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Coplita para otra primavera

El amor viene deforme, va a su manera,

Llega por convicción, accidente o conveniencia mera.

Amar no solo es estar,

y si ya no estuviste, no hay un hubiera.

***

Sí, constantemente pega, es duro.

Dura a veces apenas un día,

a veces se pasa de largo.

Es como el café, o el buen té, amargo;

pero también es como de diez años un vino,

una brisa o la lluvia;

Es a fin de cuentas un regalo divino.

*** 

¿Si hace frío y no hay manta?

Aguanta

¿Si no hay algo que obstruye?

Construye

¿Si es poco y no aumenta?

Alimenta

De ese modo me alienta

Porque, se encuentra, no se consigue.

No se compra y no se persigue.

Así que aguanta, construye, alimenta.

 ***

A versos peleando

Argumentos en duelo batiendo

Perspectiva a la conciencia sumando

Convencer escuchando,

no compitiendo.

 ***

Peros tragando tierra pisando

Es llegar alto, es llegar hondo.

Casi tocando el sol, casi tocando fondo.

 ***

Es compartir el andante momento,

un instante crear; es jugar.

Es con ojos cerrados tocar,

con ritmo, bailando muy lento.

*** 

Cuando huye y se enreda

Cuando no fluye o se queda

La razón, la cura

y solución: la locura.

 ***

Vivir es seguir, solo estar es espasmo;

si la idea después de la muerte es seguir,

amar y vivir es pleonasmo.

Amor es vivir sirviendo,

amar es seguir siguiendo.

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Carlos Smile anuncia candidatura a la presidencia de México: "Donald Trump fue mi inspiración"

Inesperadamente y como acto de patriotismo sin precedentes, el magnate lanza en comunicado anuncio de su participación en la contienda por la presidencia de México en 2018 como candidato independiente:

Pueblo de México,

Vivimos tiempos difíciles. La división social pareciera estar descarrilándonos de las vías del progreso. El no saber si la situación política en Estados Unidos es más peligrosa que el cáncer de corrupción que tiene a México postrado en fase terminal, no es señal de que vienen tiempos mejores.

Para nuestra fortuna, Donald Trump pareciera va a ser víctima de sus propias contradicciones. El pueblo estadounidense, no está llena de gente que escucha con las entrañas más que con la cabeza, el voto popular lo demostró.

Sí, aun así acepto que Donald Trump fue mi inspiración. Hoy hace falta quien logre urgentemente tocar las fibras más sensibles del mayor número de seres posibles para urgar un cambio, al menos una inquietud. Me doy cuenta que nada nos deja la acumulación de riqueza si no se utiliza para el bien común.

Contemplando ya más cerca el ocaso de mi vida, me pregunto: ¿Qué es más importante que encabezar la lista de una revista? La respuesta, quiero legar algo más que un museo gratuito y deudas de cuentas por uso de datos en el país que me vio crecer, crecer y crecer. Quiero ser candidato independiente para contender por la presidencia de México en el periodo que sucederá al plagiador-presidente Enrique Peña Nieto.

Impresionado y, sobre todo, beneficiado económicamente del uso de las redes sociales en todo el mundo, doy testimonio del poder del pueblo cuando se conecta. La comunicación no debería ser un lujo. Quiero derribar el muro económico que nos separa de una sociedad realmente democrática; habrá que declarar la guerra a muchos imperios. Entendamos que el mundo es tan diverso que incluso en las cúpulas, hay malos y buenos; marcharé con todos aquellos mexicanos que se quieran sumar a mi trinchera en esta guerra, intelectual.

No prometeré nada, la historia ya ha probado que puedo lograr más que lo imposible. Trabajaré con las mejores mentes de México y el mundo, para poder iniciar la titánica tarea de salvar el país. Decía Octavio Paz que la realidad no se rinde a quien la contempla, sino a aquel que es capaz de sumergirse en ella. Aprender a hacer uso de las mejores mentes disponibles va más allá de saber o no citar. 

Carlos Smile.

