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Despedida

Hola, Jano. Espero que estés muy bien y que todos tus proyectos estén en proceso de completarse, realmente no tengo propósito alguno escribiéndote solo sentí la necesidad de comunicarte algunas cosas, creo bastante probable que no quieras saber más de mi o que no te importe, o quizá te sacas de onda. Ayer tuve uno de esos dias en los que sin quererlo miras en retrospectiva tu vida y surgen algunas reflexiones, entre tanto concrete la importancia que tenerte en mi vida significó, me llené de un sentimiento de gratitud por todas las cosas buenas que me hiciste pasar y lo mucho que aprendi de lo que no fue tan bueno, que en realidad no fue tan bueno mientras lo padecí, sin embargo, hoy agradezco haber pasado por todo eso, mi caracter se templó y crecí; finalmente comprendí todas las veces que me dijiste que un dia iba a entender y valorar la forma en que te conducias, quiero agradecerte todo lo que aguantaste por dejarme quererte un ratito todas esas veces que sabiamos que ya no dabamos para más, nunca terminare de agradecerte el regalo que me diste, vive muy dentro de mi, va mas alla de lo material, tus enseñanzas ahora que las comprendo y atesoro, viven en mi alma y tal como lo soñé, me dibujaste; me diste la oportunidad de saber lo que estar vivo realmente significa, a sentir, a ver sin abrir los ojos... Te guardo un cariño inconmesurable, lo que sentí por ti fue real y lo llevo guardado, el amor deja marcas, era pequeña y no dimensionaba la consecuencia de  las acciones  que tomaba, tampoco sabia expresarme... Ya no estoy enojada contigo por las cosas que sucedieron porque pese a que lo haya intentado no pude borrarlo de mi cabeza cuando tenia que hacerlo, pero hoy te digo con toda la sinceridad que soy capaz, que ya entendí cuando  hablabas de enfocarse en lo bueno y no en lo malo, que es mas facil vivir con resentimientos que amar. Quiero contarte que encontre algo en la escuela en lo que por fin soy buena, soy la mejor de la clase por primera vez en mi vida te lo juro, no es mentira; nunca pensé que fuera a suceder y me siento muy feliz porque llevaba muchos años pensando que no servia para nada, no me malinterpretes, no te lo comunico para alardear de que algo me sale bien, sino, porque te llevo muy dentro, porque creiste en mi cuando ni siquiera yo podia hacerlo y me diste muchas herramientas para que concretara mis metas. No espero que me contestes, desde luego me encantaría saber que no solo vives en mis recuerdos, que fuiste real, ahora que todo parece muy lejano, de igual forma entiendo si no lo haces, espero no haberte incomodado. Queria dejarte dicho que eres importante para mi, que el tiempo que pasamos juntos no fue en vano y decirte gracias; decirte que solo deseo que cosas buenas toquen tu vida, que cada cosa que quieras para ti se te presente y que siempre estés rodeado de mucho amor, porque te lo mereces. Lo mejor de mi se queda contigo. -N.

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Dado que el infinito escapa a nuestra percepción sólo nos queda regocijarnos en nuestra fugaz existencia

Jano

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Eterna como ella

Calma.

Calma inquietante, diversas curvaturas naturales y espesas me sostienen, las grietas de mi piel buscan fundirse en sus patrones, desaparecer.

Un rugido abrupto recorre el manto que me cubre, manto de aire sofocante que me abraza con ternura. Las tonalidades del cielo hacen juego con el día, los estruendosos sonidos se intensifican a medida que el lápiz se desliza lentamente sobre el papel. Una tormenta se avecina.

Se ha ido y es por eso que los cielos lloran, sus sollozos retiemblan en la tierra y sus ecos viajan por los aires.

Ella, de belleza fractálica y sutileza sublime.

Persona más bella no pudo ser concebida, fractálica, tendrías que recorrerla más de una cantidad no numerable de veces para notarlo, no es como los espejismos que enamoran con la vista, esa belleza falsa y vanal no es la de ella. La suya te cautiva con el tiempo, conforme pasan los minutos a su lado encuentras una porción, por diminuta que asemeje, igual de bella que su totalidad. Es una belleza profunda y densa, se esparce en todas direcciones enredando tu mente y percepción, de esas bellezas que ni la más irreversible ceguera te puede hacer inmune.

No me malinterpreten, puedes ver parsec por parsec el universo visible y más allá si fijas tu mirada en sus iris por el tiempo suficiente, constelaciones con alienación caótica se hayan por toda la extensión de su tersa piel, se aglomeran en su rostro describiendo un mapa encriptando del secreto del todo. El furioso océano es una pintura comparada con las olas que describen sus hermosos cabellos marrones, verlos por primera vez sólo se puede comparar al sentimiento liberado al yacer descalzo frente al ocaso a orillas de la playa por vez primera. Las curvas descritas por su periferia son de suavidad perfecta, puedes recorrerlas a nivel microscópico con la ilusión de una llanidad perpetua, su armonía, en suma, es total.

