Tumgik
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Perdido
No recordaba cuanto lleva en el mar parecían años, pero el transcurrir del tiempo es incierto y engañoso cuando no se tiene rumbo o destino, solo sabia que era Octubre, ese mes donde los espíritus andan sueltos y salen al mundo de los vivos solo dios sabe a que, en esa inmensidad infinita de aguas encontraba calma únicamente en la relativa seguridad de su vieja barca, pues en el mar nada es seguro, ni sus vientos ni sus corrientes, hecha de roble, cortados a las orillas de las montañas costeras de su antiguo hogar, del que apenas tenia recuerdos, pues ahora era un hombre y ahí vivió un niño, pero solo sentir sus pies en la embarcación, sus sentidos se llenaban de memorias, el áspero tacto de la oxidada barandilla metálica, el crujir de sus pasos en la vieja cubierta y ese olor a humedad y sal que inundaba sus fosas nasales, le recordaba algo que creía tener pero nunca estuvo seguro, y era el motivo por el que se había embarcado en primer lugar, para buscar lo desconocido, y encontrar lo que creía perdido, lo que pensabas conocer pero en tu mente no podías darle forma pues en realidad no lo conoció, quito las amarras e izo las viejas velas y zarpo, no recuerda bien que día, pues cuando vives a la deriva el tiempo deja de tener sentido, sin rumbo, con la vieja brújula en la mano marcando siempre el norte, como si supiera que ahí era donde se encontraba lo que tanto buscaba, y navego por el mar calmo, sereno en un principio, pero el mar es traicionero o por lo menos sigue sus propios designios y no los del hombre, y es salvaje y no se puede dominar, por que así es la naturaleza, ella elige y uno no puede controlarla, y te apegas a sus designios, por que así es el mar, por que puedes guiar tu nave pero no puedes controlar sus corrientes o su tempestad y el se dejo llevar y al instante se perdió, no era lo que buscaba y sin embargo no sabia donde estaba, y sufrió, se desespero, tuvo miedo, enloqueció, se llevo las manos a su cabeza y toco la mascara que cubría su rostro, la que usaba para protegerse del clima, del frió, del viento, y grito de desesperación, grito pidiendo ayuda, el mar tempestuoso se burlaba de el, el viento cruel golpeaba su existencia y lo arrojaba de una lado a otro junto a su barca, las olas lo sacudían y pensó que era el fin, no podía ver nada y no por su mascara si no por la neblina que se había levantado, como un juego macabro de la naturaleza para hacerlo mas miserable, como un gato juega con su presa antes de asestar el golpe que lo lleve a la muerte y cuando pensó que era el fin, levanto su rostro y la vio, la figura mas hermosa que hubiera visto jamas, alta como ninguna otra, brillante como el sol brillara si se atreviera a salir en la noche, esbelta y con la gracia de un cisne en medio de un oscuro y sucio pantano, comenzó a llorar como un niño desconsolado y supo que lo había encontrado, eso que tanto había buscado, y navego hacia esa figura hipnotizante, que parecía  sonreír con el brillo de un collar de perlas y por fin encontró su faro y encontró la paz y la calma, y brillo en una oscura noche de octubre, cuando los diablos andan sueltos y sus maldades no conocen fin, pero su luz logro repelerlos y guiarlo fuera de ese peligroso mar, fue en octubre en una noche de espíritus pero también de esperanza donde encontró la paz.