Dicen que no hay mal que por bien no venga, tal vez un gran mal de proporciones apocalípticas como Donald Trump esté haciendo palpable el lado más humano del mundo. ¿Será que el millonario tenga la capacidad de dirigir, ahora sí por el buen camino, al país que lo catapultó para alguna vez llegar a ser el ser más adinerado del mundo? Como nos gustaría que en 8 años pudiéramos decir que Carlitos fue nuestro mesías.

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The Revenant o la inesperada virtud de no ser nominado a mejor guión adaptado.

Esta aparente superficial intriga, sembrada a raíz de haber leído The Revenant: An unforgettable novel of revenge, de Michael Punke y compararlo con el tan prometedor y esperado último trabajo de Alejándro González Iñárritu, ha sido el pretexto perfecto para dar nuevamente un vistazo a la magnífica obra del brillante director mexicano al tiempo que esta se pasea orgullosa entre las grandes producciones del cine mundial.

Como pasa en la mayoría de los libros que son llevados a la pantalla grande, la ausencia de detalles que aparentemente no perjudican el flujo de la historia son comunes para la respetada comunidad lectora que siempre sostendrá que “no hay nada mejor que leer el libro”. Esta ocasión quise probar que, si bien la mayoría del tiempo el asiduo lector va a quedar defraudado con los intentos de adaptación; en este caso, el ejercicio de comparar las decisiones argumentales que el guionista fue tomando para tratar de renovar la trascendencia de la historia, nos da pistas todavía más profundas de las razones para que los productores llevaran al Negro a hacer un fantástico retuit/cita de la historia de Punke. 

La novela del escritor, profesor, analista, consultor político y que actualmente posee el cargo de embajador comercial de los EEUU ante la OMC en Ginebra; lleva a cabo una magnífica investigación de los hechos y leyendas que envuelven al personaje de Hugh Glass y que, a falta de pruebas para hilar a detalle todos los hechos; se aventura en dar emoción a este personaje. Podría decirse que lo hace con el mismo impacto con el que lo interpreta Leonardo DiCaprio, pero a manera de una fascinante crónica que hace olvidar la advertencia de que Punke está usando todos los posibles elementos históricos disponibles para, ayudado por el género novelístico, tejer y dar forma y relevancia a una increíble historia de sobrevivencia y venganza.

Punke detalla minuciosamente las decisiones que probablemente pudieron haber sido tomadas por Glass ayudado de su entrenado conocimiento en ambientes naturales hostiles y el aún más hostil escenario de cómo el capitalismo empezaba a colonizar y exterminar literalmente las raíces americanas. Tal vez este interesante momento de la historia donde se cruzan gran variedad de culturas en el choque por el dominio de tierras salvajes, es donde Iñárritu y Smith también encuentran la inspiración suficiente para, en un ejercicio muy similar al de Punke, tomen partes del largo telar ya puesto sobre la mesa para descocerlo, mutilarlo, rasgar y volver a tejer con hilos de genialidad lo que sería el segundo y consecutivo golpe del gran director y su orquesta a una industria cinematográfica que busca desesperadamente renovarse.

Entre las libertades que se tomaron para poder condensar la interesante historia de venganza relatada por Michael Punke; la más importante a mi juicio es la de darle a Hugh Glass un hijo Pawnee. Si bien en el libro no se descarta la posibilidad de que el explorador haya tenido descendencia, puesto que sí se describe que pasó un tiempo en un campamento de dicha tribu; definitivamente éste no acompaña a su padre y su incursión en el comercio de pieles. Tanto fue mi desconcierto que me tomó ver por segunda vez la película para quitar de mi cabeza el impacto de encontrarme con esta valiente adición a la trama de la historia y poder ahora sí prestar total atención a lo que DiCaprio nos revela a través de los ojos de Lubezki.

