dvergence22

[dvergence22]

Cada vez que hablas de incompatibilidad, cada vez que reduces todo cuanto teníamos y cuanto (al menos yo) sentía a algo tan burdo como "apego", sí, se me rompe el corazón.

Siempre fuimos compatibles, extremadamente compatibles, siempre tuvimos una convivencia excepcional y hermosa, una convivencia que muchísimos otros quisieran, así como una comunicación abierta y predisposición a escuchar y aprender. Siempre tuvimos una conexión única, compartíamos una visión de futuro y familia, de lo que era y debía ser (de lo que queríamos que fuera) nuestra relación y nuestro camino juntos que muchos hubieran anhelado. Sin embargo, tu has olvidado todo eso, ¿verdad?

Un único punto lo rompió todo, ¿dos quizá?, y fue que te pidiera que me dieras mi lugar y alejases a esas personas que querían de ti más que una amistad, que dejases de jugar a provocar porque te funcionaba y eso acabaría causando confusiones que harían daño a las personas, a mi. Y no pudiste, ¿verdad? Esa gente, esa manera que tienen de perseguirte y desearte era demasiado importante, te valida y te hace sentir visto. Te da valor, deseas esa dinámica, la necesitas. . . La necesitas más que a mi.

Por favor, deja de reducir la problemática a incompatibilidad cuando el motivo fueron tus miedos, el miedo al compromiso y a no obtener una familia fuera de tu familia en especial. Deja de reducir nuestra relación y mi amor a "apego" porque para mí fue el amor más intenso, sincero y entregado que he podido ofrecer jamás. Fue la conexión más genuina y fuerte de mi vida, la primera vez que sentí que tenía un lugar en el mundo, la primera vez que sentí que tenía una pareja que hablaba mi idioma y me valoraba por quién y como era, la primera vez que lo bueno superó con creces a lo malo y, además, era sumamente bueno, la primera vez en que necesité y nunca tuve suficiente, la primera vez en que no saturé y siempre quería más, la primera vez en que la convivencia era realmente cómoda y feliz. La primera vez que me abrí por completo, fuera a paso lento.

Por mi parte no, no fue apego, fue amor puro y sincero. Lo siguiente siendo.

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Me desperté con un mensaje tuyo, inesperado debo decir, mas también admito que me hace feliz saber de ti y me da paz. Al leerlo me asusté, lo admitiré porque decidí que el estas cartas (que nunca te daré) iba a ser tan transparente como pudiera; me asusté porque sé que cuando vayas al especialista te dirá que debes cortar los lazos conmigo y olvidarme, superarme, y eso significa que no habrá más mensajes y que si había algún ápice de esperanza de que volvieras se va a desintegrar. Pero, ¿sabes qué? No me importa, no me importa perder todo eso si es por ti bienestar, si al fin van a darte la atención que necesitas y van a implicarse en ayudarte a sanar las heridas, bloqueos y miedos. Estoy dispuesto a pagar el precio del olvido a cambio de que puedas al fin estar sano y vivir, ¡porque te lo mereces! Incluso si acabase siendo el malo en toda historia a causa de los errores que he cometido y mis defectos, me da igual, lo tomaré como una lección para trabajar en mi y seguiré sonriendo y siendo feliz porque al fin estarás recibiendo el apoyo que tanto necesitas. Seré y soy feliz porque veo en esto la luz, la luz al final de un camino de sombras, ¡la luz que te llevará a vivir, ser feliz y ser libre! Estoy emocionado ante esta idea, deseo que puedas romper al fin las cadenas del pasado y el dolor, salir de ese bucle de miedo en que se te crió y estar en paz. Deseo con todo mi ser que vaya bien, ¡gracias por contarme al respecto!

También fui feliz de saber que has dado con un médico, un buen especialista, que se ha interesado por tus temas de salud y finalmente se ha puesto las pilas para estudiar todo el cuadro clínico, ¡gracias a Dios! Ya era hora y, por más miedo que pueda dar la anestesia, piensa que es para bien, que va a traer respuestas y, con suerte y lucha, soluciones para el problema con el infeapeso. Las cosas irán mejorando, ya lo verás, ¡ahora tienes la fuerza y el apoyo para que los cambios sucedan! No te rindas, lo estás haciendo muy bien. Estoy orgulloso de ti.

