Finalmente, el vampiro se posicionó en el pequeño altar que tenían ahí. Aguardando por la espera de la novia, su futura esposa.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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       Recuerdos.
— ¿Qué pasaría si un vampiro se te acerca por detrás y te ofrece una mordidita? — Pronunció el pelinegro.
Con la habilidad que el vampirismo le daba se acercó hasta ella y su boca se dirigió a su cuello, simulando una mordedura. La morena forcejeo al instante, zafándose de su agarre. La sonrisa del vampiro no tardó en aparecer. Damon estaba consciente de lo mucho que le desagradaba los vampiros pero creerse superior a ellos, por más asesina que fuera, era una idea errónea. Cualquiera en su sano juicio lo sabría. Nadie que fuera un simple humano tendría oportunidad contra un asesino de su especie.
— Eres un blanco demasiado fácil, Alisson. Matar vampiros atados en una camilla es una cosa, enfrentártelos cara a cara es otra. Estarías muerta antes de poder gritar.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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La necesidad de recorrerla por completo, se intensificaba con cada día que transcurría a su lado; explorar y aprender cada rincón de su cuerpo era algo que siempre gozaba hacer. Su piel, sus besos, y su aroma era como una adicción. Ella podía sacar lo mejor de mí, y a la vez, prender un llama que pensaba extinta; todos necesitan ese amor que los consuma, esa pasión combinada con aventura; ese peligro que hace las cosas más divertidas e interesantes. Que vuelven el momento más íntimo y lúgubre.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Los vampiros comen gente, es parte del orden natural de la pirámide alimenticia. Que Stefan sólo cause terror a los animalitos del bosque, es cosa suya.
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damonsalvatorerowling · 4 years ago
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Los vampiros por naturaleza son asesinos. No pueden limitarse y mantenerse en control por mucho tiempo. La ansia de sangre nunca desaparece, son necesarios, de manera literal. Damon nunca fue inmune a ese imán que le atraía a querer más. Ser imprudente, y hacer las cosas a su antojo también estaban en su naturaleza.
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