Text
Las librerías.
12 enero de 2023


El año paso hice una pequeña publicación que empezó con siete copias, las cuales tomaron varios meses de trabajo empezando por la maquetación, escoger el papel final para que se ajustara a la sensación de algo cálido y al presupuesto, las múltiples pruebas fallidas para que la impresora sacara todo lo más lindo y simétrico posible, ya que tenía que imprimir al derecho y el revés de la hoja, doblar hoja por hoja evitando las arrugas para cocer el libro. Cuando tuve los siete libritos finalizado salté de felicidad, un sueño cumplido para mí. Esas primeras copias eran para una feria, y para mi sorpresa se vendieron todas ese mismo día, al final hasta hubo varias chicas interesadas, pero ya se habían acabado, no me lo podía creer. Justo al final de ese evento un amigo me dijo: ahora hay que imprimir más para llevarla a las librerías. Yo le hice cara de; ¿en serio? No se me había ocurrido que podía llevar mi libro chiquito a una librería, primero porque no era una editorial, porque es un fanzine corto y no tenía otras publicaciones como autora en mi portafolio. Y así parezca obvio para algunos, para mi era un fanzine casero para mostrar en ferias, pero no para librerías. Pero la idea se quedó en mi cabeza, entonces, junto con lo que había vendido en la feria pude comprar más papel, imprimir, cocer y terminé con cincuenta copias mas.


Así, un sábado decidí llevar unas 21 copias en la maleta y salir a mostrar mi fanzine a diferentes librerías, recuerdo que di varias vueltas por el barrio La Soledad de Bogotá, porque estaba nerviosa de cómo podría empezar la conversación para presentar esta publicación, después de dar bastantes más vueltas timbré en Casa Fuego, un lugar cultural muy bonito que tiene una librería con muchas publicaciones independientes. Pero en ese momento no abrieron y a mi me pareció bien, me dije; si tal vez no conviene, y me fui a tomar un café, llovió muy duro entonces me fui a mi casa. Honestamente, ese día me dio miedo que me dijeran que no, o más bien que me dijeran que si, porque eso significaría para mi, que, iba a dar un paso más hacia el camino de ser autora, pero a veces me da susto.


Finalmente, el siguiente fin de semana me dije; voy a mostrar mi publicación y lo voy a lograr así llueva o truene, entonces me hice una ruta de visita de cinco librerías, y ahí inició todo. Pienso que cada vez que se visita una librería, especialmente en los espacios independientes, se puede ver un universo distinto, se entra a conversar con varias propuestas, al ver la selección de libros de cada mes. Desde que nos saludamos con los libreros ya se empieza a tener una experiencia muy bonita, aprendiendo sobre las recomendaciones que hacen, antojándose de lo que les interesa a otros lectores, cada vez que alguien se lleva un libro se sabe que puede ser algo significativo. Son espacios donde podemos compartir lo que nos gusta, parchar, hacer amigos nuevos y aprender. Son lugares especiales que a muchos nos llenan, porque siempre se encuentra algo único, honestamente la mayoría de veces me siento más tranquila e inspirada, claro que llega el momento crítico de querer llevarse todo pero el presupuesto no alcanza y eso no está tan chévere. Pero bueno, no todo es perfecto. A pesar de ese detallito, quiero decir que me inspira mucho poder ver mi pequeña publicación en estos espacios, llenos de ideas e intereses. No me puedo sentir más orgullosa de esta profesión, donde no solo que es muy satisfactorio ver toda la propuesta independiente, la asertividad que hay por los lectores a confiar y dejarse sorprender de nuevas publicaciones y editoriales, al lado de las librerías que están abiertas a recibir propuestas experimentales en diferentes campos, especialmente en lo que me apasiona que es la oferta en narrativa gráfica. Gracias por apostarle a esto.

2 notes
·
View notes
Text
Un paso a la vez.
04 de enero de 2022.

Hacer una historia larga en cómic me ha tomado mucho tiempo, y sigo con la necesidad constante de llegar a completarla. La idea que lleva tiempo en mi cabeza está desde el 2018, y no ha podido salir básicamente porque no he sabido cómo darle forma y orden a la historia, preguntas como que si el tema es la amistad, o más bien reivindicar lo femenino en la mitología o la soledad, a veces quiero un montón de ideas en conjunto pero no me da la historia. Hace poco viendo los bocetos me di cuenta que hay personajes que sobran o que carecen de fuerza, y aún falta seguir con la investigación que se requiere para saber más de la época y costumbres, siento que siempre encuentro más datos importantes y que no estoy preparada. Otro adicional al hacer una historia dibujada, es definir la parte técnica, empecé pensando que podría ser un libro álbum, pero como que no encajaban los diálogos y el formato, después vi la estructura de los cómics con sus viñetas y me dije tal vez este narrativa sería la adecuada, y desde ahí he estado haciendo varios esqueletos narrativos en bocetos para irle dando estructura a todo lo que quiero contar, por ahora voy en un quinto borrador y vamos a ver cuantos más faltan, a veces siento que bocetar dos páginas de la historia me hacen estar dos paso más cerca al final del recorrido y me da ánimo, pero así mismo pienso que aún me falta tanto y dudo de si tendré la energía para poder terminar con todo lo que tengo por hacer.

