e-m-d-l-i-p - Tumblr blog

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Aunque nuestro encuentro fue fortuito, una mezcla de caos y singularidad, desde el primer instante me atrajiste. Desde antes de que nuestras palabras se cruzaran, sentía una atracción hacia ti que me resultaba intrigante. Ahora, después de conversar, tu encanto me ha cautivado por completo. En este punto, es imposible seguir negando que me gustas.

Busco excusas para verte, pero cuando estamos juntos, me pierdo en la profundidad de tu sonrisa. Anhelo abrazarte, pero el miedo a invadir tu espacio me detiene. Quisiera besar tus labios, acariciar tu cabello, pero me alejo para ocultar el ritmo acelerado de mi corazón y la fascinación que tu sonrisa provoca en mi mirada.

Antes de expresar lo que siento, las palabras se convierten en un torrente de anécdotas, reflexiones y temas inconexos. Porque en el momento en que me detengo a pensar, surge el temor a una pregunta cuya respuesta no quiero escuchar. Aunque intuyo la verdad, me niego a confirmar que mi afecto no es correspondido.

Prefiero seguir este camino, intentando enviarte señales indirectas con la esperanza de recibir una respuesta, aunque soy consciente de mi incapacidad para interpretarlas. Las indirectas no son mi fuerte, pero no puedo hacer mucho más. No quiero crear suposiciones ni sacar conclusiones precipitadas.

Al final, la decisión es tuya. Tengo claro que el afecto no exige reciprocidad, y mi sentimiento hacia ti no depende del tuyo. La forma en que me ves no cambia la forma en que te veo. Sin embargo, prefiero no tomar la iniciativa. No quiero alimentar una ilusión más grande de lo que ya es, especialmente cuando existe la posibilidad de que sea unilateral.

No estoy seguro de qué haré en el futuro, pero por ahora, me limitaré a expresar aquí lo que disimulo en público.

-Soliloquios

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Tal vez para ti parezca insignificante, un simple mensaje entre la maraña de conversaciones digitales que llenan tus días. Pero para mí, cada palabra que te dedico lleva consigo un peso emocional que quizás no puedas percibir. No suelo escribirle a nadie; soy de aquellos que valoran el silencio y la introspección. No respondo de inmediato, ni mantengo los chats abiertos todo el tiempo. Puedo pasar largos lapsos sin pronunciar una palabra, sumergido en mi propio mundo, solo para retomar la conversación meses después, como si el tiempo no hubiera transcurrido.

Prefiero el contacto cara a cara, el calor de una conversación en persona o el sonido de una voz al otro lado del teléfono, mucho más que el frío intercambio de mensajes en una pantalla. Para mí, el valor de escribirte radica en romper mi propia barrera, en salir de mi burbuja de silencio y conectar contigo, aunque sea a través de estas líneas digitales. No subestimes el poder que tiene para mí este gesto, porque para alguien como yo, es una apertura hacia la vulnerabilidad y la conexión humana que valoro profundamente.

-Soliloquios

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En el silencio de la noche, bajo la lluvia incesante, un secreto palpita en mi corazón tembloroso. Eres como una luna llena, que mi timidez nubla, y el temor a tu indiferencia, mi voz ahoga.

Anhelo confesarte la magia que provocas, pero el miedo me aprisiona en su frío abrazo. ¿Y si tu mirada, que tanto me cautiva, al descubrir mi anhelo, solo desdén me devuelva?

Soy un náufrago en un mar de incertidumbres, buscando una señal entre relámpagos y truenos. Tal vez mi corazón solo sueña con quimeras, y este afecto tímido sea solo un desatino.

-Soliloquios

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No podemos elegir

que nos quieran,

ni tan siquiera elegir

a quien querer.

Sí,

en esto del amor,

somos paisaje,

pintura,

pincel o lienzo,

pero nunca,

pintor.