Y aun así esa belleza no describe ni la parte más diminuta de la absoluta, su belleza tiene muchas formas, cantidades innumerables que escapan a la comprensión del autor.

Hoy se ha ido, dejo su ausencia donde había tanto, dejo sombras y llanto, ha partido para no volver, ha partido sin saber cuanto mi ser la ha amado. Sin embardo la comprendo, mi osadía y necedad aunado a mis debilidades e ineptitud crearon una avalancha de que demolía los cimientos donde nuestro amor habitaba. Ahora vive en el espacio de lo intangible, disipándose y dejando sólo recuerdos a su paso.

Soy víctima de mi propio crimen, por eso escribo esta velada, para dar mi testificación y aceptar mi condena.

Hoy los cielos se desmoronan junto a mi alma, la tormenta cesará y las nubes se desvanecerán, aires nuevos vendrán, días, horas y eones transcurrirán, miles de soles crecerán y morirán, toda estrella en el firmamento perecerá, inclusive el mismo tiempo y aun así mi dolor perdurará.

Esa es mi condena, ella se ha ido porque yo la he matado.

Condenado a describirla de forma justa, eterna.

Y así es como en agonía recurrí a todas mis herramientas para lograr dicha hazaña.

No soy un hombre basto y robusto de habilidades, sólo necesité de la mejor que tengo.

La matemática.

Aquella ciencia que se ve eclipsada por la naturaleza de la biología, la tangibilidad de la física y el poder de la química. Aquella que todos odian y discriminan por su complejidad y su ausencia en la realidad; y eso es lo que los priva de tal deidad. La belleza fractálica yace en ella.

No importa cuanto avances en ella, siempre existirán hechos por demostrar pero su similitud con ella va más allá.

Su belleza es eterna, eterna como ella.

Así fue como empezó la condena, había decidido renunciar a lo que más amaba por ella.

Desde entonces cada día en mis escritos se pronuncia ante mi, su sombra me persigue.

Cada día renace con el poder mágico que le otorgué, se mezcla y entrelaza en cada signo, cada literal. Renace tan bella como siempre, con esa complejidad imponente que ahora sólo yo logro comprender.

Al principio renacía ante mi cada que veía un libro, una hoja era suficiente portal para sentir su penetrante presencia.

Se intensificó y se propaga sin límites, ahora todos los instantes se rigen a su voluntad.

Desde el segundo en que mis párpados se separan hasta que se vuelven a besar está ella y su magnificencia. 

De día deambulo por el tiempo, abrumado por su presencia en cada picometro de mi percepción, recorro las calles sintiendo cada latido inquietante, como esa arritmia que me invadía al rosa su ser.

Embriagado de su esencia vuelvo a casa, sólo ansío poder dormir para detener está insipiente sensación de tenerla siendo que en mi vida ya no está.

Al fin concilio el sueño para escapar de su sublime encanto. La veo de nuevo.

Mi corazón se detiene por un segundo eterno, ahí está con una luz cegadora detrás, con su sonrisa perfecta iluminando mi camino hacia sus brazos extendidos mientras los colores que la rodean se transforman desde púrpura hasta tornasoles que hacen juego con su vestido floreado blanco, mi favorito.

Me recorre un escalofrío desde mi alma, veo como se entrecierran sus ojos invitándome a viajar en el tiempo. La tomo entre mis brazos por la cadera y compacto mi cuerpo con el suyo recorriendo su espalda con mi mano hasta llegar a su nuca atravesando la selva de su enigma hasta acariciar su mejilla, conforme cierro los ojos destellos de luz se propagan alrededor  de nosotros, nuestros labios se conocen una vez más, una última vez.

Escucho una voz.

“Renazco para ser siempre tuya.”

Todo se obscurece.

Y en ese punto comprendí que siempre estaría ahí, no como un castigo sino como un alivio a mi propia existencia y acepté regirme por su presencia y voluntad.

Yo, el universo, me rindo ante ti, matemática eterna.

Eterna como ella.

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Flujo del subconsciente

Realidad disipada es todo lo que nuestro umbral nos permite, corrompida ilusión de lo factible.

Ignoro si es cuestión propia o una generalización de la noción continua que invade esta sociedad, tal vez un poco de ambas. En mi caso puedo inferir que camino sobre el hilo invisible del destino, a merced del tiempo deambulo por la marea hasta perderme. Camino en lo desconocido entre fantasmas familiares y extraños, camino por la neblina. Debo ver.

