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Tra loro.
Duo show with Julia Huete curated by Cecilia Canziani, at Labs Contemporary Art, Bologna, Italy
5 October- 20 December 2024
The exhibition stems from a meeting and an intuition, almost a bold gamble, between the work of two artists: Elvira Amor and Julia Huete. Two voices that, while sharing a focus on abstraction, engage in a dialogue through distinct artistic languages. Julia Huete's work stands out for its ability to question the space of painting. Her approach is often conceptual and reflective, exploring painting through other media. Elvira Amor, on the other hand, explores painting in a more instinctive manner, with a fusion of gesture and color that emerges in both her canvases and her sculptural interventions. Her brushstroke is pure visual joy, expressed with strength and freedom. Both artists share an approach to painting that extends beyond the canvas, incorporating the environment and sculpture. However, their practices remain distinct: Huete explores simple, repetitive forms, diaphanous like flowers or droplets, while Amor works with painting in a more fluid way, expanding until it spills beyond the canvas' boundaries. In this exhibition, the gallery becomes a fluid space. Elvira Amor creates a mural painting that combines gesture and mark-making, accompanied by a metal sculpture that breaks the frontal plane, suggesting new points of view. Julia Huete, on the other hand, presents a large canvas with stitched forms that gain volume and interact with the surrounding space. These interventions, monumental yet portable, reconfigurable and flexible, reflect the impermanence and joy of creation, common characteristics shared by the two artists and central to the exhibition.
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Llindar, dúo show con Fabián Ramos
Untitled Art Contemporani
Junio-Septiembre 2024, Andorra la Vella.
Antes del significado es el sonido: es el tono, el acento, la atmósfera, lo que embarga. A cambio de ello o a continuación será nombrar, que es llamar - invocar, dar consistencia – lo que nos introduce en el lenguaje, aunque nunca hayamos estado ni fuésemos a estar fuera de él, acuden en esas fuerzas naturales gestos, maneras, evocaciones de lo prístino. Hacer y decir a través de ciertos objetos podría ofrecer nuevas consistencias del sí mismo, una y todas las veces en que fuesen necesarias: llindar, que en castellano suena a un verbo, en catalán significa umbral; puede ocurrir por ejemplo, cuando corres las cortinas, abres un libro o cierras los párpados. Llindar propone una composición de piezas que se ubican antes del significado, o en el tránsito que puedan ellas ofrecer, sin la necesidad ni el objetivo último de conseguirlo. La exposición subvierte el espacio de la galería en referencia a los espacios de transición habituales en el escenario de la arquitectura: las entradas de edificios, que presentan lo que sucede antes de, actuando a modo de preludio o prólogo. Una especie de práctica mágica del atravesamiento, un pasaje por el cual conoceríamos aquello que el lenguaje no es capaz de abarcar, entrando y saliendo del significado, del vibrante acento político de lo real, oyendo rebotar nuestros propios pasos en los atrios, en los claustros, en el mármol de las escalinatas, en el impluvium que recoge las lluvias, los mecanismos de construcción de lo real, para ser otra vez un ejercicio frágil, espacial, teatralizante de ficciones por venir.
Fabián Ramos
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Estructuras animadas de chocolate fundido
Elvira Amor, Francesco Arena, Joe Cheetham, Anne-Lise Coste, Sihan Guo 06 Junio - 31 Julio, 2024 Exposición colectiva. Galería L21, Palma de Mallorca.
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Solo project con Galería MPA Moisés Pérez de Albéniz, Arco Lisboa, Portugal, 2024.
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Roma, a portrait. Festival delle Accademie e degli Istituti di Cultura stranieri
Comisariada por Cecilia Canziani
con Francesca Campana e Giulia Gaibisso.