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Tus risas, dardos traviesos que perforan mi timidez, me empujan a huir. Pero la melodía que nos envuelve me seduce, y en su ritmo elijo quedarme. En la vibrante danza de las notas, encuentro el valor para confesar que tu presencia me cautiva. Me arriesgo a dar un paso, a pesar del vértigo, porque en tus ojos veo un destello que me invita a bailar al ritmo de la incertidumbre.

-Soliloquios

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Bajo la sombra del parque Nos refugiamos entre charlas y risas, Mientras la luna, testigo de nuestro encuentro, Nos baña en su luz plateada. En este refugio bajo la luna donde el tiempo se detiene Y solo existe la magia de este momento compartido.

Mis palabras bailan sin descanso, tejidas con hilos de nerviosismo, Evitando una pregunta que no me atrevo a formular. En mi pecho, un deseo ardiente de abrazarla palpita ansioso, Para acortar la distancia y disipar el frío.

Y mi mano, como quien acaricia un gato arisco, Anhela deslizarse por su cabello, un gesto de ternura Que mi voz no alcanza a expresar.

-Soliloquios

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Incertidumbre y Afecto: Travesía de un Encuentro

En el vaivén de lo incierto nos hallamos, nuestro primer encuentro, un destino fortuito, la incomodidad danzaba, la duda se alzaba, sin saber tu nombre, sin conocer tu rumbo.

Pero ahí estaba yo, sin quererte dejar sola, la responsabilidad latente, la timidez esquiva, la conversación se extendió, la incomodidad cedió, y al final, solo quedó la duda, inquieta, viva.

Agradecí tu pregunta al despedirnos, pues mi mente la había ensayado, pero mi boca calló, ese primer encuentro, marcó un sendero incierto, donde lo inesperado se volvió nuestro manto.

Un agrado mayor, un gusto escondido, cada conversación, un tesoro disfrazado, me esforcé por ocultar, lo que quería gritar, y aún así, todo sucedió, más de lo imaginado.

Me gusta ser inmaduro a tu lado, pero el miedo me acecha, incierto, frágil, espero que sea real, no una ilusión fugaz, porque soy débil, y la vida me desafía ágil.

Me cuesta abrazarte cuando sientes frío, aunque anhele el calor de tu cuerpo en el mío, quisiera perderme en tu pelo una y otra vez, fundirnos en un abrazo, sin peso, sin hastío.

Los labios dulces, sabor a caramelo y café, invitan al deseo, pero la duda me embriaga, prefiero quedarme en este instante, en este momento, disfrutando cada conversación, cada risa, cada mirada.

La incertidumbre me consume al abrirme, pero revelo de mi vida, lo que ante pocos confiaba, en este vaivén de lo incierto nos hallamos, unidos por la duda, en un lazo que nunca se desata.

-Soliloquios

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Dejar ir

Amarte fue mi elección y con ello, el riesgo de perder encontraste otro amor y mi corazón dejó de latir.

Dejar ir no es evitación ni desaparecer sin más es aceptar que algo está muriendo mientras algo nuevo nace en paz.

Soltar es un ejercicio de disciplina es una dirección hacia el futuro aunque en el corto plazo sea difícil es el camino que debo recorrer.

Aún duele en mi interior la partida de nuestro amor pero sé que soltar es lo mejor para que yo pueda volver a florecer.

El que dice que soltar es fácil nunca ha amado de verdad porque soltar es una tarea compleja que requiere de fuerza y voluntad.

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Bajo el manto sombrío de la vida errante, donde el llanto se desvanece en el vacío, no dejes caer lágrimas por este vagabundo, no soy el amor, solo un nómada sin rumbo.

Un alma inestable, en la penumbra danzante, te mostré el amor, un juego sin brillo constante. No aguardes el idilio, la llama perfecta, soy solo el aviso, una lección incompleta.

Las sendas que trazamos en la oscuridad, son caminos de un corazón en soledad. No me busques como el amor eterno, soy solo un errante, un susurro fraterno.

En mi desequilibrio, encontraste un reflejo, un espejismo efímero, un triste peregrino. No suspires por mí como un amor perdido, soy solo un eco, un aprendizaje sentido.