Puedo comprender perfectamente la motivación que llevó a decidir darle un sentido más profundo a los deseos de venganza de Hugh Glass. A mí también me pareció un tanto vacío el hecho de que la determinación de buscar y enfrentar a Fitzgerald haya surgido únicamente del hecho de que manipuló a Jim Bridger, no solo para terminar abandonándolo, sino para incluso llevarse las herramientas que hubieran hecho más sencilla la tarea de sobrevivir. El momento en la película que Leo toma una rama y la apunta en dirección a los dos alces cruzando el río, captura dramáticamente dicho resentimiento convertido en resignación. El que termina siendo el filme de la desgarradora historia del hombre que sobrevive al ataque de un oso y que además presencia el cruel asesinato de su propio hijo a manos de la intolerancia por la ignorancia reinante en aquellas épocas, cobra un sentido entrañable y se hace todavía más relevante en el contexto del debate mundial actual de la sociedad aún racista y clasista en la cual vivimos.

Dicho lo anterior, tal vez no diría que debieron al menos darle nominación a mejor guion original. La regla dice que puede considerarse guion original aun cuando la historia esté basada en hechos de la vida real (como fue el caso de las nominaciones de Dallas Buyer’s Club en 2014, Fox Catcher en 2015 y la ganadora de este año, Spotlight), siempre y cuando no se haya ya interpretado en alguna obra o película.

Entonces, ¿por qué no dar al menos la cortesía de nominarla a mejor guion adaptado? Quisiera pensar que The Room, The Martian, Carol, Brooklyn y The Big Short fueron mejor logradas que la pseudo-adaptación de la película que ganó los óscares a mejor director, actor y cinematografía y que estuvo además nominada a otras nueve categorías, entre ellas, mejor película. Tal vez pensaron, de trece a doce nominaciones, nadie notaría la diferencia.

Hay evidencia de que la academia ya se había topado con la paradoja de qué tan importante es la distinción entre un guion original y uno adaptado. En las dos primeras ediciones de la entrega de la estatuilla hacían dicha distinción; mientras que los siguientes dos años se decidió únicamente hacer un premio genérico de “mejor guion”. Después de ese errante inicio, la academia siguió a través de los años debatiendo si lo mejor era distinguir entre argumento y guion o, como actualmente conocemos, entre una obra original y una obra adaptada.

Birdman, filme también de Iñárritu, gira su trama justamente en torno a la ficticia adaptación en teatro de una obra literaria de Raymond Carver, hecho que le valió para ganar el año pasado a mejor guion original.

¿Ironía involuntaria?

Iñárritu, un gigante montándose en los hombros de otros a los cuales monta simultáneamente en los suyos.

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Mensaje misionero

Que si un adiós puede ser difícil, a veces puede avecinar un justo premio por un sacrificio.

¡Amo estar contigo! Dichosa la hora, el minuto que paso contigo. 

Amo lo que eres y me amo por ser feliz por estar contigo. Y es que. ¿cómo no amarte cuando todo lo que provocas en mí es sencillo, bueno y sincero? ¿cuándo todo lo que me demuestras es justo, práctico y eficaz? ¿cuándo todo lo que haces es amar?

¡Entonces quédate, no te puedo soltar!

Quédate y déjame tus tiernos abrazos. Tu mirada de inocencia madura, tu sonrisa de viviente plenitud.

Quédate y dame tus regaños. Tu voz de acuñada claridad, tus consejos de antiguas dinastías.

Quédate y dame tus sueños profundos. Tu serenidad de paz total, la esperanza de cada despertar.

Quédate y dame tus besos. Tu compañía, tu amar.

Injusta y tremenda terquedad. Entonces, quererlo todo de ti, sería traicionar lo que precisamente te quiero y te admiro.

Pero quiero ser egoísta, noto que también te hago feliz y justifica la insistencia. 

¿Pero que sería de ti sin todo lo que es sin mi?

Muy injusto sería. Y más para mí. 

Muy grato que ahora se trata de compartir. Quién pero yo quisiera que el mundo se impregnara un poquito más de ti.

¡Mira afuera, mira al mundo! Contágiate, contágialo. 

Mira que si no te dejo de mirar no es porque te quedas quieta, sino porque no te pierdo de vista.