10.05__30.07.2023 Palazzo delle Esposizioni, Roma, Italia
Más información:
https://www.palazzoesposizioniroma.it/mostra/roma-a-portrait-festival-delle-accademie-e-degli-istituti-di-cultura-stranieri
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Processi 150 Academia de España en Roma Exposición final de los artistas e investigadores en residencia, promoción 2022/2023
28.06.2023 – 30.11.2023
Ana Laura Aláez – Elvira Amor – Carla Boserman – Raquel Buj – Matías Candeira - Juan Antonio Espinosa – Marcelo Expósito – Fuentesal Arenillas – Hugo Gómez-Chao – David H. Falagán – Abel Jaramillo – Amelie Aranguren (INLAND – Campo Adentro) – Manu Muniategiandikoetxea – Juan Pedro Navarro Martínez - Itziar Okariz – Mariana Orantes – Mabi Revuelta – Ana Mina – Luz Santos – Pilar Serrano Betored – Sara Torres Vega – Andrea Valdés – Gabriel Villota Toyos
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La Distancia entre A y B es la misma que entre B y A Diálogo entre la Colección Municipal Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Madrid y la Colección Mariano Yera. Comisariada por Bea Espejo.
8/6/2023 __ 10/11/2024
Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
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"Artistas en Producción" es un proyecto del Estudio Figueroa-Vives en colaboración con Estudio Nave Oporto (Madrid) y Estudio 50 y con el apoyo de la Real Embajada de Noruega en Cuba y la Consejería Cultural de la Embajada de España en Cuba. Inauguración: sábado 26 de noviembre 2022, 8:00 pm Estudio 50. Calle Lugareño esq. a Almendares, Plaza, La Habana, Cuba "Tres estudios de arte, se han aliado en el empeño de compartir lo que tienen en común. No se trata de una exposición de arte al uso, sino de ponderar el disfrute de hacer arte y vivir de conjunto los procesos que le anteceden. De ahí su propio título, que alude a la recuperación de la práctica colaborativa, al entrenamiento de pensar en colectivo, a la dinámica del taller, el exponerte al riesgo de trabajar fuera de tu espacio de confort. En fin, el elogio al proceso. Todas las obras han sido concebidas o adaptadas expresamente para este proyecto y son el resultado de pensar el espacio de Estudio 50, sus características arquitectónicas e históricas. En su gran mayoría se nutren del reciclaje de objetos, maquinarias y materiales heredados de la antigua fábrica. Ninguna de las obras llega al espacio concluida, sino se construye in situ, remodelándose, reacondicionándose o creando sus contenidos a partir del propio espacio. Artistas en Producción es un taller, un proceso y una experiencia de vida." Artistas invitados: •Elvira Amor (España) •Irma Álvarez-Laviada (España) •Alejandro Campins (Cuba) •Nicolás Combarro (España) •Ariamna Contino (Cuba) •Humberto Díaz (Cuba) •FOD (España) •Miguel Fructuoso (España) •Lorena Gutiérrez (Cuba) •Miki Leal (España) •Ernesto Leal (Cuba) •Jacqueline Maggi (USA-Cuba) •Sonia Navarro (España) •Fernando Rodríguez Falcón (Cuba) •Beatriz Ruibal (España) •Miguel Ángel Tornero (España) •Santiago Ydáñez (España) • Francisco Alejandro Vives (Cuba) Curaduría y textos: Cristina Vives
Producción general: Melissa Rubio Cristina Figueroa Coordinación Nave Oporto: María Tolmos Diseño: Laura Llópiz
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Intervención en Genalguacil Pueblo Museo (Málaga). Para llegar al lugar hay que atravesar las Flores de Aurora, el jardín de una vecina del pueblo, un conjunto numeroso de macetas en la calle, entre las escaleras, donde hay un trabajo exquisito con la paleta de color presente en flores y plantas.
Lumen 2022, comisariado por Carolina Ruiz y Nacho Parra.
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Intervention in Genalguacil Pueblo Museo (Málaga). To get to the place you have to cross the Aurora’s Flowers, the garden of a neighbour of the village, a large group of flowerpots in the street, between the stairs, where there is exquisite work with the palette of colour present in flowers and plants.
Lumen 2022, curated by Carolina Ruiz and Nacho Parra.