Cuando el indicado llegue a tu umbral, recordarás mis versos, la lección vital. No llores, solo aprende del chico insensato, que en su caos dejó un rastro sensato

Sebastian CH/Soliloquios

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El algoritmo de la vida es algo curioso. Sin buscarlo, encuentro con mucha facilidad lo que en su momento debí ver y no vi. Ahora, no sé qué hacer. Una parte de mí se debate entre contactarte de algún modo, solo para satisfacer mi necesidad de confirmar que todo está bien e intentar darte consejo, consuelo, compañía o cualquier tipo de ayuda para hacer más liviana la carga que te acongoja. Sin embargo, la otra parte me indica que no es correcto y me alerta de que mi interferencia posiblemente solo desencadenaría preocupaciones adicionales.

Definitivamente, todo sería más sencillo si volviéramos al inicio, cuando solo éramos dos personas preocupadas por la otra, dos almas frágiles intentando reconfortarse mutuamente en una amistad genuina. Pero es inútil pensar en ello. Por el contrario, sería más simple pedir ayuda a un tercero y que transmita el mensaje que, de manera arbitraria y sin contexto, espero que te ayude. Sin embargo, como probablemente piense cualquiera que vea esto, es algo aún más sin sentido. Por lo tanto, confiaré en el algoritmo de la vida, así como me hizo ver tu escrito. Por alguna razón, espero que te haga leer este también @lu-f-lo-b

Lo que quiero decirte no es mucho; de hecho, es algo que ya te mencioné alguna vez. La comunicación lo es todo; es el pilar de una relación. A lo que voy es que permitas que lea tus escritos. Siempre has confiado en que el hilo rojo del destino guíe a los demás a tu blog, pero aun si sucede, el tiempo puede no ser el correcto, y en ese momento, el dolor es inmenso. Por eso te digo que se lo enseñes ahora. Me encantaría decirte que solo con eso bastará, pero no es así, sin embargo sinceramente creo que puede ayudarte a aclarar tu mente y llegar a esa conversación sincera en la que ambos se abran por completo y juntos combatan sus miedos. Esos mismos miedos que ahora te nublan la vista y no te permiten hallar la llave que nunca has dejado de poseer.

P.D.: No confió en la velocidad del algoritmo.

-Soliloquios

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08/01/24

Ocho días, rápidos como un suspiro, se han esfumado. No entiendo cómo el tiempo puede ser tan esquivo. Los pensamientos siguen su desfile en mi mente, como si cada uno me alejara más de encontrar la respuesta. Todo se enreda, se vuelve un laberinto donde, en lugar de avanzar, retrocedo. Es como caminar en un bucle, atrapado en una cinta de Moebius. No sé qué rumbo tomar. Había pensado que la distancia y el aislamiento me ofrecerían alguna claridad, pero el tiempo resulta insuficiente. Me hallo en un estancamiento, sin saber hacia dónde dirigirme, temiendo una conversación que, de mutuo acuerdo, hemos postergado.

No cambio de opinión en este punto. Te amo, sí, pero no de la forma que buscas o mereces. He tenido el privilegio de compartir momentos contigo: viajes, comidas, charlas, lágrimas, penas y mucho más. El solo hecho de estar a tu lado es un goce inmenso. Por eso, no alteraría nada, ni siquiera el dolor, porque junto a ti aprendí de él. No deseo alterar nuestra dinámica, no quiero que nada cambie. Quiero seguir entregándome a ti como si no hubiera un mañana, concentrándome en un día a la vez. Pero sé que no es lo que buscas.

Me preocupa refugiarme en mi propia honestidad y no actuar, sabiendo que estoy causando daño. Cada vez que declaras tu amor y mi respuesta es el silencio, sé que te lastimo, aunque insistas en lo contrario. Aunque siempre he sido franco, me cuesta aceptar plenamente que para ti esto está bien. Sospecho que aún albergas esperanzas de que cambie de parecer, cuando en realidad estoy firme en mi decisión de no embarcarme en una relación de pareja.

