demons-nate - Tumblr blog

[demons-nate]

Read More

[demons-nate]

Le gustaba. Estaba claro que ella le gustaba o no le hubiera permitido lo que ahora estaba haciendo con él, le estaba haciendo sentir algo más que una simple excitación, era algo que no podía explicar porque no había sentido semejante cosa en mucho tiempo y debía tomar en cuenta que se encontraba totalmente sobrio, cosa que le dio a entender que el alcohol no era el culpable con respecto a sus emociones. Y es que cuando la rubia respondía a cada uno de sus besos siempre dejaba algo más que buscar, algo que debía hallar a través de ellos, por eso la aferraba a sí mismo con necesidad, sin ser muy rústico en sus acciones pues no quería ser salvaje con ella, todo lo contrario quería disfrutar cada segundo con calma, como si el tiempo fuera más lento. No pudo evitar alegrarse cuando la sintió tan cerca, lo único que los separaba hasta ahora eran las prendas de ambos, estorbando, o al menos eso era lo que él pensaba. Cuando ésta se apoderó de su labio no pudo evitar soltar un jadeo, lo estaba provocando en gran manera, por lo que le ayudó con rapidez a deshacerse de su camisa, dejándola en algún lugar de la cabaña. Le sonrió de vuelta, acariciando su pálida mejilla con su pulgar para luego tomar con su mano libre la contraria, llevarla hacia la cama que no estaba muy lejos y probablemente iniciar una tercera ronda.

Aprovechando al máximo la oportunidad de volver a llenar sus pulmones con aire, no puedo evitar abrir sus ojos y fijarlos en el hombre, haciendo que una sonrisa tierna apareciera en sus labios al ver a éste con los suyos cerrados. Antes de volver a cerrar los propios otra vez, sintió las cálidas manos del chico en su rostro, haciendo que un cosquilleo la inundara de los pies a la cabeza y un leve estremecimiento la sacudiera. Hacia tiempo que nadie tenía ese tipo de gestos con ella y que el castaño lo hiciera, le hizo sonreír aún más, sonrisa que se vio interrumpida cuando sintió un vez más los labios contrarios sobre los suyos, haciendo que, por inercia, correspondiera a ese agradable contacto. Tanto sus labios como sus lenguas se habían vuelto uno solo, cosa que le gusto e hizo que se pegara aún más contra el cuerpo del muchacho. Tomando el labio inferior del mismo entre sus dientes, lo estiró con delicadeza antes de succionarlo y acariciarlo con su lengua, dándole culminación así a la segunda ronda de besos. Sonriendo, se separó del castaño mientras sus ojos (dilatados por el deseo) lo observaban con lujuria y sus manos comenzaron alzar su camisa. 

[demons-nate]

—¿Aburrido? Puede que un poco pero de eso es lo que voy a vivir. —se encogió de hombros, con una ligera mueca en su rostro.— Eso es porque te dedicas a fastidiarme siempre que me ves y no te interesas por los datos importantes. —explicó con naturalidad, palmeando de igual forma la espada del contrario.— Soy un niño grande y fuerte, y ¡qué mejor que celebrarlo con alcohol! ¡Sí! —lo miró con una enorme sonrisa, entusiasmado por la oferta del rubio.

Ew, aburrido —se limitó a decir, haciendo una mueca de desagrado. Todo lo que pudiese relacionarse con matemáticas o ese tipo de cosas solían no agradarle mucho—. ¡Nunca habíamos hablado de nada! —exclamó, sin soltar al chico, dándole unas palmaditas en la espalda—. Pero si nuestro pequeño Nate está creciendo, ¡eso hay que celebrarlo! ¡Con alcohol! —añadió, separándose de él para verle con una semblante animoso—.

[demons-nate]

Continuó con el beso, notando la falta de aire que había entre ellos, sentía como si los hubiesen encerrado a ambos en una pequeña cajita de cristal pero eso no le importaba, ya que se estaba sintiendo bastante bien junto con ella. Las manos de la rubia viajaban por su pecho, luego por su abdomen, provocando que él se excitara de inmediato por sus caricias. Por lo general, era él quién llevaba el mando en éstos temas, pero ahora le gustaba que fuera ella la que llevara la delantera, pensando al mismo tiempo que estaba en todo su derecho si la imitaba en sus acciones, llevando sus manos dentro de la blusa, acariciando cada rincón de piel que ella le permitiese. Hubo un punto del beso en el que tuvo que detenerlo por obligación, así que solo se separó un poco de sus labios, aún con los ojos cerrados respiró profundamente, tomando todo el aire que pudiese y finalmente posó ambas manos sobre las mejillas de la chica, acercándola para besarle con intensidad, dejando que ambas lenguas se unieran sin ningún pudor, mientras que sus manos volvían a su tarea anterior, colándose por la prenda y dedicándose a apretar su cintura de vez en cuando.