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Verde Llano, rosa obliquo
Centro de Arte de Burgos
03/06/2022 - 25/09/2022
La trayectoria de Elvira Amor es todavía corta aunque en su obra revela una seguridad, una decisión y una evidente claridad de ideas en la utilización de un lenguaje pictórico propio y reconocible. Por estas dos razones (lo limitado de su producción todavía, a día de hoy, y lo personal de su lenguaje), he preferido, antes que hacer una exégesis al uso, proporcionar al espectador con un diccionario de los recursos, los términos, las armas si se quiere, con las que Elvira Amor construye su trabajo, con la idea de que pueda acercarse al mismo, tanto al que ahora encuentra en esta publicación como al que, con seguridad, seguirá hallando en su camino en un futuro.
Los datos prácticos previos son estos: Elvira Amor nace en Madrid en 1982. Estudia en Indonesia, en Yakarta en donde su relación con la práctica artística se inicia con el dibujo pero también con el batik. Mas tarde, vuelve a España para completar la carrera de Bellas Artes en la Universidad de Cuenca y con posterioridad viaja y estudia en Argentina, México, Bélgica... De aquí querría destacar que su formación transcurre en una de las escuelas españolas mas singulares del cambio de siglo en España. En su periplo vital posterior, asumirá influencias de los lugares por los que pase que irán dejando rastro en su pintura.
No puedo dejar de enfatizar la importancia que tiene América en la formación y en el presente de Elvira Amor y, especialmente, por cierto tipo de practica pictórica que se relaciona mas con la abstracción que se lleva a cabo en la parte sur del continente que con las experiencias europeas. Pero lo mismo le ocurre con las relaciones cromáticas y los motivos formales de las culturas nativas que han sido fundamentales para el desarrollo de su lenguaje pictórico. La artista ha vivido (no solo con ocasión de cursos o residencias) en México y Argentina durante periodos extensos y ha desarrollado allí una red afectiva muy importante. No encuentro posible entender su trabajo sin esos hechos.
Para Elvira Amor el impacto que le produjo la obra de Tarsila do Amaral tiene el mismo peso que el que le provocan las fachadas de colores de las casas en México. Cuando habla de Lygia Clarck, menciona la alegría, cuando recuerda las experiencias artísticas colectivas en Argentina, dice entusiasmo, cuando narra sus viajes, cuenta de la personalidad y el caracter de la gente. En la relación de Amor con América hay parte de fascinación por el otro, de idealización, pero mucho mas de encuentro y hallazgo y respuesta.
Joaquín García.
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Plain Green, Oblique Pink June 3 – September 25, 2022
Elvira Amor is still early in her career, although in her work she reveals a security, a decisiveness and an evident clarity of ideas in the use of her own recognizable pictorial language. For these two reasons (the limited nature of her production to this day, and the personal nature of her language), I have preferred, rather than make a typical analysis, to supply the viewer with a dictionary of the resources, the terms, the weapons if you will, with which Elvira Amor builds her work. This is to provide the reader with an idea of how one might approach it, both the work we now see in this publi- cation and the ones she will surely continue to find on her way in the future.
The basic facts are these: Elvira Amor was born in Madrid in 1982. She stud- ied in Indonesia, in Yogyakarta, where her relationship with artistic prac- tice began with drawing but also with batik. Later she returned to Spain to complete a degree in Fine Arts at the University of Cuenca and subsequent- ly traveled and studied in Argentina, Mexico, Belgium... From here I would like to emphasize that her training took place in one of the most unique Spanish schools of the turn of the century. In her subsequent life experienc- es, she will assume influences from the places she passes through and these will leave traces in her painting.
I cannot fail to emphasize the importance that America has in the forma- tion and in the present of Elvira Amor and, especially, for a certain type of pictorial practice that is more related to the abstraction that takes place in the southern part of the continent than to European experiences. But the same thing happens with the chromatic relations and the formal motifs of the native cultures that have been fundamental for the development of their pictorial language. The artist has lived (not only on the occasion of courses or residencies) in Mexico and Argentina for extensive periods and has developed a very important affective network there. I find it impossible to understand her work without those facts.