Por eso, me resulta difícil expresar mi amor por temor a malentendidos. Tenemos visiones distintas sobre el significado del amor. Prefiero decirte simplemente que te quiero, aunque sé que queda corto para expresar lo que siento. Te lo he manifestado antes, pero mi miedo es herirte al hacerlo. Te he advertido que, en cualquier momento, puedo partir sin previo aviso, no solo físicamente, sino también alejándome interiormente. Mi viaje más común es hacia la soledad, hacia mí mismo. Por eso, me desconecto y me aíslo.

En este torbellino de pensamientos, regreso a lo que escribí hace tiempo. Aunque no logro discernir con claridad sobre nosotros, sigo firme en lo que deseo para mí.

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Die for You - Joji

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Reflexiones sobre el Amor: Un Viaje en el Laberinto de las Relaciones Humanas

En el inescrutable laberinto de las relaciones humanas, el amor surge como un enigma en constante evolución. Ha sido llamado por muchos nombres, pero en su esencia, es un viaje tumultuoso y desafiante. Cuando nuestros corazones anhelan la perfección desde el primer encuentro, nos enfrentamos a una quimera. ¿Puede el amor nacer en el terreno de la maldad?

El razonamiento sugiere que sí, que el amor se forja en la fragua de la experiencia. En el principio, existe la esperanza de encontrar a alguien que, desde el primer instante, comprenda el arte del cuidado y el compromiso eterno. Pero en este escenario, la probabilidad de éxito se desvanece ante la realidad humana. Todos somos imperfectos, capaces de bondad y maldad.

En ese primer amor, en esa primera relación, en mi vida pasada, lo vi claramente. Ocho años compartidos con mi mejor amiga, la que fue mi única compañera, se transformaron en un recuerdo de la maldad inherente a la humanidad. Aunque prometimos ser amigos para siempre, el tiempo se encargó de quebrar esa promesa. Ahora, solo nos cruzamos como extraños en una calle desierta, intercambiando saludos forzados.

El amor, en su naturaleza intrínseca, es efímero. Las expectativas enraizadas en la perfección están condenadas a la decepción. Los seres humanos olvidan, resuelven sus corazones y, finalmente, se rinden. Olvidar y rendirse, estas son las lecciones inquebrantables de la travesía amorosa. Y si aspiramos a amar auténticamente, debemos aprender a conocernos, a resolvernos.

No podemos cambiar a los demás, pero sí podemos transformarnos a nosotros mismos. Si nos enfrentamos a una persona maliciosa, debemos aprender a disfrutar de la lucha. El amor, en su núcleo, es una batalla constante. La paz es un ideal, pero cuando se trata de una guerra inevitable, no podemos ser amables con el enemigo.

Los humanos anhelan ser admirados, ser vistos como genios o amables, pero es un juego peligroso. No dejes que la benevolencia te debilite en una relación con alguien malicioso. En el arte de las citas, el guapo perderá contra el inteligente y el inteligente contra el imbécil. Al final, el que conquistará el amor será aquel que sea hermoso e inteligente pero también un imbécil, un individuo que ha abrazado su humanidad.

Este es un amor que no se encuentra en los cuentos románticos, pero es el que se despliega en la vida real. El amor se siente con el corazón, pero está condicionado por nuestras experiencias y elecciones. Enamorarse a primera vista es una ventana a la vida pasada de alguien, a su historia grabada en su ser.

El amor es complicado, es un laberinto intrincado de emociones y desafíos. El pasado, los errores y las lecciones nos guían en nuestro viaje hacia el amor verdadero. Las expectativas de la perfección deben ceder ante la realidad de la humanidad. El amor, a pesar de su complejidad, es el más valioso tesoro que los seres humanos pueden encontrar en este vasto y enigmático mundo.

-Soliloquios

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Cada maldita mañana se torna un desafío imposible de abordar, los motivos para hacerlo se desvanecen como el humo de un cigarrillo en mis manos temblorosas, y la tentación de entregarse al sueño eterno se vuelve más seductora con cada amanecer.

-Soliloquios