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Cazando Sombras
Sigo deambulando por el bosque, en las altas horas de la noche la luna ilumina figuras difusas del pasado, ya perdí la noción del tiempo ya no recuerdo cuánto llevo persiguiendo tu rastro, solo sé que debo continuar, es lo que deseo, olfateo el aire denso en la oscuridad y tú esencia llega a mi cerebro tan frío y mortal como una bala, aún la recuerdo y se alberga tan dentro de mi, muy adentro y se aferra como lo hacen las raíces viejas de un gran árbol a la tierra que lo nutre y sostiene. Sigo el rastro, implacable, como una fuerza inalterable de la naturaleza, que no puede ser detenida por el simple deseo del hombre, que no conoce la paz, es un deseo inherente al alma. Aún recuerdo tu sabor, se quedó grabado en piedra y parecería que solo el paso de los milenios lograría hacerle mella. Anhelo tanto clavar mi mandíbula en tu cuello, sentir correr tu sangre una vez más por mi hocico y me empape todo el cuerpo y pinte mi alma de tu color y esencia, saborear tu dulce carne una vez más y que llene toda mi existencia con tu cuerpo y estemos juntos otra vez. Llevo tanto tiempo en esta cacería que ya no conozco nada más, creo ver tu silueta en las sombras y cuando por fin les doy alcance se diluyen frente a mí, escucho tu respiración en el silencio sepulcral de la fría noche y me imagino tu pecho subiendo y bajando como el fuelle de una forja, emitiendo el calor de las llamas y siguiendo la delicada pero mortal línea de tu clavícula, subir y bajar hipnotizandome y haciéndome perder la razón, agudizó mi oído y ya no escucho más que las carcajadas de las criaturas de la noche burlándose con sorna de mi fútil intento, olfateo el aire en busca de ti y sigo tú esencia por qué está grabada en mí como por fuego y siento tu tacto tan cálido y es electrizante como si un relámpago me impactará y recorriera mi cuerpo y es revitalizante y me recuerda que sigo vivo y viene a mi boca tu sabor  que me hace salivar y me llena el espíritu al pensar en ti otra vez, mientras, sigo buscándote, nunca fui buen cazador o tal vez todo este tiempo siempre fui la presa. Sigo buscando, necesito encontrarte para poder sobrevivir el invierno, y refugiarme en tu regazo una vez más, que tú calidez me embriague y me haga olvidar el frío, no se cuanto más pueda aguantar y al final sigo tú rastro, inalterable, implacable, incansable, hasta que mi corazón no aguante más y mi cuerpo se desplome.
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Quiero llevarte al mar, pero ahí seras feliz
Yo ya no espero nada, me canse de soñar algo que en el fondo sabia que no llegaría, fue mi culpa, y sin embargo aquí sigo, sentado para no cansarme, veo al sol en su va y ven diario y me pregunto si en algún momento se cansara o que es lo que persigue con tanto anhelo, lo uso para guiarme, tengo la brújula en la mano y sin embargo me siento perdido, avanza primero tu y guía el camino, al fin de cuentas tu eres la que sabe lo que hay adelante.
Perdido me acorde de ti, me acuerdo cuando conocí la paz, ahora parece tan distante y apenas fue ayer.
 Tire la llave del candado que cerraba tu jaula, no lo quisiste ver pero siempre estuvo a tus pies, entonces ¿por que no la abrías? ¿Por que no la abrías y volabas? ¿Por que me dejabas observarte y acariciarte cuando eso te causaba repudio?. Vuela a ese cielo que tanto anhelas, donde eres libre y no estoy yo.
Deja de mentirme, lo veo en tus ojos, crees que ganaste por los demás cuerpos que haz ocultado, ninguno de ellos me interesa, el único cadáver que vale para mi es el que me sirve de carcasa, entonces basta ya de tus tonterías, no te saldrás con la tuya, no conmigo.
Y al final, tu ganaste.
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Carta 4
De lo sublime a lo ridículo en tres segundos y volvemos a empezar, miras atrás y no es lo que querías y adelante no ves nada, es el miedo a lo desconocido lo que te frena a dar el siguiente paso, o ¿es el miedo al dolor?. O ¿soy yo el que te frena? Soy la roca que tienes encadenada al tobillo y no te deja volar, soy un obstáculo, y te pregunto otra vez ¿Por que no me has rodeado o sorteado de un salto?, No soy tan alto, a mi no me culpes, yo elegí mi veneno, ¿Y tu?.
Muchas preguntas, de verdad ¿queremos conocer todas las respuestas?
Una preguntas mas, te mentí fue la ultima.
Ya no creo, yo ya no se si quiero saberlo todo, mucho sufrí ya, pero acaso no se trata de eso?
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Carta 2
¿Qué es lo que quieres? le pregunte.
Y elle me miro con desesperación y contesto. “Quiero ser libre, quiero volar lejos de aquí”.
La mire a los ojos y comprendí que la había perdido, que ya no me conocía y que ya nada seria igual.
Entonces vuela, le dije y abrí su jaula. Vuela y no vuelvas.
Vi como su figura se perdía en el horizonte, su esencia tardo un poco mas en desaparecer y su canto aun lo puedo escuchar en algunas mañanas.
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Carta 1
No digas que lo sientes o que me extrañas, puedo ver a través de ti y no es verdad.
No me mientas mas, no vas a ganar nada, Entonces te pregunto ¿Por qué te gusta verme sufrir? ¿Disfrutas con el sufrimiento ajeno o es acaso una especie de juego enfermizo?
Juego sucio y retorcido, no me digas que te da miedo perderme o hacerme daño, una vez mas, yo se que no es verdad, déjame marchar, todos vamos a ganar al final, puede que hoy no, pero con el tiempo quien sabe.
Cierra la puerta cuando te vayas, yo cerrare la ventana.
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