Sus manos comenzaron a descender con delicadeza desde el cuello y cabello del chico, a sus hombros. Acariciándolos, siguió bajando hasta encontrarse con su pecho, el cual palpó sin verguenza algunas antes de seguir descendiendo, llegando así al abdomen del castaño. Un abdomen que estaba perfectamente trabajado, algo que le gustó casi al instante. Sonriendo a medias en los labios contrarios, siguió bajando, llegando así al borde de la camisa del chico, en donde, sin perder el tiempo, comenzó a introducir sus manos con tranquilidad y cuidado, acariciando todo a su paso mientras sus labios y lengua seguían jugando con el contrario. Quizá sus pulmones pedía aire, quizá estaba yendo demasiado rápido, pero así era ella y no le importaba. Si el castaño hubiera querido parar, ya lo hubiera hecho pero como no había tomado esa decisión, ella no iba a ser la primera así que simplemente continuo con sus acciones, deleitándose con cada una de ellas mientras su corazón y respiración comenzaban acelerarse. 

[demons-nate]

—Nah, no creo que sea un buen animador. Lo mío son los negocios, dude. El dinero, las grandes empresas. —comentó con gran emoción, recordando que en algunos años después el debería tomar el timón de la empresa familiar.— No lo sé, nunca habíamos hablado de esos detalles. —se excusó haciendo una pequeña mueca, respondiendo luego el abrazo bastante inesperado del chico.

Tal vez el negocio de la animación te funcione, tal vez —recalcó, carraspeando para evitar sonreír, llevándose también una mano a la boca para juguetear con su labio unos segundos hasta que escuchó su respuesta—. Espera, ¿cumples años? ¡¿Por qué no me lo habías dicho?! —terminando su exclamación, se abalanzó sobre el chico para abrazarlo de manera bastante exagerada—.

[demons-nate]

ooc

[demons-nate]

Gracias por la aclaración... No es como si ya no lo supiera. —murmuró intentando mantenerse serio, solo por seguirle el juego al chico. Rodó sus ojos como si fuera obvio y soltó un suspiro.— Los que estoy cumpliendo hoy. Son veintiún años.

No, no lo eres, para nada… No te dediques a eso o morirás de hambre, en serio —negó, diciéndolo de forma seria, conteniendo las ganas de echarse a reír por el baile raro del chico. Acercándose a éste, frunció un poco el ceño—. Por cierto, ¿qué son veintiuno? 

[demons-nate]

ooc

[demons-nate]

—Tendrás que ir al Vaticano y decirle al Papa que soy santo y que ya hago milagros sin estar muerto. —continuó con la broma, ahora sonriendo con levedad mientras secaba el sudor de su rostro con una toalla.— Es un gran paso, o al menos lo es luego de quedarte en vela toda la noche. —comentó refiriéndose a hace un mes exactamente, que era el tiempo cuando Joey había abandonado el campamento.— Bastante bueno, insisto. Vamos progresando.

—Te lo digo, hombre, eres una especie de santo—bromeó, recostando la cabeza en una de las columnas de madera—en algún momento me volví a dormir, si—se encogió de hombros. Lo cierto era que, luego de ser despertado, Gabe se había quedado tendido en la cama mirando el techo por demasiado tiempo y sólo se había quedado dormido cuando el sol ya había salido—No soñé nada, eso es bueno.

[demons-nate]

No pudo evitar reír con fuerza al escuchar la pregunta de la morena, mientras que dejaba que ésta tomara su brazo.— ¿Arrugas? ¿Pero de qué demonios hablas Delilah? Soy un bebito. —soltó un bufido, haciendo un ademán con su mano.— ¡Pues vamos ya que me estoy muriendo de hambre! Será mi desayuno de cumpleaños. —exclamó con emoción, tirando de la chica para comenzar a caminar, pues era obvio que no llevaba absolutamente nada desde la noche anterior y su estómago imploraba algo para comer.— Tú guías, pero rápido que voy a morirme si no pruebo un bocado. —murmuró con cierto drama.

Lo abrazó por unos pocos segundos más antes de finalmente romper el contacto, aunque aun manteniendo una mano sobre el brazo del castaño—. Y, dime, ¿no te ha salido ninguna arruga aún? —frunció su ceño con diversión, arqueando ambas cejas en su dirección para mostrar así que se estaba totalmente burlando—. ¡Es más que deliciosa! Pues incluso alguien te la ha intentado robar… —murmuró con complicidad, recordando como una de las cocineras casi le había aplaudido por tal magnífico pastel, y es que para ser su segunda vez como mucho, estaba más que bien—. ¡Pero vamos! No puedo esperar a que lo veas —confesó, tomando la mano del castaño para guiarlo hasta la cocina

.