For Elvira Amor, the impact produced by the work of Tarsila do Amaral has the same weight as that caused by the colored facades of houses in Mexico. When she talks about Lygia Clark, she mentions joy, when she remembers the collective artistic experiences in Argentina, she says enthusiasm, when she narrates her travels, she tells of the personality and character of the peo- ple. In Amor ́s relationship with America there is part fascination for the other, part idealization, but much more there is encounter and discovery and response.
Joaquín García.
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Sendas selvas.
Del 9 de septiembre al 13 de noviembre de 2021
Exposición individual. Galería Moisés Pérez de Albéniz.
La tradición literaria latina denomina silva a un tipo de composición poética que se caracteriza tanto por su carácter inacabado como por la heterogeneidad de sus materiales. En sentido literal la palabra silva nombra el bosque y, por extensión, la madera; a su vez, forma parte de una constelación de metáforas relacionadas con la materia en bruto, sin transformar, y los materiales de construcción. Silva traduce, además, el término griego hýle, un concepto que los filósofos reservan para un género especial de materia. En sus Etimologías Isidoro de Sevilla señala que para los pensadores griegos hýle es «una especie de materia primera de las cosas que no está todavía formada, pero que es capaz de admitir todas las formas, y de la que están formados todos los elementos visibles». Es necesario pensar la noción de hýle no como una sustancia o un sustrato, sino como una matriz donde tienen lugar diferentes procesos materiales y de la que emergen las cosas y los cuerpos. Los poetas latinos llaman silva a esta potencia absoluta que exige hacerse materia y que les recuerda el constante hacerse madera de los bosques.
Sendas selvas es el título de la primera exposición individual de Elvira Amor en la Galería MPA / Moisés Pérez de Albéniz. Más que describir un tema o un motivo, el título evoca mediante la sonoridad de las palabras un cierto ambiente, una sensación de lugar. La exposición reúne una selección de sus últimos trabajos y arranca en el exterior de la galería mediante una intervención mural en la fachada. El mural actúa en sentido literal como una auténtica antesala de la exposición, introduciendo de manera sintética algunas de las cuestiones fundamentales que su obra examina de manera continuada desde hace casi una década. Una de estas cuestiones es la relación entre forma y sentido. La forma se entiende aquí como una zona frágil y ambigua situada entre las estructuras lingüísticas y los trazos azarosos, entre los cuerpos y las figuras geométricas, un espacio abierto al no saber que, en consecuencia, requiere de un tipo de aprehensión que no reduzca el sentido a lo ya sabido. Frente al mural, o frente a cualquiera de las obras de la muestra, el espectador accede a un tipo de experiencia no solo difícil de articular en palabras, sino imposible de agotar. El carácter preverbal de esta experiencia nos permite poner momentáneamente en suspenso las certezas y razones que orientan nuestra vida cotidiana y atisbar otras formas de pensar y sentir. En definitiva, mediante los códigos de la abstracción, la pintura de Elvira Amor se interroga acerca de la experiencia de estar en el mundo, de ser un cuerpo entre cuerpos, del cambio y de la metamorfosis. A partir de estas preguntas generales emergen otras derivadas como la relación entre el conocimiento y la percepción, la naturaleza de la experiencia visual o los límites de la pintura.