Y me alegra que estés empezando con el tarot, ojalá te sirva como nuevo hobby y herramienta de apoyo para distraer la mente (porque sigo pensando que deberías dejar el rol, ese ambiente es tóxico). Espero que lo disfrutes muchísimo y lo puedas compartir con familiares y amigos, ¡les vas a cambiar la vida, estoy seguro!

Ten un muy bonito día, ¿de acuerdo? El inicio de tu nueva vida, una que merece der vivida y disfrutada, empezó ayer. Ánimos, de corazón, te deseo lo mejor.

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Hoy he tomado la decisión más dura de mi vida, más que ninguna de las que he tomado hasta la fecha y, créeme, no han sido pocas las que la han precedido últimamente. Hoy tomé la decisión de decir adiós a quien sé que ha sido el amor de mi vida, ¿a quien lo será para siempre? Mi corazón desea decir que sí, la lógica me empuja a decir que no y la necesidad de ser amado, correspondido y elegido, a gritar que alguien más me espera allá fuera, alguien que no ser irá.

Te comuniqué que iba a crear una distancia definitiva entre los dos porque, no, no puedo ser ese amigo que quieres que sea, esa presencia en tu vida que "valoras como persona". No puedo, te amo demasiado como para ser solo un espectador. No me malinterpretes, quiero que hagas de tu vida algo precioso y que la llenes de felicidad y amor, sin embargo, me destroza y hace trizas saber que no voy a ser yo tu compañero ni la causa principal de ello. Me hiciste tantas promesas, imaginé y planeé tanto para los dos. . . No puedo ser sencillamente un amigo, es más, me pregunto cómo demonios puedes tú. No quiero verte con nadie más, ¿sabes? Y precisamente por eso debo irme, para que puedas estar con alguien más, para no enterarme de nada y no causar daño, ni a ti, ni a mi.

Estoy muy enfadado contigo, muy decepcionado, me has dejado con lágrimas en los ojos, heridas en el corazón y un montón de sueños rotos colgando de las manos. Quisiera odiarte, pero no puedo, por más que una parte de mi ahora grite que lo hace, no, lo que realmente sucede es que te he amado (y aún lo hago) con total y completa locura, con unos niveles de entrega que desconocía poseer. Quería que fueras el último, el definitivo. Quería tantas cosas contigo. . . Pero te has ido, has decidido que el miedo y el coste eran mayores que el amor y el beneficio, y créeme, quiero entenderte y aceptarlo pero sigo pensando que eres el mayor de los idiotas. Quisiera tanto que te arrepintieras y volvieras a por mi, pero no lo harás, ni ahora. . . Ni nunca. Tengo que soltarte, tengo que aceptarlo, tengo que seguir viviendo y hacerlo sin ti.

Esta mañana sentí que me rompía, se me ahogó el aliento y el corazón dolía más que la quemazón del llanto. Esta mañana empezó mi primer día de contacto cero, ese día en el que me obligué a asumir que no vamos a ser nada nunca más, que no vas a volver, que no voy a ser la persona con la que digas "sí quiero", que no tenemos un futuro, que no seremos una familia, que no vas a estar a mi lado por el resto de lo que duren nuestras vidas, que no seré nunca más tu bebé o tu amor, que algún día otro ocupará el lugar en tu vida que creía mío, que no vas a volver aunque me eches de menos. Hoy me obligué a aceptar que ya no seremos nunca más "us".

Ahora me toca descubrir cómo sobrevivir a mañana extrañándote con este hueco en el pecho que tanto duele, que me lleva a llorar sin pausa, pues mi corazón se fue contigo y se niega a volver. Yo quería amarte para toda la vida, te habría amado toda la vida. . . Sin importar qué.

Hoy es día de despedidas.