La completez se conoce hasta el anochecer de mis párpados, y mi consciencia consígo, entrar al portal de la realidad nítida, la verdad pura, los sueños.

Nada perturba, ni obscurece tu fuente. 

Andas por el sendero sin fin de la libertad de posibilidades, en un universo paralelo libre de los grilletes de la física y de la sociedad, pensamientos y deseos puros se materializan sin cronología aparente ensamblándose como una sublime sinfonía.

Soñar es fluir en el abismo del subconsciente.

Dar un salto al vacío cada noche, entrar en ese universo y salir sin tocar fondo,  despertar y olvidar hasta olvidar despertar.

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Medianoche

Palabra más sublime no puede ser coincibida.

Desde su composición hasta su significado es un viaje por los fenómenos que rigen nuestro destino. 

La media de una magnitud es el punto de balance, punto de equilibrio preciso y eterno, un ligero suspiro puede destruir su armonía. 

La noche por su parte constituye el pizarrón de los sueños, sean profanos o no, del ser humano. La noche da pie a la liberación del ser, ya sea por la confianza de la soledad o la euforia de la compañia.

En suma la medianoche es un punto crucial, el morir de un día y el nacer de lo sucesivo, momento presenciado por todos pero admirado sólo por una escasa muestra. Los que nos atrevemos a admirarla es porque sentimos su efecto alguna vez en nuestra existencia, desde entonces nos embriaga la simple idea de dejar estáticos nuestros ojos sobre la manecilla del reloj esperando atentos su tan esperada llegada.

Probablemente usted no entienda mis palabras, lo aliento a dejarse seducir. 

Admire el final.

Admire el inicio.

Admire la verdad.

La medianoche.

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Ironía

La suprema ironía es el hecho de percibirte más vivo conforme vas muriendo.

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Carta al vacío

Estimado,

Recurro a este medio para hacerle frente a la impotencia que me recorre en este instante. 

Discúlpame si soy inoportuno con mis palabras, la verdad es que tu visita me ha dejado petrificado y anonadado.

Quisiera extender una sincera confesión respecto a lo sucedido y me encadenan las limitaciones de mi propia existencia, aún así me atreveré a intentarlo.

Tú y yo sabemos que la vaga idea del tiempo nunca nos ha separado.

¿Recuerdas cuándo te conocí?

Yo sé que no,  aun no coincibía siquiera tu existencia. 

Había olvidado por completo tu esencia. Recuerdo el cuarto donde yacía sentado, algo encorbado e impaciente, como si supiera tu eventual llegada, impuntual como siempre, como nunca. Tu llegada fue equivalente a una obra de arte del destino, y lo sentí, cerré los ojos y compilé todos los pasajes secretos de los laberintos de mi mente, los presencié una última vez proyectados como filme antiguo rodando a velocidades impensables. Palabras, imágenes, sonidos, sensaciones, sentimientos....

Me regocije en las mieles del pasado, dejando la perpetuidad del presente. Despegué mi alma del mundo terrenal y viaje en el tiempo, sentí su mano cálida de nuevo.

Había llegado a su fin la función, silencio penetrante dominaba el entorno. Silencio frío, paralizante, de esos silencios que congelan en su totalidad un momento, cuál fotógrafo y su deslumbrante artefacto, blanco y negro.

Silencio efímero, de esos silencios que están por ser violados por una ola de caos, cuál paz antes de la primera gota de una tormenta.

Al instante que la primera gota acaricia el suelo percibo como mi calzado pierde las tonalidades vívidas, se difumina en escala de grises y se propaga la sensación por mi cuerpo con paciencia, todo en un segundo. Recorre mi parte inferior y abraza mi abdomen invadiendo por mis poros obstruyendo mi sistema, una náusea incontrolable me domina. Sigue caminando por mi piel con una tranquilidad angelical, me envuelve en su perfume. Al llegar a mi pecho se sienta, se siente en casa, logra pausar mi latido por fracciones de segundo que parecen nunca terminar, un mareo coquetea conmigo. Inflo mis pulmones para retomar mi ritmo, la bocanada de aire es tan profunda como la desesperación que siento, suspiro. Tu presencia en mis pulmones se ve disipada por la urgencia de emitir un grito chillante y prolongado, toda la ira quiere escapar propulsada con ímpetu por mi traquea pero se ve obstruida por un nudo en la garganta, impotencia. Difuminas el color a tu paso, sólo mi sien queda libre de tus grilletes, inclino la cabeza hacia abajo para salvar lo último, es inútil. Poco a poco pierdo sensibilidad en mi lengua, pronto pierdo el olfato, el oído, la pesadez de las lágrimas cobijadas en mis ojos me obligan a cerrarlos lentamente; a su paso una lágrima se ve expulsada, serpentea por mi mejilla y se estanca en el vértice de mi labio superior, un beso de despedida. Se precipita después de decir adiós, en su viaje por el espacio tu no te detienes, has llegado a tu objetivo demoliendo todo a tu paso, drenando la vitalidad, destruyendo las paredes de mi ser te abres camino por el laberinto de mi ser, arribas a los fotogramas de mis memorias y los llenas uno a uno de un negro profundo, un negro absoluto. Coloreas cuadro por cuadro, paciente y eficaz, hasta que te encuentras con el final y lo proyectas en mis párpados, sentí su mano cálida una última vez. Siento un calor ferviente, mi temperatura aumenta súbitamente, quemas el cuadro. Soporto el dolor intenso al ver como las llamas consumen ese cuadro dejando a su paso el negro eterno. Casi todo es obscuridad, sólo alcanzo a percibir nuestras yemas rozándose teniendo como punto de contacto la llama final.