Elvira Amor pinta directamente sobre la tela en crudo, sin estudios ni esbozos sobre el lienzo, por lo que cada cuadro es un registro íntegro de su proceso. Por otro lado, comenzó aplicando el acrílico sin imprimar, por lo que el color empapa y tiñe las fibras de la tela, haciéndose uno con ella. En su obra esta técnica posee una doble genealogía, de un lado, los teñidos artesanales por reserva de las telas tradicionales de Indonesia (batik), donde la artista comenzó su formación, y, por el otro, el uso que la tradición pictórica moderna hace de la tela sin imprimar a partir de Jackson Pollock y Helen Frankenthaler. La tela en crudo, por lo general en diferentes gamas de blancos, se convierte en estas obras en una valencia cromática entre otras, al tiempo que mantiene su carácter de espacio sin tocar, negativo. En la pintura de Elvira Amor la tela juega un papel esencial ya que le permite establecer diferentes tipos de tensiones entre las formas y el soporte. Entre los modelos compositivos que ha utilizado a lo largo de los
Galería MPA / Moisés Pérez de Albéniz. Doctor Fourquet 20, 28012 Madrid +34 912 193 283 [email protected]
años destacan dos: en primer lugar, el desplazamiento de la formas pictóricas hacia los márgenes con el fin de dejar el centro del cuadro libre de pintura, una estrategia que suele tener como motivo una forma ovoide recortada cuyo origen se encuentra en el desplazamiento desde la vertical del cuadro hasta la horizontal; en segundo lugar, un encuadre cerrado que establece una situación de tensión entre la forma y los lados del soporte. En ambos casos, ya se trate del vaciado del centro o de la ausencia de formas de los márgenes, la tela sin imprimar actúa como un elemento más de la composición. Sin embargo, en los cuadros la relación entre las formas no siempre es de tensión o contraste, sino que entre ellas se establecen diferentes patrones de comportamiento: unas veces reposan las unas sobre las otras, mientras que otras parece que juegan y se acarician. En Sendas selvas la artista traslada estas estrategias compositivas de la pintura al espacio expositivo. Aunque cada obra retiene su autonomía, la relación de las obras entre sí y las que establecen con el espacio activan nuevas lecturas.
Otro cuerpo de obra que en la exposición dialoga con los cuadros consiste en una serie de obras realizadas en pintura de carrocería sobre metal. Se trata de una serie de obras que desde el interior de los cuadros irradian fuera de su marco, llevando la pintura más allá de sí misma. En la mayoría de los casos este tipo de pinturas autoportantes se despliega como un plano cortante en el espacio siguiendo formas similares a las de cuadros. La tridimensionalidad de estas obras permite introducir además el factor temporal del descubrimiento en el recorrido. En relación al espacio negativo, las obras escultóricas mantienen con el espacio circundante una relación activa, similar a la que las pinturas poseen con la tela en crudo. De otro modo, tanto los cuadros como las pinturas autoportantes mantienen una tensión constante con las relaciones de profundidad, por lo que resulta imposible identificar si un color se encuentra más próximo o más lejano a nosotros. De este modo, la artista pone en suspenso una de las convenciones esenciales de percepción, la distancia, es decir, la separación los cuerpos y el mundo, entre el sujeto y el objeto. La pintura de Elvira Amor propone una experiencia no tanto de separación como de continuidad y de la que se podría decir lo que Richard Shiff escribió acerca de Brice Marden: «su pintura es como un cuerpo líquido de agua en el que cualquier elemento aislado puede encontrarse tanto en la superficie como en las profundidades». Algo similar sucede en la selva: cuando uno se adentra en su espesura desaparecen todas las distancias posibles.
Javier Sánchez Martínez Palma de Mallorca, septiembre de 2021
* Actividad realizada con la ayuda del Ministerio de Cultura y Deporte 2021.
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Puertas Abiertas/Ateak Zabalik
Fundación Bilboarte. Bilbao , Diciembre 2021.
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S/T: Álvarez-Laviada, Amor, Barkate, Uriel
6 de febrero -31 de marzo 2021
Exposición colectiva.