Hay días en los que siento un cansancio mental cuando la trama no cuaja del todo, es cierto que a esta historia solo le dedicaba los tiempos libres después o antes del trabajo “estable”, entonces podía trabajar en forma una hora un par de días a la semana; y si la cosa se complicaba con otros eventos o tareas extras, pues quedaban olvidadas todas las notas en diferentes cuadernos enumerados por año y por tema en los cajones de mi escritorio. Pero desde hace un tiempo siento que ese cómic tiene que salir porque es un reto personal que debo cumplirme a mí misma, es algo importante para mí, tengo una necesidad de mostrarme que, si puedo, porque considero que lo que quiero contar puede ser de ayuda para otras, y porque puedo reinventar un pedacito de la mitología de mi cultura.

Pero a veces cuando estoy sentada en el bus escuchando música me llegan las dudas de si la historia es buena, o si estoy invirtiendo mi tiempo en algo sin rumbo alguno, y eso me genera como una contracción en el pecho, como si algo me apretara o frenara, pero sé que esa pregunta no va a ningún lugar, que esa respuesta no la tengo y se sale de mis manos, que solo puedo intentar terminar la historia, hacerla lo mejor que pueda y que sea lo que tenga que ser. Lo importante es acogerme al proceso de escribir, pensar y dibujar la historia, darle la mejor estructura que considere pertinente, pedir las recomendaciones y opiniones necesarias de personas en las que confío, después ajustar todo lo que se tenga que ajustar y finalmente sacar este proyecto a la luz, y lo que venga después, ya veremos.

0 notes
Text
En remodelación.
29 diciembre 2022

Este año he estado cambiando muchas cosas, porque la vida llego con un montón de nuevos retos y situaciones que en algún momento sentí no estaba preparada para afrontar, como la terminación de una relación importante, el mudarme a otro espacio (la casa de mis padres) lo cual no estaba planeado, tener mi taller de grabado, escritorio y cama en un solo cuarto, sentir que no logro tener una estabilidad laboral para planear más a futuro, ver qué hay muchos dolores emocionales que ni me había dado cuenta estaban ahí, pero que todo el tiempo gritaban a través de varios síntomas en mi cuerpo. Entonces, el final de este año se siente como si hubiera una remodelación forzada de mi casa interior, de repente no me había dado cuenta y parte del techo estaba caído, el piso ya estaba muy dañado, había varios detalles que no estaban funcionando muy bien. Por eso, fue necesario tomar una pausa, la cual había buscado evitar a toda costa porque parecía todo oscuro y tenebroso, pero no hubo más remedio que ver los detalles y empezar a hacer cambios radicales, ha sido necesario tomar fuerza y romper algunas paredes para ampliar el espacio, ver que algunas cosas que me gustaban antes ahora no eran de mi agrado, y aceptar que muchas de las decisiones que había tomado antes a pesar de que fueron con la mejor intención a la final no funcionaron y es necesario volver a empezar. Entonces, repensarse, toma tiempo, no solo mental sino físicamente, y es necesarios hacerlo en soledad porque hay preguntas que solo una puede responder, ¿Qué quiero ahora? ¿Qué ha sido inútil tener y no quiero soltar? ¿Dónde pongo mi energía? ¿A quién dejo entrar a mi vida y porqué? ¿Solo porque son amables conmigo me siento obligada a decir que sí? Todo eso debe responderse en soledad, y en mi caso con mi casa medio en ruinas, para darme cuenta que no ha sido fácil encontrar alguna respuesta clara, porque hay muchos miedos y prejuicios que me toman tiempo resolver y esta remodelación necesita arreglos más profundos. Por eso por ahora “el chuzo” está cerrado, no puedo ofrecer mucho porque hay demasiado polvo, todo está con los materiales medio abiertos para empezar a resanar, no tengo sillas disponibles, ni espacio para darle la bienvenida a nadie. Y me ha costado aceptar que por ahora no puedo abrir la puerta a nuevas personas, porque no me hallo en mi mismo hogar, pero es la realidad que me toca y siento en este momento. Solo queda decir que el 2023 nos espera con el overol listo para empezar la pintura, quitar la humedad, resanar paredes hasta que se sienta de nuevo mi propio hogar, para que pueda abrir las puertas y dejar entrar a nuevas o las mismas personas que ya tengo en mi vida con más apertura y confianza.
0 notes
Text
Procesos creativos.
16 de diciembre de 2022.
Este año he estado diseñando y desarrollando diferentes talleres de narrativa gráfica, los cuales me han permitido profundizar en diversos procesos creativos a la hora de hacer un libro, o crear una historia; siendo muy enriquecedor compartir estos conocimientos con diferentes grupos de estudiantes que comparten infinidad de intereses, especialmente porque este proceso me ha cuestionado mucho sobre la forma en la que creo y dialogo con las ideas que me resuenan, y la manera en que trabajo con ellas en un periodo largo de tiempo.
En este proceso de ahondar en diferentes ideas para contar una historia, me he dado cuenta que creo más en lo ejercicios constantes de dibujo y escritura libre, que en los buenos resultados, que era algo en lo que me enfocaba siempre. Tiempo atrás, sentía que no tenía ninguna idea en la cabeza, había como un vacío raro que no me permitía poner casi nada sobre el papel, de ahí empecé a hacer algo diferente para mí, y fue fijar una hora fija en la mañana para escribir o dibujar cualquier idea sin ningún interés de que sea algo ingenioso o bueno, y esta intención más relajada me ayudó a desbloquear la presión que tenía cada vez que estaba creando algo, porque solo quería sentarme y confiar en el hacer, solo quería practicar el observar lo que estaba a mi alrededor, y soltarme a la mera acción de hacer. Con el tiempo, mas o menos a un año y medio de práctica, esto se ha convertido en una disciplina, y solo hasta ahora siento es algo más personal, porque hoy en día es un espacio cercano a mi vida, donde puedo resguardarme y confiar. Entonces, tomar un lápiz no es una rareza en el día a día y la libreta ya no la tengo guardada en la mesa de noche o escritorio, sino que este espacio personal de pensamiento está ahí rodeándome, y se ha vuelto una herramienta para dialogar un rato con mi cabeza y el papel.

