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10 Frases de La Peste - Albert Camus

A mi edad uno es sincero forzosamente, mentir cansa mucho.

La estupidez insiste siempre.

Sucede que a veces se sufre durante mucho tiempo sin saberlo.

Uno se cansa de la piedad, cuando la piedad es inutil.

Las hipótesis, en la ciencia como en la vida, son siempre peligrosas.

En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.

Pero allí donde unos veían la abstracción, otros veían la realidad.

Hay una cosa que se desea siempre y se obtiene a veces: la ternura humana.

Cuando yo era joven vivía con la idea de mi inocencia, es decir, sin ninguna idea

Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y, sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas.

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¿Por qué tú?

Después de varias decenas de piernas, un día decidí elegir las tuyas. Pero, ¿qué fue lo que me llevó a tomar una decisión tan importante como esa? Bueno, primeramente, el tiempo me ayudó a ser más consciente en mis elecciones, el aburrimiento de los lugares comunes también.  El consumo de cuerpos era una adicción recurrente. La eyaculación sin nombre era un ejercicio que se realizaba de forma natural. Podía ser Sofía, Laura o Diana. El nombre era algo superfluo; lo que importaba era la forma de las piernas, de los senos, el contorneo de las caderas y lo retorcido de las mentes para poder llegar al acto sexual de la manera más animal posible. La única regla preestablecida era la esterilidad, por eso la semilla servía de adorno de tus pechos, nos movíamos a través de la imaginación y nos volvíamos terrenales a través del uso de la lengua, órgano que tenía dos funciones, el primero era hablarte de manera soez y el segundo era lamerte, repito podía ser una u otra, el nombre se olvida cuando trascendemos debido a los que nos hace sentir el placer carnal. Tanto al soñar como al coger, abrazamos fantasmas. Nuestra pareja tiene cuerpo, rostro y nombre, pero todo se disipa cuando presos de la llama doble del amor y el erotismo a través del abrazo, desaparecemos para volvernos espíritu. Te elegí a ti porque un día me di cuenta de que tu nombre no se borraba cuando todas esas sensaciones, emociones y éxtasis se apoderaban de mí. Te elegí porque fuiste una y otra, porque pudiste mimetizarte en todas y en ti al mismo tiempo.

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"El secreto, querida Alicia, es rodearse de personas que te hagan sonreír el corazón. Es entonces y sólo entonces que estarás en el País de las Maravillas."

---- Lewis Carroll