Galería Moisés Pérez de Albéniz
Hundimos los dedos en el suelo para mantenernos en pie, y, poco a poco, los huecos bajo nuestras uñas se rellenan de gránulos de arena y pequeñas hierbas. Notamos que comienzan a laminarse. Hace mucho tiempo que no nos vemos, demasiado. Nuestras rodillas golpean el suelo mientras caminamos ladera arriba. Agarramos una roca de forma roma para no caer, y nuestros dedos se rasguñan. Nos dice que no caminemos más y que esperemos. Esperamos, y los pies no se sostienen, así que enterramos parte del talón de las zapatillas en la arena para mantener el equilibrio y no caer rodando. Escuchamos un grito: “¡Está aquí!”. Estaba tapada por las zarzas. Nos aproximamos a la entrada de la mina y encendemos la luz del móvil para comprobar su profundidad. La antigua mina de wolframio quedó desmantelada a principios del siglo pasado, cuando la extracción del material dejó de ser productiva por la inaccesibilidad del lugar. Este metal tan deseado, que en su origen etimológico significa “de poco valor”, se ha utilizado mucho en la producción de filamentos de bombillas y resistencias eléctricas desde la segunda mitad del siglo XX. En las paredes de la mina brota una fina capa de agua que las cubre a modo de cortina. El suelo está encharcado. Seguimos por una de las galerías. Justo donde termina la excavación, hay un altar que se ha ido construyendo con el paso de los años a través de las ofrendas de los visitantes. Iluminamos los objetos y aparece un belén, varios dibujos, un recipiente que contiene más objetos, figuritas de personajes Disney, un trozo de piel pirograbado y varios textos plastificados. Uno de ellos es una lista de nombres que recuerda que estuvieron allí en algún momento. La mina se ha transformado en un lugar que casi nadie conoce, donde se producen encuentros y se desean cosas. Esta excavación, hoy convertida en santuario, hizo que nos encontrásemos allí y volviésemos a confiar en la posibilidad de que no pase tanto tiempo hasta que nos volvamos a ver.
El lugar donde se han encontrado por primera vez las obras de Irma Álvarez-Laviada, Elvira Amor, Nadia Barkate y Belén Uriel es este. La exposición S/T: Álvarez-Laviada, Amor, Barkate, Uriel pone en diálogo sus trabajos, conecta sus múltiples características propias y se fabrica de la misma manera que el altar de la mina. Con este, se inician una serie de encuentros en los que, englobados por el nombre S/T, como un volumen de muestras, la Galería MPA mostrará el trabajo de diferentes artistas priorizando sus individualidades frente a la idea de exposición colectiva.
La mina está habitada por los seres de las obras de Nadia Barkate que aparecen tras recitar uno de los poemas del altar. Su trabajo comprende el dibujo de manera expandida, aunando lenguajes gráficos y escultóricos, así como fotogramas que provienen de su imaginario personal. Se trata de una cosmogonía propia que, a su vez, nos remite a imágenes que nos son familiares, desde la cabeza de Medusa de la mitología griega (o la Nure Onna de la japonesa), torsos desmembrados que nos recuerdan a esculturas como el Gaddi Torso de la Galería Uffizi, hasta esculturas en las que se intuye la técnica de paños mojados, como la Atenea Pathenos de Fidias. La manera en la que ocupa el espacio pictórico tiene mucho de escritura, de narrar historias de la cotidianeidad desde su propia iconografía. Las escenas que construyen el display de dibujos pertenecen a una temporalidad extraña, hacen que resulten al tiempo familiares y ajenas. Y es que su gestualidad tiende a las formas descriptivas propias de la ilustración, que huyen de la síntesis y propician la aparición de nuevas ficciones. El trabajo de Barkate nos devuelve una y otra vez a un dibujo en el que el trazo es un error controlado que se hace parte del proceso de creación.
La primera vez que vimos el trabajo de Belén Uriel en directo fue en la exposición Bonança del Centro de Arte 2 de Mayo de Móstoles (Madrid), si bien es cierto que seguíamos su obra desde hace tiempo. Acompañaba a la exposición un texto de la comisaria, Tania Pardo, en el que citaba la conferencia Semiótica del objeto de Roland Barthes (1964). En él, Barthes afirma: “La paradoja que quisiera señalar es que estos objetos que tienen siempre, en principio, una función, una utilidad, un uso, creemos vivirlos como instrumentos puros, cuando en realidad suponen otras cosas, son también otras cosas [...] hay un sentido que desborda el uso del objeto”. Tanto en Bonança como en esta ocasión, las obras de Uriel se apropian del objeto cotidiano y lo transforman, generando
un juego de signos en el que el espectador participa activamente, y a través del cual la artista pone en cuestión algunos valores de nuestra cultura material. Las esculturas que se exponen están conformadas principalmente por vidrio y metal, muestran la forma de una tapa de contenedor de basura que puede sugerir una cabeza humana, o una flor; la forma de una percha como idea del torso; una botella de agua colgando de un brazo de aluminio; el apoyabrazos de un asiento; objetos específicos que se adaptan principalmente a la idea del cuerpo humano y cuya fisonomía ha sido bastante alterada, pero que todavía permiten adivinar la forma, aunque en el proceso abandonen su uso original para dar lugar a otras imágenes.