Al final de este año tengo un par de libretas que tienen notas sin sentido (las cuales se van amontonando poco a poco), pero de alguna manera estoy sintiendo que mi cabeza funciona distinto.
Entonces, escribir lo que me preocupa y soltar todo en el papel, me ayuda a tener energía para crear mis propios proyectos, porque poco a poco me estoy sintiendo más cómoda al conocerme y sobre todo al aceptarme, porque eso era algo que no me gustaba, pensaba que muchas ideas eran puras bobadas, además, nunca me he considerado inteligente, ni pienso que tenga ideas extraordinarias. Pero si tengo una necesidad de encontrar una manera de soltar todo lo que mi cabeza estaba acumulando y que no me dejaba ni dormir. Cargaba con la cabeza pesada y llena, no me quedaba espacio para nada más. Entonces escribir y bocetar el día a día, se volvió una salvación. Hacer más liviana una idea escribiéndola sobre el papel, empezó como un regalo para mí, y encontrar una que otra nota que me gustara era solo algo conmigo y nadie tenía que saberlo, siempre me digo, “no tengo que mostrar esto“ y eso ayuda un montón a la presión de tener que escribir algo lindo, bien escrito o increíble. De repente en este ejercicio de escritura, he dejado que algunas frases me guíen, porque cada vez me siento más tranquila con ellas, me gusta lo que hacen por mí, ellas no son pretensiosas y la verdad es que nunca me aburro, siempre hay tanto que observar porque en este mundo hay demasiado humor.

Por lo tanto en los talleres de narrativa gráfica, mas que querer enseñar técnicas de dibujo, o de composición que son conceptos muy importantes, siempre ha habido un interés porque la mirada del ojo del artistas sea más afilada, que nos cuestionemos más, y no encuentro otra forma de lograrlo más allá de la práctica, porque por alguna razón, nos permite confiar poco a poco en esta voz que se presenta cada vez mas alto, que a veces viene con mucha fuerza, rabia, o alegría para poder ser contada. Seguro hay muchos caminos para llegar al mismo punto, pero yo solo conozco una manera de que eso sea posible, y es sentándome para escribir o dibujar sin compromiso, confiando en que el proceso va a dar ideas más honestas. No puedo asegurar que viene después, pero hasta ahora esta es la forma más coherente y sincera que encuentro y no quería perder la oportunidad de compartirlo con ustedes. Mil gracias por leerme.

0 notes
Text

4 notes
·
View notes