[demons-nate]

—Y yo que pensaba que bailaba de maravilla. —se encogió de hombros.— Sí, es mi cumpleaños. —soltó una carcajada haciendo una mueca.— No lo sé, no voy a gritar por todos lados "Hey, es mi cumpleaños", porque parecería que estoy muy necesitado, entonces no. —explicó mientras rascaba su barbilla y respondía al abrazo.— Por supuesto. Debo celebrar que stoy mayor de edad acá y en la China. —bromeó con una sonrisa.— Muchas gracias, Joey. Y también gracias por el dato, estaré alerta por si algún campista travieso quiere arrojarme al lago.

—Asintió con los labios fruncidos ante la pregunta del castaño.— Así de mal bailas. —Repitió.— ¡¿Es tu cumpleaños?! —Cuestionó tras escucharlo.— ¿Por qué no dijiste nada antes? —Le reprimió para luego darle un pequeño abrazo.— Bueno algo se nos ocurrirá para celebrar. —Agregó sonriente mientras se alejaba del chico.— Mientras tanto, feliz cumpleaños, Nate. Te advierto que es tradición en Laurel que empujemos al cumpleañero al lago, así que no te sorprendas sí de repente alguien te llega por detrás y te arrastra hasta allá. —Advirtió en tono serio.— 

[demons-nate]

—¡Deli! —respondió con emoción al saludo de su mejor amiga, apretándola en un gran abrazo.— ¡Muchas gracias, bonita! —exclamó agradecido, con una enorme sonrisa.— ¿Sorpresa? ¿Deliciosa? —la miró sorprendido.— Espero que sea una sorpresa bastante deliciosa o voy a rechazarla. —murmuró bromeando, como cosa normal suya para molestar a la morena.

—¡Nate, Nate, Nate, Nate! —exclamó para ser tenida en cuenta, haciéndose paso a través de los numerosos campistas. Sin previo aviso, abrazó al chico con fuerza—. ¡Felicidades! —exclamó aun abrazada al castaño—. ¡Tengo una sorpresa para ti! Una muy deliciosa, si me preguntas —añadió, recordando el pastel que había estado horneando durante el día tan sólo para el chico.

[demons-nate]

"I also wanna take this opportunity to give a nice little shout out to one of me best mates in the world, Liam Payne" - Zayn Malik 8.29.14

[demons-nate]

¿Pésimo? ¿Así tan mal bailo? —hizo un pequeño puchero al escuchar al castaño.— 21 años, Joe... Estoy cumpliendo 21 hoy. —respondió cambiando el puchero por una enorme sonrisa en sus labios.

Pésimo. —Le corrigió con una carcajada.— ¿Son 21 qué, Nate? —Preguntó curioso.— 

[demons-nate]

No se negó a ninguna de las acciones de la rubia, tomándola de la cintura con fuerza, pero sin llegar a ser muy brusco. Todo lo que estaba haciendo le causaba un enorme cosquilleo en su pecho y puede que en otro lugar en su zona baja. Nathan estaba consciente que en varios meses no tenía un encuentro tan cercano como lo tenía ahora con Eva, tomando en cuenta que la última había sido Maggie y ni siquiera había pasado de un par de besos, por lo que en cierto modo se encontraba emocionado y a la vez nervioso. Había algo en la actitud rebelde y despreocupada de la rubia que le llamaba y quería descubrir qué era. Le gustaba sí... Eso era algo que no podía negar, aunque ahora no quería preocuparse por ello, sólo se centraría en ese instante y ya luego pensaría. Dejó que la lengua ajena se adentrara en su boca, al mismo tiempo que jugueteaba una y otra vez con la suya, al mismo tiempo que sus manos vagaban por el final de la espalda de ella, tentándose con el borde de su blusa.

Al recibir tan buena respuesta por parte del castaño, ignoró por completo todo lo demás, concentrándose solamente en saborear los labios contrarios. Pegando su cuerpo al ajeno, tuvo mayor facilidad para continuar con aquella acción, repasando los labios del hombre con la punta de su lengua mientras sus manos jugaban con su cabello a la misma vez. Al principio pensó que todo era gracias al alcohol que estaba en su sistema pero luego rechazó esa estúpida opción cuando reconoció que el chico la había excitado desde el primer momento que apareció aquel día. Quizá era porque llevaba tiempo sin saber lo que estar con un hombre, o simplemente estaba demasiado desesperada pero interiormente se decía que no iba a desperdiciar aquello y que, definitivamente, el castaño le atraía de manera física y… de otra manera que se negaba a reconocer. Después de recorrer los labios del hombre con su lengua, decidió introducir ésta en la cavidad bucal ajena, rozando la lengua contraria con la propia de manera provocativa, instándolo a responder a sus caricias. 