Esa predisposición a abandonar el uso original de un objeto o material también lo encontramos en Irma Álvarez- Laviada, en series como S.T (lo necesario y lo posible). En ella, la artista trabaja con espuma aglomerada, un material cuyo uso más común es el de aislante acústico y térmico, así como el de protector de objetos artísticos. También encontramos esta característica en otras obras, como S.T. (Algo que ver, algo que esconder), en las que emplea como material principal cartón milimetrado de color. Álvarez-Laviada invierte de esta manera la jerarquía de los materiales abocados a la invisibilidad, que pasan a un primer plano en sus obras. Es una cuestión muy presente a lo largo de toda su trayectoria, también la idea de vacío (en palabras de la artista, “aquello que no está presente, pero no por eso deja de ser visible”) y los procesos que atraviesan los objetos artísticos en el estudio. Se trata del vacío como oportunidad para construir, para dialogar con el espacio, esto es, el proceso, como una suerte de encuentros entre materiales que interactúan entre sí en el estudio. Al igual que el altar de la mina de wolframio, aquí encontramos una arqueología contemporánea que refleja el entorno de trabajo de la artista.
A dos metros del estudio de Álvarez-Laviada, encontramos el de Elvira Amor, cuya obra pictórica nos transporta a la más pura abstracción: forma y color, formas inacabadas que continúan fuera de los límites del lienzo hasta ser casi objeto, colores genuinos, personales y muy meditados. Se trata de un dibujo con una gran carga gestual, muy próxima a la expresión corporal, que busca generar a través de la forma un léxico y una sintaxis propia de los elementos que componen la obra. Las formas curvas e imperfectas de su pintura chocan con las líneas rectas del lienzo, que parecen no poder contener ese universo creado por la artista. Y se expanden, dejando a la imaginación del espectador la continuidad del mismo, pinceladas que se sienten y dejan entrever el recorrido realizado como parte del proceso. No esconde nada, pese a las superficies lisas y trabajadas que encontramos en su obra. Amor trabaja una tridimensionalidad en sus pinturas que también encontramos en sus esculturas, extensiones de su obra pictórica que construye a base de planos de color y que generan formas geométricas a través de líneas rectas y curvas, jugando siempre con el punto de vista desde el que se observa.
Sabemos que el sol comienza a caer. Miramos por última vez cada uno de los pequeños exvotos del altar y caminamos hacia el exterior mientras tropezamos varias veces en los charcos. La luz exterior empieza a aparecer en un pequeño punto blanco. Salimos a la superficie y, poco a poco, recuperamos la vista. Mientras trazamos la ruta de vuelta a casa, no podemos parar de pensar en lo que hemos visto, en las sensaciones vividas dentro de la cueva. El altar de la mina, al igual que esta exposición, es un dispositivo con una temporalidad propia, su aspecto material varía gradualmente según los elementos que la compongan, una coincidencia, cuerpos que se reconocen entre sí, pero que, a la vez, son desconocidos. Y es que, a pesar de construir una arquitectura precisa, permite la identificación de cada uno de los deseos que encontramos en ella, como el deseo de que, quizás esta vez, volvamos a vernos pronto.
Texto escrito por Paula Noya de Blas y Ester Almeda Enero 2021
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Formas de oír.
Alimentación 30.
C/ Doctor Fourquet 30, Madrid.
Septiembre 2020.
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Sin titulo 2020. Acrílico sobre lienzo. 160x230 cm. Untittled 2020. Acrylic on canvas. 160x230 cm.
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