Se consume.

Mi lágrima besa el suelo.

Abro los ojos, no siento algo, siento nada, te siento.

Tú.

Al final siempre Tú.

Siempre tuyo, Jano.

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Tiempo e Infinito

El tiempo y el infinito son conceptos abstractos, entes mentales para describir dos sensaciones constantes en lo que percibimos como realidad.Por un lado está el tiempo, la línea con origen hace 13 mil millones de años y de final desconocido. Surgió por la necesidad de ordenar los sucesos de la realidad, después se desvirtuó, el tiempo es el testigo de la realidad; pasado, presente y futuro están a su merced. El tiempo es dios.¿Desordenar el tiempo? Me parece inverosímil pero a su vez presencio el desorden en mi mente, ¿acaso alguien puede recordar cronológicamente su vida?Todos desordenamos el tiempo diariamente y sin embargo ahí está, perpetuo.En la otra mano está el infinito, un termino ambiguo y malinterpretado frecuentemente. Puede referirse a una cantidad inconmensurable, a un cardinal o inclusive al universo mismo.Desde el punto de vista científico es meramente lo que carece de fin, existiendo así una cantidad infinita de infinitos distintos entre sí, uno más "grande" que el anterior; en lo personal me gusta más la idea, aunque sin fundamentos, de referirse al infinito como al universo ya que es lo más cercano a la noción de "no tener fin" que conocemos en la realidad porque nuestra propia magnitud nos vuelve presas de la ilusión de pensar que el universo es infinito. El universo es infinito para nosotros como la tierra lo es para una hormiga.Los dos conceptos, por apartados que parezcan, se intersectan en el enigma que conllevan. La perpetuidad del tiempo nos consta, las estrellas que vemos en el cielo son sólo fotografías de estrellas que probablemente murieron años atrás, los telescopios actuales tienen la fuerza para mirar al pasado, percibir hechos que por nuestra lejanía tardaron siglos en llegar a nuestros ojos y mentes, mientras que el presente del universo nos es desconocido, contrario a lo que nos enseño la intuición desde la niñez, en nuestra percepción desnuda sólo percibimos el presente constante y crudo sin capacidad de admirar el pasado así como la impotencia de quien muere de sed y el agua  escurre  por sus manos. Por último tenemos al futuro, el último puente hacia la conexión entre el tiempo y la noción restante de infinito; el futuro es incierto, una mera falacia de nuestros sentidos, todos hemos creído con toda certeza la presencia de algún hecho en el futuro y hemos visto fulminada nuestra conjetura, todos. Así es como ésta misma incertidumbre nos regala la relación amorosa entre tiempo e infinito dado que todos creemos en que el tiempo no tiene fin, en que todos moriremos y el sol brillará más que nunca, las demás galaxias seguirán intactas, los cometas seguirán orbitando y los hoyos negros continuarán absorbiendo materia, luz y energía, y aún así yo me rehúso a creerlo.Me rehúso, y no porque seguiremos esparciéndonos a lo largo del universo en forma de polvo estelar sino porque el tiempo es nuestro, nuestra creación. No nos movemos a través del tiempo, al contrario, el tiempo se mueve a través de nosotros y así como nosotros, él eventualmente perecerá. El tiempo es una ilusión. "¿Cómo pude no sentir que la eternidad, anhelada con amor por tantos poetas, es un artificio espléndido que nos libra, siquiera de manera fugaz, de la intolerable opresión de lo sucesivo?" J.L.B. Jano

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Nadie podrá expulsarnos nunca del paraíso que Cantor creó para nosotros.

David Hilbert