[demons-nate]

Asintió varias veces, satisfecho al ver lo que ella había hecho, sonriendo de igual modo al ver su hermosa sonrisa.— Y yo prometo hacer que te acostumbres a escucharlos, porque sé que es complicado cuando no te los repiten —rascó levemente su cuello, sin dejar de mirarla.— Estás en lo cierto, pequeña. Son una de mis cualidades más importantes. —recalcó con seguridad.— ¿Un cachorro mimado? Suena bastante bien eso, me gusta que me mimen. —comentó con ternura.— Pues puede que sí, aunque pienso que todos tenemos un poco de ángeles y otro de demonios. —rió levemente al ver el gesto de picardía.— A ver: Soy heterosexual, soy guapo, soy divertido, soy caballeroso, soy tierno... ¿Algo más que quieras sumarle? —fue enumerando con sus dedos mientras hablaba.— Ahora lo que debes decirme es en donde se supone que estaré durante el día, me gusta estar informado de todo. —aclaró.— Es un poco grosera, es algo que se puede arreglar pero lo demás me gusta, va fuera de mis estándares. —comentó como si nada, esbozando una pequeña sonrisa por la reacción de Eva.— Y no tienes compañeras... Pensé que todos teníamos al menos uno. —inquirió con curiosidad, sin percatarse de que ésta lo miraba.— ¿Un par nada más? —sonrió con cierta coquetería, dejando caer sus manos a sus bolsillos.— A mi puede que se me ocur... —no pudo terminar la frase, ya que sintió los labios de la rubia sobre los suyos, por lo que la tomó de la cintura y bajó un poco su cabeza, respondiendo al beso con la misma exigencia que ella.

Riendo, obedeció la petición del castaño y giró sobre sus propios pies para que éste la viera, haciendo que una sonrisa satisfecha se posara en sus labios después de aquel gesto. — Prometo hacer mi mejor esfuerzo por acostumbrarme a ese tipo de comentarios —dijo con solemnidad, apretando los labios para no volver a reír—. No creo que tú me dejes olvidarlos así que no te preocupes, estarán en mi cabeza por siempre —aseguró—. Haré todo eso y más. Seré la mejor dueña del mundo, no tendrás quejas en mi contra, te lo aseguro. Serás mi cachorro mimado —respondió, dedicándole una tierna sonrisa—. Tienes razón, aunque ya sé cual será mi decisión. Soy una chica mala, el Cielo no va conmigo —comentó con picardia mientras mordía su labio inferior—. Además eres caballeroso, ¿hay algo que no tengas? —Cuestionó—. Esta bien, para dormir nada más, del resto estarás lejos de ese horrible lugar —aceptó, apretando su mano con delicadeza—. ¿Mi actitud? Bien, me has sorprendido —confesó con sinceridad, pues una de las cosas que la gente solía criticarle era su actitud—. En serio, estoy completamente sorprendida —repitió, ampliando sus ojos y entreabriendo sus labios a la vez que seguía al chico al interior de su ordenada habitación que, gracias a Dios, no compartía con nadie—. No me quejo, al menos es ordenada —dijo después, observando al chico de la cabeza a los pies—. Se me ocurren un par de cosas —masculló, acercándose lentamente hacia él mientras una sonrisa perversa tomaba sus labios—. No sé a ti —finalizó, rodeando el cuello del hombre con sus brazos a la vez que se alzaba en sus pies para atrapar sus labios con los ajenos, besándolos primera con cuidado y luego con cierta exigencia. 

[demons-nate]

Se quedó pensativo por unos segundos, mirando hacia el suelo.— Vaya, estaba teniendo en mente usar un disfraz de Iron Man, pero puede que considere ser bailarina en Halloween. —continuó con la broma, riendo levemente.— Es un trato, Kiara. Ya sabes dónde buscarme. —le guiñó un ojo.— ¿Cómo que por qué? ¡Es mi cumpleaños! ¡Es lógico que esté feliz! —respondió emocionado con una enorme sonrisa en su rostro.

Rió mientras miraba como se acercaba hacía donde estaba. — Podrías ocuparlo como disfraz para halloween. — Alzó sus hombros para luego reír negando. — No suena como una mala idea, podría llamarte cuando tenga pesadillas y así dormirme con tu voz. — Mostró sus dientes en un sonrisa. — ¿Y porque tanta felicidad, Nate? — consultó luego de todas las risas.